La toma de Damasco y con ello el asentamiento militar decisivo de Organización para la liberación del Levante (ETS) en el gobierno provisional de Siria ha creado las pautas para un nuevo ordenamiento de fuerzas tanto al interior de Siria, como al interior del espacio islámico y, no por último, al exterior de Siria y del espacio islámico.
Al comenzar el siglo XXI el panorama no podía ser más alentador para el proceso de desarrollo desigual y combinado que daba curso a una democratización que, teniendo como punto de partida el declive de las dictaduras militares sudamericanas y la caída de las dictaduras comunistas de Europa del Este y Central, parecía ser global.
Europa, y otras naciones del orbe, requieren más que nunca de un patriotismo democrático. En fin,debemos recordar que hay tiempos de paz y tiempos de guerra. Confundir un tiempo con otro puede llevar a fatales consecuencias.
Trump, en efecto, emerge como un indiscutible vencedor pero además como un presidente que en un sistema de por sí presidencialista concentra más poder que la mayoría de sus predecesores.
El proyecto de Putin, siguiendo a Mara Karlin, pasa por la conversión de una guerra global en guerra total la que de hecho ya podría estar comenzando en el Oriente Medio.
«Sola en una vieja casa de la costa noruega, Signe mira por la ventana y se ve a sí misma veinte años atrás, mientras espera el regreso de su marido, Asle, durante una terrible tarde de finales de noviembre en la que él se subió a su bote de remos para no regresar».
Una paz entre Israel y la parte beligerante palestina, sea el ex PLO, sea el Hamás, convengamos, no ha habido nunca. Lo que ha habido son treguas o armisticios.
En el marco de ese antagonismo que se da entre la democracia y sus enemigos, la guerra de liberación nacional de Ucrania y la resistencia política que tiene lugar en Venezuela se han convertido en símbolos de las luchas democráticas de nuestra era.