TIEMPO DE CUARESMA
Estamos en cuaresma, es un periodo de cuarenta días que precede a la celebración principal del cristianismo como lo es la Resurrección de Jesucristo, que se festeja el domingo de Pascua. Es un periodo de reflexión que convoca a convertirnos y volver a Dios quien no lo mantiene y amarlo más quien lo posee. Es un tiempo apropiado para purificarnos de las fallas, para recibir a Dios en nuestra vida y rogarle nos haga instrumento de su paz.
En el occidente la cuaresma se inicia en este tiempo el 22 de febrero, miércoles de ceniza y concluye el viernes antes del domingo de Ramos. Estos cuarenta días recuerdan los que Jesús pasó en el desierto ante de empezar su ministerio público y también los días que los israelitas pasaron en el desierto mientras buscaban la Tierra Prometida.
Los católicos tenemos el deber de cumplir el precepto de la Iglesia del ayuno, así como la confesión y comunión.
Este tiempo debe ser de honda meditación y reflexión. Debemos reflexionar sobre nuestra relación con Dios, nuestra relación con los demás y la relación con nosotros mismos. Estas reflexiones bien llevadas nos colocarán en un nivel mucho mejor del que en la actualidad nos desenvolvemos, será bueno para corregirnos y ser mejores, dignos hijos del Padre Eterno.
Quien tiene a Dios siempre en su vida será un ser victorioso, tendrá bajones y tropiezos, pero se levantará y triunfará, verá el porvenir con esperanza y optimismo y no habrá montaña que no pueda escalar y llegar a su punto más alto, por muy elevada y escabrosa que sea.
La cuaresma es para orar, meditar, reflexionar y cambiar para bien, para esperar con ansiedad la Resurrección de Jesús.
24 de febrero 2023
LA INMENSA TAREA POR HACER
Este régimen se va a más tardar el próximo año y vamos a recibir un país totalmente destrozado y en medio de una profunda crisis integral. Acomodarlo no será tarea fácil, pienso que la oposición, que ganará el poder, debe implementar un gobierno profundamente democrático pero de excepción, debe emprender conductas y acciones enérgicas en lo político, económico y social. Hay que acabar con el libertinaje, restituir los valores que siempre nos han acompañado y hacer de la política una actividad de constante y permanente servicio. Lo político tal vez lo podemos resolver en corto tiempo, lo económico seguro llevará quizás tres o cuatro años para iniciar el camino del desarrollo general; lo social tardará algo más, a lo mejor dos o tres periodos para alcanzar la sociedad deseada, solidaria y humanista donde los principios y valores tengan plena vigencia.
Digo que el gobierno que suceda a este desastre debe ser de excepción, porque si continuamos como un gobierno tradicional más, todo será muy difícil y las soluciones se atrasan y complican, no vamos a lograr cuanto antes el país que deseamos. Debe ser un gobierno, que privilegiando a los más necesitados y vulnerables, busque a las mejores voluntades inteligentes y formadas, encuéntrense donde se encuentren, para atender con eficacia la cosa pública, transmitir al pueblo, lo más temprano posible, que se está en un gobierno distinto, decente y trabajador por en Bien Común, también respetuoso de la Constitución y normas que regulan el Poder Público.
Tenemos que rescatar la credibilidad en la administración de justicia para que el ciudadano que asista a los tribunales tenga confianza que se buscará la verdad y se sentenciará únicamente en función de ella.
Este régimen descompuso totalmente el país y acomodarlo es una tarea titánica que requerirá del esfuerzo y dedicación especiales de todos y también de hombres especiales con inmensa capacidad de servicio.
A la generación nacida y crecida en este régimen totalitario debemos dedicarle especial atención, porque muchos piensan que la política es lo que han vivido en estos últimos 22 años, para ganarlos a la política con P mayúscula y entender que ella es una suerte de apostolado que llega hasta renunciar a los beneficios personales por los colectivos, a privilegiar la solución de los inmensos inconvenientes de los más necesitados y urgidos. El próximo gobierno debe implorar también la intervención de Dios para que lo guíe siempre por el camino adecuado y estar a la altura de la honda responsabilidad contraída.
23 de febrero 2023