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El diputado por las Islas Canarias

Opinión
Artículos de opinión
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Vaya este escrito a la memoria de Manuel Flores: joven agricultor proveniente de las Islas Canarias que llegó a Villa de Cura y con el transcurrir de los años y de los afectos, se fue convirtiendo lentamente y poco a poco en el abuelo del abuelo, de mi abuelo materno.

En sueños caminaba yo por las frías calles de Madrid, cuando inesperadamente me encontré en el Salón de Sesiones del Congreso de los Diputados de España. Allí, suelta su voz y tendidos sus brazos, al representante de las Islas Canarias hacia uso de su derecho de palabra.

-¡Señores Diputados!

Cuando yo era un adolescente mi mayor alegría y también la de mi abuela, era saber que de Venezuela nos había llegado el cheque; pues, ello garantizaba la seguridad de que nuestras necesidades iban a ser satisfechas. Por ello, todo el tiempo y en todas partes me acompaña una eterna gratitud por ese pueblo que como todos sabemos fue conquistado, colonizado y usufructuado por España, hasta que apareció Simón Bolívar y después de haber cabalgado 123.000 y combatido en 477 batallas, logró su independencia.

Pero el hecho de pensar que los recursos naturales de ese pueblo, fueron usufructuados por la España Imperial durante más de 300 año y que hoy ese mismo pueblo se encuentra padeciendo de una profunda crisis socioeconómica, y la actual España aún no se ha manifestado abiertamente solidaria con Venezuela, me quiebra espiritualmente porque si bien es cierto que para la época de la colonia, España le enseñó a ese pueblo un idioma, le legó una religión y lo organizó políticamente, no menos cierto es también que esa misma España en su búsqueda desenfrenada de “El Dorado”, casi le extermina su población originaria, casi sus recursos naturales y para rematar el asunto y a estas alturas del partido, un sector de españoles racistas tiene el tupé de calificarle a sus actuales conciudadanos en diáspora, con el peyorativo termino de: “Sudaca”.

En consecuencia y por todo lo antes expuesto, España o la Madre Patria como sentimentalmente se la considera en Venezuela, tiene la obligación moral de solidarizarse con esa nación latinoamericana; pues, la solidaridad como valor moral ha sido de una gran trascendencia para la especie humana, porque gracias a ella el género humano no solo ha alcanzado el más alto nivel de civilización y desarrollo sino que ha logrado sobrevivir y salir airosa de los más terribles desastres naturales y sociales, y Venezuela esta urgida de solidaridad practicante.

Por supuesto que toda esta solidaridad hay que hacerla, Señores Diputados, con amor del bueno e Independientemente del concepto que de ese valor moral pueda tener el actual gobierno Venezolano.

Ahora bien, percibir la indiferencia del gobierno español hacia estos hermanos que sufren y esperan, bloquea mi capacidad parlamentaria para continuar haciendo uso de este derecho de palabra; por lo tanto, muchas gracias.

Al descender de la tribuna de oradores, era evidente el esfuerzo del diputado de las Islas Canaria para reprimir las lágrimas que ya comenzaban a brotar de sus ojos; de repente se regresó, tomó el micrófono de nuevo y dijo: ¡Viva Venezuela, Carajo!!!!

El grito o la emotiva arenga del diputado canario, me sacó del extraño y profundo sueño que había tenido.

Villa de Cura, Viernes 15 de Junio del 2918