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Vivir el presente

Opinión
Artículos de opinión
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Tiempo de lectura: 3 min.

El presente es hoy. El pasado ocurrió, lógicamente se recomienda tenerlo presente solamente en aquellos recuerdos buenos cargados de felicidad, ello a los efectos de no tener contaminado nuestro espíritu con situaciones que nos afectan y perturban. Sé que esto no es fácil hay hechos y circunstancias que se nos meten en el alma y no es fácil olvidar. El futuro es incierto está por venir no estamos en facultad para determinarlo con certeza. En algunos planteamientos científicos podemos hacer ejercicio de cálculos y aproximarnos a las consecuencias de un acontecimiento, pero todo será especulación y aproximación, nunca determinaremos con rigurosa y milimétrica exactitud el mañana.

Saulo de Tarso, mejor conocido como San Pablo, fue una de las principales figuras del cristianismo. De perseguidor inclemente de los cristianos, una vez que Jesús se le apareció y le preguntó ¿ Por qué me persigues? se convirtió de una manera profunda y radical y se transformó en uno de los más notables apóstoles. San Pablo recomendaba vivir el presente con el acompañamiento del Espíritu Santo, vivir en Cristo, comer su cuerpo y beber su sangre para ser felices y ganarnos el porvenir.

Vivir el presente es desenvolvernos acertadamente en medio de las situaciones y circunstancias que a diario nos rodean y condicionan. Lo que ocurre diariamente o en momentos determinados nos afecta para bien o para mal. Es la inteligente capacidad y la carga espiritual lo que nos ayuda a salir debidamente se los hechos sean agradables o adversos

Vivimos tiempos de inmensa dificultad agravados por decisiones desacertadas e inimaginables en gente medianamente racionales. Nuestra población depende en elevada medida de las decisiones del gobierno. Si ellas son razonables y buenas nos provocará bienestar, pero si son equivocadas o con mala intención nos llevan a los días que estamos confrontando.

Las recientes medidas anunciadas por el Presidente de la Republica son un verdadero adefesio y contrarias a elementales normas de la ciencia económica que profundizará el caos, traerá más cierre de pequeñas y medianas industrias y establecimientos mercantiles provocando mayor desempleo que Dios quiera no se transforme en mayor delincuencia.

Ya llevamos muchísimo tiempo padeciendo este maligno régimen. Me extraña la que parece ilimitada paciencia y capacidad de soporte del pueblo venezolano. Si tenemos que actuar con inteligencia y espiritualidad en este momento, es urgente la adopción de medidas concretas que produzcan cuanto antes los cambios necesarios y nos conduzcan a la reconstrucción nacional que será también con mucho sacrificio, voluntad y entrega.

El Quijote le dijo a Sancho: "No es posible que el mal sea tan durable, pero habiendo durado mucho el mal, el bien está muy cerca". Comparto con el Quijote su afirmación, nos esperan días distintos que tenemos la obligación patriótica y moral de construir y reclamar con mucho coraje y valentía.

Dios y el tiempo premian la constancia, tenemos el ineludible deber de seguir en nuestra tarea de superar esta dolorosa y bochornosa situación que cada día nos empuja a un despeñadero con consecuencias inimaginables.

Las medidas anunciadas traerán ya mayores males y distorsiones perjudiciales para todos, especialmente para los más desprovistos.

Hay que ser extremadamente obtuso y carente de las más elementales normas en la administración del país y hasta no tener sentido común para presentar y ejecutar la semejante barbaridad que el gobierno pretende. En el régimen hay gente, aunque muy poca, con medianamente criterio, por ello sostengo y repito que estas medidas están fríamente calculadas y se practicarán con el único propósito de exterminar la poca economía e iniciativa privada que queda y el Estado ponerle la mano a todo el aparato productivo y de servicios del país. Ya lo han con cinismo y descaro lo han anunciado : empresa que cierre, empresa que tomamos. No se explica de otra manera este criminal paquete. Van tras el país íntegramente estatizado.

Debemos por Dios, por la patria por nosotros y por las generaciones futuras salirle al paso a esta monstruosidad que pretende sepultarnos.

Si nos ayudamos, Dios nos ayudará.