Charles Louis Montesquieu , mejor conocido solamente por su apellido, junto con Voltaire, Rousseau y Diderot, fueron los filósofos que desempeñaron un papel de primer orden en la Revolución Francesa. Con sus ideas revolucionarias para la época inspiraron al pueblo para luchar contra la injusticia y reclamar sus derechos ciudadanos.
En esta nota me referiré solamente, en breves líneas, a Montesquieu, quien nació en Francia en 1689 y murió allí mismo en 1755. Fue un pensador, filósofo y jurista de los más notables de la historia que vio más allá del horizonte y sus consideraciones, opiniones y reflexiones, hoy, 300 años después, continúan vigentes.
Su obra cumbre “El espíritu de las leyes” es considerada un tratado de extrema importancia acerca de los principios del Estado de Derecho Moderno: Trató sobre la división de los poderes públicos (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) y sostuvo que la independencia y autonomía orgánica y funcional de los mismos era fundamental, como también lo era la soberanía que emana de la voluntad popular. Montesquieu sostuvo que la distribución jurídica de las funciones de las ramas del Poder Público era necesario para evitar el uso arbitrario del poder y salvaguardar la libertad y los derechos ciudadanos.
Las ideas de Montesquieu eran revolucionarias para la época, entre ellas planteó también el mandato representativo frente al imperativo. Sostuvo que todas las personas fueron concebidas iguales y si el rey no tenía derecho a gobernar, entonces el pueblo tenía derecho a rebelarse. Sus escritos ayudaron inmensamente a crear un deseo de libertad en el pueblo y ayudaron, como hemos dicho, a la configuración de la Revolución Francesa.
Fue filósofo, escritor y precursor de la sociología de largo alcance, fue un profundo pensador político y desarrolló su pensamiento sobre la distribución de competencias y facultades del Estado y la separación de los poderes, contribuyendo notablemente a definir el principio de las democracias occidentales. Advirtió sobre la propensión del humano al mal, al egoísmo, al orgullo, a la envidia y a la búsqueda dl poder de manera desmedida y desenfrenada. Sostuvo que “El hombre aunque es un animal que razona, es llevado por sus deseos a cometer actos inmoderados”.
Sin duda alguna Montesquieu fue un talento muy adelantado a su época, tanto que después de tres siglos continúan con plena vigencia sus consideraciones y observaciones.
Dios quiera aparezcan tantos Montesquieu como sea posible, la humanidad sería otra muy distinta y mucho mejor.
Como debemos entender este régimen no conoce de Montesquieu y si sabe algo acerca de él se ufana en pisotearlo. Acá no hay división de poderes y se irrespeta groseramente la voluntad popular. Hace falta la revolución venezolana para colocar las cosas en orden.