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La ruta revolucionaria hacia la muerte

Opinión
Artículos de opinión
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Tiempo de lectura: 2 min.

El pasado jueves 23 de febrero fui dado de alta en la Clínica Gastrobariátrica de Maracay, luego de una operación de colon producto de un pólipo con características de adenocarcinoma. A partir de ese momento, todo era un mar de alegrías producto de la pronta recuperación y el retorno a la casa para favorecer dicha recuperación.

Sin embargo, 3 horas después todo el panorama cambió producto de la presencia de un inesperado e insólito ‘hipo’ que durante 12 horas continuas trastocó todo el proceso de recuperación, provocándome al fin de ese tiempo una masiva explosión de vomito que me generó un espasmo gástrico e intestinal y una brutal descompensación que hizo descender mi tensión arterial a valores de alto riesgo (80 /50), con un trastorno electrolítico que motivó que fuese internado de emergencia en el Centro Médico de Maracay.

A partir de allí, comencé a recorrer lo que bien pudiese denominarse por las irresponsabilidades de este régimen, “el tránsito de la ruta revolucionaria hacia la muerte”. Luego de los exámenes preliminares de sangre, ecosonograma y electrocardiograma, fui ingresado a la sala de observación de emergencia en donde me aplicaron una sonda nasogástrica para extraer los fluidos estomacales. El hipo persistía en su actuación y lo sorprendente no se conseguía un medicamento para la atención del mismo.

Desde ese momento, familiares, amigos y compañeros en general se transformaron en lo que me permito llamar “los buscadores de la medicina perdida”. Miles de horas hombre fueron empleadas en kilométricas colas de visita a miles de farmacias y en todas y cada una de ellas la respuesta obtenida era la misma NO HAY.

En virtud de ello, se apeló a la búsqueda internacional, logrando ubicar un medicamento en Colombia, pero sin poderlo hacer llegar a Maracay dado el irresponsable cierre de frontera por parte del gobierno…… el hipo continua. En vista de todo esto, el cuerpo médico procedió a implementar una terapia de sedación para ir disminuyendo la presencia del hipo, estando conscientes de la necesidad de los medicamentos para poder darme de alta, ya que sin ellos el riesgo del resurgimiento en forma aguda del hipo, podía provocar un escenario de alto riesgo para la salud.

Finalmente, el día miércoles se logró, después de innumerables visitas y horas de espera ubicar el medicamento LIORESAL esencial para el control del hipo.

A todas estas, el gobierno en sus festividades de carnaval invertía millones dólares para el deleite de MOMODURO quien, alegremente en lugar de atender las necesidades de medicamentos de la población, se limitaba a bailar la danza de la muerte al no atender las urgencias médicas de la población venezolana, actitud despreciable que merece el repudio de todo ser consciente del país. Con la salud del pueblo no se debe jugar salvo que sea una persona de pensamientos alocados e irresponsable como lo es Nicolás Maduro y su régimen.