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A los representantes electorales del cambio

Artículos de opinión
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Me informan del centro nacional de totalización de votos del pasado simulacro electoral, amigos que lo han dejado colar, que el resultado fue que Edmundo González cuadruplicó al candidato del régimen y ello ocurrió en un evento íntegramente organizado y manejado por el CNE, donde éste movilizó a sus efectivos que aún le quedan, pero que se sumaron voluntarios para familiarizarse con el acto de votación. 

Cuando se enteraron de los resultados, inmediatamente le ordenaron, a quienes lo conocieron, que esa información era exclusivamente para el régimen y nadie podía comentar y menos hacerla del conocimiento público, y quién incurriera en ello sería condenado por traición a la Patria. Por ello el país no ha sido informado de los resultados, pero como entre cielo y tierra no hay nada oculto, me llegó la información. 

Este resultado es un preaviso al régimen de lo que ocurrirá este 28 de julio y ello aumentó su exasperación y angustia, que de seguro lo empujarán a cometer mayores barbaridades inconstitucionales y desmedidos desafueros. Este mensaje que el pueblo le envía al régimen es una clara y definitiva advertencia para que preparen sus maletas y se vayan para siempre y nunca más volver.

Como la desesperación los lleva a pretender consumar trampas, nuestros representantes electorales y testigos, deben ser gente muy atenta, de una sola pieza, de hierro, incorruptibles, insobornables y con la conciencia que en ellos la Patria se juega su suerte y la familia venezolana su regreso a la sociedad donde no había tanta pobreza, hambre y persecución. Los testigos son enviados y representantes de Edmundo González, que lo hace con absoluta confianza, pero también de la Patria, del pueblo y de los más pobres y necesitados, para salir del enojoso estado donde este régimen nos tiene, garantizando la transparencia y veracidad del acto de votación.

Amigos testigos, la Venezuela que deseamos les entrega a ustedes su representación para que la defiendan con voluntad, coraje, valentía, arrojo y presencia firme e inconmovible.

En fin, nuestros testigos serán artífices de la construcción del país deseado, del bienestar y felicidad de la familia venezolana y de la reivindicación de los más necesitados y urgidos.

Dios, la Patria y todas las familias se lo reconocerán, agradecerán y premiarán con un país muy distinto y muchísimo mejor. Dios, nuestro Padre Eterno, nos ayuda porque nosotros nos estamos ayudando y con un compañero así nada nos perturba en el cumplimiento del deber.