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Opinión

Eddie A. Ramírez S.

“Todas las opciones están sobre la mesa” es una expresión para engañar a ingenuos. En teoría puede haber muchas, pero en la vida real existen restricciones que las reducen a muy pocas. A veces, solo a una, que frecuentemente no es la ideal, pero es la factible. Por ejemplo, Catar fue electo como sede del campeonato mundial de fútbol, a pesar de que su población es de menos de tres millones y tiene un régimen autocrático que ha sido señalado por sus vecinos de financiar el terrorismo. Sin embargo, países democráticos acataron la absurda escogencia hecha por la Federación Internacional de Fútbol Asociado(FIFA). Se impuso el “poderoso caballero”, del que escribió Quevedo. En Brasil, se presentaron varios candidatos presidenciales, pero las circunstancias polarizaron la contienda entre Lula y Bolsanaro, ambos con pésimos antecedentes.

En Venezuela, tenemos varias posibilidades para salir del régimen de Maduro: una insurrección popular, una intervención militar, la renuncia del usurpador o acudir a una elección en condiciones claramente desfavorables. Las tres primeras nunca pueden descartarse. Son posibles, pero poco probables. Las circunstancias obligan a trabajar con lo que está en nuestras manos. Varios de los argumentos que alegan que este régimen no sale por la vía electoral son válidos. La tarea de todos es trabajar para vencer los obstáculos, que son muchos. El primer paso es escoger un candidato que tenga el menor rechazo posible y que extraiga del Plan País un mensaje corto que tenga impacto en los electores.

Hay varios compatriotas que han manifestado su decisión de participar en las primarias. Todos tienen méritos, uno más, otros menos. Seguramente se postularán otros. Como un opinador más, tenemos la impresión de que, al menos en este momento, quienes tienen mayor opción son María Corina, César Pérez Vivas y Andrés Velásquez, sin que el orden citado implique preferencias.

María Corina ha demostrado una gran valentía. Predica pasar de un Estado distribuidor de privilegios y generador de dependencia o esclavitud a una Venezuela de autonomía y producción en todos los ámbitos que haga posible el libre desarrollo de cada ciudadano. Su discurso en contra de la mayor parte de los dirigentes, a quienes no nombra, pero que claramente identifica con la oposición a la que llama colaboracionista, le ha permitido subir en las encuestas. Sin embargo, transmite pocas intenciones de lograr la unidad. Quizá la principal objeción es que pareciera no estar dispuesta a ser candidata presidencial con este CNE, con las condiciones actuales del Registro Electoral y con las máquinas de votación.

César Pérez Vivas insiste en el federalismo, no reelección, reducción del período presidencial a cinco años, doble vuelta; volver al parlamento bicameral, eliminar la potestad presidencial de aprobar leyes por decreto y eliminar la atribución presidencial de ascender a coroneles y generales. Ha eludido pronunciarse sobre la continuidad del gobierno interino, pero menciona que no cumplió con poner fin a la usurpación. Tiene la ventaja de haber sido diputado y gobernador. En el Táchira realizó una buena gestión.

Andrés Velásquez fue inicialmente muy crítico con la vía electoral, predicando que la Fuerza Armada debía cumplir con la Constitución, necesidad de apoyo internacional y presión a través de huelgas. Ahora es firme partidario de las primarias, de fomentar la inversión privada, devolver empresas confiscadas, apertura petrolera con inversión privada, que el fondo de regalía petrolera sea para mantener las pensiones, abolición del Arco minero, inversión industrial, turística y tecnológica, Impulsar transición ecológica y digital, eliminar la reelección indefinida, doble vuelta para elegir el candidato presidencial, alternancia, pluralismo y convivencia. Velásquez fue candidato presidencial hace años, realizó una buena labor como gobernador y luchó con tesón cuando le robaron la elección en Bolívar en el 2017

Manuel Rosales es el único que tiene poder, pero no ha dicho esta boca es mía. Ojalá apoye al candidato que tenga más posibilidades. Acción Democrática debió seleccionar otro candidato.

Primero Justicia pareciera que va del timbo al tambo. Es el partido que públicamente más ha atacado al gobierno interino del presidente Guaidó. Pareciera que no mide las consecuencias. Juan Pablo Guanipa y Carlos Ocariz han expresado su decisión de medirse en las primarias y Capriles deshoja la margarita.

Antonio Ecarri se precipita en opinar sin tener suficiente información. Su propuesta de Mi barril para repartir a cada familia 6.803,00 dólares por año fue contundentemente rebatida por Miguel Ángel Santos, y su idea de que las ganancias de seis meses de Citgo permitirían alimentar por un año a nuestros niños no toma en cuenta que las mismas son para pagar deudas de Chávez-Maduro. Es positivo que un joven con talento como Nicmer Evans esté del lado de la democracia; en un próximo gobierno debe contribuir a la reconciliación y acercamientos al chavismo

Guaidó guarda silencio, pero pareciera que su partido lo va a postular. Pensamos cometería un error. Debe dedicar todo su esfuerzo en búsqueda de la unidad de la oposición, en la protección de nuestros activos en el exterior y en mantener el ya disminuido apoyo político de otros gobiernos. Es joven, debe prepararse para el futuro y tomar en cuenta que para recuperar el país se requerirán medidas duras que afectarán la imagen del próximo presidente.

Aunque en estos momentos no se visualiza un independiente que tenga buena aceptación y poco rechazo, en política no puede descartarse una sorpresa, como sería la aparición de un outsider.

Como (había) en botica:

La declaración de Mike Wirth, Jefe Ejecutivo de la petrolera Chevron, fueron contundentes: “Se necesitarán meses y años para comenzar a mantener y renovar los campos y equipos y cambiar cualquier actividad de inversión”.

Lamentamos el fallecimiento de Evelyn Van Der Biest y de Juan Sánchez, compañeros de Gente del Petróleo y de Unapetrol.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

 4 min


Jessica Mouzo

Hay un reloj biológico que marca el compás de la vida humana. Anudado a la muñeca del hipotálamo, en las profundidades del cerebro, el llamado reloj central sincroniza y traduce al resto del organismo la hora que es. Porque de puertas adentro, tampoco es igual la noche que el día, las 10 de la mañana o las cinco de la tarde: ni las células hacen lo mismo ni los tejidos se comportan igual. En el cuerpo hay ritmos circadianos, cambios biológicos que siguen un ciclo de 24 horas, y el reloj central, junto a los pequeños cronómetros independientes de los tejidos, anticipan y preparan a las células para lo que va a venir, como comer al mediodía o irse a dormir por la noche. Disponer de un reloj biológico en hora y a punto es vital; que falle, se atrase o se pare, puede propiciar la aparición de enfermedades.

En la práctica, el reloj central es un conjunto de 20.000 neuronas con pequeños relojes moleculares que se coordinan como uno solo a partir de la experiencia evolutiva de vivir en el mismo ecosistema desde hace millones de años y a través de la luz que les llega por la retina: según el momento del día, se activan o se expresan más unas proteínas u otras y se comunican con el resto de relojes de los órganos periféricos del cuerpo para que actúen en consecuencia, explica Antonia Tomás-Loba, jefa del Grupo Ritmo Circadiano y Cáncer de la Universidad de Murcia. “Hace 65 millones de años que la evolución tejió nuestros genes circadianos como animales diurnos. Somos el producto de la adaptación al entorno y un ejemplo son los ritmos circadianos, que nos anticipan a los cambios cíclicos que ocurren diariamente: por la noche, por ejemplo, preparan a nuestro hígado para que sepa que no vamos a comer y que no tiene que metabolizar nada. Un hígado por la noche y por el día no es lo mismo”, ejemplifica.

Encerrado en un búnker nuclear, completamente aislado, sin luz exterior ni reloj, estuvo, durante 10 días, el exmiembro de la marina real británica, Aldo Kane. Era un experimento para ver cómo se regulaban, sin variables externas (como la luz o los horarios sociales) sus ritmos circadianos. Solo tenía a su alcance la propia memoria natural de su reloj central. Nada más. Y según Juan Antonio Madrid, investigador del Laboratorio de Cronobiología y Sueño de la Universidad de Murcia, que participó en el proyecto, el resultado fue que su sueño se retrasó unos minutos cada día: su reloj biológico generaba ciclos de más de 24 horas. En cuanto se le expuso de nuevo a varias señales sincronizadoras, como el sonido del despertador o el encendido de la luz, sus ritmos volvieron a ordenarse.

El reloj central se pone en hora, sobre todo, con la luz del sol: este estímulo entra por la retina, aterriza en el núcleo supraquiasmático del hipotálamo —donde reside este cronómetro biológico principal— y, según el momento, se activan unas proteínas u otras: BMAL y CLOCK son las mañaneras, se van al ADN de las células y activan determinados genes para avisar de la hora del día que es; por la tarde, PER y CRIE se abren paso, aumentan su concentración en las células y bloquean la actividad de BMAL y CLOCK hasta la mañana siguiente. Todo ese proceso sirve para indicar la hora del día, el ciclo de sueño y vigilia (cuándo dormir o despertar) u otros procesos metabólicos y conductuales del ser humano.

Por eso es mala idea, explican los expertos, confundir al reloj y exponer al organismo a la luz del ordenador, por ejemplo, a altas horas de la noche: “A las 12 de la noche, si estoy trabajando con luz azul [de los dispositivos electrónicos], mi reloj central entiende que es de día y se lo dice a mi reloj hepático, por ejemplo. En ese momento, se produce un conflicto molecular, porque le estoy mandando información que desincroniza los relojes”, apunta Tomás-Loba. Una revisión científica, publicada en la revista Chronobiology International en 2015, advertía de que el impacto de la exposición a la luz artificial de noche suprime la secreción de melatonina, aumenta la latencia de inicio del sueño y acrecienta el estado de alerta. Esta desregulación circadiana, añadía, podía tener efectos negativos también “en las funciones psicológicas, cardiovasculares y metabólicas”.

Más allá de la luz, Madrid indica que hay otros “sincronizadores” que también ayudan a poner a punto el reloj central. “Además del tiempo ambiental, que es el ciclo de luz y oscuridad natural, está el tiempo social: los hábitos horarios, como ir al trabajo o los contactos sociales, ayudan a sincronizar. El otro sincronizador es el tiempo metabólico, como los horarios de comida, que ayudan a controlar los relojes del tubo digestivo o del hígado”, concreta. Un estudio en ratones publicado la semana pasada en la revista Science apuntaba, precisamente, que sincronizar la alimentación con el reloj circadiano mitiga la obesidad: los animales que comían en las fases activas de su ciclo circadiano quemaban más calorías, reduciendo el riesgo de desarrollo de obesidad.

En ausencia de luz, el reloj se va desincronizando ligeramente, pero no se para: como le ocurrió a Kane, los ritmos circadianos siguen funcionando, aunque de forma menos precisa. El famoso jet lag es otro ejemplo de ello, expone Salvador Aznar Benitah, jefe del laboratorio de Células Madre y Cáncer del Instituto de Recerca Biomédica (IRB) de Barcelona: “Si el ritmo circadiano solo respondiese a condiciones de luz, al aterrizar en otro lugar, nuestro reloj se adaptaría a la nueva franja horaria. Pero no pasa esto: al principio, hay un desajuste, aunque es temporal y después de un tiempo, el reloj interno se va alineando con las nuevas condiciones de luz”.

El reloj central se sincroniza, a su vez, con los relojes independientes que hay en los tejidos. Como el director de orquesta, el cronómetro que hay en el hipotálamo marca el ritmo de la jornada y avisa de la hora al organismo. Aznar pone un ejemplo con las células de la piel: “Los ritmos circadianos preparan al organismo para lo que va a ocurrir. Durante las horas fuertes de sol, por ejemplo, la piel tiene que lidiar con la luz ultravioleta y tiene mecanismos de protección con la activación de los melanocitos, que es como ponerse crema solar antes de exponerse al sol. Todas las mañanas, el reloj de las células de la piel se anticipa y activa los melanocitos [temprano, antes de entrar en contacto directo con la luz solar]. Por la tarde, el reloj interno de las células sabe que no es necesario activar los genes que encienden los melanocitos y esa actividad de la piel, se para”.

El investigador publicó en 2019 en la revista Cell que los relojes de los tejidos son autónomos del reloj central: “Cada tejido tiene su reloj autónomo, no necesita que nadie le diga lo que tiene que hacer. Esa autonomía confirió una ventaja de longevidad, para que no hubiese un efecto dominó si uno falla. El reloj central tiene la función de coordinarlos a todos, que todos sepan la hora que es. Y si esa coordinación falla, se acumulan los errores o las mutaciones”.

El páncreas también cambia en 24 horas, añade Madrid. “Es perezoso por la noche y muy activo por el día”, sintetiza. “Cuando tomas azúcar por la noche, el páncreas responde mal porque no produce suficiente insulina y el efecto de la que produce no es el mismo que el de la que se fabricaría por el día”. ¿Por qué? Los cambios en los órganos no son arbitrarios, tienen su sentido: “Durante la noche, nuestro cuerpo está programado para ahorrar glucosa y mantener los niveles estables durante el largo período de ayuno que media entre la cena y el desayuno”, explica el cronobiólogo. Y este ahorro se consigue, entre otras cosas, gracias a que los tejidos que usan la glucosa como combustible para alimentar sus células, se vuelven más resistentes a los efectos de la insulina, que es la hormona que funciona como llave para introducir esa glucosa en las células. Todos estos cambios, recuerda Madrid, están programados por los relojes biológicos del organismo.

Por eso, las alteraciones en esos ritmos circadianos en nuestros relojes son perjudiciales para el organismo. “Tenemos tres tiempos que rigen nuestra cronobiología: el interno, que es el tiempo que nuestras células sienten como producto de habernos adaptado al ecosistema dónde vivimos; el externo, que es el de la luz solar y artificial; y el social, que es el de la hora a la que vamos a trabajar o comemos. Si están desincronizados, aparece un desequilibrio molecular y fisiológico denominado cronodisrupción”, explica Tomás-Loba.

Su equipo, por ejemplo, está estudiando el impacto en la salud del jet lag social, que es el retraso en los horarios del sueño entre los días laborables y los festivos: en un estudio en ratones, a los que dormían y despertaban más tarde de lo habitual los fines de semana, encontraron que esos cambios afectan a su metabolismo: “El reloj molecular de varios órganos estaba asincrónico, esas manillas no sabían qué hora era. Y eso influía en su funcionamiento, como el sistema inmunitario”, explica. Varios estudios reportaron que el trabajo nocturno de forma prolongada en el tiempo se asocia con mayor riesgo de algunos tumores hormonodependientes, como el de mama o el de próstata.

En la vida real, el reloj biológico empieza fallar entre los 45 y los 50 años, apunta Aznar. “El funcionamiento del reloj lo entendemos bien, pero sobre saber cómo se sincronizan entre los distintos tejidos, estamos en pañales. Y si entendiésemos por qué se fastidia el reloj, encontraríamos formas terapéuticas para modularlo”, augura.

Tomás-Loba apunta varios detonantes, internos y externos, que propician una desregulación del reloj: “La luz es el más estudiado, pero también la comida, por ejemplo, es un gesto diario y no es lo mismo comer a las 12 del mediodía que a las cuatro de la mañana. El ejercicio también es importante: nos tenemos que mover de día porque somos mamíferos diurnos. El ruido es otro claro cronodisruptor, aunque de este último hay mucho más por estudiar”.

Madrid, que acaba de publicar el libro Cronobiología. Una guía para descubrir tu reloj biológico (Plataforma Editorial), aclara que las cronodisrupciones son alteraciones mantenidas en el tiempo, no puntuales. “Con la edad, se deteriora el reloj biológico y los contactos con los sincronizadores externos se alteran. En los jóvenes, los factores de cronodisrupción son externos: nos encontramos con que los sincronizadores a los que se exponen están desajustados. Por ejemplo, mucha luz de noche, el picoteo entre horas sin horarios de comidas o el sedentarismo”, apostilla. Las enfermedades y las alteraciones de los ritmos circadianos son, también, vasos comunicantes: “Un desajuste en el reloj puede acarrear que una enfermedad progrese o aparezca, como las alteraciones depresivas, los problemas de memoria, el insomnio, los trastornos de la reproducción… Pero también hay patologías, como la enfermedad renal crónica, las apneas del sueño o la diabetes tipo II descompensada, que producen cronodisrupciones”.

Lo bueno de la desincronización de los relojes, eso sí, es que se puede recuperar. Y las cronodisrupciones son reversibles si se vuelve a exponer al individuo a los sincronizadores adecuados. El problema, apostilla Tomás-Luba, es cuando los individuos están expuestos de forma crónica a estímulos que desincronizan los tres tiempos. “Estamos en un momento en el que no escuchamos el cuerpo: tenemos un pico de hambre a las 12 de la mañana, pero comemos a las tres de la tarde. Estamos perdiendo la sincronización con nuestro ecosistema”, advierte Tomás-Loba. Al final, insisten los expertos consultados, como especie, el ser humano es fruto de un proceso evolutivo con la naturaleza como punto de referencia, “y la relación con la naturaleza se está perdiendo”, lamenta Madrid.

4 de noviembre 2022

El País

https://elpais.com/salud-y-bienestar/2022-11-04/el-secreto-de-los-ritmos...

 9 min


Benjamín Tripier

El tema del diálogo, una vez más, una semana más, y siempre con la expectativa de que el gobierno tome la decisión de sentarse. Porque ese es el tema, no se sientan a la mesa por necesidad de los dos, sino por necesidad de uno, los dirigentes opositores, que le ruegan al chavismo que se siente: “Vamos, hagámoslo, por favor, te lo ruego”, y el otro no les contesta y los tiene con medias palabras, con eufemismos y actuando como los menos interesados de que algo así, se lleve a cabo.

La realidad es que el chavismo está muy, pero muy cómodo con la situación presente. Porque no llegamos a esto por casualidad, esto es el resultado de una estrategia que comenzó con la expulsión de la misión militar de EE UU de Fuerte Tiuna, siguió con el azufre en la ONU, y terminó, como siempre se supo que terminaría, con la expulsión “en 72 horas” de la delegación diplomática de EE UU, y cierre de su embajada.

Y el objetivo, al menos para mí, como observador de la realidad, fue que buscaban entrar al club de los sancionados, ascender al Valhalla de los antiimperialistas, con Castro, Mao y la URSS. Y se logró llegar. Ahora, mantenerse, eso es otra cosa. Si ya se llegó, qué sentido tiene bajarse de ese altar elitesco y exclusivo, y menos que menos, promovido por los que constituyen la razón de ser y soporte moral, ético, emocional y comunicacional de la revolución, que es EE UU.

Nunca le darán la oportunidad a los americanos de ser los que contribuyeron, por las buenas, a la caída del chavismo. Si no es por voluntad expresa de la revolución… específicamente por el jefe de la revolución, que logró lo que ni Chávez pudo, que es pertenecer a ese exclusivo club. Es posible que la historia se olvide de Chávez, pero de Maduro, seguro que no… ya entró y no piensa salir.

Porque han llegado a un nivel de poder tal, fronteras adentro, que nada pasa ni deja de pasar sin la voluntad de la cabeza de la revolución. Y sí, es posible que algo se les escape, como el caso Barinas, pero lo encapsularon muy rápidamente, y ya se usa, internamente, como ejemplo de lo que no debe volver a ocurrir… como lo de la Asamblea del 2015. Ya hace tiempo que dejamos atrás la posibilidad de la alternancia y de las elecciones libres… y que dejamos de ser una democracia como la conocíamos.

Es una revolución que aprende y evoluciona. Y si no, que alguien explique cómo, de un momento para otro, entramos en una economía liberal, con el dólar circulando libremente, bajando la inflación a números de tres dígitos (venimos de los cinco dígitos), y con la economía en manos privadas y casi sin controles. Del estado manejando 95% de las importaciones, a la empresa privada manejando 95% de las importaciones.

Pero claro… la historia en Venezuela muestra que si el sector privado se fortalece mucho, pues empieza a intervenir en política, lo cual se convierte en peligroso para el gobierno; por lo que salen dos conclusiones: una, que nunca se les permitirá crecer tanto como para ser fuertes, y la segunda que para ser empresario y entrar en la política, hay que dejar de ser empresario, y convertirse en un político que hace negocios… que no es lo mismo, ni funciona igual.

Lo anterior debería ser considerado una premisa de trabajo para tantos que andan fantaseando con elecciones libres, con cambio de gobierno y con la salida del gobierno. El policía bueno se sienta, discute, se reúne, promete, e intercambia; mientras el policía malo les dice que nunca más un opositor tomará el poder en Venezuela… que se olviden de eso.

Cuando la democracia funciona, las controversias e insatisfacciones se dirimen con los votos, con reglas de juego claras, que todos aceptan y cumplen. Ahora, cuando eso no es así, aumenta el riesgo de que la solución no sea democrática.

En lo social: ¿podrá el sector privado a través de la RSEX, de las ODS’s y las iglesias hacerse cargo de la pobreza? ¿Tendrá el sector privado que establecer un plan para alimentar, educar y dar salud por su cuenta? ¿Quién aportaría a esos fondos y cómo se financiarían? ¿Y cuál sería la plataforma para administrar el financiamiento y alinearlo con objetivos medibles y efectivos, con orientación a resultados? Si se logran unos resultados, hay un rendimiento, si se superan, entonces el rendimiento aumenta. Tenemos que pensar en algo.

Nuestra pobreza es tan grande que ya, casi sin duda, deberíamos verla como un mercado que permita el desarrollo humano, y que, de acuerdo a las posibilidades de cada sistema, se vaya reemplazando pobreza por clase media.

Y al ser un mercado, puede haber un espacio en el cual sea un verdadero negocio sacar a alguien de la pobreza. La diferencia con lo que ha venido ocurriendo es que el negocio es la administración de la pobreza; por lo cual, cuanto más pobres, pues mejor. Y eso no debería ser así.

Claro que eso no solo ocurre a nivel de nuestros gobiernos que sistemáticamente han aumentado la pobreza; eso pasa también a nivel de organismos internacionales. Una cifra de Naciones Unidas mencionaba que de cada 100 dólares que se invertían institucionalmente en temas sociales, solo 20 dólares llegaban a producir un impacto. Porque la diferencia era absorbida por la maquinaria burocrática, por la política local, un poco por la ineptitud, y en muy alto grado por la corrupción. Pero bueno… al menos en esa estadística llegaban 20 dólares, porque en ciertos lugares se lo robaban todo, y no llegaba nada.

Hay que reconocer que el sacar a alguien de la pobreza es un buen negocio, y que mantenerlo pobre es un mal negocio. Y esa es la ecuación que debemos resolver aquí adentro, en nuestra Venezuela, donde las cifras creíbles de la Universidad Católica Andrés Bello –mi alma mater- nos ponen en el nivel más alto de pobreza de la región: 94%.

Debemos ocuparnos nosotros mismos y tratar de armar una arquitectura privada que no pretenda competir o reemplazar al gobierno, sino complementarlo; con un objetivo muy concreto: reponer los recursos humanos que la emigración masiva de 7,1 millones de personas se llevó.

Debemos ayudar a educarlos, alimentarlos, y proveerles salud, con el objetivo concreto medible e identificable (hasta con nombre y apellido de empresa o sector económico) de incorporarlos a la actividad económica que nos permita ir creciendo poco a poco; y, cuando las circunstancias lo permitan, crecer en forma acelerada. No me cabe duda de que podemos hacerlo.

Es el ejemplo de la carreta con 20 millones de personas arriba, empujada por 5 millones de personas. A medida que se bajan pobres de la carreta y dejan de serlo, y ayudan a empujar, y la carreta se hace más liviana y avanza a mayor velocidad.

Por cada punto del PIB que recuperemos, debemos bajar, al menos, un cuarto de punto de pobreza.

Pasando a lo económico, para lograr las mejoras económicas no se puede seguir esperando a un cambio de gobierno. Debemos hacerlo desde ahora, desconectando el ámbito político del empresario. Para que cuando las cosas cambien políticamente, ya tengamos un país un poco más recuperado del tsunami que nos agarró a partir del 2014 con una caída sin precedentes de la actividad, llevándonos en la actualidad a ser 20% de lo que fuimos y, comparativamente hablando, una economía del tamaño de Guatemala o Haití.

Necesitamos impulsar la economía, lograr que el gobierno siga habilitando opciones y tratar de generar suficientes empresas como para absorber la pobreza, por un lado, pero también para hacernos más competitivos. Aún no hemos concientizado que al no estar sancionado el sector privado, tenemos la gran oportunidad de convertirnos –como de hecho, tímidamente, ya lo estamos haciendo- en la válvula de descompresión y la vía de crecimiento.

Concretamente, necesitamos trabajar en la privatización de los servicios públicos, especialmente en el tema de la energía eléctrica, donde solo la inversión privada, podrá rescatarnos. Y que el estado asuma el papel que genuinamente le corresponde que es el de generador de políticas públicas y capital de base para iniciativas empresariales destinadas a la actividad privada.

Porque no hay que olvidar que el Estado no es un ente auto generado, sino que es un servicio de administración que financiamos entre todos, y que tristemente, por las leyes petroleras, terminó distorsionando su rol, y arrastrándonos al desastre que hoy tenemos. Nuestra democracia del 58 es la que nos trajo a esta realidad; tal vez ha llegado el momento de cambiarla.

La elección de Brasil dejó la pregunta sobre si la elección de Lula fue una injusticia. Porque esa es la palabra que utilizó Bolsonaro en su alocución de pseudo aceptación de los resultados electorales, 44 horas después de producidos.

Porque Bolsonaro ganó una gigantesca mayoría en diputados, una mayoría simple en el Senado, y ganó las tres principales gobernaciones de Brasil. Y recibió 50 millones votos, dos menos que Lula, que es quién ganó la elección presidencial. Con 350 mil millones de dólares en reservas y con una disminución continuada del índice de precios… inflación negativa.

Y la sensación de injusticia proviene de que los estados donde ganó Bolsonaro, son los que producen la riqueza para que se alimenten los pobres del país, que son los que le dieron la victoria a Lula… pareciera que ese es el origen de esa palabra.

Pero ambas partes están de acuerdo en que la democracia es así, y que los resultados deben respetarse… aún con la sensación de injusticia. Pero para apreciar objetivamente el panorama a partir del 1 de enero de 2023, Lula con su PT podrá impulsar algunas estrategias de izquierda, pero el resto de su coalición, donde también está la derecha, y la oposición de derecha, limitarán los excesos que pudieran presentarse. El hecho de mantener al presidente del Banco Central, ya es una señal de que los miembros de su coalición tienen un peso importante.

El temor genuino de los opositores, y que también tendrían que tener los socios de la coalición, es que los espacios de maniobra autónoma de Lula estarán alineados con el Foro de Sao paulo y con un asistencialismo excesivo que podría desbalancear al país y escorarlo hacia la izquierda. Pero la gran ventaja es que las protestas de izquierda, frecuentes en nuestros países, serán asimiladas y procesadas por el Lula de izquierda, mientras el resto del gobierno hace las cosas bien.

Otro tema relevante es la pérdida del temor vergonzante que había adquirido la pertenencia a la derecha, como resabio de las dictaduras militares de la región. Ahora la derecha es otra, hay un cierto orgullo de pertenencia y, no solo eso, se va convirtiendo, poco a poco en la esperanza de nuestros países, hasta de los pobres que ya comienzan a avergonzarse de reconocerse de izquierda. Ahora la tendencia está cambiando y, por ejemplo, media Argentina, medio Brasil y media Colombia, son de derecha, y se sienten orgullosos de serlo.

La izquierda perdió su oportunidad de cumplir con su objetivo estratégico y razón de ser, que era mitigar la pobreza. Y solo logró profundizarla y que, con ellos, los pobres, para colmo, ahora vivan peor que antes.

Bueno… es la ley del péndulo, que en tiempos país, se miden en bloques de 50 a 70 años; terminaremos, durante mucho tiempo en manos de una derecha capaz de restituir el valor de la educación y del trabajo, y, tal vez el mayor aprendizaje, asumir las leyes del mercado, que ya tienen más de dos mil años de práctica, y solo hubo mal vivir cuando los que tenían el poder las negaron y se opusieron a ellas.

Recomendación

  • Al gobierno: que revise la posibilidad de extender el uso del dólar como moneda de pago para la administración pública. Porque si en vez de usar las divisas para contener lo incontenible, las derivara al pago de sueldos, pues la masa de bolívares tendería a disminuir y el tipo de cambio pasaría a ser irrelevante. Y ya pudieron comprobar, que todo mercado que se libera, alcanza su propio equilibrio; se sufre al principio, pero se acomoda después. Homeostasis aplicada al comportamiento de la economía… y específicamente a la inflación y al tipo de cambio.
  • A la dirigencia opositora: que revise lo de las primarias. Cuanto más tiempo pasa más se nota que a la gente de base no le interesan, que gran parte de los aspirantes no participarán, y, en caso de haber elecciones participarán por fuera; que en realidad solo se trata de una discusión de poder interno entre ellos, que, al no tener posibilidades de acceso al poder verdadero, pues buscan reacomodarse y quedar mejor posicionados en esta convivencia política perversa que está destinada a nunca cambiar la inercia en la que nos encontramos. Por ahí, no es.
  • A la dirigencia empresarial: que hay que pensar en un nivel más elevado de planificación y estrategia y buscar optimizar la burbuja económica privada a la que nos ha llevado el impacto de las sanciones. Hoy hay una responsabilidad mayor por parte del liderazgo empresarial. Sin competir con el gobierno, pero buscando espacios de bienestar que, por las mismas sanciones, el gobierno ya no puede proveer. Ojalá caigan en la cuenta del desafío que tienen por delante… porque por el momento, aparentemente, no lo ven.

E-mail: btripier@ntn-consultores.com

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 10 min


Eduardo Fernández

El lunes de esta semana, 31 de octubre, se cumplieron sesenta y cuatro años de la firma del Pacto de Puntofijo.

Con ese motivo, el Ifedec, Centro Internacional de Políticas Públicas Arístides Calvani y el Movimiento Social Independiente Unión y Progreso organizaron un Foro con la participación de tres venezolanos muy distinguidos: Rafael Simón Jiménez, Pedro Benítez y Mercedes Malavé.

Me pidieron que hiciera algunos comentarios y esto fue lo que dije:

El Pacto representa un momento crucial en nuestra historia. Gracias a ese acuerdo pudimos disfrutar de cuarenta años seguidos de gobiernos civiles. Es el período de la República Civil, caracterizado por la vigencia del estado de derecho, la primacía de la Constitución, el respeto a los derechos humanos y la alternabilidad republicana.
Sólo comparable con el Tratado de Amnistía y Regularización de la Guerra que en Santa Ana, Estado Trujillo, en 1820, firmaron Simón Bolívar por la República de Colombia y Pablo Morillo por la monarquía española. Tratado en el que tuvo una actuación muy protagónica Antonio José de Sucre, consagrado poco después como el Gran Mariscal de Ayacucho. Con ese Tratado se puede decir que nació el Derecho Internacional Humanitario.

Otro acuerdo político importante en la historia de Venezuela fue el llamado Tratado de Coche que puso fin a la guerra larga, también conocida como la guerra federal. Allí el General José Antonio Páez y Pedro José Rojas del lado de los conservadores gobernantes se pusieron de acuerdo con el Mariscal Juan Crisóstomo Falcón y su segundo, el General Antonio Guzmán Blanco, para poner fin a aquella guerra fratricida.

El Pacto de Puntofijo nos deja tres lecciones muy claras: 1. Los verdaderos políticos, aquellos a quienes podemos llamar estadistas, colocan los intereses nacionales por encima de las agendas partidistas o de las ambiciones personales.

2. Es bueno destacar la importancia que en el Pacto se le da al aspecto programático. No fue un acuerdo para distribuirse el poder. Fue un acuerdo para llevar adelante un programa en beneficio de los ciudadanos, de todo el país.

Y finalmente, 3. El Pacto fue un intento para cancelar el canibalismo político. Los líderes democráticos habían aprendido la lección. El canibalismo en la política es contrario al interés nacional.

Ojalá el liderazgo político contemporáneo tenga presente estas tres lecciones que se derivan del Pacto de Puntofijo.

Seguiremos conversando.

@EFernandezVE

 1 min


Carlos Raúl Hernández

“No podemos seguir gobernados pasivamente por las leyes de la ciencia, ni de la economía…”
(Asamblea estudiantil. Toulouse 1968)

El llamado mayo francés de 1968 conjuga dos terremotos contradictorios en el pensamiento, apocalipsis o integración, yin y yang. La rebelión contra el oscurantismo y la represión a las mujeres de los años 50 toma el mundo; los anticonceptivos y la minifalda, el gran invento de Mary Quant. Irrumpen al mercado laboral, las universidades, bajo el influjo de la TV, el cine, el rock, música sexual de Elvis y Jagger. Pero en esa legítima y auténtica explosión de libertad se camuflaba el radicalismo totalitario que quiere cambiar la naturaleza humana, machacar la médula, las entretelas, las moléculas de la vida: la familia, el trabajo, la escuela, la religión, el hogar, y esas semillas aún pugnan por retoñar. En consignas poéticas vertían su despotismo inspirado en el Libro rojo de Mao, los delirios de Herbert Marcuse y la revolución cubana por una moral revolucionaria y colectivista que daría fin a “burguesas” libertad moral, individuo y vida privada. “Cubano, trabaja. Tu mujer la vigila la revolución” fue la consigna para que, aplacados los celos, los hombres se entregaran a la adefésica zafra “de las diez mil toneladas”.

Para Marcuse, la familia proletaria sustentaba al sistema y la fuerza motriz de la revolución tendrían que ser delincuentes, presidiarios, drogadictos, marginados y antisociales. Las calles anarquizadas de París fueron el gran aquelarre para Michel Foucault en submundos sórdidos donde lo mordió el SIDA. Manifestaciones de la Unión Nacional de Estudiantes terminan en violencia con la policía, el cierre de La Sorbonne, Nanterre y la educación media, los sindicatos de izquierda llaman a una huelga general para derrocar el capitalismo. Se decreta cacería de brujas contra profesores no suficientemente revolucionarios. El más brillante de todos los bribones, Jean Paul Sartre, fungía de gran Inquisidor e hizo expulsar de la universidad a Raymond Aron, el pináculo del pensamiento francés del siglo XX.

Francia, Italia, EEUU, Alemania, Inglaterra, al decir de Marcuse, eran sociedades oprimidas, enajenadas por el “bienestar”, el consumo, pero en las calles vivían formas extremas de libertad, prohibido prohibir, pero soñaban con el paredón de la Revolución Cultural China, Enver Hoxda de Albania y Fidel Castro. Las huelgas eran “salvajes”, sin objetivos, no por mejoras laborales sino para derrocar el orden burgués. A mediados de ese meteórico mes, había diez millones de huelguistas, 2/3 de la fuerza de trabajo. En la capital histórica de las barricadas, había algunas en las que día y noche un piano interpretaba jazz. Al principio del enfrentamiento, la fuerza pública dejó miles de heridos, luego la policía se repliega. Pero en medio hay una figura excepcional. El presidente Charles De Gaulle era un personaje épico, de un valor personal casi imposible. Fue baleado en tres ocasiones y recibió un bayonetazo cuerpo a cuerpo. En 1916 perdió el conocimiento por una explosión de gas mostaza y lo secuestraron los alemanes, de los que intentó fugarse cinco veces. Caminaba en medio de balaceras sin siquiera bajar la cabeza, en medio del pánico colectivo.

De Gaulle abandona el palacio del Elíseo, “estaba caído”, pero el hombre de hierro no dio su brazo a torcer y se refugió en una base francesa en territorio alemán, Baden-Baden, dirigida por uno de sus mejores amigos de la guerra. Francois Mitterrand declaró que “en Francia el Estado dejó de existir”. El 30 de mayo, después de crear una situación de ansiedad límite con su desaparición, emerge y afirma, contra las conjeturas, “no renunciaré…probaré a los franceses que los fanáticos del totalitarismo y la destrucción hicieron un carnaval”, y anuncia elecciones adelantadas para el 23 de junio, en las que triunfó apoteósicamente. Como dijo Marcuse, De Gaulle convirtió “cada barricada, cada automóvil incendiado… en decenas de miles de votos para el gobierno”. Los revolucionarios sacan un millón de manifestantes, con la consigna elección=traición, los cuerpos de seguridad se despliegan en los Campos Elíseos en Estado de emergencia.

Por fortuna los abstencionistas suspenden la movilización, aceptan el proceso electoral y todo termina en los bistros abarrotados de manifestantes que combaten contra las existencias de vino y cerveza. Mattei Dogan en su monumental obra Ciencia política y otras ciencias sociales dice que 57% de los franceses rechazaban un golpe de Estado y votaron contra la insania revolucionaria, que ahogó en odios y vituperios a los que la cuestionaban. Los estudiantes de Nanterre recibieron con vítores a los sindicatos en una gran asamblea, y minutos después los corrieron a insultos porque estos ya no querían expropiar las fábricas. Simone de Beauvoir escribe en El pensamiento político de la derecha: “…el pluralismo es burgués porque la revolución tiene una verdad única”, y su carnal Sartre, padrino de la revolución de mayo, denuncia la traición del Partido Comunista por asumir preceptos burgueses como el pluripartidismo. Aron repudia las humillaciones contra honorables profesores que cuestionaban al movimiento, al que define como “una masa de resentimientos en envoltura lírica”. La historia lo absolvió. (Youtube: Aron analiza mayo 68)

@CarlosRaulHer

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Ismael Pérez Vigil

“¡Ay! ¡Ay! ¡Utopía, que alumbras los candiles del nuevo día!”

Joan Manuel Serrat

Esta tan adormecido el mundo de la política opositora, que es el mundo de la política que realmente me interesa, que hoy me permito, con la venia de quienes me leen, referirme a un tema, igualmente político, pero un tanto más personal.

Da pie a esta nota algunos comentarios y críticas a mi artículo de la semana pasada, −¿Facil,2024?: https://bit.ly/3SSfq7U, pues a varias personas sorprendió y les lució un tanto pesimista. Para nada, no estoy en absoluto pesimista; es más, creo que el pesimismo no conduce a nada, aunque no se vea fácil, ni cerca, una salida a la oprobiosa situación en que vivimos precisamente por eso, no se puede ser pesimistas.

Las preguntas.

Entre los comentarios recibidos a mi artículo, están los de un amigo, quien vive en el exterior y me pregunta, sin “anestesia”, ni ambages: “Personalmente, ¿qué te emocionaría, entusiasmaría y motivaría, a ti?”. Naturalmente le respondí −siempre lo hago a quienes me comentan, interpelan o preguntan, aunque sea duramente, pero en quienes veo intención y deseo de profundizar−, y le aclaré en mi respuesta que dejaría de lado el tema de la “motivación”, pues creo estar bastante motivado, aunque lo dosifique; pero otra cosa es eso de qué me emocionaría y entusiasmaría, que creo tenerlo más claro.

Las respuestas.

De la respuesta al interrogante de mi amigo, cualesquiera de las que le describí, juntas o por separado, me entusiasmarían y emocionarían… por ejemplo:

Que salgamos de la elección primaria con un candidato, con potencial de líder, al que todos consideremos que es un ser humano, como cualquier otro, lleno de defectos y con algunas virtudes, al que todos le daremos el beneficio de la duda, de que es capaz, honrado y honesto, para conducir al país a una campaña exitosa contra el régimen.

· Que los candidatos derrotados en la elección primaria conformen el Comando de Campaña del ganador, con el segundo que quedó, presidiéndolo, y que todos se lancen por el país a hacer campaña por conseguir votos para quien ganó, sin mezquindad ninguna.

Que partidos, oenegés, “opinadores” y ciudadanos politizados, salgamos con el “Plan País” en la mano, consciente de que no contiene todo lo que nos gustaría, conscientes, también, que es documento perfectible, pero que puede ser la base de un programa alternativo para proponer a la gente y entusiasmarla a votar por el candidato unitario y construir, con base en ese programa imperfecto, un país diferente.

· Que todos los partidos y oenegés dedicadas a la política, salgan de la comodidad de sus teclados y redes sociales a recorrer las calles en los municipios, pueblos, ciudades y estados en donde cada uno es más fuerte, a entusiasmar a la gente a votar y convencerla de que es posible derrotar electoralmente al régimen y defender ese triunfo.

· Ver que los partidos publican en todas sus redes sociales y por todos sus medios disponibles, sus programas de formación y de profundización de sus doctrinas, dirigidos a sus militantes, especialmente a los más jóvenes.

· Que los partidos −apoyados en las oenegés y en los ciudadanos− convoquen a procesos internos de selección de sus lideres y autoridades, en todos los niveles de sus respectivas organizaciones y que veamos surgir de allí algunas caras nuevas y no solo las mismas que hemos visto en los últimos treinta años, o más.

Que la Plataforma Unitaria termine de publicar su reglamento interno de funcionamiento y de toma de decisiones, para que pueda ser seguida y con trasparencia la lógica de sus decisiones.

Y así pudiera seguir, con un interminable listado de ¿utopías?, pero creo que las señaladas son suficientes.

Alguien me hizo también la observación de cómo salir de ese “…pesado retraso o adormecimiento opositor… [ese que] … ve el venezolano común, el hombre de la calle, el ciudadano acogotado por la crisis…− ”Facil,2024?: https://bit.ly/3SSfq7U y esa respuesta es más complicada.

Lo individual vs lo colectivo.

Sin adentrarme en complejas doctrinas económicas y consejos sobre políticas públicas, me sumerjo en cambio en las complicadas aguas filosóficas o psicológicas y comienzo por una formula simple: Como yo lo veo, la mayoría de las veces la solución a los problemas no es una respuesta, solamente individual. Es sin duda individual la decisión de enfrentar algunos problemas y sin la disposición individual, inicial, es imposible enfrentarse a muchos de los problemas del país. Pero la individual funciona como respuesta a los problemas estrictamente personales, de pareja o algunos familiares, no muchos. Pero, cuando un problema, como el que nos afecta en Venezuela, que es colectivo, social, que impacta a muchos, a millones, se pretende enfrentar de una manera individual, el problema difícilmente se resuelve, pues su dimensión y efectos nos superan individualmente; esa acción en solitario, aparte de ineficaz, en el mejor de los casos usualmente para lo que sirve es para tranquilizar la conciencia, pero no para resolver el problema.

Conclusión.

Probablemente esa concepción de enfrentar y tratar de resolver los problemas sociales y colectivos de manera individual, se debe a que la formación, la educación, la capacitación que nos permite enfrentar las cosas, es por lo general también individual; pero, como ya dije, usualmente, dada su magnitud, importancia y efectos, la solución de los problemas es colectiva, social y si no los enfrentamos así, es muy difícil que se resuelvan. A lo mejor nuestro problema individual lo resolvemos, pero todo lo demás seguirá igual y a la larga se nos devolverá y nos seguirá afectando; de lo que se trata es de resolver los problemas del país y de todos, de “nos-otros”.

También esa manera de encarar las cosas, probablemente, es un resultado de nuestra formación y educación excesivamente individualista; y quienes tuvieron formación religiosa, en nuestro país mayormente cristiana, católica, por una errada concepción de esa religión se exacerbó ese “sentimiento” individualista. Y, permítanme la digresión, incluso la “salvación” no es un acto individual; la muerte, que es el paso a ese más allá, preludio de la “salvación, en efecto usualmente nos sorprende solos, no en soledad, pero si individualmente, de allí probablemente esa concepción de “salvación individual”, pero, repito, ni siquiera ese es un acto individual.

Si queremos salir de esta ignominia, no podemos enfrentarla de manera individual, requiere del concurso de muchos, de todos. Y de esta manera concluyo y me disculpo por distraerlos, con un tema que me alejó algo del campo de la política, del cual usualmente me ocupo.

https://ismaelperezvigil.wordpress.com/

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Peter Tase

Los niveles tóxicos de corrupción y la falta de disciplina en los altos mandos militares, el ministro del Interior Federico Alberto González Franco apoyando a Rusia, Irán y Brasil, y el liderazgo irresponsable de la Fiscal General del Estado Sandra Raquel Quiñonez Astigarraga son la esencia de la realidad sociopolítica del Paraguay.

La fiscal general Sandra Quiñonez Astigarraga y el presidente Mario Abdo Benítez se han mostrado refractarios a investigar los crecientes casos de violaciones de derechos humanos y torturas cometidos por la cúpula de las Fuerzas Armadas de Paraguay en el LICEMIL Liceo Militar “Acosta Ñu”.

Esta institución es convertida en un campo de concentración igual al de Dachau por el coronel Carlos Martínez; el Teniente Coronel Aquiles Villalba, el Teniente Coronel Cristhian Candia, el Teniente Coronel Osvaldo Candia y el Capitán José Lizza.

Todos estos personajes repulsivos evocan los días oscuros de la batalla de Acosta Ñu en el 1869, donde miles de niños murieron en el campo de batalla, y hoy, en el tercer milenio, los jóvenes y prístinos cadetes del Paraguay se enfrentan por sus superiores compatriotas utilizando mecanismos de tortura similares a las atrocidades cometidas por el brasileño Luis F. María Fernando Gastón de Orleans en el 1869.

La fiscal general Quiñonez, ha fallado flagrantemente en investigar las comunicaciones clandestinas mantenidas entre el Ministro Federico Alberto González y sus superiores en Moscú y Brasilia. Además, Quiñonez no tiene voluntad en arrojar luz y llevar ante los tribunales de justicia a todos los presuntos paramilitares, contratados por el ministro González y sus socios comerciales, para usar armas de gran calibre y matar a indígenas inocentes que viven en Canindeyú, San Pedro y otras provincias del Paraguay.

El 11 de octubre de 2022, el ministro Federico Alberto González Franco ordenó a su destacamento de seguridad desalojar por la fuerza a varias familias indígenas de su precario hábitat natural en un bosque rústico, para satisfacer a su socio comercial, el propietario de Agroganadera MARCORT.

Quiñonez no ha interrogado al ministro Federico Alberto González en relación con su participación en permitir que el avión de carga Boeing de EMTRASUR aterrice en Ciudad del Este – Paraguay en dos oportunidades distintas (en el 2022).

El actual jefe de estado más zorrillo del Paraguay es peor que el depuesto presidente de Burkina Faso, Roch Kabore; Abdo Benítez durante los últimos tres meses ha humillado a su antecesor, Horacio Manuel Cartes Jara, en actos públicos, mientras a escondidas compra para su avión privado, un Cessna Citation 680 en el Aerocentro, una de las empresas del Grupo Cartes, por un monto de USD 8 millones.

Además, Federico González estuvo muy involucrado en el manejo de las negociaciones secretas de venta de energía a Brasil en 2019 (ITAIPU Binacional), lo que podría causar un daño financiero de más de USD 250 millones de dólares al tesoro nacional del Paraguay.

El 5 de agosto del 2022, cuatro miembros del Congreso de los Estados Unidos; Los representantes Stephanie Murphy, Kathleen Rice, Mark Green y Kurt Schrader, visitaron Asunción para otorgar los laureles del logro a las mismas personas que están destruyendo a las futuras generaciones de la nación paraguaya – dentro de las instituciones educativas de las Fuerzas Armadas de la Nación – y han sucumbido a su país en niveles abismales de corrupción donde las organizaciones internacionales criminales han permeado en el poder judicial y en todas las instituciones ejecutivas.

La Congresista Murphy y sus colegas se reunieron con el ministro Bernardino Soto Estigarribia, custodio en jefe de los jóvenes cadetes en el Liceo Acosta Ñu, el mismo maestro torturador de niños y jóvenes; y con el infame ministro Federico Alberto González Franco, quien desde hace años está al servicio de los intereses de Rusia en América Latina por un par de años.

Los miembros del Congreso de los Estados Unidos también mantuvieron un cordial encuentro con el ministro Esteban Aquino Bernal, otro burócrata inútil y altamente corrupto, quien es el aliado más cercano del actual vicepresidente Hugo Adalberto Velázquez Moreno.

No está claro por qué la Embajada de los EE. UU. en Asunción continúa premiando a la FG Sandra Quiñonez por un ‘trabajo bien hecho’ cuando es evidente que su trayectoria investigativa está sorprendentemente ausente y que no presentó ninguna denuncia contra peligrosos delincuentes y servidores públicos corruptos; frente a esta actitud ella se convierte en la mejor aliada de ministros corruptos, capos de la droga y traficantes de personas en América del Sur.

Washington debe actuar rápidamente y tomar acciones políticas y militares inmediatas para aislar y disuadir a algunos de los delincuentes más peligrosos de América Latina que rodean el gabinete de ministros del presidente Mario Abdo Benítez.

Si bien varios mecanismos dedicados a la percepción internacional de la corrupción son muy generosos con el Paraguay; la evidencia tangible muestra de manera contundente que esta nación sin salida al mar, con el tamaño de California, tiene el gobierno más corrupto del hemisferio occidental.

Es hora de que Washington inicie una nueva era de acciones militares y diplomáticas en el Paraguay, corte la ayuda financiera, ya que el crimen organizado ha tomado como rehén a todo el país.

Mientras la Casa Blanca lucha por armonizar sus acciones diplomáticas en Asunción, Mario Abdo Benítez, Federico Alberto González Franco y su vicepresidente Hugo Adalberto Velázquez Moreno siguen escondiéndose como un avestruz o mejor dicho en la comunidad lejana de Kavaju Retã, Caazapá: “oñemokuré rama vý hina”.

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