Nuestra historia tiene varios capítulos de enfrentamientos entre los venezolanos. En casi todo este tiempo ha habido presos políticos, unas veces por medidas arbitrarias del presidente de turno, otras por insurrecciones en contra de los dictadores y a veces para intentar derrocar a presidentes de democracias imperfectas, pero perfectibles. También ha habido asesinatos, encarcelamientos arbitrarios, torturas y exilios.
Cipriano Castro fue un atorrante que con el apoyo de su compadre Juan Vicente Gómez inició la pacificación de un país plagado de caudillos. Entre sus presos políticos están los banqueros que se negaron a prestarle más dinero. Su compadre Juan Vicente Gómez le serruchó la silla y en su presidencia tuvo presos que participaron en insurrecciones militares, escritores y estudiantes que se le opusieron. Ocasionalmente, Gómez otorgó libertades, otros solo salieron a la muerte del dictador y algunos murieron en prisión.
Durante la presidencia de Eleazar López Contreras hubo algunos presos de políticos de la generación del 28 que exigían más democracia. En el período de Isaías Medina no hubo presos políticos, algo excepcional. Durante la Junta Revolucionaria de Gobierno hubo algunos presos por la insurrección militar de noviembre 1947. En el corto período de Rómulo Gallegos no hubo presos.
En la dictadura de Pérez Jiménez, los presos fueron mayoritariamente militantes de Acción Democrática y del Partido Comunista, muy pocos de COPEI y también hubo militares. Varios libros narran las pésimas condiciones en las islas de Guasina y Sacupana. En esa etapa hubo récord de compatriotas asesinados, encarcelados, torturados y exiliados.
En el período democrático 1958 a 1999 hay que considerar que en el gobierno de Betancourt hubo insurrecciones militares y la extrema izquierda inició guerrillas urbanas. Betancourt otorgó algunos sobreseimientos. Cuando Raúl Leoni hubo intensificación de las guerrillas rurales, sin embargo, otorgó sobreseimientos e indultos. Caldera I aceleró la liberación de presos. Con Luis Herrera, Carlos Andrés Pérez I y Jaime Lusinchi no hubo presos, salvo los de algunos grupos guerrilleros y uno que otro caso. Con Carlos Andrés Pérez II solo estuvieron presos los involucrados en los alzamientos militares de 1992. Caldera II les dictó sobreseimiento.
Con Hugo Chávez regresó la barbarie. Nunca tuvo con los presos la generosidad con que fue tratado cuando estuvo cómodamente encerrado y con acceso a cualquier visitante. Es responsable de la penetración del narcotráfico. A partir del 2003, fiscales y jueces se prestaron para imputar y dictar sentencias aberrantes acatando órdenes de Miraflores. En los años 2004, 2005 y 2007 aumentó el número de presos, la mayoría jóvenes participantes en protestas pacíficas.
Nicolás Maduro asumió la presidencia con fuertes indicios de que había perdido la elección del 2013. Su falta de carisma, deterioro de los servicios públicos, decisiones erradas y aumento exponencial de la corrupción determinaron que se incrementaran las protestas de todas las clases sociales. Con gran primitivismo, recurrió a la violencia para reprimir y las cárceles se abarrotaron de presos políticos. Se han producido infinidad de desapariciones forzosas de todos los estratos sociales. La política fue arrestar y torturar a cualquiera para sembrar un terrorismo de Estado.
Los últimos presos han sido por ser testigos de mesas electorales, ser parte del equipo electoral de María Corina o por protestar el golpe de Estado electoral que dio Maduro. Su régimen está siendo investigado por la Corte Penal Internacional. Además, a raíz de la burda alteración de los resultados del 28J y del torpe asedio a la embajada argentina ha tenido rechazo de los gobiernos democráticos del mundo.
Recientemente, para intentar disimular, ordenó la libertad de algunos presos, aunque apresó a otros, entre estos últimos está la desaparición forzada del joven dirigente Jesús Armas. Ojalá ponga en libertad a todos con motivo de la Navidad. No somos optimistas al respecto, pero sí lo somos en relación a que Edmundo González, nuestro presidente electo, asumirá el poder.
Como (había)en botica:
Jesús Rafael Álvarez es otro preso político que murió en prisión, ignorándose las circunstancias. Su esposa sigue presa.
Lamentamos el fallecimiento de Ramiro Gordillo, compañero de Gente del Petróleo y de Unapetrol.
¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
eddiearamirez@hotmail.com