Pasar al contenido principal

Opinión

David Trueba

De entre todos los discursos e intervenciones públicas de políticos escuchados la semana pasada, y fueron bastantes, me quedo con el de la activista Jane Goodall en la Fundación Telefónica. Para empezar, había que verla allí erguida y firme a sus 84 años, con la belleza inmarchitable que proporciona la autenticidad. Su relato comenzó con el elogio reposado a la madre que le proporcionó las armas para acometer su lucha personal, con la virtud educativa de atender al asombro infantil.

Nos iría mejor si permaneciéramos más atentos al asombro de los niños que a los intereses retorcidos que nos mueven a otra edad. Jane Goodall se convirtió con los años en doctora, pero antes fue observadora de la naturaleza. Su mirada atenta y cercana a las costumbres de los chimpancés en Tanzania la llevaron a precisar sobre algunos comportamientos evolutivos. Según ella, los errores cometidos por su juventud y entusiasmo le brindaron también otra perspectiva enriquecida. Para empezar, en lugar de nombrar a los sujetos que estudiaba con un número, como mandaban los cánones académicos, ella se dejó guiar por su sentido común y puso nombre a los animales, así el primer chimpancé de su estudio fue ya para siempre David Barbagris.

Rememoró el momento en el que presenció cómo los animales se servían de instrumentos, ramas huecas, piedras, y percibió la cercanía humana. Después, llegó la observación de sus rituales de poder. Entre los chimpancés hay dos hábitos de mando. Uno violento, basado en el poderío físico. El otro, más inteligente, se eleva a base de alianzas. La duración del mandato de los primeros es menor que la de los segundos. Era difícil no escuchar esas palabras y no pensar de inmediato en nuestros políticos. Siempre he pensado que para que dos personas discutan o dialoguen con propiedad se necesita un contexto adecuado. Cuando tan solo persigue el espectáculo mediatizado, no se obtiene más que espectáculo. Hay que encontrar el canal apropiado para escuchar al otro, no solo para ganar por intensidad o efecto. La desgracia mayor de la democracia en redes es que el Parlamento se haya convertido en un intercambio de sentencias, a ser posible simples y chocantes que puedan circular en el adecuado formato al consumo epidérmico del móvil. Ese triunfo del poderío rápido, del golpe de manaza contra el pecho propio convierte la política en un afán de gorilas confusos. Sí, confusos, porque la realidad es siempre compleja y necesita de tiempo de escucha, de observación, de estudio.

El deterioro de la naturaleza ha sido el drama eterno de los animales. La depredación del hombre, incapaz de racionalizar su comercio ni su explotación de los recursos, condena a la extinción al último animal sobre el planeta, que será él mismo. La otra gran afrenta a la naturaleza proviene de la pobreza extrema. No hay en la necesidad espacio para el respeto al entorno. Pues bien, a día de hoy, las más populares iniciativas políticas en el mundo parecen apuntar en dos direcciones opuestas a la razón. La primera es considerar la economía como una ciencia apartada de la naturaleza, de la pervivencia humana, de la sostenibilidad. Prima entonces la cuenta de resultados, el aumento del beneficio, por encima de otros valores tan o más importantes en el medio plazo. La segunda consiste en despreciar la pobreza, protegerse de ella, perseguirla incluso con la absurda pretensión de eliminar al pobre, no rescatarlo. Habrá que dar la enhorabuena a quienes logran con algo tan sofisticado como la palabra hacer retroceder la mente humana hasta posiciones de primate.

El País

17 de diciembre de 2018

https://elpais.com/elpais/2018/12/17/opinion/1545053682_536711.html

 2 min


Desde el 1 de enero de 1976, fecha en que Venezuela tomó control de su industria petrolera a través del holding de Petróleos de Venezuela, S.A. (Pdvsa), esta empresa fue identificada por el sector político como una presa apetecible, tanto por el dinero que genera, como por las oportunidades de negocio y de colocación de militantes o simpatizantes de quien ocupa el poder. La estrategia para lograrlo fue sembrar la desconfianza hacia el personal venezolano que tomó las riendas de la misma. No solo los sectores de la extrema izquierda declararon que esa nueva gerencia tenía mentalidad de “musiúes” y que por lo tanto no defenderían los intereses del país. También predicaron que el petróleo se produce fácilmente, por lo que sus trabajadores no tenían que ser bien remunerados. Por otra parte, incentivaron que algunos trabajadores de alto nivel se acercaran al ministro del ramo en búsqueda de ascensos.

En sus primeros años, Pdvsa fue resguardada de la politización por la dirigencia de Acción Democrática y Copei, pero gradualmente ocurrió lo inevitable. Es comprensible que el presidente de la República designe presidentes de Pdvsa a quienes tengan méritos y con los cuales tenga cierta afinidad. No es requisito que provengan de las filas de la empresa e incluso a veces es conveniente, tal y como ocurre en las grandes corporaciones mundiales. Lo mismo es válido para los directores externos. En cuanto a los directores internos y a los presidentes y directores de filiales lo correcto es que sean designados de acuerdo a su desarrollo de carrera dentro de la empresa.

Hasta el año 2002, se cumplió lo señalado, con alguna que otra excepción de personas que no debieron estar y algunos que fueron dejados por fuera teniendo méritos suficientes. En febrero del 2002, Chávez se dispuso tomar a Pdvsa con la designación de Gastón Parra y de cinco directores internos sin méritos suficientes y, posteriormente, nombrando al exguerrillero Alí Rodríguez. Ante estos hechos y las violaciones a la Constitución, los petroleros reaccionaron promoviendo un paro en abril y sumándose a otro en diciembre del 2002, evidenciando que sí estaban identificados con los intereses del país.

Los venezolanos debemos estar agradecidos de la labor realizada por los presidentes de Pdvsa: Rafael Alfonzo Ravard, Brígido Natera, Juan Chacín, Andres Sosa Pietri, Gustavo Roosen, Luis Giusti y Guaicaipuro Lameda. Humberto Calderón Berti y Roberto Mandini, con méritos, ocuparon la presidencia por poco tiempo; este último cometió el error de obligar a retirarse a valiosos ejecutivos. Todos ellos, con sus más y sus menos, contribuyeron a que Pdvsa ocupara un lugar de respeto en el mundo petrolero, tanto por sus actividades de exploración, producción, refinación y comercialización, como por la investigación, adiestramiento, responsabilidad social y principios y valores de su personal. Ciavaldini fue presidente por un año; profundizó la politización y obligó a retirarse a excelentes ejecutivos.

A continuación presentamos algunas cifras de producción de crudo, tomadas del Oil Market Report, que publica mensualmente la OPEP con información promedio de cinco fuentes indirectas. No se considera la que consigna Venezuela por no ser confiable. Las mismas reflejan parcialmente la labor de los presidentes que ocuparon ese cargo por ser acólitos de Chávez y de Maduro. La información sobre los miles de accidentes ocurridos con saldo de numerosos muertos y heridos, de pérdida de activos, destrucción del sistema de refinación nacional e internacional y la corrupción ha sido reseñada por varios articulistas y organizaciones.

En el 2001, la producción de crudo que entregó Lameda fue de 2.862.000 barriles por día (b/d). La gestión de Alí Rodríguez entregó 2.582.000 b/d. Rafael Ramírez, quien hace alarde de su gestión, recibió en noviembre 2004 una producción de 2.620.000 b/d y entregó en setiembre del 2014, solo 2.336.000 b/d. Durante su gestión (redondeada) 2005-2014 el promedio fue de 2.423.900 b/d y hoy el régimen lo señala de corrupto. Eulogio Del Pino inició su gestión con 2.336.000 b/d y finalizó con 1.929.000 b/d, además está detenido acusado de corrupción. Manuel Quevedo inició con 1.834.000 b/d y hoy Pdvsa produce apenas 1.137.000 b/d. Recientemente falleció Nelson Martínez, quien ocupó la presidencia entre agosto y noviembre del 2017. Estaba detenido por supuesta corrupción. Sin duda Martínez es uno de los responsables, por acción y omisión, de la destrucción de Pdvsa, pero rechazamos que, después de un año no le dictaran cargos y que, al parecer, falleció por falta de atención médica.

Como (había) en botica:

Durante muchos años contamos con dos grandes periódicos que dieron prestigio a Venezuela. El Universal fue neutralizado al ser adquirido por gente cercana a la dictadura. El Nacional dio la pelea hasta el viernes pasado para mantener su edición impresa y la seguirá dando en la digital. Fue cercado al no suministrarle papel, igual que a otros diarios, al presionar a sus anunciantes y al obligar a exiliarse a su editor. Nuestro reconocimiento a Miguel Henrique Otero y a su personal.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

 3 min


Pedro Vicente Castro Guillen

La oclocracia que desgobierna este país, si en algo ha crecido, es en su tendencia patológica a creerse sus propias mentiras. Creer que lo que viene ocurriendo con la acción destructiva de Maduro los está fortaleciendo es mitomanía pura y dura. El empeño en legitimar un nuevo periodo presidencial el 2019 que duraría hasta el 2026 no los conduce sino a un duro golpe que la realidad se encargará de ejecutar.

Creer que la realidad política del país es la surgida de las sucesivas elecciones inconstitucionales de asamblea nacional constituyente (anc), presidenciales y las trucadas de gobernadores, alcaldes y concejales y, además, de que de allí surgió una legitimidad del régimen es algo que ni la imaginación más floreciente podría estar en capacidad de avalar.

La realidad del país es otra; más del 80% de la población rechaza la presencia de Maduro en el poder, un país muerto de hambre por falta ominosa de alimentos porque se destruyó todo el sistema agroalimentario nacional y un país donde los ciudadanos mueren de mengua por falta de medicinas y con un sistema de salud en ruinas. La realidad es que Venezuela es una economía petrolera sin industria petrolera porque fue devastada en estos veinte años de desgobierno por una depredación despiadada de los encargados de administrarla.

Lo que ha hecho el régimen del socialismo en el siglo xxi es debilitarse cada vez más en su afán de permanecer en el poder a costa de convertir el país en un montón de ruinas, han acabado con la posibilidad de financiamiento externo por la estulticia de pensar que podían sustituir la Asamblea Nacional por el tribunal supremo sin medir que tenían que contar con un mínimo de legitimidad en el ejercicio del gobierno. Esta Maduro empeñado en juramentarse como presidente ante la anc a sabiendas que es un acto que no tendrá ninguna consecuencia legal ni legitima ante un país que abomina de su ejercicio gubernamental y ante los países democráticos que rechazan la violación sistemática en Venezuela de Derechos Constitucionales, Humanos, Civiles y Democráticos, y que no están dispuestos a aceptar la presencia en el concierto de los países de América Latina a una figura que atropelle abiertamente principios consagrados en la Constitución vigente en Venezuela.

Es el propio Maduro quien con cada decisión teje el mimbre político que le dará de baja del poder, cada acto violatorio de la Constitución es un acto en que se pone más cerca de su salida política, pese a aparentar permanente una fortaleza y una unidad de la que carece a todas luces el castro-chavismo-madurismo. Las fracturas de la coalición en el poder civil y militar son cada vez más evidentes y se amplían bajo la presión de cada vez más contundente de la acción internacional que busca una solución pacífica para el país.

Hoy a pesar de las apariencias el momento de ponerle fin a este régimen político que ha realizado el cataclismo social más grande y ominoso de nuestra historia se aproxima inexorablemente y el castro-chavismo-madurismo lo sabe, sabe que el fin está cerca y blufea para confundir al país. Pero la realidad es inocultable la debilidad del régimen es correlativa a la destrucción del país.

@pedrovcastrog

 2 min


Para el día después, que será el primer día de un nuevo período democrático para Venezuela, se debe tener un plan de acción para recuperar los sectores productivos del país. Uno de ellos es la agricultura, donde hay que considerar muchos aspectos, y en esta oportunidad trataremos el tema de la infraestructura de apoyo a la agricultura.

Infraestructura de apoyo a la agricultura.

En el caso de la agricultura, además de los sistemas de riego que ya ameritaron un capítulo especial, existen por lo menos cuatro aspectos más de infraestructura para apoyarla, ellos son la vialidad agrícola, la electrificación rural y el servicio de agua potable, los centros poblados, y los centros de recepción y almacenamiento de cosechas.

-Si las carreteras nacionales están descuidadas y muy deterioradas, la vialidad agrícola está en peores condiciones. Muchas de estas vías son de granzón y requieren un mantenimiento permanente, de lo contrario, especialmente cuando hay lluvias y tránsito constante por movilización de maquinarias y equipos, insumos como semillas y fertilizantes, productos de la cosecha hacia los centros de acopio o de recepción, se hacen grandes baches que pueden hacer intransitables estas vías. Parte de lo que se puede considerar vialidad agrícola corresponde a algunas vías asfaltadas, y lo que pudiera ser una ventaja, en algunos casos se convierte en situaciones peores que con la vialidad de granzón, ya que al dejar que lleguen a un avanzado grado de deterioro su recuperación y mantenimiento se hace más complicado y más costoso.

En algunos casos la vialidad agrícola posee pequeños puentes que deben ser también mantenidos en buenas condiciones, ya que se pueden convertir en verdaderos obstáculos infranqueables, aislando las unidades de producción y consecuentemente afectando seriamente la producción agrícola.

En una oportunidad se creó, dentro del Ministerio de Agricultura y Cría, una Dirección de Vialidad Agrícola, como organismo responsable por la coordinación de todas las acciones para la construcción y mantenimiento permanente de la vialidad agrícola del país. No estoy seguro del éxito que pudo tener esta instancia oficial, pero es necesario que exista un organismo que se encargue de estas actividades. Posiblemente ese organismo a nivel nacional se pueda encargar del estudio de necesidades de nuevas vías, de construcciones costosas como son puentes, túneles o movimientos de tierra muy voluminosos; pero el permanente mantenimiento de la vialidad agrícola puede ser responsabilidad, al igual que de las carreteras nacionales, de los cuerpos de gobierno regional y local, según la magnitud de los trabajos requeridos. En estas acciones es necesario el concurso obligatorio de las asociaciones de productores y de agricultores independientes que se puedan beneficiar de estas labores de mantenimiento.

Otro aspecto importante es que el tránsito por estas vías rurales debe ser regulado para evitar su deterioro y hasta su destrucción por un mal uso. En casos de daños por imprudencia u otras causas fuera de lo normal, los causantes de tales irregularidades deben hacerse cargo de las reparaciones a que hubiere lugar, en el menor tiempo posible, especialmente cuando el daño pueda causar que determinada vía haya quedado intransitable.

-La electrificación rural es fundamental en las áreas agrícolas, por un lado porque permite accionar motores de diversa utilidad en las fincas y al mismo tiempo favorece el confort para la vida del agricultor dentro de su unidad de producción. Así mismo, es imprescindible que en el campo las personas puedan disfrutar de un saludable servicio de agua potable, lo cual es fundamental en los centros poblados de cualquier magnitud ya que en la mayoría de los casos, en el aislamiento de una finca, el propio agricultor soluciona su suministro de agua potable por medio de pozos o depósitos que son llenados por camiones cisternas.

Desde el comienzo de la aplicación de la Ley de Reforma Agraria, uno de los aspectos al que los gobiernos democráticos de los años sesenta y quizás hasta los ochenta le dieron gran importancia fue a la electrificación rural y a los acueductos. Al menos los centros poblados, eran dotados con acueductos rurales. Hoy en día, cuando estos dos servicios básicos son precarios en las grandes ciudades del país, lógicamente están en peores condiciones en el “campo” venezolano.

En el caso de la electrificación rural se debe hacer una evaluación del servicio existente para acondicionarlo adecuadamente y decidir si es necesario hacer nuevos tendidos eléctricos hacia algunos sectores ya en desarrollo y hacia aquellos nuevos programas de desarrollo que puedan ejecutarse. Lo importante es que este servicio público llegue a todos los rincones de nuestras regiones agrícolas por medio de nuevas acometidas a partir de las grandes líneas existentes, o con el apoyo de plantas eléctricas en aquellos casos cuando éstas puedan dar un servicio satisfactorio. En algunos casos de fincas aisladas, el servicio puede ser responsabilidad del mismo agricultor utilizando plantas propias para cubrir sus necesidades de electricidad.

El servicio de agua potable es fundamental y es responsabilidad del gobierno satisfacer su suministro a todos los ciudadanos que ocupen cualquier tipo de desarrollo habitacional. Por lo tanto, esto es necesario en las zonas rurales del país. Es preciso evaluar el estado actual de los acueductos rurales, mejorarlos y ampliar el servicio a todos los centros poblados ubicados en las zonas de producción agrícola con la instalación de acometidas, desde líneas existentes y que puedan utilizarse, o con la perforación de pozos e instalación de las plantas de tratamiento para asegurar un suministro de agua de calidad a los habitantes.

-Disponer de una vivienda suficientemente cómoda, con servicios básicos eficientes, en una localidad donde se pueda acceder con facilidad a expendios de alimentos y de medicinas, con facilidades de atención médica primaria, escuelas, transporte para dirigirse a otros poblados o ciudades cercanas, entre otras condiciones, es fundamental en el campo para la estabilidad de las familias, y para que puedan llevar una vida agradable tanto parceleros que tengan sus terrenos aledaños a estos centros poblados, como las personas que trabajen en las unidades de producción de la zona o que presten servicios diversos a la población.

Con respecto a los centros poblados y viviendas adecuadas para las familias campesinas, es preciso comenzar por actualizar los centros poblados existentes, que fueron construidos prácticamente con todos sus servicios funcionando adecuadamente pero que en la actualidad están muy deteriorados. Es particularmente grave la falta de atención médica, el abandono o mal funcionamiento de las escuelas, la ausencia de un transporte confiable para llegar o salir de estos centros poblados, la inexistencia de sistemas que permitan evitar que la basura y las aguas negras generadas por esas comunidades se conviertan en problemas ambientales, y los problemas de inseguridad personal y de mal estado de la vialidad a los que ya hemos hecho referencia.

Los casos de la basura y los efluentes domésticos son dignos de atención, ya que además de los problemas de salud que pudieran causar por su mala disposición, generalmente son lanzados a los cursos de agua cercanos a los poblados, sean éstos caños, ríos o canales, contaminando sus aguas y con la posibilidad de originar obstrucciones que retengan estas aguas y pueda ser causa de otros tipos de problemas por desbordamientos, o porque el agua no llegue adecuadamente a su destino. Por lo tanto, es fundamental atender estos dos casos, colocando cerca de los poblados modestos vertederos o alguna otra solución para la basura, con capacidad suficiente para los estimados de desechos generados, y sistemas de pozos sépticos y lagunas de oxidación que puedan recoger todas las aguas negras producidas.

Se debe evaluar la necesidad de construir nuevos centros poblados y, en algunos desarrollos de nuevos caseríos y villorrios que van creciendo desordenadamente, iniciar programas de sustitución de ranchos por algún modelo de vivienda rural mejorada en relación al diseño original de este tipo de viviendas, y apoyarlos para que dispongan de los servicios mínimos necesarios para llevar una vida lo más agradable posible.

En conclusión, la vivienda debe ser prioritaria en la vida campesina, porque las condiciones naturales y las obligaciones de las personas como trabajadores, o como padres, o como amas de casa, son bastante más duras que cuando se vive en las ciudades, rodeados de recursos para tener mayores comodidades y una mejor formación y desarrollo intelectual. La vivienda en el campo tiene gran importancia en la estabilidad familiar.

Hace años, existió una eficiente Dirección de Malariología y Saneamiento Ambiental, exitosa en el control de la malaria y, entre otras atribuciones, responsable de los acueductos, viviendas y sistemas de cloacas rurales. Hoy en día hace falta una organización de este tipo, pero que rescate la dedicación de sus anteriores directivos, empleados y obreros en el cumplimiento cabal de sus responsabilidades, especialmente ahora cuando el campo venezolano se encuentra tan desasistido y la malaria ha vuelto a aparecer con una elevada incidencia en todo el territorio nacional.

-Los productos agrícolas, en general, son perecederos en el corto plazo cuando están expuestos a condiciones normales de alta temperatura y elevada humedad ambiental y, en el caso de los granos en general, son más susceptibles al deterioro cuando su contenido interno de humedad es elevado, lo cual es particularmente cierto para los granos de especies oleaginosas. Por lo tanto, debe existir una satisfactoria capacidad para la recepción, tratamiento y almacenamiento de cosechas lo suficientemente cerca de los sitios de producción, bien sea con silos de almacenamiento de granos, o frigoríficos para la recepción y almacenamiento en frío de hortalizas y frutos. En el país existe una red de silos para granos y sitios para el almacenamiento en frío, que seguramente no será suficiente para atender la producción cuando ésta se recupere y vuelva a una normalidad que satisfaga nuestra demanda.

La producción agrícola no termina con la recolección de los frutos de los cultivos, ya que hay una serie de actividades post cosecha que deben ser cubiertas. En el caso de los granos, generalmente se recolectan con un contenido de humedad superior a la humedad de almacenamiento que normalmente es 12%, por lo tanto, rápidamente deben ser llevados a un centro de recepción para ser secados según las normas y luego almacenados para ir distribuyéndolo gradualmente a los centros de consumo. Este secado y almacenamiento son necesarios porque la producción en el campo es estacional pero el consumo es durante todo el año. Algo parecido ocurre con las hortalizas ya que en la mayoría de las ocasiones deben ser almacenadas para su posterior comercialización y, en este caso, el almacenamiento debe ser con temperatura y humedad relativa controladas.

Otra infraestructura que puede convivir en las áreas agrícolas son industrias procesadoras de productos agrícolas, lo cual existe en algunos sitios para procesar frutas y tomate. Esto es muy conveniente ya que estos son productos perecederos en el corto tiempo, y procesarlos cerca del lugar de producción es una garantía para el productor. También hay que pensar en procesadoras y empaquetadoras de granos.

Es preciso evaluar la capacidad actual de recepción, tratamiento y almacenamiento de cosechas, el estado en que se encuentren los depósitos disponibles, recuperarlos a su máxima capacidad, y decidir si se requieren nuevos desarrollos de este tipo de infraestructura. Obligatoriamente, si se desarrollan nuevas áreas para la producción agrícola, éstas deben ser dotadas con toda la infraestructura de apoyo que favorezca buenos resultados de la gestión agrícola.

Diciembre de 2018.

pedroraulsolorzano@yahoo.com

www.pedroraulsolorzanoperaza.blogspot.com

 8 min


Edgar Benarroch

El militar es un ciudadano que decide por vocación, es decir por inclinación y sentimiento interior, dedicarse al servicio de la Patria por intermedio de la Fuerza Armada, en un acto voluntario con el que resuelve hacer carrera profesional y con el tiempo adquirir las aptitudes y conocimientos necesarios. La escogencia de la carrera militar supone la renuncia a algunos derechos políticos entre los que están pertenecer a organizaciones o partidos y más aún ser beligerante en el acontecer partidista de la Republica.

La circunstancia de ser una persona de uniforme, armada y con autoridad no lo hace común, por ello hablamos de civiles y militares. Al ingresar a la carrera juran cumplir y hacer cumplir la Constitución y leyes de la Republica y estar exclusivamente al servicio y defensa del más alto interés nacional y nunca al servicio de parcialidades. Nuestra Constitución contempla la condición apolítica de los integrantes de la Fuerza Armada, yo prefiero hablar más bien de apartidista. El militar es un ser político por excelencia, lo que no debe nunca es abrazar banderas partidistas o sectoriales que lo hace traidor a su juramento e inconveniente para la institución y para el país, es una inconveniencia para todos.

En el cumplimiento de su deber está la defensa de la soberanía nacional, de nuestras fronteras y de nuestra independencia. Sus integrantes no son deliberantes, deben ser disciplinados y obedientes. Solo los altos mandos deliberan y acuerdan y giran instrucciones de obligatorio acatamiento en sus contingentes, que más adelante muchas de ellas con esparcidas al país. Es una institución poco o nada democrática en su interior y operatividad, se imparten órdenes que son acordadas en las cúpulas y se acatan y cumplen sin discusión (los estudiosos de la materia afirman que es lo recomendable).

Es una institución totalmente cupular. Se entiende que esas órdenes están en sintonía con nuestro ordenamiento jurídico y sujetas a lo ético y moral, como también respetuosas de la dignidad de la persona humana. Ningún militar tiene el deber, menos la obligación de cumplir órdenes que desafíen esos principios. En la práctica nos encontramos con frecuencia que alertamos a alguien de uniforme sobre su extra limitación y desafuero y nos responde que está cumpliendo órdenes superiores, aunque nos dé la razón y tenga conciencia de ello. Quienes así actúan cometen delito y no es alegable el cumplimiento de orden superior. Delinquen los dos, quien actúa y quien imparte la orden.

El militar debe ser un buen ejemplo de ciudadanía para la sociedad y la Republica. Es repugnante verlo actuar al margen de la ley, cometiendo desafueros, faltando a la ética y a la moral, traicionando su juramento, peor aquellos que subrepticiamente se inmiscuyen en negociados indignos con el ánimo de enriquecerse.

Cuando nos encontramos con un militar institucionalista, fiel y consecuente con su juramento, nos cargamos de orgullo por estar en presencia de un ser con decoro para quien el interés de la Patria es lo primero. Al contrario, cuando vemos y escuchamos a quienes, casi siempre de alto rango, que son los que pueden hablar, vociferar y rasgarse el uniforme a favor de una tendencia partidista o peor aun siguiendo ciegamente a un hombre, nos sentimos avergonzados, irritados y sublevados. Quienes así se comportan deben abandonar la institución armada y dedicarse a otro oficio. Nunca ser militar activo y a la vez activista político partidista o negociante. Ningún bien le hacen a la institución, ni al país, al contrario es un mal y aberrante ejemplo de lo que no debe ser.

Nuestra institución armada gozó de un gran prestigio y respeto en nuestro país. Nos sentíamos orgullosos de ella. Veíamos a hombres y mujeres con decoro, formación y ejemplo de ciudadanía, exhibían su uniforme con orgullo y gallardía, lo admiramos por su capacidad de servicio a toda la nación sin distingo de ninguna naturaleza. Este sentimiento desgraciadamente se ha venido a menos, se ha desvanecido y está en niveles bastante bajos por la inapropiada conducta de alguno de sus miembros y por considerarla con frecuencia de espalda al interés de todos. Se habla que le recomendaron u ordenaron portar el uniforme solo en casos necesarios, ¿Por qué será? También escuchamos al Presidente de la Republica, que es comandante en jefe de la Fuerza Armada decir que "militar que visite a su familia que no esté con el proceso se hace sospechoso".

La inmensidad de los integrantes de nuestra Fuerza Armada sigue siendo institucional y al servicio de todo el país, solo que hay veces parece que la comprometieran quienes pueden hablar, que son pocos pero con "voz de mando". Quienes así se comportan, bien porque perdieron su vocación o lo más pueril, en búsqueda de prebendas más de las que tienen o en resguardo de ellas, le causan al país un inmenso daño, debieran retirarse de la institución y dedicarse a hacer política partidista o meterse en el mundo de los "negocios ".

Reinstitucionalizar el país y en particular a nuestra Fuerza Armada es nuestro deber y para que ello se produzca es necesario un cambio profundo e integral cuanto antes en la conducción de la nación que pasa necesariamente por la UNIÓN de más del 80% del pueblo venezolano que ansía ese cambio.

 4 min


El término agricultura es utilizado en este texto en el sentido amplio e inclusivo que se emplea internacionalmente para abarcar los sectores de la producción primaria animal, vegetal, pesquera, acuícola y forestal, sin olvidar los nexos vinculantes con la industria, así como con la actividad turística, teniendo siempre presente el componente ambiental implícito es esta actividad.

Aceptando lo anterior podemos aseverar que Aragua ha sido, es a pesar de la realidad actual y deberá seguir siendo reconocido como un estado agrícola cuando evaluado desde la perspectiva de la producción primaria y la de insumos necesarios para la misma, la transformación de sus productos, así como el almacenamiento y la distribución de los mismos, sin olvidar el potencial que representa al agroturismo para el desarrollo local.

En términos generales los esfuerzos a favor de la agricultura en el estado deben orientarse hacia la mejora de la calidad de vida de sus pobladores, en base a una práctica sustentable que permita incrementar los rendimientos, mejorar el ingreso, adoptar la tecnología más apropiada, emplear la mano de obra disponible y generar un bajo impacto ambiental, a la par de suministrar alimentos y materias primas de calidad demandados no solo por las comunidades locales y nacionales, sino de factible incursión en los mercados internacionales.

Para la Costa, el apoyo a rubros como el cacao, musáceas, hortalizas, especias, raíces y tubérculos se recomiendan en sistemas de producción en cultivos asociados, con cultivares adaptados ecológicamente, producción orgánica como valor agregado y manejo agronómico que tenga en cuenta las áreas protegidas. La pesca artesanal, la eficiencia de sus métodos de captura y los canales de mercadeo disponibles son elementos importantes a la hora de apoyar la estabilidad económica de algunos de sus pobladores.

En la Montaña se debe mantener y estimular el cafeto como cultivo estratégico debido a que es protector de cuencas y demandante de mano de obra. Los frutales (fresa y duraznero en particular), hortalizas y flores de piso alto, así como otros cultivos (lulo, mora y tomate de árbol) representan una actividad productiva con impacto económico positivo demostrado. En esta zona, el cultivo en laderas con pendientes en muchos casos pronunciadas, demanda el uso de técnicas adaptadas para garantizar la estabilidad de los suelos.

Las especies forestales tienen una especial importancia no solo por su posible valor económico directo, sino por el efecto ambiental positivo que representaría su siembra y explotación racional, por lo que se propone evaluar el potencial forestal y la factibilidad técnica y económica de su producción

En el caso de los Valles Centrales la avicultura y la porcicultura representan una actividad pecuaria productiva que constantemente lucha por mantener su sobrevivencia. En consecuencia, el apoyo al desarrollo de sistemas alternativos de producción avícola y porcina, en los aspectos relacionados con instalaciones, materias primas para la alimentación, medicinas, equipos y genética es una necesidad.

El cultivo de la caña de azúcar, las leguminosas y cereales tropicales, en especial maíz y sorgo para semilla, el mango, las cítricas, hortalizas y musáceas deben continuar siendo o reposicionarse como una importante fuente de empleo y producción, a la vez de constituirse en elementos de contención a la expansión urbana anárquica. Su preservación a través de mecanismos de estímulo, sobre todo en lo concerniente a la seguridad de bienes y personas es de primera prioridad.

En la Altiplanicie y los Valles del Sur la lechosa, mango, guayaba, raíces y tubérculos, la producción de hortalizas de alto valor comercial, para uso industrial y de consumo fresco, viveros de plantas ornamentales y frutales, bovinos de carne y de doble propósito, así como en ovinos y caprinos, la cría de aves y cerdos demandan el desarrollo de programas integrales de mejoramiento de la producción con énfasis en la posibilidad de agregarles valor económico en la zona, así como en la facilitación del mercadeo eficiente. El potencial forestal de la zona y su integración a la actividad agrícola, vegetal y animal, debe ser dilucidado con miras al desarrollo de proyectos en ese sentido.

La disponibilidad de mayores caudales de agua para fines de riego incrementaría significativamente las potencialidades agrícolas y agroindustriales de esta región aragüeña, sin olvidar que en sus diferentes escenarios ecogeográficos, la acuicultura debería ser evaluada como una alternativa insuficientemente valorada,

Para Aragua, como un todo, se hacen prioritarias un conjunto de políticas entre las que destacan:

  1. detener la expansión urbana a expensas de tierras de un alto valor agrícola,
  2. incentivar una agricultura eficiente y competitiva, basada en la obtención de los máximos rendimientos, con el uso de los insumos estrictamente indispensables,
  3. destacar el reconocimiento como primer estado productor y procesador de semillas, incentivando esta situación y declarándola de interés en los planes de desarrollo, por su valor nacional y el potencial exportador,
  4. optimizar el uso de las aguas servidas, una vez tratadas, como recurso para el riego de los cultivos, aliviando adicionalmente el problema de los excedentes por este concepto,
  5. dedicar esfuerzos a los aspectos relacionados con los procesos postcosecha y con el tratamiento y preparación de productos agrícolas de alta calidad, con miras a enfrentar necesidades nacionales, así como mercados internacionales exigentes y altamente competidos y
  6. fomentar la acción cooperativa de las instituciones de investigación y docencia existentes en el área, con la intención de convertirlo en centro de referencia nacional e internacional, particularmente en lo relativo a los postgrados agrícolas y a los sistemas de información para la agricultura.

¿Qué se requiere para para que la propuesta pueda hacerse realidad?

Seguridad Jurídica

Entendida más allá del indispensable respeto a la propiedad y a las inversiones, como la necesidad de planes y programas sostenidos en el tiempo que permitan la producción agrícola con una visión de cadenas en las cuales los eslabones se reconozcan, respeten y se relacionen entre sí, como única forma de garantizar la seguridad alimentaria de nuestra población.

Seguridad Personal

La posibilidad de trabajar, transitar, comerciar y vivir en las zonas rurales sin temor al robo, la extorsión y al riesgo físico personal es indispensable para la estabilidad de la actividad agrícola.

Seguridad Social

El medio rural no debe diferenciarse de las zonas urbanas con las que comparte un territorio en cuanto a oportunidades de educación, salud, esparcimiento y movilización. Cada vez más se pone en evidencia que lo urbano y lo rural son un continuo en el que la población se distribuye no solo por su actividad económica, sino por la calidad de vida a la que tenga acceso en una determinada realidad.

Ordenación del territorio

Este es un aspecto que ha sido planteado reiteradamente por los técnicos agrícolas y ambientales, e igualmente dejando repetidamente de lado por presiones políticas circunstanciales, corrupción e inclusive ignorancia. El conocimiento necesario existe y su implementación solo demanda voluntad y entereza política.

Alguna bibliografía pertinente

Plan Agrícola Mediano Plazo 1998 - 2000

http://documentos.link/sites/default/files/Plan%20Agricola%20Aragua%2C%2...

Plan Integral de Desarrollo Agrícola. Aragua 2015 – 2034

http://documentos.link/sites/default/files/PIDA%202015%20-%202034%20PDF.pdf

El Estado Aragua que queremos. De todos y para todos

http://documentos.link/sites/default/files/Definitivo%20julio%202014_0.pdf

Estudio a gran visión para el Proyecto de Desarrollo Agroforestal del Sur del Estado Aragua

http://documentos.link/sites/default/files/agroforestal.pdf

La agricultura deseable para Aragua

http://documentos.link/sites/default/files/pf20040426-01luislopez.pdf

Memoria descriptiva del estado Aragua

http://documentos.link/sites/default/files/MEMORIA-DESCRIPTIVA_ARAGUA%20...

Seguridad alimentaria y nutricional en Venezuela

http://documentos.link/sites/default/files/Seguridad%20alimentaria%20Ven...

 5 min


El año 2018 comenzó pésimo y terminó peor en Venezuela.

No me refiero solo a las elecciones presidenciales obsequiadas por la oposición a Maduro el 20-M, ni siquiera a la capitulación abstencionista que nuevamente y de modo radicalmente suicida ha cometido la oposición en contra de sí misma, el 9-D. Me refiero al hecho objetivo de que toda la oposición -o lo que queda de ella- se encuentra viviendo, gracias a los descarrilamientos de sus partidos, en un avanzado proceso de descomposición. ¿Qué mejor regalo pudo recibir un régimen dictatorial y/o autoritario en vísperas de navidad?

Hoy ni siquiera podemos hablar de “las oposiciones” como acostumbraba escribir un destacado opinador. Hoy solo existen voces destempladas, reclamos aislados, amenazas con una fuerza que nadie tiene, esperanzas infundadas en redenciones externas, interminables -y aburridas- exhortaciones tuiteras, lacrimosos llamados a la unidad en un frente de amigos donde dos honorables sacerdotes lanzan consignas radicales producidas por su incontrolada imaginación. Y los que pudieron haber sido líderes, abocados en un piadoso trabajo social, llevando samaritano consuelo a los pobres e invocando por un destino mejor. Anomia política, llamó Enrique Ochoa Antich con pertinencia al actual orden (o desorden) de cosas. El término, desde el punto de vista político, no pudo ser más apropiado.

Anomia. Concepto utilizado por Emile Durkheim en su libro Le Suicide (París, 1897) mantiene su vigencia en la sociología al designar a ordenes sociales desarticulados con respecto a normas y leyes. El término ha recobrado importancia como consecuencia de la ya larga transición que se da entre el descenso del periodo industrial y el auge de modos digitales de producción en los países de más alto desarrollo económico. Como toda transición, el nombrado periodo produce desarticulaciones personales, pérdidas de identidad social y por cierto, desocupación laboral.

El concepto de anomia fue recogido por Robert K. Merton en su libro Social Theorie and Social Structure (New York 1964) y llevado hacia el campo de la psicología individual. Generalmente se usa como sinónimo de disociación del ser con respecto al mundo real, por una suplantación de lo existente por lo simbólico y por la desviación de los deseos hacia objetos no equivalentes. Tales características llevadas al ámbito de lo político designan a movimientos o partidos cuando pierden relación con su contorno social y se transforman en entidades las que, igual que los individuos disociados, tienden a sostener su vida sobre la base de rituales destinados a mantener la unidad ficticia entre sus miembros.

En su forma más avanzada, la anomia – y este parece ser el caso de la oposición venezolana- lleva a la disociación de la política entre y dentro de sus representaciones. Esta es la razón que explica por qué, bajo el influjo anómico, la unidad entre los partidos es casi una imposibilidad. La superación de la condición anómica solo puede ser alcanzada, en consecuencias, mediante un proceso de recuperación de la política. No hay otra alternativa.

¿Cuándo los partidos de la oposición venezolana extraviaron su política? Difícil decirlo. Tanto en la psicología individual como en la social, el concepto de “trauma determinante” ha entrado en desuso. Cuando más pertenece a la literatura y a la cinematografía del siglo XX. Sin embargo, hay hechos que para un historiador han de ser más significativos que otros. Más todavía si se tiene en cuenta que el extravío político no solo es propio al inestable comportamiento de los partidos (2002 y 2005) sino, además, ha sido inducido por el propio gobierno. Maduro, conocedor de la oposición, ha tendido trampas a los partidos y estos han caído en ellas uno por uno. Como conejos.

Una trampa, quizás la más decisiva, fue la instalada el 30 de Julio por Maduro, en respuesta a la consulta popular inoficial y no vinculante del 16 de Julio realizada por la oposición en el punto más alto de las protestas del 2017. Consulta a la que la oposición pretendió dar un carácter simbólico pero a la vez insurreccional en la medida en que desconocía al TSJ y a la CNE. El de Maduro fue sin duda un megafraude, pero a la vez una respuesta maestra (en sentido dictatorial) al 16-J, fecha que adquirió para los sectores extremos de la oposición un carácter no solo vinculante, sino, además, sacramental.

El megafraude del 30-J correspondió al propósito abierto del régimen destinado a quebrar la voluntad de voto de la ciudadanía, incluyendo la de sus propias filas. Sin embargo, no haber sabido dirigir esfuerzos por recuperar esa voluntad en las regionales de diciembre de 2017, fue exclusiva responsabilidad de la oposición. Ese fue el comienzo del gran triunfo madurista: la voluntad de voto ciudadana dejó de existir.

Lo demás es historia conocida. La MUD asistió a un diálogo en Santo Domingo en busca de garantías electorales ¡sin siquiera tener una candidatura! Y al no aceptar las condiciones, en lugar de hacer de sus exigencias un magnífico programa de lucha, emprendió la retirada bajo el pretexto de una supuesta comunidad internacional que así lo exigía. Para decirlo en términos claros: la oposición se rindió.

Las recientes elecciones comunales fueron un simple corolario de las presidenciales. La oposición entregó las comunas del país a Maduro transformando con ello a Venezuela en una inmensa Baruta. Peor todavía: entregó al régimen las llaves para que impusiera una “democracia directa” a la cubana: el “poder comunal”, antiguo sueño de Chávez.

Evidentemente, la MUD no entendió el significado de las elecciones cuando estas tienen lugar bajo un régimen con pre-disposiciones dictatoriales. Pues bajo esas condiciones, votar no solo es un deber ciudadano. Votar es, en primer lugar, un medio de participación política activa a través de las campañas electorales, donde es posible llenar calles y ejercer el derecho a la protesta popular. Solo en segundo lugar las elecciones son un medio donde es posible ganar (o perder). Y en tercer lugar: son un medio para ejercer público reclamo post-electoral. Pues es evidente Watson: sin elecciones no hay fraude y sin fraude no puede haber apoyo internacional.

En los tres casos mencionados, las elecciones son un medio y no solo un fin de acción política. Por eso siempre he señalado: quien no participa en elecciones cuando es posible hacerlo, renuncia a la acción política. Así lo entendieron y lo hicieron en Sudáfrica, Polonia y Chile.

Sin participación no hay elecciones y sin elecciones no hay participación. La abstención en cambio, bajo cualquiera condición, deslegitima no solo a las elecciones sino, sobre todo, a la participación política de la ciudadanía.

No participar en elecciones para favorecer a una (no siempre desinteresada) opinión pública internacional, es un absurdo. La opinión internacional siempre apoyará a un sujeto político actuante. Por eso hoy la opinión pública internacional no tiene a quien apoyar. En nombre del apoyo internacional, la oposición terminó por desactivar al propio apoyo internacional que una vez tuvo o pareció tener.

Después de haber sido regaladas dos elecciones claves, las de arriba y las de abajo, las presidenciales y las del pueblo comunal, cunden en Venezuela – no podía ser de otra manera- la decepción y el desencanto. Muchos, al no tener más esperanzas, se van del país. Quiere decir: el origen de las más grandes migraciones que ha conocido Latinoamérica, las venezolanas, no solo tiene un origen económico. Hay también uno político. Al fin y al cabo nadie se va de su país cuando hay esperanzas de cambio. Y esas esperanzas las anuló la oposición al retirarse del espacio de la acción política.

Parece difícil que la condición anómica padecida por la ciudadanía venezolana pueda ser superada con una simple retoma del camino electoral. La abstención ya no es el resultado de una línea -aunque los grupos extremistas de la oposición se la adjudiquen – sino de la desconexión (anómica) entre pueblo y política. Puede ser posible incluso que, bajo ese estado de decepción generalizada, aún si la oposición llamara a participar, se encuentre con la sorpresa de que ha dejado de ser mayoría frente a una mayoritaria abstención.

Es evidente entonces que la superación del estado anómico requiere de algo más que un simple llamado electoral. Antes que nada es necesario que la práctica política recupere su credibilidad pública. Pero para que eso sea posible, los políticos deben reconocer los errores cometidos, no como un acto de constricción religiosa, sino trazando una línea divisoria entre una oposición dispuesta a recuperar las vías democráticas y una secta no solo anti-electoral, sino radicalmente antipolítica.

En otras palabras: Solo puede haber unidad política sobre la base de una ruptura con grupos y partidos que niegan a la política en nombre de actos simbólicos orientados a satisfacer su propia subjetividad onanista (fechas mágicas, por ejemplo). Así al menos ha ocurrido en todos los grandes procesos de democratización. Venezuela no tiene por qué ser una excepción. La unidad no es ni será de todos ni tampoco es y será para todos.

La recuperación de la unidad política no será por lo tanto fácil. La condición anómica -lo hemos visto recientemente- ha penetrado al interior de personas y partidos que en el pasado fueron reductos de centralidad y de cordura. Eso significa que la línea divisoria no solo deberá ser horizontal ni vertical, sino transversal.

Los bienintencionados llamados a una unidad por la unidad solo llevan a profundizar la condición anómica de la política venezolana. La verdadera unidad política es la que se alcanza a través de la lucha por la hegemonía, vale decir, a través de argumentos y debates que incitan y entusiasman a seguir a una opción y no a otra. La política, hay que aceptarlo, no es el lugar de la hermandad sino el de los antagonismos y de las diferencias.

Por último, deseo a mis amigos venezolanos -en la medida de lo posible- unas tranquilas navidades.

15 de diciembre de 2018

Polis

https://polisfmires.blogspot.com/2018/12/fernando-mires-venezuela-un-cas...

 7 min