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Opinión

Werner Corrales

Parte I/II: Los riesgos de sólo intentar volver a una Democracia Electoral

El presente escrito es el primero de dos artículos dedicados a discutir la necesidad de que los venezolanos nos planteemos algo más que regresar a la democracia electoral de finales del Siglo XX, una vez que logremos salir del actual régimen político.

Los dos artículos están motivados en el convencimiento de que nuestro país solo podrá progresar y disfrutar de libertad estable en el futuro si, además de producir el cambio de régimen, pone en marcha reformas y políticas que la lleven a vivir un Nuevo Estilo de Desarrollo, que implica en términos político-institucionales un sistema político que sea capaz de proveer oportunidades reales de progreso, libertad y seguridad para todos los ciudadanos, además de alternar los gobiernos por la vía de elecciones libres. A esa gobernanza nos referimos como una democracia plena, para diferenciarla de la incompleta democracia electoral a la que aluden distinguidos constitucionalistas venezolanos que califican así a una gobernanza en la que destaca un rasgo necesario pero insuficiente para caracterizar a una democracia que es cabal.

LA PRECARIEDAD SOCIAL EN LA PÉRDIDA DE NUESTRA DEMOCRACIA

La pérdida del régimen de libertades de la que los venezolanos son conscientes hace 23 años, tiene mucho que ver con la elevación de la pobreza que sucedió en las dos décadas previas a 1998, años que vieron crecer nuevamente la precariedad social que Venezuela había logrado reducir en los primeros veinte años de la democracia.

Para 1971 se estimaba la población pobre de Venezuela en menos del 30% del total (no más de 2.9 millones de habitantes), pero a partir del agotamiento del boom de los precios internacionales del petróleo y hasta 1998, esa proporción creció sostenidamente hasta un 64% (14,9 millones de personas), como resultado de varios factores, entre ellos una excesiva intervención del Estado en la economía y varios importantes errores de política económica que hicieron crónica la inflación y nos limitaron a un crecimiento muy débil del PIB y de la creación de empleos, factores que no comentamos aquí porque han sido analizados y debatidos in extenso por expertos y políticos a lo largo de cuatro décadas.

Lo que no ha sido destacado de la misma manera, y pareciera necesario que entiendan todos los liderazgos, es que casi todos los gobiernos de las dos últimas décadas del Siglo XX asumieron una línea de conducta política que es contraria a las lógicas del progreso y conduce a elevar la pobreza y multiplicar las oportunidades de corrupción en el Estado: derivaron hacia el populismo clientelar.

En pocas palabras, en los últimos veinte años de su vida, el régimen democrático de Venezuela fue incapaz de superar el estadio de democracia electoral que ya había alcanzado a finales de los años 60 porque no hizo lo necesario para convertirse en una democracia plena, una capaz de proveer oportunidades de progreso, libertad y seguridad a todos sus ciudadanos, además de elecciones periódicas libres para alternar a los gobiernos.

Permitir que la gobernanza se estanque en una democracia electoral contribuye a consolidar liderazgos populistas clientelares que ven a los miembros de la sociedad como electores a captar como clientes, más que ciudadanos cuya realización se debe propiciar, dirigentes que consideran necesaria la existencia de un “robusto sector público de la economía” desde el cual hacer política con los empleados y las contrataciones del Estado, y políticos proclives a prácticas impropias en el manejo de los recursos públicos.

En los últimos veinte años del Siglo XX la respuesta que dio la democracia electoral a la pobreza creciente fue subsidiar el consumo de los hogares populares esperando de ellos una conducta electoral favorable en los comicios, mientras descuidaba los sistemas responsables de crear bienes públicos, entre ellos los de educación, salud y seguridad social, que de mantener su calidad habrían ayudado a los miembros de aquellas familias a desarrollar capacidades de agencia, con las cuales construir autónomamente las vidas que cada quien hubiese tenido razones para valorar.

El incremento de la pobreza que derivó de esos veinte años de democracia electoral creó tensiones e inconformidades que aprovechó el chavismo para llegar al poder. La historia más reciente es muy conocida; el Socialismo del Siglo XXI exacerbó la manipulación clientelar sin reducir la pobreza, la cual se elevó a cifras exorbitantes, propició la violencia y sembró eficazmente el odio entre clases sociales, dramas que no mermarán automáticamente con la salida del socialismo del poder.

En 2021, después de más de dos décadas de un régimen que ha destruido las capacidades, las instituciones y la cohesión social de Venezuela, la mayoría de los venezolanos desea volver a la democracia. Pero lamentablemente no vemos en la mayor parte de los liderazgos democráticos señales de que quieran ir más allá de recuperar la democracia electoral.

Al juzgar las prácticas políticas de los líderes de hoy, la manera de confrontar a sus rivales, sus mensajes de campañas referidos al progreso y a lo social en general, debemos concluir que ellos, salvo honrosas excepciones, son populistas clientelares, a pesar de que casi todos dicen apoyar una reducción del exagerado rol del Estado en la economía, uno de los factores que -como hemos dicho- han impedido por cuarenta años nuestro progreso.

EL RIESGO DE CONFORMARNOS CON RECOBRAR UNA DEMOCRACIA ELECTORAL

Imaginemos qué podría suceder seis o siete años después de desembarazarnos del régimen socialista, si en ese período nos hemos conformado con regresar a la democracia electoral con la lógica populista clientelar de sus liderazgos. Si esa es nuestra meta referida a la democracia, dos motivos hacen que sea muy alto el riesgo de perder nuevamente el régimen de libertades en los primeros comicios normales que sucedan al final del período.

En primer lugar, el chavismo y otros neopopulismos de izquierda radical sobrevivirán a la recuperación de las libertades, continuarán sembrando odios y provocando tensión y violencia en todas partes, para desprestigiar a la democracia y llegar nuevamente al poder apoyados en sus discursos de redención social. En segundo lugar, en ese lapso no se producirá un milagro económico venezolano capaz de reducir sensiblemente la pobreza desde los niveles de 97% actuales, partiendo de una economía destruida y de una industria petrolera incapaz de obtener más del 20% de lo que producía a finales del Siglo XX, cuya recuperación a aquellos niveles tomaría aproximadamente siete años con inversiones de unos ciento cincuenta millardos de dólares.

Para que Venezuela pueda recuperarse como nación y para que sea capaz de conjurar los riesgos de retroceso que la acecharán en el primer período post-socialista, es necesario que se dedique, desde el primer día y febrilmente, a construir una democracia plena.

El segundo artículo de esta serie explica los componentes del Pacto para la construcción de una Democracia Plena al que alude el título de los dos escritos. Un pacto así deberá reunir las reformas y políticas que son necesarias para que Venezuela comience tempranamente a proveer para todos oportunidades de progreso y de realización autónoma, poniendo al Estado al servicio de los ciudadanos y no al revés como ha sido la situación en nuestras últimas décadas.

 5 min


Jesús Elorza G.

La comunidad deportiva venezolana, fue nuevamente escenario de la agresiva conducta de las autoridades olímpicas contra el sector deportivo federado. En este caso, los directivos del Comité Ejecutivo del Comité Olímpico Venezolano (COV), enviaron una amenazante comunicación a la Federación Venezolana de Atletismo (FVA), en la cual le notificaban, sin fundamento legal alguno, la apertura de una averiguación destinada a comprobar la transparencia del proceso electoral de la entidad deportiva. Además, le exigen la entrega en tiempo perentorio de toda la documentación que demuestre la legitimidad de todos los participantes en el proceso electoral.

El comentario generalizado a nivel de atletas, entrenadores, dirigentes deportivos y abogados es que ese hecho representa un abuso de poder ya que, el organismo olímpico de acuerdo con la Ley del Deporte y su Reglamento Número1, no tiene competencia en la materia electoral federativa. Todos concuerdan en que la ilegal acción representa un nuevo intento contra la autonomía de las federaciones deportivas.

El intervencionismo del Comité Olímpico Venezolano en contra de la Federación Venezolana de Atletismo, al abrir una inaudita averiguación por razones electorales y la arrogancia de solicitar documentos probatorios dentro de un plazo de 30 días hábiles, evidencia que se ha excedido en el ejercicio de sus potestades, al invadirse la esfera de atribuciones que les son propias a otro órgano electoral; de este modo incurre en una incompetencia manifiesta, lo cual se traduciría necesariamente en la violación flagrante al debido proceso y defensa de los investigados, y por ende, la nulidad absoluta del acto impugnado, por cuanto no le corresponde declarar la validez o invalidez del proceso electoral de la aludida Federación.

El reconocimiento de las autoridades federativas es absoluta y exclusiva competencia del IND, traducido en un pronunciamiento expreso respecto a la legitimidad de las autoridades federativas que ha de avalar para actuar conforme a derecho dentro del servicio público deportivo que les ha sido delegado, toda vez que a este organismo público, al momento de registrar y reconocer a las entidades deportivas y sus respectivas autoridades electas, requiere de la valoración de una serie de circunstancias establecidas expresamente en la Ley Orgánica del Deporte y su Reglamento Parcial Nº 1.

En consecuencia, el Comité Olímpico Venezolano, no es el órgano competente para analizar ni decidir sobre elementos que excedan de su ámbito de competencia, mucho menos, fuera del marco jurídico deportivo y sus normas estatutarias expresamente delimitados, ni de oficio ni a instancia de parte interesada, por lo que no le corresponde de forma alguna, verificar si alguna federación afiliada en su seno ha cumplido o no con sus deberes y obligaciones electorales. Además, se trataría de un pronunciamiento posterior al proceso comicial, que requiere del cumplimiento obligatorio de los lapsos de impugnación ante la autoridad electoral competente, del que se derivan efectos jurídicos determinantes para las mismas federaciones deportivas que se constituyen a través de sus legítimos representantes en su máxima autoridad como lo es su Asamblea General, a la cual han de subordinarse todas las autoridades electas en su propio seno y es quien, efectivamente, decide las que serán o no sus legítimas autoridades.

En definitiva, la ilegal acción refrendada por el presidente del COV y su Secretaria General los hace ver como una mala copia de Luis XIV, quien en la Francia del año 1655 pronunció la monárquica frase “El Estado soy Yo”. En este caso, el emperador olímpico y su emperatriz secretaria, pretenden hacer ver que su voluntad es la suprema ley y que en ellos se resumen todos los poderes. Este parapeto de monarquía olímpica, debe ser derrotado para poder alcanzar un deporte mejor.

 2 min


Ignacio Avalos Gutiérrez

Por mera cuestión de honestidad con el lector, debo confesar que el presente escrito es un refrito de tres artículos publicados hace algún tiempo. Lo hago para evadir momentáneamente los temas que agobian al país y acercarme, aunque sea por un rato, a un escenario más amigable, como lo es el estadio de beisbol.

I.

Que va a saber usted lo que es el amor si nunca quiso a ningún equipo.

La tristeza, si nunca salió derrotado del estadio.

La felicidad, si nunca sintió lo que es ganar un campeonato.

El dolor, si nunca experimentó que le eliminaran a los suyos.

La ternura, si nunca estuvo sentado junto a un niño triste, moqueando que lloraba la derrota de su club.

La fraternidad, si nunca se dio un abrazo con un fanático desconocido que llevaba la franela y la gorra de su mismo equipo.

La tolerancia frente a personas que son de otras divisas (que no vale la pena nombrar).

II.

Que va a saber usted lo que es el miedo a un ataque al corazón, si nunca vivió un noveno inning con el equipo contrario con las bases llenas, sin outs, y el suyo ganando apenas por una carrera.

El insomnio, si nunca se acostó en la víspera de una final de campeonato.

La consulta a un psiquiatra, si su club quedó eliminado al ratico de empezar el torneo.

Las ganas de auto suicidarse, si su equipo perdió la clasificación a la serie final por medio juego.

III.

Qué va a saber usted lo que es sentir pánico, si nunca vio la cara de un jugador sorprendido, puesto out en la tercera base.

El ridículo, si nunca miró a alguien dejar caer un flaycito al cuadro o poncharse con un lanzamiento alto.

El susto si nunca fue testigo de un lanzamiento pegado (a noventa millas), que casi mata a tu pelotero favorito.

Un amuleto si nunca le prestó atención a la frecuencia con a que los beisbolistas se tocan sus genitales cuando se encuentran en una situación crucial para el partido.

IV.

Que va a saber usted lo que es la fe, si nunca creyó incondicionalmente en un equipo

El sexo, si nunca experimentó el orgasmo gracias a un jonrón que sirvió para que su equipo ganara en extra-inning.

La lealtad, si nunca se mantuvo fiel a un equipo aunque perdiera.

Los límites de la vejiga si jamás la sometió a una cola de cincuenta personas, todas esperando para entrar al baño

La arrechera si el manager saco al picher cuando no debía y por eso cree que perdió su equipo.

La injusticia si nunca sufrió la sentencia de un umpire declarando out al corredor que anotaba la carrera que le daba la victoria a los tuyos.

Las diferencias sociales si nunca miro desde las gradas, la zona VIP del estadio.

V.

Qué va a saber usted lo que es la música, si nunca oyó el grito de los fanáticos de su equipo.

El ruido, si nunca oyó el grito de los aficionados del equipo rival.

El perfume, si nunca percibió el olor de la muchedumbre reunida en un estadio de béisbol.

El vacío existencial si nunca sintió la llegada del final de una temporada y se empezó a preguntar cual era ahora el sentido de su existencia en este mundo.

Las ganas de autosucidarse, si nunca vencieron a los suyos en el último minuto de un extra inning de 13 entradas.

VI.

Qué va a saber usted lo que es la estrategia, si nunca se leyó misterioso el librito no escrito que rige el juego de beisbol.

Lo que es la táctica, si nunca se percató de la lógica de un boleto intencional o de un toque de bola.

Una Constitución Nacional, si nunca reviso las normas casi perfectas que rigen el béisbol.

El estado de derecho si desconoce cómo se cumplen las leyes en el terreno de juego.

Un Tribunal de Justicia si no observo actuando a los umpires.

Gobernar si jamás fue manager.

El Derecho Constitucional a la Evasión si nunca se refugió en un estadio a sabiendas de que el exceso de realidad es nocivo para la salud

VII.

Qué va a saber usted lo que es el estoicismo si nunca vio a un catcher agachado nueve innings, cuidándose además de que no le den un pelotazo en los testículos.

Lo que es el estrés, si nunca se puso en el pellejo de un manager.

La serenidad, si nunca le prestó atención al comportamiento de un pitcher relevo que llega al montículo para resolver una crisis que decide la suerte del partido.

La tensión, si nunca se fijó en el rostro de un bateador puesto en tres y dos.

VIII.

Qué va a saber usted lo que es la acrobacia, si nunca vio un doble play.

Lo que es la habilidad si nunca vio a nadie atrapar una pelota de espaldas y contra la pared.

El suicidio, si nunca presenció una jugada de squeez play.

La osadía, si nunca fue testigo de un robo de base.

El riesgo, si nunca vio como un picher desafió con una recta por el medio del home al jonronero rival.

La ley de gravedad, si nunca se sentó detrás del catcher y miró los vaivenes de una bola de nudillos lanzada por un pitcher zurdo.

La desfachatez del “manager de tribuna” que sabe siempre cual es la mejor estrategia en el juego, que ´por supuesto suele ser la contrariara de la que tomo el verdadero responsable de dirigir el equipo.

IX.

Qué va a saber usted lo que la falta de gobierno, si nunca hizo una cola para entrar al estadio.

Lo que es el capitalismo salvaje, si nunca topó con los revendedores de entradas.

El caos, si nunca sus riñones le mandaron orinar a mitad de juego.

El hambre, si jamás se comió un pincho en las afueras del estadio y le supo a parrilla argentina.

X.

En fin, qué va a saber usted de la vida si nunca asistió a un estadio de béisbol.

Lo que es la nada, si nunca entro a un estadio vacío.

Lo que es la religión si nunca fue feligrés de Los Tiburones de La Guaira

Ignacio Avalos Gutiérrez

El Nacional, Sábado 12 de noviembre de 2021

 4 min


Acceso a la Justicia

«El Fiscal de la Corte Penal Internacional ha concluido el examen preliminar de la situación en Venezuela I y ha determinado que procede abrir una investigación para establecer la verdad de conformidad con el Estatuto de Roma». Así, con estas pocas palabras, los venezolanos y el mundo conocieron la decisión del jurista británico Karim Khan, fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), de iniciar el arduo trabajo de determinar quiénes fueron los autores de las detenciones arbitrarias y masivas, torturas y malos tratos, violación y otras formas de violencia sexual, y persecución, todos ellos crímenes de lesa humanidad cometidos en el país al menos desde 2017.

La noticia en su primer momento no salió de la boca de Khan, ni siquiera de un comunicado de prensa emanado de su despacho en La Haya (Países Bajos), sino que estaba contenida en uno de los considerandos del memorando de entendimiento que firmó con el Gobierno de Nicolás Maduro este miércoles 3 de noviembre, en un acto celebrado en el salón Sol del Perú del Palacio de Miraflores. El texto que contiene esta decisión fue leído en el evento, el cual fue transmitido por la estatal Venezolana de Televisión (VTV).

La rúbrica del documento, el cual sienta las bases para las relaciones entre la instancia internacional y las autoridades venezolanas en esta nueva etapa, fue el punto final de la primera visita oficial del fiscal de la CPI al país desde que este organismo se puso en marcha hace dos décadas.

Desde Acceso a la Justicia saludamos la decisión y consideramos que la misma es histórica y que tendrá repercusiones más allá de nuestras fronteras. ¿Por qué? A continuación, enumeramos algunas razones.

1. Por las víctimas

A nuestro juicio, lo más importante de la decisión del fiscal Khan de abrir una investigación por los presuntos crímenes de lesa humanidad ocurridos en el país es que da esperanzas a las víctimas y a sus familiares de que sus casos no quedarán impunes. El anuncio de una investigación por parte de un órgano independiente es un gran aliento, por cuanto indica que sus voces serán escuchadas en algún momento por un juez imparcial.

El numeral 2 del artículo 15 del Estatuto de Roma permite a las víctimas participar en las indagaciones que conducirá la Fiscalía, suministrarle información y formular objeciones.

No podemos olvidar que la posibilidad de participar en una investigación y en un eventual juicio ante una instancia internacional constituye parte de la reparación a la que las víctimas tienen derecho, de acuerdo con lo establecido por instancias como la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH).

La víctima de violaciones de derechos humanos, así como sus familiares, encuentra reparación en el reconocimiento y puesta en práctica del derecho a la verdad; ello conlleva una expectativa que debe ser satisfecha por el Estado. Por otra parte, como declaró la Corte en 2006 al conocer un caso sobre Perú, «el conocer la verdad facilita a la sociedad peruana la búsqueda de formas de prevenir este tipo de violaciones en el futuro», con lo cual reforzó la línea jurisprudencial que viene manteniendo desde los años 90, que es aplicable también en el caso venezolano, en relación a que la participación de las víctimas en un proceso para esclarecer los hechos que las perjudicaron forma parte de la justicia.

2. Por la región

La decisión de Khan de investigar los hechos ocurridos en Venezuela es un hito en la historia de su despacho y de la Corte, ya que es la primera vez en diecinueve años desde su entrada en vigor que el organismo fijará su mirada en unos sucesos ocurridos en el continente americano.

Hasta ahora el grueso de las treinta investigaciones y la totalidad de los juicios que la CPI ha celebrado han estado relacionados con hechos ocurridos en África. Así, hasta el momento, el juzgado ha celebrado juicios relacionados con la República Democrática del Congo, Sudán, Uganda, Malí, la República Centroafricana y Costa de Marfil, como se lee en la página web del organismo.

Sobre América Latina, la Fiscalía estuvo examinando preliminarmente desde 2004 las denuncias de crímenes de guerra y de lesa humanidad ocurridas en Colombia durante el conflicto armado que sacudió a ese país. Sin embargo, a finales de octubre de 2021, Khan anunció que cerraba el caso por considerar que los pasos dados por las autoridades revelaban sus intenciones por esclarecer los hechos, impartir justicia y reparar a las víctimas.

Lo mismo ocurrió en Honduras por los hechos ocurridos durante el golpe de Estado de 2009 y que fue cerrado por la Fiscalía en 2015.

El otro caso que está siendo analizado es uno relacionado con Bolivia y se refiere a los bloqueos que simpatizantes del Movimiento Al Socialismo (MAS) del expresidente Evo Morales llevaron a cabo durante 2020 y que fue remitido a la Fiscalía de la CPI por el gobierno anterior.

Finalmente, el otro examen preliminar de la región es el que remitió el Estado venezolano por las sanciones impuestas por Estados Unidos.

3. Desenmascarando al Gobierno

La decisión de Khan no solo confirma que los derechos humanos no están garantizados en Venezuela, algo que organizaciones nacionales e internacionales vienen denunciando desde hace tiempo, sino que de paso las medidas que en los últimos meses han venido adoptando las autoridades para castigar los crímenes han sido claramente insuficientes.

Desde enero, el Gobierno de Maduro ordenó la reestructuración de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y mandó a que los presos bajo la responsabilidad del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) y Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) fueran enviados a cárceles ordinarias, lo que hasta el presente no se ha cumplido a cabalidad en uno u otro caso. Asimismo, el Ministerio Público ha dado un giro de 180 grados sobre lo ocurrido en casos como el asesinato del estudiante Juan Pablo Pernalete durante las protestas de 2017; y el del concejal Fernando Albán en 2018. El despacho dirigido por Tarek William Saab debió admitir que Pernalete sí murió producto de una bomba lacrimógena disparada por un efectivo de la Guardia Nacional Bolivariana y que Albán no se suicidó, como había dicho en un primer momento, sino que fue asesinado por sus captores.

Como si lo anterior fuera poco, en las últimas semanas la justicia resolvió los casos de David Vallenilla y Daniel Alejandro Queliz, ambos víctimas de la represión gubernamental contra las protestas de 2017. Con horas de diferencia fueron anunciadas las condenadas contra el militar y los policías que dieron muerte a cada uno de los jóvenes. Hasta ahora todas las medidas adoptadas por las autoridades judiciales han estado dirigidas contra subalternos, sin abarcar a superiores, pese a lo extendido de los abusos, algo que contradice lo dispuesto en el Estatuto de Roma.

«La decisión (de Khan) sobre Venezuela es un mensaje contundente no solo para quienes cometieron abusos o los encubrieron, sino también para los líderes militares y civiles que sabían o deberían haber sabido lo que ocurría y no intervinieron», advirtió José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch.

El anuncio de la investigación revela que la Fiscalía de la CPI no considera, por lo menos hasta este momento, que la justicia venezolana sea capaz o esté interesada en identificar y sancionar a los responsables de los presuntos crímenes de lesa humanidad, unas sospechas que son confirmadas por el mal desempeño del Poder Judicial; basta con ver los últimos datos del Índice de Estado de Derecho de World Justice Project y el de la justicia penal, en el cual Venezuela figura en el último lugar.

Sin embargo, en los próximos meses se verá si las promesas de colaboración de Nicolás Maduro con la CPI se cumplen. «Le garantizo que para esta etapa que vamos a vivir (en referencia a la fase de investigación) dejamos los ruidos de lado y nos empeñamos en trabajar en el cumplimiento de este acuerdo para que pueda encontrarse la verdad», dijo Maduro, en el acto celebrado en el palacio presidencial, al tiempo que se atrevió a decir: «Venezuela garantiza la justicia con instituciones que están dispuestas a mejorar, a perfeccionarse y avanzar. Soy el primero que quiere saber la verdad, que quiere hacer justicia».

En ese sentido, para que haya justicia no bastan las palabras; basta recordar que el que en Venezuela se realicen algunos juicios no impedirá a la Fiscalía de la CPI avanzar en la investigación, porque estos deben hacerse de acuerdo con los estándares internacionales y bajo la supervisión de la Fiscalía de la CPI, lo que implica, la investigación y juicio de los máximos responsables.

De ahí entonces que sea legítima la siguiente pregunta: ¿con ausencia de jueces imparciales e independientes se pueden realizar juicios en Venezuela de acuerdo con los estándares internacionales?

Todos sabemos la respuesta.

Y a ti venezolano, ¿cómo te afecta?

La decisión de la Fiscalía de la CPI de posar su mirada en Venezuela tiene varias lecturas, siendo la primera y más evidente que las víctimas y sus familiares están más cerca de ver cómo sus agresores no quedarán impunes. Pese a ello debemos advertir, que si bien esto significa un gran progreso, lo que se hace es abrir el camino a un nuevo proceso que puede durar años, por lo que hemos de ser prudentes y no invocar logros en el corto plazo.

Aun así, a la apertura de la investigación en el caso venezolano por parte de la Fiscalía de la CPI no se le puede restar la significación histórica que tiene para las víctimas y sus familiares, valientes mujeres y hombres que, pese a las amenazas y a las intimidaciones, han luchado por años contra la soberbia del poder, para ver el día en que finalmente, luego de muchos años de penumbra, pudo verse algo de luz en Miraflores. Y esa fue la luz de la justicia.

11 de noviembre 2021

https://accesoalajusticia.org/tres-razones-de-historica-y-trascendental-...

 7 min


José Machillanda

El 6D 2020, cinco millones o más de venezolanos demócratas desertaron del revolucionarismo militarista, este 21N -según lo muestra el Ambiente Político Real Electoral- el interés y la motorización de la ciudadanía es tal, que por la vía del voto, expresando su rechazo al revolucionarismo armado habrá una positiva masa de venezolanos eligiendo a Gobernadores y Alcaldes. Lo demócratas en ejercicio de la decencia cívica se plantean un renacer del ciudadano como actor político, con visión superior al partidismo, con decencia cívica para elegir Gobernadores y Alcaldes demócratas que faciliten el encaminamiento de la nación a la reconstrucción de la democracia liberal.

Democracia liberal mediante la aplicación de la decencia cívica propia de la ciudadanía. Ciudadano que se crece en responsabilidad y, como tal, se encamina siguiendo la Constitución a crear grupos afines, respetuosos de la ley, para cambiar un Ambiente Político Real Violento en un Ambiente Político Real Electoral que garantice la elección de Gobernadores y Alcaldes demócratas. Gobernadores y Alcaldes nacidos de la decencia cívica por la vía del voto como práctica democrática, lo cual les imprime garantía y fuerza política a ambos funcionarios para mostrar la diferencia entre la democracia y el perverso revolucionarismo militarista.

Revolucionarismo violento, primitivo y armado que después de 20 año continúa amasando desgracias, crímenes y robos cercanos a la droga, las trampas, la inmoralidad plana y el numeroso grupo distante de la política, ya que está fuera de la decencia cívica. Decencia cívica que, como vía para convocar políticamente a un hecho electoral, cree firmemente en las leyes y en la Constitución, en especial la ciudadanía. El ciudadano ya harto de tanta fechoría desenmascarará al revolucionarismo y le impone su voluntad, la mayoría… los demócratas.

El hecho electoral del 21N ya dibuja la derrota del revolucionarismo militarista, el 21N amanecerá la democracia y de una manera plena, con operadores políticos ciertos se generará un cambio en las Gobernaciones y Alcaldías. Los operadores políticos están dispuestos a generar un cambio radical mediante una acción política social transformadora, ello será posibles con la participación política de los ciudadanos, que por vía de la decencia cívica rechazan la corrupción, los arreglos y la antipolítica, prefiriendo la decencia del voto.

El hecho electoral del 21N ya en movimiento clama para que los demócratas creen una real esperanza política, para quienes les corresponde gobernar convencidos deben estar de una necesaria e impostergable transición política, que incluye hasta el referéndum revocatorio. La motorización del hecho electoral para el 21N es una acción motorizadora de la clase política democrática, a través de la práctica de una acción transformadora en Venezuela para que a través de la resistencia civil se alcance la decencia cívica que active a los demócratas responsables.

El hecho electoral del 21N mostrará la madurez, sobre todo el saber político del líder político emergente junto a una ciudadanía participativa, decidida a reinstalar la democracia. El hecho electoral del 21N impone inteligencia, decisión y coraje cívico de la ciudadanía, todo ello servirá como el motor donde prohombres, ciudadanos y líderes apuntan con la nación los nuevos Alcaldes y Gobernadores para que coronen el cambio político en contra del revolucionarismo militarista.

Referéndum revocatorio para hacer la república con democracia liberal, motorizada por una ciudadanía que cree y crecerá creyendo como clase política, distante del partidismo obsoleto y antipolítico. En este estadio, la ciudadanía comprende y mostrará a la política como ciencia. Cuanto se aparte de la ciencia forma parte de la perversión, de la politiquería y de la Antipolítica, es decir, del atraso y la incertidumbre. El 21N tiene un trazado político: hacer política, lo cual es igual a participar en política. Política contundente, no violenta, que potencie la decencia cívica, que conduzca la decencia civil la cual facilitará la transición política para el reagrupamiento de las fuerzas democráticas de la república en pleno siglo XXI.

Es original,

Director de CEPPRO-CSB

@JMachillandaP

Caracas, 8 de noviembre de 202

 3 min


​José E. Rodríguez Rojas

A pesar de lo chocante de las escenas de desigualdad que se observan actualmente, este no es el problema fundamental que enfrentamos como sociedad. El problema fundamental es incrementar la producción para lo cual se requieren acciones y políticas orientadas a restaurar la confianza y disminuir la incertidumbre, lo cual no se ve como factible en el porvenir inmediato.

El chavismo ha promovido un modelo político que ha generado, por un lado, una destrucción del tejido productivo que ha reducido el tamaño de la economía a niveles de mediados de la década de 1950. Todo el esfuerzo llevado cabo por el régimen de Pérez Jiménez y los gobiernos democráticos se ha perdido. En el periodo reciente la crisis de movilidad provocada por el confinamiento y la escasez de combustible acentuaron la recesión y contracción del tamaño de la economía.

De la mano de esta política destructiva se ha llevado a cabo otra que ha profundizado la desigualdad en la sociedad venezolana, lo cual es inherente al modelo político inspirado en el socialismo cubano. Esta desigualdad se ha potenciado en los últimos años. En el marco de la contracción económica se impuso una dolarización de facto para compensar los efectos de la inflación que se convirtió en hiperinflación después del 2017. Los sectores de mayor ingreso buscaron refugio en el dólar a fin de tratar de protegerse de los efectos de la hiperinflación. Una minoría estimada por la ENCOVI en 5% de la población ha logrado hacerlo, lo que ha acentuado la desigualdad en especial entre los hogares de mayor ingreso, el 10% de los hogares concentra el 40% del ingreso total. En el último año Venezuela se convirtió en el país más desigual de América Latina, superando a Brasil, que en los años previos era considerado el más desigual.

El diario El País en una edición reciente reporta esta situación destacando como en Caracas, en la zona de Las Mercedes, se levantan edificios de oficinas de lujo que permanecen vacíos, casinos, restaurantes donde un plato puede costar 30 dólares como mínimo. Al lado de ello, señala el diario, los empleados públicos se ven obligados a “matar tigres” para compensar el miserable sueldo que reciben.

Si bien la desigualdad se ha acentuado, convirtiendo a Venezuela en el país más desigual de la región, éste no es el problema fundamental o el reto fundamental de la sociedad venezolana en la coyuntura actual, según Luis Pedro España investigador de la ENCOVI promovida por la UCAB. El empequeñecimiento de la economía ha llegado a tal grado, según España, que de distribuirse la escasa riqueza generada entre todos los venezolanos, ello se traduciría en un ingreso per cápita de 30 dólares mensuales (1 dólar diario), lo cual nos ubicaría a todos por debajo de la línea internacional de la pobreza, estimada en 1,90 dólares diarios por el Banco Mundial.

La superación de la pobreza demanda, según España, incrementar la producción, para lo cual es necesario generar confianza y disminuir la incertidumbre a fin de estimular las inversiones que se requieren. Ello no es factible en términos inmediatos pues implicaría el desmantelamiento del modelo que el chavismo ha impulsado en las últimas décadas. Por una lado el fortalecimiento de la autonomía de las instituciones como el Banco Central, a fin de controlar la inflación. Otra de las instituciones que requieren mayor autonomía es el sistema judicial, para fortalecer los derechos de propiedad. No se puede dejar de lado los cuerpos de seguridad que deben orientarse a garantizar la seguridad personal de la población y no a perseguir a la disidencia política.

Profesor UCV

Referencias

UCAB. 2021. Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI). El Ucabista. Com.

 3 min


Rogelio R. Rodríguez Rodulfo

El río Orinoco tiene un importante aumento de nivel con el período anual de lluvias, alcanzando un promedio histórico de 16 metros sobre el nivel del mar. Tucupita y el resto de la población tenían al río como único medio de comunicación con el resto del país y ello requería una travesía de varias horas.

Con el objeto de incorporar parte de ese territorio al desarrollo del país era necesario construir una obra que protegiera a esa población de las inundaciones y que permitiera a su vez el aprovechamiento de tierras para la agricultura y ganadería.

En la década del 60 el Estado Venezolano emprendió la construcción de un sistema de diques o muros de contención y una estructura para el control del caudal del caño Manamo, conocida localmente como "El Cierre", para impedir que las aguas del Orinoco inundaran el área a proteger. Tales obras, puestas en servicio en el año de 1966, ocasionaron ciertos desequilibrios ambientales, pero favorecieron el crecimiento poblacional y desarrollos ganaderos en espacios que anteriormente permanecían inundados en tiempos de crecidas del río.

Cabe mencionar que la mayor creciente registrada del Orinoco ocurrió en 1892, con 19,14 metros sobre el nivel del mar (msnm), por lo que las obras construidas fueron realizadas para proteger de inundaciones de esa magnitud y más.

En los últimos años las crecientes han venido superando los niveles regulares, así la del 2017 fue de 17,34; la del 2018, la segunda más grande registrada en 129 años, fue de 18,34 y la del 2021 fue de 17,26 msnm. Estos niveles son muy preocupantes y concuerdan con las perturbaciones ocasionadas por el calentamiento global por lo que se teme, con sobradas razones, que pudieran ocurrir en un futuro cercano crecientes de mayor magnitud que rebasaran los muros de contención pues sus condiciones actuales están muy disminuidas y distan mucho de ser la obra puesta en servicio hace 55 años.

La atención insuficiente de esa infraestructura por más de medio siglo ha conducido entre otras cosas a:

1.- La pérdida significativa de sus dimensiones y forma, tanto que esos muros de tierra compactada perdieron altura, grosor y solidez a raíz de filtraciones y socavamientos a lo largo de sus 172 Km. Por tales razones fue rebasado y parcialmente destruido en un sector al final de la creciente del 2018, lo cual revela cuán menguado estám pues tal crecida fue inferior en 0,8 metros a la de 1892, la creciente referencia para la construcción de la referida obra;

2- Se han perdido por acción del río partes de la infraestructura como es el caso del relleno hidráulico y el tabique de rocas que la protegían de las corrientes;

3- Perdimos, por sedimentación y urbanismo, el aliviadero previsto para los grandes crecientes;

4- La gran sedimentación en las proximidades de la infraestructura para el control de aguas ("Cierre") eleva significativamente el nivel de las crecientes y pone en peligro su estabilidad y

5- Se teme el colapso del "Cierre" por los importantes socavamientos detectados a su alrededor y no corregidos hace catorce años.

Hay que destacar que la citada infraestructura es crucial para la población pues constituye LA ÚNICA SALIDA POR VÍA TERRESTRE DE TUCUPITA.

El estado actual de la obra sumado a las perturbaciones cada vez más frecuentes y catastróficas por el calentamiento global, nos expone de manera creciente a una inundación intempestiva que afectaría en mayor o menor grado a más de 160 mil deltanos que habitan los espacios protegidos de las inundaciones.

El llamado es urgente al gobierno nacional y regional para que se ocupen de corregir a la brevedad las vulnerabilidades de la obra de manera que en tiempos de crecidas del río nos proporcione seguridad y no zozobra.

Tucupita 10 de noviembre del 2021.

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