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Opinión

Ismael Pérez Vigil

La estrategia opositora, en lo inmediato, supone dos cosas: Lograr un proceso de negociación con el régimen y preparar una estrategia de campaña electoral.

Aun cuando para nadie es un secreto, como señalé en mi artículo de la semana pasada, las dificultades que enfrenta la negociación −sobre todo porque la fortaleza opositora se basa en el apoyo internacional, pero sin una fuerza interna muy firme que obligue al gobierno a aceptar sus términos de negociación−, la posibilidad se reabrió y es una oportunidad que se debe aprovechar.

La negociación con el régimen es, por tanto, el contexto político en el cual hay que evaluar las tareas que tiene por delante la oposición democrática, ante la inminente elección presidencial del 2024, o antes; así como me concentré en mi artículo anterior en la “negociación”, me propongo ahora evaluar las tareas de la oposición frente a su actual situación y el tema electoral.

Las grandes tareas opositoras

La tarea primordial es desarrollar la oposición; una oposición vigorosa, que sirva de referencia a los aliados internacionales, que sea advertencia a quienes internamente apoyan por la fuerza un régimen en decadencia, condenado a desaparecer, cuanto antes mejor; y que sea factor de aglutinación para la resistencia opositora interna. El “cómo” hacer eso, es el problema.

No hace falta que las encuestas nos confirmen el rechazo del país al actual régimen; lo sabemos por los resultados electorales pasados y por las protestas diarias por los más variados temas. Lo importante es como amalgamar todo ese malestar para que se produzca el resultado deseado y para ello lo primero, la decisión primigenia y fundamental es la de participar en los procesos electorales; que parece que es un objetivo ya logrado. Sea que se tome la posición de los que dicen que “siempre ha habido fraude” y por eso “no vale la pena participar en los procesos electorales”; o sea que, como afortunadamente ha ocurrido, se vaya a participar, el resultado es el mismo, somos la mayoría del país y por lo tanto, ya que vamos a participar, debemos prepararnos para ganar, lo que no es una tarea trivial ni exenta de enormes dificultades.

La unidad opositora en torno a la selección del candidato, por el método más democrático y de mayor consenso y aceptación posible no es el único problema, ni siquiera el más importante. En otras ocasiones he mencionado que el éxito electoral se basa en un trio de factores que comprende: un candidato, un programa de gobierno y la narrativa para llevar adelante un mensaje. Los tres, candidato, programa y mensaje, son factores que deben cautivar y entusiasmar a una población hastiada de la política y sometida durante dos décadas a un intenso bombardeo en contra de la democracia y el valor del voto.

A ese respecto, lo que menos me preocupa es el tema de la “unidad”, pues no tengo la menor duda que al final los partidos, sus líderes, se pondrán de acuerdo para seleccionar, por algún método de primarias, como ya han dicho, un candidato unitario; y si no lo logran, tampoco importa, pues el pueblo “construirá” con su voto, esa opción unitaria, como lo ha hecho desde 1998, en contra de este régimen de oprobio; y desde mucho antes, durante el periodo democrático, que llegó a polarizarse entre dos opciones, AD y Copei, con más del 91% de los votos.

En síntesis, desde luego necesitamos ese candidato unitario, pero además necesitamos que se diseñe una campaña proselitista opositora, que recorra el país con una estrategia apoyada en propuestas sólidas para resolver los problemas que nos aquejan, con un discurso, una narrativa, que motive a la población y un programa de consenso a desarrollar como gobierno; todo ello debe ser el producto de una alianza política y social mucho más amplia que la que pueden y deben aportar los partidos −exhaustos como están y sobrepasados por las expectativas populares−, para ejecutar las transformaciones necesarias. Soslayado el tema de la “unidad”, partiendo de la base que programas y planes tenemos suficientes, nos queda el mensaje, la narrativa, a lo que me referiré en otra oportunidad; por tanto, me concentraré hoy en otros problemas, igualmente reales.

Los problemas reales

Dos son las tareas primordiales; una, lo ya dicho: llegar cuanto antes a un proceso de negociación que ponga al régimen nuevamente en el centro de la atención internacional y a la oposición democrática como la referencia de cambio; y dos, aunque son muchas las tareas pendientes para fortalecer a la oposición, no podemos obviar la importancia de prepararnos para la actividad inmediata, ineludible, que tenemos a la vuelta de la esquina, que son unas elecciones presidenciales, que inexorablemente se llevarán a cabo, si no hay cambios, en el 2024, pero que sabemos que el régimen que controla todos los poderes y la FFAA, las puede mover, atrasar o adelantar, a su conveniencia. Por eso, estar preparados es urgente.

En ese sentido, tarea inmediata es enfrentar el tema electoral, para ganar −que es el objetivo− y eso implica encarar algunos de los problemas prácticos, reales, como son:

– Uno, como enfrentar, romper y captar una parte de esa masa indiferente, de más del 30% del país, que desde 1998 no se acerca a los centros electorales, no importa quien sea el candidato o cómo haya sido seleccionado ni de qué proceso electoral se trate. Esa masa indiferente de la política, probablemente con algunas razones válidas, se constituye en un peso muerto del cual debemos rescatar algo. Clave aquí es el mensaje, la narrativa, que ya dije que será tema para otro día.

– Dos, cómo recobramos ese 20%, 25%, o más, de abstención electoral, adicional, que se sumó a la política abstencionista en los últimos procesos electorales, desde 2017, y que, al no tener una política consciente, simplemente se confunde con la masa indiferente abstencionista, sin propósito, ni fin, como no sea el hastío.

– Tres −y aquí me extiendo algo− cómo rescatamos el mayor caudal posible de esos casi tres millones y medio de votos que están en el exterior; cuánto de esa fuerza dispersa podremos lograr que cambie de domicilio en el Registro Electoral (RE) y vote. Y esa no es una dificultad menor, sobre cuyas opciones debemos tener claridad, pues sin duda será uno de los temas arduos de cualquier negociación con el régimen, que sabe que ese caudal de votos está en su contra y ya algunos de sus voceros han declarado al respecto, como por ejemplo una magistrada del TSJ que ha dicho que: “… el voto no forma parte del estatuto personal del individuo y por tanto no es obligatorio garantizarlo fuera del país… no siendo obligatorio el voto, sino facultativo ¿por qué hay que facilitarlo en el exterior?” (Carmen Zuleta de Merchan, Twitter, 31/05/2022). Actualmente hay solo 108 mil inscritos para votar en el exterior, que con las normas actuales no tienen prácticamente dónde hacerlo, pues la mayoría de los consulados en España, Colombia y EEUU, además de otros países suramericanos, están cerrados y no hay interés en reabrirlos, para que los emigrantes se puedan inscribir en el RE y mucho menos para votar. Lograr eso, lograr el presupuesto y la voluntad para hacerlo, será una de las partes más arduas de la negociación con el régimen y al respecto, no debemos tener muchas esperanzas. Necesario es, entonces, romper el paradigma del voto presencial en el exterior, que los votantes allá lo hagan en las mismas condiciones que el votante que está en Venezuela; preciso es luchar por lograr el voto electrónico, a distancia, o como se quiera llamar, como he planteado en otra oportunidad, y que no es una tarea fácil pues implica modificar leyes, reglamentos, disponer de presupuesto para instalar centros y mesas de votación, etc. lo que supone, obviamente, un acuerdo político con el régimen. El voto en el exterior hay que afrontarlo con una idea en mente: cualquier número de inscritos por encima de 108 mil, será ganancia para la oposición.

– Cuatro, cómo captar la mayoría del millón y medio o más de venezolanos que están en Venezuela, en edad de votar y que no se han podido inscribir en el RE; cómo lograremos que se incorporen al RE, antes del 2024. Esa es una tarea más a la mano y más factible de lograr, con organización y presión interna.

– Cinco, cómo fortalecemos esos partidos que han sido despojados por el régimen de sus nombres, colores, sedes, directivas y líderes y han sido entregados a grupos usurpadores, que han aceptado ese ignominioso papel; cómo hacer para contribuir a ese rescate y, por supuesto, para que se incorporen activamente a apoyar en la campaña electoral.

– Seis, cómo nos organizamos para cubrir el ciento por ciento de las mesas y quedarnos hasta el final de las auditorias, para evitar que se roben los votos, los falseen o no los cuenten, en aquellos centros que en el pasado no logramos cubrir.

– Siete, cómo nos organizamos para defender los resultados y que haremos en el caso que no los quieran reconocer.

Los anteriores “cómo” son algunos de los problemas reales que hay que encarar, que desde luego no son para que los ventilemos por redes sociales, pero sí debemos esperar que se van a considerar a fondo en los apropiados niveles políticos.

Conclusión

Como ya dije, no son las anteriores las únicas tareas a desarrollar para fortalecer a la oposición, pero son de las que de manera inmediata nos debemos ocupar para llegar a un proceso electoral presidencial en mejores condiciones que en el pasado, para obtener una victoria en el mismo. ¿Nos garantiza eso que el régimen reconocerá el triunfo y entregará el poder? Si somos sinceros, no lo sabemos pues nunca los hemos derrotado en una elección presidencial. No es lo mismo arrebatar o desconocer un concejal, una alcaldía, una gobernación, incluso la Asamblea Nacional, que arrebatar una elección presidencial en donde se juega el centro del poder. Pero en todo caso, ese es el esfuerzo a realizar, una vez que se ha decidido participar en el proceso electoral y asumiendo, como todos lo hacemos −incluidos los que adversan la participación electoral− que contamos con que la mayoría del país quiere un cambio político.

Reitero y concluyo entonces, dos son las tareas fundamentales: una, llegar cuanto antes a un proceso de negociación, que nos fortalezca interna e internacionalmente; y dos, prepararnos para la actividad inmediata, ineludible, inexorable, de ganar las elecciones presidenciales en 2024.

Politólogo

https://ismaelperezvigil.wordpress.com/

 8 min


Fernando Mires

No es necesario ocultarlo. Entre las democracias occidentales que apoyan a Ucrania y adversan a Putin, hay diferencias. Para simplificar podríamos afirmar que esas diferencias tienen lugar entre quienes sostienen que para terminar la guerra cuanto antes hay que ofrecer mediante concesiones una salida “digna” que no "humille" a Putin, y otra línea que sostiene que primero hay que derrotar militarmente a Putin.

Uno de los primeros en plantear ese dilema occidental fue el filósofo alemán Jürgen Habermas al elogiar al por la prensa vilependiado canciller Olaf Scholz, quien ha tratado de conciliar lo aparentemente no conciliable, a saber, apoyar a Ucrania pero sin llegar a una intervención que invite a Putin a escalar hacia una confrontación con los países miembros de la OTAN.

Como Habermas no es un político sino un filósofo social, limitó su exposición a presentar el dilema sin definirse por uno de sus términos. ¿Cómo no perder sin ganar una guerra? Es su tácita pregunta. Imponiendo una alternativa diplomática, que dejando descontentos a ambas partes, no pase por la vía de la humillación a ninguna de ellas, podría ser una respuesta provisoria. Esa al menos parece ser la posición del presidente de Francia Emmanuel Macron quien, utilizando el verbo humillar, sugiere abrir una rampa a Putin para que, logrando algunos de sus objetivos (no ha dicho cuáles) pueda presentarse ante los suyos sin humillarse. Dicha posición ha sido criticada con firmeza por la historiadora Anne Applebaum, y por los analistas políticos Alina Palakova y Daniel Fried

De acuerdo a Applebaum, crear una salida a Putin supone otorgarle el crédito de cumplir con los acuerdos que subscribe, algo que ha demostrado no hacer desde el momento en que invadió a Ucrania, violando incluso los tratados por el mismo firmados. Putin, aduce, no está interesado en lograr ningún compromiso. Textual: “Putin ha dejado claro que destruir Ucrania es, para él, un objetivo esencial, incluso existencial. ¿Dónde está la evidencia de que lo ha abandonado?”. En ese punto tiene razón Applebaum. Solo se negocia a partir de la voluntad de negociar, y no por una, sino por ambas partes.

En el mismo sentido de Applebaum se han expresado opinadores que día a día pulsan el curso de la guerra. Entre ellos, Alina Palakova y Daniel Fried, quienes afirman: " .....La guerra a Ucrania no es similar a un conflicto del siglo XVlll o XlX en el que una provincia podía pasar de un país a otro sin consecuencias catastróficas para la mayoría de las personas que allí viven".

No puede hablarse de territorios sin pensar en los habitantes de esos territorios, dicen Palacova y Fried . "Aquellos que piden a Ucrania que ceda territorio deben, por lo tanto, asumir las consecuencias. Millones de personas no volverían nunca a sus hogares. Miles de civiles serían asesinados, torturados y violados. Los niños serían separados de sus padres".

Que a Putin no interesa negociar antes de haber logrado su objetivo, la destrucción de Ucrania, es un problema. Pero el problema mayor lo ven los autores citados en una verdad irrefutable: toda negociación con Putin implica conceder territorialidad.

La pretensión de convertir la territorialidad de Ucrania en objeto negociable aún cuando estamos lejos de alcanzar el fin de la guerra, no es un infundio. A diferencias de Macron que habló de negociar territorialidad solo entre líneas, el ex secretario de estado, Henry Kissinger, todavía una de las voces más influyentes en política internacional, lo dijo sin ambages. Según Kissinger, Estados Unidos y Occidente no deben buscar una derrota vergonzosa para Putin, advirtiendo que así podría empeorar la estabilidad de Europa a largo plazo. La idea de Kissinger es la de llegar a un status quo, pero sobre la base de que Ucrania deba ceder territorio a Rusia.

Como era de esperarse, Kissinger fue muy criticado por quienes apoyan a las fuerzas patrióticas de Ucrania. Y con razón. No es posible hablar de ceder territorios en medio de una guerra que tiene justamente como objetivo defender territorios. Tampoco es posible hablar de ceder territorios cuando ni siquiera ha habido un atisbo de negociación entre las partes en conflicto. Tal como fueron dichas, las palabras de Kissinger en Davos fueron un llamado a la capitulación de Ucrania. Zelensky, al escucharlas, no pudo ocultar su desilusión, incluso, indignación. Describió las sugerencias de Kissinger como similares a los intentos de apaciguar a los nazis en el periodo previo a la Segunda Guerra Mundial. “Tengo la sensación de que en lugar de año 2022, el señor Kissinger tiene 1938 en su calendario”, dijo con doliente ironía.

Lo más probable es que Kissinger haya pensado de acuerdo a su propio modelo geoestratégico al que continúa siendo fiel. Puede ser también que sus sugerencias apaciguadoras no tengan solo como referencia a Ucrania sino a voces beligerantes de los Estados Unidos, me refiero explícitamente a algunas declaraciones hechas por Joe Biden y por su ministro de defensa Lloyd Austin. A esos dos puntos me referiré a continuación.

Dijo Joe Biden en marzo: “Putin no puede permanecer en el poder”. Agregó el ministro de defensa Lloyd Austin en abril, que esperaba “ver a Rusia debilitada hasta el punto de que no pueda hacer el tipo de cosas que ha hecho al invadir a Ucrania”. Haciéndose eco de ambas declaraciones, escribió Max Boot, redactor del Washington Post, en mayo: “Rusia debe sufrir una derrota tan devastadora que pasarán muchas décadas antes de que otro líder ruso piense en atacar a un país vecino”. De acuerdo a la primera declaración, la del presidente, el objetivo es desbancar a Putin. De acuerdo a la segunda, la del ministro, el objetivo es inhabilitar militarmente a Putin. Las dos declaraciones sugieren avanzar más allá de la defensa del territorio de Ucrania, es decir, más allá de los límites fijados por el mismo gobierno de Zelenski. Probablemente contra ese exceso de épica reaccionó Henry Kissinger.

En el mismo sentido, Kissinger se pronunció en contra de quienes desde el gobierno norteamericano han iniciado una confrontación verbal con el gobierno chino sobre el tema de los derechos humanos y sobre una probable ocupación china de Taiwán. Es evidente, para Kissinger, y con toda razón, EE UU no está en condiciones de enfrentar a dos superpotencias al mismo tiempo.

Por cierto, Kissinger exageró la nota al poner sobre la mesa la distribución de territorios que no le pertenecen a nadie sino a Ucrania. Explicable en ese sentido la ira contenida del presidente Zelenski. Sin embargo, todos los que manejan algunas nociones de política internacional conocen el pensamiento de Kissinger. En su libro World Order expone mejor que en otros la esencia de su esquema geoestratégico. Para el ex ministro existen, en efecto, tres poderes geopolíticos: China, Rusia y los EE UU. La garantía de la paz mundial la fundamenta en una noción para el, clave: equilibrio. Ese equilibrio pasa por una definición clara de la territorialidad y de las esferas de influencias de cada potencia.

Kissinger no es ingenuo y sabe muy bien que las aspiraciones de las tres grandes potencias no pueden permanecer congeladas y por lo mismo hay desplazamientos que deben ser diplomáticamente discutidos, pero teniendo en vista dos objetivos: la paz y el equilibrio mundial. Probablemente desde su óptica global a Kissinger el tema de Ucrania le parece muy poca cosa para desatar una guerra que podría llevar al holocausto nuclear. Si quisiéramos reproducir sus palabras en jerga popular, podríamos traducirlas así: "entreguemos a Putin "ese par de kilómetros más que él quiere en Donbass" (dixit), y busquemos todos juntos una solución para seguir viviendo en paz”. En otras palabras, se trataría de imponer el mismo juego que hizo Kissinger bajo el gobierno de Nixon al decidir hablar directamente con Mao ofreciendo retirar a EE UU de Vietnam si China y no la URSS lo integraba dentro de su zona de influencia. Pero por otra parte cabe la pregunta: ¿Está seguro Kissinger que los deseos de Putin pueden ser medidos en metros cuadrados?

Una opinión exactamente contraria a la de Kissinger mantiene por ejemplo la profesora ucraniana Tatania Stanovaya: "Sin embargo, los principales objetivos de Putin en esta guerra nunca han sido adquirir territorios; más bien quiere destruir Ucrania en lo que el llama un proyecto "antiruso" y así evitar que Occidente use el territorio ucraniano como cabeza de puente para realizar actividades geopolíticas antirusas".

Tal vez sería necesario decir a Kissinger que Ucrania no es Vietnam. Ucrania es un país europeo e institucionalmente democrático. Ucrania pertenece a la comunidad política occidental. Y Occidente, a diferencia de los EE UU en Vietnam, no ha perdido todavía la guerra. Las opiniones de Kissinger, en ese punto tiene razón Zelenski, están fuera de tiempo y de lugar. Pero tan fuera de tiempo y lugar como la declaraciones de Biden y Austin. Lo que tienen en común las tres declaraciones, la del presidente, la del ministro y la del exministro, es referirse a Ucrania como a un objeto inerte. Para los dos primeros la guerra en Ucrania sería un medio para liquidar militarmente a Rusia. Para Kissinger sería necesario convertir a Ucrania en una pieza de cambio en aras del equilibrio y de la paz mundial. Las palabras de Biden y Austin subordinan la negociación a la guerra. Las de Kissinger la guerra a la negociación.

Puede pensarse que políticos como Biden y Austin se han expresado de modo épico en un sentido propaganístico. Al fin y al cabo toda guerra contiene una confrontación gramatical. Fue probablemente esa razón la que llevó al presidente Biden a escribir -esta vez con prestancia de estadista- un clarísimo artículo, dirigido no solo a sus lectores sino también al propio Putin. En ese artículo titulado "Esto es lo que los EE UU hará y no hará en Ucrania", Biden precisó nueve puntos:

1. "La meta de los EE.UU es clara: queremos que Ucrania sea democrática, independiente, soberana y próspera, y que tenga los medios para repeler más agresiones y defenderse de ellas".

2. "Esta guerra acabará de manera definitiva mediante la diplomacia".

3. "Seguiremos cooperando con nuestros aliados en las sanciones contra Rusia, que son las más fuertes que se han impuesto contra una economía importante".

4. "También continuaremos reforzando el flanco oriental de la OTAN".

5. "No buscamos que haya guerra entre la OTAN y Rusia".

6. "No estamos alentando ni permitiendo que Ucrania ataque más allá de sus fronteras".

7. "Nada sobre Ucrania sin Ucrania".

8. "Cualquier uso de armas nucleares en este conflicto, a cualquier escala, sería completamente inaceptable para nosotros, así como para el resto del mundo, y tendría graves consecuencias".

9. "Apoyar a Ucrania en estos momentos de necesidad no solo es lo correcto. Es nuestro interés nacional vital garantizar una Europa política y estable, y dejar claro que no por tener la fuerza se tiene la razón"

En fin, todos los demócratas del mundo -Biden también- deseamos que ese excremento del demonio llamado Putin sea derrotado sin apelaciones en Ucrania. Sería hipocresía no decirlo. Pero entre el deseo y su realización está el muro de la realidad, debe haber pensado Biden. Como se deduce de su artículo, toda guerra requiere de límites (aunque para Putin esos límites parecen no existir) No podemos sino concluir entonces en que la guerra de Rusia a Ucrania deberá terminar, como dicen Zelenski y Biden, con una negociación. Probablemente con un acuerdo transitorio que no dejará feliz a ninguna de las partes.

Quizás por eso mismo no vale la pena ocultar que la alianza atlántica mantiene en su interior dos tendencias: una más negociadora que épica, representada en el eje Alemania-Francia. Otra más épica que negociadora, representada en el eje Inglaterra-EE UU. De la comunicación y del debate entre ambas tendencias depende el curso y el discurso de la guerra.

Lo que desde el punto de vista ético y político no es posible aceptar es que la línea negociadora pase por encima de las posiciones del gobierno de Ucrania, como se desprende de la posición de Kissinger. Como dijo Biden: "Nada sobre Ucrania, sin Ucrania" . Pero tampoco la alternativa puede ser asumir un delirio épico irresponsable que, usando el nombre de Ucrania, lleve la guerra a un punto de no retorno.

El punto arquimédico situado entre la guerra y la paz, no ha podido ser encontrado. Y no lo será porque ese punto no yace fuera de la guerra, sino en su interior. El curso de la guerra determinará su discurso, no al revés. Y eso quiere decir: la única alternativa que en estos momentos tiene Occidente es intentar hacer mejor lo que está haciendo: Apoyar a Ucrania con todos los medios a disposición. Y al interior de cada país, continuar debatiendo, haciendo uso de ese don que diferencia al occidente democrático de las autocracias: la participación en el discurso colectivo por medio de la palabra. Sea la pensada, la hablada o la escrita.

Este texto es la reelaboración ampliada y actualizada de un capítulo de un ensayo del autor titulado "El discurso de la guerra".

REFERENCIAS:

Alina Polvakova, Daniel Fried: UCRANIA: PAZ SÍ, PERO NO A CUALQUIER PRECIO (polisfmires.blogspot.com)

Anne Applebaum - ¿QUÉ SIGNIFICA DERROTAR A RUSIA? (polisfmires.blogspot.com)

JÜRGEN HABERMAS - ¿HASTA DÓNDE APOYAMOS A UCRANIA? (polisfmires.blogspot.com)

Henry Kissinger - WORLD ORDER, 2014

Max Boot - No te preocupes por los sentimientos de Putin. Rusia debe pagar por su invasión (polisfmires.blogspot.com)

FERNANDO MIRES - SOBRE LA GUERRA DE RUSIA A UCRANIA (textos) (polisfmires.blogspot.com)

Tatiana Stanovaya- EN LO QUE OCCIDENTE (TODAVÍA) SE EQUIVOCA SOBRE PUTIN (polisfmires.blogspot.com)

10 de junio 2022

Polis

https://polisfmires.blogspot.com/2022/06/fernando-mires-negociar-sobre-u...

 10 min


Ignacio Avalos Gutiérrez

En días pasados se llevó a cabo la reunión anual del Foro Económico de Davos (World Economic Forum), evento organizado en torno a una agenda amplia, que incluía los problemas que más ocupan y preocupan a la humanidad en estos tiempos. Como se sabe, este encuentro presenta una suerte de resumen sobre el estado del mundo, elaborado desde el punto de vista de empresarios, líderes políticos e intelectuales, cuyas opiniones y acciones pesan mucho, para bien y para mal (y también para todo lo contrario) en el destino de nuestro planeta.

Una vez terminada la pandemia de covid-19, el encuentro vuelve al formato presencial después de dos años. Es éste el evento número 51 y ha sido denominado” La Historia en un Punto de Inflexión”, haciendo alusión al hecho de que “… es la primera cumbre que reúne a los líderes mundiales en esta nueva situación caracterizada por un mundo multipolar emergente como resultado de la pandemia y la guerra", según declaro en su discurso de apertura Klaus Schwab, su fundador. El evento duró una semana y congregó 2.500 personas, consideradas como muy influyentes en sus respectivos escenarios. Como resulta fácil suponer la apertura del acto estuvo marcada por la situación de Ucrania (Rusia no fue invitada) y lamentablemente las conclusiones a las que se llegó tras una semana de trabajo, no perecieran haber dado respuesta a las complicadas interrogantes que esboza esta segunda década del Siglo XXI.

El decálogo de los problemas actuales

La llamada Agenda Global que se elabora con motivo de estos congresos, identificó en esta ocasión diez tendencias que configuran la realidad mundial, definidas a partir de diversos estudios y que, expuestas en orden de importancia, son las siguientes:

1) La desigualdad creciente, percibida como un gran problema tanto en los países del África subsahariana como en Estados Unidos, al tiempo que la brecha de ingresos se agranda en Asia y América, persiste en Europa y amenaza el crecimiento en África.

2) El alto nivel del desempleo, incluso en países que muestran cierto crecimiento económico, mencionándose, aunque muy de pasada, la necesidad de un nuevo contrato social que refleje las consecuencias de las distintas transformaciones digitales en la redefinición de las relaciones obrero-patronales).

3) La debilidad y el desatino del liderazgo mundial, con respecto a los numerosos y graves problemas que le toca enfrentar.

4) Las dificultades geoestratégicas asociadas a la desglobalización, al avance de los nacionalismos y a las fisuras que muestra el multilateralismo.

5) El notable debilitamiento de la democracia y de la política, mientras se fortalece el autoritarismo en distintos formatos, sacando grandes ”ventajas” de las posibilidades que abren las tecnologías digitales.

6) El aumento de la contaminación en el mundo en desarrollo.

7) La mayor frecuencia de catástrofes naturales, directamente relacionadas con el cambio climático.

8) El avance del nacionalismo, que tiende a justificar la defensa de lo propio ( culturas, tradiciones e identidades…), acompañado por un gran sentimiento antinmigración.

9) Disponibilidad y acceso al agua.

10) La crisis de la salud y sus repercusiones en la economía.

En suma, se trata de un decálogo en donde no hay nada que sorprenda. Nada que no se haya dicho así o de manera parecida en anteriores reuniones. Nada que no haya que seguir diciendo más veces hasta que se traduzca en medidas que mejoren el planeta en el que vivimos.

¿Transformar el capitalismo?

«Estamos en una encrucijada crítica, un período de decisión que dictará la salud y viabilidad de nuestra civilización», declaro Al Gore en la reunión. Es, la suya, una apreciación que resulta medular para captar lo que esta ocurriendo con nuestro planeta. Refiere a lo que en varias investigaciones se ha calificado una “Crisis Civilizatoria”, expresada en desacomodos profundos, particularmente graves por su origen común y convergencia, resultado de un modelo de desarrollo que, dicho en breve, instaura la manera como los humanos se relacionan entre sí y con la naturaleza.

Se habla, así pues, de una crisis que interpela al capitalismo como modelo (de paso, ¿los chinos también?) y coloca sobre la mesa la necesidad de someterlo a cambios drásticos, según lo han señalado economistas como Joseph Stiglitz y David Collier y, desde una perspectiva estimada como más radical, Tomas Piketty y Mariana Mazzucato. Uno tiene la impresión de que durante la convención este asunto no recibió la atención que merecía, lo mismo que ocurrió con el tema de la democracia, no obstante haber sido señalado este último, como una de las diez tendencias que perfilarán al mundo.

En este sentido, el filósofo español Daniel Innerarity habría dicho, de haber sido invitado a Davos, que la política que opera hoy en día en entornos que se han modificado sustancialmente, no ha encontrado, todavía, su teoría democrática. “Tenemos que redescribir el mundo contemporáneo con las categorías de globalización, saber y complejidad. Se requiere otra forma de pensar la democracia, otro modo de gobernar si queremos que la democracia sea compatible con la realidad compleja de nuestras sociedades”. En suma, nos llama a reflexionar sobre “… si puede sobrevivir la democracia a la complejidad del cambio climático, de la inteligencia artificial, de los algoritmos...”.

Una Nueva Agenda Humana

El intelectual israelí Yuval Harari, quien estuvo presente en la penúltima cita del Foro Mundial, concluyó el discurso que pronunció señalando que “… tenemos que reconocer, que no sabemos lo que está ocurriendo…”, al tiempo que recalcaba la urgencia de “… formular una nueva Agenda Humana que determine qué hacemos con nosotros mismos.”. Creo que de esta manera describe muy claramente la tarea pendiente y establece cuan lejos estamos de concretarla en políticas que se traduzcan, sin más demoras, en las transformaciones correspondientes.

La duda que queda en el aire es si los habitantes de este planeta asumiremos nuestra condición de terrícolas y conseguiremos llegar a los acuerdos necesarios para lograr, como lo manifestó Al Gore, la “viabilidad de nuestra civilización”

El Nacional, jueves 9 de junio de 2022

 4 min


Jesús Elorza G.

A los militantes de base del Psuv, les costaba mucho entender las políticas económicas del camarada Nicolás. Era difícil de tragar, como después de tantos años diciéndole al mundo entero que el capitalismo no regresaría jamás a nuestra patria y que el dólar era el representante económico del imperialismo norteamericano, ahora nos conseguimos que es, por decirlo de alguna manera, el signo monetario de nuestra revolución socialista siglo XXI.

También, resultan relevantes en la economía impulsada por el camarada, la entrega de nuestras riquezas minerales a consorcios extranjeros. Chinos y rusos compran o se llevan a precios regalados nuestro oro, diamantes, petróleo y cualquier vaina de valor que exista en nuestro subsuelo y todo esto no tiene nada que ver con las tesis del marxismo-leninismo que nos vienen inculcando desde 1999. La agresión imperialista, ahora es el gran negocio. Dólar o muerte es la nueva consigna.

Este modelo económico, sin lugar a dudas, podríamos calificarlo como “Capitalismo Salvaje Bolivariano” en donde resaltan los valores del régimen, entregando a los consorcios privados de enchufados la explotación de nuestras riquezas y la importación libre de impuestos de todo tipo de productos.

En este Festín de Baltazar, se impone la tesis del lucro, mientras que en el otro extremo, la pobreza se extiende exponencialmente entre la población y el sector laboral es golpeado con salarios de hambre y la congelación, por no decir eliminación, de sus contratos colectivos. Para reducir al máximo las protestas de los trabajadores criminalizan las manifestaciones y aplicamos la censura comunicacional.

Quizás lo más relevante de este modelo de capitalismo salvaje bolivariano, es la forma como se expresa a nivel de la población, en lo relativo a la privatización de los servicios públicos. Suena contradictorio “servicio público-privado” pero eso es lo que hay:

- Agua: su suministro, a pesar de pagar las altas facturas a Hidrocentro, está totalmente afectado, los cortes se prolongan por varios días semanalmente, lo que ha obligado a los ciudadanos a comprar el líquido vital en camiones cisternas, a un valor entre 20 y 40 dólares el servicio.

-Electricidad: a pesar de cancelar las facturas a Corpoelec o mejor dicho “Cortoelec”, todos los días hay cortes de la energía eléctrica y cuando se quema un bombillo de la calle o se daña un transformador deben ser comprados por los habitantes del sector.

-Salud: el cuadro de terror que se presenta al acudir a un hospital se manifiesta en la lista de insumos que el paciente debe llevar para poder ser atendido. El personal reclama a diario la total falta de insumos médico-asistenciales para trabajar y los salarios de hambre a los cuales están sometidos.

-Basura: el pago de los impuestos municipales no se traduce en el servicio de recolección de los desechos. Por el contrario, hay que pagar aparte la recolección o dejarla tirada en la calle.

-Gas: la empresa que lo suministra es del Estado, pero el pésimo servicio y las largas colas, obligan a comprar las bombonas a empresas privadas o a intermediarios de las empresas estadales…¡¡¡pero en dólares!!!

-Alimentos: la exoneración de impuestos para la transportación de alimentos y pagos de aduanas ha provocado que los grandes capitales de enchufados al régimen, al no poder invertir por las sanciones económicas, han dirigido sus riquezas al establecimiento de Bodegones donde se consigue de todo…¡¡¡pero en dólares!!! El mecanismo del capitalismo salvaje bolivariano es sencillo: No pago impuestos y vendo al precio que me da la gana.

-Gasolina: no hay mucho que explicar. Pasamos de subsidiada a dolarizada de un solo coñazo y ahora le toca al diésel lo que traerá como consecuencia el aumento en los pasajes, en el transporte de mercancías y la elevación de los precios de todos los insumos.

En fin, el modelo económico de este régimen, Capitalismo Salvaje Bolivariano, busca implementar una mezcla de economía de mercado con un régimen totalitario. En la distorsión de esa alocada propuesta, el sector privado solo estará representado por los enchufados del régimen y el papel del estado es exonerarlos de toda la carga impositiva para que sus ganancias sean las mejores del mundo. Pero, a su vez mantiene la carga de impuestos a toda la población y promueve la privatización de los servicios públicos que, sumado a los salarios de hambre de todos los trabajadores, solo está contribuyendo a la desigualdad social. Los ricos enchufados son cada vez más ricos y los pobres se vuelven cada vez más pobres.

 3 min


Humberto García Larralde

Me uno a quienes han abusado de esta famosa interjección para titular sus escritos. La razón es la misma de la campaña presidencial de Bill Clinton: focalizar la atención sobre el asunto central que decidiría el voto. Lamentablemente, las fuerzas opositoras en Venezuela parecen estar en otra cosa.

Sobran los argumentos para exigir un cambio de gobierno. Pero, más allá del no pequeño problema de cómo asegurar las condiciones que permitirían ese cambio, está el hecho de que los venezolanos – opuestos en su mayoría al gobierno de Maduro-- no confían ya en los dirigentes opositores, si nos atenemos a las encuestas.

Si bien las confrontaciones entre estos parecen haber sido superadas por el acuerdo de unas primarias para arribar a una candidatura única de cara a las venideras elecciones de 2024, suponiendo que se den, se asume sin contar con un proyecto claro, capaz de recuperar la confianza de los venezolanos. Para ello, el tema económico es central. La victoria no está asegurada.

Las acciones recientes de Maduro señalan su interés por lavarse la cara ante la comunidad internacional, con miras a que le levanten algunas de las sanciones que tanto le molestan. Ciertas liberalidades en el campo económico, como la venta de acciones de algunas empresas públicas y la devolución del Sambil de la Candelaria a sus legítimos sueños, buscarían proyectar la imagen de una situación que se “normaliza”. Unas elecciones presidenciales en 2024 que aparentasen ser creíbles completan el cuadro. Otra cosa es que, conociendo la naturaleza del personaje, así ocurra. Pero con la dispersión de las fuerzas democráticas, quizás no requiera hacer mayores trampas para asegurar su triunfo.

El ala madurista de este régimen mafioso está intentando capitalizar el rebote en la actividad económica para proyectar la idea de que el país se está arreglando. Y lo evidenciado en algunos sectores del campo y la ciudad –notoriamente la venta de productos importados— alimenta esa ilusión en algunos. En realidad, estaríamos pasando del sótano 12 al sótano 11, todavía muy profundo en el foso de miserias. Y las mejoras, además, quedan circunscritas a un pequeño grupo. No obstante, como sucedía con las misiones que no llegaban a todos, el monopolio de los medios de comunicación puede fundamentar la esperanza de que las ruedas de la fortuna le toquen eventualmente a uno también, si se le ofrece la oportunidad a Maduro de continuar. Urge una alternativa política que claramente desmienta esta ficción.

En medio de esta falsa “normalización”, la inmensa mayoría de venezolanos luchan a diario para estirar el poder de compra de sus recursos y asegurar condiciones básicas para su subsistencia. Al sobreponerse a las adversidades, ponen de manifiesto talentos y capacidades emprendedoras. Y no nos referimos sólo a empresarios establecidos. También a los agricultores y pequeños productores, amas de casa, comerciantes trabajadores calificados, habilidosos, transportistas, costureras, mecánicos y tantos otros quienes, para superar imprevistos, arbitrariedades y carencias diversas, han tenido que inventárselas. Se han convertido en innovadores. Y es sobre tal espíritu de iniciativa que habrá de descansar la recuperación de niveles de vida dignos para los venezolanos, no de las dádivas del Estado.

¿Cómo incrementar sus posibilidades de éxito, en un entorno adverso caracterizado por la precariedad de los servicios públicos, la inseguridad, la falta de financiamiento y mucho más? “Nothing succeeds like success”, como dicen los gringos. Si queremos hacer del emprendimiento el motor de la recuperación económica, es menester sembrar la confianza de un número creciente de potenciales emprendedores y alimentar su éxito. Por definición, todo emprendimiento tiene, en sí, un margen de incertidumbre. Se agrava en Venezuela por reglas difusas, arbitrariedades y la ausencia de seguridad jurídica para amparar los derechos. Un clima favorable al emprendimiento supone, por ende, lo siguiente (entre otras cosas):

- Seguridad y reglas de juego claras que provean una mayor previsibilidad, en el marco de un Estado de Derecho que resguarda los derechos de cada quien;

- Financiamiento oportuno y accesible en sus condiciones, en particular, capital de riesgo;

- Apoyo profesional o técnico, asesorías diversas: acceso a instalaciones y/o experticia para diseñar o poner a prueba prototipos, reparar maquinaria, calibrar instrumentos, definir estrategias empresariales, llevar las cuentas y evaluar opciones de financiamiento. También una red de servicios especializados, proveedores, universidades calificadas y de consultorías competentes.

- Servicios públicos eficientes, de calidad, que no fallen, con mantenimiento y costos competitivos.

- Apertura internacional, tanto comercial y financiera, como en materia de información, tecnología y acceso a talentos;

- Un Estado fuerte, ágil, dotado de personal competente, garante de estabilidad, condiciones para la justicia social, seguridad y productor de la gama de bienes públicos que hagan que ello sea posible.

Una ojeada rápida a esta lista pone de manifiesto que se refiere a condiciones que, precisamente, no existen bajo la “normalidad” de Maduro. En particular, rescatar al Estado venezolano, hoy fallido, amerita la concertación de un extraordinario financiamiento internacional con los multilaterales, que presupone un cambio político profundo, sustentado en reformas legales y estructurales que le devuelvan su rol de productor eficiente de bienes públicos. Esta inyección de recursos, más la reducción de los costos de transacción que resultarán de estas reformas, posibilita que el ajuste macroeconómico sea expansivo. En vez de contraer los agregados monetarios, deprimiendo a la economía, como ha hecho Maduro, los excedentes serán absorbidos productivamente al reactivarse y al aumentar las transacciones.

Un informe reciente del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) registró 2.677 protestas a nivel nacional durante los primeros cuatro meses del año en curso, 28% más que en igual período de 2021. Se refiere el informe a que más de 70% de estas protestas, “fueron motivadas por el incumplimiento de derechos económicos, sociales, culturales y ambientales.” Destaca el reclamo por derechos laborales y por las fallas en la prestación de servicios públicos.

He ahí los fundamentos de una política opositora, capaz de movilizar a los venezolanos para que asuman los retos del cambio político, devolviéndole la confianza en el liderazgo democrático. Se conecta, claramente, con la restitución del Estado de Derecho, la recuperación de las libertades, en particular, la de los presos políticos, la eliminación de las censuras, de las extorsiones, confiscaciones y demás corruptelas. Todo suma para la construcción de un ambiente que permita aprovechar las enormes potencialidades económicas que todavía anidan en el país, así como las oportunidades planteadas por la transición energética y la llamada cuarta revolución industrial a nivel global. La existencia de una vasta comunidad de compatriotas en el extranjero constituye una ventana a experiencias, conocimientos y prácticas que, sin duda, enriquecerán estos esfuerzos.

El desafío del liderazgo democrático es formular propuestas y asumir iniciativas que se traduzcan en una política de cambio capaz de conectarse con las protestas a nivel local y nacional para construir una alternativa que arrase en unas próximas elecciones. Los venezolanos escogerán entre una “normalización” a lo Maduro, que puede tomar 50 años para regresar a los niveles (promedios) de vida de 2013, o una alternativa basada en la competitividad, el emprendimiento y el rescate de la función pública para el bienestar de la población, que permita superar este parámetro en 15 años o menos. Falta mencionar lo imprescindible de contar con una FAN saneada, respetuosa de la Constitución.

Economista, profesor (j), Universidad Central de Venezuela

humgarl@gmail.com

7 de junio 2022

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​José E. Rodríguez Rojas

El conflicto entre Rusia y Ucrania ha afectado a un sistema alimentario global ya debilitado por la pandemia, debido a la importancia de ambos en el suministro alimentario. Rusia y Ucrania aportan el 12% de las calorías comercializadas a nivel global, el 28% del trigo, 29% de la cebada y 75% del aceite de girasol. Muchos países dependen de las mismas. Rusia y Ucrania aportan la mitad de los cereales importados por Líbano y Túnez, en el caso de Libia y Egipto la cifra es de dos tercios.

La invasión de Rusia a Ucrania ha interrumpido los suministros. Adicionalmente a ello, eventos climáticos han afectado a la India y China y otros graneros mundiales, lo cual amenaza con reducir aún más el volumen de alimentos disponibles a nivel global. El elevado costo de los alimentos ha incrementado el número de personas que no están seguros de acceder a los alimentos que necesitan, de 400 millones a 1.600 millones. Aproximadamente 250 millones están al borde de la hambruna. La pobreza y la inestabilidad política se esparcirán en especial en los países africanos.

Los políticos angustiados por la situación, podrían empeorar la misma disminuyendo las exportaciones a fin de salvaguardar el consumo interno. Un número importante de países lo ha hecho agravando la escasez de alimentos a nivel global. Algunos han corregido decisiones temporales orientadas a restringir las exportaciones. El ejemplo de estos últimos debe imponerse a fin de que los mercados permanezcan abiertos.

Una elevada proporción de alimentos se utilizan para la elaboración de combustibles y alimentación animal. Un 10% de los granos y un 18% de los aceites son usados para producir combustibles. De acuerdo a la FAO un 13% de los granos se utilizan para la alimentación del ganado. Esta situación genera un margen de sustitución que de ser utilizado aliviaría la situación de escasez de alimentos.

Rusia y Ucrania deben actuar para permitir la navegación por el Mar Negro, Ucrania desminando las aguas y Rusia permitiendo el paso de los barcos que transporten los granos almacenados en Ucrania. Es difícil que ello ocurra en el marco del conflicto actual. Otros países no involucrados en el conflicto como la India y China deberían ayudar a persuadirlos. Es necesario construir una coalición internacional que permita que convoyes que transporten los granos almacenados en Ucrania naveguen protegidos por buques armados y atraviesen el Bósforo (estrecho de Estambul) con la autorización de Turquía. Alimentar a un mundo frágil es una tarea de todos.

Un reciente informe del Banco interamericano de Desarrollo revela que la guerra entre Rusia y Ucrania ha elevado el precio de las materias primas incluyendo tanto alimentos como cobre y petróleo. Ello ha beneficiado a los países de América Latina exportadores de estos productos cuyo valor se ha incrementado y ha incentivado un crecimiento del volumen de las mismas en un 10%. El incremento del valor de las exportaciones ha aliviado la situación de déficit fiscal que enfrentan países como Venezuela y también ha contribuido a compensar el incremento del valor de las importaciones de alimentos de importadores netos como es el caso del país caribeño.

Fuentes:

Abc. 2022. La Guerra de Ucrania afecta de modo positivo a las exportaciones latinoamericanas de petróleo, alimentos y minerales. 7 de junio.
The Economist. 2022. The coming food catastrophe. May 21st.

Profesor UCV

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Edgar Benarroch

LOS EE.UU. VENEZUELA, CUBA Y NICARAGUA

Los Estados Unidos denunció en la Cumbre de las Américas, las persecuciones, privación ilegítima de libertad, tortura y crímenes, contra los opositores de los regímenes de Venezuela, Cuba y Nicaragua. Véase que nos meten en el mismo saco donde está Cuba. “Los presos han sido torturados de la peor manera, mediante palizas, inmersión en agua y descargas eléctricas”, dijo el jefe de la diplomacia estadounidense para América Latina, Brian Nichols y afirmo además que el país del norte continuará utilizando sus herramientas diplomáticas y económicas, con medidas selectivas y puntuales, para apoyar los llamados a favor de la democracia y libertad. Realizó un descarnado repaso de los crímenes cometidos en los últimos años contra los dirigentes opositores, también agregó que Venezuela, Cuba y Nicaragua no fueron invitados a la Cumbre de la Américas por las inexcusables violaciones a los Derechos Humanos.

Al hablar sobre nuestro país, Nichols apuntó los vejámenes y torturas que han sufrido los disidentes encarcelados injustamente. Se aísla a los presos políticos y se les niega alimentación y tratamiento médico adecuado. Las mujeres presas informan haber sufrido violencia sexual por parte de los integrantes de las fuerzas de seguridad del régimen. Dijo Nichols, además, que el Helicoide, cárcel donde el régimen recluyen a los disidentes, es escenario de las peores torturas físicas y psicológicas que en algunos casos han degenerado en la fatalidad, en el fallecimiento del torturado. Afirmó que Washington se mantendrá respondiendo a los llamados de los ciudadanos para que haya democracia, libertad y elecciones generales adelantadas, “para que los venezolanos, cubanos y nicaragüenses elijan a sus gobernantes y representantes por sí mismos”. Al final, el alto funcionario diplomático afirmó que la promoción de los Derechos Humanos está en el centro de la política exterior de los Estados Unidos.

Esta intervención de Brian Nichols , quien es, como hemos dicho, el jefe de la diplomacia de los Estados Unidos para América Latina, despeja cualquier duda sobre un supuesto entendimiento de aquel país con el régimen que tenemos. Este pronunciamiento de los Estados Unidos ratificando las sanciones con la alerta de profundizarlas y la reciente resolución del pueblo europeo y su parlamento, constituye un serio llamado y alerta al señor Maduro para que rectifique y abandone el antidemocrático camino que transita y se acople con los países libres del mundo contemporáneo, lo pedimos todos nosotros adentro y también todos los pueblos civilizados del mundo.

10 de junio 2022

EL PARLAMENTO DE EUROPA

El Parlamento europeo acaba de aprobar lo que es la tercera resolución en un año, sobre Venezuela y su grave crisis. En ella se envía un contundente y claro mensaje a Maduro donde se le dice que no se le reconoce como Presidente del país y no puede haber gobierno de transición con él y que ese parlamento seguirá endureciendo las sanciones selectivas hasta que abra paso a una completa democracia y se convoque a elecciones generales adelantadas.

También piden a los países europeos que no reconozcan a los emisarios de Maduro y si a los enviados por Juan Guaidó que son los legítimos. La Unión Europea afirma nuevamente estar al lado de los intereses más elevados del pueblo venezolano. La unión de los países europeos y su parlamento han sido muy claro y diáfanos frente al régimen totalitario que desgraciadamente tenemos y nos informan que implementarán medidas para profundizar las sanciones selectivas que adelantan.

Es el continente europeo que desconoce a Maduro como también lo hacen todos los pueblos democráticos y libres del mundo. Cada vez se le cierran más las puertas en el concierto de las naciones libres y civilizadas del planeta y no se diga en los organismos financieros internacionales y mundiales donde no se le otorga un céntimo a este régimen. Han dicho y ratificado que mientras Maduro detente la Presidencia del país no hay un dólar para su régimen.

Por supuesto ello perjudica y limita mucho al régimen, pero también al pueblo por no tener fuentes de financiamiento para atender los problemas generales, esa es la cuota que todos debemos pagar para coadyuvar en quitarnos de encima lo que tenemos.

¿Cómo cubren el inmenso déficit fiscal? ¿De dónde sacan dinero para atender lo poco que atienden?. Pues de la emisión de dinero inorgánico, ponen en marcha indiscriminada la máquina de hacer dinero sin respaldo alguno y ello incentiva la feroz inflación y vuelve polvo nuestra moneda. La producción petrolera no alcanza para cubrir nuestra demanda interna para mantenernos funcionando como país y recurrimos también a onerosos préstamos rusos y chinos que comprometen seriamente la República.

Este señor Maduro sabe que está rodeado sin escapatoria, que nadie civilizado lo tolera, ni adentro ni afuera, pero persiste con su terquedad irracional de continuar usufructuando el poder en su beneficio y en el de su claque, sin abrir espacio a un gran entendimiento nacional que puede ser la solución de la dramática crisis integral que padecemos.

No le importa la suerte del país, ni el presente ni el futuro, solo su permanencia en el régimen valiéndose de lo que sea, bueno o malo, con mentiras y falsedades, pactando con gobiernos despóticos y aliándose con el diablo. El camino o la vía y los instrumentos que usa para mantenerse en el poder no importan, lo que vale es mantenerse, lo demás es desechable.

Agradecemos la inmensa solidaridad del pueblo y parlamento europeo con nuestro país que acaba de ser ratificada y le decimos que prontamente, mucho más temprano que tarde, mediante la UNIÓN de todos los sectores de oposición que desean cambio radical ya, celebraremos juntos el advenimiento de la democracia, libertad y justicia y la decencia en el manejo de la cosa pública en nuestro país, que nos devolverá progreso y felicidad general que criminalmente nos arrebataron.

9 de junio 2022

CARTA A SOTERO GONZÁLEZ, ALCALDE DEL MUNICIPIO URDANETA DEL SUR DE ARAGUA

Estimado Sotero:

A través de tu carta, que hiciste pública, me enteré de tu renuncia a la militancia en COPEI, donde estuviste más de cuatro décadas. Como hiciste de dominio general tu renuncia, te escribo esta nota que hago también pública. Me alarmé e impresioné mucho porque jamas imaginé ni pensé que algo similar pudiese ocurrir, fue una ingrata sorpresa de las que uno desea nunca se presenten.

Te fuiste de tu casa que te cobijó durante 43 años, colaboró en tu formación y te inculcó que la política es para siempre servir, que el Bien Común y la Justicia Social deben ser nuestros permanentes anhelos y que para alcanzarlos debemos luchar siempre sin agotarnos y sin dejar que nuestras falibilidades nos obstaculicen; también debiste haber aprendido que el partido nos trasciende a todos nosotros. COPEI es más importante que todos sus dirigentes y líderes, por muy altas que sean las posiciones que detenten y no debe el partido pagar facturas de ninguno de sus militantes.

Tu dices que renuncias por “desavenencias” con la dirección regional o con uno o más integrantes de ella. Las desavenencias las entiendo en términos generales porque ellas son normales en los seres humanos, en la pluralidad, y eso nos hace más dinámicos y perfectibles. No conozco los detalles de las “desavenencias” pero por muy importantes que sean, jamas deben romper el vinculo que nos ha unido por más de cuarenta años.

La única manera de convivir en paz, armonía y felicidad es con tolerancia a las debilidades y flaquezas que nos son propias. La dirección regional debe tolerarte y tú tolerarla a ella y a sus integrantes y las diferencias, te repito, naturales y normales y diría que buenas en los seres humanos, deben ventilarse en un clima de solidaridad y altura, siempre pensando y movido por el interés general. Debemos y tenemos que ser tolerantes, máxime nosotros que nos decimos cristianos, que comulgamos el mismo bagaje ideológico y los mismos principios y proyectos.

Tu fuiste electo Alcalde del Municipio Urdaneta de Aragua, por proposición de COPEI y respaldo de muchos independientes y gente de otros partidos que vieron en ti un instrumento útil para el cambio. Te solicito amable y solidariamente, por el partido, por ti y por nosotros revises tu decisión para reencontrarnos.

Recuerda siempre que el partido es más que nosotros, es el ideal que nos abraza, es la comunión de todos y lo que debe ser permanente, todos nosotros somos accidentes. Si estimas irreversible e irrevocable tu decisión, que espero no sea así, mantengo el optimismo que continúes en la trinchera de oposición a este totalitario régimen que ha destrozado el país y propinado tanto daño a todos.

Si por carambola de la vida saltas de la oposición al régimen, lo que no creo ni imagino, estarías traicionando y dando la espalda a todos quienes te dieron su confianza para y por el cambio, que te hicieron Alcalde de tu Municipio.

Espero que con tranquilidad y conciencia clara, fuera de la llamarada que te provocó tu renuncia, pienses en los fantásticos ideales que nos unen y en cuyo seno nos formamos.

Espero volver a comer cachapa con queso de mano y cochino frito con el compañero fraterno de siempre. Estoy seguro que la militancia de COPEI en Urdaneta y en el estado, se sentirán gozoso porque la oveja volvió al redil.

Me despido con la esperanza de tu rectificación. Más de cuarenta años de convivencia, con altibajos pero fraternos, no se pueden tirar por la borda por una circunstancia que tocó tu debilidad y presionó una reacción desproporcionada que te sacó de la sensatez.

Al final, considero que tú y la dirección regional del partido deben reunirse y subsanar lo ocurrido, arreglar lo que se debe y continuar marchando juntos como en los primeros días.

Estimo que los jóvenes de la dirección regional están animados de buena voluntad y como humanos pueden fallar, como tú que eres un dirigente fundamental del partido aragueño también puedes fallar. Todos podemos fallar y todos nos hacemos falta, máxime en esta hora tan difícil para el país, para nuestro partido, para la familia y para cada uno de nosotros en particular.

El país y el partido, donde crecimos, nos piden que nos levantemos y despojemos de debilidades y pensemos y actuemos en grande. Abrazo fraterno como siempre.

8 de junio 2022

CUANTO HAY PA’ RESOLVER ESO

Estuve en una ciudad donde el motorizado se comporta como si condujera un vehículo sedán común, no es capaz en las colas de adelantarse pasando al lado de los demás vehículos ni hacer vericuetos para brincarlas y nunca se “comen” una luz roja o desconocen un aviso de “Pare”. Confíenlo que me dio envidia y vergüenza al recordar lo que ocurre en nuestro país y como nos desenvolvemos.

Hace mucho tiempo estuve en Ciudad de México y tomé una carrera de carro, cuando íbamos en la vía un funcionario de tránsito nos detuvo y solicitó al conductor su licencia para manejar, éste se la dio, (era un pequeño librito de ocho o diez páginas) la abrió y tomó de ella un billete de no sé cuántos pesos, la devolvió y continuamos la marcha. El conductor me dijo que eso era “la mordida” que era común allá, te paraban con razón o sin ella, y por ello siempre tenían un billete dentro de la licencia, sino lo haces las consecuencias son peores.

Otra vez , en la isla de Margarita, en La Asuncion, fui al consultorio de un médico para obtener mi certificado para conducir, me hizo pasar y me pidió la cédula de identidad, me colocó a una distancia que consideré excesiva para reconocer letras y números en un cartel ,y como no pude, era lógico, divisar todo lo que me mostraba , me dijo, usted tiene un grave problema visual y en esas condiciones no le puedo dar el certificado. Le pedí me devolviera mi cédula y me dijo, usted está urgido para irse a Maracay yo se lo puedo solucionar pero eso le cuesta Bs. 50, que en ese entonces era real. Le conté a mi esposa, que es médico, que esperaba afuera y se devolvió y le armó tremenda reprimenda a su colega quien se quedó callado sin articular ni una palabra. Cuando salíamos le dijimos a quienes estaban en la sala de espera que no se dejarán chantajear y que si ocurría lo denunciaran.

De inmediato fui a un oftalmólogo, quien después de un riguroso examen me dijo, usted está perfecto de la vista. Luego fui a la sede del Colegio Medico para informar lo sucedido y quien me atendió me preguntó, cuánto le pidieron, le dije Bs. 50, me respondió con limpieza, eso es costumbre acá y le pidieron poco. ¿Entonces yo no obtengo mi certificado por no acceder a esta inmoral costumbre? le pregunté. Llamó por teléfono a un colega que me atendió y resolvió el caso como debe ser.

Esta inmoral y malvada costumbre, deleznable, impropia e inaceptable, lamentablemente la vivimos a diario en nuestro país, no solamente en el transito, donde es común, sino en otras áreas de la administración pública, donde para meter un papel hay que “bajarse de la mula” y para retirarlo,hay que volverlo hacer. Esta generalizada y reprochable conducta, desde un modesto funcionario policial o de tránsito hasta un profesional de la medicina, hay que erradicarla para siempre y ello empieza por no ceder a la petición indigna y grosera.

Es necesario protestar y denunciar, ir más alto, ir a los medios de comunicación social y someter al escarnio al delincuente. El soborno y chantaje se configuran por quien pide y por quien accede y da, ambos fallan, quien chantajea y el chantajeado, el sobornado y el sobornador, por ello no debemos convalidar ni ayudar a configurar el delito cediendo a la indigna petición.

Estoy seguro que si todos no cedemos y formulamos la denuncia respectiva, esta deplorable conducta desaparecerá.

8 de junio 2022

UNA BRIZNA DE PAJA EN EL AMBIENTE

Una brizna de paja en el ambiente es una porción muy diminuta de una cosa material o inmaterial. Así hablamos de “Una brizna de paja en el viento” o “Una brizna de memoria”.

Los llamados bodegones o tiendas boutique, que últimamente han proliferado en Caracas y otras ciudades del país, todo estimulado, facilitado y ayudado por el régimen (se entiende que los dueños o propietarios de estos negocios son del régimen o están estrechamente relacionados con él), en nada ayudan a la solución de la honda crisis que padecemos.

Con bodegones no se resuelve el gravísimos problema del hambre que padece más del 70% de los venezolanos y que cobra lamentablemente vidas de niños menores, no se soluciona el problema de la luz, agua y gas doméstico, no se soluciona la alarmante inseguridad pública, personal y de bienes que padecemos y nos tiene contra la pared, no se resuelve el enorme desempleo que acogota al pueblo, no se resuelve el criminal problema de la inflación descomunal que nos empobrece a todos y destruye nuestra moneda.

A los bodegones, llenos de productos exóticos e importados, solo puede ir a comprar el 1% de la población nacional (aproximadamente 300 mil personas) que son quienes todavía disponen de recursos económicos para satisfacer sus gustos. La inmensidad del pueblo venezolano pasa por estos negocios y con razón se pregunta ¿En qué nos ayudan, que los incentiva el régimen?

Cacarea sobre ellos para alocadamente decir que estamos en un proceso de reactivación económica. El 1% que puede comprar en esos expendios (boutiques, bodegones y tiendas de alto lujo) son quienes también hacen la inversión para aprovechar sacar el dinero guardado durante tiempo y algunos verán una gran oportunidad para limpiarlo de la suciedad que tiene.

Definitivamente este régimen no tiene sentido de las prioridades, ni de las necesidades sentidas y reales del pueblo. Al afirmar el régimen que se está reactivando la economía, nos ofende en doble sentido, con los negocios extravagantes y lujosos que los exhibe como trofeos y pensando que somos débiles mentales o distraídos que se nos puede engañar con un trapo rojo como a los toros.

También restaurantes de alta gama han proliferado en el país (siempre el 1%). En las instalaciones del Círculo Militar de Maracay han montado un buen número de restaurantes y tiendas de alto costo, todos ellos, según información cierta que me llega, en manos de militares de alto rango en sociedad con enchufados.

No tengo ninguna animadversión por quien tiene e invierte, cuando el dinero tiene un origen moral, trabajado o recibido lícitamente, pero reprocho y me produce náuseas las fortunas formadas asaltando el erario y las empresas del Estado o a través del criminal y nefasto narcotrafico.

Ante la inmensa y profunda crisis que conmueve al país y a todos, los bodegones son una brizna de paja en el ambiente, que ni pone, ni quita, ni da cartel, solo ofende a la ciudadanía y perturba más la tranquilidad y soporte del venezolano. No se tapa el sol con un dedo ni se escala la montaña en bicicleta, nuestro terrible drama se resuelve solo con medidas completas, inteligentes, adecuadas y de fondo, pero este régimen no las conoce ni las entiende.

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