Eduardo Fernández, cuya integridad conocemos, amante por formación y hábito de la verdad, dijo, que por conocer de mucho tiempo y saber de Edmundo González, podía afirmar con mucha propiedad y certeza que con él tendremos un gran Presidente y excelente Estadista.
En nuestra historia republicana hemos tenido muchos Presidentes sin ser estadistas y muchos estadistas, que gracias a Dios aún tenemos, que por vaivenes muy lamentables de la historia todavía no han sido Presidentes. Dos ejemplos de Presidentes que uno tuvo y el otro tienen bien lejos, casi imperceptible por la distancia abismal, lo de estadista, son el que se fue y el que por desgracia aún tenemos, Chávez y Maduro.
Ambos términos, aunque los confundamos, son diferentes. El Presidente de nuestra República es el jefe del Estado y del Ejecutivo Nacional en cuya condición dirige la acción de gobierno y como tal siempre debe cumplir y hacer cumplir la Constitución y la ley, nombrar y destituir al Vicepresidente y a los Ministros; dirigir las relaciones exteriores, celebrar y ratificar tratados, convenios o acuerdos internacionales y ejercer las funciones propias de la administración general del país y como jefe del Ejecutivo Nacional le corresponde también la dirección y administración de la Hacienda Pública. Un Estadista es una persona de mucho conocimiento y saber sobre todos los asuntos del Estado que mediante su intuición es capaz de unir los intereses contrarios en medio de un gran entendimiento nacional y hacer del Estado un exitoso instrumento al servicio de la Nación. Es quien sabe interpretar y analizar la realidad y circunstancias para tomar las mejores decisiones para alcanzar el Bien Común y la Justicia Social y actuar en consecuencia.
Edmundo González, quien ha despertado una grandiosa y extraordinaria esperanza y optimismo en la inmensa mayoría del pueblo venezolano, que será Presidente de todos, desarrollará sus excelentes condiciones de estadista para superar la honda crisis que confrontamos y traer bienestar y felicidad para todos, privilegiando a los más pobres y necesitados. Con él tendremos un inmejorable gobernante que como lo ha dicho, encabezará “la Segunda Independencia de la República”, en medio de un desarrollo integral, material y espiritual, del país con bienestar y felicidad para todas las familias.
He dicho que las especialísimas circunstancias y la intercesión de la inmaculada Divina Providencia, hicieron que Edmundo González fuera nuestro candidato a la presidencia de la República y ella, la Divina Providencia, nos ha acompañado en esta campaña, así lo siento, y nos seguirá acompañando para salir con bien del inmenso compromiso que significa recibir un país inmerso en la crisis más profunda de su historia y colocarlo en vías de su desarrollo general con bienestar para todos. Superar la pobreza y el hambre muy lamentablemente generalizadas, no será tarea fácil, pero a ello nos dedicaremos con toda voluntad, creación y esfuerzo. De que se puede se puede cuando existe entrega total y convicción profunda de servicio y esas las tenemos y sostendremos hasta el final.
Adelante corazones que estamos muy próximos a volver a transitar el camino de la democracia, la libertad, la justicia, el progreso y el bienestar general.
En la madrugada del lunes 29 amaneceremos entonando con alta y emocionada voz las gloriosas notas de nuestro himno nacional, dándole gracias a Dios y al pueblo venezolano por la extraordinaria jornada cumplida.