Pasar al contenido principal

Fernando El Católico. (1)- Los Personajes de la Política y la historia.

Opinión
Tiempo de lectura: 8 min.

En tiempos de incertidumbre y cautela, como los que vivimos en Venezuela, se impone escudriñar en los meandros de la historia para ampliar los horizontes de reflexión hacía personajes políticos e históricos que a través de centurias han luchado por el poder, para aprender de ellos, de su sabiduría, de su visión y sus acciones y sacar conclusiones y enseñanzas para nuestros días.

A lo largo de la historia, se han destacado individuos cuya influencia trascendió fronteras y marcó épocas. Aunque algunos de estos personajes son poco conocidos por el público general, su legado resulta fundamental para comprender procesos históricos relevantes. Este ciclo que hoy inicio, busca dar a conocer a estas figuras, explorando sus logros, ideas y estrategias.

Para inaugurar este ciclo, analizaremos a un personaje familiar en Iberoamérica, no tanto por su actuación directa en la lucha por el poder, sino por su asociación con eventos trascendentales como el descubrimiento de América y la Reconquista de España. Nos referimos a Fernando II de Aragón, el Rey Católico, quien junto a Isabel I de Castilla unificó los reinos de Castilla y Aragón, sentando las bases de la España moderna.

Veamos entonces a Fernando II, el Católico, y conozcamos algo más de éste, un tanto desconocido personaje y su lucha por el poder hace más de 500 años.

El Contexto.

A mediados del siglo XV, la futura España estaba fragmentada en varios reinos: Castilla y León, Aragón, Navarra, y algunos pequeños territorios como Galicia, Asturias, Cataluña, Valencia y Mallorca, que formaban parte de esos reinos. Además, persistía el Reino musulmán de Granada, gobernado por la dinastía nazarí desde 1238, que sería finalmente conquistado por los Reyes Católicos en 1492. Recordemos que la ocupación musulmana de la península ibérica había comenzado en el año 711 d.C., cuando los musulmanes invadieron y conquistaron casi toda la península ibérica, con la excepción de unos pequeños reinos y regiones del norte de España; y que la llamada “reconquista” se inició en 718 con el mítico Don Pelayo en Asturias, concluyendo con la caída de Granada en 1492. Fernando II tuvo un papel decisivo en este proceso.

Fernando II de Aragón es recordado principalmente por su matrimonio con Isabel I de Castilla, que permitió unificar ambos reinos; pero también se destaca su papel en la culminación de la Reconquista; y por su apoyo al descubrimiento y los primeros años de la conquista de América. Sin embargo, su legado incluye mucho más. Bajo su liderazgo, se sentaron las bases de una monarquía moderna: reorganizó el Estado y la Hacienda, desarrolló el primer ejército moderno de Europa y contribuyó a unificar religiosamente el país mediante la conquista de Granada y la expulsión o conversión forzada de los judíos, bajo la amenaza de la Inquisición. Analizaremos algunos de estos logros a continuación.

Los Reinos bajo Fernando II.

Fernando II hereda el trono de Aragón, Sicilia y Cerdeña de su padre, Juan II de Aragón. A través de su matrimonio con Isabel I en 1469, se convierte en rey consorte de Castilla y León, y en 1504, tras la muerte de Isabel, se convierte en rey de pleno derecho.

Desde muy joven, antes de cumplir los 16 años, Fernando comenzó su actividad política y de lucha por el poder, al heredar el Reino de Sicilia en 1468. A su fallecimiento en 1516, podemos contar que bajo su poder estaban, además del Reino de Sicilia, el Reino de Castilla en 1474, tras su matrimonio con Isabel en 1469; el Reino de Aragón, en 1479, al suceder a su padre Juan II; el Reino de Cerdeña, como parte del Reino de Aragón; el Reino de Granada en 1492 −tras una campaña iniciada en 1482, en la que tuvo un papel decisivo y sobre el cual volveré−; después, conquista Melilla, en 1497, al norte de África e igualmente el Reino de Nápoles, en 1504, tras vencer en guerra a Francia; y finalmente, consolida bajo su mando el Reino de Navarra, en 1512. Y a todo eso hay que agregar que, tras el descubrimiento de América, anexa a su reino grandes territorios de ultramar.

Fernando II, ¿“maquiavélico”?

Aunque Nicolás Maquiavelo se inspiró principalmente en César Borgia para escribir El Príncipe, a muchos, entre los que me incluyo, en su momento nos sorprendió conocer que también menciona a Fernando como ejemplo de cómo un gobernante debe actuar para ganar prestigio y consolidar el poder en un principado mixto, es decir, uno que combina territorios nuevos con antiguos. Maquiavelo lo cita en varios capítulos de su obra como un modelo de estrategia política.

Pero si bien Fernando II fue modelo para Maquiavelo en "El Príncipe", siendo contemporáneos como eran y habiéndose escrito esa obra en 1513 y publicada después de 1530, es casi imposible que Fernando la conociera, pues falleció en 1516. De manera que, si Nicolás Maquiavelo aprendió de Fernando algunas cosas para su obra, no fue de Maquiavelo de quien aprendió Fernando sus “artes” para gobernar, sino que fue de su padre, Juan II de Aragón, de quien se dice que era un gran maniobrero, y de quien recibió algunas enseñanzas. Así nos lo dice el Dr. García-Osuna y Rodríguez, en el prólogo de “Breve Historia de Fernando el Católico” (Ediciones Nowtilus. 2013, ISBN: 978-84-9967-468-1):

“El gran maestro del príncipe sería su propio padre Juan II; en efecto, Fernando nunca olvidó el método seguido por su progenitor: el estudio meticuloso de los problemas con frialdad y cálculo; la anticipación a los acontecimientos; la respuesta contundente cuando uno de ellos aparecía de manera inopinada.”

Juan II de Aragón, Juan El Grande

Juan II de Aragón, conocido también como Juan El Grande, fue un longevo rey que enfrentó numerosos desafíos: conflictos familiares, especialmente con su primogénito Carlos de Viana; con la nobleza catalana, que se sublevó en su contra; y con el acoso de Francia, que lo despojó de Rosellón y Cerdeña a cambio de apoyarlo para rescatar Girona y poder unificar su reino, Aragón y Navarra. Este último, el Reino de Navarra, fue finalmente sometido por su otro hijo, Fernando, quien, en 1512, lo anexo definitivamente al Reino de Castilla.

Juan El Grande, mediante la alianza matrimonial de su hijo Fernando, de tan solo 17 años, con Isabel de Castilla, de 18 años, aun sin el consentimiento del Rey de Castilla, medio hermano de Isabel, lograba una vieja aspiración para unificar los dos reinos más importantes de la España de la época, los reinos de Castilla −de donde él era originario− y el reino de Aragón, donde él reinaba desde 1458. Las vicisitudes para lograr este matrimonio no vienen al caso para este artículo, pero si destacar su importancia desde dos puntos de vista: el primero, la unificación de los Reinos de Aragón y Castilla, que serían la base para que años más tarde se unificara y consolidara como España, con Carlos I de España −o Carlos V de Alemania−, en su momento el monarca más poderoso de la tierra, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, nieto de Fernando de Aragón e Isabel de Castilla. Y el segundo punto a destacar es que esta enseñanza de su padre mostró a Fernando la importancia de las alianzas matrimoniales como arma política.

En efecto, Fernando se valió de tres “armas” importantes para consolidarse como monarca, las ya mencionadas alianzas matrimoniales, su relación con la Iglesia Católica y su desempeño militar.

Las alianzas matrimoniales.

Las alianzas matrimoniales eran comunes entre las monarquías y reinados, desde tiempos más antiguos y en todo el mundo y Fernando de Aragón no dudó en usar esta vía para consolidar y expandir sus dominios con poderosas dinastías de Europa. Fernando, junto a su esposa Isabel, arregló los matrimonio de varios de sus hijos:

- del príncipe Juan de Aragón con Margarita y el de Juana I de Castilla, conocida como Juana La Loca, con Felipe (el “Hermoso”), ambos hijos de Maximiliano de Austria y María de Borgoña.

- el de su hija menor, Catalina de Aragón, con el príncipe heredero de Inglaterra, Arturo, y al morir éste, con Enrique VIII.

- el de su hija mayor, Isabel de Aragón, con Alfonso de Portugal y luego, al morir Alfonso, con Manuel (el “Afortunado”), el nuevo Rey de Portugal.

 

De esa manera, y desplegando una eficaz diplomacia claramente reflejada en lograr esos matrimonios, los Reyes Católicos consolidaron su reino y neutralizaron a algunos de sus más enconados enemigos −Francia−, y rivales: Portugal.

Salvo su propio matrimonio con Isabel de Castilla, los de su nieto, Carlos I, y su bisnieto, Felipe II, los demás matrimonios, por diversas razones, no fueron muy afortunados, ni alcanzaron plenamente sus objetivos. Juan de Aragón murió a los 19 años; Juana de Castilla fue recluida en un convento por desequilibrios mentales tras la muerte de su esposo, Felipe el Hermoso; Catalina de Aragón, primera esposa de Enrique VIII de Inglaterra, fue rechazada por éste y anulado su matrimonio, aunque su hija, María I de Inglaterra o María Tudor, llegó a reinar durante cinco años, hasta su muerte en 1558; Isabel de Aragón, con quien se buscaba consolidar Castilla y Aragón con Portugal, no tuvo resultado, pues casada primero con Alfonso de Portugal, al morir éste y luego casarse con su hermano Manuel I, el hijo de ambos, Miguel de la Paz, falleció a los dos años de edad. Como ya dije, sería el matrimonio de su hija, llamada también Isabel, con su primo Felipe II, bisnieto de Fernando de Aragón, el que lograría unificar por cierto tiempo, apenas 60 años, ambos reinos.

Conclusión.

En esta entrega, visto el contexto y la influencia de su padre Juan El Grande, hemos explorado las alianzas matrimoniales como herramienta política de Fernando II para consolidar el poder y extender su reino. En la próxima, analizaremos su relación con la Iglesia y su desempeño militar, −ambas manejadas diestramente por Fernando− dos pilares fundamentales de su estrategia política, que junto con algunos rasgos de su personalidad y de sus logros en materia administrativa, que también veremos, sentaron las bases para que España se convirtiera en la primera potencia mundial durante casi dos siglos. Finalmente, reflexionaremos sobre las enseñanzas que este fascinante personaje puede ofrecer para los retos del presente.

 https://ismaelperezvigil.wordpress.com/