La Constitución nacional y la ley establecen claramente, como requisito para que el Presidente en ejercicio opte por su reelección, que antes de inscribirse ante el Consejo Nacional Electoral se separe de sus funciones, por lo menos hasta el día que se declare electo el nuevo Presidente. Ahora bien, ¿está separado Maduro de sus funciones?, todo indica que no; recientemente lo vi y escuché en cadena nacional de medios de comunicación social en una alharaca a los que pacientemente escuchaban, quienes habían sido obligados, chantajeados, amenazados y llevados por la fuerza para que asistieran al acto.
En ese acto anunció que acababa de firmar el ejecútese de una ley, impartió instrucciones como Jefe de Estado y además el hecho que se dirija al país en cadena nacional de medios de comunicación, es evidente demostración que lo hace como Presidente en funciones.
La inaceptable circunstancia que el Presidente de la República sea candidato manteniendo plenamente sus funciones, es una ventaja aberrante y atropelladora que no debemos tolerar.
Ojalá existiera una instancia en el país capaz de ponerle coto a esto que es tan intolerable. El Consejo Nacional Electoral que debe poner orden no lo hace porque es parte del combo funesto, si se tratara de que el candidato de la oposición tuviera alguna ventaja inadecuada seguro actuaría inmediatamente.
Bueno, así son las cosas y en ellas debemos movernos hasta que las cambiemos y mejoremos. Nos toca luchar electoralmente contra el Presidente de la República, en plenitud de sus funciones, que es luchar contra todo el poder constituido. Maduro ni siquiera guarda las formas, sino que se exhibe con todo su poderío, arrogancia y parafernalia como siempre lo hace y nos lo estruja en las caras para indicarnos quien está en el poder y pretender amedrentarnos.
Pero bien, sabemos y conocemos el tamaño de la lucha y estamos en condiciones, y mil veces dispuestos, a afrontar con valentía, fuerza y dedicación constante hasta el final, cuando volvamos a ver luz y salgamos de la espesa obscuridad donde nos tienen. Estamos preparados y equipados para enfrentar tigres, aunque al final queden como tristes corderos desahuciados.
Estamos hechos para atender con éxito los desafíos que esta amarga hora nos presenta. Tenemos sentimientos encontrados: amargura por lo que pasamos y a la vez alegría por la proximidad de nuestra victoria, que será sin precedentes en nuestra historia electoral. Vamos a ganar al menos triplicando los votos del candidato del régimen, para que se entienda muy bien el criterio que el país tiene de su desastrosa y dañina gestión, que nos deja empobrecidos y con hambre.
Después de la pesada obscuridad de la noche, siempre estará brillando el radiante sol de la mañana que está muy cerca de nosotros, para desenvolvernos con prosperidad, bienestar y felicidad.