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Opinión

Víctor Álvarez R

¿Entregará Maduro el poder si pierde las elecciones? ¿Qué incentivos hay que ofrecerle al chavismo para que no se aferre al poder? ¿Cuáles son las condiciones que se deben crear para facilitar la alternancia en el poder en Venezuela?

El gobierno de Nicolás Maduro no tiene ningún interés en mejorar las condiciones electorales que estimulen a votar masivamente en su contra y lo saquen del poder. Mejorar las condiciones electorales a cambio de flexibilizar las sanciones es necesario más no suficiente para convocar unas elecciones libres y transparentes. Maduro necesita recuperar los fondos bloqueados para financiar los programas sociales que levanten su popularidad antes de las elecciones, pero lo que más le interesa es negociar las garantías políticas que impidan una cacería de brujas contra el chavismo, en caso de perder las elecciones y tener que entregar el poder.

El gobierno no dejará correr en la carrera presidencial a quienes luego se conviertan en sus verdugos. Maduro no quiere pasar por el mismo calvario por el que han pasado Rafael Correa, Lula Da Silva, Cristina Kirchner y Evo Morales.

Para destrabar las negociaciones que finalmente conduzcan a unas elecciones competitivas, a tono con los estándares internacionales, el oficialismo necesita negociar con anticipación las garantías políticas que impidan se desate una persecución judicial en su contra, una vez que pierda las elecciones. Por lo tanto, un tema clave para hacer posible la alternabilidad en el poder en Venezuela es el de las garantías que se le ofrecerán -tanto al gobierno como a la oposición- para que el resultado electoral no se convierta en una tragedia para los perdedores.

Un Pacto de Convivencia es la clave para destrabar las negociaciones. El respeto a los derechos políticos de los perdedores es un tema cardinal para avanzar hacia una solución del conflicto venezolano por la vía electoral y pacífica, que abra las puertas a la alternancia en el poder. Pero esta negociación no se puede dejar para después de las elecciones, tiene que realizarse antes y debe quedar constitucionalizada, legalmente blindada, y acompañada por garantes internacionales que faciliten el respeto y cumplimiento de los acuerdos.

Un Pacto de Convivencia es la base de un nuevo acuerdo nacional que asegure las garantías políticas para todos los actores, incluyendo a los sectores de la oposición que serían acusados, enjuiciados y condenados por traición a la patria al haber promovido internacionalmente el reconocimiento de un gobierno interino, solicitar sanciones económicas contra Venezuela y haber planteado la invocación del TIAR y una intervención externa. Este acuerdo es lo que puede hacer posible la liberación de todos los presos políticos y el retorno de los exiliados.

Un Pacto de Convivencia también es necesario para crear la viabilidad económica de la transición política. El nuevo gobierno recibirá un país con graves desequilibrios macroeconómicos que contraen la producción y generan inflación, recibirá una industria petrolera en ruinas; tendrá que hacerle frente al grave deterioro de los servicios públicos de agua potable, electricidad, gas doméstico, telecomunicaciones y escasez de combustibles; heredará una enorme deuda social en un país en el que los sistemas públicos de educación y salud están colapsados. Si quiere dar una pronta respuesta a esta problemática, el nuevo gobierno tendrá que aplicar medidas urgentes y drásticas, de lo contrario su base de apoyo se decepcionará y el malestar social atizará un clima de protestas y conflictividad que puede hacer ingobernable al país.

Un Pacto de Convivencia es necesario para crear las bases de la estabilidad y gobernabilidad post electoral. Si el gobierno es reelecto debido a la división y abstención de sus adversarios políticos, la oposición lo tiene que dejar gobernar en vez de reditar los episodios de La Salida violenta y la remoción anticipada del Presidente de la República por caminos distintos al electoral. Y si gana la oposición, el chavismo no puede promover una ola de protestas que obstaculicen las reformas económicas, políticas e institucionales que es necesario acometer para que el país salga de la crisis.

La clave para solucionar el conflicto venezolano no está en el canje de mejores condiciones electorales a cambio de flexibilizar las sanciones y liberar los fondos bloqueados. La clave para destrabar el juego y facilitar la alternancia en el poder en Venezuela es la rehabilitación de los precandidatos, la liberación de los presos políticos y el retorno de los exiliados a cambio de un Pacto de Convivencia que evite las persecuciones, juicios y encarcelamientos contra los perdedores.

Un Pacto de Convivencia pasa por una reforma constitucional para que el ex Presidente de la República y el candidato que resulte perdedor sean designados como diputados vitalicios, con inmunidad parlamentaria por delitos políticos. ¿Está la sociedad venezolana preparada para pagar este precio a cambio de unas elecciones limpias que faciliten la alternancia en poder por la vía electoral y pacífica?

Tengamos en cuenta que una eventual victoria de un candidato opositor en las elecciones presidenciales de 2024 tendrá que coexistir con los poderes legislativo, judicial, electoral, y ciudadano –así como la mayoría de las gobernaciones y alcaldías-, que quedarán bajo el control del chavismo. En tales circunstancias, un Pacto de Convivencia es necesario para avanzar hacia una cultura de la coexistencia política, de la cohabitación y cooperación entre los diferentes poderes públicos, para asegurar el respeto y la colaboración entre los diferentes niveles de gobierno nacional, estadal y municipal.

Un Pacto de Convivencia debe dejar claro el papel que le corresponde cumplir a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) en el proceso de transición. No basta que la Constitución y la Ley establezcan que la FANB no es deliberante y está subordinada al poder civil, porque la opinión pública nacional e internacional sabe muy bien el grado de poder económico que tiene, así como la identificación política que muestra con el chavismo. En vez de execrar y perseguir a los mandos militares, a la FANB como institución hay que ofrecerle incentivos para que garantice el respeto al resultado electoral y respalde la alternabilidad en el mando político.

El principal obstáculo contra el que tendrá que lidiar un Pacto de Convivencia es la narrativa que se ha implantado nacional e internacionalmente de una Venezuela gobernada por un régimen dictatorial que viola derechos humanos y ha cometido delitos de lesa humanidad, con el cual no hay que negociar nada y cuyos responsables deben ser enjuiciados y condenados por la Corte Penal Internacional. La dirigencia opositora teme pagar los costos reputacionales de darle garantías a un gobierno acusado de narcotiranía aliada de las FARC y del crimen internacional. Por eso evade tocar este punto que es el que realmente tiene trancadas las negociaciones.

En consecuencia, el sensible tema de la Justicia Transicional será un componente clave para que el Pacto de Convivencia no sea desvirtuado como un Pacto de Impunidad, sino como un gran acuerdo nacional que permita avanzar hacia el esclarecimiento de la verdad, la justicia y reparación de daños a las víctimas, la no repetición de la tragedia, el perdón, la reconciliación y el reencuentro de la Nación venezolana para que así pueda retomar la paz política, la senda del crecimiento económico y del bienestar social.

@victoralvarezr

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Ismael Pérez Vigil

La Campaña Electoral para la Elección Primaria del 22 de octubre se inició el 22 de agosto de 2023, a partir de las 8:00 a.m., y concluirá el 20 de octubre de 2023 a la media noche, de acuerdo con el cronograma y con el Reglamento en Materia de Propaganda, Publicidad y Mensajes Electorales en la Campaña Electoral, conocido como Reglamento de Propaganda

La Reglamentación de la campaña.

Las normas que rigen esta Campaña, están establecidas en el llamado Reglamento Marco de la Elección Primaria, promulgado en octubre de 2022, que en tres artículos y un Título, resume las normas fundamentales que después desarrolló la CNdP en el Reglamento de Propaganda mencionado.

Lo más importante de estas normas es que comprenden todas las actividades de la Campaña, dentro y fuera de Venezuela, y están sujetos a ellas los candidatos y candidatas a la elección Primaria, así como los partidos políticos o factores políticos y las demás agrupaciones políticas o sociales que los postulen o apoyen.

Por supuesto, ambos reglamentos aluden a que la campaña electoral “debe realizarse conforme a los principios de igualdad, convivencia, respeto mutuo y consideración a las otras candidaturas y a la ciudadanía, observancia de las reglas acordadas, austeridad y equilibrio…” y a partir de allí, desarrolla las directrices por las cuales se regirá la Campaña, directrices que son las usuales en cualquier campaña electoral que hemos conocido y desarrollado.

Las directrices para la Campaña.

Pero, aunque son las usuales y son bien conocidas, no está de más recordar esas directrices, de acuerdo a lo establecido en el artículo 5 del Reglamento de Propaganda:

a. La equidad entre los participantes en la campaña electoral, que implica la prohibición de privilegios a favor de alguno de ellos.

b. Atenerse a la buena fe y a la verdad, abstenerse de promover noticias falsas, respetar los derechos de autoría sobre la propaganda de las otras candidaturas y no interferir en otras campañas.

c. Rechazar todo tipo de violencia durante la campaña electoral y no incitar a la violencia o a comportamientos delictivos.

d. Respetar el derecho de los electores a obtener información objetiva, veraz y oportuna sobre los fundamentos y el avance de la campaña, y abstenerse de presionarlos indebidamente para votar por alguna candidatura en particular o de intimidarlos por secundarla.

e. Respetar el derecho de los medios de comunicación a cubrir las campañas y difundir información libre, plural, veraz y oportuna.

f. Facilitar el trabajo de los observadores electorales durante la campaña.

g. Respetar la dignidad, privacidad, honra y reputación de las personas y, en particular, de los demás candidatos.

h. Respetar las diferentes ideas y promover la transparencia, la convivencia pacífica, el pluralismo político, la democracia y los derechos humanos.

i. Respetar las instituciones.

Sin embargo, una nota característica de este proceso de Primaria, es que se insiste en que las campañas de las candidaturas harán énfasis en el Programa Mínimo de Gobierno acordado y del cual ya hemos hecho mención en oportunidades anteriores. (El Programa Mínimo, 12 de agosto de 2023, ver https://bit.ly/47qaqQl)

Lo prohibido en la Campaña.

Desde luego, las prohibiciones y las cosas que no se permiten son también las habituales: anonimato, ofensas personales o a la moral pública, promoción de la desobediencia a normas, ofensas al honor, promoción del odio y la violencia, deterioro o destrucción de propaganda de otros candidatos, utilización de símbolos de la patria, imagen de El Libertador, colores de las banderas Nacional o regionales, etc. El artículo 15 del Reglamento de Propaganda claramente establece que no se permitirá la propaganda electoral que:

a. Se realice de forma anónima, o de manera que no pueda identificarse con facilidad a quién se refiere.

b. Ofenda la moral pública o que tengan por objeto promover la desobediencia a las normas.

c. Atente contra la dignidad, honor, vida privada, intimidad, propia imagen o reputación de las personas.

d. Promueva el odio, la discriminación o la violencia contra cualquier persona, grupo de personas u organización.

e. Contenga expresiones obscenas, denigrantes o irrespetuosas contra cualquier persona, grupo de personas, u organización.

f. Utilice los símbolos e imagen de otro candidato sin su autorización previa.

g. Desestimule el ejercicio del derecho al voto.

h. Utilice la imagen, sonido o la presencia de niñas, niños o adolescentes.

i. Use los símbolos de la patria y el nombre, retrato o imagen de El Libertador y de los próceres de la independencia, así como los colores de las banderas Nacional, Estadal o Municipal, de modo que pueden inducir semejanza con dichos pabellones.

j. Contradiga manifiestamente el Programa Mínimo de Gobierno acordado.

Naturalmente, bajo el principio de equidad, también se regula la contratación de espacios, la frecuencia de la publicidad, en TV y Radio; dejando únicamente libre los denominados “medios alternativos” (Twitter, Facebook, Instagram, YouTube, etc.), norma que incluye volantes, pendones, vallas, propaganda móvil, material POP, con la única recomendación −que también me parece novedosa en algunas campañas− que en su elaboración se utilice preferentemente material reciclable y biodegradable que no contenga sustancias tóxicas o nocivas para la salud y el ambiente, como el papel o cartón y plástico biodegradable o tintas a base de agua.

Las sanciones establecidas.

Por supuesto se prevén sanciones para quienes violen estas normas: Amonestación verbal o escrita por parte de la CNdP, suspensión temporal de la propaganda electoral y en caso de reincidencia podrían ser objeto de suspensión definitiva de la propaganda. Pero bien sabemos que la principal sanción y presión es la moral, que puede ejercer la CNdP; yo me imagino que a ningún candidato o candidata le gustará verse sometido a un reclamo de la CNdP por violación de las normas de la Campaña Electoral. La CNdP podrá emitir exhortaciones públicas o requerimientos individuales, dirigidos al autor del contenido inapropiado, destinados a recuperar el clima de tolerancia y mutua consideración entre los aspirantes que debe caracterizar la Primaria.

Conclusión.

Esperamos una campaña de verdadera altura, con propuestas para el cambio político del país, que lleven al electorado a involucrase en ese cambio. Irene Vallejo, la formidable escritora española, que pareciera que labra cada una de sus palabras y frases, describe perfectamente cual debe ser la aspiración de los electores en esta campaña electoral: “Con demasiada frecuencia los políticos practican la insistencia obsesiva, olvidando que, en el debate público, se intenta agotar los temas, pero no a la ciudadanía.” (La conjura de los pelmas, 10/08/2023, en la página de Cesar Miguel Rondón; ver https://bit.ly/3R8xEoF)

https://ismaelperezvigil.wordpress.com/

 5 min


Nitish Pahwa

Hay una gran razón por la cual cada empresa que espera tener algún tipo de relación con la inteligencia artificial está gastando o recaudando miles de millones de dólares en este momento, y no es solo el entusiasmo desbordado de los inversionistas. Estas enormes sumas de dinero son necesarias para cubrir los costos de construir, entrenar y mantener generadores de contenido que consumen mucha energía y recursos, como ChatGPT, así como los conjuntos de datos, redes neuronales y grandes modelos de lenguaje, o LLM, usados para entrenarlos, y que también consumen mucha energía y recursos. Un ejemplo es el GPT-4 de OpenAI, cuya interfaz de programación de aplicaciones (API) fue recientemente puesta a disposición de clientes dispuestos a pagar con experiencia de programación.

Alguien que comprende muy bien el problema de la energía es el propio presidente ejecutivo de OpenAI, Sam Altman. En mayo, mientras testificaba ante el Congreso de Estados Unidos sobre los desafíos causados por la carrera armamentista de la inteligencia artificial que su empresa había iniciado en el mundo, Altman admitió algo curioso: que preferiría que su popularísimo bot ChatGPT, en ese momento la aplicación de crecimiento más rápido en la historia, tuviera menos usuarios. “No estamos tratando de lograr que lo usen más“, afirmó. “De hecho, nos encantaría que lo usen menos, porque no tenemos suficientes GPU”.

Por “GPU”, Altman se refería a las unidades de procesamiento de gráficos, que son los procesadores especializados utilizados para renderizar imágenes en videojuegos, minar Bitcoins y potenciar varios tipos de inteligencia artificial. Debido a la gran popularidad de estos tres sectores, es difícil encontrar GPUs asequibles. Ejecutivos interesados en la inteligencia artificial como Mark Zuckerberg y Elon Musk están acumulando grandes cantidades de GPU en sus empresas, y los inversionistas están buscando fabricantes de chips que puedan producir suficientes unidades para satisfacer la demanda.

La demanda colectiva de GPU ha aumentado tanto que Nvidia ha agotado valiosas unidades como la H100 por el resto del año. Mientras tanto, algunos entusiastas de las criptomonedas están readaptando sus máquinas de minería que consumen mucha energía para usarlas en el entrenamiento de inteligencia artificial, y Google está apostando por sus TPU (unidades de procesamiento tensorial, inventadas por Google específicamente para manejar los requisitos de cálculo para la tecnología de aprendizaje automático).

Ya antes de que la demanda de GPU se disparara, la tecnología no era barata. A principios de este año, Altman admitió a un colega ejecutivo de inteligencia artificial que un “gran margen” de los gastos de OpenAI estaban relacionados con “cómputo”, definido como los recursos técnicos necesarios para entrenar, ajustar y desplegar LLM. En 2018, OpenAI publicó un informe ahora citado con frecuencia titulado ““AI and compute”, que señala que “desde 2012, la cantidad de cómputo utilizada en las ejecuciones de entrenamiento de IA más grandes ha estado aumentando de manera exponencial” y señala que “más cómputo parece conducir de manera predecible a un mejor rendimiento“. El artículo también menciona que “creemos que las ejecuciones de entrenamiento más grandes en la actualidad emplean hardware que cuesta millones de dólares”, incluyendo GPU y TPU. Como es lógico, los modelos avanzados de IA no solo utilizaban cientos de esas unidades, sino que también empleaban versiones de estos modelos con un rendimiento más alto.

En otras palabras: la tecnología que permite a ChatGPT redactar escritos legales inadmisibles y publicaciones de blog llenas de errores en cuestión de segundos utiliza mucho hardware que consume mucha electricidad. Y si estas herramientas son efectivas en este momento, es porque los conjuntos de datos en los que se entrenan no hacen más que aumentar y aumentar –y la infraestructura física en la que funcionan también debe crecer y escalar en consecuencia.

Como es de esperarse, entonces, “los costos de cómputo son exorbitantes” cuando se trata del desarrollo de la inteligencia artificial, como tuiteó Altman en diciembre, explicándole a un usuario entusiasta por qué el ChatGPT, en su mayoría gratuito para usar, tendría que ser “monetizado”. Altman ha estado muy consciente de este hecho durante un tiempo y ha sido notablemente sincero al respecto. “Los costos de cómputo se vuelven significativos para nosotros“, le dijo a un usuario de Twitter en agosto pasado, explicando por qué el generador de imágenes DALL-E 2 de OpenAI aún no tenía un plan de precios más “generoso”.

Esto es clave para entender por qué el sector de la inteligencia artificial se presenta de la manera en que lo hace: está principalmente controlado por corporaciones tecnológicas gigantes que poseen recursos diversos y abundantes, dependen de grandes y constantes flujos de efectivo, tienen esperanzas en proyectos ambiciosos desde hace mucho tiempo en campos como la computación cuántica y la fusión nuclear, menosprecian a competidores más pequeños que no pueden esperar alcanzar los asombrosos avances de las empresas más grandes y son discretos acerca de los factores técnicos detrás de sus insumos energéticos.

Incluso Andreessen Horowitz, la firma de capital de riesgo cuyos fundadores son extremadamente optimistas sobre el futuro de la inteligencia artificial, ha admitido que “el acceso a recursos de cómputo, al costo total más bajo, se ha convertido en un factor determinante para el éxito de las empresas de IA. … De hecho, hemos visto a muchas empresas gastar más de 80% de su capital total recaudado en recursos de cómputo”. Aquí, OpenAI tiene una gran ventaja sobre cualquier competidor recién llegado gracias a miles de millones de dólares de inversión por parte de Microsoft, además de la disposición de esa empresa de invertir sumas considerables en supercomputadoras exclusivas hechas a la medida.

Con el mayor poder ha llegado una menor transparencia. La API de GPT-4 es visible para más partes del mundo, pero el conocimiento público sobre su funcionamiento sigue siendo limitado: cuando el informe de OpenAI sobre el modelo salió en marzo, controversialmente excluyó “detalles adicionales sobre la arquitectura (incluido el tamaño del modelo), hardware, cómputo de entrenamiento, construcción del conjunto de datos, método de entrenamiento”.

El temor constante hacia una conciencia robótica similar a la singularidad tecnológica a menudo no tiene en cuenta los límites físicos muy reales de la inteligencia artificial actual, y como resultado, su impacto muy real en el planeta. Sabemos mucho menos de lo que deberíamos acerca de eso, al tiempo que soportamos temperaturas récord causadas por el cambio climático. No es que no se haya estudiado ni advertido sobre la huella de carbono de la inteligencia artificial: en 2019, mi antigua colega April Glaser entrevistó a un investigador que había copublicado un destacado artículo académico ese año sobre los efectos climáticos de la inteligencia artificial. Pero ese mismo artículo, titulado “Green A.I.”, sigue siendo la principal fuente en la que se basan los reporteros tecnológicos hasta el día de hoy para cuantificar el problema de la inteligencia artificial y el clima. No hace falta decir que mucho ha cambiado en los cuatro años transcurridos desde entonces, en términos de capacidades tecnológicas, inversión y eficiencia energética (o la falta de esta).

Entonces, si OpenAI y otros actores importantes como Google se niegan a compartir detalles que podrían inspirar un escrutinio sobre su uso de energía en la inteligencia artificial y sus repercusiones ambientales, ¿cómo debemos percibir las capacidades en constante avance de la tecnología y sus contribuciones al cambio climático? Para responder a esta pregunta, desglosemos los componentes exactos de lo que sabemos sobre cómo funciona ChatGPT.

Primero, veamos el fundamento que representa el acrónimo “GPT”: un Generative Pre-trained Transformer o Transformador Generativo Preentrenado. El “transformador” que se señala aquí es “una novedosa arquitectura de red neuronal basada en un mecanismo de autoatención” que fue inventada por Google en 2017. Una red neuronal es, en términos muy simples, un modelo técnico formado por la interconexión de un conjunto de “nodos”, que básicamente son funciones matemáticas individuales, en un arreglo destinado a parecerse al del cerebro humano. (No te preocupes por esto.)

Las redes neuronales han existido por un tiempo, pero lo que hace único al Transformador es que, según Google, cuando se trata de detectar patrones y contextos en el lenguaje, “requiere menos cómputo para entrenarse” que los tipos anteriores de redes neuronales. Podrías alimentar a un Transformador con mucha más información que los modelos neuronales anteriores mediante la introducción de unidades de datos conocidas como “tokens”, que la red puede procesar, comprender y memorizar de manera económica, utilizando mucho menos energía, tiempo y dinero de lo que podrían requerir redes neuronales menos eficientes. Por eso los modelos de inteligencia artificial actuales tienen mejores capacidades predictivas y generativas: muchos de ellos están entrenados ahora en cientos de miles de millones de estos tokens, lo que establece así miles de millones de “parámetros“, también conocidos como las “sinapsis” de las redes neuronales (más sobre eso más adelante).

Eso es lo del “T”, pero ¿qué pasa con el “GP”? La innovación “Generativo Preentrenado” es lo que OpenAI añadió a la invención de Google para el año 2018. “Preentrenado” se refiere a que el Transformador de OpenAI ha sido alimentado con un conjunto de datos específico –en el caso de los modelos GPT, fragmentos de texto extraídos de libros y páginas web–, que el sistema procesa para establecerse como “aprendido” en varios patrones y contextos de lenguaje, expresados en parámetros. “Generativo” se refiere a la capacidad de estos modelos para, de manera natural, generar texto que es (a menudo) legible y (a veces) coherente, basado en lo que han sido preentrenados a través del Transformador.

Cada parte de este proceso requiere una cantidad considerable de energía. Algunos académicos, al discutir la huella de carbono de la inteligencia artificial, se centran en todas las etapas del desarrollo de la tecnología, desde la obtención de los materiales necesarios hasta su envío a través de cadenas de suministro, pasando por los vuelos que los investigadores individuales de IA realizan para colaborar entre sí o asistir a conferencias. Sin embargo, para nuestros propósitos, mantengamos las cosas simples y concentremos nuestra atención en el proceso que va desde el entrenamiento del sistema de texto hasta la salida final, probada y desplegada en un laboratorio con todas las piezas ensambladas y listas. (Para abordar la generación de imágenes, videos y audio se requeriría un análisis más detallado).

Primero, los datos. En inteligencia artificial, gran parte de los datos de texto se obtienen en línea de varios sitios web utilizando un método de recopilación masiva que a menudo aumenta bruscamente el número de solicitudes enviadas a un sitio específico y puede sobrecargar sus servidores, externalizando así el consumo de energía a los millones de sitios que están siendo rastreados. Los datos recopilados deben ser almacenados en algún lugar. Microsoft y otras empresas que incursionan en la inteligencia artificial están construyendo campus de centros de datos a “hiperescala“, a menudo en ciudades grandes o en regiones europeas con climas más fríos, lo que proporciona la ventaja de moderar naturalmente las temperaturas operativas de estos centros de datos.

La necesidad de tener en funcionamiento constante, mantener y estabilizar estos centros de datos libera cientos de toneladas métricas de emisiones de carbono. En climas cálidos, enfriar los centros de datos no relacionados con la inteligencia artificial requiere miles de millones de galones de agua. La firma de análisis tecnológicos Tirias Research estima que el consumo de energía global de los centros de datos podría aumentar en un 21,200 por ciento en cinco años, generando costos operativos que superen los $76 mil millones (en dólares actuales). Para satisfacer esta creciente demanda de energía de manera sostenible, necesitaremos mucha más energía renovable.

Está el asunto de mantener los datos que has recopilado a mano y listos en todo momento. Y luego está el proceso de entrenar realmente tu red neuronal, que te gustaría que fuera lo más grande posible, quizás incluyendo billones de nodos y parámetros y capas interconectadas. ¿Por qué tan grande? Porque, como señaló OpenAI en el informe mencionado anteriormente en 2018, cuanto más grande sea el modelo, más rápido y preciso será su resultado, o al menos eso es lo que parece demostrar el historial de OpenAI, desde su primer modelo GPT hasta su iteración actual GPT-4.

Como señalaron los investigadores de Meta y de la academia en un artículo de mayo, “los modelos de lenguaje grandes se entrenan en dos etapas: (1) preentrenamiento no supervisado a partir de texto sin procesar, para aprender representaciones de propósito general, y (2) ajuste de instrucciones a gran escala y aprendizaje por refuerzo, para alinearse mejor con las tareas finales y las preferencias del usuario”. En otras palabras: está el primer paso de incorporar montones de datos a partir de los cuales el modelo crece y aprende, y luego está la cuestión de afinar más el modelo después de que termina su primer “preentrenamiento”.

Esto incluye refinar y ampliar el modelo posteriormente, a través de procesos como el ajuste fino y el aprendizaje por refuerzo a partir de comentarios humanos, o RLHF. Lo primero se refiere a la práctica técnica de agregar más datos de ejemplos del mundo real para beneficiar al LLM, de modo que establezca un conocimiento más amplio sin comenzar el entrenamiento desde cero. El RLHF es la forma en que un entrenador humano asiste al entrenamiento, ya sea calificando ciertas partes de la salida o proporcionando datos refinados que (con suerte) ayudarán a producir un resultado deseado. Por ejemplo: ¿ves cuando le haces tus preguntas tontas a ChatGPT y luego haces clic en el ícono de pulgar hacia arriba o hacia abajo según lo que recibas, o le dices explícitamente a ChatGPT que hizo algo bien o mal y le ofreces una manera de corregirse? Eso es RLHF en acción, externalizado hasta tu escritorio o teléfono.

El ajuste fino se lleva a cabo en el extremo de la investigación y desarrollo, pero el RLHF tiene un alcance mayor: son los enorme grupos de trabajadores mal remunerados etiquetando fragmentos de datos para facilitar que la computadora aprenda cosas fácticas, y somos nosotros, los humanos, diciéndole a ChatGPT por qué su resumen de la historia de la energía estaba mal, mal, mal. De hecho, gran parte de la razón de existir de ChatGPT era para que OpenAI pudiera acelerar la mejora del modelo en el que estaba trabajando, en el caso del chatbot, GPT-3, y llevarlo al siguiente nivel.

Pero cuando se trata de hacer que ChatGPT sea más competente, contar con entrenadores voluntarios dispuestos no significa automáticamente un ahorro de costos. A diferencia del ajuste fino, que modifica directamente la mecánica de una red neutral, tener 100 millones de usuarios realizando RLHF significa que el modelo también se está desplegando simultáneamente para su uso, se está aplicando al mundo real a través de una acción conocida como “inferencia”.

Los GPT pueden tener su preentrenamiento, pero aún requieren cómputo y energía para producir respuestas y párrafos cuando se les solicita. Según el informe de la firma de investigación y consultoría en semiconductores SemiAnalysis, “los costos de inferencia superan con creces los costos de entrenamiento al implementar un modelo a cualquier escala razonable. De hecho, los costos de inferencia de ChatGPT superan los costos de entrenamiento semanal”. Según los cálculos propios de SemiAnalysis, “los costos de operación de ChatGPT son de $694,444 dólares por día en costos de hardware de cómputo”, lo que equivale a aproximadamente 36 centavos por interacción.

Todo eso se suma al costo que llevó simplemente preparar ChatGPT tal como lo conoces. Según el analista de inteligencia artificial Elliot Turner, el costo de cómputo para la ejecución inicial de entrenamiento probablemente sumó $12 millones de dólares, 200 veces el costo de entrenamiento de GPT-2, que solo tenía 1.5 mil millones de parámetros. A principios de 2021, investigadores de Google y la Universidad de California-Berkeley estimaron que solo el entrenamiento de GPT-3 consumió hasta 1,287 megavatios-hora de electricidad, suficiente para alimentar aproximadamente 360 hogares durante un año, y todo eso antes de entrar en la inferencia. Y todo esto es solo para la generación de texto, hay que tener en cuenta que los costos de energía y emisiones aumentan significativamente cuando se trata de generación de imágenes y videos.

Mapear todo esto nos ayuda a comprender la cantidad abrumadora de recursos monetarios y físicos que serán necesarios si se supone que la inteligencia artificial controlará el futuro.

Para muchos desarrolladores, el objetivo actual es asegurarse de que la inteligencia artificial generativa no necesite depender de una infraestructura tan masiva. Investigadores en la Universidad de Stanford en California están trabajando en el desarrollo de modelos neuronales avanzados que podrían ser aún más eficientes en términos de consumo de energía que los Transformadores, tanto en su entrenamiento como en su implementación. Google y Meta están esperando que un preentrenamiento lo suficientemente avanzado para los LLM pueda reducir la necesidad de un ajuste fino intensivo, lo que haría que la implementación fuera mucho más económica y accesible en formas más pequeñas de hardware. Diferentes partes del proceso de potencia de la inteligencia artificial, como la ubicación y eficiencia de los centros de datos, mejoras en la arquitectura de redes neuronales, atajos en el entrenamiento, obtención de electricidad de cómputo a partir de energía solar, eólica y conexiones nucleares, o de redes alimentadas por energías renovables, pueden ser ajustadas en el camino para reducir el impacto.

Sin embargo, lo que resulta alarmante es que la emoción, la competencia, la energía y el dinero que se están destinando a la inteligencia artificial en este momento amenazan con abrumar y socavar las inversiones que finalmente estamos realizando para mitigar las amenazas del cambio climático. Necesitamos esas fuentes de energía, limpias y sucias, para nuestras necesidades cotidianas mientras hacemos la transición de los combustibles fósiles a energías más verdes; necesitamos esos mismos semiconductores y chips utilizados en los centros de datos y la computación de inteligencia artificial para configuraciones de energía limpia y vehículos eléctricos; necesitamos esas extensiones de tierra que se dedican a los centros de datos de inteligencia artificial para la agricultura, el refugio y el mantenimiento ambiental; necesitamos el agua utilizada para enfriar esos centros de datos para el consumo, el riego y la protección de la vida silvestre; necesitamos aliviar la presión y la demanda en nuestras redes eléctricas, que ya están abrumadas en gran parte debido a eventos climáticos extremos provocados por el cambio climático.

En una línea de tiempo en la que la humanidad hubiera tomado medidas más tempranas y decisivas para prevenir y reducir los daños del calentamiento global, una versión más sostenible de esta carrera de desarrollo de inteligencia artificial podría haber sido posible. Pero en un momento en el que los costos de la inacción ya han contribuido a temperaturas récord, desastres climáticos frecuentes y crisis de biodiversidad que amenazan con trastornar los ecosistemas de la Tierra, la rápida manifestación de esta visión estrecha de la inteligencia artificial parece más difícil de justificar. ~

Este artículo es publicado gracias a la colaboración de Letras Libres con Future Tense, un proyecto de Slate, New America, y Arizona State University.

No.297 / septiembre 2023

Letras Libres

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 15 min


Jason Horowitz, Ruth Graham

El papa Francisco ha manifestado, en términos inusualmente mordaces, su consternación por “una actitud reaccionaria muy fuerte, organizada” en su contra dentro de la Iglesia católica estadounidense, la cual está obsesionada con temas sociales como el aborto y la sexualidad y excluye el cuidado a los pobres y al medioambiente.

El papa lamentó lo “reaccionario” de algunos conservadores estadounidenses quienes, según él, insisten en mantener una visión reducida, obsoleta e inalterable. El pontífice afirmó que esas personas se rehúsan a reconocer todo el alcance de la misión de la Iglesia y la necesidad de que, con el tiempo, la doctrina cambie.

“A estas personas quiero recordar que el ‘indietrismo’ es inútil”, dijo Francisco usando un término que creó para referirse a una reacción contra lo moderno, que idealiza el pasado (proviene de indietro que en italiano significa “que mira hacia atrás”). “Pero entonces se pierde la verdadera tradición y se acude a las ideologías en busca de un apoyo y sostén de cualquier tipo. En otras palabras, la ideología suplanta a la fe”, afirmó el líder católico, de 86 años, a un grupo de compañeros jesuitas en una reunión por las celebraciones de la Jornada Mundial de la Juventud realizada en Lisboa a principios de este mes.

Sus palabras se hicieron públicas esta semana cuando La Civiltà Cattolica, una revista jesuita autorizada por el Vaticano, publicó una transcripción de esa conversación.

Sus comentarios fueron una declaración inusualmente explícita de la vieja queja del papa acerca de que la inclinación ideológica de algunos líderes católicos estadounidenses los ha convertido en guerreros culturales en vez de pastores, ofreciéndoles a los creyentes una visión distorsionada de la doctrina de la Iglesia y no una religión saludable e integral. Uno de los temas principales del papado de Francisco estriba en el hecho de que el pontífice considera que está haciendo avanzar a la Iglesia, mientras que sus descarriados críticos conservadores tratan de frenarla.

En 2018, en un documento muy importante llamado la exhortación apostólica que se enfoca en el tema de la santidad, Francisco escribió explícitamente que la atención a los migrantes y a los pobres es una labor tan sagrada como la de oponerse al aborto. “La defensa del inocente que no ha nacido, por ejemplo, debe ser clara, firme y apasionada”, escribió. “Pero igualmente sagrada es la vida de los pobres que ya han nacido, que se debaten en la miseria, el abandono, la postergación”.

El papa ha exhortado a los sacerdotes para que acojan y atiendan a las personas homosexuales, divorciadas y vueltas a casar, y ha hecho un llamado a todo el mundo a combatir el cambio climático, calificándolo como un tema moral. Francisco tiene programado ir a Mongolia el jueves en un viaje que pondrá de relieve el diálogo entre las religiones y la protección al medioambiente, temas que están muy alejados de la lista de prioridades de muchos conservadores estadounidenses.

Durante casi una década, los críticos conservadores del papa Francisco lo han acusado de llevar a la Iglesia por un mal camino y debilitar la religión con un énfasis pastoral confuso que difuminó —o en ocasiones borró— las tradiciones y los preceptos fundamentales de la misma. Algunos obispos estadounidenses han emitido, con diversos grados de alerta, advertencias públicas sobre la dirección del Vaticano, y han tenido discrepancias con el papa sobre cosas que van desde la liturgia y los estilos del culto, hasta la importancia fundamental de oponerse al aborto dentro de la religión católica, pasando por la política estadounidense.

En el prefacio de un libro publicado este mes, el cardenal Raymond Burke, un exarzobispo estadounidense y funcionario del Vaticano que se considera un líder de los conservadores católicos, escribió que Francisco corría el riesgo de llevar a la Iglesia a un cisma, a una ruptura definitiva. Burke escribió que el peligro era un próximo sínodo de obispos que se realizará en octubre, convocado por el pontífice para promover la inclusión, la transparencia y la rendición de cuentas, el cual incluirá a personas laicas, entre ellas algunas mujeres.

En el libro, que insinúa que esta reunión abrirá una “caja de Pandora” de problemas, Burke escribió que una colaboración así desde los cimientos origina “confusión y error, además de sus frutos, sin duda el cisma”.

El obispo Joseph Strickland, quien lidera una pequeña diócesis en el este de Texas y se ha convertido en uno de los críticos más acérrimos del papa, lo ha acusado de debilitar la religión católica y ha exhortado a Francisco a que lo despida. El obispo está bajo investigación por parte del Vaticano por su conducción de la diócesis.

En una carta pública difundida la semana pasada, Strickland advirtió que muchas “verdades fundamentales” de la doctrina católica serían cuestionadas en el concilio e insinuó de manera ominosa una ruptura irreversible. Quienes “propongan cambios a lo que no puede ser cambiado”, advirtió, “son los verdaderos cismáticos”.

En ocasiones, los obispos conservadores han confrontado directamente a los políticos estadounidenses, en particular a los demócratas católicos. En 2021, presionaron para que se emitieran directrices que negarían el sacramento de la Comunión a los políticos católicos que apoyaran y promovieran públicamente el derecho al aborto, como el presidente Biden —quien asiste habitualmente a la iglesia y es el primer presidente católico desde la década de 1960— y la expresidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

La Conferencia de los Obispos Católicos de Estados Unidos se alejó de un conflicto directo sobre ese tema, luego de que el Vaticano advirtiera contra el uso de la Eucaristía como arma política. Francisco ha predicado que la comunión “no es la recompensa de los santos, sino el pan de los pecadores”.

Pero algunos obispos han persistido de manera individual. El arzobispo Salvatore J. Cordileone de San Francisco, un crítico abierto del papa, dijo el año pasado que a Pelosi no se le permitiría recibir la comunión en su arquidiócesis a menos que estuviera dispuesta a “repudiar públicamente” su postura sobre el aborto.

Los enfrentamientos entre el Vaticano y los obispos conservadores estadounidenses a menudo son amplificados y alentados por los medios de comunicación conservadores. Populares animadores de radio y pódcasts cuestionan periódicamente el liderazgo del papa y plantean dudas sobre su legitimidad. Sitios web combativos independientes como Church Militant y LifeSite News cubren de cerca lo que consideran son errores de Francisco y atacan a las instituciones eclesiásticas a las que describen como corruptas y profanas.

Muchos de los líderes conservadores actuales fueron promovidos en la Iglesia más doctrinaria de San Juan Pablo II y del papa Benedicto XVI. Ellos han acusado a Francisco, de origen argentino, de ser antiestadounidense y anticapitalista, y de alejar a la Iglesia de sus preceptos básicos.

Pero, en su década como papa, Francisco ha argumentado de manera constante que la Iglesia era parte de la historia y no un baluarte derivado de ella, y que tenía que abrirse y estar en medio de la gente para recoger sus problemas y responder a ellos.

Al hablar con los sacerdotes portugueses este mes, Francisco señaló que, a través de los siglos, la Iglesia ha cambiado sus posturas en cuanto a temas como la esclavitud y la pena de muerte.

Francisco afirmó que la visión de la doctrina de la Iglesia como un monolito es errónea. “Cuando uno se va hacia atrás, forma algo cerrado, sin conexión con las raíces de la Iglesia”, lo que erosiona la moralidad.

Sus comentarios fueron una respuesta a la pregunta de un jesuita que dijo que, cuando estuvo un año en Estados Unidos, se quedó sorprendido por las duras críticas hacia el papa de parte de algunos católicos, incluso obispos.

Para algunas personas, “la situación de los migrantes, por ejemplo, es un problema menor”, comentó. “Algunos católicos lo consideran un asunto secundario comparado con las ‘graves’ cuestiones bioéticas”.

Pero concentrarse en temas de moralidad sexual y despreciar los asuntos de justicia social va en contra de su visión de la verdadera Iglesia, aseveró.

“Se entiende que un político que busca votos diga eso”, añadió. “Pero no que lo diga un cristiano”.

Francisco ha ido reduciendo y aislando constantemente al clero conservador estadounidense más ruidoso, y en algunos casos agresivo, negándose a promover a algunos arzobispos a cardenales y negándoles así el derecho a votar en el cónclave que elige al papa. En otros casos, simplemente se limitó a esperar y a aceptar sus renuncias cuando alcanzaron la edad de jubilación obligatoria.

Pero la conferencia episcopal estadounidense sigue siendo un reducto del conservadurismo católico, mucho más conservador que Francisco y muchas de las otras iglesias nacionales.

En un viaje a África en 2019, Francisco pareció reconocer un esfuerzo estadounidense bien financiado y respaldado por los medios para socavar su pontificado, al afirmar que “es un honor cuando los estadounidenses me atacan” cuando se le preguntó sobre el complejo conservador-mediático estadounidense.

En el viaje de regreso, le preguntaron sobre la oposición constante de los conservadores católicos en Estados Unidos, quienes lo habían acusado de impulsar a los tradicionalistas a romper relaciones con la Iglesia. Francisco dijo que esperaba que no llegara a eso, pero que tampoco estaba aterrorizado ante esa posibilidad.

“Rezo para que no haya un cisma”, dijo Francisco en ese momento. “Pero no le tengo miedo”.

1 de septiembre 2023

NY Times

https://www.nytimes.com/es/2023/09/01/espanol/papa-francisco-conservador...

 7 min


César Menor-Salván

“A veces creo que hay vida en otros planetas y a veces creo que no. En cualquiera de los dos casos, la conclusión es asombrosa.”

Carl Sagan.

La posibilidad de que exista vida en otros planetas resuena en nuestra mente colectiva desde que empezamos a observar el cosmos desde un punto de vista científico. Descubrir que no estamos solos sería el mayor y más relevante hallazgo de la historia.

Por el momento, solo podemos especular sobre ello. Poco a poco vamos conociendo más sobre nuestra galaxia y sobre la vida y su evolución.

Este conocimiento es una guía (aunque muy limitada) para pensar acerca de si habrá vida en algún otro lugar, si podríamos detectarla o si formas vivas extraterrestres podrían detectarnos a nosotros.

Cuando hablamos de vida extraterrestre no nos referimos a vida inteligente sino a cualquier forma de vida. Nos interesa descubrir cuál fue el origen y la evolución de la vida en nuestro planeta, si tuvo lugar en otro lugar además de la Tierra y si hay lugares inexplorados que reúnen las condiciones para que la vida surja (a esto lo llamamos habitabilidad).

La astrobiología es la ciencia que se ocupa de dar respuesta a estas cuestiones.

La primera y única vida conocida

En el contexto terrestre, existe consenso científico en que la vida surgió hace unos 4.200 millones de años. Lo llamativo es que tuvo lugar en un periodo corto a escala geológica –

Esta velocidad de aparición hace pensar que, una vez existen las condiciones adecuadas, la vida puede desarrollarse de manera relativamente rápida.

Nuestros conocimientos sobre química prebiótica sugieren que los componentes de partida de la vida orgánica son universales y frecuentes. Las reglas de la química dirigen los primeros pasos, con lo que podemos asumir que la vida orgánica puede tener unas características reconocibles, surja donde surja.

Durante gran parte de la historia de la Tierra, la vida consistió en formas unicelulares y pluricelulares simples, como antecesoras de las algas modernas.

Los animales han poblado nuestro planeta durante los últimos 500 a 600 millones de años, sólo un 14 % de la línea de tiempo total de la vida.

Vida inteligente: aquella capaz de observar el cosmos

En nuestra observación del cosmos, podríamos acotar, con vistas a nuestras estimaciones, como “vida inteligente” a aquella con capacidad de observación astronómica o de mandar señales fuera de su planeta.

Si tomamos la Edad de Bronce como punto de partida para las observaciones astronómicas sistemáticas, la vida inteligente existe en la Tierra desde hace menos del 0,00012 % de la línea del tiempo.

La capacidad para mandar (y recibir) señales y explorar el espacio ha existido durante una ínfima parte del tiempo total de vida en la Tierra, por lo que la probabilidad de que alguien reciba esas señales, o nosotros recibamos las suyas, son muy bajas.

Con lo que sabemos, es probable que la vida –tal y como la conocemos– sea relativamente frecuente, aunque la vida inteligente puede ser rara. Los análisis matemáticos sugieren que hay alrededor de un 60 % de probabilidades de que la vida inteligente no llegue a surgir en planetas con vida.

Cálculos recientes sugieren que podría haber ahora entre uno y diez planetas con vida inteligente en nuestra galaxia. Es decir, si la vida es una consecuencia de la evolución del cosmos, no podemos afirmar que la inteligencia también lo sea.

Buscamos biofirmas extraterrestres

En la búsqueda de pruebas de vida extraterrestre, los científicos buscan biofirmas o biomarcadores, indicios de vida o evolución química, en exoplanetas y dentro de nuestro sistema solar.

Sin embargo, hasta el momento no se han encontrado evidencias de vida más allá de la Tierra (no, la fosfina de Venus no es una biofirma).

Una estrategia para encontrar vida extraterrestre es la observación de los planetas extrasolares (exoplanetas) de la galaxia.

Se han identificado 5.496 planetas orbitando 4.229 estrellas. El telescopio James Webb logró un hito: un perfil molecular y químico de la atmósfera de un exoplaneta.

Es posible que, en un futuro próximo, con la mejora de nuestra capacidad de observación, se lleguen a detectar biofirmas en alguno de los más de 1.800 planetas similares a la Tierra identificados por ahora.

Pero a día de hoy ningún planeta extrasolar ha sido confirmado como habitable o portador de señales de vida.

¿Hay seres inteligentes observando la Tierra?

No hay ninguna razón para descartar que nuestro planeta forme parte del catálogo de exoplanetas de una civilización extraterrestre. Si su tecnología es (o fue) un poco más avanzada, podrían haber descubierto biofirmas, como la coexistencia de oxígeno y metano en la atmósfera, o el espectro de la clorofila, biomarcadores detectables desde el espacio.

Incluso, si están ahí y están observando ahora desde unos 60 años luz de distancia, podrían ver evidencias de civilización tecnológica, tales como la presencia de clorofluorocarbonos, los famosos CFC que los humanos emitimos a la atmósfera.

La probabilidad de que haya vida en un exoplaneta es baja

Puede parecer que los astrónomos han descubierto muchos planetas extrasolares. Pero lo cierto es que es una muestra muy pequeña. Se calcula que sólo en nuestra galaxia hay unos 100.000 millones de exoplanetas.

En nuestro vecindario, hasta 50 años luz, se estima que hay unos 1.500 planetas y sólo se han observado aproximadamente el 10 %.

Con lo que sabemos, es fácil calcular que la probabilidad de que un exoplaneta recién descubierto no tenga vida está en torno al 99,98 %. Parece desalentador, pero la galaxia es muy grande; haciendo una estimación optimista, podría haber hasta unos 10 millones de planetas con vida.

¿Y si ya han venido por aquí?

Los testimonios recientes sobre supuesta tecnología extraterrestre y Fenómenos Anómalos No Identificados (UAP, por sus siglas en inglés) presentados ante el Congreso de los Estados Unidos han generado gran atención mediática.

Sin embargo, estos relatos carecen de pruebas sólidas. Los científicos no trabajamos con testimonios. Debemos mantener una postura escéptica, pero abierta, estudiar y discutir los datos de observaciones de UAP sin prejuicios, proponer explicaciones y poner a prueba todas las hipótesis.

Es necesario también definir cuáles son los límites que impone la física a las hipótesis más exóticas. Que existan tecnologías extraterrestres visitando nuestro planeta es sugerente, y en cierto modo esperanzador, aunque debemos considerar que es la hipótesis menos probable y desestimar testimonios y habladurías que no puedan sostenerse con pruebas y datos objetivos.

Es muy importante señalar que la falta de explicación de algunas observaciones de UAP no implica aceptar que es tecnología extraterrestre.

Por ello, con lo que sabemos, debemos aceptar la posibilidad de que, al menos en nuestra galaxia, seamos la única muestra de vida inteligente.

A medida que el conocimiento y la tecnología de observación continúan avanzando, con paciencia y rigor, quizá un día los científicos podamos dar una respuesta a la pregunta de si estamos solos en el universo.

La posibilidad de existencia de vida extraterrestre nunca dejará de emocionarnos.

2 de septiembre 2023

BBC

https://www.bbc.com/mundo/articles/c6pg0xwz81wo

 5 min


Javier G. Cuesta

A principios de diciembre del año pasado, uno de los grandes responsables de la primera misión a la Luna de la Rusia moderna, el exdirector de Roscosmos Dmitri Rogozin (2018-2022) resultó herido por una explosión mientras celebraba su cumpleaños en un restaurante de Donetsk. Seis meses antes había sido cesado por una larga lista de escándalos de corrupción y la tensión que había provocado con otros socios en la carrera espacial: llegó a amenazar con estrellar la Estación Espacial Internacional sobre Europa (Rusia maneja sus impulsores). Le interesaba más la política que la ciencia, aunque dirigiera la agencia espacial rusa. Desde su destitución, intentó recuperar el favor del Kremlin emulando al fallecido dueño de Wagner, Yevgueni Prigozin, con otra compañía “de asesoría”, esta vez drones en vez de mercenarios: Tsarskie Volki, los lobos del zar.

Meses antes de su destitución, en abril del 2022, Rogozin aseguraba en sus redes sociales que había reajustado el trabajo en una planta de cohetes militares tras descubrir “una pérdida colosal de dinero”. “He utilizado una escoba sucia con los empleados”, fue su respuesta a la noticia de la detención del jefe del departamento de Construcción de Roscosmos, Maxim Mámsurov, por un fraude a gran escala.

Rogozin representa la deriva en las últimas décadas de la industria cosmonáutica rusa, orgullo del país que presume de una lista interminable de hitos: el primer hombre y la primera mujer en el espacio, el primer satélite y la primera estación espacial en el cosmos, entre otros muchos, aunque su última victoria ha sido mucho más propagandística que científica:

El pasado 23 de agosto, la India fue el primer país en alunizar cerca del inhóspito polo sur de la Luna. El primer ministro, Narendra Modi, celebraba el éxito de la misión Chandrayaan-3 desde la cumbre de los BRICS de Johannesburgo, a donde no acudió el líder ruso, Vladímir Putin, por pesar sobre él una orden de arresto de la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra en Ucrania. Tres días antes, la misión rusa Luna-25 se estrellaba al intentar ser la primera en llegar a la misma zona del satélite.

Tres rotundos fracasos

El programa Luna-25 era el tercer intento de la Rusia postsoviética de enviar una nave a explorar el espacio. La primera, la Mars-96, diseñada con la colaboración de Europa y EE UU, se desintegró sobre el océano Pacífico en su lanzamiento. En 2011, la Fobos-Grunt debía dirigirse a Marte tras sufrir varios años de aplazamientos, pero se perdió en la órbita terrestre por un fallo informático. En su reentrada en la atmósfera también resultó destruida.

El pasado 19 de agosto, un día antes de que estuviera previsto su alunizaje, Roscosmos informó de que la nave “dejó de existir” tras experimentar “una situación anormal”. El jefe actual de la agencia espacial, Borís Yurisov, explicó que el sistema de propulsión del aparato se activó 127 segundos en vez de los 87 calculados por su sistema de control a bordo al intentar reducir su órbita en torno al satélite. Está en marcha una investigación para aclarar cómo se produjo esta “desviación de los parámetros de impulso reales de los calculados”.

“No tenemos nada que comentar, excepto que nuestros instrumentos mostraron su viabilidad durante el vuelo y en la órbita de la Luna, y funcionaron hasta el final”, responde a EL PAÍS Lev Zelioni, exdirector y actual supervisor del Instituto de Investigación Espacial de la Academia de Ciencias de Rusia, uno de los organismos que han participado en el programa.

“El accidente de la misión Luna-25 ha sido una gran tragedia para los desarrolladores de los instrumentos científicos y para todo el instituto”, lamentó Zelioni.

El lastre de las sanciones

La investigación continúa y aún se desconocen los motivos del accidente. Un conocido divulgador científico ruso, Vitali Yegórov, especuló en una entrevista concedida a Vazhnye Istorii con que podría tratarse de un problema con la unidad que permitía ubicar la posición de la nave espacial. El bloque, que iba a ser importado, tuvo que ser producido en Rusia debido a las sanciones de 2014 y Roscosmos reescribió los requisitos técnicos para llegar a tiempo a la fecha de lanzamiento.

La primera misión de Moscú a la Luna desde el año 1976 comenzó a planearse a principios de la década pasada, antes de que Rusia se anexionase ilegalmente Crimea e introdujera militares en Donbás en 2014. El plan original era que a Luna-25 le sigan en los próximos años dos misiones más que culminarán con una exploración más completa del satélite con el módulo Luna-27. La Unión Europea se desvinculó totalmente del programa el año pasado por la invasión de Ucrania.

El medio ruso Agentsvo estima, por fuentes de contratación pública abiertas, que el proyecto Luna-25 ha costado en total unos 12.600 millones de rublos, alrededor de 120 millones de euros. Unos 50 millones de euros más que el programa indio, pero una cifra relativamente modesta para una gesta así. Por ejemplo, filmar la película Barbie supuso una inversión de 130 millones de euros. Si se compara con el coste de invadir Ucrania, la misión Luna-25 equivale al precio de 15 helicópteros de ataque Ka-52.

“Rusia seguirá implementando su programa lunar. Por supuesto, el fracaso del Luna-25 le afectará de un modo u otro, y no se excluye la posibilidad de que el accidente obligue a los dirigentes y a la industria del país a intensificar el trabajo en esa dirección”, responde a EL PAÍS el historiador de la cosmonáutica Alexánder Zhelezniakov, miembro de la Federación de la Cosmonáutica de Rusia.

“Rusia sigue siendo una gran potencia espacial, por lo que sus intereses no se limitan a unas áreas limitadas y cubrirá todo el espectro de las actividades espaciales”, agrega el miembro de la Federación de la Cosmonáutica de Rusia.

Otro escándalo golpeó la imagen de la agencia rusa en marzo. El Gobierno kazajo bloqueó los bienes de una filial de Roscosmos en Baikonur, el Centro para la Operación de Infraestructura Espacial Terrestre ruso, por no resolverse su disputa sobre un proyecto conjunto, los cohetes Soyuz-5 Irtysh, del que Kazajistán acusa a Rusia de no haber realizado su parte.

Por detrás en satélites

No obstante, la guerra y las sanciones replantearán la estrategia espacial del Kremlin. En opinión del experto, “lo más probable es que en un futuro próximo se preste mayor atención a aumentar las constelaciones orbitales de satélites de teledetección, de comunicaciones, los aparatos meteorológicos y otros satélites con fines aplicados”.

Rusia comenzó a trabajar en su propia versión de Starlink, la red de Internet por satélite de Elon Musk, en 2015. El programa Sfera preveía situar en la órbita terrestre un enjambre de 640 minisatélites hacia 2030, frente a los casi 5.000 que tiene ahora la empresa estadounidense (aunque planea contar con 12.000). Estos han sido claves en la nueva naturaleza de la guerra, donde la inteligencia y los drones son vitales, como ha demostrado la defensa de Ucrania.

Ya antes de la guerra, Rusia recortó el programa. Roscosmos anunció en 2021 que el enjambre se reduciría a 380 satélites, de los que hasta ahora solo han sido lanzados 162, apenas un 3% de la red tejida por Musk.

Otra incógnita es la participación de Rusia en la Estación Espacial Internacional (ISS), cuyo final está previsto para enero de 2031. El jefe de Roscosmos ha prometido que su país cumplirá su parte del programa hasta 2028, aunque la incertidumbre en la que se ha sumido el país preocupa a sus socios. El segmento ruso controla la dirección de la nave y su antecesor ya amenazó con hacerla caer en la Tierra.

Sin embargo, la comunidad científica rusa defiende la importancia de la exploración del espacio no solo para Rusia, sino para toda la humanidad.

“La práctica ha demostrado que la presencia de estaciones en órbita cercana a la Tierra es, de hecho, una condición necesaria para la exploración espacial”, afirma Zhelezniakov. “No solo aportan beneficios prácticos gracias a las investigaciones y experimentos que se llevan a cabo en ellas, sino que también son el vínculo que en los próximos años permitirá a la humanidad ampliar su hábitat y comenzar a explorar activamente el espacio circunlunar, para luego pasar a otros planetas”, enfatiza.

El Kremlin anunció la creación de su propia estación espacial nacional y su salida de la ISS en abril de 2021, al mismo tiempo que comenzaban los primeros movimientos de sus tropas en la frontera ucrania, aunque esta idea ya había sido barajada desde 2014.

Según el diseñador jefe de la Estación Orbital Rusa, Vladímir Kozhévnikov, su planificación concluirá este año y el primer módulo energético será puesto en órbita en 2027, al que seguirán otras cuatro partes, inspiradas en los módulos de la ISS, hasta 2030. El plan es contar con una estación espacial relativamente modesta que no necesite la presencia constante de una tripulación.

El futuro es incierto, especialmente en Rusia. Un astronauta estadounidense, Terry Virts, contó a The Guardian esta semana cómo se asomó a la Tierra desde la ISS en 2015. Orbitaban entonces sobre la guerra de Donbás, y junto a él estaba Alexánder Samokutiáyev. “Nos miramos y no nos dijimos nada”, recordaba Virts.

El 25 de febrero de 2022, un día después de comenzar la invasión de Ucrania, el excosmonauta y diputado Samokutiáyev advertía de que “Rusia siempre ha sido y será un Estado fuerte capaz de defender su punto de vista”. Y en junio de este verano condecoró a un militar herido en combate: “Cuando Rusia anunció una operación militar especial el año pasado, Aleksei se ofreció como voluntario para la zona de guerra en Ucrania. Mostró coraje y valentía. ¡Este es un digno ejemplo de patriotismo!”, recalcó el cosmonauta, distinguido por el Kremlin con la máxima condecoración nacional, el título de Héroe de Rusia. Hasta 2022, un reconocimiento que era más propio de científicos, artistas y deportistas que de militares.

1 de septiembre 2023

El País

https://elpais.com/ciencia/2023-09-02/la-corrupcion-los-recortes-y-la-po...

 7 min


Gerver Torres

Con frecuencia la oposición se siente obligada a hacerle ofertas a la población venezolana de mejoramiento en sus condiciones materiales de vida: más y mejores empleos, buenos servicios públicos, acceso a educación y salud de calidad, entre otras. Eso es comprensible dado el estado de postración y miseria en que se encuentra el país, con más del 80% de la población en situación de pobreza. Sin embargo, para cumplir con todo eso se necesita una enorme cantidad de recursos y tiempo. Se corre el riesgo de que, si la oferta electoral se concentra exclusivamente en esas dimensiones materiales de un posible futuro, de no lograrse estas a la velocidad y en la cantidad suficiente, se genere mucha frustración en la población, con todas las consecuencias políticas y de otro orden que ello puede implicar, especialmente en un contexto tan difícil como lo sería la transición a la democracia en Venezuela.

Por ello es fundamental darle más peso del que hoy se le da a otras dimensiones de la oferta electoral que no implican recursos económicos pero que son igualmente vitales para el país. Estas otras dimensiones pueden tener una gran pegada política y conectarse emocionalmente con la población. Son además una suerte de precondición para lograr todo lo demás. Son cosas con las cuales se puede comprometer la oposición desde ya a ponerlas en práctica desde el primer día de su arribo al poder, porque estarán en gran medida bajo su control. Es decir, no dependerán de factores como la renegociación de la deuda externa, la asistencia financiera internacional o de la recuperación del crecimiento económico.

Esas posibles ofertas son al menos siete:

Un gobierno decente. Ofrecerles a los venezolanos que van a estar gobernados por gente digna, honesta, no asociada a conductas ni bandas criminales. Para buen entendedor pocas palabras. Eso en la Venezuela de hoy significa mucho, muchísimo. Sería un salto cuántico en relación a donde estamos. El gobierno podrá ser pobre, pero decente. Digámoslo así mismo.

Un gobierno competente que colocará a la gente más capacitada que consiga y no necesariamente a los miembros de su partido, al frente de los distintos despachos gubernamentales.

Un gobierno inclusivo. Esto es, un gobierno que no establecerá diferencias entre los que lo apoyan y los que no, a la hora de servir a los venezolanos. Que se imaginen los electores un gobierno que no le preguntará a nadie si está con él o no para darle un empleo. Que se imaginen un gobierno que no le pedirá a nadie que se ponga una camiseta del color del partido de gobierno o que vaya a un mitin suyo, para garantizarle algún beneficio al que pueda tener derecho. Todos los venezolanos serán tratados como iguales y punto.

Un gobierno que comenzará la reconstrucción del país. No sabemos cuánto tiempo tomará reconstruir el país; cuánto tiempo tomará volver a tener algunas de las cosas que hemos tenido y menos aún cuánto tiempo tomará estar mejor de lo que alguna vez estuvimos. No podemos ofrecer fechas. Lo que si podemos ofrecer es que vamos a detener la caída libre en la que venimos desde hace tanto tiempo, que la vamos a detener y que vamos a comenzar la reconstrucción del país; así sea de a poquito, así sea con las uñas, pero la vamos a comenzar. Esa es la promesa. Eso puede decirlo solo la oposición. Cuando los venezolanos sintamos que la reconstrucción ha comenzado, una gran esperanza y un gran alivio nos llenará.

Un gobierno de orden y de ley, descentralizado e institucionalista. Esto es, un gobierno que respetará y buscará fortalecer todos los órganos del Estado que sirven para el control ciudadano; las gobernaciones, los municipios, el parlamento, el sistema judicial. Es la promesa de un gobierno que no será arbitrario, personalista, centralizador ni caudillesco.

Un gobierno que reintegrará a Venezuela a lo mejor de la comunidad internacional. Esto significa un gobierno que estará aliado con las democracias más sólidas en las luchas más significativas que está dando hoy la humanidad. Eso por oposición a las alianzas en las cuales está Venezuela hoy, con los gobiernos más autoritarios y retrógrados del planeta.

Un gobierno que no buscará eternizarse en el poder. Nunca le diremos a los otros, “jamás volverán” porque respetamos el derecho de los contrarios a luchar y llegar democráticamente al poder. Nunca diremos “llegamos para quedarnos” o “gobernaremos por los próximos 200 años”, porque sabemos que ese no es el mandato que el pueblo le da a ningún gobierno.

Ninguna de esas siete cosas las puede prometer Nicolás Maduro. Por eso, en esta materia, de lo que puede uno y otro ofrecerle al país, la oposición tiene una gran ventaja. Debemos hacer mayor uso de ella.

22 agosto 2023

La Gran Aldea

https://lagranaldea.com/2023/08/22/siete-ventajas-de-la-oferta-politica-...

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