Pasar al contenido principal

Opinión

Manuel Delgado Campos

Como ciudadano venezolano común y corriente, opino que el proceso electoral llevado a cabo en nuestro país el 21 de noviembre de 2021, nos ha dejado grandes lecciones y varias experiencias, gratas e ingratas, las cuales, sin ánimos de gran analista, me propongo comentar.

Una de ellas es que valió la pena votar, porque los resultados tanto en número de votos como en incidentes registrados, permitieron demostrar fehacientemente y con datos comprobables ante el mundo, ante el país y ante nosotros mismos una situación real, de la cual estábamos convencidos pero que el régimen podía rebatir con argumentos aunque no sustentados en cifras.

A pesar de la abstención, mayoritariamente opositora, bien fuera voluntaria u obligada por la diáspora, los resultados indican que que quienes nos oponemos al régimen comandado por Nicolas Maduro somos mayoría evidente y que su base de sustentación, en cuanto al número de votantes oficialistas, es cada vez menor. No hay dudas al respecto.

La presión nacional e internacional los obligó a simular una condiciones de mayor liberalidad y equidad para esas votaciones con miras a un reconocimiento internacional. Incluyendo el nombramiento de dos rectores no chavistas y la aceptación de misiones de observación internacionales, como fue la enviada por la Unión Europea; de comportamiento realmente independiente. Coincidiendo en sus observaciones y objeciones con las del Centro Carter. Las actuaciones posteriores de los funcionarios y organismos adscritos al régimen desnudaron su verdadera intención y quedaron al descubierto.

Las circunstancias propiciadas por la propia dirigencia opositora no permitieron, a pesar de los números, ganar gobernaciones y alcaldías adicionales a las que ya sabemos. Ese es un tema que ha sido ampliamente analizado por expertos en la materia y que obliga a toda la dirigencia y a todos quienes tengan influencia en la toma decisiones, a tomar conciencia al respecto y actuar en consecuencia. Sin unidad no hay éxito.

Mención especial merecen los acontecimientos de Barinas donde, aún sin unidad, un candidato opositor se impuso por sobre el candidato oficialista. Forzados a reconocerlo debieron acudir a las más burdas triquiñuelas 'institucionales' para arrebatar ese triunfo, por poco margen pero altamente significativo. Fué en Barinas, la tierra de los Chavez. Un solo candidato opositor para las elecciones de enero es de imperiosa necesidad.

Esta surgiendo una ´nueva´ dirigencia política, no necesariamente alacránica, colateral a la existente, particularmente a nivel regional y local que debe ser respetada y tomada muy en cuenta. Los números no engañan. Eso obliga a algunos de los líderes actuales a reconocer que el liderazgo no se conserva solamente por ser candidato para lo que sea en cualquier oportunidad. Se sigue siendo líder cuando se toman y se ayuda a tomar las mejores decisiones en favor de la mayoría por encima del beneficio personal o grupal. Rómulo Betancourt fue líder hasta el final y después de ser presidente nunca más fue candidato a algo.

Los oficialistas vencieron pero no convencieron y eso es extremadamente importante. Se van evidenciando las costuras y las diferentes posturas dentro de ese sector. Su fuerte es la violencia y la tracalería, poder que es difícil de superar a corto plazo pero que no es eterno.

Vale la pena comentar sobre las críticas que han recibido los gobernadores opositores por haberse reunido con Maduro. Si aceptaron las reglas de juego impuestas por el régimen para esas votaciones tienen que seguir en el, en tanto que sea para beneficio de sus estados. Queramos o no, Maduro sigue siendo el presidente de facto y a los hechos hay que atenerse.

Con todo lo ocurrido, especialmente las arbitrariedades cometidas por el sector oficialista, llámese 'gobierno' o partido, no será posible que sean eliminadas las llamadas sanciones internacionales, tampoco el precio puesto sobre las cabezas de algunos funcionarios. Eso sigue así y tiene peso. Los militares de alto rango deben pensar mucho al respecto.

Por último, el informe y hasta la expulsión apresurada de la Comisión Observadora enviada por parte de la Unión Europea dará mucha tela que cortar. Certifica lo ya conocido, lo deja muy claro, escrito y publicado. Fue altamente favorable su presencia y las consecuencias de su actuación están por verse. Si al régimen no le gustó, seguramente es un buen informe, imparcial y justo. Quien reniega de la justicia actúa de esa forma.

A mi entender, los venezolanos, en general, debemos pensar en los aspectos positivos de ese proceso 'eleccionario' y asimilar lo negativo para hacer las correcciones necesarias. Todos debemos convencernos de que el camino electoral ayuda y mucho, en la lucha multimodal en favor de una Venezuela libre, democrática y donde impere la justicia. Hagamos poco caso a quienes se cierran en posiciones extremas porque la mejor estrategia está en explorar todas las posibilidades.

Aprovecho la oportunidad para desearle a todos los compatriotas, dentro y fuera de Venezuela, una feliz navidad, disfrutándola hasta donde se pueda, y un esperanzador año 2022.

Sunrise, Florida

04 de diciembre de 2021

 3 min


Humberto García Larralde

¿Cuántas veces apelará uno a la fábula del alacrán y la rana para explicar el sinsentido (aparente) del comportamiento fascista? Consciente de que su labor destructiva nacional se pasó de maracas y que su violación extendida de los derechos humanos transgrede normas básicas de convivencia internacional, Maduro pareció entender la necesidad de crear condiciones propicias para adquirir un mínimo de legitimidad ante el mundo. De otra forma, será poco probable que le alivien algunas de las sanciones que pesan sobre él y sus secuaces, una restricción significativa al margen de maniobra para sus diversos “negocios”. Corre el peligro de que, sin recursos, el tejido de alianzas cómplices sobre las que se mantiene su tiranía se deshilache y, “amor con hambre no dura”.

Confiado en que el desgaste del liderazgo opositor y sus pugnas internas le facilitarían la victoria, decidió que las elecciones regionales y locales del 21-N de este año contasen con condiciones que pudiesen obtener el visto bueno de las naciones democráticas de mayor relieve. Aceptó, por tanto, incluir dos reputados demócratas como rectores del CNE (conservando su mayoría de tres), indultó a importantes dirigentes políticos perseguidos por su condición opositora e invitó a una misión de observadores electorales (MOE) de la Unión Europea para que le dieran su sello de aprobación. Nada de las marramucias con las que se hizo reelegir en 2018. El propio demócrata, pues. Pero, como se reveló luego, su puesta en escena resultó muy distinta a la Disneylandia electoral con la que pensaba redimirse.

La MOE constató que el proceso comicial ocurrió en presencia de numerosas irregularidades: ausencia de un poder judicial independiente, fuerte ventajismo oficial, políticos inhabilitados, acceso desigual a los medios de comunicación y tarjetas y símbolos de partidos opositores confiscados. Y, encima, ¡Freddy Superlano ganó las elecciones para gobernador de Barinas, patria chica del Eterno! Como eso desafiaba las leyes de la Historia (con mayúscula), siempre a favor de la “revolución”, había que “corregir” los hechos. Y –bajo las propias narices de la MOE a la que se trataba de enamorar-- salió el esperpento del tsj (minúsculas bien ganadas, con el perdón de las minúsculas) invalidando ese triunfo. Sucede que, secretamente, Freddy Superlano seguía “inhabilitado”. Como si eso no fuera suficiente, el ejército de ocupación en que ha devenido el chavo-madurismo quiso vaciar el significativo triunfo de Manuel Rosales en el Zulia, despojándolo del manejo de aeropuertos, peajes y del puente sobre el Lago. Y, para culminar, se canceló de una vez la permanencia de la MOE en Venezuela. ¡Fuera esa caterva de espías!

Es bueno detenernos un instante en el vergonzoso fraude perpetrado en Barinas, pues arroja luz sobre la naturaleza del régimen. En primer lugar, la inhabilitación política de cualquier venezolano sólo es posible por decisión judicial motivada. Un órgano de la administración pública como la Contraloría General de la República no puede inhabilitar políticamente a Freddy Superlano o a otros. Segundo, el indulto de un presidente –y el chavismo reconoce a Maduro como tal—de todas maneras anularía esa “inhabilitación” amañada. Tercero, la máxima autoridad electoral, el CNE, en razón de este indulto, había autorizado la candidatura de Superlano (como de otros indultados). Cuarto, el alegato del tsj de que inhabilitó de nuevo a Superlano (¡!) nunca fue comunicado al CNE. Nadie lo conocía. Quinto, no le toca a ese tsj intervenir las competencias de la autoridad electoral, el CNE, para imponerle que suspenda el conteo de votos y convoque a nuevas elecciones en ese Estado. Sexto, si la supuesta “inhabilitación” de Superlano era razón para ello, ¿por qué no suspender, también, las elecciones en otros estados en los que habían concurrido candidatos “inhabilitados”? En fin, una ristra de disparates y atropellos pseudo-legales –seguramente se me escapan otros—que magnifican, a los ojos de cualquier observador, la ausencia absoluta de garantías para que se respetara la voluntad popular. Y uno de pregunta, ¿a qué se debió, entonces, el esfuerzo por simular unas elecciones confiables?

Si se esperaba que Maduro y sus cómplices actuasen en términos políticamente racionales, la torpeza cometida con las elecciones de Barinas, la conculcación de atribuciones a la gobernación del Zulia y la salida de la MOE no tienen sentido. Los sacrificios incurridos en abrirles espacios a la oposición, reducir su arsenal de trampas electorales, permitir el triunfo de la oposición en numerosas alcaldías y algunos estados, ¿no era para conquistar legitimidad internacional? ¿Por qué echar todo por la borda?

Algunos atribuyen tal desatino a las contradicciones internas del chavo-madurismo, en particular, a las maniobras de Cabello por sabotear la iniciativa de Maduro. Desde luego, entre trúhanes no pueden esperarse conductas de “gentlemen” ingleses, del “fair play”. Pero la razón es otra.

Para el fascismo, la política es una guerra. Los adversarios no son tales; son enemigos. A la hora de las chiquitas, no se respeta norma alguna si ello hace peligrar el triunfo de esa guerra. Y un aspecto central a todo triunfo, sobre todo en la confrontación política, reside en lo simbólico. ¿Cómo admitir que fue derrotado Chávez, el hermano, en la tierra en la que nació y creció el venerado héroe de Sabaneta? El mito requiere preservar inmarcesibles los elementos y signos que le dan vida y suscitan apego. Es consustancial al encantamiento que alimenta la fe de secta. ¡La tierra santa debe defenderse como sea! En un plano más terrenal, el manejo non-sancto de la familia Chávez al frente del estado no debe mancillar ese imaginario. Sus haciendas y otros negociados irregulares no pueden salir a la luz pública. Ya se procedió con la derrota de Francisco Rangel Gómez ante Andrés Velásquez en las elecciones para gobernador de Bolívar en 2017. Para tapar los robos asociados a su gestión al frente del estado Bolívar, había que “cortar por lo sano” (¡!) y robarse, también, las elecciones. Y, así como la naturaleza del alacrán lo llevó a aguijonear a la rana y ahogarse, donde quiera que peligre directa o indirectamente (por el colapso de la simbología “revolucionaria”) el régimen de expoliación chavo-madurista, se echará por la borda cualquier compromiso democrático. Es un asunto de economía política de mafias.

Ahora bien, quienes no deben dejarse llevar por simbolismos y pasiones sectarias, son las fuerzas democráticas. Las cifras del 21-N revelan que, de haberse producido candidaturas unificadas, habrían triunfado en unos 14 estados, aun con la altísima abstención que hubo. Además, se mostró que, en el bastión chavista de Barinas, la voluntad popular se inclina por rescatar la democracia. De manera que no hay excusa para aunar esfuerzos para propinarle a los fascistas una derrota aun mayor en Barinas en enero próximo. Aparentemente, ya se han celebrado acuerdos auspiciosos al respecto. Pero lo ocurrido obliga a anticipar nuevas trampas por su parte y tomar las previsiones en materia organizativa, de equipos de mesa y de denuncia a los medios, ante lo que puedan tramar.

Finalmente, lo sucedido es una alerta más a la estrategia trazada de conquistar condiciones favorables a la realización de elecciones presidenciales y legislativas confiables por medios pacíficos, como se ha tratado de adelantar a través del proceso de negociación interrumpido en México. Sólo ante una correlación de fuerzas que perciba como abiertamente contraria, el chavo-madurismo verá la necesidad de ceder. Ello implica capitalizar el triunfo esperado en Barinas e insuflarle a los venezolanos confianza en el voto como poderosa arma para el cambio. La firmeza de nuestros aliados internacionales en torno a las condiciones que justificarían el levantamiento de las sanciones cierra el cuadro.

Maduro y sus cómplices salieron bastante más golpeados, políticamente hablando, que la oposición de la contienda de 21-N. Aprovechemos al máximo la oportunidad que ello representa para avanzar.

Economista, profesor (j), Universidad Central de Venezuela, humgarl@gmail.com

 6 min


Luis De Jesús (Entrevista)

El analista alemán tiene un amplio conocimiento sobre la política de Venezuela. Expresó que la derrota del partido oficialista en el estado Barinas motiva a mucha gente y afirmó que el gobierno de Nicolás Maduro hará lo necesario para vuelva a ocurrir. Afirmó que la oposición debe propiciar contradicciones internas en Miraflores para que haya un cambio político y, así, estar preparada para el momento desconocido en el que ocurra

El analista y consultor político Georg Eickhoff afirmó que la lógica del chavismo para el ejercicio del poder no es la de un grupo político, sino la de una organización criminal. El experto, en una entrevista concedida a El Nacional, manifestó que la situación en el estado Barinas, con el arrebato de la victoria de Freddy Superlano en la gobernación, revela que Nicolás Maduro no tiene la intención de entregar el poder.

Eickhoff (*) nació en 1965 en la ciudad de Colonia, en Alemania. Considera que los dirigentes de oposición están debilitados y afirmó que poco a poco se conocerán quiénes apuestan por la cohabitación con el régimen venezolano. En su opinión, se ha subestimado la operación de infiltración por parte del gobierno venezolano en las fuerzas políticas que lo adversan.

Dijo, asimismo, que todos los líderes tienen muy cuesta arriba la recuperación de la confianza de los ciudadanos y que, según su análisis, aparecerán nuevos rostros en la política venezolana que posiblemente estarán presentes en las eventuales elecciones presidenciales de 2024.

—La oposición parece darse cuenta de la necesidad de unidad. Pero, ¿no es ese el resultado de una serie de errores que se profundizaron desde que Juan Guaidó se juramentó como presidente interino de Venezuela?

—Se ha subestimado mucho la intensidad de la operación de infiltración en la oposición. Este esfuerzo por parte del régimen va a continuar y vamos a ver más traiciones de personas que antes se consideraban de oposición.

—¿La solución es electoral, a pesar de la ausencia de garantías?

—El régimen en este momento tiene la confianza de poder arrebatar cualquier victoria electoral como se ve en Barinas. La pelea por el poder nacional en el marco de elecciones presidenciales y parlamentarias será mucho más recia. Elecciones justas, libres y verificables serán la consecuencia necesaria del colapso del poder fáctico del régimen. No pueden ser su causa porque el régimen solamente las va a permitir cuando ya no tiene otro remedio, que es decir lo mismo que perder el poder fáctico.

—El Tribunal Supremo de Justicia controlado por el chavismo convocó a nuevas elecciones en Barinas. Se le arrebató la victoria a Freddy Superlano.

Esto revela que este régimen no tiene la intención de entregar el poder por el hecho de perder una elección. Lo han declarado infinidad de veces. Esencialmente eso está claro desde el golpe de 1992. Estamos en una lucha de demócratas contra otros que no son demócratas. Es más, su lógica de ejercicio de poder ya no es la de un grupo político sino la lógica de una organización criminal.

—¿De qué manera influirá el caso de Barinas en los electores y en la oposición?

—El proyecto de derrotar al chavismo en el estado natal de su líder difunto motiva a mucha gente. El régimen no lo tendrá fácil, pero lo más seguro es que va a hacer lo necesario para evitar esta derrota.

—La Misión de Observación Electoral presentó un informe preliminar con algunas observaciones del 21 de noviembre: constataron la falta de independencia judicial y la no adherencia al Estado de Derecho.

—El informe preliminar dice muchas verdades incómodas. El rechazo por parte de Maduro fue contundente. No me sorprendería si esta reacción es el preámbulo para no permitir una observación electoral real como la de la Unión Europea en próximos comicios.

—La oposición pudiera tener al frente un nuevo reto: un referendo revocatorio. ¿Es una oportunidad? Se puede deducir que la falta de unidad será determinante, pero, ¿qué más hará falta para que se cumpla ese objetivo?

—No hay presidente legítimo que se pueda revocar. El presidente legítimo es el presidente interino Juan Guaidó hasta que haya un presidente electo en elecciones reconocidas. Este es el problema constitucional de un referendo revocatorio. El problema político es la falta de voluntad del régimen de someterse a cualquier proceso constitucional para ceder el poder. Todos los parámetros de un referéndum revocatorio están en manos del régimen. La posibilidad de que prospere es casi nula.

—Guaidó no tuvo una posición clara sobre las elecciones pasadas. Recientemente recordó las estrategias del chavismo en 2016 para invalidar el proceso. ¿Puede presumirse que, desde ahora, tendrá una posición ambigua?

—Es una pregunta para el presidente interino. Tengo entendido que tanto él como sus principales aliados internacionales están presionando para que haya elecciones presidenciales y parlamentarias justas, libres y verificables como parte de un acuerdo integral. Es evidente que esta presión debe aumentar.

Juan Guaidó. Foto: Federico PARRA / AFP

—Contradicciones, silencio ante determinadas situaciones e intereses personales por encima de la necesidad de cambio. ¿Qué debe ocurrir con la dirigencia opositora, en todas sus variantes?

—Se va aclarar paso a paso quién apuesta por ser oposición y quién por la cohabitación con el régimen. Es un proceso necesario porque, sin duda, el cambio político es necesario y urgente.

—¿Qué pasa ahora con los liderazgos de Henrique Capriles, Leopoldo López y Juan Guaidó, por mencionar a algunos?

—Todos los liderazgos políticos opositores se han debilitado. Los tres líderes mencionados buscarán vías muy distintas para recuperar la confianza perdida. Todos lo tienen muy cuesta arriba. Viendo esto y analizando sus propias oportunidades, nuevos líderes van a aparecer. Creo que de aquí al 2024 vamos a ver alianzas entre figuras conocidas y otras por conocer.

—¿Cómo se podría definir un eventual candidato presidencial?

—Los venezolanos están dispuestos a apoyar a quien les ayude a terminar la tragedia actual. Veo la posibilidad de un candidato de unidad. El régimen, como en el pasado, va a dedicar muy grandes esfuerzos a la infiltración y destrucción de esta unidad de quienes lo adversan.

—¿No está trancado el juego? ¿Cuál es o cómo puede definirse la verdadera salida?

—Un cambio solamente puede generarse por medio de las contradicciones internas del régimen. La estrategia debe ser propiciar estas contradicciones y estar preparado para el momento desconocido y probablemente sorpresivo cuando el quiebre ocurra. Es un trabajo enorme, abnegado y complicado perseguir esta estrategia. Hay pocos que lo quieren asumir. Este trabajo en la sombra es lo opuesto a hacer nada y lo opuesto a simulacros de actividad vacía y sin referente en las relaciones reales de poder.

—En definitiva, ¿debe la oposición/MUD participar en los próximos procesos electorales?

—Los procesos electorales son muy diferentes entre sí y tienen significados diferentes a lo largo del tiempo. Cada proceso nuevo necesita una estrategia diferente. Creo que el resultado de un proceso revocatorio está cantado. Tenemos precisamente este precedente de la actuación del TSJ en el caso Barinas. Elecciones presidenciales y parlamentarias son completamente diferentes a las elecciones recientes. Intuyo que serán una oportunidad para nuevos liderazgos que se darán a conocer. Gente prácticamente invisible ahora. Muy probablemente se las van a ver en primarias con los liderazgos conocidos y gastados, pero sin intención de abandonar la pelea. Pero Barinas demuestra otra vez que ganar una elección no basta, hace falta mucho más.

—Los resultados electorales para el Partido Socialista Unido de Venezuela, a pesar de que logró la mayoría de las gobernaciones y de las alcaldías, señalan datos interesantes como la pérdida de fuerza en varios municipios.

—El PSUV como estructura de poder es una cosa del pasado. Sin el TSJ y el CNE secuestrados, sin censura, represión y tortura ya no van a ninguna parte. El verdadero poder en Venezuela está en manos de grupos criminales.

—Si no hay presidente legítimo que se pueda revocar, y si el PSUV como estructura de poder es una cosa del pasado, ¿qué se debe hacer con Maduro, que se muestra confiado y tiene el control de las instituciones del Estado y de las armas de la República?

—Hacerle oposición y trabajar para quitarle el poder que tiene secuestrado. No cooperar con él.

—Con lo que me ha planteado, ¿qué es la oposición ahora para los venezolanos? Después de tantos errores y contradicciones costará recuperar la confianza en la dirigencia que en algún momento llegó a mover masas.

—Así es. Los que emigraron han dado la espalda al régimen y a la oposición. Pero obviamente siempre va a haber una oposición fuerte contra Maduro dentro y fuera del país. Es un peligro para él. Por eso persigue y reprime.

—Sobre ese nuevo liderazgo, ¿hay posibilidades de que se convierta en una fuerza política que logre motivar a los ciudadanos?

—Esto va a pasar en algún momento. Habrá que trabajar para que sea pronto.

—Habló de un “TSJ de Capriles”, ¿qué quiso decir con eso?—Capriles se ha convertido en una parte del sistema de control y represión del cual es parte el TSJ. Pero el TSJ es mucho más importante que Capriles para asegurar el poder de Maduro. Fue una expresión exagerada.

(*) Georg Eickhoff obtuvo el doctorado en Historia Moderna con un trabajo sobre líderes carismáticos. Su pasantía en la política alemana duró 12 años y la culminó siendo alcalde de una pequeña ciudad de Alemania. De 2008 al 2013 estuvo a cargo de la oficina de la Fundación Konrad Adenauer en Caracas. Trabajó como consultor político en varios países de Latinoamérica y actualmente se desempeña como analista político de la Misión de Paz de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa para Ucrania.

@Luisdejesus_

https://www.elnacional.com/venezuela/georg-eickhoff-se-ha-subestimado-la...

 7 min


Eddie A. Ramírez S.

En la Primera Guerra Mundial murieron millones de soldados en una confrontación donde, por cada metro que se avanzaba desde cada trinchera, caían abatidos miles de jóvenes combatientes dirigidos por generales incompetentes, con algunas excepciones. En Venezuela, la dictadura de Chávez-Maduro ha asesinado cerca de doscientos ciudadanos por manifestar en contra del régimen, miles de ciudadanos han sido abatidos por el hampa tolerada por el oficialismo, también por organismos de seguridad en supuestos enfrentamientos, y seis millones han tenido que huir a otros países. Mientras tanto, el gobierno y la oposición están enfrascados en una guerra política, cada uno en su trinchera, sin lograr avances significativos. En paralelo, se desarrolla una guerra política entre los dirigentes demócratas quienes, en lugar de cerrar filas en contra de la dictadura, se desgastan entre ellos desde su propia trinchera.

Nadie encuentra la salida. Cada quién predica que tiene la solución. Ciudadanos con buena formación no son capaces de desenredar el famoso nudo, con el agravante de que ninguno tiene la espada, ni la sagacidad de Alejandro Magno para decidir corta rlo.

Insistencia en la abstención: ¿Por qué algunos insisten en que no podemos ganar elecciones? Triunfamos en el referendo de reforma constitucional del 2007, en el 2008 ganamos la Alcaldía Mayor y cinco gobernaciones, en el 2015 ganamos los dos tercios de la Asamblea Nacional, en el 2017 ganamos seis gobernaciones, aunque después nos arrebataron dos y este año ganamos cuatro y nos despojaron de la de Barinas. Además, en todas las elecciones ganamos las alcaldías de Chacao, Baruta y El Hatillo en Caracas y la de Lecherías en Anzoátegui.

¿Es tan difícil darse cuenta que, a pesar de que nunca han sido elecciones de acuerdo a normas internacionales, la trampa se produce básicamente cuando no tenemos testigos y perdemos cuando decidimos no votar masivamente? ¿Es preferible perder por no votar o acudir a las urnas para que la dictadura se vea obligada a dar un zarpazo ejecutado por el genuflexo Tribunal Supremo de Justicia? ¿Se puede sostener la idea peregrina de que cuando hemos ganado es porque el régimen nos ha regalado migajas? Está comprobado que los rojos son totalitarios y no conceden regalos. Un punto a discutir es por qué hemos perdido gobernaciones y alcaldías que han estado en manos de los demócratas.

Dificultades de la unidad: ¿Por qué, después del 2015 no ha sido posible la unidad de los partidos de oposición? Algunos sostienen que es asunto de egos, por lo que unos prefieren ser cabeza de ratón que cola de león. La realidad que reflejan las encuestas es que todos, unos más, otros menos, tienen limitado apoyo popular. Hoy en día la gran mayoría de los venezolanos no se identifica con un partido político. Es decir que individualmente valen poco y unidos tienen peso, porque los independientes apoyan cualquier grupo de unidad que adverse al régimen. Los que más bulla hacen son el G4, por un lado, y María Corina y Ledezma, por el otro. No se ponen de acuerdo por culpa de ambos lados. Si siguen en esa tónica ninguno irá para el baile.

¿Quiénes son los colaboracionistas? Algunos sostienen que la unidad de los demócratas no es posible porque hay colaboracionistas. Como hemos dicho muchas veces, se abusa de este calificativo con malas intenciones. Colaboracionistas son las personas que aceptaron que el régimen les otorgara los símbolos de un partido para confundir y dividir al electorado. Probablemente eso sucedió en Anzoátegui, donde muchos votaron por la tarjeta confiscada a Acción Democrática y por ello el alacrán Brito sacó votos. También son colaboracionistas quienes crearon partidos de maletín para intentar lavarle la cara al régimen. El resto, aunque no nos gusten algunas de sus declaraciones y decisiones, deberían formar parte de la unidad.

La Constituyente: Un grupo de respetables compatriotas promueven desde hace años la realización de una Asamblea Constituyente. Inicialmente el objetivo era para cambiar la Constitución, lo cual hay que hacer. Sin embargo, pareciera que últimamente también es para destituir todos los Poderes del Estado, lo cual es deseable, pero no pareciera conveniente por esa vía tipo chavista. También pecan de ilusos al proponer que la elección de esos diputados sea sin participación del CNE, con el alegato de que el pueblo es el soberano y sus decisiones son vinculantes, lo cual no aplica en dictadura.

El referendo revocatorio presidencial: Tiene que superar muchos escollos por el ilegal reglamento del CNE, y el recuerdo de la lista Tascón. Sin embargo, es una pelea que hay que dar. La otra opción sería enchinchorrarnos esperando la elección del 2024. Sorpresivamente, hay quienes se oponen con el argumento de que es un exabrupto intentar revocar a un usurpador y que ello invalida el estatuto de la transición, tesis sostenida por algunos juristas de reconocido prestigio. Entendamos que estamos ante una situación inédita.

Borges el impredecible: Éramos muchos y pario la abuela. Ahora, Julio Borges y otros, están intentando dar un golpe de Estado al presidente interino Guaidó. Quienes lo promueven no se percatan de sus propias debilidades, ni de lo que representa Guaidó internacionalmente. Conspiran por envidia. En vez de atacar a Guaidó, algunos partidos deberían expulsar a varios de sus miembros señalados de actividades non sanctas.

Ariadna, por favor: Por culpa de esta guerra de trincheras entre la misma oposición, no se visualiza la salida. Habrá que apelar a una Ariadna, para que teja su hilo que nos permita entrar al laberinto, acabar con el Minotauro y encontrar la salida.

Como (había) en botica:

Los magistrados de la Sala Electoral son deshonestos y los rectores rojos del CNE unos alcahuetas. Bravo por Francisco Martínez, rector suplente que renunció al CNE.

Le deseamos pronta recuperación a la valiente María Corina y que el reposo le permita reflexionar sobre el papel que puede jugar para contribuir a poner fin a la guerra política de trincheras.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

 4 min


Zoe Weinberg

Se acerca el metaverso. Solía ser una fantasía de ciencia ficción, en especial en la novela de Neal Stephenson Snow Crash, de un amplio universo virtual que existía en paralelo al mundo físico. Pero los avances tecnológicos han acercado lo suficiente esta transformación de la sociedad humana como para obligarnos a empezar a considerar sus consecuencias.

En el metaverso, un usuario puede diseñar un avatar digital, como si fuera un personaje de videojuego. A través de los ojos de su avatar, podría experimentar una realidad digital tan activa y atractiva como la física. Algunos futuristas creen que en poco tiempo podremos asistir a consultas médicas o a clases allí.

Pero, si bien el metaverso podría revolucionar el trabajo y el esparcimiento, es fundamental permanecer atentos a los peligros que surgirán si llega a subsumir la cotidianidad.

Los entornos virtuales potenciarán las campañas de desinformación, espionaje y vigilancia. Las luchas por el control de la infraestructura física del metaverso bien podrían agravar los conflictos globales. Además, la naturaleza supranacional del metaverso —donde las fronteras del mundo real se vuelven mucho menos relevantes— podría revolucionar la manera en que los individuos perciben e interactúan con los Estados nación.

Si no anticipamos estas posibilidades, corremos el riesgo de que el orden mundial sea remplazado por uno virtual, y quizás menos virtuoso.

En la actualidad, se pueden percibir destellos del metaverso en todas partes. Los conciertos virtuales atraen audiencias récord; los diseñadores de alta gama venden moda virtual; y los videojuegos se han convertido en un medio de vida para personas de todo el mundo. Muchos de los corolarios más cercanos a un metaverso pleno son juegos envolventes como Fortnite, Minecraft y Roblox, donde los jugadores pueden socializar, comprar productos y asistir a eventos en un mundo virtual.

Ya existe evidencia de que los juegos multijugador en línea pueden facilitar la propagación de desinformación y teorías de la conspiración. Los jugadores pueden utilizar las herramientas de comunicación dentro del juego para difundir rumores o “noticias falsas”, que son dirigidas a otros de maneras difíciles de rastrear.

El metaverso podría permitir que regímenes o grupos extremistas con la motivación adecuada den un paso más allá. Las capas envolventes de texto, voz y elementos visuales en los entornos virtuales podrían proporcionar formas nuevas y convincentes de transmitir contenido engañoso o extremista.

En entornos donde las personas pueden ser representadas por avatares pseudónimos, saber a quién puedes confiarle información sensible será aún más difícil. Esto podría allanar el camino para una nueva era del espionaje.

El espionaje digital ya ha sido utilizado por decenas de países para acceder a propiedad intelectual comercial, tecnología militar patentada e información personal y financiera. Un metaverso que contiene casi todos los aspectos de la vida —trabajo, relaciones, activos, identidad— podría ser susceptible a violaciones o manipulación en cualquier parte del mundo.

Es probable que tanto los países como las corporaciones también puedan utilizar el metaverso para actividades de vigilancia más sofisticadas.

Los Estados ya han utilizado la tecnología de reconocimiento facial para monitorear el comportamiento de individuos. Las compañías la han utilizado para el desbloqueo de dispositivos o para generar animaciones en tiempo real. La integración con el metaverso —y los problemas de privacidad que presenta— podría hacerla aún más ubicua. Si se explota, esa tecnología fácilmente podría utilizarse para vigilar a cualquier participante en el mundo.

Incluso es muy probable que la infraestructura física del metaverso presente nuevas vulnerabilidades.

Una constelación de tecnologías, que incluye hardware, redes informáticas y herramientas de pago, respaldará la funcionalidad del metaverso. Los países que mantengan el control sobre esas tecnologías tendrán una ventaja e influencia internacional significativa, como ahora sucede con los países que dominan cuestiones como las rutas de transporte o el suministro de petróleo.

En la práctica, China podría controlar la columna vertebral del metaverso en muchos rincones del mundo, gracias a su iniciativa de la Ruta Digital de la Seda, la cual financia los sistemas de telecomunicaciones de algunos países. Es muy probable que Taiwán, que domina la industria de los semiconductores que respalda las necesidades informáticas, se convierta en un eje aún más importante en el escenario global.

Este tipo de infraestructura física, a su vez, será vulnerable al hackeo y a las interrupciones de la cadena de suministro. Si las personas poseen propiedades, ganan dinero y mantienen comunidades en el metaverso, entonces la escasez de hardware o las interrupciones del servicio podrían poner en peligro algunos medios de sustento o socavar la estabilidad social.

A pesar de estas amenazas, el metaverso también tiene el potencial de mejorar los asuntos globales. La diplomacia internacional podría realizarse con mayor facilidad en embajadas virtuales. Naciones más pequeñas y menos poderosas podrían estar en un campo de juego más nivelado, estar más capacitadas para tener mayor participación en los asuntos mundiales, o quizás, forjar alianzas improbables.

Los entornos virtuales también han demostrado ser prometedores para los activistas que se resisten al autoritarismo digital. En Minecraft, Reporteros sin Fronteras ha estado patrocinando una Biblioteca sin Censura donde los usuarios pueden consultar contenido de escritores disidentes que habían sido censurados en países como Arabia Saudita, Rusia y Vietnam. Es posible que el metaverso traiga nuevas promesas para la libertad y la transparencia a través de las fronteras.

Sin embargo, las consecuencias del metaverso podrían ser aún más radicales.

Si llega a abarcar tanto como algunos predicen, el metaverso podría fomentar comunidades, redes y economías virtuales que trasciendan fronteras e identidades nacionales. Algún día, los individuos podrían identificarse principalmente con organizaciones autónomas descentralizadas ubicadas en el metaverso, con sus propias políticas cuasi exteriores. Una transición de este tipo podría conducir a la reconceptualización de los asuntos geopolíticos desde su base.

Puede que el metaverso haya nacido en la ciencia ficción, pero dependerá de nosotros escribir un futuro basado en una realidad lúcida.

6 de diciembre 2021

NY Times

https://www.nytimes.com/es/2021/12/06/espanol/opinion/metaverso-desinfor...

 4 min


​José E. Rodríguez Rojas

Después de haber prometido controlar la inflación con políticas diferentes a las aconsejadas por el FMI, el gobierno de Alberto Fernández agravó la situación económica y social de Argentina. Debido a ello, en las recientes elecciones legislativas, un poco más del 60% del electorado votó a favor de la oposición, constituida en su mayoría por la coalición de centro derecha liderada por seguidores del ex presidente Macri.

Para los economistas la inflación es un problema monetario y surge de la emisión excesiva de dinero por el Banco Central, a fin de financiar el gasto público y los compromisos de los políticos populistas con su clientela electoral. Posición compartida por organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI). Los populistas, por el contrario, usualmente desprecian los riesgos de la inflación y su impacto en la sociedad, piensan además que se puede corregir apelando a políticas de control, bien sea del tipo de cambio o de los productos.

Mauricio Macri durante su gobierno intentó, con apoyo financiero del FMI, controlar la elevada inflación de Argentina, que rondaba el 50%. Para ello tomo medidas para reducir el gasto público y controlar la emisión de dinero por el Banco Central. Estas políticas elevan la tasa de interés lo cual penaliza el consumo y usualmente generan recesión e incrementan el desempleo, generando un fuerte malestar social.

En las elecciones donde participó Alberto Fernández éste creó la ilusión en el electorado que era posible enfrentar la inflación sin recurrir a las medidas aconsejadas por el FMI. El malestar generado por las medidas implementadas por Macri creó un caldo de cultivo para darle credibilidad a estas promesas. Adicionalmente a ello es necesario tomar en cuenta que Fernández era el abanderado del populismo peronista el cual históricamente tiene dos anclas en la Argentina, por un lado los sindicatos de las grande centrales obreras y por otro las barriadas pobres, en particular de Buenos Aires, donde predominan sectores fuertemente dependientes de las ayudas estatales, que el peronismo tiende a utilizar para manipularlos.

Con el apoyo de los sectores señalados Fernández ganó las elecciones en el año 2019, aunque por un estrecho margen, revelando que la sociedad Argentina estaba fuertemente dividida entre ambos discursos. Fernández asume el poder e implementa una política económica propia de los movimientos populistas. Menosprecia los riesgos de la inflación, abandona la política de Macri y se centra en las políticas de controles y las ayudas a los desamparados. La impresión de dinero alcanzó niveles record, a pesar de ello las ayudas estatales fueron limitadas y no alcanzó al sector informal que representa un tercio de la economía. La decisión de prohibir los despidos agravó la situación de las empresas, en particular de las pequeñas, forzando el cierre de 40.000 Pymes, lo que provocó una contracción del 10% en el año 2020 El confinamiento debido a la pandemia del Covid 19 agravó la situación, el manejo de la pandemia por el régimen de Fernández fue muy criticado. La renegociación de la elevada deuda con el FMI también fue uno de los retos que el régimen no pudo superar lo que acentuó la desconfianza potenciando el valor del dólar no oficial. La inflación repuntó lesionando la capacidad de compra de la población lo que aunado al incremento del desempleo elevó la pobreza hasta afectar a la mitad de la población.

En una sociedad fuertemente dividida el descontento operó como un péndulo en las últimas elecciones, a favor de la oposición. El domingo 14 de noviembre de este año se realizaron las elecciones para renovar parcialmente la cámara de diputados y el senado. En toda la Argentina los resultados favorecieron a la oposición por 9 puntos. Ésta se encuentra integrada, en su mayoría, por la coalición de los seguidores del ex presidente Macri, de centro derecha. Sin embargo en Buenos Aires donde se concentra casi un 40% del padrón electoral el margen fue menor. El populismo peronista perdió el control del senado el cual mantenía desde el inicio de la democracia en 1983. Alberto Fernández en consecuencia está obligado a negociar con la oposición a fin de que las solicitudes de su gobierno sean aprobadas por el senado. Entre éstas figura la renegociación de un préstamo con el FMI lo cual implica negociar la política económica del gobierno en los dos años que restan.

Profesor UCV

 3 min


Julián C.

El 2021 ha sido un año de inflexión para Venezuela en materia económica, al registrar una de las menores caídas en términos de su Producto Interno Bruto (PIB) en los últimos ocho años. Con una contracción de 0,5 %, la economía nacional parece dar los primeros pasos para volver a mostrar una tendencia positiva, lo cual es algo que no se ve en el país desde finales del año 2013 cuando el PIB creció 1 %.

Asdrúbal Oliveros, economista y director de la firma Ecoanalítica, apunta que las estadísticas reflejan que durante 2021 Venezuela entró en un periodo de estancamiento en el que se frenó la caída libre en la que se encontraba inmersa la economía nacional.

“Este año marcó la pauta para que se produzcan cambios el próximo año. Pasamos de ser una economía en caída libre a una estancada que se estabiliza en el foso. En las condiciones en las que está Venezuela en materia económica, política, social y hasta geopolítica es algo para celebrar que ya no estemos cayendo”, afirmó Oliveros durante el foro Perspectivas 2022 ¿Venezuela se arregló?

El experto detalló que al observar de cerca la contracción experimentada este año, existen elementos que pueden considerarse como una señal positiva. Uno de ellos es que si bien el sector público registró una caída de 5,4 %, este se vio compensado por el crecimiento de 3,1 % experimentado por la empresa privada.

Apuntó que según las últimas estadísticas publicadas por el Banco Central de Venezuela (BCV), las cuales no han sido actualizadas, la administración pública representa cerca de 40 % del total de la economía nacional.

Asimismo, explicó que si bien es una buena noticia el crecimiento del sector privado, es necesario tomar en cuenta que ello se produce luego de que este experimentó una contracción de casi 80 % durante los últimos años. Por esta razón afirma que el alza de 3,1% solamente debe ser vista como una mera bocanada de oxígeno para la empresa privada.

“Esto no representa para nada una expansión, Venezuela cuenta con un sector privado sumamente pequeño”, añadió.

Oliveros comentó que el factor clave a considerar no es el porcentaje de crecimiento en sí mismo, sino el hecho de que se está produciendo un cambio en la tendencia que venía experimentando la economía.

Detalló que la mejora en el desempeño de la empresa privada estuvo apalancada principalmente en cinco sectores claves que fueron capaces de adaptarse en mejor medida a la nueva realidad económica del país. Estas fueron:

–Salud

–Servicios profesionales

–Alimentos

–Comercio minorista

–Tecnología

¿Qué cambió en la economía de Venezuela en 2021?

El director de Ecoanalítica sostuvo que producto de las sanciones a la industria petrolera nacional impuestas por el gobierno de Estados Unidos, el régimen venezolano se ha visto obligado a desarrollar nuevas fuentes de ingreso para poder sobrevivir.

En tal sentido, indicó que la exportación de chatarra, oro y la minería de criptomonedas han sido algunos de los mecanismos empleados para generar divisas por vías alternas a la explotación petrolera.

El gobierno se encuentra en una etapa de pragmatismo brutal en la que incursiona en cualquier actividad que le genere flujo de caja porque retener el poder es el objetivo principal”

Otro factor que, a su juicio, es revelador acerca del comportamiento del régimen en 2021 es que este empezó a ejecutar gasto público directamente en divisas y no en bolívares como era costumbre.

Sostuvo que este elemento es fundamental al pensar en la estabilidad de la inflación y de mantener una tasa de cambio controlada. Argumenta que esta política gubernamental restringe el flujo de bolívares a la economía lo que genera una presión a la baja para controlar estos indicadores.

“En la medida en que el gobierno ejecute mayor gasto en dólares más cambiará la visual de la tasa de cambio y de inflación, al igual que los topes a los que puedan llegar”, explicó.

Entre los sectores que concentran la mayor ejecución de gasto en divisas se encuentran el de la industria petrolera, con el pago a contratistas, telecomunicaciones estatales y ciertas obras de infraestructura.

Oliveros comentó que una de las razones detrás de este cambio en las políticas económicas está sustentado en el empeño del régimen de poner fin a la hiperinflación, sin importar el costo, para poder enarbolarlo como un logro en materia económica.

Es precisamente en este afán que han optado por reducir drásticamente la ejecución de gasto público, lo que se ve reflejado en la negativa a realizar aumentos de sueldo mínimo al ritmo que venían haciéndolo en años anteriores.

“Esto los ha llevado a una ejecución de gasto que es muy loable desde el punto de vista económico, pero que desde la perspectiva social es terrible. En lo que va de año el gobierno no ha aumentado los salarios ni las pensiones con todo lo que eso implica en términos de la miseria en la que viven los empleados públicos en el país”, señala.

Concluyó con que no existen indicios que permitan prever una mejora en términos del ingreso que perciben mensualmente un sueldo mínimo pues a la Administración no le interesa aumentar la cantidad de bolívares en la calle, al menos hasta mediados del primer semestre de 2022. Esto supone un oscuro panorama para un importante sector del país cuyos ingresos se diluyen mes a mes.

2 de diciembre 2021

El Diario

https://eldiario.com/2021/12/02/economia-venezuela-2022-estabiliza/

 4 min