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Nicmer Evans

Odio

Nicmer Evans

Un régimen que atenta contra valores, principios, normas, creencias, posturas, expresiones, en nombre de los pobres, mientras los hunde en más pobreza; un régimen que se ufana en afirmar que no cederá el poder ni con votos ni con balas, y lo deja saber por distintos voceros; un sistema que ampara la pérdida de soberanía en nombre de la solidaridad, entrega territorio a ejércitos invasores como el ELN y las FARC, entrega toda nuestra riqueza mineral dejando depredar nuestra inconmensurable biodiversidad y medio ambiente, un grupo de mafiosos que asesina, tortura, persigue, acosa, atemoriza, genera terror por pensar distinto, no incita al odio, odia.

El odio es un deseo de mal y cuando es consumado es maldad. Pero no se confunda, porque cuando uno desea justicia, y esta implica una pena después de un proceso judicial, desear y consumar la justicia no es odio, es justicia.

Estos, los que hacen el mal, hoy utilizan el aparato de justicia para consumar el odio contra los que piensan distinto, eso no es justicia, es la consumación de la mayor expresión de maldad desde el poder.

El cinismo de la maldad de quienes promueven el odio de Estado todos los días desde sus políticas excluyentes y destructuras, llega al nivel de tipificar el odio (deseo de mal) como delito, al afirmar que individuos u organizaciones instigan al odio cuando demandan justicia.

Desearle vida a quienes se han contaminado de covid-19 entre los jerarcas del sistema, para que en vida puedan pagar sus delitos de lesa humanidad producto de la acción de la justicia, o reconocer la valentía de ciudadanos que hartos de la ausencia de condiciones mínimas de vida arremeten contra las casas del partido terrorista que hace ejercicio del poder, pone en el debate un tema central: al no haber un sistema de justicia que defienda al ciudadano, el derecho de exigirlo se convierte en un deber.

La mayoría opositora hoy no promueve el odio, promueve la justicia, y es importante no confundir una cosa con la otra. Hoy quien no solo promueve el odio, sino que lo ejerce para hacer maldad, es quien tiene el poder y lo ejerce para preservarlo, burlando incluso a la Constitución.

Odiar no es viable para la oposición que quiere ser una verdadera alternativa, porque no es venganza con lo que nos debemos alimentar; si ellos odian y hacen el mal, nuestra respuesta debe ser justicia y más justicia, porque solo la justicia podrá reconstruir el tejido social roto por el odio expresado en el mal que durante años ha dividido, fragmentado y resquebrajado a las familias venezolanas.

La ausencia de justicia en el suelo patrio hoy demanda justicia internacional, y trabajar arduamente para que recobrado el Estado de Derecho y de Justicia y la democracia, veamos justicia en nuestro país, para ver a todos los responsables de la destrucción de la nación pagar sus delitos, uno a uno.

miércoles, 15 de julio de 2020

@NicmerEvans

https://www.elnacional.com/opinion/odio/

Escenarios 2018

Nicmer Evans

El año 2018 será definitorio para la consolidación o no del neototalitarismo. El totalitarismo que nos ubica en la aplicación de tecnologías de control social sin disimulo para apoderarse de las almas bajo su yugo fue un tipo de régimen que hoy es superado por instrumentos de cooptación y manipulación mucho más avanzados, que pretenden llegar a la genuflexión del alma ya no por vía cultural o solo por el autoritarismo estatal, sino por el estómago, el bolsillo y la necesidad imperiosa de la sobrevivencia, utilizando tecnologías sofisticadas en función de aparentar “más y mejor democracia”. Esto es lo que hemos definido como neototalitarismo.

Será definitorio el año que viene porque el hito político más importante para Venezuela es la elección presidencial que debería desarrollarse bajo los preceptos de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999 en 2018; sin embargo, sabemos que esta elección está sometida al yugo de la asamblea nacional constituyente, herramienta del neototalitarismo para evadir y simular la democracia y el “orden constitucional”.

En ese sentido, desde Visor 360 Consultores y para ser publicado en www.puntodecorte.com, hemos elaborado una sinopsis de escenarios que han sido desarrollados con más detalles y en extenso para nuestros clientes.

Tres son los escenarios para 2018:

1.- La continuidad del gobierno de Maduro por tres vías: a. Una vía electoral fraudulenta, que modifique arbitrariamente los resultados si estos terminan siendo estrechos como consecuencia de la desmovilización de la oposición electoral, producto de los desaciertos de la conducción política de la MUD (escenario más probable); b. Por vía electoral con estrecho margen de victoria del gobierno producto de una abstención inducida e hiperfragmentación de candidatos opositores; c. Por vía de facto, suspendiendo o postergando las elecciones por causa de conmoción nacional inducida y apoyo de la FANB.

2.- La salida negociada del gobierno con apoyo internacional: producto del “diálogo” las negociaciones avanzan y se logra: a. Unas elecciones medianamente confiables, en condiciones aceptables que permiten que la oposición llegue a una candidatura “unitaria” a pesar de la presencia de otros candidatos en la contienda y que haya un respeto de los resultados, lo que produce una transición que incluye algún grado de impunidad de sectores maduristas y chavistas responsables de la crisis; b. Un gobierno de transición que posterga las elecciones con acompañamiento internacional para desarrollar verdaderas condiciones electorales, económicas y democráticas (escenario menos probable por ahora).

3.- La salida violenta del gobierno por dos vías: a. Producto de una conmoción social, la FANB se ve obligada a intervenir y exigir la salida del gobierno de Maduro junto a factores de poder de su propio entorno, b. Intervención extranjera no directa incide en un sector de la FANB para forzar la salida de Maduro y toda su gente.

De estos se desprenden varias combinaciones de escenarios.

Carta abierta a la izquierda democrática y al chavismo crítico

Nicmer Evans

El odio inoculado por la vulgar y extemporánea aplicación del concepto de la “lucha de clases” hace que hoy todos nos veamos como enemigos por un artilugio conceptual que lo que busca es describir una condición, que entre otras cosas no es estática ni unívoca. El mismo Marx, en una carta a Joseph Weydemeyer fechada el 5 de marzo de 1852, decía:

“No me cabe el mérito de haber descubierto la existencia de las clases en la sociedad moderna ni la lucha entre ellas. Mucho antes que yo, algunos historiadores burgueses habían expuesto ya el desarrollo histórico de esta lucha de clases y algunos economistas burgueses la anatomía económica de estas. Lo que yo he aportado de nuevo ha sido demostrar: 1) que la existencia de las clases solo va unida a determinadas fases históricas de desarrollo de la producción…”.

Hoy estamos en una fase histórica de desarrollo de la producción distinta a la época de Marx, y aún más, distinta y distante de la época de su texto fundamental El Capital y de su proclama política en El Manifiesto Comunista. En el tiempo, de hecho, se ha comprobado que la vigencia de Marx está en su metodología y su ética, pero que difícilmente podríamos aplicar sus planteamientos como dogmas. Hoy, decir que la lucha de clases conduce a la dictadura del proletariado y que esto llevará a una “abolición de todas las clases” no solo es un buen deseo, sino incluso más utópico que lo planteado por el llamado “socialismo utópico”, que en la práctica era mucho más realista.

Sin embargo, debemos rescatar varios aspectos del planteamiento de Marx para su reinterpretación en la contemporaneidad. Por ejemplo, hoy incluso la “lucha de clases” tiene niveles de respeto y convivencia, no es fratricida ni existencial, tal como pretendieron plantearla algunos extremistas. Porque otro no sea de mi “clase social” esa condición no me faculta para despreciar, segregar, exterminar, y mucho menos se puede justificar que esto sirva como excusa para evadir el debate de las ideas, y aún más cuando la lucha cambia, porque esta gira en torno a confrontar a un enemigo común.

El avance de la democracia como modelo de consenso, sobre el cual las ideologías buscan ser gobierno a través de la persuasión de las mayorías, ha creado un poderoso muro de contención a los extremismos que solo han leído “la dictadura” de la frase planteada por Marx de “la dictadura del proletariado”. Pero aún más, la democracia al final desenmascara a aquellos que en nombre de ella se asumen “puros” e “inmaculados” y creen que “solos” y “con el pueblo” van a poder hacer política con “P” mayúscula, en especial ante un gobierno neototalitario.

Todo este desarrollo viene a tres puntos fundamentales:

• Hoy el conflicto de Venezuela no se resume en un conflicto de clases, en especial porque aquí difícilmente existe una burguesía que enfrentar. Hoy lo único que hay que enfrentar es una cúpula corrupta y neototalitaria.

• Esa cúpula neototalitaria pasó de ser un adversario político para convertirse en un enemigo de aquellos que defendemos, por distintos motivos y en distintas expresiones ideológicas a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Por tanto, no solo es imperioso, sino urgente dejar el sectarismo infantil y articular tácticamente un frente antitotalitarista.

• Un frente antitotalitarista debe superar el control de otra vieja casta política expresada en la MUD, para convertirse en un espacio despolarizado que avance con un objetivo común: superar el neototalitarismo para la restauración de la vigencia de la Constitución y de la democracia.

Si esto no se logra, nos aplastarán a todos, incluso a aquellos “puros” y “sectarios”.

En lo personal, no me une nada con aquellos que fueron cómplices de un golpe de Estado contra Chávez, pero ante un golpe de Estado contra el pueblo, si debo tácticamente coincidir, me taparé la nariz y recordaré que hoy no es una lucha de clases, es una lucha de supervivencia de todo el pueblo venezolano que no puede vivir de su salario porque un gobierno ha decidido convertirnos a todos en mendigos y él en el único proveedor.

El Nacional

http://www.el-nacional.com/noticias/columnista/carta-abierta-izquierda-d...