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23 de enero 1958: culminación de años de lucha

Opinión
Tiempo de lectura: 4 min.

Las dictaduras no surgen por generación espontánea, sino por debilidad de las instituciones del Estado, ambiciones   dentro del sector político y militar y escasez de ciudadanos con principios y valores. Una vez que se instalan, derrocarlas no es asunto de una acción puntual sino un largo proceso de errores, aciertos, desencuentros y compromisos dentro del campo democrático. El derrocamiento de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez fue la culminación de una lucha iniciada en 1948. 

La primera vez que tuvimos una elección universal, libre y secreta fue cuando elegimos a Rómulo Gallegos en febrero de 1948. Nuestro destacado novelista heredó una situación de confrontaciones por la inmadurez y sectarismo político del trienio anterior y además, no era el presidente adecuado para ese momento, según afirmaciones  de Rómulo Betancourt y de Carlos Andrés Pérez. Los partidos Copei y URD avalaron la intervención de los militares. 

Militantes de Acción Democrática realizaron una resistencia heroica y violenta. El 12 de octubre de 1951 intentaron asesinar a los miembros de la Junta con una bomba; conspiraron con militares en septiembre de 1952 en la  insurrección en la Base Aérea de Boca de Rio, y  en la de octubre en el cuartel de Maturín, ambas con militares de menor rango. Aunque admiramos esos actos, es probable que esas acciones tuvieran el efecto de cohesionar a las Fuerzas Armadas y que estas apoyaran a Pérez Jiménez cuando se robó la elección para Asamblea Constituyente en diciembre de 1952.  

En esa elección URD obtuvo la mayoría de los diputados, pero Pérez Jiménez desconoció el resultado y desterró a Jóvito Villalba. Cabe mencionar que la dirigencia de AD en el exilio ordenó a sus militantes que se abstuvieran de votar, pero fue desobedecida. Pérez Jiménez fue electo presidente por un Congreso que le era incondicional. El partido Copei se mantuvo un tanto al margen y permaneció legalizado, aunque uno de sus principales líderes, Luis Herrera Campíns, fue exiliado y una media docena de dirigentes fueron detenidos.   

La represión de la dictadura fue feroz en contra de dirigentes de Acción Democrática, del Partido Comunista y de militares. El número de exiliados era quizá no más de unos mil, principalmente dirigentes de AD y PCV, algunos independientes e intelectuales y un grupo de unos 20 militares.    En 1955, el grupo de militares y civiles que estaba en Madrid promovió un movimiento de unidad. Luis Herrera Campíns manifestó que Copei no era un partido conspirador, quizá porque era el único que estaba legal y podría capitalizar los votos de la oposición en la elección a realizarse en 1957.  

La Pastoral de monseñor Arias Blanco el 1 de mayo de 1957, la constitución de la Junta Patriótica, integrada por representantes de AD, Copei, URD y PCV, las acciones de los estudiantes el 21 de noviembre fueron hechos que debieron retumbar en los cuarteles. Pérez Jiménez no realizó la elección constitucional, sino que ordenó un plebiscito en diciembre que ganó con una descarada trampa, pero sus días estaban contados. 

El 1 de enero de 1958, con la insurrección de la aviación liderada por el teniente coronel Martín Parada y la del cuartel Urdaneta encabezada por Hugo Trejo, evidenciaron el descontento militar. El manifiesto de intelectuales y empresarios el 14 de enero, la huelga y manifestaciones del día 21 precipitaron los acontecimientos. La Marina fue la primera en declararse en desobediencia, seguida de los oficiales de la Escuela Militar. Pérez Jiménez se quedó solo y tuvo que huir. El contralmirante Wolfang Larrazábal fue electo presidente de la Junta por ser el oficial más antiguo. 

¿A qué se debió ese cambio de conducta de los militares? Hay que entender que eran muy pocos los corruptos y, con excepciones, los ascensos eran por méritos. Esta situación les facilitó identificarse con el sentir del resto de la sociedad. Para que se produjera ese 23 de enero fue necesario que los partidos se pusieran de acuerdo y que los militares acordaran poner fin a la dictadura. La participación de pueblo fue minoritaria, pero relevante como detonante. 

Hoy, la mayoría de los oficiales con rango superior son los últimos de sus promociones, muchos son corruptos, todos están vigilados y la estructura de la Fuerza Armada dejó de ser piramidal. Por eso han pecado por omisión. Sin embargo, hay 162   oficiales presos y muchos han sido dados de baja, lo que indica que hay descontento. Es más lógico contar con ellos que insistir en una incursión desde el exterior que es inviable e inconveniente porque cohesiona más a la Fuerza Armada a favor de Maduro. Recordemos que los coroneles Roberto Casanova y Abel Romero aplastaron la rebelión del 1 de enero, pero veinte días después le retiraron el apoyo al dictador. Hoy, tenemos que confiar en el liderazgo de María Corina y en nuestro presidente electo Edmundo González.  No hay fecha para el cambio, pero de que viene, viene. 

Como(había) en botica:

¿Debe Edmundo González juramentarse en el exterior? Dejemos que él y María Corina decidan. 

,Lamento el fallecimiento de Marco Tulio Bruni Celli, destacado abogado, político correcto y excelente ciudadano. Sus libros sobre el 18 de octubre 1945 y sobre el 24 de noviembre de 1948 son de lectura obligatoria. 

¡Gente del Petróleo y Unapetrol lamentan el fallecimiento de nuestro compañero Emilio Cuauro ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados! 

eddiearamirez@hotmail.com