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Análisis de entorno: Esta vez el mercado perdió

Tiempo de lectura: 10 min.

Entre México y Chevrón se han repartido los temas de la semana, haciendo que el día a día real, en la Venezuela real post petrolera, salga del spot light, arrastrando con eso cualquier potencial solución a la profunda crisis interna que vivimos.

Es una especie de negacionismo congénito capaz de reemplazar el fenómeno Avanti/Ferrari con el de Altum, el restaurante flotante en Caracas, que cuelga de una grúa a 50 metros de altura. Nada sobre la ola de inseguridad que arrancó sobre algunas urbanizaciones, acompañado de gente buscando su sustento en la basura, fenómenos que habían bajado su presencia en los últimos meses: pues volvieron… ambos.

Lo que no quiere decir que no sea positiva la creación de nuevos negocios, especialmente dirigidos al segmento de lujo y ultra lujo que se ha ido generando, superando a cualquier burbuja saudita de las venezuelas del pasado: esto que está pasando es inédito. Porque la actividad genera empleo en cascada, desde los especializados, hasta los más comunes de respaldo como la limpieza, el servicio de café y el valet parking.

Porque la solución para nuestra sociedad está en la actividad privada, ya sea para el segmento del lujo, como para el resto. La solución no está en el petróleo, que nunca llegó a permear en nuestra sociedad como actividad productiva, sino como un proveedor de recursos que en los momentos cúspide de la actividad petrolera, de 3,3 millones de bpd, en camino a los 5 millones de bpd, generó 40 mil empleos directos en un país de 30 millones para ese momento; y que en la medida que fue derrumbándose, llegó a tener hasta 250 mil trabajadores, pero no petroleros sino en actividades de dudosa efectividad.

Así que ahora, con alrededor de 600 mil bpd de producción, menos podemos esperar que le vaya a cambiar el perfil a la economía… al menos mientras siga en manos del estado. Porque lo ideal sería privatizar la expansión, no como empresas mixtas, sino enteramente privadas, con capital nacional (que pueda buscar o no socios –posiblemente pymes- petroleros en el mundo) y preparando y contratando personal nacional… sacando gente de la pobreza con trabajos genuinos y no con planes y misiones sociales… o empleos públicos no contributivos.

La única manera que tenemos de volver a ser un país petrolero, es abriendo ese negocio al sector privado nacional e internacional, quedándose el Estado con la administración de concesiones y el cobro de impuestos y regalías.

La participación de Chevron, ya sea como está ahora, o como vaya a quedar después de firmar los acuerdos, siempre será buena para el país; porque es una empresa activa que genera empleos; y que si generara más sería mejor, pero con que no se vaya de Venezuela, ya es un avance. Porque por más político comunicacional que sea el tema, para ellos, internamente, se trata de organización y de procesos, de tecnología y análisis de riesgo, y también, de cobrar lo que se les debe.

Lo importante es que Chevron sigue aquí, y que tienen toda la predisposición positiva y el profesionalismo como para no dejarse arrastrar a la arena política.

Político

El gobierno ha vuelto a poner en duda lo de las elecciones. Lo cual reafirma que no es un derecho propio y constitucional de los venezolanos, sino que se trata de una concesión graciosa por parte del chavismo. No solo que las haya o que no, sino principalmente que funcionen como debe ser… porque todo el mundo acepta que como están llevadas a la práctica en Venezuela, pues no está bien. O sea que son dos niveles de concesiones: que haya o que no haya elecciones, y que, si las hay, que sean bien hechas.

Lo anterior se ha dado en llamar “elecciones libres”; pero que en las últimas horas fue ampliado y complementado por Maduro y Cabello, como “elecciones libres de sanciones”. Porque lo nuevo es que, si los americanos no levantan las sanciones, ellos dicen que no habrá elecciones… ni las libres, ni las usuales. Es un nuevo escenario.

Porque en el chavismo entienden, y desde su ángulo tienen razón, que están poniendo en juego su poder absoluto fronteras adentro, y que, a cambio, solo les flexibilizan 3 mil millones de dólares (que encima no van a poder manejar), y en lo de Chevron, lo que podrán recibir, será marginal. Entendieron que quieren más a cambio… que con lo que hay a la vista, sobre la mesa, no es suficiente como para poner en riesgo la continuidad del chavismo en el poder.

El mensaje es para EE UU, que es quien tiene las cartas, aunque el jugador sentado a la mesa sea Guaidó. Cuando atacan e insultan a la dirigencia opositora, en realidad están haciéndoselo a EE UU. Que ya desde 2014 entendió que, si al gobierno chavista le va bien, pues la “amenaza inusual y extraordinaria para su seguridad interna” se agranda. Por lo cual, difícilmente vaya a haber flexibilidades que le den capacidad de maniobra a una estructura de poder militar y política que basa todo su discurso en ser antimperialistas.

Lo anterior debe atarse a las declaraciones de Blinken sobre que “la paciencia de EE UU no es infinita”; y parece que desde el chavismo están tensando la cuerda, y probando los límites.

Social

El cálculo grueso es que 17% de la población participa en la actividad económica; mientras 83% restante pertenece a la pobreza; para tomar los números de la última encuesta de Encovi. Y ese 17% tiene una brecha muy grande con la base, y se constituye como si fuera una pirámide independiente que se agranda cuando hay actividad económica (recordar que la pobreza medida a julio del 2021 era de 94%), y se achica cuando se estanca la economía. Mientras que la pirámide complementaria, la de la pobreza, se achica con la actividad y se agranda con el estancamiento.

La ecuación básica para el cálculo del volumen de negocios, es precio multiplicado por cantidad; el segmento de lujo es, por definición, precio muy alto, pero para un universo limitado que no debiera superar las 400 mil personas en Venezuela; lo cual significa miles de mesas de restaurantes caros y decenas de miles de productos –también caros- en centros comerciales y ventas de vehículos.

En la base de la pirámide, la ecuación anterior cambia sus pesos, aumentando la cantidad y bajando dramáticamente el precio.

Porque la diferencia entre la población de lujo y la otra es gigantesca en un país con 25 o 26 millones de habitantes, según quien haga la cuenta. Serían, más o menos, 3.825.000 personas que viven razonablemente bien sin ser de lujo, y no menos de 20.750.000 que están en la pobreza. Especialmente este último número, multiplicado por el ticket estándar, daría el volumen de negocio que hay en la base de nuestra pirámide.

Debe llegar el momento donde al igual que otros países con mucha pobreza lo hicieron, se reconozca el “tesoro en la base de la pirámide” y se comience a focalizar la actividad para que a medida que se incorporan a la actividad económica, van abandonando la condición de pobreza.

Hay que hacer algo pronto, porque la movilidad social en Venezuela se ha ido rigidizando cuando es ascendente, y aligerando cuando es descendente.

Económico

La Sundde volvió a la calle para asegurarse que el acuerdo de precios al que se llegó en las mesas con empresarios, sea cumplido. Es un acuerdo en dólares, pero aclaran que es al dólar oficial, el cual está retrasado frente al que se usa como referencia diaria. El tema de fondo es que, con un salario básico de 15 dólares, una lata de atún natural de 140 gramos tiene un precio de 1,18 dólares, mientras una de sardinas de 170 gramos cuesta 0,61 dólares y 30 huevos a 4,54 dólares.

El tema no es tanto el propósito declarado de esta salida a la calle, sino la salida en sí mismo; porque lo usual será el “ya que estamos aquí…” en cada visita. Porque por lo que se ve, la regulación confirma los precios actuales, los cuales en dólares se han ido manteniendo. Porque el endeble muro de contención de los precios, no son los controles, sino el hecho real y concreto de la dolarización. Y los controles, suelen producir el efecto contrario, que es que se produzca escasez y los precios aumenten.

Pero claro, es una tentación irresistible volver a las prácticas revolucionarias de los controles que tanto daño han producido… pero ahí están… nuevamente en la calle. El tema es si esto se considera una alerta temprana o una señal débil que pueda ir creciendo; porque debemos estar claros que esta economía de mercado liberal que tenemos, es de hecho y no de derecho, y casos como este demuestran que está “prendida con alfileres”.

Es la pulseada diaria entre Estado y mercado, que el mercado va ganando a veces, y perdiendo otras… esta vez, el mercado perdió.

Volviendo al petróleo, no hay que olvidar que es una industria que, en gran parte de su ciclo de negocios, es electro intensivo; especialmente cuando de transporte, refinación y comercialización se trata. Y una de nuestras rigideces está en la infraestructura eléctrica y en las energías primarias, que en nuestro caso son el río Caroní y el petróleo convertido en gasoil. Porque con el gas, otra fuente primaria, no se puede contar mucho, porque está asociado a la producción petrolera; y para atacar los bolsones de gas que también tenemos, pues prácticamente habría que comenzar de cero.

Lo anterior es para poner en perspectiva las proyecciones que se hacen de alcanzar uno o dos millones de barriles por día. Las inversiones requeridas primero, y el tiempo que tomaría, después, hacen que debamos pensar, o bien en privatizar el petróleo, o bien, no contar con él como palanca del crecimiento del país. Podrá ser una fuente de financiamiento para el sector público y generar una actividad menor, pero si no hay cambios de fondo, pues hay que seguir profundizando en la economía privada no petrolera.

Internacional

Haciendo un corte en el tema Ucrania, el ejército invasor está muy debilitado, y el agredido se fortalece cada vez más; la moral de los soldados ucranianos está cada vez más alta. Cuantos más ataques, más fortaleza moral y emocional. Mientras que los rusos, cada vez se resienten más como personas que no creen en lo que están haciendo; y si para colmo los ponen en retirada; cualquiera sea la razón o la explicación que se busque, un ejército que retrocede tiene la moral más baja que el que lo hace retroceder.

Pareciera que los brutales ataques rusos de los últimos días, está destinados a destruir las bases de soporte del pueblo ucraniano frente a un invierno que llegará dentro de menos de un mes. Y allí, los inviernos son duros. En el caso de Ucrania afectan a toda la población, y en el caso de Rusia, a su ejército en operaciones. En estos meses, no crece nada en la tierra; y lo que se produjo, es lo que servirá para pasar el invierno.

Es un pronóstico triste para Europa en general y para Ucrania en particular. Pero para Rusia, es el principio del fin; porque a esta guerra la perderán, tendrán que rendirse, desarmarse y desmilitarizarse, y los países vencedores tomarán el control del país. Claro que para llegar a ese punto infligirán mucho daño y destrucción, no solo a los países agredidos –porque esto se extenderá- sino también a su propio pueblo e integridad territorial. El fin del último aspirante imperial.

Y el impacto que ya está teniendo sobre nosotros es que nos quedamos aislados de nuestros amigos; porque el Atlántico será un paso prohibido para iraníes y rusos; porque ese canal se considerará zona de exclusión para las naciones enemigas de los aliados. Eso está muy claro y casi inmediato para Irán y Rusia.

O sea que nos quedamos a merced de americanos y europeos; porque los chinos no quieren saber mucho de nosotros, excepto que les paguemos. Su experiencia en estas tierras no fue muy buena.

Por eso es que luce peligrosa la jugada del gobierno con sus nuevas exigencias, las cuales, si bien tienen un perfil de cara adentro y dirigidas a sus propios seguidores, también las leen afuera. Y ambos, americanos y europeos, ya son zonas en guerra… y ocuparse militarmente de nosotros, no parecería tan extraño en este momento histórico.

De alguna manera, pareciera que después de la finitud de la paciencia, pudiera estar una intervención militar. Tensar la cuerda con potencias en guerra, no parece una buena idea.

Recomendación

  • Al gobierno: que comience a pensar seriamente en la deuda externa, soberana, PDVSA y privada, porque en algún momento va a comenzar a ser un tema crucial. Pensar en el debt-equity-swap como camino para pasar a manos privadas las empresas en manos del estado. Comenzando con el sector eléctrico, sin el cual es imposible el crecimiento del PIB, y la reducción de la pobreza
  • A la dirigencia opositora: que diseñe un sistema de relatoría para compartir con las bases opositoras las cosas que van pasando en México y en Caracas… articular la información para llenar los vacíos que están quedando. Hoy la matriz mediática está siendo influida por el chavismo
  • A la dirigencia empresarial: que trabaje en la creación de un fondo de ayuda a las empresas en problemas; que aporte, además de alguna inversión y capital de trabajo, apoyo gerencial que hoy es el activo intelectual más escaso en el país. Todo lo anterior a cambio de adquirir participaciones en ese fondo, a cambio de participación en el capital accionario. En general, tenemos una gerencia reactiva de supervivencia y corto plazo; y a eso hay que cambiarlo. Claro que, con la excepción hecha de las empresas bien organizadas, que lamentablemente no son la mayoría
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