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Transición originaria

Opinión
Artículos de opinión
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Tiempo de lectura: 4 min.

Lo que hace complejo, complejísimo, conseguir el Santo Grial de una transición en Venezuela, es el carácter del liderazgo de la revolución bolivariana. En efecto, en nuestro país, no se trata de buscar a los hombres justos, como los buscaba Diógenes con su linterna, sino el de resolver, con esa transición, los problemas que el chavismo ha creado a nivel mundial con su presencia en el poder. En efecto, la transición venezolana se parecerá a muchas otras transiciones en que, como su nombre lo indica, será un tránsito de lo viejo hacia lo nuevo y deberá tener y tendrá, en su composición concreta, elementos de ambos extremos. Pero, en lo que tendrá que diferenciarse es en encontrar la parte de lo viejo que no reproduzca esos problemas geopolíticos que el gobierno ha provocado.

El chavismo, ha participado en la creación de un entarimado complejo, tenebroso, peligroso y resistente de convivencia en el poder de corrupción, subversión, terrorismo, alianza con el crimen internacional, con el lavado de dinero, con el tráfico de drogas. Cada uno de esos elementos ha desarrollado una dinámica propia, que tendrá diferencias entre ellas, pero que tienen en común, la defensa del régimen que es el ecosistema les permite vivir en simbiosis.

La comunidad internacional, no va a desarrollar ninguna iniciativa seria, hasta que no esté seguro que lo “nuevo” que haya en Venezuela no va a reproducir, lo que tanto peligro ha traído a la región.

Dicho esto, rescatamos el concepto de que la transición, obligatoriamente deberá contar con la fractura del régimen y con la presencia de factores que le han soportado durante tantos años. Ya sé que para algunos es difícil comulgar con esta rueda de molino, pero así será, como han sido todas las transiciones en el mundo, incluyendo las más radicales, como la revolución rusa y la francesa que tuvieron en sus primeras etapas elementos del “Ancien régime”, hasta que se desarrollara lo nuevo que querían construir. La Revolución Rusa tuvo al príncipe Lvov en transición después que derrocaron a los zares y la francesa tuvo su propio “Rey de los franceses” y no de Francia, en Luis XVI, mientras, Robespierre y su sed de sangre, afilaban la cuchilla de la guillotina, proceso que duro casi 4 años.

De manera que todas estas necedades sobre si los chavistas originarios o los sobrevenidos sirven para salir de Maduro, o no sirven, no tienen ninguna pertenencia en este momento. Algunos, no solo sirven, sino que son indispensables para que ello ocurra.

Algunos de nuestros aguerridos cazadores de chavistas originarios no han cogido línea. La mayoría de ellos tan “pitiyankis” y no recuerdan las declaraciones del senador Marcos Rubio que afirmo abiertamente hace unas semanas, “Para resolver la crisis de Venezuela nos estamos reuniendo con gente a la que querríamos ver presos”. Me imagino que el Sr. Rubio hablaba de chavistas, de gente cercana a Maduro, gente que quizás se sienta en su gabinete o en su alto mando. Este señor no iba a estar llamando al jefe de las UBCH del barrio La Bombilla de Petare que sigue honestamente pasando hambre y necesidades y que seguro está molesto con Maduro. Debe estar hablando con los dueños de las cajas de los machetes, no con ningún payaso de segunda, debe estar conversando con aquellos que pueden entregarle al dueño del circo. Repetimos las dos condiciones que deben estar estas “raras avis” que están buscando: 1. Gente con poder y capacidad de fracturar y 2. Gente que garantice razonablemente que no se reproducirán los peligros que ya citamos.

¿Y cuál sería el contenido de estas conversaciones, si los hubiéramos vistos y escuchado por un agujerito que habríamos percibido? ¿Acaso Rubio les recordaba lo bonito que es respetar la Constitución y lo civilizado que es la democracia? Quizás a algunos le hablaba de ello, pero lo más seguro es que a algunos de estos capitostes les daba argumentos un poco menos loables, quizás, le recordaba lo mismo que muchas esposas, hijos y nietos, dicen a estos personajes ¿“Y cuándo es que vamos a poder gastar estos cobritos que hemos ahorrado durante todos estos años...?

¿Cinismo? No, alguno lo llaman eufemísticamente, Realpolitik. ¿Qué creen nuestros amigos recontra anti chavistas originarios, que fue lo que llevo a la captura de Pablo Escobar, pues ni más ni menos que la entente de las autoridades (DEA incluida) con su competidor el Cartel de Cali y cómo capturan al Chapo Guzmán, jefe del cartel de Sinaloa, si no es por el dedo del cartel de Jalisco?

Ninguna transición verá la luz, lo reiteramos, sin que se produzca una considerable fractura del régimen. De allí lo importante que es recordarles a muchos opositores aquella sabia frase de Gonzalo Fernández de Córdoba, el conquistador de Nápoles, llamado el Gran Capitán “Al enemigo que huye, puente de plata…”. ¿Cómo podemos esperar que tal fractura se produzca, si nuestros Robespierres tuneados en tropicales están en las puertas de las casas del PSUV recibiendo a todos los disidentes con un par de ñascas en las manos para lincharlos por su chavismo originario?

Hasta no mas ayer, María Corina Machado revelaba que ha recibido (ni siquiera dijo que los fue a buscar ella) a algunos oficialistas que le pidieron su opinión sobre el tipo de transición que ella prefiguraba, y una jauría con mal de rabia ha comenzado a lapidarla con las mismas piedras con las que recibimos a los disidentes del PSUV. Así no llegaremos ni a la transición ni a la esquina.

Hay que seguir trabajando este proceso, con tesón, con paciencia, acompañando a la gente que sufre, formando nuevas generaciones de chamos en una nueva ética de la gestión pública y fortaleciendo las organizaciones políticas y sociales. No solo porque hay que hacerlo para construir el futuro, sino porque mientras más fuertes sean los buenos para el momento de la mentada transición, más débiles serán los malos en la etapa siguiente.