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Crisis de valores

Opinión
Tiempo de lectura: 2 min.

Crisis es un cambio muy profundo y de consecuencias importantes, esas consecuencias generalmente son negativas y afecta a todos los que en ella se encuentran. Es un estado que todos aspiramos sea temporal, lo más corto posible, es de agitación, trastorno y desorganización que por lo general nos desborda a la hora de afrontarlo, pero la única alternativa válida es enfrentarlo y superarlo. Los psicólogos afirman que las crisis producen reacciones físicas y emocionales porque ellas nos ponen en peligro y amenaza nuestra integridad.

El mundo atraviesa una crisis material de necesidades insatisfechas que desafía a todos y ello produce una muchedumbre que no se pasea por los valores. “No le hable de Dios al hambriento porque no te va a entender”, así lo afirmó el siempre bien recordado y venerado Papa León XIII. Pero lo más grave es que quienes tienen resuelto sus necesidades no se comportan de acuerdo a los valores que un buen ciudadano debe tener y como ello parece generalizado en el mundo, afrontamos la peor de las crisis que es la de valores.

La escala de valores es el conjunto de principios y creencias que cada quien considera importantes y que guían sus decisiones y comportamiento. Para nosotros, adherentes a la escala de valores humanista-cristianos, el primero de ellos, de los valores, es el espiritual seguido de los de educación, cultura, políticos y sociales y termina con los valores materiales.

Quien está en condiciones de comportarse de acuerdo a sus valores y no lo hace o lo hace en contrario, cae en la inautenticidad, es decir, un individuo que ni siquiera le es fiel a su conciencia y que por lo general se ve impulsado a buscar refugio en cualquier lado.

Los valores son los pilares que sostienen nuestro espíritu que a su vez es el motor que mueve nuestro organismo y nos impulsa a actuar. Carecer de valores o ignorarlos es desestimarse y estar al borde de parecerse a una cosa que no le es atribuible dignidad alguna. La solución de la crisis de valores no es fácil, seguro será necesario el paso de varias generaciones remando todas en el mismo sentido. Para iniciar esta inmensa tarea y construir una sociedad distinta y mucho mejor debemos tener una firme y decidida voluntad y entender que es nuestra sociedad la que está en crisis. Nuestro deber es iniciar este proceso cuanto antes para paralizar el mal y extinguirlo.

En mi opinión la crisis de valores es lo más grave que confrontamos y de las peores consecuencias porque nos transforma en solo materia que deambula por el mundo sin destino cierto y con objetivos deleznables. Armarnos de valores y actuar conforme a ellos debe ser hoy y siempre nuestra misión.