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Opinión

Lidis Méndez

¿Por qué es difícil llegar a un acuerdo razonable para gobernar eficazmente un país con recursos naturales y energéticos abundantes que pueden alcanzar para todos? Porque conviene más no hacerlo; es decir, mientras persista el caos y el discenso es más fácil seguir distribuyendo cuantiosos recursos entre pocas personas.

Este artículo es una reflexión que busca respuestas más allá de los bigotes del mandatario reelecto hace tres días con un 48% de participación según cifras del CNE. Mientras la economía en América Latina crece o mejora en muchos países, Venezuela se hunde en la miseria, la pobreza, la inseguridad y la corrupción sin que se atine de manera contundente en la presentación de un plan para salir de la crisis. Ni siquiera se piensa en un plan de austeridad, porque la riqueza exacerbada de un 20% de la población puede controlar y manipular el suministro de alimentos, insumos y servicios del 80% restante.

¿Cómo puede un presidente sostenerse en el poder con una inflación de 12000%? O mejor aún ¿Cómo puede ser reelecto un presidente en un país quebrado económicamente? Hay una respuesta sencilla y evidente: las elecciones son cortinas de humo que obstaculizan la visión del verdadero conflicto que tiene a Venezuela condenada en la miseria y no es otro que un Estado encubridor de actividades delictivas tales como el terrorismo, contrabando, narcotráfico, corrupción, extracción ilegal de minerales, explotación de personas y prostitución de menores. En algunos sectores de las capitales más importantes de Venezuela la opulencia es grotesca mientras que la pobreza se multiplica. Elegir un presidente tiene sentido cuando existen instituciones que pueden garantizar un buen gobierno, no importa si el tipo es un genio de las finanzas, un ex militar golpista o un ex sindicalista, eso es lo de menos. Con toda honestidad siempre me cuestiono ¿porque tanto lío por la silla en Miraflores si la pasta y la plasta esta en los poderes públicos y sus dependencias?

La propaganda gubernamental continúa fomentado la mediocridad y el rencor entre demócratas y socialistas castrando cualquier posibilidad de entendimiento a mediano o largo plazo, mientras que los niños y jóvenes deambulan por las calles, escuelas, liceos y universidades con el pellejo recubriéndoles los huesos. No hay medidas establecidas para garantizar el bienestar y la felicidad de esta generación, porque la descendencia del 20% pudiente seguramente ya está en el exterior, los más humildes y menos agraciados por el destino estarán esclavizados y condenados en un paraíso tropical.

Con el tiempo muchos han entendido la diferencia entre un gobierno mediático y un gobierno real, puesto que no todo lo que se anuncia en televisión llega a formar parte de la realidad en la cuadra del barrio. Sin embargo, los dos presidentes socialistas han declarado públicamente hacer de Venezuela un país potencia, aún con la dependencia del petróleo e industrias básicas en bancarrota. Ahora vemos que los presidentes socialistas no han tenido un buen gobierno pero si un buen temple para conservar la silla en Miraflores, no son grandes estadistas ni mucho menos, por tal motivo se rodean de funcionarios mediocres y oportunistas.

Estos presidentes sin gobiernos entendieron que la masa vive de la inmediatez, el generalato del contrabando, los politiqueros de prebendas, los industriales y comerciantes de buenos negocios, los tecnócratas de sobornos y los idealistas de incredulidad. El arte de no gobernar mantenerse en el poder, reelegirse y ganar es un fallo cuestionable del sistema político democrático, por tal motivo es importante entender que estamos en otro escenario, que el juego político es distinto y que el país en general ya no es, ni será el mismo que algún día fue.

Secretaria de Organización

Unidad Visión Venezuela-Mérida

www.unidadvisionvenezuela.com.ve

vivzla@gmail.com

@lidis1402

 2 min


En estos días aciagos de una Venezuela deprimida y atribulada, asediado el pueblo por las carencias de alimentos y medicinas, acosada la ciudadanía por la inseguridad, comprometida la esperanza de la comunidad ante la perspectiva de un futuro incierto de mayores penurias, separadas las familias por la partida de los hijos en busca de mejores condiciones de vida y, sobre todo, afectados en nuestra dignidad ante el descaro de la compra de conciencias y el chantaje constituido en arma para doblegar a la población, se han hecho manifiestas las señales más positivas del verdadero sentir venezolano.

Es cierto que en estos años hemos sido testigos de las muestras de un odio que nos es ajeno y no son infrecuentes las manifestaciones de retaliación y venganza que se apoderan de nuestro espíritu, pero no es menos cierto que nos quedamos sorprendidos ante la respuesta que se va generalizando de la generosidad y solidaridad de nuestro pueblo para contribuir al alivio de las necesidades de nuestros hermanos.

A mí me ha tocado experimentar en vivo lo que acabo de expresar con motivo de la urgencia de un medicamento para un enfermo cercano requerido de un tratamiento específico.

Tocar la puerta de un vecino a quien conocíamos de vista en las actividades de todos los días, en el mercado, en la farmacia, en la panadería o en la iglesia, con el fin de recoger una medicina que no se encuentra, ha sido una maravillosa experiencia.

Sin duda, las necesidades de quienes padecen graves calamidades, si bien pueden suscitar resentimientos hacía los poderosos que, prevalidos de su efímera posición, han liquidado esperanzas y proyectos de vida, también han hecho posible que salgan a relucir expresiones de genuina fraternidad y acciones concretas de ayuda y acompañamiento de los que sufren apremiantes condiciones de vida.

Las ollas solidarias de las parroquias que comparten los alimentos con niños o adultos que padecen hambre; las asociaciones de derechos humanos que velan por la ayuda a los presos; la asistencia gratuita a los perseguidos simplemente por pensar diferente; o las organizaciones privadas que procuran las medicinas a quienes las requieren y se ven imposibilitados de conseguirlas, son la prueba fehaciente de instituciones o iniciativas particulares que florecen a la vera del camino de las dificultades de un país.

Tengo el testimonio de vecinos que veo llenar las bolsas del mercado –que ya no se regalan– para llevar comida a un hogar de niños o ancianos; he conversado con ejemplares ciudadanos nacidos en otras tierras que hoy le devuelven con amor a nuestros hermanos el gesto y la acogida que les dimos en nuestra cálida tierra, que no piensan en abandonar; he oído con admiración y respeto las palabras de aliento de quienes han sentido en carne propia las experiencias de la persecución y hoy son solidarios con nuestros encarcelados en infames antros de degradación humana.

Venezuela, después de este proceso, con etapas que deben quedar grabadas en nuestra conciencia ciudadana, vivirá otros tiempos en los que un futuro mejor que nos merecemos no podrá hacer olvidar los más nobles sentimientos que nos identifican como pueblo.

aas@arteagasanchez.com

@ArteagaSanchez

El Nacional

28 de mayo de 2018

 2 min


Isaías A. Márquez Díaz

Pese a todos los esfuerzos y prerrogativas del madurismo, cualquier ingenuo y/o bobalicón pudo darse cuenta de sus maquinaciones a fin de lograr ese triunfo tan anhelado y cuestionable que, con todo ardid, doña Tibisay Lucena Ramírez anuncia a las ocho de la noche, conciente, plenamente, del plan urdido, y ante la comunidad nacional e internacional poco o nada sugestionables, en virtud de los desatinos y discapacidad de un gobierno que desarrolla una dictadura a objeto de sojuzgar a su población.

La señora Lucena se presta para el anuncio de la rimbombancia del triunfo de Nicolás Maduro, con unos dos tercios de los dufragios (¿?) pero obvia el índice de abstencionismo, el cual es muy notorio en virtud de la desolación que, a escala nacional, ofrecen los centros de votación desde el momento de apertura de las mesas (seis de la mañana), y se hace más notoria a medida que avanzan las horas, junto con los cuadernos de votación donde el lector debía firmar y colocar la huella de su pulgar derecho, de espacios y hojas enteras en blanco.

No obstante, la señora Lucena con instrucciones muy precisas, tras haber realizado una gira a objeto de exponer la fiabilidad del sistema electoral cenezolano, se atreve a anunciar a toda Venezuela y a la comunidad internacional que la acechan sin tregua alguna porque su retórica no convence ya que todo se descubre, aparte de las presunciones, por las declaraciones de visos triunfalistas que ofrece la plana mayor del PSUV.

En consecuencia, el aislamiento de Venezuela se acentúa, sobre todo por la reacción, pertinente, del Grupo de Lima, cuyas actitudes y/o decisiones no deben comportar injerencia en nuestros asuntos internos, sino un llamamiento a la reflexión y no al ensoberbecimiento que podría ostentarse por semejante triunfo pírrico.

 1 min


Nelsón Acosta Espinoza

El día esperado transcurrió sin sorpresas. Me refiero al pasado 20 de Mayo. Los resultados electorales confirmaron las predicciones de gran parte de los analistas políticos. La insubordinación ciudadana se impuso. Más del 50% de los votantes permanecieron en sus hogares en un gesto de rebeldía ciudadana. Es importante subrayar este último concepto. La abstención que prevaleció el 20 de los corrientes no puede ser interpretada como desaliento o indiferencia hacia el acto comicial. Por el contrario, fue una forma de rebeldía mediante la cual los ciudadanos enviaron un claro mensaje a la clase política oficialista y opositora: sus invocaciones políticas eran y son inapropiadas. No lograron interpelar a la ciudadanía. Sus estrategias y tácticas discursivas apuntaron en el sentido contrario al “humor” que prevalecía en la mayoría de la población opositora. Se requiere, entonces, formular una propuesta política que este a la altura de las necesidades de la población y, en consecuencia, logre mutar este sentimiento de insatisfacción en actos de rebeldía ciudadana.

No tengo la menor duda. El presente entorno social y político es propicio para albergar una apuesta de esta naturaleza. Son precisos los datos que proporciona la realidad. A saber: 80% de los hogares presentan inseguridad alimentaria (ENCOVI, 2017); el Observatorio Venezolano de conflictividad Social ha reportado más de 900 protestas a lo largo del mes pasado. La mayoría de ellas son por derechos sociales, económicos o laborales; los niveles de violencia y criminalidad han aumentado en forma significativa. Se prevé que esta situación empeorará. No hay alternativa. La hiperinflación continúa su marcha empobrecedora y la producción petrolera disminuye en forma drástica.

En síntesis: el Estado democrático ha desaparecido. Su lugar está siendo ocupado por aparatos de vocación represiva y autoritaria. Una única orientación prevalece en sus ejecutorias: garantizar la permanencia en el poder de la burocracia madurista. En otras palabras, las elecciones lejos haber sido un instrumento para procesar las preferencias ciudadanas ha mutado en procedimientos para legitimar la elite en el poder. No existe pluralidad democrática en el país. El gobierno se sostiene por la acción de los poderes facticos.

¿Cómo enfrentar esta situación? ¿Qué forma de protesta será apropiada en este contexto? En fin, ¿Cuáles acciones políticas han de ser las adecuadas en esta coyuntura?

Comencemos a dilucidar estas interrogantes por la última de ellas. Bien la respuesta, si se quiere, es simple. Hay que propiciar una unidad superior que aglutine todas las expresiones opositoras existentes en el país. Para alcanzar este objetivo, es indispensable cesar en la búsqueda de culpables en relación a los resultados electorales. Antes por el contrario, es imperante comprender las oportunidades que la presente coyuntura ofrece para impulsar el cambio político que la mayoría de la población anhela.

En relación a los otros temas o preguntas parece necesario revisar experiencias históricas homologas a nuestra coyuntura. Me viene a la mente las protestas que protagonizó el movimiento obrero polaco en la década de los ochenta del siglo pasado. En especial la de agosto de ese año en los astilleros Lenin de Gdansk. El líder obrero Lech Walesa obtuvo una victorial al lograr que el estado comunista reconociera a los trabajadores el derecho de organizar libremente sus sindicatos. A partir de este histórico hecho se desató la ola democratizadora que dio al traste con el régimen comunista de esa nación.

Lo que intento subrayar es que en el país se ha abierto un compás de tiempo que hace necesario explorar diversas formas de protestas. Encadenarlas en el sentido que cada una de ellas se evoque mutuamente y que tenga como objetivo demandar una única reivindicación: la renuncia de Maduro y la convocatoria de elecciones. He sacado el ejemplo polaco para ilustrar la necesidad de ubicar “nuestro astillero” y concentrar en él todas las formas de protestas en el marco, desde luego, de una nueva unidad superior.

La mesa está servida. Estamos en presencia de una crisis que rebasa las fronteras y tiene connotaciones de carácter internacional. La presencia de Maduro en el poder es un obstáculo que impedirá dar respuestas apropiadas para enfrentar la hiperinflación, el colapso de la producción petrolera y la emergencia social que sacude el país.

La única alternativa viable es la renuncia del Presidente Maduro y la convocatoria de nuevas elecciones.

La política es así.

http://autonomiaspoliticas.blogspot.com/2018/05/insubordinacion-ciudadan...ón+y+Autonomías+Políticas%29

 3 min


El dato relevante del 20 de mayo fue la ausencia de más de 70% del cuerpo electoral en los centros de votación; la abstención más alta desde que en Venezuela hay elecciones presidenciales. Fue inmensa, aun tomando en cuenta los datos trucados del CNE. Entre los postulados Maduro ganó, lo cual estaba cantado de antemano y por tanto no hubo sorpresas ni Dark Horse.

Un proceso ilegal e ilegitimo convocado para facilitar el continuismo y no para que se expresara la voluntad ciudadana. Una campaña electoral marcada por el desinterés ciudadano, debido a que la mayoría determinante del país estaba consciente de la ausencia de cualidad democrática del mismo.

El 20 se escenificó un verdadero acto de dignidad y resistencia nacional de mano de la única forma eficaz y posible en el contexto del excesivo despliegue de las fuerzas represivas del Estado y de los Colectivos: el vacío en las mesas de votación.

La decisión de Henri Falcón y su partido de competir, a todo evento, en los comicios presidenciales fue tomada el año pasado y a la luz de lo sucedido era irreversible (así lo demuestran los acontecimientos sucedidos al respecto); fue una operación planificada con todo el cuidado del caso.

El objetivo de la misma era en primera instancia tratar de recoger a su favor el enorme sentimiento de cambio que anida en la sociedad para ganarle las elecciones a Maduro; de no ser lo primero posible obtener un respaldo tan grande que convirtiera a Falcón en el líder de la oposición y por consiguiente en interlocutor privilegiado con el régimen. Ninguno de los objetivos propuestos se cumplió.

Falcón y sus condotieros han venido diagnosticando erróneamente al régimen y al cuadro político existente amén de fallar en la ponderación de sus fortalezas y debilidades (sobre todo las últimas) para asumir la operación candidatura presidencial.

El Falconismo considera al sistema como uno con conductas autoritarias, ineficiente y corrupto pero derrotable mediante elecciones sin importar las condiciones y garantías de las mismas. Cuando la realidad demuestra, todos los días, que estamos en presencia de un sistema político – de facto, porque hay un legalidad aún vigente pero inobservada por el Gobierno - neo dictatorial con vocación totalitaria marcadamente corrupto e ineficaz.

Sistema que ha pervertido el voto y desnaturalizado su condición fundamental de instrumente de la voluntad ciudadana al convertirlo en instrumento del continuismo.

La candidatura Falcón nació con una serie de debilidades que anularon las pocas fortalezas del candidato, su partido y sus apoyantes: competía contra un sistema decidido a ganar a como dé lugar, fue una candidatura enfrentada a la unidad opositora -valor fundamental del mundo democrático -, a una vasta coalición de partidos políticos, amplios sectores de la sociedad civil organizada, la iglesia, los empresarios, los universitarios, sindicalistas y otros conglomerados (reforzando la desconfianza existente en parte de la base social opositora hacia su figura), desestimó los llamados de la comunidad internacional democrática a no participar en el proceso, Falcón fue considerado poco competitivo por haber perdido la gobernación de Lara, no es un político carismático capaz de concitar emoción y adhesión para afrontar una competencia tan desigual.

A lo anterior debe agregarse que nunca logró articular un discurso que le permitiera ganar competitividad, incumplió compromisos como el de supeditar su continuidad en la competencia a la presencia de la ONU en condición de observador lo que aumento la desconfianza hacia su candidatura. Escasas personalidades de prestigio lo apoyaron, abundaron políticos desgastados algunos y bastantes cuestionados otros. Nunca logró polarizar con Maduro y la prueba de ésta afirmación fue el empuje de Bertucci.

En definitiva no pudo concitar tras su figura ni el apoyo de la base tradicional opositora, ni de los llamados nini, tampoco del chavismo descontento.

Por todas esas razones la operación fracasó y no por la abstención cómo insisten algunas viudas de la misma, mientras otros apoyantes, es el caso de Francisco Rodríguez afirman: “la no participación no fue la causa de los resultados”.

Saludo y aprecio positivamente la postura de Falcón la noche del 20/5. Espero sea propicia para un reencuentro unitario.

Caracas, 26 de mayo de 2018

 3 min


Edgar Benarroch

Al inicio de las consideraciones de las "Cifras Electorales" anoté tres aspectos: La falsedad de ellas, la precaria sustentación popular del gobierno (ambas tratadas con anterioridad) y el mensaje enviado al país y a la oposición. Haré algunas notas sobre este último aspecto.

Sabemos que las cifras suministradas por el CNE no es que no son confiables, son falsas. Sabemos que ellas están llenas de toda clase de triquiñuela. Sabemos también que el espíritu mefistofélico de las más densas tinieblas puso a votar a quien no lo hizo. Operó la amenaza, coacción, extorsión, amedrentamiento, el sometimiento a las normas impuestas en los puntos rojos para el control del voto y toda clase de marramuncia que salió del oscuro laboratorio del régimen. En medio de este mar de irregularidades ganó la abstención pero también ganó Maduro.

Aceptemos las cifras como ciertas, que repito no lo son. El 71% del país se pronunció contra el gobierno (55% se abstuvo y 16% votó en contra). El porcentaje de abstención es escandaloso, nunca en nuestra historia en una elección presidencial hubo tanto venezolano que dejó de votar, que en este caso no sólo es simple la abstención, allí se expresó con mucha claridad rechazo y protesta contra el régimen y su entorno.

Además de una descomunal desaprobación a la gestión de quienes nos gobiernan y también a las autoridades electorales hay también un reclamo claro a la oposición para que se organice bien y adecuadamente, para que se equipe en la atención con éxito de los deberes que le corresponden. Organizarnos adecuadamente significa suturar heridas si aún existen, dar por cancelados los desacuerdos y controversias y superar, si es posible sepultar las calificaciones destempladas que lamentablemente se produjeron.

Privilegiando el alto y sagrado interés de la Patria se facilita todo. Nos reencontramos, transitamos todos por el mismo camino y nos insuflamos para entendernos en medio de nuestras naturales diferencias. Lo veo fácil si nos lo proponemos aunque en el denso sector de la oposición hay pensamientos contrapuestos. Hay un momento en la vida de las naciones que los extremos se encuentran, animados por el Bien Común, interés patrio y hasta por sentido de supervivencia. Así lo afirmó el filósofo español Ortega y Gasset en su estupendo libro "La rebelión de las masas" publicado a finales de la segunda década del siglo pasado. No creo que la oposición esté llena de extremistas, si los hay son excepción. Pero si damos por cierta la afirmación del pensador español y " los extremos se juntan ", para nosotros que no estamos allí debe ser mucho más fácil.

Estamos emplazados a reunirnos de verdad verdad. Unión dentro de la diversidad y mucha capacidad de tolerarnos y respetarnos. Lo único que debemos tener en mente es el compromiso tan grande que tenemos con la Patria y no le debemos fallar. El reclamo del pasado veinte de mayo fue contundente y abierto. Fue un mandato al reencuentro postergando todo interés sectorial o personal. Desde ya a preparar nuestros cuadros, a seleccionar, adiestrar y formar al personal que nos representará en los distintos organismos electorales -no es temprano, es oportuno- para que sea garantía del cumplimiento de la ley y muro de contención donde se estrellen las trampas del régimen.

Es clavo pasado, pero está clarísimo que si la oposición se hubiese acordado en torno a un candidato y presentado un programa mínimo para superar esta situación, además de tener insobornable representación en las mesas, los resultados fueran otros. Hubiésemos ganado con tal contundencia que no encontraríamos precedente histórico. Seguro ocho a dos, tal vez nueve a uno.

El gobierno está percatado de la precaria situación en que se encuentra y ello lo desespera y predispone, lo hace más peligroso. A la cúpula gobernante le pesan sus fechorías que son de dominio público y saben que el burladero que les queda es el poder, por ello lo tratarán de mantener como caparazón para esconderse de la justicia y de la entrega de cuentas. Seguramente se harán más intolerantes y abusadores, más violadores de la ley y delictivos. No es por venganza, es por justicia que deben dar la cara, además el mensaje dado por el pueblo incluye el mandato de que los prevaricadores y concupiscentes muestren su rostro a la ley. Muchos de ellos tienen expedientes abiertos en otros países que cada día se hacen más voluminosos.

Por furiosos que se pongan no debemos amilanarnos, al contrario, debe ser una razón más para armarnos de coraje, valentía y disposición para la lucha que además de ser por nuestra tierra es también por nuestros hijos y por los hijos de nuestros hijos.

Siempre debemos prestarle atención, respeto y acato a lo que el soberano nos dice, más aún en estos momentos tan críticos y delicados para el país. El grito fue estruendoso y salió de todos los sectores de Venezuela, desde los menos necesitados hasta los más necesitados pasando por los sectores medios que ahora son medio sectores. Estoy seguro que también salió de los hombres de uniforme , ellos también confrontan todas las vicisitudes que a diario vivimos, excepción hecha de los grandes enchufados que no les falta nada y se regodean en la abundancia de todo orden que les da las mieles del gobierno. El grito fue de padres, madres, hijos y nietos, de empresarios y trabajadores del campo y la ciudad, de profesores y alumnos, de jóvenes y menos jóvenes, de mujeres y hombres. El grito fue de toda Venezuela de una manera transversal. Por amor a Dios, por favor, por la patria, por nosotros y por el futuro hagámosle caso y seamos obedientes al mandato que el soberano nos acaba de enviar.

Este es uno de los mensajes que deduzco de las cifras electorales: al gobierno, abrumadoramente queremos que te vayas y a la oposición, haga todo lo civilizadamente posible para que ello ocurra.

 4 min


Jesús Elorza G.

Emocionado y sonriente, llegó el Ministro del Deporte al despacho de Nicolás, para presentarle un nuevo proyecto sobre la actividad física de la población.

- Camarada, con lo que le traigo usted pasara a la historia.

Espero que sea bueno, recuerda que te tengo en la lista de los que le voy a quebrar el pescuezo. Echa pa fuera de una vez.

- Acabo de recibir un informe del. Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en el cual se señala, que “el deporte puede aumentar el capital humano y la productividad por su capacidad para mejorar la salud física y mental. Mediante su efecto positivo sobre la sociedad, la confianza y la cultura, puede fomentar la acumulación de capital, facilitar el funcionamiento de los mercados, y fortalecer las instituciones”

Gran vaina, eso es más viejo que Matusalén. Te imaginas que va a decir el camarada Raúl, cuando le diga que estoy aplicando las recomendaciones del BID. Mejor vete despidiendo del cargo.

- Tranquilo camarada Nicolás, déjeme explicarle como es el asunto.

Más te vale que seas convincente.

- Si se mide el promedio del número de pasos que se dan en un país, se encuentra una clara correlación con sus ingresos. Este es un indicador de cómo las sociedades ricas pueden promover el movimiento a pie mediante calles, caminería y parques, frente a las que tienen menos recursos, donde es más complicado pasear.

Ahora estoy más enredao, Cilia tráeme un cafecito pa ve si entiendo esta vaina que me están diciendo.

- Las personas que participan regularmente en deportes pueden pasar más fácilmente del desempleo al empleo. Quienes deciden aprovechar su situación de desempleados para dedicar tiempo a moverse pueden disfrutar de un mejor estado de ánimo a la hora de buscar trabajo y reinsertarse en el mercado laboral que las que deciden no mantenerse activas físicamente continuó explicando el ministro.

Disculpa que te interrumpa, dijo Nicolás. Te voy a agradecer que concretes por que no te estoy entendiendo un coño.

- Preste atención a lo que le voy a decir camarada. El informe del BID, con datos de la Organización Mundial de la Salud, muestra que América Latina y el Caribe están a la cola mundial en actividad física. Esto puede tener varias explicaciones: “Por un lado, que las ciudades no lo promueven. No hay suficientes infraestructuras públicas. Por otro, hacer deporte es relativamente caro; en términos de dinero, y sobre todo de tiempo: si te pasas tres o cuatro horas al día en autobuses para ir y volver del trabajo y tienes que cuidar la casa, difícilmente podrás dedicarte a alguna actividad física”.

En esto último, está el centro de mi propuesta camarada Nicolás. Aprovechemos la coyuntura de la crisis que actualmente tenemos con el transporte, por la falta de repuestos, cauchos y baterías producto de la guerra que el imperio tiene contra nosotros, y que ha obligado a la población a trasladarse caminando para poder cumplir con sus diarias obligaciones. Entonces, entremos en contacto con el BID y hagámosle ver que la Revolución Socialista y Bolivariana del Siglo XXI, mantiene en Venezuela a más del 80% de la población en permanente actividad física.

Suena bien, creo que vas a continuar enchufao en el Ministerio del Deporte. Pero dime una cosa, ¿Con poner a la gente a caminar voy a pasar a la historia?

-Claro camarada. No es el termino general de la gente…..es toda la población que va a tener que caminar.

¿Cómo así?

-Bueno, cuando se agudice la crisis y ningún transporte funcione ¡¡¡Todo el mundo va a caminar!!!.....menos usted, por supuesto. Y en ese momento pasaremos a ser un punto de referencia universal para el Banco Interamericano de Desarrollo. Usted camarada, pasara a la historia como la contra-imagen de Henry Ford al generar una revolución que paralizó en su totalidad al parque automotriz del país y puso a toda una población a recibir los beneficios de la actividad física del caminar. También, se acabaran los peos con los sindicatos del transporte y el aumento de los pasajes. Sin autobuses, camioneticas, taxis ni camiones de barandas no habrá necesidad de pagar pasajes y el pueblo caminara con orgullo por las calles y avenidas.

Ministro que vaina pa buena……ya tengo una consigna para ese proyecto “Deporte o Muerte…..caminaremos.

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