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Análisis de entorno: esto es lo que hay

Estrategia
Tiempo de lectura: 13 min.

Si bien nuestra sociedad venezolana, como un todo, está en proceso de cambio y transformación, los actores que están movilizando el proceso, aún no han cambiado del todo, ellos mismos. Los chavistas no llegaron de Marte ni Plutón, y los opositores tampoco; las ideas que manejan ambos lados son muy parecidas a las que tenían hasta hace dos años, y que, en muchísimos casos, siguen manteniendo al día de hoy.

O sea que la victoria electoral que, según las encuestas, obtendrá la oposición, no está basada en novedades, sino principalmente en la conciencia de que las cosas se hicieron mal bajo el chavismo, y que ahora la sociedad le quiere dar una oportunidad a la oposición, de que haga las cosas bien… que las haga en forma diferente.

Porque si comparamos la Venezuela que recibió el chavismo en 1999, con la que entregaría en 2025, el grado de destrucción es impresionante. No solo en la infraestructura que está a la vista de cualquiera sin explicación posible que la justifique, como no sea la subversión de los valores y la profundización de la corrupción que alcanzó al sector privado bajo la figura de los que se dieron en llamar los “enchufados”, nombre suave para tanto descaro y daño producido. Y que hoy siguen operando y ganando dinero como si nada… en fin.

Y el tema de las sanciones, que así traten de interpretarlas como si fuéramos las víctimas, en realidad fue la reacción natural de una potencia cuya manera de ver la política exterior incluye las sanciones como política de estado, sin importar el país de que se trate; como puede ser el caso de Irán, Rusia o China, más los países menores que están bajo su influencia, entre los cuales nos contaríamos nosotros… país pequeño y pobre bajo la sombra de lo que occidente reconoce como el eje del mal.

Lo cual quiere decir que las sanciones no dependen del presidente norteamericano de turno sino de una relación causa efecto hacia un país que, como nosotros, para ellos, se convirtió en una “amenaza inusual y extraordinaria para su seguridad interior”.  Y esa información ya la teníamos antes de que el chavismo tomara la decisión, y asumiera el riesgo, de comenzar a tratarlos como enemigos: “aquí huele a azufre”, el destrato en Mar del Plata y la expulsión de la embajada y corte de relaciones diplomáticas, entre otros actos hostiles.

Mientras la oposición, que no tenía la cohesión que tenía el chavismo, podría ser mencionada como conjunto de oposiciones, que a lo largo de la revolución fue adoptando y acomodando distintos roles y posiciones, casi siempre para mantener el estatus quo del chavismo; porque, pareciera por la experiencia, que siempre pensaron que eran para siempre.

Porque, inclusive cuando ganaron la AN en 2015 hicieron lo que pudieron para boicotear la nueva posición, y quedar peor que antes; y cuando Capriles llegó a una votación cercana a la del chavismo, prefirió dejar las cosas como estaban y no hizo nada por ir un poco mas a fondo en cuanto al conteo.

En fin… lo cierto es que solo un grupo muy pequeño de opositores se mantuvo en una actitud de oposición responsable y consistente, que es tan útil en las verdaderas democracias, porque sirve como contrapeso a la toma de decisiones del gobierno. Y, entre esas personas hay que destacar la actitud de María Corina Machado quien finalmente logró unificar a los dirigentes opositores detrás de su liderazgo, hasta tal punto que, habiendo sido vetada por el chavismo, mantiene el liderazgo y logró colocar al candidato presidencial que se supone que ganará las elecciones el próximo 28J.

Pero no hay que olvidar que los dirigentes opositores alineados, lo están haciendo coyunturalmente, y no se ve un gran convencimiento. Y lo hacen porque las masas que siguen a María Corina, la siguen a ella y no a ellos. Por ahora están bien, pero una vez ganada la presidencia, habrá que ver cómo se comportan y qué “facturas” querrán pasarle al nuevo gobierno.

Ojalá que el chavismo sea consciente y esté dispuesto a reconocer los resultados (que según las encuestas les serán adversos) y que los dirigentes opositores se comporten a la altura durante el período de transición hasta el 10 de enero de 2025, fecha en la que asumirá la presidencia quién la gane.

Todo lo anterior es para que estemos conscientes, como pueblo de base, que la dirigencia política que tenemos es “la que hay” y que es difícil que cambie. Y que tenemos que estar vigilantes para que cada uno de los actores, chavismo y oposición, se comporte a la altura de la responsabilidad histórica que están asumiendo.

Es de esperar que el liderazgo de María Corina Machado sea la bisagra y el punto de inflexión para que surja un nuevo liderazgo; porque en el viejo liderazgo casi no quedan personas con los atributos positivos de Edmundo González Urrutia … quien es tal vez nuestra última oportunidad de contar con alguien como él para la presidencia.

Político

El gobierno continúa con las acciones de desestabilización de las actividades de campaña de la oposición, lo cual no logra impedir que esté resultando exitosa por la convocatoria masiva, espontánea y voluntaria que acompaña a la presencia de María Corina y de su candidato Edmundo.

Hay que decir que alguien desconocido como Edmundo podía haber suscitado dudas en cuanto a la sostenibilidad pública de su candidatura. Pero hasta ahora ha ido desplegando una sindéresis y ecuanimidad en su accionar, que no solo entusiasma a los seguidores, sino que augura que una presidencia de equilibrio, que será el atributo más importante, no solo durante los 5 meses hasta la toma de posesión, sino, principalmente, de ahí en adelante, cuando el chavismo, ahora en su rol opositor, tenga que acompañar, y sin bajar sus banderas, darle las herramientas para gobernar, desde la AN y el TSJ, ambos 100% chavistas.

La combinación de María Corina como líder y ordenador de las fuerzas opositoras, y de Edmundo en su rol de gobierno, parece la adecuada para enfrentar esta nueva etapa que debe funcionar como “control de daños para evitar o administrar el colapso” al que estamos encaminados si no se produce un cambio en las expectativas; tanto de cara adentro del país, como también en el exterior como para que cambie la percepción y evitemos el recrudecimiento de sanciones, así como la avalancha de juicios y ejecuciones que están esperando por los resultados del 28J, incluido el caso Citgo.

Cada día que pasa y no se produce ninguna acción extraña para frenar la candidatura de Edmundo o para afectar la convocatoria a elecciones limpias, es un día más que no logra disipar el temor de que algo así pueda ocurrir al día siguiente; y así hasta el día de la elección y el anuncio de resultados.

Ahora que estamos más cerca del 28J, pareciera que cobra peso y relevancia el escenario que venimos sosteniendo de que la institucionalidad del chavismo, al permitir el camino desde las primarias hasta el tarjetón, estaba mostrando una voluntad política, no hablada y no escrita, de entregar el poder al perder las elecciones.

Pero claro… está esta otra ala del chavismo, la radical, que no opina lo mismo y que haría lo necesario para no salir del gobierno. De la pulseada interna, que hasta ahora va ganando la institucionalidad, dependerá lo que vaya ocurriendo en ese día a día que les comentaba en el párrafo anterior.

Y, parece mentira a estas alturas de los acontecimientos, que sigamos mirando a los militares como el elector de última instancia, para un evento que debería ser eminentemente civil… pero bueno… “esto es lo que hay”.

Social

Las masas populares que siguen a María Corina constituyen las bases sociales de Venezuela, gente pobre y muy pobre que en su momento creyó que el chavismo era su aliado y la vía para salir de la pobreza. Hasta que escucharon de parte de sus voceros que no los iban a sacar de la pobreza porque se convertirían en “escuálidos”, que era el apelativo de guerra que usó el chavismo para denostar a los que pensaban, actuaban y creían algo diferente. Hay que decir que ese nombre ya no se usa, porque forzaría al 80% de la población a autodefinirse como escuálidos.

Dicen los analistas que el fenómeno popular María Corina se asemeja al que en su momento encarnó Chávez, con la diferencia que en esa época solo era una reunión de pobres y de empleados públicos. Hoy, con ella, es un fenómeno que atraviesa transversalmente a los distintos estratos socio económicos y socio demográficos. Hoy, prácticamente no hay enemigos, sino aquellos chavistas que no entendieron que Venezuela ya cambió, y que ellos también deberían hacerlo para no quedarse afuera.

Porque Edmundo y María Corina, no agreden ni insultan… le transmiten a la gente, a la base social de Venezuela, que hay maneras diferentes de actuar, y a la gente le gusta eso. Porque la sociedad venezolana, especialmente los más pobres, tienen un perfil aspiracional que prefiere los buenos modales y la serenidad del mensaje, que el insulto y la amenaza. Por eso es que cada vez que atacan una venta de empanadas porque le vendió empanadas a María Corina, o insultan a Edmundo en Conviasa, pierden votos potenciales.

Porque si bien las bases populares que apoyan a María Corina no vinieron ni de Marte ni de Plutón, sí se han sacado una venda de los ojos y han perdido el lazo con el Síndrome de Estocolmo sociológico al que estaba sometida nuestra sociedad.

Económico

De cara al futuro es importante hacer una reflexión en cuanto al concepto de estado empresario, su significación teórica y su impacto real, con los resultados que, en el caso de Venezuela tenemos a la vista. Pero también hay que mirar a las empresas del estado en otros países de la región, donde todas pierden dinero… o lo perderán en el futuro.

Porque hubo un momento en el cual, cuando se crearon las empresas públicas, incluida PDVSA, en el que el motor del estado como arrancador fue imprescindible. Pero también hubo otro momento posterior donde todo indicaba que había que traspasar al sector privado todas esas empresas que impulsó el estado. Y no lo hicimos… perdimos el tren de las privatizaciones; y las pocas que hicimos, luego llegó el chavismo, y las volvió a nacionalizar, además de otras privadas de las que se apropió.

Colocándolas a todas, las básicas, la del petróleo y las que le quitó al sector privado, en una ruta donde era natural que todas terminaran quebradas. Y esto es así porque hay una contradicción entre ser gobierno y ser empresario; lo cual constituye una distorsión que más pronto que tarde se convierte en clientelismo político primero, en corrupción después, y, más tarde, cuando se agotaron y no pudieron ser sostenidas, en quiebras, luego de extensos períodos de “eternas sobrevivientes” cuando ya no eran viables, y seguían con respiración artificial. Y esa no es la manera de ser empresario.

Lo anterior es porque sigo escuchando y leyendo a los petroleros venezolanos sobre estrategias para el manejo del negocio petrolero en Venezuela, incluyendo el rol de Citgo, tratando de darles, a Pdvsa y a Citgo el carácter de casi símbolos de la nacionalidad, como el escudo y la bandera.

Más bien habría que concentrarse en una estrategia de concesiones donde el diseño del negocio, a grandes rasgos esté en los pliegos de privatización y en el diseño del rol de un nuevo ente de control y seguimiento, y en la creación de un fondo constitucional automático con un porcentaje de las regalías resultantes de los contratos de operación.

Porque los impuestos, sí deben ir totalmente a la tesorería nacional, creando lo que se conoce como Banco del Tesoro (que no es el actual Banco del tesoro, banco universal en manos del estado) que puede visualizarse como una caja en la cual se mantienen los fondos del Gobierno, complementada con actividades de crédito a corto plazo para lograr el equilibrio entre los ingresos y egresos de fondos.

En definitiva debemos aprovechar la oportunidad que nos da la historia de dar un golpe de timón, y que el estado se dedique a sus funciones específicas, que hasta ahora lo está haciendo muy mal; y que en el pasado también lo estaba haciendo mal; porque de otra manera no hubiera llegado al poder ninguna revolución, y hubiéramos tenido gobiernos normales.

Internacional

El mundo debe prepararse para que antes de fin de año el conflicto con Rusia se extienda a toda Europa, y se entre en una conflagración mundial, obligando al resto del mundo a alinearse, detrás de los aliados, o detrás de Rusia. La intervención directa de equipos militares provistos abiertamente por los países de la OTAN, debe llevar a una reacción rusa de avanzar sobre el resto de la frontera con Europa y aumentar el poder de fuego; inclusive con el uso de lo que se conoce como arsenal nuclear táctico. Ojalá que no ocurra, pero así como de un día para otro Rusia invadió Ucrania, todo indica que también podría hacerlo con las fronteras de otros países, comenzando con los del Báltico.

En cuanto a Israel debería quedarnos claro que no cejará hasta acabar con Hamás o reducirlos  a un estado en el que se minimice la posibilidad de que vuelvan a atacar en la escala que lo hicieron en octubre pasado. Con Herzbollá también emprenderán una campaña más estructurada, porque hasta ahora habían sido reactivos. Pero entendieron que deben pasar a la ofensiva y tratar de desmantelar sus operaciones en el Líbano.

Porque el frente iraní se manifiesta en esos dos grupos terroristas, posponiendo la confrontación directa; principalmente porque eso significaría la entrada formal de EEUU  en una guerra abierta.

En cuanto al pueblo palestino que el mundo progresista defiende y coloca como víctimas de Israel, no debe perderse de vista que Hamás funciona como si fuera la fuerza armada de Palestina. Porque todos los que atacaron Israel en forma sangrienta el año pasado fueron palestinos. Y en su propia tierra son protegidos por los civiles que le dan cobijo y les permiten y ayudan a que usen como escudos, hospitales y escuelas. Y no se ve que hagan nada para denunciarlo o evitarlo… porque en definitiva, esa diferenciación entre palestinos civiles inocentes y palestinos armados y terroristas, es un eufemismo que, si Israel lo “comprara” pues lo atacarían una y mil veces más.

El otro tema relevante es la situación de Biden frente a la elección presidencial, donde no está haciendo un buen papel, está a la defensiva, y debe seguir gobernando un tiempo más. Porque el argumento en contra de Trump, para los que lo adversan, es que aplicará los mismos criterios que cuando fue presidente la última vez. Y lo más probable es que no sea así, y que haya entendido que Putin no es su aliado; y que la OTAN, ya no es tan inútil como lo fue cuando él fue presidente. No sería razonable, que con tres frentes abiertos –Rusia, China e Irán- se aísle durante un conflicto donde EEUU  es parte intrínseca, haga lo que haga y diga lo que diga Trump.

Sigue siendo una incógnita si Biden seguirá o alguien lo reemplazará; y la única capaz de hacerlo tan cerca de las elecciones, sería su vicepresidente Kamala Harris; quien casi sin duda perdería frente Trump, especialmente por el rol de los swing states.

Recomendación

Al gobierno: Que en campaña electoral no se quede en enunciados y los complemente con los “cómo” va a hacer las cosas que promete, y explique “porqué” no lo hizo en 25 años. El país necesita de esa información para entender que todo el sufrimiento que pasó dejó alguna enseñanza o aprendizaje

A la dirigencia opositora: Que mantenga el ritmo de comportamiento, con el mismo perfil humilde y comedido, y comience a delinear con más claridad y asertividad su programa económico, especialmente el cómo va a comenzar a sacar gente de la pobreza. En esta última etapa de la campaña debe concentrarse en el futuro y en la esperanza… en ser la luz que ilumina el camino

A la dirigencia empresarial: Que evite incursionar en política partidista, porque, gane quien gane, el chavismo seguirá al frente del país al menos 5 meses más. Insisto en que de política el empresario no sabe, y que cuando lo ha intentado le ha ido mal. De hecho ya hay varios que indirectamente tomaron partido por el gobierno, y ya es tarde para volverse atrás

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