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Enrique Fanjul

Las ciudades globales ante los retos de la pospandemia

Enrique Fanjul

Condiciones favorables para la atracción de talento, digitalización, resiliencia económica, adaptación al cambio climático y bienestar (individual y de la comunidad): éstos son los cinco retos principales que afrontan las ciudades globales cara al futuro, de acuerdo con el 2021 Global Cities Report que ha publicado recientemente la consultora Kearney. El estudio recoge un retroceso en la valoración de Madrid y Barcelona.

Al estudio de Kearney sobre ciudades hay que añadir el Smart City Index 2021 que elaboran la escuela de negocios IMD y Singapore University of Technology and Design, publicado también hace algunas semanas.

La publicación de estos estudios es un reflejo de la creciente atención que se presta a las ciudades en la globalización. Las ciudades han adquirido un protagonismo clave como actores en la internacionalización de la economía y de las empresas, frente al referente casi único que antes suponían el país o la región.

Ciudades globales

Para Kearney, una ciudad global se mide por su capacidad para atraer y retener capital, personas e ideas globales y mantener ese desempeño a largo plazo.

Kearney elabora el Global Cities Index, que mide la valoración de 156 ciudades del mundo en cinco dimensiones: actividad empresarial, capital humano, intercambio de información, experiencia cultural y participación política.

Elabora al mismo tiempo el Global Cities Outlook, que evalúa el potencial de las ciudades para convertirse en hubs globales en el futuro, en función de sus condiciones y políticas actuales. Para esta proyección hacia el futuro considera cuatro dimensiones: bienestar personal, economía, innovación y gobernanza.

Nueva York, Londres, París y Tokio encabezan el ranking de ciudades globales en la edición de 2021 del Global Cities Index. Un dato llamativo es que entre las diez primeras ciudades hay cuatro asiáticas: tres chinas (Pekín, Hong Kong y Shanghái), Tokio y Singapur. En general las ciudades chinas registran notables avances en esta última edición.

Por su parte, Londres, París, Múnich, Abu Dhabi y Dublín encabezan el ranking del Global Cities Outlook: son por tanto las ciudades que ofrecen mejores condiciones de desarrollo futuro.

Impacto de la pandemia

El estudio de Kearney revela la existencia de claras divergencias en las trayectorias de las ciudades como consecuencia del coronavirus. Aquellas que estaban más conectadas globalmente fueron las primeras en ser golpeadas por la pandemia.

Por el contrario, en las ciudades con menor conectividad global e interdependencia con otros países, el impacto fue menor. Sin embargo, Kearney apunta a que esta mejora relativa en las clasificaciones se debe sobre todo a un impacto retardado de la pandemia.

Además, añade el estudio, si bien las ciudades más globales fueron las más afectadas, también han mostrado su resiliencia y capacidad de adaptación. Y ahora están mejor posicionadas para la recuperación, gracias a su alto grado de conectividad.

De hecho, Kearney prevé que en el próximo año aumenten las divergencias entre las ciudades del mundo: “Si bien es probable que las ciudades globales que ya muestran signos de recuperación económica continúen con sus tendencias ascendentes, es también probable que las ciudades globales con puntuación más baja y menos conectadas retrocedan en nuestra clasificación (…) en particular dada la distribución desigual de las vacunas en el mundo”.

El talento es un aspecto al que se atribuye una gran relevancia en cuanto a promoción y competitividad internacional de las ciudades. Para las empresas disponer de una concentración de talento en un espacio geográfico próximo, así como de todo el ecosistema relacionado (universidades, escuelas de negocio, centros de investigación), es un factor crítico a la hora de tomar la decisión de dónde establecerse.

La pandemia está provocando cambios importantes en lo que se refiere al talento, cambios que van a tener un impacto a largo plazo, como el ascenso del teletrabajo o el crecimiento de los llamados “nómadas digitales”: personas que trabajan de forma remota, en lugar de estar físicamente presentes en la sede u oficina de una empresa. El estilo de vida “nómada digital” ha sido posible gracias a una serie de innovaciones tecnológicas asociadas a Internet, y se ha visto favorecido con la pandemia, que ha impulsado a muchos trabajadores, con el fin de reducir el riesgo de contagio, a marcharse a zonas rurales o de menor urbanización.

Un toque de atención para Madrid y Barcelona

En el índice de ciudades globales de Kearney Madrid se sitúa en el puesto 19 y Barcelona en el 28. La evolución de los últimos años es negativa para ambas ciudades, algo que debería ser motivo de reflexión para los responsables de sus administraciones municipales. Desde 2018, en que se situó en el puesto 13, Madrid ha ido retrocediendo año a año en el ranking. Lo mismo sucede con Barcelona, que en 2018 se encontraba en el puesto 23.

Por otro lado, en el índice que evalúa las condiciones de cara al futuro (el Global Cities Outlook), empeora la valoración de Madrid y Barcelona, que no se encuentran entre las 30 primeras ciudades. Ambas retroceden en la edición de 2021: Madrid pierde seis puestos y Barcelona tres.

Por su parte, el Smart City Index define a una ciudad inteligente como “un entorno urbano que aplica la tecnología para mejorar los beneficios y reducir las deficiencias de la urbanización para sus ciudadanos”. El estudio tiene en principio una metodología menos sofisticada que el de Kearney (en el que se analizan un gran número de indicadores objetivos). El Smart City Index está basado en una encuesta entre unas 115.000 personas de 118 ciudades, encuesta en las que se pregunta sobre sanidad, movilidad, educación gobernanza, etcétera.

En el ranking que resulta del estudio cabe destacar el puesto diez que alcanza Bilbao, y el 15 de Zaragoza, muy por delante de Madrid (34) y Barcelona (58). Los primeros puestos del ranking corresponden a Singapur, Zúrich, Oslo y Taipéi.

17 de noviembre 2021

Elcano

https://blog.realinstitutoelcano.org/las-ciudades-globales-ante-los-reto...

La Unión Europea busca su lugar en la economía internacional

Enrique Fanjul

El pasado mes de febrero la Comisión Europea anunció una nueva estrategia comercial. En estos tiempos un tanto convulsos, con una pandemia que está provocando enormes trastornos en la economía y en el comercio, una competencia geoestratégica virulenta entre Estados Unidos y China, transformaciones y disrupciones en las cadenas globales de valor, ascenso del proteccionismo y del nacionalismo económico, parálisis de la Organización Mundial de Comercio, etcétera, la Unión Europea intenta definir su política comercial en el escenario internacional.

En su discurso presentando la estrategia el pasado 24 de febrero, el Comisario de Comercio (y vicepresidente de la Comisión) Valdis Dombrovskis recordaba la importancia que el comercio exterior tiene para la economía europea, con algunos datos básicos:

El comercio mantiene 35 millones de empleos en la UE.

Se trata de empleos que reciben buenos salarios (12% superiores a la media).

Potenciar el comercio es vital para la UE: el 85% del crecimiento mundial tendrá lugar fuera de la UE en la próxima década.

Autonomía, pero preeminencia de la relación trasatlántica

En la estrategia se intenta definir una posición propia ante el gran condicionante del contexto actual: la competencia estratégica entre Estados Unidos y China. Por un lado, la comunicación de la Comisión deja clara la preeminencia de la relación trasatlántica, la “asociación más grande y económicamente más significativa en el mundo (…) y que tiene sus raíces en valores e intereses comunes”.

Esta preeminencia ha quedado manifiestamente clara hace muy poco: el 22 de abril la Unión Europea, Estados Unidos, Reino Unido y Canadá anunciaban en una acción coordinada –por primera vez– sanciones contra China por su actuación en Xinjiang. Era la primera vez, además, que la Unión Europea adoptaba sanciones contra China desde los sucesos de Tiananmén de 1989. Esta adopción concertada de sanciones contra China marca un cambio cualitativo en la actitud de los países occidentales frente a China, y parece anunciar una posición de mayor firmeza y unidad.

La adopción de sanciones se producía prácticamente el mismo día que se celebraba en Pekín el juicio contra uno de los ciudadanos canadienses detenido como represalia por la detención en Canadá, a petición de Estados Unidos, de la directora financiera de Huawei, en lo que ya ha pasado a ser calificado como la “diplomacia china de los rehenes”. Diplomáticos de numerosos países occidentales, entre ellos de España, acudieron en solidaridad a las puertas del tribunal en el que se celebró, a puerta cerrada, el juicio.

Seis áreas clave de la estrategia comercial de la UE. Fuente: Comisión Europea.

La UE quiere mantener su autonomía, la denominada “autonomía estratégica abierta”, pero deja claro que no hay equidistancia: su posición está en el bloque de las democracias que defienden los derechos humanos.

Parece que se avanza de forma inevitable hacia un aumento de las diferencias y conflictos con la China de Xi Jinping. Por otro lado, es necesario compatibilizar esta actitud de firmeza con la búsqueda de cooperación. China es demasiado importante, por su población, economía, creciente poder militar. El mundo necesita a China para afrontar las grandes cuestiones globales.

Líneas estratégicas

En este marco, la comunicación de la Comisión establece las grandes líneas futuras de su política comercial, entre las que cabe destacar las siguientes:

La digitalización y la sostenibilidad, tanto medioambiental como social. Un objetivo será incorporar el Acuerdo de París y los temas de sostenibilidad en los nuevos acuerdos comerciales que negocie la UE. La UE establecerá reglas de due diligence para sus empresas, para que el trabajo forzado e infantil no forme parte de sus cadenas globales de valor.

La reforma de la Organización Mundial de Comercio, que con la nueva Administración Biden va a recibir un nuevo impulso, tras el bloqueo de Trump. Muchos temas se plantean aquí. La comunicación de la Comisión menciona, entre otros, el papel de las empresas estatales y en general la intervención de los Estados, el comercio digital, el controvertido procedimiento para resolución de disputas, la lucha contra las distorsiones y la promoción de un level playing field.

Potenciar la firma de acuerdos comerciales. Los acuerdos se han convertido en un instrumento clave de la política comercial de la UE. El tema, y en especial sus implicaciones para España, fue discutido en un seminario celebrado el pasado 23 de marzo, organizado por el Real Instituto de Estudios Europeos del CEU. Están pendientes algunos acuerdos, en diferentes fases de su proceso de negociación, que en concreto pueden ser muy relevantes para España: Mercosur, México, Chile. Está igualmente pendiente la ratificación del acuerdo de inversiones con China, alcanzado a fines del pasado año. Veremos qué pasa con este acuerdo, que había sido muy criticado en medio europeos y, que como hemos comentado al principio, puede tropezar con un deterioro de relaciones políticas entre la UE y China.

También relevante para España es la importancia que la comunicación de la Comisión atribuye a África. El continente africano ha entrado en una etapa de dinamismo económico Por ello, por su proximidad geográfica, su relevancia para cuestiones como la inmigración o el terrorismo, África es un referente obligado para España, que debe valorar de forma positiva esta atención.

El marco internacional es ciertamente complicado. Pero qué duda cabe que la Comisión Europea ha realizado un positivo esfuerzo para diseñar un mapa para el desarrollo de su política comercial en los próximos años.

25 de marzo 2021

elcano

https://blog.realinstitutoelcano.org/la-union-europea-busca-su-lugar-en-...

La geografía internacional de la innovación: atonía en España y América Latina

Enrique Fanjul

La innovación goza de buena salud en el mundo, según el último estudio Global Innovation Index 2019. Ahora bien, el panorama varía sustancialmente entre unas y otras zonas geográficas. Asia y África muestran un gran dinamismo. España y América Latina, en cambio, se estancan o incluso retroceden. Para España se trata de un nuevo toque de atención, confirmado por otros estudios de competitividad internacional, sobre sus carencias y la necesidad de reforzar las actividades dirigidas a promover la innovación.

El Global Innovation Index (GII) –elaborado por tres instituciones de prestigio: la universidad de Cornell, la escuela de negocios INSEAD y la World Intellectual Property Organization (WIPO)– mide el estado de la innovación en 130 economías del mundo, a través de varias decenas de indicadores, que van desde el grado de colaboración entre universidades y empresas, la generación de patentes, las importaciones y exportaciones de alta tecnología, el gasto en software, el gasto en educación, entre otras.

El GII constata este año, como primer dato significativo, el auge del gasto global en investigación y desarrollo, que ha crecido más que la economía global y se ha doblado entre 1996 y 2016. En 2017, el gasto global de los gobiernos en I+D aumentó un 5%, mientras que el de las empresas creció un 6,7%.

Entre las amenazas futuras, una de las más importantes es el proteccionismo, en particular en sectores intensivos en tecnología.

Suiza, Suecia y Estados Unidos encabezan el ranking global de innovación. En general existe un dominio de los países desarrollados. De los 15 primeros países del ranking, ocho son europeos.

Tendencias geográficas de la innovación

Sobre las tendencias de la innovación por zonas geográficas, se pueden resaltar algunos aspectos significativos:

China obtiene un papel destacado en el puesto 14 (ascendiendo del puesto 17 en 2018), situándose justo por delante de Japón. Es la primera economía emergente en el ranking.

Destaca la posición de los países asiáticos, en especial entre las economías emergentes. Después de China, el siguiente país emergente en el ranking es Malasia (en el puesto 35), seguido de Vietnam en el 42 y Tailandia en el 43. (Emiratos Árabes Unidos figura en el puesto 36 pero, dado su nivel de renta, es difícil considerarlo una economía emergente).

Otras economías asiáticas, desarrolladas, figuran así mismo en puestos destacados: Singapur (8), Corea del Sur (11), Hong Kong (13), Japón (15).

En total, entre los 15 primeros países del ranking, cinco son asiáticos.

África brilla en términos de su innovación en relación con su nivel de desarrollo. De los 18 achievers (países que obtienen un resultado destacado en relación con su nivel de desarrollo) identificados en el estudio, seis son de África Subsahariana (Kenia, Ruanda, Malawi, Mozambique, Burundi y Sudáfrica).

Como desgraciadamente es frecuente en los estudios de competitividad, América Latina tiene valoraciones bajas. El primer país latinoamericano en el ranking, como es habitual, es Chile, en el puesto 51, seguido de Costa Rica (55) y México (56). Llama la atención la baja valoración de Argentina, en el 7º puesto del ranking de países latinoamericanos (y 73 global).

Un aspecto interesante del estudio es que analiza el papel de los clusters (conglomerados de innovación) y establece el ranking de los 100 clusters más importantes del mundo. Estados Unidos sigue siendo el país que más clusters tiene (26) seguido de China (18). Se registra un fuerte ascenso de los clusters asiáticos, en especial de los chinos. Guanzhou sube 11 puestos respecto a 2018 y se sitúa en el puesto 21. Hangzhou también sube 11 puestos, hasta el 30.

Top 100 cluster rankings. Fuente: Global Innovation Index 2019

Un toque de atención para España

La valoración que recibe España no es buena. Se sitúa en el puesto 29 global, perdiendo además uno respecto a 2018. Se encuentra por detrás de Chipre, Malta y la República Checa.

En lo que se refiere a clusters, Madrid se coloca en el puesto 42, por delante de Barcelona en el 44. Ambas ciudades pierden puestos respecto a ediciones pasadas, además.

España puntúa bien en infraestructura y en “sofisticación de mercado” (en la que se incluyen sobre todo aspectos como apertura al comercio exterior, competencia, tamaño de mercado).

Puntúa mal en “instituciones”, como costes de despido o facilidad para empezar un negocio, así como en “sofisticación de los negocios”. Recibe aquí bajas valoraciones en aspectos como colaboración en investigación entre universidades y empresas, importaciones de alta tecnología, entradas de inversión extranjera directa.

En resumen, la innovación avanza en el mundo, eso sí, con ritmos muy dispares entre unas y otras zonas. España, nuevamente, es recordada de sus carencias, y de la necesidad de reforzar sus políticas. Para ello es necesario, en primer lugar, que la innovación sea considerada por los responsables políticos como una prioridad, una prioridad “de verdad”, más allá de la retórica y de las declaraciones fáciles (muy frecuentes, pero con escasa proyección práctica).

24/10/2019

elcano

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