Durante todo el desarrollo de los Juegos Deportivos Nacionales 2024 hasta su culminación el 24 de noviembre, los diferentes escenarios donde se llevaron a cabo las competencias sirvieron también como centros de conversación y discusión, sobre las bases programáticas que sirvieron de base a este evento nacional. Atletas, entrenadores, dirigentes, personal médico, periodistas, empleados, obreros y voluntarios, en sus tertulias daban a conocer sus opiniones al respecto.
Muchos de ellos pensaban que fue un descalabro de marca mayor convocar a unos juegos con la participación ¡¡¡de 57 disciplinas deportivas!!!, conociendo de antemano que la mayoría de los estados del país carecen de las instalaciones para la práctica de ese número de deportes. Lo que lleva a pensar que, la real intención del gobierno era el montaje de un show, para de manera populista y demagógica, hacer ver que somos una potencia deportiva conformada por una generación de oro, formada en el marco de la revolución bolivariana del siglo XXI.
Esa política de Pan y Circo, quedo al desnudo al verse una reducida participación de los estados en las diferentes disciplinas deportivas. Por ejemplo, de 25 estados, en Saltos Ornamentales y Racquetbol solo se inscribieron 6 entidades, en Fisicoculturismo y Tiro Deportivo 7, en Balonmano – Bowling – Gimnasia Artística – Polo Acuático – Tiro con Arco y Kickingbol 8, en las disciplinas de Escalada – Béisbol – Gimnasia Aérobica – Gimnasia Rítmica – Patinaje (Skateboard) y Softbol se inscribieron 9, es decir que, en promedio ¡¡¡más de 17 estados de un total de 25 (84 %) no participaron en las disciplinas señaladas anteriormente.
Las causas de este descalabro son muchas. En primer lugar, la política deportiva del régimen basada exclusivamente en la demagogia de fabulosos anuncios que con el tiempo quedan como una mentira más: Generación de Oro, Potencia Deportiva, 10.000 “entrenadores” cubanos nos ayudaran a ser una potencia deportiva, el Fondo Nacional del Deporte será de ayuda para el alto rendimiento, los atletas son la máxima prioridad del gobierno y las instalaciones deportivas serán atendidas permanentemente. En segundo lugar, hay que señalar el abandono de los programas de asistencia social a los atletas y los salarios de hambre de los entrenadores. En tercer lugar, el abandono de las instalaciones deportivas y por último la no entrega a las federaciones los recursos para el desarrollo de los Programas Operativos Anuales.
En el balance final, hay que señalar que los deportes con la mayor participación de los estados fueron: Atletismo con 23 entidades, Boxeo 23, Ciclismo ruta 22, Karate Do 21, Levantamiento de pesas 22, Lucha 23, Natación 23 y Taekwondo 20. Si bien estas cifras son un reflejo positivo, no hay que dejar de mencionar que, en las restantes 49 disciplinas, la participación fue drásticamente reducida.
Otro de los actos de la demagogia del régimen fue el rimbombante anuncio de la participación de una entelequia regional que denominaron el “estado número 25” con el nombre de Esequibo, que participó en Voleibol sin tener asociaciones deportivas y con atletas de la población venezolana de Tumeremo. Todo esto para dar la falsa impresión que estamos recuperando el inmenso territorio de la Guayana Esequiba, que hemos ido perdiendo con el silencio y la complicidad del régimen con la dictadura cubana.
El análisis del cuadro final de medallas, nos demuestra también la desproporción del rendimiento deportivo por cada entidad. Allí está reflejado que:
Solamente Miranda, Carabobo, Caracas y Lara están por encima de haber logrado más de 50 medallas de oro.
Estados con más de 30 medallas de oro: Yaracuy y Sucre.
Entre 10 y 20 medallas de oro quedaron Falcón, Aragua, Bolívar, Táchira, Apure, Guárico, La Guaira, Monagas, Portuguesa, Zulia, Anzoátegui, Barinas.
Con menos de 10: Delta Amacuro, Cojedes, Nueva Esparta, Mérida y Trujillo.
Amazonas solo alcanzó una medalla de plata y una de bronce.
Esequibo como era de esperarse, al ser una entelequia de última hora “no alcanzó ninguna medalla”.
Por último, hay que señalar tres situaciones que destacan en este show de Pan y Circo o mejor dicho de Circo sin Pan, ya que la pobreza crítica de la población se refleja en la imposibilidad de poder adquirir la cesta básica de alimentos:
Primero: Desde el punto de vista estrictamente competitivo, en estos juegos nacionales no se ha señalado la superación de ningún récord en los deportes de marcas.
Segundo: El irresponsable anuncio del régimen sobre los Juegos Paranacionales a partir del 8 de diciembre en ¡¡¡24 disciplinas deportivas!!! Amigo lector, piense solamente en cual estado del país hay instalaciones deportivas y con personal capacitado, para atender a personas con discapacidades, en esa multiplicidad de deportes.
Tercero: Lo que el régimen no dice es que, cuatro días después de finalizar los juegos deportivos nacionales, el 28 de noviembre, comienza una edición especial de los Juegos Deportivos Bolivarianos del Bicentenario 2024 en Ayacucho, Perú. Cabe preguntarse, que tipo de planificación justifica unos juegos nacionales prácticamente en la misma fecha de unos juegos internacionales. Lo que sí es seguro que, con estas políticas de mentiras y engaños, nuevamente vamos a observar con rabia y dolor como Colombia nos volverá a superar en esa edición especial de los mencionados juegos bolivarianos.
Solo resta decir que alcanzar un deporte mejor requiere la construcción de una sociedad mejor, en donde el deporte sea un derecho ciudadano y no tenga cabida el uso propagandístico-demagógico de la actividad deportiva, característico de regímenes autocráticos, autoritarios y dictatoriales.