En la madrugada del 25 de septiembre del 2003, cientos de guardias nacionales del Destacamento 44 y de efectivos movilizados desde Barquisimeto, y policías del estado Falcón entraron al campo residencial con gritos de guerra. El enemigo no eran guerrilleros de la Farc, ni del ELN, que tienen a nuestro país como refugio, campo de entrenamiento y fuente de ingresos para sus fechorías, ante la complicidad del general Padrino López y de un grupo de generales.