Pasar al contenido principal

Opinión

Edgar Benarroch

El ministro de industria y producción Tareck El Aissami, otrora vicepresidente de la Republica, anunció aproximadamente hace un mes, que el 70% de la producción nacional debe ser entregada al gobierno para su administración. Ello ocurrió casi simultáneamente con lo dicho por la señora Delcy Rodríguez, cuando afirmó que lo de ellos es "venganza". Ahora, en estos días, el Presidente de la Republica decidió que la totalidad de la producción de carne debe ser entregada al régimen quien resolverá sobre su comercialización y destino. El Presidente afirma que la escasez de carne obedece a la llamada "guerra económica", para nada se plantea si ello es consecuencia del modelo errado y fracasado en todas partes del mundo donde se ha pretendido implantar. Todas las industrias, empresas medianas y pequeñas así como también tierras en franca producción (aún quedan) tienen que sujetarse a estas disposiciones íntegramente nocivas a la economía del país.

No sé si lo anunciado por el ministro El Aissami toca toda la producción nacional o si se circunscribe a sectores en particular, lo cierto es que preparemosno a ver sucumbir los sectores afectados. En muy corto tiempo la escasa producción no existirá. El gobierno pagará cuando le de la gana , si es que paga y lo hará con moneda sin ningún valor (el tiempo la pulveriza), llevando a los productores a parar en su oficio. Bajarán la "Santamaría" los pocos que la tienen abierta y por supuesto el colapso nacional se profundizará.

También el Presidente recientemente anunció llevar el déficit fiscal a "cero". Pues estas medidas de control son la negación de ese deseo. Para atender con eficacia el déficit es necesario la implementación de todo un paquete macro y microeconómico muy bien concebido y entre otras medidas están de ante ojito el desmontaje del control de cambio y la supresión de los excesivos e irracionales controles del Estado. Pero bien, nos tienen acostumbrado a tantas contradicciones que ésta es una más.

 1 min


Daniel Eskibel

Fue allá lejos, en el territorio de mi infancia.

La televisión era en blanco y negro pero tenía magia. Y parte de esa magia se llamaba ‘Titanes en el ring’.

La fórmula era simple: un ring, público enardecido alrededor y unos personajes de ficción luchando. Mejor dicho: simulando que luchaban.

Los luchadores tenían un cierto aire bizarro: el gran campeón armenio Martín Karadajián, la Momia, la Momia Negra, el payaso que creo recordar se llamaba Pepino y toda una galería de personajes extravagantes.

Uno de los momentos más misteriosos de cada programa era protagonizado por otro personaje, alguien que no participaba de los combates pero que se suponía que tenía una tarea de enorme importancia pero cuyos detalles eran desconocidos.

Era el hombre de la barra de hielo.

La cámara lo registraba cuando aparecía entre la gente y lo seguía en su caminata al costado del ring. Llevaba una enorme barra de hielo que cargaba al hombro. Atravesaba toda la escena y desaparecía más allá mientras el locutor subrayaba el misterio que rodeaba sus incursiones.

Pues bien: en toda campaña electoral alguien debe jugar el papel del hombre de la barra de hielo.

Las campañas electorales son calientes, muy calientes, casi hirvientes.

Las emociones están desatadas. Todas las emociones. Las del candidato, las de su equipo de campaña, las de su partido, las de los militantes y las del público general.

Emociones a granel.

Explosivas.

Desordenadas.

Caóticas.

El riesgo de un clima tan marcadamente emocional es múltiple:

En ocasiones nubla el sentido y oscurece la razón, afectando negativamente la toma de decisiones

A veces proporciona una visión distorsionada de la realidad y daña severamente a la estrategia

En otras oportunidades transforma a toda la campaña en un gran caos que termina hundiendo el barco

Alguien, entonces, debe ayudar a enfriar las mentes. Desde el principio y hasta el final, incluyendo los momentos más difíciles.

Alguien debe desempeñar el rol del hombre de la barra de hielo. Y atravesar toda la campaña en ese rol.

Siempre con la barra de hielo.

Porque las decisiones de campaña deben ser serenas y frías. Porque la realidad debe ser vista tal cual es aunque sea desagradable. Porque la estrategia debe sostenerse con tranquilidad. Porque los nervios son muy malos consejeros. Porque la campaña necesita orden y organización. Porque el candidato y su equipo deben desplegar al máximo sus potenciales de razonamiento.

El hombre de la barra de hielo puede ser el consultor político externo.

O un integrante del equipo que pueda cumplir ese rol ya sea por personalidad, por formación o por experiencia.

Recuerda: toda campaña exitosa necesita del hombre de la barra de hielo.

Maquiavelo &Freud

https://maquiaveloyfreud.com/el-hombre-de-la-barra-de-hielo-atraviesa-la...

 2 min


El Frente Amplio Venezuela Libre ha convocado a un congreso nacional para el próximo 23 de noviembre del 2018, que previamente abrirá espacios de encuentro e intercambio de ideas y opiniones entre ciudadanos, que libremente decidan participar en cada uno de los estados del país.

En ese congreso se propone debatir sobre la hoja de ruta de la sociedad democrática para enfrentar con mayor efectividad los desafíos cívicos que tenemos en el presente. En tal sentido, la metodología anunciada propone una mesa de trabajo para abordar las acciones de lucha en el ámbito nacional, y otra, la organización para abordar los desafíos desde el ámbito internacional.

Por otro lado, el congreso nacional se presenta como una extraordinaria oportunidad para identificar los consensos y disensos sobre aquellos grandes temas políticos, económicos y sociales que resultan transversales para la reconstrucción del país. En tal sentido, la metodología propone una mesa de trabajo a través de la cual, se puede decir, se legitimaría una visión compartida del país que todos aspiramos construir en democracia.

Pero, además, el congreso propone una mesa para el debate sobre la transición y las elecciones, tema que sin duda alguna aporta un importante contenido a la hoja de ruta que el congreso pueda construir como resultado de la jornada nacional.

Por último, el congreso plantea dos temas claves en la efectividad para enfrentar los desafíos políticos que, de inmediato, tenemos como sociedad. Se trata de definir la organización del Frente Amplio y lograr construir una estrategia de comunicación a través de las redes.

El congreso nacional propuesto por el Frente Amplio Venezuela Libre se presenta como una necesidad y, hasta ahora, como la única propuesta de conexión social a nivel nacional, que no solo es viable, sino que además, con su agenda, responde directamente a las deficiencias que hoy presenta nuestra lucha cívica y pacífica por restaurar el orden constitucional y democrático en Venezuela.

La disciplina, la participación masiva de los ciudadanos y la capacidad de sistematizar las ideas, opiniones y propuestas en ese gran debate nacional, serán los ingredientes fundamentales para lograr un importante documento final que permita orientar y construir una efectiva hoja de ruta que, además, logre cohesionar a la sociedad democrática en lo que ha denominado el Padre José Virtuoso como una “unidad superior”.

Qué importante sería para que este esfuerzo no quede como un acto más, tal y como expresó Gerardo Blyde, que el documento final del congreso nacional del Frente Amplio Venezuela Libre encuentre en la Asamblea Nacional un destinatario político y estratégico, para que el mismo alimente un debate parlamentario que lleve a la aprobación de un acuerdo político nacional, a través del cual la Asamblea Nacional formalice las propuestas en un documento público, oficial e institucional, que registre los lineamientos generales para un plan nacional de reconstrucción y desarrollo del país.

Un acuerdo político aprobado por la Asamblea Nacional, que registre las líneas generales de los temas políticos, sociales y económicos sobre los cuales hay consensos, que exprese el compromiso de apoyo al Frente Amplio Venezuela Libre y a la hoja de ruta que se ha construido como resultado de un proceso de libre participación nacional e inclusión social, contribuiría a rescatar importantes niveles de confianza de los electores con respecto a los diputados y, además, permitiría restaurar el valor de la legitimidad que ostenta la Asamblea Nacional venezolana.

Además, qué oportuno sería si ese acuerdo pudiera adecuar los grandes consensos nacionales a los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, como un concreto compromiso de la sociedad democrática frente a los grandes retos que se plantean en la Agenda Global y que solo es viable alcanzar a través de la democracia como forma de gobierno.

Esta adecuación permitiría al mundo entero comprender, en unos términos globales ese acuerdo nacional, su alcance y contenido. Pero además, facilitaría la divulgación del desafío que tenemos como sociedad y contribuiría a generar confianza en el ámbito internacional.

La Asamblea Nacional tiene un rol a partir del 11 de enero 2019, fecha que marca el inicio de una nueva etapa en la crisis venezolana y la cual estará muy marcada por la incertidumbre. ¿Qué expectativas tiene la sociedad venezolana en relación a ese rol que debe jugar el parlamento nacional? Sin duda, debe ser una de las preguntas a responder en ese Congreso Nacional, de manera que permita plantear las expectativas con claridad y sin intermediarios.

Un acuerdo aprobado por la Asamblea Nacional, producto del debate parlamentario y como mandato de la sociedad civil, organizado de manera transparente y plural en forma de Congreso Nacional, pareciera ser en estos momentos un instrumento idóneo y efectivo para lograr niveles adecuados de cohesión en función de una hoja de ruta para la restauración del orden constitucional y democrático del país.

Y, nuevamente, para que ese esfuerzo trascienda y no quede como un acto más, también es fundamental que ese acuerdo propuesto por la Asamblea Nacional, sea asumido y aceptado por los distintos actores políticos y sus organizaciones partidistas, en acto público de compromiso frente a la sociedad venezolana y con la Conferencia Episcopal Venezolana como garante del mismo.

Como bien lo ha expresado el padre Virtuoso, el 11 de enero 2019, se intentará imponer una prórroga ilegítima de la actual Presidencia, en consecuencia, estamos llamados a defender la Constitución, su derecho a elegir y a cambiar de gobernante[1], hasta ahora el Congreso Nacional propuesto por el Frente Amplio Venezuela Libre, representa una oportunidad efectiva para cohesionarnos en función de ese fin.

En nuestras manos está una oportunidad, que solo exige levantar nuestra voz cívica y pacífica, en un marco de libertad y respeto, para opinar, disentir y proponer. Debemos ser proactivos y pasar del debate político vía tweets al debate presencial.

Para el 11 de enero ya está anunciado el no reconocimiento internacional al proceso electoral presidencial del 2018 y a la Asamblea Constituyente. Está claro, de eso no debe haber duda; mientras tanto, cada gobierno hace sus análisis políticos correspondientes para ver cómo se responde a esa realidad y, en nuestro caso, como sociedad, tenemos el deber moral y ético de diseñar una estrategia con acciones concretas para dar respuesta a la misma.

¿Qué tan dispuestos estamos para asumir este nuevo desafío? Los gobiernos del mundo sin duda estarán valorando la respuesta de la sociedad democrática en esta oportunidad.

@carome31

13 de noviembre de 2018

PolitiKa UCAB

[1]Padre Virtuoso insta a defender la Constitución anter prórroga ilegítima. 10 de noviembre 2018. Online en: http://www.ntn24.com/america-latina/venezuela/padre-virtuoso-insta-defen...

 5 min


​José E. Rodríguez Rojas

Venezuela va en camino a convertirse en un productor marginal de petróleo. Se estima que el año que viene las exportaciones petroleras descenderán a un nivel cercano a los 500.000 barriles diarios, lo cual es insuficiente para cubrir los requerimientos de divisas que plantean las importaciones públicas y los pagos de deuda. En consecuencia, es previsible que las dificultades para importar se agudicen, con sus implicaciones en la industria petrolera o en los programas alimentarios del gobierno o se produzca un default con China, aumentando las tensiones del régimen con su aliado.

Como consecuencia de un conjunto de factores, la producción petrolera venezolana ha venido descendiendo desde hace varios años lo que se ha reflejado en una caída de las exportaciones. Como se puede ver en el cuadro 1, las exportaciones descendieron de casi dos millones de barriles diarios en el 2017 a un poco más de 1 millón de barriles en el año 2018. Uno de los elementos que ha incidido en esta debacle es la designación del General Manuel Quevedo como presidente de PDVSA. Esta designación se ha producido como parte del reparto de poder en el régimen y como premio a la lealtad de Quevedo. La calificación para el cargo no pesó en la decisión, pues el militar en cuestión no tiene experticia gerencial ni experiencia en el negocio petrolero, lo cual se ha reflejado en su pésima gestión al frente de la petrolera. Otro factor que ha incidido en la declinación de la producción es la concepción de PDVSA como corporación de desarrollo, heredada de Chávez, lo cual ha provocado que la empresa realice con negligencia su tarea medular como empresa petrolera. Un tercer elemento ha sido la fuga de talentos y recursos humanos calificados debido a los bajos salarios que paga PDVSA, lo cual está afectando a todas las empresas y la petrolera estatal no ha sido la excepción. También otros factores como la corrupción y los conflictos internos por las luchas intestinas del régimen por cuotas de poder, están incidiendo en la debacle de la empresa.

Cuadro 1. Composición de las exportaciones petroleras, 2017-2019 (barriles diarios).

Año

2017

2018

2019 (proyección)

Exportaciones para el pago de deuda (1)

300.000

400.000

300.000

Exportaciones para flujo de caja (efectivo)

1.500.000

800.000

250.000

Total

1.800.000

1.200.000

550.000

Fuente:. Ecoanalítica.

(1)El monto para exportaciones dirigidas al pago de la deuda externa incluye también el envío de crudo a Petrocaribe y Cuba, aunque la gran mayoría es para pago de la deuda a Rusia y China. En el 2018 estuvo orientado en su casi totalidad al pago de deuda a China.

El descalabro de PDVSA se agudizará el año que viene, confirmando las predicciones de Luis Giusti, ex presidente de la empresa, quien afirmó que Venezuela va en camino a convertirse en un productor marginal (Ver: Rodríguez R., José E. Venezuela, un productor petrolero marginal. Dígalo Ahí, junio 8, 2018). La consultora Ecoanalítica estima que el año que viene las exportaciones petroleras se reducirán a un poco más de 500.000 barriles diarios, lo que representa una tercera parte de las exportaciones del año 2017 (Ver cuadro 1). Ello será insuficiente para pagar los compromisos que tiene el gobierno en divisas. Con el monto de las exportaciones que generan flujo de caja (efectivo) se pagan las importaciones públicas, consistentes en insumos para la industria petrolera y alimentos para las bolsas CLAP. Adicionalmente a ello se financian los pagos de deuda, en especial la deuda con China, la cual se paga con exportaciones de crudo. Los 500.000 barriles de exportación del año que viene no son suficientes para cubrir todos estos compromisos. Como vemos en el cuadro 1 si el gobierno decide asignar 300.000 barriles para pagar sus compromisos con China, habrá una drástica reducción en el monto de las exportaciones que generan flujo de caja (efectivo) para financiar las importaciones para la industria petrolera y los alimentos para las cajas CLAP. A fin de no agudizar los conflictos internos y mantener el apoyo de sus bases, un escenario probable es que el gobierno decida caer en default con China, lo cual agudizará las tensiones con su tradicional aliado.

El descenso de los ingresos en divisas provenientes de las exportaciones petroleras, ha obligado al gobierno a buscar otras opciones como la exportación de oro. Se estima que en el año 2018 logró obtener 3.000 millones de dólares por este concepto. Sin embargo, las recientes sanciones del gobierno de los Estados Unidos al sector aurífero dificultarán las gestiones que el régimen realice para colocar la misma cantidad en los mercados internacionales, por lo que este ingreso de divisas se verá mermado en el 2019. La otra estrategia que ha utilizado el gobierno para compensar la debacle del ingreso petrolero ha sido retrasarse en el pago de sus compromisos de deuda o declararse en default en aquellos compromisos que ellos estiman no les ocasionarán mayores complicaciones. Actualmente hay cerca de 13 mil millones de dólares en pagos de deuda atrasados o en default.

Otro elemento que complicará el escenario futuro de las exportaciones petroleras venezolanas es la perdida de CITGO. Algunas de las empresas expropiadas por el régimen chavista han acudido a los tribunales estadounidenses a fin de que se les autorice a confiscar las acciones de CITGO en compensación por sus pérdidas. Las empresas demandantes han tenido éxito y es cuestión de tiempo que PDVSA pierda su filial en Estados Unidos, lo cual es otro factor que complicará la colocación de petróleo en los Estados Unidos. El petróleo vendido en el mercado estadounidense es clave pues representa 90% del flujo de caja (efectivo) de la empresa petrolera venezolana.

Nota: La mayoría de la información y estimaciones que utilizamos en este escrito provienen de una entrevista reciente, en un canal de TV privado, al economista Asdrubal Oliveros director de la empresa consultora Ecoanalitica. Los datos del cuadro 1 son estimaciones del autor de este escrito en base a un gráfico presentado por Oliveros en la entrevista. Es probable que haya ligeras discrepancias con la data original de la consultora.

Profesor UCV

 4 min


Para el día después, que será el primer día de un nuevo período democrático para Venezuela, se debe tener un plan de acción para recuperar los sectores productivos del país. Uno de ellos es la agricultura, donde hay que considerar muchos aspectos, y en esta oportunidad trataremos el suministro de semillas de calidad para los programas de producción agrícola.

-Suministro de semillas

Para mejorar sustancialmente la producción agrícola, lo primero que debemos tener presente es que se necesitan semillas de excelente calidad, de materiales de alta capacidad de rendimientos y de comprobada adaptabilidad en nuestros sistemas suelo-planta-clima-manejo. Si se comienza una siembra con semilla mala, la actividad se dirige al fracaso aun cuando las demás prácticas agrícolas se realicen de la mejor manera posible.

En el caso del arroz, a pesar de que en general se puede conseguir suficiente semilla de calidad por la facilidad de trabajar con variedades, se considera necesario que tanto los organismos oficiales como algunas agrupaciones de productores, que han venido trabajando por años con el suministro de semillas para los programas arroceros, continúen e incrementen sus trabajos de producción de semilla certificada, así como de desarrollo y evaluación de cultivares para las principales zonas productoras del país. A estas organizaciones tiene que dársele apoyo para que no les falten las maquinarias y los equipos agrícolas necesarios, así como los insumos requeridos para el cultivo.

Es fundamental respaldar los programas de selección de variedades ya que en una agricultura moderna y eficiente, permanentemente se requieren nuevos cultivares, nuevos materiales genéticos para ir superando rendimientos, tolerancia a plagas y enfermedades; y en definitiva, para poder enfrentar algún problema fitosanitario que aparezca repentinamente y pueda acabar con los programas de un ciclo o más de siembra.

En el cultivo del arroz, en relación a semillas, debemos incluir la evaluación de cultivares de arroz tipo “Basmati”, cuyo grano es aromático, de excelente calidad culinaria, ideal para exportar a los mercados europeos y otros, y para popularizarlo en la mesa venezolana. Así mismo, considerar otro aspecto ligado a las semillas de arroz como es el uso de híbridos. La Fundación DANAC está haciendo importantes avances en estas dos áreas.

En el cultivo del sorgo granífero se inició un intenso programa de mejoramiento genético a comienzos de los años setenta, tanto en empresas privadas como en organismos oficiales, el cual condujo a la obtención de una serie de cultivares excelentes. Esos materiales y los importados, para ser liberados al mercado debían ser evaluados por el INIA (antiguo FONAIAP) en combinación con el SENASEM (Servicio Nacional de Semillas) en su comportamiento a nivel nacional, en lo que se denomina actualmente Ensayos Regionales Uniformes (ERU), y los mejores materiales eran autorizados para su comercialización. Esto era una garantía de la calidad genética de los materiales que llegaban al agricultor. Sin embargo, en la actualidad, estos ensayos prácticamente no se realizan y la falta de recursos es la principal causa.

Todos estos programas de mejoramiento y producción de semillas certificadas en el cultivo de sorgo granífero, deben continuar en todas sus instancias, especialmente si de nuevo este cereal recupera su importancia en algunas regiones agrícolas del país.

El cultivo de maíz, es quizás el más importante del país por la superficie que se siembra y por ser de elevado consumo, tanto en la dieta diaria del venezolano como por ser fuente de carbohidratos en las raciones de alimentos balanceados para animales. Para el consumo humano directo se prefiere el maíz blanco, aunque en algunas zonas del oriente del país consumen mayormente arepas de maíz amarillo. Para ser utilizado en alimentos balanceados, se prefiere el maíz amarillo por su contenido de pigmentos (beta carotenos, xantofila y otros) que de lo contrario deben ser incorporados en los alimentos, especialmente de aves, para el color de su piel y el de la yema de los huevos.

Actualmente se están importando más de 1.200.000 toneladas de maíz amarillo al año para cubrir las necesidades de lo que denominan granos forrajeros. Por supuesto al crecer la producción de aves y cerdos estas necesidades se harían mayores, por lo que es necesario promover programas de producción de maíz. Para ello, es imprescindible disponer de suficiente semilla de buena calidad.

En Venezuela, durante las pasadas décadas, por medio de organizaciones privadas y del FONAIAP, tuvimos una gran tradición en el mejoramiento genético y en el control de la producción de semilla certificada de maíz, especialmente de cultivares de maíz blanco; sin embargo, los programas de mejoramiento se han reducido mucho y algunas fincas dedicadas a la producción de semillas certificadas han sido expoliadas, causando trabas a estos procesos. Toda esta organización para la producción de semillas de maíz debe recuperarse para asegurar que los agricultores dispongan de este insumo en la cantidad y calidad requeridas y, muy importante, oportunamente.

Otra opción que debe considerarse es la importación de semillas de empresas trasnacionales, cuyos cultivares se han sembrado con éxito en las diferentes regiones agrícolas de nuestra geografía. Simplemente se importan las semillas o se hacen acuerdos con estas empresas para producir esos cultivares en nuestras condiciones, con nuestros agricultores, tal como se hizo en anteriores oportunidades. En fin, lo fundamental es suministrar a los agricultores una amplia gama de cultivares de maiz de excelente comportamiento, como lo reclaman las condiciones tan variables de los diversos sistemas suelo-clima a nivel nacional.

Con relación al suministro de semillas certificadas de hortalizas y de algunos frutos, y aquí pudiéramos incluir las semillas de especies forrajeras, es necesario apoyar a las empresas que hasta ahora tienen tradición en este negocio, facilitándole las divisas y todos los trámites burocráticos que se requieren para importar estos materiales. En este caso, a diferencia de las semillas de cereales, la producción de semillas, especialmente de híbridos, es sumamente especializada y complicada por lo que son materiales que deben importarse. Además, los requerimientos internos son relativamente pequeños por la cantidad de semillas que en general se siembra por unidad de superficie, lo que haría difícil la justificación de programas de producción de semillas de estas especies en nuestras condiciones, los cuales requieren elevadas inversiones.

En el caso de las semillas de especies forrajeras, adicionalmente se puede incentivar la producción interna de algunos materiales. A pesar de ser un proceso bastante exigente para obtener productos de calidad, en el país se han realizado experiencias con relativo éxito. Vale la pena revisar estos logros y analizar su conveniencia.

A las empresas importadoras de estas semillas de hortalizas, de especies forrajeras y de algunos frutos, se les debe exigir la mayor seriedad en la evaluación de los cultivares en nuestras condiciones, para que se seleccionen los que realmente van a favorecer su producción.

Otros cultivos en los cuales la oferta de semillas de calidad y de manera oportuna puede constituir una limitante para su producción en Venezuela, son las leguminosas de grano comestible, especialmente caraota negra y frijol, y algunas oleaginosas, como soya y girasol. En caraota negra y frijol hay que incentivar programas para la producción nacional de semilla certificada, de las variedades de comprobado comportamiento favorable en el país, así como retomar algunos proyectos de mejoramiento genético en estas especies.

En el caso de soya, que parece que está tomando auge a nivel de los productores, si se plantearan programas de siembras comerciales de cierta envergadura y continuidad, es fundamental que se intensifiquen los programas de mejoramiento genético que mantenía el FONAIAP y organizaciones privadas como Protinal, C.A. y la Fundación DANAC, entre otras. Así mismo, continuar la evaluación de variedades, especialmente las desarrolladas para el norte de Brasil, y de otros países como Colombia, Ecuador, Argentina, incluyéndolas en los Ensayos Regionales Uniformes (ERU). Finalmente, hay que establecer siembras para la producción comercial interna de semillas, con riego, para asegurar buenos rendimientos y buena sanidad del material producido.

Para los programas de girasol, que pueden ser una buena opción para algunos ciclos en algunas regiones del país, deben hacerse evaluaciones de cultivares utilizando los ERU. Esto es fundamental para definir una zonificación de los materiales más promisorios en los diferentes sistemas suelo-clima donde se vayan a adelantar estos programas comerciales. La prospección de la evaluación económica de los programas con este cultivo es fundamental, y no deben llevarse a nivel comercial hasta tanto no se detecten cultivares que ofrezcan una balanza positiva.

La papa, en relación al suministro de semillas, es un caso muy especial. Durante muchos años, la semilla de papa que se siembra en Venezuela se ha importado principalmente de Canadá. Por alguna razón, siempre las importaciones son tardías y causan disminución en las áreas sembradas y retraso en las fechas de siembra, con las lógicas consecuencias negativas en la producción nacional. Esta situación debe solucionarse para tener una producción suficiente que cubra la demanda interna de este singular alimento. En primer lugar se deben realizar las importaciones de semilla de papa oportunamente y, en segundo lugar, hacer esfuerzos para producir internamente parte de la semilla de papa necesaria para las siembras comerciales que se realizan todos los años, con una calidad que iguale o supere a los materiales importados.

Otra situación de las semillas como insumo básico para la agricultura, en este caso contradictoria, es la posición del Gobierno Nacional en relación a la prohibición del uso, por parte de nuestros agricultores, de materiales genéticamente modificados o transgénicos. La contradicción se debe a que Venezuela importa una elevada cantidad de los alimentos que consume debido a la pobre producción interna, buena parte de esas importaciones corresponde a productos generados por materiales transgénicos ya que los productores de los países que nos suplen alimentos, en sus programas agrícolas, aprovechan las ventajas que brindan estos organismos genéticamente modificados. La prohibición del uso en el territorio nacional de cultivares genéticamente modificados o transgénicos, ha sido ratificada en la nueva Ley de Semillas vigente desde marzo de 2016. Es necesario revisar y, en lo posible, modificar esta ley, para que en Venezuela se pueda trabajar con estos cultivares transgénicos y aprovechar toda su tolerancia y adaptabilidad a factores externos.

Noviembre de 2018.

pedroraulsolorzano@yahoo.com

www.pedroraulsolorzanoperaza.blogspot.com

 7 min


En años recientes ha surgido un concepto que intenta describir una forma novedosa de autoritarismo que se ha hecho presente en diferentes países occidentales. Fareed Zakaria, periodista estadounidense, en un escrito publicado en el año 1997 acuño el termino democracias iliberales. Con este concepto el autor llamaba la atención sobre el hecho de que un conjunto de países que lograron instaurar democracias entre 1974 y 1990 no siempre alcanzaron establecer sistemas de liberalismo constitucional. Se celebraban y ganaban elecciones pero se regían por una lógica poco respetuosa con el Estado de derecho y las libertades individuales.

Esta circunstancia, acuñada por el periodista estadounidense, en la actualidad es una realidad política en un sinnúmero de países. Describe, por ejemplo, regímenes como el de Erdogan en Turquía, la Hungría de Viktor Orban, la Rusia de Putin y Polonia de Jaroslaw Kaczynski, entre otros países. En nuestro predio, la Venezuela socialista es un ejemplo paradigmático de esta separación entre democracia y su contenido liberal.

¿Qué implica la disociación de estas dos dimensiones políticas? En un primer momento envuelve el alejamiento de la variable democrática del constitucionalismo liberal. Y, por otro lado, el intento de subordinar la garantía de los derechos individuales a la voluntad de la mayoría. En otros términos, esta orientación iliberal no obedece a insuficiencias de naturaleza democrática, sino a la falta de respeto por las instituciones independientes y los derechos individuales.

Vamos a detenernos y posar la mirada sobre la coyuntura política en nuestro país. Sostengo que estamos en presencia de una oportunidad histórica para enlazar en forma orgánica la dimensión democrática con la liberal. El propósito de intentar esta articulación es profundizar estas dos dimensiones y construir una democracia verdaderamente liberal.

Iniciemos esta breve reflexión formulando esta interrogante. ¿En algún momento de nuestra historia la dimensión liberal de la democracia ha sido relevante? Creo que la repuesta es negativa. La iliberalidad ha sido la característica básica de nuestra historia política. De hecho, la mayoría de nuestras agrupaciones políticas han asumido un perfil socializante articulado a una cierta orientación de naturaleza populista.

Una breve revisión de nuestra historia política mostrará como el relato democrático ha sido separado del constitucionalismo liberal; vale decir, instituciones liberales como el Estado de derecho o las garantías de los derechos individuales han tendido a ser subordinados o sacrificados en el altar de la voluntad de las mayorías. Es en este sentido que podríamos calificar nuestro sistema político como una democracia iliberal.

En las líneas que siguen intentaré desarrollar una hipótesis de naturaleza política. Esbozaré, igualmente, lo que a mi juicio podría constituir una oportunidad histórica para refundar nuestra democracia y lograr una articulación fuerte con los principios liberales. Vale decir, intentar generar un relato político que oferte una profundización de la democracia y, al mismo tiempo, se engarce con la defensa de los derechos individuales.

El chavismo-madurismo ha tenido éxito en desgastar la versión populista del discurso democrático. No tan solo han profundizado este desgaste. Aunque parezca contradictorio ha generado espacios discursivos para la articulación de dos relatos, en apariencia, contradictorios: el liberal del Estado de derecho, de la separación de poderes y de la afirmación de la libertad individual y el relato democrático que apunta a la igualdad y la soberanía popular.

Una estrategia opositora inteligente debería intentar conectar a su apuesta política estas dos vertientes. En otras palabras, la tarea a desarrollar ha de ser la construcción de una nueva voluntad democrática con capacidad de establecer nexos connotativos con la vertiente liberal y, a partir de ahí, construir una nueva identidad política a la diversidad de nuestros actores colectivos. Desde luego no es una tarea fácil. Sin embargo, el fracaso del socialismo del siglo XXI ofrece una oportunidad única para intentar dotar de contenido liberal a nuestra cultura democrática.

Para alcanzar este objetivo, sería imprescindible elaborar un relato que tenga una orientación transversal que desborde la división izquierda/derecha y articule armoniosamente las lógicas liberal y democrática. De alcanzar esta meta se estaría en condiciones de construir una nueva voluntad ciudadana, democrática y liberal.

Esta tarea es una exigencia de las actuales circunstancias políticas.

12 de noviembre de 2018

Observatorio Venezolano de las Autonomías

https://autonomiaspoliticas.blogspot.com/2018/11/la-democracia-iliberal-venezolana.html?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+http%2Ffeedsfeedburnercom%2Fautonomiaspoliticasblogspot%2FTAxkc+%28Descentralización+y+Autonomías+Políticas%29

 3 min


Victoria Sanford

Mientras que miles de migrantes hondureños avanzan por México con la esperanza de pedir asilo en Estados Unidos, el presidente de ese país, Donald Trump, ha prometido detenerlos —con el pretexto de proteger a los ciudadanos estadounidenses de “criminales” y de una “invasión” inminente— con el envío de tropas al sur de Estados Unidos y la militarización de la frontera.

El mandatario estadounidense no ha entendido que la crueldad no va a resolver la crisis actual de refugiados. Tampoco la va a resolver el aliarse con los líderes autoritarios de Centroamérica. En todo caso, esas dos estrategias solo agravan la situación migratoria, porque la criminalidad y el desgobierno son las razones por las cuales quienes forman parte de la caravana están huyendo de sus países de origen.

Lo que Trump llama una invasión es en realidad la evidencia más visible de una apremiante crisis de gobernanza y violencia en buena parte de América Central, una región que se ha alejado del Estado de derecho y encaminado hacia la corrupción y la criminalidad con funcionarios que actúan con impunidad.

Trump, por ejemplo, decidió respaldar a Jimmy Morales —el presidente autoritario de Guatemala—, pese a que está siendo investigado por posibles casos de corrupción por la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), el organismo que establecieron de manera conjunta las Naciones Unidas y el gobierno guatemalteco. Como respuesta, Morales revocó las visas de algunos de los investigadores de la comisión.

Actualmente, la violencia domina en Honduras, Guatemala y El Salvador. Los tres países tienen algunas de las tasas de homicidios más altas del mundo, y su patrón cotidiano de asesinatos, reclutamiento forzado a las pandillas, extorsión, violencia de género y secuestros parece empezar a reproducirse también en Nicaragua.

Los grupos criminales detrás de estas atrocidades son un legado de las guerras civiles de las décadas de los setenta y ochenta y de las dictaduras militares del siglo pasado, que dejaron un legado de 75.000 personas asesinadas en El Salvador y 200.000 muertes en Guatemala. Se cree que Honduras, el país que ha sido la base de las operaciones militares de Estados Unidos en Centroamérica desde hace décadas, fue la nación más afectada por la violencia, pero a diferencia de Guatemala y El Salvador, nunca ha tenido un registro oficial de las víctimas de sus conflictos.

En esos tres países de Centroamérica, el llamado Triángulo Norte, hay unidades militares inmersas en una red compleja de crimen organizado, narcotráfico, pandillas, partidos políticos y cuerpos policiacos corruptos y clandestinos.

Por un lado, las pandillas tienen vínculos con la policía: los policías persiguen solo a los pandilleros que no les dan dinero o, si algún pandillero llega a saber demasiado de la complicidad de policías corruptos, corren el riesgo de convertirse en víctimas. Las pandillas también tienen conexión con el crimen organizado y grupos del narcotráfico, que, a su vez, tienen sus propios vínculos con el ejército y la policía.

En la década de los ochenta, las pandillas filtraron información a la policía sobre los obreros, líderes sindicales, maestros y estudiantes que participaban en protestas políticas. A cambio, la policía les concedió a las pandillas territorios para realizar sus actividades ilegales en libertad. Después de que los acuerdos de paz en Guatemala de los años noventa contribuyeron a terminar una larga guerra civil, algunos grupos clandestinos con vínculos con la policía y miembros del ejército aún utilizaron rutas, pistas de aterrizaje y helipuertos militares para transportar armas y drogas.

Las redes de complicidad en Guatemala muestran cuán íntimamente estrechos están los distintos grupos criminales y estatales. Por ejemplo, las pandillas sobornan a la policía para que esta ignore lo que hacen en sus territorios. Esas coimas fluyen hacia los altos mandos: los policías locales le dan el soborno a sus jefes, quienes, a su vez, le dan una parte a sus superiores. En los niveles más altos, los narcotraficantes podrían comprar a un alto oficial de la policía, quien a su vez compartiría ese dinero con algunos subalternos.

Por su parte, los narcotraficantes y otros grupos criminales también le pagan a los pandilleros para robustecer el tráfico de drogas y para contratarlos en distintas funciones: como sicarios, secuestradores, extorsionistas, para incendiar lugares, robar coches o incluso reclutar a miembros de bajo nivel.

El engranaje de la violencia, los sobornos, las amenazas y la influencia de las estructuras de poder hace que la vida cotidiana sea muy peligrosa para los centroamericanos. Cualquier interacción entre pandilleros y ciudadanos ordinarios se reduce a dos escenarios. La primera: pedir dinero. Si el ciudadano se niega, es interpretado como un desafío directo al poder de las pandillas. La segunda: pedir el control sobre sus vidas. Que los ciudadanos se rehúsen a dar incluso un dólar podría convertirlos en el enemigo de una pandilla, con todos los riesgos que eso conlleva.

Los gobiernos centroamericanos conocen este entramado de complicidades. Para enfrentarlo, sus acciones van desde hacerse de la vista gorda ante el crimen, hasta aceptar lo sucedido de manera corrupta o incluso la complicidad activa. Miembros de las élites trabajan desde las entrañas y dominan estas estructuras violentas del poder. Y muchos de ellos tienen vínculos con los sanguinarios cárteles de drogas de México.

Este panorama oscuro del que muchos centroamericanos intentan escapar no es una novedad para la historia de migración estadounidense. La situación actual en Centroamérica recuerda a los horrores que llevaron a grupos de seres humanos —irlandeses, italianos, griegos, judíos, húngaros, alemanes, polacos y más— a huir del centro y sur de Europa. En lugar de soportar la violencia, crimen, discriminación, malos gobiernos y hambre que padecieron durante el siglo XIX e inicios del XX, estos migrantes se enfilaron hacia Estados Unidos. ¿El país perdió algo al recibirlos? Pensemos en todo lo que esos migrantes agradecidos han aportado a la sociedad estadounidense.

Como la gran mayoría de las personas que integraron las olas masivas de migrantes de los siglos pasados, los centroamericanos de hoy solo están buscando vivir seguros, trabajar duro y proveer para sus familias. No son criminales, como repite Donald Trump, sino víctimas de las empresas criminales que fingen gobernarlos.

Si Trump insiste en detener la entrada de refugiados a Estados Unidos, al menos debería mostrar la compasión del país que dirige e insistir que sus naciones de origen incorporen reformas que deriven en gobiernos honestos y respetuosos de la ley. El presidente estadounidense debería respaldar a la CICIG en Guatemala. Y debería escuchar el reclamo de los ciudadanos de México, El Salvador, Honduras y Guatemala que han pedido la expansión regional de la comisión antiimpunidad de las Naciones Unidas.

La caravana migrante que salió de Honduras es un llamado de ayuda para acabar con la violencia y la impunidad; para sustituirlas con Estado de derecho. Esos son los objetivos de la CICIG en Guatemala. Trump y el Congreso estadounidense deben redoblar los esfuerzos de la comisión y ayudarlos a que se convierta en una cruzada regional que controle el dominio de los grupos de crimen organizado y de las pandillas violentas que hacen que la vida diaria de los ciudadanos sea intolerable.

Por supuesto, también es necesario garantizar que se celebren elecciones justas. Pero un cambio a las elecciones no tiene sentido sin antes restablecer el Estado de derecho.

11 de noviembre de 2018

New York Times

https://www.nytimes.com/es/2018/11/11/opinion-caravana-migrante-trump/?r...

 5 min