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60 años de la OPEP y 45 de la estatización del petróleo

Opinión
Artículos de opinión
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Hace pocas semanas se celebraron las efemérides mencionadas en este título. Ambos hechos han sido fuente de debates, con aspectos positivos y otros no tanto.

Recordemos que para el año de 1960, fecha de la fundación de la OPEP, Venezuela enfrentaba las presiones de las transnacionales que imponían precios y niveles de producción, y evadían impuestos. Además, el gobierno de Estados Unidos había establecido cuotas para el petróleo que importaba. Todo esto determinó la creación de esta organización.

Sus miembros iniciales fueron Venezuela, Arabia Saudita, Kuwait, Irán e Irak, que en conjunto producían 7.891.000 barriles por día (b/d) , de los cuales Venezuela aportaba 2.846.000 b/d, un 36 por ciento del total. Gradualmente se unieron otros miembros. Actualmente son trece que producen unos 24 millones de b/d, de los cuales Venezuela, solo aporta el 1,4 %.

La Opep ha pasado por días tormentosos por las numerosas guerras en el Oriente Medio. Sin embargo, la producción de la organización ha venido aumentando. Libia y Venezuela son los únicos miembros que han tenido reducciones importantes. El caso de Venezuela es patético, ya que sin guerra su producción se redujo a solo 340.000 b/d.

La política tradicional de la OPEP y de Venezuela ha sido privilegiar precios sobre producción. Por ello ha impuesto cuotas que se reducen en la medida que se desea evitar la caída de precios. Esta política ha sido criticada por muchos en Venezuela, por considerar que nuestras reservas son muy grandes y que es necesario extraerlas. Con los importantes aumentos de producción en Rusia, Canadá y en Estados Unidos, la OPEP ha disminuido su importancia, pero todavía pesa en la fijación de precios, sobre todo cuando logra acuerdos con Rusia. Aunque Venezuela es la gran perdedora dentro de la organización, ha sido por culpa nuestra y no por pertenecer a la misma.

A 45 años de la aprobación de la Ley que reserva al Estado la industria de los hidrocarburos, todavía se debate sobre si esa medida fue beneficiosa o no. Ante un hecho cumplido, más bien corresponde abocarse a una nueva ley que refleje la situación actual en el mundo y en nuestro país. En el 2001, siendo presidente de Pdvsa Guaicaipuro Lameda, la producción fue de 2.862.000 b/d. De allí en adelante, con los presidentes rojos la producción ha venido declinando. Alí Rodríguez entregó el cargo en el 2004 con una producción de 2.620.000 b/d; Rafael Ramírez entregó en el 2014 con 2.336.000 b/d; Eugenio Del Pino entregó en 2017, con 1.929.000 b/d; Manuel Quevedo entregó en abril 2020 con 730.000 b/d y con Asdrúbal Chávez se están produciendo solo 340.000 b/d. Todas las cifras citadas son de crudo, no incluyendo condensados, ni líquidos del gas natural, y tienen como fuente a la OPEP. Además, por descuido en la producción de crudo liviano, actualmente hay que importarlo para poder manejar el extrapesado. Como se aprecia, bajo todos los presidentes designados por Chávez y por el usurpador Maduro, la producción de Pdvsa y sus empresas mixtas ha declinado, y los derrames de crudo han producido grandes daños ecológicos.

En cuanto a refinación, solo entre el 2003 y 2013 ocurrieron 216 accidentes, con saldo de 78 fallecidos y 255 lesionados, señal inequívoca de descuido en el mantenimiento y en la seguridad industrial.

Venezuela exportaba gasolina hasta que llegaron los rojos. Ya en el 2013 se importaron 6.510.000 barriles de gasolina, 6.497.000 barriles de diésel y 4.990.000 barriles equivalentes de gas propano, conocido como de bombona. Esto desmiente que la situación actual de escasez sea por las sanciones. Se vendieron algunas refinerías en Estados Unidos y en Europa, para dar prioridad a las de Cuba, República Dominicana y Jamaica, las cuales terminamos perdiendo. Tampoco se construyeron las prometidas.

Han ocurrido numerosos casos de corrupción no investigados en Venezuela. El último Informe de Pdvsa es del 2016. Desde entonces miles de trabajadores han renunciado por el deterioro de las condiciones socio económicas y de la seguridad industrial. Con este dramático panorama y la gran deuda de la empresa, nuestros legisladores deben ser cuidadosos con la nueva Ley de Hidrocarburos que se discutirá. Deben considerar que la destrucción de Pdvsa fue consecuencia de su politización, que despidió a los mejores, contrató ineptos y permitió la corrupción. Ojalá también tomen en cuenta las recomendaciones de los expertos. La participación privada es imprescindible. A Pdvsa habrá que parapetearla y reducirla de tamaño, para que las operaciones no se interrumpan y compita como una empresa más. De su nueva gerencia dependerá que pueda sobrevivir, aunque sería deseable que el Estado se retire gradualmente de todas sus empresas y dedique los escasos recursos a salud, educación, infraestructura y defensa.

Como (había) en botica:

Quienes todavía apoyan al régimen no pueden alegar que ignoran que aquí se asesina, se tortura y se encarcela con el visto bueno de Maduro y sus compinches.

El régimen continúa bloqueando a Noticiero Digital y a La Patilla.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com