Permítanme compartir con ustedes algunas impresiones que me llevo de mi visita: La situación de fragmentación y división en la sociedad venezolana y la pérdida de confianza, tanto entre sus miembros como entre diferentes grupos, la necesidad imperiosa y urgente, expresada por muchas de las personas que conocí, de tender puentes para intentar sanar estas divisiones, los retos en materia de derechos humanos a los que enfrenta este país en los ámbitos civiles, político, económico y social, la necesidad de que los actores nacionales e internacionales y la ONU ayuden a Venezuela a superar su crisis y también, y de gran importancia, la oportunidad de empezar a superar las profundas divisiones y reconstruir el contrato social entre los venezolanos y las venezolanas.