Pasar al contenido principal

Pecado

Artículos de opinión
Tiempo de lectura: 2 min.

El pecado es la transgresión voluntaria y consciente de la Ley Divina. Es un acto malo, es todo aquello que se aparta de lo correcto y justo. Según la doctrina católica, el pecado es lo que priva a la persona de la vida espiritual y de la gracia de Dios y la hace su enemiga, merecedora de la pena eterna.

Maduro es un pecador que camina y habla. El maltrato al país y a todas las familias que en él estamos, es su pecado capital que lo aparta de la espiritualidad y de la gracia de Dios Padre y como tal, según la doctrina católica, es merecedor de una pena ejemplar.

Dios, por la culebra haber inducido al pecado, la condenó a arrastrar su vientre en la tierra y comer de ella. Pienso que la pena es directamente proporcional al tamaño del pecado cometido y el tiempo que transcurre entre la comisión del pecado y el perdón también lo es.

Me asombré, aunque a estas alturas debemos imaginar todo, cuando vi en un vídeo al señor Maduro, parece en medio de una asamblea de evangélicos, pidiendo perdón por los pecados cometidos. 

¿Perdón a quién? porque él no cree en Dios. Ha sido o es brujulato, santero, católico y evangélico. Imagino que la malsana mezcolanza política también la tiene también en materia religiosa. 

Bien podemos entender que este desplante es una imperdonable burla a Dios, cuando dice “Le entrego el país a Cristo”, cuando siempre ha sido de él. Es una estrategia sucia dada la inmensa fe del pueblo venezolano en Jesús, hijo enviado de Dios Padre y aspira ganar su adhesión con máscara cristiana, es una barbaridad propia de quien carece de valores trascendentes.

Este señor que detenta, por pocos días más, la presidencia de la República, ha jugado malamente con el pueblo y ahora lo hace con Dios, nuestro Señor Padre Eterno. Como él no sabe de espiritualidad, es bueno que sepa que de Dios nadie se burla y sigue incólume. Si nuestra población fuera santera, Dios nos libre y proteja, Maduro estaría implorando a “Changó”; se adapta a las circunstancias sean cuales sean.

Cuando se metió malamente contra el pueblo venezolano y las familias que en él residimos, y ahora con Dios, debe esperar las consecuencia; la primera, la derrota abrumadora no conocida que ocurrirá el 28 de este julio y luego la de Dios que con seguridad se presentará.

Maduro se dice marxista y está corriente totalitaria sostiene que “la religión es el opio del pueblo”. Se es religioso o marxista, pero ambas cosas no, salvo que se trate de desquiciados mentales.