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Gerver Torres

Siete ventajas de la oferta política opositora

Gerver Torres

Con frecuencia la oposición se siente obligada a hacerle ofertas a la población venezolana de mejoramiento en sus condiciones materiales de vida: más y mejores empleos, buenos servicios públicos, acceso a educación y salud de calidad, entre otras. Eso es comprensible dado el estado de postración y miseria en que se encuentra el país, con más del 80% de la población en situación de pobreza. Sin embargo, para cumplir con todo eso se necesita una enorme cantidad de recursos y tiempo. Se corre el riesgo de que, si la oferta electoral se concentra exclusivamente en esas dimensiones materiales de un posible futuro, de no lograrse estas a la velocidad y en la cantidad suficiente, se genere mucha frustración en la población, con todas las consecuencias políticas y de otro orden que ello puede implicar, especialmente en un contexto tan difícil como lo sería la transición a la democracia en Venezuela.

Por ello es fundamental darle más peso del que hoy se le da a otras dimensiones de la oferta electoral que no implican recursos económicos pero que son igualmente vitales para el país. Estas otras dimensiones pueden tener una gran pegada política y conectarse emocionalmente con la población. Son además una suerte de precondición para lograr todo lo demás. Son cosas con las cuales se puede comprometer la oposición desde ya a ponerlas en práctica desde el primer día de su arribo al poder, porque estarán en gran medida bajo su control. Es decir, no dependerán de factores como la renegociación de la deuda externa, la asistencia financiera internacional o de la recuperación del crecimiento económico.

Esas posibles ofertas son al menos siete:

Un gobierno decente. Ofrecerles a los venezolanos que van a estar gobernados por gente digna, honesta, no asociada a conductas ni bandas criminales. Para buen entendedor pocas palabras. Eso en la Venezuela de hoy significa mucho, muchísimo. Sería un salto cuántico en relación a donde estamos. El gobierno podrá ser pobre, pero decente. Digámoslo así mismo.

Un gobierno competente que colocará a la gente más capacitada que consiga y no necesariamente a los miembros de su partido, al frente de los distintos despachos gubernamentales.

Un gobierno inclusivo. Esto es, un gobierno que no establecerá diferencias entre los que lo apoyan y los que no, a la hora de servir a los venezolanos. Que se imaginen los electores un gobierno que no le preguntará a nadie si está con él o no para darle un empleo. Que se imaginen un gobierno que no le pedirá a nadie que se ponga una camiseta del color del partido de gobierno o que vaya a un mitin suyo, para garantizarle algún beneficio al que pueda tener derecho. Todos los venezolanos serán tratados como iguales y punto.

Un gobierno que comenzará la reconstrucción del país. No sabemos cuánto tiempo tomará reconstruir el país; cuánto tiempo tomará volver a tener algunas de las cosas que hemos tenido y menos aún cuánto tiempo tomará estar mejor de lo que alguna vez estuvimos. No podemos ofrecer fechas. Lo que si podemos ofrecer es que vamos a detener la caída libre en la que venimos desde hace tanto tiempo, que la vamos a detener y que vamos a comenzar la reconstrucción del país; así sea de a poquito, así sea con las uñas, pero la vamos a comenzar. Esa es la promesa. Eso puede decirlo solo la oposición. Cuando los venezolanos sintamos que la reconstrucción ha comenzado, una gran esperanza y un gran alivio nos llenará.

Un gobierno de orden y de ley, descentralizado e institucionalista. Esto es, un gobierno que respetará y buscará fortalecer todos los órganos del Estado que sirven para el control ciudadano; las gobernaciones, los municipios, el parlamento, el sistema judicial. Es la promesa de un gobierno que no será arbitrario, personalista, centralizador ni caudillesco.

Un gobierno que reintegrará a Venezuela a lo mejor de la comunidad internacional. Esto significa un gobierno que estará aliado con las democracias más sólidas en las luchas más significativas que está dando hoy la humanidad. Eso por oposición a las alianzas en las cuales está Venezuela hoy, con los gobiernos más autoritarios y retrógrados del planeta.

Un gobierno que no buscará eternizarse en el poder. Nunca le diremos a los otros, “jamás volverán” porque respetamos el derecho de los contrarios a luchar y llegar democráticamente al poder. Nunca diremos “llegamos para quedarnos” o “gobernaremos por los próximos 200 años”, porque sabemos que ese no es el mandato que el pueblo le da a ningún gobierno.

Ninguna de esas siete cosas las puede prometer Nicolás Maduro. Por eso, en esta materia, de lo que puede uno y otro ofrecerle al país, la oposición tiene una gran ventaja. Debemos hacer mayor uso de ella.

22 agosto 2023

La Gran Aldea

https://lagranaldea.com/2023/08/22/siete-ventajas-de-la-oferta-politica-...

El próximo error de Maduro

Gerver Torres

Contrario a lo que algunos creen, según lo cual el régimen nunca se equivoca, teniéndolo todo perfectamente pensado y planificado, la verdad es que sí comete errores, incluso grandes. Los autócratas, en su aislamiento y paranoia erran, a veces más cuando se sienten más poderosos. En ocasiones, estos traspiés se encadenan, llevando uno al otro. Vladímir Putin está arruinando a Rusia en una guerra que suponía fácil y rápida. Hitler en su momento sobreestimó su fuerza y terminó acorralado y suicidándose. Por supuesto, no basta con los errores de un gobierno para producir su caída. Se necesitan otras cosas, pero esos errores pueden contribuir a ello en una coyuntura específica.

Desde que la oposición venezolana lanzó las primarias, Maduro ha cometido tres errores nada insignificantes. El primer error fue hacer implosionar el Consejo Nacional Electoral (CNE) en el momento que lo hizo. Zanjó una disputa dentro de la oposición que podría haberla dividido. Asumiendo que le era necesario hacerlo para controlar el resultado de unas próximas elecciones en las cuales él mismo competiría, lo hizo demasiado pronto. Podría haber esperado a que la disputa en el seno de la oposición causara todo el daño que pudiera causar, incluso dividirla y luego, si aún era necesario para sus fines, desmantelar el organismo electoral. Pero se precipitó y más bien unificó la oposición.

El segundo error que cometió fue nombrar a su mismísima esposa en el comité encargado de decidir sobre la elección de los nuevos árbitros del ente electoral. Con eso puso en evidencia el miedo y la enorme desconfianza que tiene hacia todos los que lo rodean, al punto que necesita a su propia pareja supervisando el proceso, al tiempo que revela lo manipuladas que son las elecciones en el país. Este hecho, la elección de su esposa en ese comité, es uno de los que las agencias internacionales de noticias destacan más al referirse a la actual situación venezolana. El Washington Post por ejemplo, lo menciona en un editorial de esta semana.

El tercer error fue la inhabilitación de María Corina Machado. Con esa acción la catapultó y contribuyó a resolver un problema que precisamente la Primaria buscaba resolver, el de elegir un nuevo liderazgo que reemplazara al de Juan Guaidó. María Corina es hoy el rostro más visible y promisor de las fuerzas democráticas venezolanas.

Con la ayuda de estos tres errores la oposición se muestra en esta coyuntura más unida de lo que ha estado en mucho tiempo, con un fuerte liderazgo y más argumentos para denunciar ante el país y la comunidad internacional las prácticas antidemocráticas del régimen.

¿Cuál puede ser el próximo error de Maduro? Uno probable y ampliamente comentado sería el intento de inhabilitar las primarias mismas. No habiendo logrado sus objetivos con la inhabilitación de algunos de sus candidatos, ese sería su siguiente paso. Hacer eso no es fácil. No digamos desde un punto de vista jurídico porque sabemos bien que a la hora de emitir un dictamen legal pueden incluso producir uno negando la ley de la gravedad. El problema sería la implementación práctica de una prohibición de esa naturaleza.

¿Qué significaría inhabilitar las primarias? Lo más lejos que el régimen podría llegar sería impedir que se organicen centros de votación donde la gente acuda y exprese sus preferencias electorales. Pero no podrían prohibir que los candidatos sigan recorriendo el país, movilizando, organizando y denunciando al régimen, ahora con más argumentos y razones para hacerlo.

La naturaleza tan radical de esa decisión podría tener tres consecuencias muy serias para el régimen: en primer lugar, un incremento sustancial en la tensión política interna al bloquear todas las salidas democráticas. En medio de un deterioro renovado de las condiciones de vida de la población como está ocurriendo actualmente, esto podría conducir a una situación política y social muy inestable. En segundo lugar, quedaría descartada la oportunidad que el régimen esperaba tener con las elecciones de 2024 para legitimarse nacional e internacionalmente. Esas elecciones, mucho antes de que ellas ocurran, serían calificadas como espurias. En tercer lugar, habría la posibilidad de un aumento en las sanciones a los funcionarios del régimen, quienes han estado tratando durante mucho tiempo de lograr que se las retiren.

Algo positivo para la oposición de la situación en que se encuentra Maduro es que si comete este nuevo error de prohibir las primarias tendrá las consecuencias mencionadas anteriormente y, si decide no hacerlo, la oposición continuará construyendo a través de ellas una poderosa fuerza con la cual podría lograr cambios sustanciales a su favor en el escenario político.

11 de julio 2023

La Gran Aldea

https://lagranaldea.com/2023/07/11/el-proximo-error-de-maduro/?utm_mediu...

“La oposición no sirve para nada”: otra narrativa que nos condena

Gerver Torres

Recientemente, un amigo comentó que “la oposición venezolana no sirve para nada”. Es una expresión que oímos con cierta frecuencia dentro de la propia oposición. A veces, se trata simplemente de una reacción inocua y puntual, que nos sale del alma a propósito de desaciertos y errores que cometemos. Sin embargo, en muchos otros casos, es el reflejo de un sentimiento mucho más denso y profundo que se ha arraigado en nuestra conciencia colectiva, la de la militancia de la oposición, y que ha irradiado hacia una buena parte del país, incluyendo aquella que no se identifica claramente con ningún sector político y cuya relevancia no puede subestimarse. Es un serio problema.

Hemos interiorizado y nos hemos hecho difusores de una narrativa que nos deshabilita política y moralmente: la idea de que no servimos para nada. No es la primera vez que nos ocurre algo así. En sus inicios, le abrimos las puertas de par en par al chavismo al consentir su narrativa de que la Cuarta República había sido un absoluto fracaso y tampoco había servido para nada. Muchos adoptaron esa narrativa y la propagaron. Nos faltó mesura y objetividad para defender, entre los muchos errores y desaciertos, lo que era valioso y defendible en ella, y había mucho. Muchísimo. Ahora nos damos cuenta de cuán equivocados estábamos. La Cuarta República, a pesar de sus defectos, era una versión del país mucho más prospera, inclusiva y democrática, que la actual. ¡Cuántos venezolanos desearían volver a ella!

Ese es el error que estamos cometiendo nuevamente hoy en día. Tirar al bebé junto con el agua sucia. Nadie puede negar que haya habido muchas fallas y equivocaciones en la conducción de la lucha democrática, pero al menos hay dos consideraciones que debemos tener en cuenta para conseguir un juicio más equilibrado sobre lo que somos y lo que hemos realizado:

La excepcionalidad histórica de la situación que nos ha tocado enfrentar. A menudo se compara el liderazgo actual de la oposición con el que tuvimos en otros momentos de nuestra historia, como el de la Generación del 58 que derrocó la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Con todo lo extraordinario y valioso que fue ese liderazgo, no podemos equiparar la complejidad de los desafíos de ambos momentos. Las dictaduras del siglo pasado, como las de Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez, eran dictaduras nacionales, sin articulaciones internacionales de importancia.

En cambio, la oposición venezolana y el país en su conjunto se enfrentan hoy a una coalición fenomenal de fuerzas que incluye, entre otros, a algunas de las autocracias más poderosas del mundo y a movimientos irregulares y delictivos que tal vez sean los más activos de la región. Nos referimos a la alianza conformada por Rusia, China, Cuba, Irán, las FARC, el ELN y quién sabe qué otras organizaciones criminales. ¡Nada más y nada menos que eso! Frente a estos actores, no es la oposición venezolana la que no ha sabido cómo actuar, sino que son los líderes y las democracias más avanzadas del mundo los que no han encontrado una manera efectiva de enfrentarlos. En este sentido, el problema de la oposición venezolana no es solo nuestro, es un problema que enfrentan todos los demócratas del mundo en la actualidad.

Los logros políticos de la oposición. El hecho de que las fuerzas democráticas aún no hayan logrado restablecer la democracia no significa que no tengan en su haber logros importantes. Por ejemplo, la atención y consecuente presión de la comunidad internacional, que contribuye a limitar las arremetidas represivas del régimen, se logra gracias a las acciones de la oposición. La creación de un gobierno interino, que obtuvo el reconocimiento de más de 50 países, incluyendo las democracias más fuertes del mundo, fue una jugada extraordinariamente audaz y novedosa. Aunque no logró su objetivo principal, desde el punto de vista político fue un movimiento destacable. ¿En cuántos países con regímenes autoritarios se ha llegado a establecer un gobierno paralelo?, ¿cuál sería la situación política en Venezuela si la oposición no hubiera resistido y hecho todo lo que ha hecho hasta ahora?, ¿no nos encontraríamos en una situación similar a la de Nicaragua o Cuba?

Es cierto que hay mucho que criticar y corregir dentro de la oposición venezolana. Es cierto que hay mucho que reclamarle a nuestros dirigentes. Sin embargo, la narrativa de que no servimos para nada no solo es falsa, sino que, más grave aún, nos condena de antemano a la derrota.

13 de junio 2023

La Gran Aldea

https://lagranaldea.com/2023/06/13/la-oposicion-no-sirve-para-nada-otra-...