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El fuego forestal analizado desde 4 enfoques: prevención, presupresión, reacción y recuperación

Opinión
Artículos de opinión
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Tiempo de lectura: 6 min.

La Asociación Forestal Argentina – AFoA -, junto a la Red de Manejo de Fuegos Rurales, una entidad conformada por 7 asociaciones de manejo del fuego rural, toman la fecha del 18 de agosto como una oportunidad para dar un mensaje imprescindible: el manejo de fuego requiere una estrategia integral que abarca múltiples aspectos, en donde sólo el 20% incluye la supresión del mismo. Para que la misma sea efectiva, el 80% de las acciones corresponden a lo que suceda antes o después del evento.

Estos conceptos se resumen en la Rueda de Gestión Integrada del Fuego, realizada por ‘Working on Fire’, la empresa a cargo del manejo del fuego en Sudáfrica. En esta Rueda se muestran las etapas de intervención: la reducción del riesgo (prevención); la preparación de los elementos necesarios previo al fuego (presupresión); la reacción, con acciones de supresión; y la recuperación posterior, que incluye la rehabilitación de los espacios incendiados.

La prevención

Legislación. El primer eslabón de la rueda para la prevención es una legislación adecuada y su aplicación efectiva. En el caso de Argentina involucra tanto leyes nacionales (Ley 26815 y Ley 26562) como provinciales.

La responsabilidad primaria en el manejo del fuego recae en las provincias, por ello, es tan importante que las normativas sean compatibles y que los mecanismos de coordinación entre las acciones locales, provinciales y nacionales sean claros y efectivos. Dentro de este eslabón se considera la cooperación local, y en ese sentido, la presencia de ‘Consorcios de Manejo del Fuego’ mostró ser muy efectiva en los resultados del manejo del fuego en los eventos de incendios de este año en la Mesopotamia y Delta. La promoción y acompañamiento de las acciones asociativas de gestión integral de fuego debería ser parte de la legislación.

Educación y Sensibilización. El involucramiento de la comunidad es imprescindible para la prevención de los incendios y su rápida detección. Para ello, deben incorporarse la sensibilización y la educación desde la escuela primaria y la información de los grados de riesgos de incendios en la comunidad y zonas aledañas para que la población local, o quienes transitan zonas con alto riesgo de incendios rurales, tengan incorporados el conocimiento y los hábitos que se requiere para evitar potenciales incendios.

Muchos incendios comienzan por colillas mal apagadas; quema de basura; o la realización de asados en zonas no habilitadas; entre otros. Un caso similar ocurre en la pesca y caza furtiva (que utiliza el fuego para descubrir animales).

Otro aspecto que resalta AFoA es la importancia de adecuar ciertas prácticas ancestrales, como es la quema de pastizales en la ganadería, a los efectos de incorporar buenas prácticas disponibles que protegen a las personas y evitan incendios rurales.

Cada uno de estos factores fueron identificados como los principales causantes en los incendios del Delta como y la Mesopotamia.

Prácticas preventivas. El tercer eslabón destaca la importancia de los cortafuegos utilizados como herramienta para evitar la propagación de un incendio, así como para disponer de una base de ataque y de salida en el combate. Los cortafuegos deben ser incorporados tanto en el plan de manejo de los predios productivos, como en el ordenamiento del territorio municipal y provincial, en particular, para evitar los incendios interfaces.

En el caso forestal, es imprescindible incorporar la silvicultura de prevención, que incluye, además de los cortafuegos, la realización de podas y raleos adecuados y la articulación con los vecinos en tareas preventivas, entre otras.

La Red está preparando una Guía de Buenas Prácticas en Silvicultura de Prevención de Incendios que detalla estas acciones necesarias.

Control del combustible. Esto implica una acción proactiva de quema controlada y reducción de malezas y pastizales para evitar un incendio descontrolado. Destacamos la importancia de la limpieza de malezales bajo las torres de alta tensión y en las banquinas de las rutas y vías del ferrocarril. Muchos de los incendios de esta temporada comenzaron por estos motivos.

Presupresión

Análisis de Riesgo. El quinto eslabón comienza con la acción más importante para estar preparados: el perfil de riesgos para realizar la planificación de la temporada de incendios.

Esto incluye una evaluación integral del riesgo de incendios de acuerdo con el ecosistema (son muy diferentes las acciones en zonas de pastizales o la de bosques), el clima previsto y el historial de incendios (dónde, en qué condiciones; causas; resiliencia; etc.).

Con esta información, se debe realizar una planificación de la necesidad de recursos y su utilización en la temporada. Esta planificación debe estar coordinada entre consorcios, vecinos, municipios, provincias y Nación. El objetivo es determinar la probabilidad y severidad de los eventos y prever las acciones de respuesta rápida en forma coordinada entre los distintos niveles de responsabilidad.

Capacitación. La capacitación debe estar en todos los niveles, no solo en el combatiente de incendios. Los mandos medios, los gerentes, los dueños de predios rurales, todos deben adquirir los conocimientos básicos sobre el manejo integral de incendios y acompañar cada etapa de la gestión completa comprendiendo su importancia.

Por otro lado, en el caso de los combatientes de incendios, se ha avanzado en el país y ya se cuenta con un sistema de evaluación de combatientes por competencia. Esto permite certificar aquellos que actúan de acuerdo a un estándar nacional que contempla desde los elementos de seguridad personal y del entorno, hasta los conocimientos y competencias para la acción.

En los países más avanzados en manejo del fuego es obligatorio que la persona que está al frente de un incendio cuente con un certificado de sus competencias. Desde la Red de Manejo del Fuego se está priorizando la capacitación en los diferentes niveles y se está avanzando en la Certificación de los combatientes.

Detección temprana. La detección temprana con una acción rápida para apagar los focos identificados es imprescindible para evitar su propagación. Hoy se cuenta con herramientas y tecnologías disponibles que incluyen torres, cámaras, imágenes satelitales y señales de alerta de vecinos que facilitan la detección temprana.

Durante los incendios de este año, el Consorcio de manejo del fuego de Virasoro detectó en promedio 20 focos diarios de incendios que fueron sofocados en forma rápida evitando su propagación.

Este es un claro ejemplo de por qué los consorcios del fuego constituyen una herramienta estratégica en términos de reducción de pérdidas en los predios bajo su control. Se requiere un sistema amplio y coordinado de herramientas de detección rápida que incluya a todo el territorio bajo riesgo. En ese caso, las provincias o Parques Nacionales, deberían invertir en sistemas adecuados para una detección eficaz y eficiente con una respuesta inmediata a los focos identificados.

Sistemas. Los sistemas son el lubricante que permite a los distintos engranajes de la gestión integral de incendios funcionar adecuadamente. Incluye a los protocolos y procedimientos para las acciones de prevención, preparación y de supresión de incendios en diferentes escenarios de riesgo.

Capacidad. El último eslabón, antes de la acción de supresión, es la capacidad de reacción. Esto incluye evaluar la disponibilidad de recursos humanos (combatientes, mandos medios), de equipos (comunicación, vehículos de transporte y pesados; motobombas; herramientas; apoyo aéreo; entre otros); de apoyo logístico (combustibles, comida, agua, equipos de emergencias) e infraestructura (rutas, acceso, campamentos, puestos de comando-incidente, entre otros) para que estén listos para cuando llega la acción.

Supresión (Reacción)

Despacho y coordinación. Las acciones de despacho y coordinación son el cerebro central en el control de incendios, que permiten una acción segura y efectiva. Respondiendo al “quién, qué, dónde, cuándo y cómo” aseguran una respuesta coordinada y efectiva de los recursos de acuerdo a las circunstancias del evento.

Control de incendios. Idealmente, sólo el 20% del tiempo dedicado a la gestión integral de incendios se ocupa en la supresión de los mismos. Se debe lograr el control de los incendios con las estrategias, tácticas y planificación listas y nunca debería ser una emergencia.

El control de los incendios debe ser una parte normal de las acciones dedicadas a la estrategia integral de manejo del fuego.

Recuperación

Rehabilitación y aprendizaje. Por último, están las acciones de rehabilitación de las zonas incendiadas. Esto requiere una articulación con instituciones como el INTA y las ONGs para lograr las mejores prácticas de recuperación. En particular, se debe realizar una evaluación de las causas de los incendios y de las acciones para su prevención, presupresión y control para incorporar la experiencia durante la próxima temporada.

La Red de Manejo del Fuego Rural está integrada por las siguientes organizaciones:

CONSORCIO DE PROTECCION FORESTAL IGUAZÚ MISIONES

CONSORCIO DE MANEJO DE FUEGO VIRASORO CORRIENTES

CONSORCIO SANTA ROSA CORRIENTES

ACE FEDERACION ENTRE RIOS

ACE CONCORDIA ENTRE RIOS

CONSORCIO DELTA BUENOS AIRES

ASOCIACIÓN FORESTAL ARGENTINA

18 de agosto 2022

https://www.bioeconomia.info/2022/08/18/el-fuego-forestal-analizado-desd...