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Edmundo González: consideraciones sobre la políticofobia

Opinión
Tiempo de lectura: 4 min.

Quienes ejercen el poder político o aspiran alcanzarlo, son vilipendiados en medios de comunicación, en programas humorísticos y en conversaciones. Además, son ofendidos en las redes sociales. A veces, las actuaciones de algunos políticos justifican esta fobia, pero en otros casos se debe a ignorancia, apasionamiento  o   que todos queremos actuar como managers de tribuna, aunque también hay cierta dosis de mala fe. Este artículo no es un panegírico a nuestros políticos, ni pretende obviar errores, sino recordar algunos momentos cruciales en los que han defendido la democracia. Aspiramos que la candidatura de Edmundo González Urrutia, decidida por unanimidad de la oposición democrática, contribuya a que reflexionemos sobre las contribuciones y carencias de los políticos y de los partidos que apoyan a este distinguido compatriota.

Así como los muchachos hacen bullying o burlas a compañeros que tienen características diferentes a las del grupo, los adultos cometemos el abuso de someter al escarnio a nuestros políticos, sin diferenciar. Procedemos como quien riega con manguera. Nos cuesta aceptar que entre quienes tienen los mismos principios y valores debe haber diferentes puntos de vista. Frecuentemente, aplicamos aquello de quien no está conmigo, está contra mí. También ocultamos delitos, sosteniendo que con los nuestros, con razón o sin ella.  

Cabe recordar algunos hechos de nuestra historia recienteA Rómulo Betancourt lo tildamos de comunista porque lo fue en su juventud, pero olvidamos que se percató del error y su política fue un freno a esa doctrina. A Rafael Caldera le pusimos el mote de falangista porque en su juventud tuvo ideas de extrema derecha, pero obviamos su pensamiento socialcristiano. Después del 24 de noviembre de 1948, Jóvito Villalba y Rafael Caldera expresaron cierto voto de confianza a la Junta Militar que derrocó a Gallegos, por lo que los descalificamos sin tomar en cuenta la crisis política del trienio anterior, y que la Junta prometió nuevas elecciones. Por cierto, el mismo Betancourt reconoció el fanatismo de algunos compañeritos de partido. Afortunadamenteal final, Caldera, Jóvito y Betancourt se pusieron de acuerdo lo cual fue un factor en el derrocamiento del dictador Pérez Jiménez. En la década de los años sesenta, cuando la guerrilla castro-comunista se convirtió en una amenaza, el sector político democrático cerro filas alrededor de Betancourt y de Leoni.

Recientemente, los políticos se unieron para enfrentar a Hugo Chávez, por lo que en diferentes elecciones apoyaron a Salas Römer, a Manuel Rosales y a Capriles. En el 2005, también unidos decidieron abstenerse para presionar por el respeto a la Constitución y en el 2015 la unidad democrática logró la mayoría en la Asamblea Nacional.  Fueron años difíciles porque no logramos el objetivo y gradualmente el régimen de Chávez-Maduro arreció la represión. Sin embargo, la mayoría de nuestros políticos siguieron en la lucha, corriendo riesgos. Varios fueron encarcelados o tuvieron que exiliarse. 

Mientras tanto, se desató una feroz campaña de descalificación en contra de Ramos Allup, presidente de la Asamblea Nacional 2015, porque no cumplió su promesa de sacar a Chávez en seis meses y no nombrar nuevos CNE y TSJ, olvidándose que el régimen le quitó poderes a esa Asamblea.  A Capriles lo atacamos por no llamar a la gente a la calle para defender su triunfo, olvidando que no pudo demostrarlo por la parcialidad del CNE y por no tener todas las actas de votación. A Rosales lo tildamos de colaboracionista del régimen por reunirse con Maduro, lo cual es obligatorio en un gobernador porque, caso contrario, le cortan el situado constitucional y le quitan atribuciones; también por negociar su libertad, lo cual debe comprenderse. Por otro lado, no valoramos suficientemente sus triunfos electorales frente al régimen.

A Leopoldo López lo ensalzamos, pero después que estuvo preso, que logró fugarse y participar en un complot fallido, su popularidad decayó. A Guaidó lo pusimos por las nubes, pero cuando no pudo concretar su promesa de poner fin a la usurpación, lo tiramos al foso en las encuestas. En todos estos años nos hemos hecho eco de que había una oposición colaboracionista o falsa oposición, señalando concretamente a Acción Democrática, Primero Justicia, Voluntad Popular y a Un Nuevo Tiempo de ser la falsa oposición. Nadie ha presentado pruebas, solo percepciones. 

Nos permitimos recordar que hemos señalado cuando no han estado a la altura, como en el caso de la injustificada defenestración de Guaidó, cuando han dado declaraciones inconvenientes o han permitido que en sus filas haya alacranes. No simpatizamos con algunos, ni militamos en partidos, pero hay que reconocer sus contribuciones en momentos cruciales. Desde luego los partidos deben depurarse y no caer en el clientelismo. Por otra parte, el próximo gobierno tiene que permitir el financiamiento de los partidos para evitar malas prácticas

Ahora tenemos una gran oportunidad de poner fin a este régimen fascista, corrupto e inepto. María Corina logró llegar a las clases populares. Ante su avance arrollador, el cobarde Maduro no aceptó medirse con ella. Por eso la vetó, como también lo hizo con Corina Yoris. En contra de muchos pronósticos, ella, Rosales y los partidos de la Plataforma Unitaria eligieron como candidato de los demócratas al distinguido internacionalista Edmundo González Urrutia, a quien debemos agradecer haber aceptado corriendo el riesgo de la reacción del régimen. 

María Corina se creció como política al lograr el consenso, y seguirá siendo la líder de la oposición. Llegará a ser presidenta. Rosales cumplió su palabra, renunció y apoyó a Edmundo. También agradecemos a Omar Barboza, César Pérez Vivas, Andrés Velásquez, Delsa Solórzano, Roberto Henríquez, Caleca y a todos los dirigentes de los partidos de la Plataforma Democrática Unitaria y de Vente Venezuela ¡Edmundo para todo el mundo! 

Como (había) en botica

Detuvieron al periodista y luchador social Carlos Julio Rojas, acusándolo del centésimo invento de planificar un magnicidio. Siguiendo la norma del régimen, no se le permitió tener defensor privado. 

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados! 

eddiearamirez@hotmail.com