Maduro y sus compinches están dispuestos a hundirse con tal de mantenerse unos días más en el poder. Son los kamikazes del siglo XXI. Los japoneses morían con pena, pero con cierta gloria. Quienes persisten en mantener al derrotado Maduro, morirán políticamente con él, sin pena, ni gloria. Pareciera que no les importa caer en desgracia con los socialistas Lula, Petro y Pedro Sánchez. Por otra parte, el acoso a quienes están asilados en la embajada argentina, hoy bajo la protección de Brasil y las amenazas al presidente electo Edmundo González para obligarlo a exiliarse terminarán de hundir a los gorilas.
A las personas señaladas de violadores de los derechos humanos y de corruptos les es difícil no aferrarse al poder, pero deben entender que de todos modos lo perderán. Lo lógico es que procedan como los reos que se declaran culpables para que la justicia les disminuya la pena. Quienes no han cometido delitos, salvo seguir apoyando a Maduro, como son gran parte de los militares, están a tiempo de rectificar y solicitarle que reconozca su derrota.
“El comportamiento de Maduro es decepcionante. Debería probar quién fue el elegido del pueblo venezolano, pero no lo hace”, estas palabras de Lula sacaron al dictador de sus cabales. Por ello, le retiró a Brasil el beneplácito para que representara los intereses de Argentina. El comunicado del régimen de que los asilados en esa embajada “planificaban actos terroristas e intento de magnicidio” es ridículo. Los seis asilados son demócratas que luchan para solucionar la crisis del país mediante una elección. Ellos y otros lograron burlar los escollos del régimen y demostrar que Maduro perdió por paliza.
Edmundo González, nuestro presidente electo, fue desterrado. Decidió aceptar el ofrecimiento de Pedro Sánchez de refugiarse en España. Como dijo María Corina, “su vida corría peligro, y las recientes amenazas, citaciones, orden de aprehensión e incluso los intentos de chantaje y de coacción de los que ha sido objeto demuestran que el régimen no tiene escrúpulos, ni límites en su obsesión de silenciarlo e intentar doblegarlo”. En este mismo orden se expresó Josep Borrell, el Alto Representante de la Unión Europea para las Relaciones Exteriores, al declarar que Edmundo salió al exilio “debido a la represión, persecución política y amenazas directas contra su seguridad y libertad. Hoy es un día triste para la democracia en Venezuela. Edmundo González, de acuerdo con las copias de las actas públicamente disponibles, sería el candidato presidencial ganador de las elecciones por una mayoría amplia. En una democracia, ningún líder político debe verse forzado a buscar asilo en otro país”.
Sin duda, Edmundo tomó una decisión controvertida. Algunos esperábamos que se quedara enfrentando las consecuencias. Admiramos su coraje al haber aceptado la candidatura a sabiendas de que tendría graves consecuencias sobre él y su familia. Desde España será una voz de primer orden de la diáspora venezolana al tener un mayor margen de acción. El hecho de que le hayan puesto a su disposición un avión de la Fuerza Aérea española es una señal positiva del respaldo que tiene, lo que obligó a Maduro a autorizar el ingreso de ese avión a nuestro territorio.
Esta crisis necesariamente debe desembocar en una negociación que facilite el regreso de Edmundo para asumir la presidencia. Desde luego, ante los crecientes actos de barbarie, la comunidad internacional debe aumentar la presión para lograr la salida de Maduro y evitar más violaciones a los derechos humanos. Mientras tanto, calma y cordura, como decía López Contreras.
Como (había) en botica:
Tamara Suju, incansable defensora de los derechos humanos, hace un llamado a la prudencia sobre los intentos de descalificación al Fiscal Khan de la Corte Penal Internacional por la presencia de su cuñada en el equipo que defiende a Maduro.
Exigimos la libertad de Nélida Sánchez, Coordinadora Nacional de Formación de Testigos Electorales.
¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
eddiearamirez@hotmail.com