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Opinión

Rafael Arraíz Lucca

En las líneas que siguen me propongo examinar el concepto de democracia en algunos libros de Sartori. Para ello voy a trabajar cronológicamente. Comenzaré por el texto ¿Qué es la democracia? (1987) y seguiré con Elementos de teoría política (1992), La democracia después del comunismo (1993), La sociedad multiétnica (2001) y La democracia en 30 lecciones (2008). Comencemos, pues, a revisar las ideas sobre el concepto de democracia del gran politólogo italiano a partir de finales de la década de los años 80 y hasta el final de su vida. Recordemos que la trayectoria vital del florentino fue dilatada (1924-2017), falleciendo a los 93 años en su ciudad natal. En este ensayo no revisaremos los primeros conceptos de democracia que trabajó Sartori a partir de 1957, que podría ser muy interesante también, pero en esta oportunidad nos centraremos en los conceptos de su madurez, cuando ya su maestría estaba fuera de toda sospecha.

La dicotomía Igualdad-Libertad no se le escapa de la mesa de disección. Es obvio de que se trata de un dilema central para la democracia y el pensamiento político de cualquier naturaleza.

En ¿Qué es la democracia? Sartori distingue entre una definición prescriptiva y otra descriptiva de democracia. Naturalmente, la prescriptiva es lo que debería ser la democracia, su deber ser, y la descriptiva es lo que es, su realidad. La distinción es fundamental ya que nuestro autor se decanta por la inclusión de ambos sesgos en la definición de democracia. Glosándolo, podemos señalar que sin el elemento prescriptivo no sabemos hacia dónde va la democracia, cuáles son sus objetivos; y si no describimos su situación, tampoco sabemos en dónde está en relación con su deber ser.

Luego, ya más adentrado en la selva, Sartori dedica muchas páginas al tema de la distinción entre el Liberalismo y la Democracia (tema que le fue cercano a otro gran politólogo italiano: Norberto Bobbio).

En su libro Elementos de teoría política podemos advertir que muchas de sus páginas son idénticas a las de ¿Qué es la democracia? y no es de extrañarnos, ya que el propio Sartori ha dicho que sus libros están modelados para la enseñanza, tarea a la que se dedicó durante muchos años, y trabajaba por módulos donde alcanzaba conclusiones, que una vez establecidas, se repetían, evidentemente.

No obstante lo dicho, en este libro hay una definición escueta y precisa, que a su vez es tomada de su estudio La teoría de la democracia. Afirma: “Democracia es el procedimiento y/o el mecanismo que a) genera una poliarquía abierta cuya competición en el mercado electoral; b) atribuye poder al pueblo, e c) impone específicamente la capacidad de respuesta (responsiveness) de los elegidos frente a los electores.” (Sartori, 1992:43). Recordemos que utiliza el término según Robert Dahl (1915-2014) en su célebre libro de 1971: Poliarquía. Es decir, “gobierno de muchos a la vez”, utilizado por Dahl para designar a las democracias occidentales. Conviene leerla sin las letras que Sartori le intercaló: “Democracia es el procedimiento y/o el mecanismo que genera una poliarquía abierta cuya competición en el mercado electoral atribuye poder al pueblo, e impone específicamente la capacidad de respuesta de los elegidos frente a los electores.” Es una definición muy clara, que sirve de punto de partida para las complejidades de la democracia, que son muchas.

Una de estas complejidades la trabaja en La democracia después del comunismo, colocando el dedo en una de las llagas. Afirma: “¿Cómo es que la democracia en bancarrota es tan frecuente -ha devastado toda América Latina- y cómo es que el ‘riesgo de déficit’ también afecta endémicamente a las democracias consolidadas? Las razones son numerosas. Pero la primera, la razón fundamental, es que hoy en día el Estado democrático carece estructuralmente de idoneidad para frenar el gasto.” (Sartori, 1993: 103). Unos pocos párrafos más adelante, Sartori halla al responsable de esta situación. Señala: “El dique que ha mantenido en equilibrio los presupuestos del Estado casi hasta la mitad de nuestro siglo ha sido la palabra ‘balance’ (¡el poder de las palabras!), se traduce en la idea de que un balance debía equilibrarse, debía mantenerse en equilibrio. Pero este dique se ha roto con Keynes. No es que Keynes recomiende sic et simpliciter el ‘desequilibrio’ del presupuesto. Pero los políticos son grandes simplificadores que adoptan lo que más les conviene. Y para ellos Keynes autoriza el endeudamiento y el gasto sin cobertura.” (Sartori, 1993: 105-106).

no son pocas las democracias parlamentarias europeas donde el control del gasto es preciso, y el parlamento le deja poca cuerda al poder ejecutivo para endeudarse a placer.

En verdad, lo que apunta Sartori tiene madera, ya que la democracia fuera del balance, del equilibrio, ha conducido muchas veces a unos endeudamientos considerables, que han comprometido severamente el funcionamiento de la sociedad en general, y a que buena parte de los ciudadanos culpen a la democracia de sus penurias económicas. No obstante: ¿Es una falencia de la democracia o de su ejercicio populista? Pareciera más lo segundo, ya que no son pocas las democracias parlamentarias europeas donde el control del gasto es preciso, y el parlamento le deja poca cuerda al poder ejecutivo para endeudarse a placer. Por otro lado, también cabe preguntarse: ¿Las dictaduras militares están al margen de este influjo keynesiano? Pues no, y bastante que sucumbieron a él; de modo que el asunto que apunta Sartori podría anidar más en el ejercicio del gobierno que en la naturaleza del sistema político. Sin embargo, el señalamiento no deja de ser importante.

el Pluralismo es un concepto democrático, con orígenes en la tolerancia democrática, mientras el multiculturalismo es de origen marxista, nacido “de neomarxistas ingleses…” (Sartori, 2001: 64)

La sociedad multiétnica es un libro luminoso donde Sartori distingue entre pluralismo y multiculturalismo, y precisa el origen de un concepto y de otro, así como sus diferencias. Estos conceptos, obviamente, son de gran importancia para la democracia actual. Sartori parte lanzas desde el principio: “Pluralismo y multiculturalismo son concepciones antitéticas que se niegan la una a la otra.” (Sartori, 2001: 8). Más adelante apunta el politólogo que el Pluralismo es un concepto democrático, con orígenes en la tolerancia democrática, mientras el multiculturalismo es de origen marxista, nacido “de neomarxistas ingleses, a su vez fuertemente influenciados por Foucault; y se afirma en los colleges, en las universidades, con la introducción de ‘estudios culturales’ cuyo enfoque se centra en la hegemonía y en la ‘dominación’ de una cultura sobre otras.” (Sartori, 2001: 64). No olvidemos que el libro parte del concepto de Sociedad Abierta establecido por Karl Popper en su clásico La sociedad abierta y sus enemigos. Y discutiendo con las ideas de Popper es que Sartori llega a formularse unas preguntas de dramática pertinencia, que de seguidas comentamos.

hemos visto cómo la izquierda pre-moderna ha accedido al poder por la vía democrática para luego ir minando sus principios fundamentales, como es el caso de la reelección indefinida en Venezuela, Bolivia y Ecuador.

Inquiere: “¿Hasta qué punto una tolerancia pluralista debe ceder no sólo ante ‘extranjeros culturales’ sino también a abiertos y agresivos ‘enemigos culturales’?” (Sartori, 2001: 53-54). Sobre este particular está pensando en el islamismo teocrático, que al llegar a las democracias occidentales, profesa unas creencias diametralmente opuestas a las de los países que los reciben. Y de seguidas se pregunta: ¿Puede aceptar el pluralismo, llegar a aceptar su propia quiebra, la ruptura de la comunidad pluralista?” (Sartori, 2001:54). De nuevo está pensando en Europa y el cortocircuito entre los receptores de inmigrantes, constructores de sociedades pluralistas, y los inmigrantes cuya maleta cultural niega el pluralismo. Se nos puede decir, es un tema europeo, pero cuidado porque de inmediato el propio Sartori refiere un asunto que sí toca el corazón de América Latina. Afirma: “Es una pregunta similar a la que en teoría de la democracia se formula así: ¿debe permitir una democracia su propia destrucción democrática? Es decir, ¿debe permitir que sus ciudadanos elijan a un dictador?” (Sartori, 2001: 54). Pues Sartori cree que no, cree que “el contraciudadano es inaceptable.” (Sartori, 2001: 55). Como vemos, toma partido en un punto sensible que está sobre la mesa diaria de europeos (por la vía de los inmigrantes que no quieren incorporarse a la sociedad que los recibe), y de latinoamericanos, que hemos visto cómo la izquierda pre-moderna ha accedido al poder por la vía democrática para luego ir minando sus principios fundamentales, como es el caso de la reelección indefinida en Venezuela, Bolivia y Ecuador. En este último, felizmente reparado el entuerto recientemente por la vía referendaria.

Sobre el tema del pluralismo y el multiculturalismo, siempre en el epicentro de la reflexión sartoriana en este libro, vuelve a apuntar: “La ciudadanía concedida a inmigrantes inintegrables no lleva a integración sino a desintegración.” (Sartori, 2001: 114). Celebramos la valentía con que el florentino aborda estos temas tan espinosos, que tienen tantas aristas, pero que les recuerdo fueron abordados en 2001, cuando la tragedia de los refugiados por la guerra de Siria en Europa no estaba sobre la mesa. Sartori estaba con el tema de los inmigrantes islámicos sobre el escritorio, no con el de los refugiados, que tiene otros matices.

El pluralismo se manifiesta como una sociedad abierta muy enriquecida por pertenencias múltiples, mientras que el multiculturalismo significa el desmembramiento de la comunidad pluralista en subgrupos de comunidades cerradas y homogéneas.” (Sartori, 2001:127)

Sartori procede como si estuviera cribando, decantando conceptos, y ya al final llega a distinciones sumamente diáfanas sobre las diferencias entre pluralismo y multiculturalismo, constructos muy caros para comprender la democracia de nuestros tiempos. Señala: “El pluralismo se manifiesta como una sociedad abierta muy enriquecida por pertenencias múltiples, mientras que el multiculturalismo significa el desmembramiento de la comunidad pluralista en subgrupos de comunidades cerradas y homogéneas.” (Sartori, 2001:127). En otras palabras, sin duda profanas, el multiculturalismo tiene en jaque a un valor esencial de la democracia: el pluralismo, ya que lejos de proceder como él, tolerando e integrando, no tiene interés en integrar y mucho menos en tolerar. No reúne, separa; no junta, rompe. El multiculturalismo es la negación del pluralismo, no su continuación, sostiene Sartori. Hasta aquí este tema central. Veamos ahora el último libro aludido al comienzo.

La democracia en 30 lecciones es fruto de un desafío que el profesor aceptó temeroso. Sartori fue invitado por la RAI (Radio Televisión Pública de Italia) a explicar en 4 minutos 30 temas. Por supuesto, todo esfuerzo de síntesis supone unos niveles de conocimientos y destrezas superiores, con los que contaba Sartori de sobra. El resultado es este libro, donde su autor aclara que en algunos casos el texto fue más allá de lo dicho en televisión, ya que él los trabajó después para su publicación. No obstante, el espíritu sintético está allí, con toda su gracia y luz.

nuestro autor ha distinguido entre la democracia directa que se practicó en las diminutas ciudades-estado griegas y la democracia de nuestro tiempo, forzosamente constreñida por la demografía, que la conduce a la representación

Primera aclaratoria de gran importancia: “Nuestras democracias son, en realidad, democracias liberales, y la democracia que practicamos es la democracia liberal. Que es una democracia representativa también en el sentido de que no es una democracia ‘inmediata’, sino, por el contrario, completamente entretejida de mediaciones.” (Sartori, 2008: 61). Antes, nuestro autor ha distinguido entre la democracia directa que se practicó en las diminutas ciudades-estado griegas y la democracia de nuestro tiempo, forzosamente constreñida por la demografía, que la conduce a la representación. Más adelante, Sartori especifica aún más qué es la democracia liberal: “la democracia liberal es en primer lugar demoprotección, la protección del pueblo contra la tiranía; y, sucesivamente, en segundo lugar, es demopoder, la atribución al pueblo de cuotas, incluso de cuotas crecientes, de ejercicio efectivo del poder.” (Sartori, 2008:110).

Luego, en la lección 22 se pregunta acerca de si es posible exportar la democracia, y responde que sí, pero no siempre. Dos ejemplos lo auxilian: India y Japón. En ambas naciones impera la democracia y no formaba parte de sus tradiciones políticas. En India la impusieron los ingleses y su régimen parlamentario, en Japón los norteamericanos, después de la Segunda Guerra Mundial. Páginas después trabaja el dueto entre economía de mercado y democracia, y afirma: “Está sobradamente demostrado que una democracia sin un sistema de mercado es poco vital. Pero lo contrario no es cierto. Una economía de mercado puede existir y florecer sin democracia, o con anterioridad a la democracia: véase Singapur, Taiwán, Corea del Sur y China.” (Sartori, 2008: 125).

“…¿La democracia está en peligro? Me temo que tengo que responder que, a largo plazo, sí.

En la última lección, la 30, se pregunta sobre el futuro de la democracia. Afirma: “¿La democracia está en peligro? Me temo que tengo que responder que, a largo plazo, sí. La democracia es una ‘gran generosidad’, porque para la gestión y la creación de la buena ciudad confía en sus ciudadanos. Pero los estudios sobre la opinión pública ponen en evidencia que esos ciudadanos lo son poco, dado que a menudo carecen de interés, que ni siquiera van a votar, que no están mínimamente informados. Por tanto, decir que la democracia es una gran generosidad subraya que la democracia siempre está potencialmente en peligro.” (Sartori, 2008: 143).

las propias fortalezas de la democracia son sus debilidades, de allí que hablé de la generosidad, que supone una reciprocidad que no siempre llega.

Al final de este sucinto repaso, arriesguemos unas pocas observaciones. La primera, cuando Sartori habla de democracia se refiere a la democracia liberal, no a la directa, que quedó en el ensayo griego, de ínfimas dimensiones. De modo que el énfasis está en la ruta de la representación, con todas sus dificultades. La segunda, para nuestro autor el multiculturalismo es una amenaza severa de uno de los principios axiales de la democracia: el pluralismo. La tercera, las propias fortalezas de la democracia son sus debilidades, de allí que hablé de la generosidad, que supone una reciprocidad que no siempre llega. De allí que no exagera quien afirme que la democracia es fuerte y débil a la vez, y que no es fácil fortalecerla sin debilitarla, también. La última, la democracia acompañada de la economía de mercado se robustece y se consolida, pero la economía de mercado no depende de la democracia para vivir, puede prosperar en regímenes autoritarios. Sobran ejemplos.

Hasta aquí estás líneas de revisión de una parte de la obra del gran politólogo italiano. Volveremos siempre sobre las páginas de este maestro contemporáneo.

Bibliografía

SARTORI, Giovanni (1987). ¿Qué es la democracia? México, EditorialTaurus.

————- (1992). Elementos de teoría política. Madrid, Alianza Universidad Textos.

———— (1993). La democracia después del comunismo. Madrid, Alianza Editorial.

———— (2001). La sociedad multiétnica. Pluralismo, multiculturalismo y extranjeros. España, Editorial Taurus.

Febrero 26, 2018

Proyecto Base

http://proyectobase.org/giovanni-sartori-y-el-concepto-de-democracia/

 11 min


El evento del 16 de julio del año 2017 fue sin duda un gran acontecimiento que demostró el vigor y la capacidad de la sociedad civil opositora y los partidos políticos en ese momento. Se dice fácil, pero recoger casi ocho millones de firmas en Venezuela y el exterior, no es ninguna trivialidad. Hoy no tenemos la capacidad de convocatoria para semejante hazaña.

Ese plebiscito fue además, en ese momento, una forma de concluir con una demostración de unidad y fuerza a una situación a la que ya no se le veía salida, que eran las manifestaciones de calle que se venían sucediendo casi diariamente desde hacía varios meses y que arrojaron una secuela de más de 160 muertos, a manos de los esbirros de la dictadura, todas impunes al día de hoy.

Lo ocurrido el 16J fue una forma de decirle a la dictadura –y a muchos en la oposición de hoy en día– que no somos soldados, dispuestos a batirnos en las calles con palos y piedras contra los fusiles, tanquetas y demás armas de fuego de la dictadura, que somos ciudadanos, que queremos expresarnos con medios ciudadanos, con eventos como ese, en los que podamos participar masivamente.

La importancia y la significación del 16J nadie la pone en duda, lo lamentable es que no se haya podido dar continuidad a lo ocurrido, que hubiera sido, por ejemplo, un triunfo de la oposición en las elecciones de gobernadores que se realizaron tres meses después. La frustración y el desánimo, las trampas y abusos del régimen y de manera muy importante la abstención estimulada por el gobierno y promovida erróneamente por parte de la oposición, frustraron esa posibilidad, hiriendo de muerte la continuidad del 16J y su poder de expresar la fuerza mayoritaria de la oposición democrática y fracturando la unidad que aún no hemos logrado restituir.

Pero más lamentable sería que ahora ese acontecimiento se convierta en una “efeméride” con la cual se celebre anualmente una especie de hazaña, como si se tratara de uno de esos campeonatos mundiales de béisbol que se ganaban hace 40 ó 45 años y que no han sido re-editables en el transcurrir del tiempo.

Una parte del problema que tuvo ese acontecimiento, por lo cual no pudo tener continuidad, es que parece que no estaba muy claro cuáles eran los objetivos que se perseguían, qué era lo que se buscaba, porque para unos significa una cosa mientras que para otros significa otra. De allí que el peligro, ahora, es que lo ocurrido el 16J se convierta en un evento ideologizado, que sea cargado de un contenido político que no tenía o que era diferente al que se le atribuyó en el momento y se utilice como tema de división y confrontación dentro de los diferentes grupos de oposición.

Muchos atribuyen a ese evento un significado que para mí no tenía, especialmente en la interpretación de la tercera pregunta; que para algunos se resume en darle o reclamarle un mandato a la Asamblea Nacional −que fue quien convocó el evento del 16J, con carácter de plebiscito− para el cual no tiene ni las facultades jurídicas ni la capacidad o fuerza para llevarlo adelante, que es designar al presidente de la República.

Ya en otra oportunidad me referí al tema de la forma en que ahora resumo (https://ismaelperezvigil.wordpress.com/2017/09/30/el-mandato-del-16j/):

Quienes firmamos el 16J expresamos con la tercera pregunta que queríamos −y queremos− “la renovación de los poderes públicos de acuerdo a lo establecido en la Constitución”, es decir, en “elecciones libres y transparentes”, con las cuales se conforme “un Gobierno de Unidad Nacional para restituir el orden constitucional”. No había en la tercera pregunta un lapso para hacerlo, una fecha de ejecución, que además era absurdo definirla bajo una dictadura que hemos visto dispuesta a mentir, reprimir y matar por mantener el poder. Pero sí había en la pregunta un “modo”: renovando poderes, de acuerdo a la Constitución, mediante elecciones; y una finalidad, un “mandato”, para usar la palabra que les gusta a algunos: conformando un gobierno de unidad nacional. Es decir, por decisión de la mayoría y que se incluya a todos en ese proceso.

Para mí no ha cambiado el propósito y la interpretación de esa pregunta, para otros sí y pretenden convertir ese supuesto “mandato” en un arma para pasarle una factura política a la Asamblea Nacional, a la defenestrada MUD o a los rivales políticos, ideologizando y manipulando así el significado cívico y ciudadano de la mayoría, expresada el 16J.

@Ismael_Perez

 3 min


Arichuna Silva Romero

«Con miras a lograr que los hombres y mujeres de la Fuerza Aérea de hoy, sean un grupo unido, coherente, eficiente y, además, identificado y comprometido con una Visión y Misión compartidas de la Aviación Militar, hay que optimizar la interrelación de los siguientes tres elementos: la educación en valores colectivos e individuales; los conocimientos individuales para el mejoramiento personal del individuo, buscando educar para la participación y no para la sumisión o la aceptación;y el entrenamiento, enfocado en el trabajo en equipo […]

Sin entrenamiento profundo y de alto nivel, hasta lograr la perfección del trabajo en equipo, ninguna organización es capaz de realizar medianamente ninguna Misión, que permita alcanzar una lejana Visión. Sólo la unión armonizada de esta trilogía, producirá los resultados esperados…»

Maximiliano Hernández Vásquez

La Travesía de los Valores en la FAV (1999).

I

Nuevamente el General de División (Av.) retirado Maximiliano Hernández Vásquez, ex Comandante General de la Aviación (mi superior y amigo) nos invita a un vuelo magistral a través de sus reflexiones hechas en su libro más reciente titulado: Búsqueda del verdadero horizonte militar. En hora buena recibimos sus ideas hecha letras, la cual ha realizado con una narrativa clara y sencilla pero con un profundo mensaje, en momentos de decaimiento estructural e institucional que vive nuestro apreciado país, y sobre todo, de quiebre de la ética y los valores morales; visto hoy, en el ciudadano militar y en el seno de la Fuerza Armada Nacional. El bastión de la sociedad, cuyo deber excelso –por moral y ley–, es y será siempre, el de servir como garante de la seguridad y defensa de la Nación (y eso no es cualquier tarea).

Hablar de este insigne oficial general y su legado, es hacerlo dentro del marco de dos acepciones que han sido sus virtudes a lo largo de su vida personal y profesional, ellas son: integridad y honorabilidad. Paradigma sencillo y humilde, de muchos gregarios que han tenido la dicha de conocerlo y haber compartido con él, un sin número de misiones de vuelo en el ámbito organizacional, académico y operacional, que se dieron en la Fuerza Aérea Venezolana (FAV). Y es que él, no se ha desviado nunca del rumbo de los valores: «…la escuela de los ciudadanos morales», como se le puede leer en el libro, que describe la cita introductoria de este escrito.

Dicho este suscito preámbulo, pasemos al aula o a la cabina delantera del avión, para recibir del general Maximiliano, una selección de sus enseñanzas que ha tenido a bien trasmitirnos:

II

Sólo cuatro capítulos conforman su nuevo libro: Búsqueda del verdadero horizonte militar, en el cual presenta un número relevante de relatos sobre algunas vivencias tenidas en el seno de las «Fuerzas Armadas Nacionales». El autor inicia el rodaje por la pista, introduciendo dos interrogativos por qué; que le hicieron en una oportunidad, unos oficiales superiores a los que les dio instrucción durante un curso de Estado Mayor. El primero de ellos, refiere al por qué (el general) existe la impunidad frente a los casos de corrupción y, el segundo, por qué (el específico) su persona, nunca fue señalado de algún acto oprobioso. De allí partieron, parte de sus reflexiones centradas en el tema de los valores, la cual se infiere –desde una óptica moral y ética–, las desarrolló apoyándose de los propios hechos y experiencias, del que fue protagonista.

Decimos esto, porque siendo la temática concerniente a la ética y la moral, algo complejo, difícil de analizar y explicar, ya que se trata del hombre mismo y su lucha sostenida desde tiempos inmemoriales por identificar el bien y el mal; el citado señor general, no nos alecciona una clase en profundidad filosófica sobre ese tema. Más bien, ante aquellas preguntas que le abordaron, respondió con una sencillezy precisión, de esta manera: «no resistí ninguna tentación pues en mi mente como oficial, como ciudadano, como individuo, lo que ha estado presente es que cualquier dinero procedente de una comisión, de un negociado que respondiera a mi interés personal, indubitablemente tal dinero, para mí, siempre sería ajeno. En fin de cuentas, dinero público. Y yo, no fui ni soy ladrón para desear lo ajeno»

Y es en esa reflexión, donde reside la clave de todo su escrito: el de ser un hombre probo, digno, justo, imparcial y mesurado en lo personal, en las palabras y en las acciones. Es decir, la rectitud en la conducta y la inclinación natural de hacer el bien. Imperativos, que debieran ser el norte de todo ciudadano común y, más, si está investido como: Presidente de la República, Embajador, Ministro, Comandante, Rector universitario, Director médico, Empresario, Administrador o Jefe de compras.

Es por ello, que se destaca en el seno de la FAV, sus huellas dejadas. Marcadas por el liderazgo que le imprimió, por su rol como Comandante al frente de la organización y por su gestión administrativa dejada con balance positivo. Y es que debemos rememorar, el indicador más visible de su acción de comando: el proceso transparente y público que llevó a adquirir los aviones de combate F-16. Una compra que proyectó y consolidó en el tiempo, la modernidad de un sistema de arma, unos talentos humanos ético y con mística y una plataforma logística modelo, al servicio de la seguridad y defensa de nuestro país.

III

Un correcto proceder, que no cabe dudas, empezó a temprana edad en el seno de su hogar en la ciudad de Cumaná. Por eso, vemos al comienzo de su narración que, habiendo cumplido con la ley vigente del Servicio Militar Obligatorio (inscripción) y, haber quedado exceptuado porque era un estudiante de bachillerato por allá en 1948; se topó –luego de recibir un telegrama del Ministerio de la Defensa, que le participaba que debía cumplir con el servicio militar–, con el mal ejemplo y el abuso de autoridad de los castrenses que conducían aquel proceso.

En el lugar donde se presentó, obedeciendo la norma vigente, le intentaron «rasparle el coco» y obligarlo a pasar a las filas con los demás muchachos reclutados. Viéndose, ante esa delicada situación según la cual, los militares no respetaban la ley y menos, el de los Derechos Humanos (valores afectados en un joven), tomó la decisión de evadirse de las instalaciones donde se encontraba. Aquel lugar fue el Cuartel Urdaneta, ubicado en Catia, «de cuyo interior –como recuerda el autor, logré salir convencido de que no me correspondía estar allí como recluta»

Más adelante, en otro episodio de su vida (1949), cuando ya estaba enrolado en las filas de la Escuela de Aviación Militar, el templo de virtudes donde decidió por voluntad y convicción, estudiar la carrera militar del arma de aviación; vivió como cadete «nuevo» (sus primeros seis meses de vida militar), otra mala experiencia en torno a la violación de «Derechos Humanos» ejercido por una autoridad. En aquella oportunidad y ante el hecho que junto a sus compañeros de promoción no realizaban bien cierta ejecución de orden cerrado («quedar a discreción»), fueron sancionados con cinco horas de trote. Sucediéndose en las primeras dos horas, que un cadete al parecer: «mentó la madre» producto de aquel exagerado atropello.

Esto llevó al oficial del Ejército que los comandaba, a preguntar: «… quién había sido el autor»; lo cual por supuesto, no salió nadie responsabilizándose. Luego por la noche, el mismo oficial les ordenó uniformarse de deporte (short y franela) y procedió a ordenarle a un sub oficial enfermero, entregarle un frasco contentivo de una «fricción analgésica» a cada cadete, para que se lo untaran en los genitales. Acto seguido, continuó imponiendo su abusiva autoridad mediante el castigo físico; con el trote ordenado a los cadetes, que tuvieron que soportar una «tortura con solución irritante…» como bien lo describió en el segundo relato del libro.

IV

Llama la atención, en otro aparte, el punto crítico que hace al sistema educativo militar y al ambiente profesional del militar aviador (de una u otra época). En el cual, y según su tesis, ha venido enfatizando más en los conocimientos de la Ciencia Social por encima de los conocimientos y el entrenamiento referente a la Ciencia Militar.Y aquí hay que hacer un inciso: no es que la Ciencia Social no pueda estar integrada y sea complemento de la Ciencia Militar; porque al fin al cabo,el militar es un ciudadano inserto en una sociedad con instituciones y leyes, donde opera una historia, una economía, una política, una sociología, una demografía y una geografía. Las cuales son apoyadas, por eso que llaman tecnologías sociales; cuyos ejemplos palpables son la administración, la contabilidad, el derecho, la pedagogía entre otras.

En tal sentido, el problema –pensamos–, ha sido la tergiversación y el mal manejo de esas disciplinas científicas y técnicas (como medios) por ciertos profesionales en el ámbito militar, para ponerlos al servicio de particulares fines o, por esta época, de sostenimiento del poder político. Especies de status quo, alimentados y sostenidos por medios de los flagelos permanentes de la corrupción, el tráfico de influencia y el cercenamiento de la dignidad del individuo.

Descuidándose en consecuencia, lo que nos enseña y alerta este acucioso oficial general: la doctrina militar. En otras palabras, la afectación de la educación en valores, del conocimiento individual y el entrenamiento (apresto operacional) del militar FAV (el verdadero horizonte militar que se debe buscar); debido a la merma que han sufrido las horas de instrucción en esas áreas preponderantes.Y aquí, vale recordar el quinto factor que se debe estudiar en la conducción del fenómeno de la guerra, como bien lo dijo Sun Tzu entre los siglos VI y V a. C: «Por doctrina entiendo la organización, el control, la promoción de los oficiales al rango conveniente, la vigilancia de las vías de aprovisionamiento y el cuidado de suministrar las necesidades esenciales del ejército».

V

Para muestra un botón, de lo descrito arriba, se tiene la experiencia de aterrizaje nocturno que tuvo satisfactoriamente el general Maximiliano cuando era alumno piloto, sin poseer el entrenamiento correspondiente y sin contar con luces en la pista (sistema de balizaje). Cuestión como contó, sucedió en 1950 cuando cumplía con una instrucción de navegación que había decolado de Maracay con rumbo hacia Santo Domingo, en el Estado Táchira. Un riesgo operacional a la vuelta, en el que se vieron conjugados varios aspectos de falla de la doctrina (si es que existía tal doctrina): el primero de ellos, el retardo logístico que se produjo, por abastecer de combustible a nueve (09) aviones AT-6 (falla de planificación) en el aeropuerto de Santo Domingo, pasado el mediodía. El segundo, la orden que dio el líder de la misión de despegar caída la tarde, luego de desatender la sugerencia que le hicieron los dos instructores gregarios, de pernoctar en el sitio (falla de liderazgo).

Tercero, ante las posibles limitaciones de las capacidades y experiencia en vuelo –tanto de instructores como de alumnos–: no haber evaluado tal situación, previa al retorno hacia Maracay (falla en la aplicación del conocimiento y entrenamiento que se tenía).

Y finalmente, haberse tropezado con la nube de la incertidumbre que siempre está presente en las operaciones militares. La cual hizo, que líder y gregarios, tuvieran que improvisar un patrón de aterrizaje sobre dos pistas: en la Base de Boca de Río y Escuela de Aviación –que en palabras del general–, no «contaban con balizaje en la pista y demás facilidades para la orientación instrumental y aterrizajes nocturnos…», y a las que le tuvieron que colocar «…una luz roja en la cabecera de la pista…», para que pudieran aterrizar.

Un relato que el ciudadano general Maximiliano Hernández concluyó con una especie de llamado de atención, por la vigencia del mensaje moral y ético que pudiera estar implícito; y que puede ser trasladado a uno u otro contexto bien sea organizacional, institucional o de país. Veamos su lección como fue expresada: «Vuelve a manifestarse el problema entre los conocimientos y su aplicación, en momentos en que la situación los requiere porque, sin necesidad, en ese evento, estuvo en juego la vida de un personal subalterno, posibles víctimas en tierra, destrucción de viviendas y pérdida del material volante».

MSc. Arichuna Silva Romero.

@asiromantis

 9 min


Lester L. López O.

Uno de los parámetros para medir la condición de pobreza en términos de ingreso es la que establece tener un ingreso menor a US$ 1,25 por día, es decir 37,50 al mes o 456,25 al año. Al comparar estos valores con el salario básico mensual de Venezuela, aun con cesta ticket y otros “bonos” compensatorios que pueden aumentar el ingreso de un pensionado del seguro social en 8.000.000,00 de BsF, pero de otros empleados de la administración pública con más de 20 años de antigüedad a los 12 millones, al convertirlo en el dólar “libre” de referencia se obtendría un ingreso de 3,50 dólares mensuales o 42,00 al año, debemos de preguntarnos a qué tipo de pobreza nos ha conducido la revolución socialista del siglo XXI.

Por esta razón es que comenzamos a observar que en las últimas semanas diferentes gremios de trabajadores, empleados y profesionales en general, manifiestan su inconformidad en las calles con protestas pacíficas para exigir al gobierno salarios dignos que les permita solventar, aunque sea precariamente sus necesidades primarias. Lamentablemente, y aunque resulte desagradable decirlo, esas protestas legítimas y que seguramente se incrementaran en los próximos días, tienen muy poca eficacia política por dos razones obvias: la primera es que al gobierno no les interesa ni importa, porque es el guión cubano de someter a la sociedad a la dependencia económica del régimen; y la segunda, más objetiva, porque simplemente no tiene la capacidad financiera para resolver el problema. El único plan factible del régimen es tal como lo afirmo Churchill en su definición del socialismo “…el reparto equitativo de la miseria.”

Esta dura realidad política debe motivar a la dirigencia opositora, incluyendo a los de la sociedad civil organizada, a plantearse alternativas que puedan emplearse eficazmente para lograr el cambio de gobierno y del modelo político económico actual. Alternativas que conduzcan al establecimiento de un gobierno de transición en el mediano plazo y la redacción de una nueva Constitución que nos facilite ingresar en el siglo XXI con posibilidades de éxitos.

El procedimiento está contemplado en la actual constitución bolivariana: la Asamblea Nacional o la sociedad civil por iniciativa propia, o ambas simultáneamente, convocan a un referendo consultivo al poder originario, que no es otro que nosotros, los ciudadanos de este país, para que decidamos si deseamos elegir una nueva Asamblea Constituyente para que la misma designe un gobierno de transición democrática de dos años y redacte una nueva Constitución en ese periodo.

Esta iniciativa tiene más poder de movilización de los ciudadanos que las actuales protestas por salarios dignos, porque ofrecen la posibilidad del cambio político en el corto plazo y el inicio de la recuperación económica en el mediano plazo. ¿Qué el régimen se va a oponer? ¿Quién lo duda? Pero es la única ruta de lucha política eficaz que nos queda, lo demás es continuar con el pastoreo de nubes y esperar nuestra equitativa ración de miseria.

@lesterllopezo

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Isaías A. Márquez Díaz

En la población de Macuro, ciudad del municipio Valdez del estado Sucre se halla un tetraedro metálico, que aparte de algunas reseñas históricas, nos indica el punto de partida de rutas hacia África, Europa y otros lugares de América, en virtud de la situación geográfica de Venezuela, que comporta planes geoestratégicos , así como su relevancia económica.

El golfo de Paria ubicado al norte de la América del Sur, extremo oriental venezolano, ocupa una superficie de unos 7.800 km cuadrados, y constituyó durante la Segunda Guerra Mundial una de las áreas vitales para los aliados, así como un objetivo estratégico para el Eje. Por sus aguas incursionaron submarinos alemanes y ocurrieron incidentes armados donde participaron nuestras FFAAN por la posesión de isla de Patos a manos del ejército estadounidense. Asimismo, durante la II Guerra Mundial funge como una de las bases navales más importantes de las US NAVY, aparte de uno de los mayores centros de convoyes. Fue área de entrenamiento de importancia considerable, a objeto de establecer el marco defensivo del Caribe mediante acuerdos EEUU/UK, a fin de que la Armada norteamericana dispusiese de facilidades para las bases ubicadas en las Antillas, en aguas del Caribe y del Atlántico occidental.

Geopolíticamente, ostentamos unas características muy específicas y singulares por hallarnos al norte del continente sudamericano, limitando con muchas naciones de importancia, tales como: Guyana, Brasil, Colombia y algo muy importante, hacia el morte, con el océano Atlántico, franja que nos permite disponer y/o disfrutar de su fachada atlántica, que supera las 350 mn del Derecho del Mar, espacio que proyecta a Venezuela hacia otras coordenadas: países caribeños, EEUU, Europa África y Asia.

Zona vulnerable, en virtud de sus riquezas naturales – yacimientos petrolíferos codiciables-, posición que nos ubica con un peso económico muy superior ante otras zonas de la región, frente al Atlántico como factor de rutas productivas, razón por la cual, entre otras, se hace impostergable el decreto-ley aobre la Plataforma Continental del Delta Amacuro y, en consecuencia, de la nación venezolana, en ejercicio pleno de su soberanía y salvaguarda de nuestros intereses vitales, según lo establece la Constitución.

isaimar@gmail.com

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Héctor Antolínez

De las voces críticas al desempeño actual de la oposición venezolana destaca Paulina Gamus, una mujer que con décadas en la política venezolana y en el partido Acción Democrática (AD), tiene la visión para analizar la crisis política que atraviesa el país y principalmente la oposición. Ella resume todo el problema en un solo tema: el ego de los dirigentes.

En una entrevista con Crónica Uno, aseguró que este particular (el ego) es la causa entre los principales actores de la oposición por la que no se ha logrado un cambio concreto de gobierno en el país. “Pareciera que no quieren sacar a Maduro”.

Señaló por nombres a diversos dirigentes como los obstáculos para concertar una plataforma unitaria y de ellos destaca a uno: Henry Ramos Allup, el secretario general de AD, el partido en el que ella militó por varios años y por el que llegó a ocupar diversos cargos de elección popular, como el responsable de haberle dado a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) el golpe de gracia para acabar con la alianza opositora.

¿Cómo interpreta usted la salida de AD de la MUD?

—Creo que es una especie de tiro de gracia a la MUD que ya estaba bastante malherida porque se han ido apartando liderazgos importantes. Se fue Leopoldo López, se fue Maria Corina (Machado), se fue (Antonio) Ledezma, y bueno ahora Henry Ramos acaba de darle lo que se llama “la puntilla”.

Lamento muchísimo que eso ocurra. Es muy difícil que la MUD recupere la confianza o el respeto de la gente, sobre todo la confianza de la masa opositora. Creo que hay que buscar no otra plataforma, lo he dicho muchas veces, no creo que es una plataforma distinta a la MUD, lo que creo que hay que buscar es que los liderazgos que están cada uno por su lado, dispersos, creyendo que cada uno es el providencial, el predestinado para salvar a Venezuela, se unan y se pongan de acuerdo en puntos básicos, cuatro o cinco puntos en economía, salud, presos políticos, para sacar a Venezuela de la crisis. Ninguno por sí solo lo va a poder hacer. Ni Machado, ni Capriles, ni Ledezma, ninguno de ellos, solos, va a poder lograr lo que se espera, que es una salida a la crisis democrática.

¿Usted cree de verdad que se pueda conseguir ese trabajo conjunto entre ellos?

—Yo no sé si se pueda o no conseguir, pero yo creo que todas estas personas deben pensar primero en Venezuela y luego en ellos. Lo que creo es que hay un grupo de egos. Cada uno es un ego: cada uno cree que es el predestinado a resolver esto y que por eso no quieren colaborar. Pareciera que no quisieran que Maduro saliera del poder y que el Gobierno se fuera, porque definitivamente ellos solos no podrán hacerlo nunca, eso tiene que ser una cuestión unitaria.

No es una cuestión de partidos. La MUD fracasó, entre otras cosas, porque eran 17 o 18 organizaciones políticas, una más importante que la otra pero todas tratando de agarrar su pedacito de la torta y todas luchando por su propio interés, lo cual en política es normal, pero ante la crisis profunda que vive Venezuela ya no es posible seguir luchando por pedacitos de la torta. Hay que ponerse de acuerdo sobre el gran conjunto de los problemas que tenemos.

Es decir que para usted los partidos se interesan más en sus cuotas de poder que en resolver la crisis…

—Los partidos no, yo no hablo de los partidos porque los partidos son un conjunto de personas, son los dirigentes y la militancia. Yo no puedo hablar de la militancia porque muchas veces la militancia no quiere lo mismo que la dirigencia.

¿Los dirigentes entonces?

—A cada uno de ellos los sigue gente, María Corina tiene seguidores, Henrique Capriles igual, Henry Ramos Allup los tiene con Acción Democrática. Yo me imagino que si con los seguidores de todas estas figuras los ven sentados a todos en una mesa poniéndose de acuerdo en algunas cosas básicas, se recuperará la confianza en la posición.

Me dijo lo que a su juicio significó la salida de AD para la MUD, pero ¿Qué significa para AD?

—Bueno, yo no sé qué signifique para AD porque tengo 20 años militando sin estar activa en AD, no voy a las reuniones, no me convocan y no pertenezco a ninguna de las instancias del partido.

Yo creo que AD, el grave problema que tiene desde hace 20 años es que tiene una dirección unipersonal. Ahí no hay elecciones internas, no hay consulta a las bases del partido, ni siquiera se reúne el Comité Ejecutivo Nacional. Las decisiones las toma el secretario general que es Henry Ramos, supongo que con algunos otros dirigentes del partido, pero definitivamente son unipersonales. El partido, como partido, no creo que funcione de manera democrática.

¿Cree usted que entonces la decisión de salir de la MUD fue de Henry Ramos solamente?

—Fue de Henry Ramos, yo no creo que él haya consultado a nadie para hacer eso. Es decir, yo entiendo que para cada cosa, para cada paso, nadie puede consultar a toda la base del partido para cada decisión, pero se supone que se debe tomar una decisión así en el Comité Ejecutivo Nacional, que es la máxima instancia del partido y de la dirección del partido, y me consta que no lo hizo así.

¿Cómo le consta?

—Conozco miembros de la dirección nacional que sé que no los convocan a ninguna reunión.

Entonces, para usted ¿cómo ha sido el manejo de Henry Ramos de AD?

—Ya te lo dije, ha sido unipersonal y autoritario. ¿Qué es lo que se le criticaba a Chávez y que se le critica hoy a Maduro? Que son inamovibles, que no se quieren ir nunca. Quieren permanecer eternamente ahí, bueno lo mismo pasa en AD, una dirección nacional que no se ha renovado en 20 años. Además Henry Ramos tiene 20 años como presidente y luego secretario general, más unos 30 años anteriores como secretario ejecutivo, osea que tiene 50 años formando parte de la dirección nacional y tomando decisiones. Bueno, creo que 50 años de militancia es suficiente para una jubilación.

¿Y entonces dónde está la figura de relevo dentro de AD?

Falta porque él le ha cortado la cabeza a todos los que han pretendido sustituirlo, han surgido verdaderamente personas que yo creo que habrían hecho un magnífico papel y están descabezados. No voy a nombrar a nadie porque no quiero cometer el error de omitir a algunos, pero sí conozco personas que han tenido que salirse incluso de AD porque el solo hecho de destacarse o de brillar un poco con luz propia significa que los descabezan.

Entonces con AD por un lado, Primero Justicia y Voluntad Popular por otro, y María Corina por otro, ¿Cree usted que de verdad es posible una transición democrática en este país?

—Si se hace lo que te dije, yo creo que sí. Yo siempre he creído que no hay otra salida que no sea negociada, pero para una salida negociada lo primero que hay que negociar es que sea una salida democrática y que haya unas elecciones transparentes, para eso deben cambiar el CNE, debe haber garantías nacionales e internacionales de que esas elecciones van a ser transparentes.

Ahora bien, vamos a suponer que el Gobierno decida sentarse y decir que va a negociar una salida democrática con la oposición ¿Con quién negocia? Cada uno está por su lado y no hay liderazgo visible. Si se unen y forman un liderazgo preciso y se ponen de acuerdo en eso, en luchar por unas elecciones transparentes, creo que sí habría un interlocutor válido.

¿Le hace falta entonces a la oposición un líder único?

—No. Además nadie va a querer que el otro sea el líder. Puede haber un vocero. Vamos a suponer que se reúnen 6 y vamos a suponer que para que uno no hable sobre los otros, puede haber un vocero extra, una persona que no esté ligado a ninguno y que no tenga una aspiración presidencial.

El problema es que el que esté aspirando a ser presidente de la República, cualquiera de ellos, sin una base firme, sin una coalición, sin una coalición inclusive con gente del chavismo que seguramente debe haber algunos valiosos, pensantes y que no estén contaminados; si no se hace eso, el que llegue a la presidencia dura un mes, porque las medidas que tiene que tomar son tan duras que la gente va a añorar el desastre que estamos viviendo ahorita.

La salida debe ser concertada y si hay un gobierno de transición debe ser también un gobierno de concertación.

¿Cree que para el Gobierno es necesario que exista una oposición reconocida en la vida política venezolana?

—No. El mayor éxito del Gobierno ha sido dividir a la oposición.

¿Y esto no le trae problemas de legitimidad?

—Quizás, pero no ha sido solo la oposición, Julio Borges, Antonio Ledezma y los que han estado viajando por el mundo y mostrando lo que pasa en Venezuela, han ayudado a que exista la convicción de que esta es una dictadura y que es un gobierno que está matando de hambre al pueblo y con enfermedades por la falta de atención a la salud. Pero lo que se necesita es un liderazgo visible.

Creo que una de las cosas que lamentan los diferentes organismos internacionales que están pendientes de la situación de Venezuela es precisamente que la oposición esté como dormida y que no haya un liderazgo unificado.

¿Cree que este sea un Gobierno al que se le puede seguir enfrentando por la vía electoral?

—Creo que un éxito indudable de la MUD fueron las elecciones parlamentarias del 2015, que después la MUD no haya podido trascender a otra cosa y se haya quedado en una plataforma electoral solamente y que el Gobierno haya aprendido de esa derrota para crear condiciones que le impidan a la oposición volver a ganar una elección es otra cosa.

Por eso yo creo que la abstención a las elecciones presidenciales y a las que ahora se anuncian para diciembre es legítima porque se tiene que ser coherente. Si la mesa de negociación fracasó en República Dominicana y en el documento de la oposición se decía que uno de los motivos era porque no habian condiciones para unas elecciones democráticas y transparentes ¿Cómo se va a ir a votar? Eso no ha cambiado, yo creo que la salida puede ser electoral solo si hay un cambio de las normas, del organismo y de las condiciones electorales.

¿Quién necesita más conseguir un acuerdo? ¿La oposición o el Gobierno?

—La oposición. El Gobierno va a llegar un momento en que lo va a necesitar porque está muy cercado, sobre todo económicamente, pero hasta ahora no ha dado señales de que quiera hacerlo, niegan que haya hambre, niegan que haya problemas de salud. Niegan todo, el único que ha tenido el cinismo de reconocer que hay una crisis que no puede resolver es Motta Domínguez que le dijo al Zulia ‘aguántense’ porque no se puede resolver el problema de la luz.

En su momento dirán que sí, que tienen que salir de una forma negociada, una forma negociada que signifique que ellos no van a ir presos. Hay un tipo de oposición: los vengadores, que son la mayoría, los que quieren venganza, los del “vamos a vengarnos esos no se pueden ir con todo lo que nos han hecho”, yo también creo que no se deberían ir con todo lo que han hecho, pero tú tienes que, por otro lado, como lo prioritario es salvar a Venezuela y no poner preso a tal o cual chavista o corrupto, vamos a salvar a Venezuela y después vendrá la justicia. Es importante distinguir entre justicia y venganza.

¿Qué debe entonces hacer la dirigencia opositora?

—Los dirigentes deben reunirse y ponerse de acuerdo. Dejar a un lado sus egos y egoísmos, sus visiones privadas de lo que es la política y ponerse de acuerdo en puntos básicos.

La oposición está desanimada, desilusionada, desesperanzada porque no ve que haya una salida aquí. ¿Quién convoca aquí una marcha que le hagan caso? El otro día Andrés Velásquez, al que yo le tengo mucho aprecio, convocó una marcha y no le fue nadie. El Frente Amplio llama a una marcha y no va nadie. Es decir, ya la gente se cansó de esas cosas, no hay liderazgos que tengan poder de convocatoria.

Si toda la oposición ve a todos sus líderes reunidos y no empiezan con el tema de que “el único que sirve es tal” o “el único que sirve es el otro”, si no están con esa soquetada, habrá una oportunidad.

@hectorantolinez

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Con voz propia

Censura, intimidación, restricciones administrativas, hostigamiento, agresión, son factores contra medios y comunicadores del autoritario régimen castrense. No olvidar que cuando intentaron tomar el Poder por vía golpista asesinaron a 3 en ejercicio de la profesión. Y esto que el liderazgo de esta devenida en neo dictadura debe su proyección a la prensa. Entre sus funestos records está la vulneración del “primero y más estimable bien del hombre en sociedad”, tal define Simón Bolívar al sagrado derecho humano de libertad de expresión, consagrado en la segunda Carta Magna, por él ideada en el Congreso de Angostura de 1819.

Según reporte de Marcos Ruiz, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (Sntp) que -dicho sea de paso- tuve el honor de dirigir en dos períodos, “es alarmante el número de periodistas que se ha ido del país” al menos 20 promociones de comunicadores (personalizada en 177 colegas) se han visto forzadas a emigrar, por acoso ante condiciones hostiles”.

Conmovedora crisis humanitaria es profundizada por Nicolás Maduro. Ha producido 66 detenciones, 113 agresiones y violaciones a la libre expresión. De la parrilla de programación de las operadoras de cable ordenó el régimen sacar a la cadena CNN y Caracol TV y RCN de Colombia.

Afectados por bloqueo ante la falta de papel que monopoliza el régimen y de otros insumos, figuran 90 medios impresos, comenzando por el decano de la prensa nacional: el diario El Impulso, de Barquisimeto; el decano del centro: El Carabobeño y el de Oriente, Antorcha, de El Tigre, Anzoátegui, definitivamente clausurado. En la mira de confiscación tienen a El Nacional que no han podido provocar con la venta, como El Universal y Cadena Capriles editora de Ultimas Noticias y El Mundo y Globovisión. Los diarios que han resistido al cierre, han reducido circulación y días de edición; algunos pasaron a internet.

Ante el deterioro del país expuesto a la compasión del mundo entero, los periodistas tenemos una gran responsabilidad. Nos preocupa la masificación de las Escuelas de Comunicación Social y en algunas la precariedad en la docencia. Estamos además en una etapa de la globalización en la cual las nuevas tecnologías crean nuevos medios y la participación en la comunicación.

Requerimos un periodista que de acuerdo al profesor Germán Carías “debe ser acucioso, inteligente, con mística, perseverante, con vocación de servicio”.

Ejemplar el resumen estampado en libro 4 Crímenes 4 Poderes, del entonces comisario de la Policía Técnica Judicial, reformada para protección de los impunes ahora 5 poderes.

Digamos que es tan imprescindible como obligatorio el invocado ejercicio del periodismo en esta hegemonía. Con deliberada o sumisa complicidad de los de propiedad privada, convierten el equilibrio informativo en desequilibrio. Se agregan las cadenas y propaganda gratuita.

En análisis de la crisis, Marcelino Bisbal ex director de la Escuelas de Comunicación de UCV y director de post grados en la materia de UCAB, estima que en estos tiempos el periodismo se ha visto en la necesidad de volverse cada vez más acucioso, más indagador.

Autor de acreditados libros, entre ellos Hegemonía y Control Comunicacional, reconocido nacional e internacional como investigador fue premiado en esa mención del nacional de periodismo, cuando ese galardón no era usado, tal lo hace el autoritario régimen para reconocer a sus fieles defensores, considera que debe hacerse una profesión de resistencia.

Un reto es rescatar la conciencia gremial en la cual teníamos ganada fama internacional y abrir las puertas de casas sedes del periodista en gran parte cerradas.

Al MARGEN. Cada día se dan 30 protesta por comida y la corrupción campante con las CLAP que administra el alto mando militar. La venden a la clientela ideológica que aplica la humillación. Compare los precios por sectores, desde Bs 350 hasta 43 mil.

jordanalberto18@yahoo.com

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