El título de esta nota fueron palabras de Nicolás Maduro, textualmente dijo: “Si destruyen la revolución iremos al combate y lo que no se puede defender con votos lo haríamos con las armas”. Primero es una confesión que con los votos no cuentan y además, esto dicho por el Presidente de la República, es extremadamente grave, altamente preocupante y alarmante y dice mucho del talante democrático de quien ostenta la más alta magistratura nacional.
Que lo diga un irresponsable macho de barrio, se pudiera interpretar como un desplante de la boca hacia afuera sin consecuencias, pero dicho por el Presidente de la República tiene otra connotación, por cierto de inmensa gravedad como hemos dicho.
Por el bien de todo el país es necesario y diría urgente que el Presidente explique en detalle los alcances de sus anti democráticas palabras, para saber a qué atenernos; dejarlas sin explicación nos da pie para sostener con propiedad que estamos ante un régimen dictatorial sostenido sobre tal vez algunas bayonetas que aún les son fieles y que quizás comulguen con el autoritarismo como sistema de gobierno.
Me pregunto ¿Nuestra Fuerza Armada será capaz de acompañar a Maduro en una patada a la exigua democracia que aún tenemos, a la libertad y a la justicia? Pienso y tengo la convicción que no y si Maduro da ese descomunal y funesto paso, se encontrará solo porque el pueblo desde hace rato lo perdió, a menos que piense activar las huestes armadas y mercenarias que llaman “Guardia del Pueblo” que es una estructura paramilitar de la peor especie, creada para servirle incondicionalmente al régimen y a sus gentes y sabemos que en las primeras de cambio saldrán corriendo atemorizados.
Hablando con un amigo, cuando le dije que lo dicho por Maduro era propio de un irresponsable macho de barrio pero no del Presidente de la República, me dijo, ¿por qué haces la distinción? Confieso que mi amigo tiene razón; el comportamiento de Maduro está muy distante del que debe tener un primer magistrado.
Entiendo que ante la proximidad de la derrota que será histórica, abrumadora y contundente, los nervios los tengan de punta y se puede perder la sensatez, el respeto y hasta la razón, pero si alguien no debe perder esas condiciones es precisamente el Presidente de la República.
Revolución es un cambio radical y sustancial en lo político y socioeconómico, en las condiciones de vida y concepciones sobre la realidad, pero se entiende que es para bien, nunca para donde nos han llevado a nombre de ella. Esta llamada revolución es hacia atrás; recibieron el país siendo el más rico de Latinoamérica y hoy estamos en los más pobres del mudo y con niveles de hambre nunca imaginados. Nos han cambiado para mal, para un profundo e inmenso mal.
Nuestra lucha para salir de este desastre es de vida o muerte y necesario es vivir. Con Edmundo González regresaremos en corto tiempo a una Venezuela distinta donde podremos soñar y sentir expectativas de ver realizados nuestros sueños.
Nos aguarda la victoria; remachémosla, cuidémosla y defendámosla.