Durante estos meses finales del año, las cámaras y asociaciones empresariales suelen convocar reuniones con el propósito de escudriñar sobre lo que sucederá en el ámbito económico en el futuro inmediato. Igualmente el gobierno, las consultoras especializadas y algunos bancos de inversión extranjeros arrojan pronósticos sobre crecimiento económico, inflación, precio del petróleo, disponibilidad de divisas y desabastecimiento. Esto abre una polémica en la cual pretendemos incursionar haciendo al final un balance de ésta.
En el contexto indicado el ministro de Comercio Exterior Jesús Faría previamente indicó, en declaraciones recientes, que el año 2017 será de recuperación económica. “Esperamos crecer entre 1,5 y 2 puntos del Producto Interno Bruto (PIB)”. El PIB se define como el valor monetario del total de productos y servicios generados en un país en un año determinado. En consecuencia, el ministro lo que quiso decir es que el valor de lo producido en el país se incrementará entre 1,5 y 2%. Además Faría añadió que “El año que viene será el año de la recuperación y de la estabilización de indicadores importantes como la inflación, la especulación, con esos dos elementos el abastecimiento quedará resuelto de una manera progresiva”. Si bien en el caso del comportamiento del PIB fue preciso indicando cifras, no ocurrió lo mismo con la inflación. De todas maneras el ministro ha afirmado en diversas declaraciones que la inflación disminuirá así como la escasez.
El ministro Faría lo que hace es reproducir las estimaciones hechas por el economista venezolano Francisco Rodríguez, del banco de inversión estadounidense Torino Capital, quien proyectó el crecimiento económico para el año que viene en 1,9%. Esto, parece inferirse de la información de prensa, sería consecuencia de los nuevos ingresos aportados por las mejoras en el precio del petróleo. No queda claro, en esta recuperación, el rol que Rodríguez le atribuye a las políticas gubernamentales. Francisco Rodríguez es un economista cercano al gobierno, por lo que sus declaraciones, no están ajenas a un sesgo producto de estas vinculaciones.
Conindustria, organización integrante de Fedecamaras que agrupa a los industriales venezolanos, convocó su asamblea anual centrándose en el tema de las “Perspectivas económicas 2017”. El presidente de Conindustria señaló que la capacidad utilizada de la industria es del 35%, es decir que la capacidad ociosa del parque industrial supera los dos tercios. Se trata en consecuencia de un parque próximo a la parálisis total. Ello, según el presidente de la organización, es consecuencia de la escasez de divisas, la política de control de precios, y la inflación desbocada. Tradicionalmente en la asamblea anual se hace un sondeo entre los industriales participantes, en el cual se trata de averiguar cuáles son sus expectativas para el año próximo en cuanto a crecimiento económico, inflación y valor del dólar. Los resultados del sondeo arrojaron que los participantes esperan una contracción del PIB del orden del 4,4%, una inflación estimada en 1.215% y un valor del dólar Simadi de 1.620 Bs. A estas alturas podemos concluir que los industriales tienen una visión radicalmente diferente a la del ministro Faría y el economista Francisco Rodríguez. Lejos de ver una recuperación económica en el horizonte visualizan una contracción, menor a la de este año que superará el 10%, pero lejos de la recuperación económica estimada por el gobierno. Las presiones inflacionarias no disminuirán sino que entraremos en el terreno de la hiperinflación. Uno de los tipos de cambio controlados por el gobierno, el llamado dólar Simadi, se duplicará reflejo de la incapacidad del gobierno de estabilizar el mismo.
En el programa CNN Dinero se entrevisto hace pocas semanas al economista responsable de América Latina de la banca de inversión Barclays Capital. Interrogado sobre el canje de bonos que realizó PDVSA meses atrás, el economista respondió que la empresa no había logrado sus objetivos, por lo que el déficit de caja en dólares para el 2017 se ubicará en la elevada cifra de diez mil millones de dólares, a pesar de la mejora en los precios petroleros. En consecuencia, a fin de pagar sus obligaciones de deuda el año entrante, Venezuela tendría que echar mano de los dólares destinados a la importación de alimentos y medicinas. Ello restringiría las importaciones de estos productos y prolongaría la escasez de alimentos y medicinas que actualmente padecemos. Los representantes de la firma financiera japonesa Nomura coinciden con el economista de Barclays sobre las dificultades que tendrá Venezuela el próximo año para cumplir con sus pagos de deuda externa, sugiriendo, en un informe citado por la prensa local, que habrá más recortes de las importaciones lo que agravaría el desabastecimiento. En consecuencia la visión de estas firmas se distancia de la del ministro Faria, quien afirmó que el desabastecimiento comenzaría a resolverse de forma progresiva.
La revista inglesa especializada en temas económicos The Economist, acostumbra editar un número especial en Diciembre en el cual elabora pronósticos sobre el comportamiento económico de algunos países y sectores el año venidero. En la edición especial de este año, pronostica que en el 2017 Venezuela sufrirá una contracción que ubica en -7% del PIB y una inflación de 484,3 %; la cual es una cifra cercana a la de este año, que se ubicará en 530% según la firma venezolana Econométrica. Un representante de esta consultora señaló, en declaraciones recientes a la prensa, que en el mejor de los casos la inflación se ubicará en 285% en 2017, si el gobierno implementa medidas para paliar el fenómeno, pero si no lo hace se ubicará entre 500 a 600%.
Creemos que este último es el escenario más probable, por lo que concluimos que Econométrica y la revista The Economist coinciden en que la inflación el año venidero rondará niveles cercanos a los de este año, descartando la posibilidad de una hiperinflación (mayor al 1.000%) planteada por los industriales en su asamblea.
En síntesis, un balance de las fuentes consultada nos permite afirmar que las mismas no coinciden con los pronósticos del ministro Faría sobre una recuperación el año entrante. Tanto los miembros de Conindustria como la revista The Economist pronostican una contracción que oscilará entre 4,4% y 7%. En cuanto a las estimaciones de inflación nos decantamos por las de la firma Econométrica y la revista The Economist que la ubican en torno a 500%, lo cual se aleja de los pronósticos del ministro de una disminución de las presiones inflacionarias.
En cuanto al desabastecimiento, los pronósticos de las firmas financieras Barclays Capital y Nomura hablan de que la crisis se prolongará e incluso puede agravarse, lo que contradice lo afirmado por el representante del gobierno.
Profesor UCV