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¿Déficit fiscal cero?

Opinión
Artículos de opinión
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Tiempo de lectura: 3 min.

Me llamó poderosamente la atención y también sorprendió escuchar al Presidente de la Republica, en sus rutinarias cadenas de medios de comunicación, hablar sobre el tema del déficit fiscal y las graves consecuencias que ello acarrea no sólo en lo económico fiscal sino también en lo social y en el funcionamiento general del país. Es la primera vez que lo escucho abordar el tema, que es bueno recordar no es nada nuevo, la nación viene arrastrando este serio problema desde hace varios años, pero es ahora cuando al parecer se dieron cuenta que es asunto de extrema gravedad y necesario su atención.

El déficit fiscal se produce porque el ingreso nacional no es suficiente para atender el funcionamiento y operatividad del Estado. ¿Qué ha hecho el gobierno es ese tiempo, sin tener dinero como atender la demanda nacional? Pues ha recurrido a la inmensa irresponsabilidad del endeudamiento externo e interno para atender gastos corrientes y a la emisión de dinero inorgánico. Pusieron y ponen la máquina de fabricar billetes a trabajas a todo vapor, con la gravísima consecuencia de introducir en el circulante dinero sin ningún respaldo. Esta irresponsabilidad solo ha servido para potenciar la inflación y llevarla a términos astronómicos como los que estamos padeciendo. El endeudamiento per se no es nocivo, pero a él debe recurrirse siempre para atender inversiones o costear gastos fundamentales para el desarrollo integral del país, siempre estimando la capacidad para honrar el capital y el servicio que ello genera, nunca para gastos corrientes. La emisión de dinero inorgánico es una monstruosa irresponsabilidad que no tiene justificación de ninguna naturaleza. Ahora bien, entiendo que el Presidente sabe que con decreto o enunciado el déficit no se resuelve y que está bien informado de las medidas que hay que tomar en materia de política económica y fiscal. Para llevar el déficit fiscal a "cero", como lo prometió, es necesario un paquete macro y microeconómico muy bien concebido y en él luce de ante ojito el desmontaje del control de cambio y la eliminación del afán de control de precios que se ha prestado para la extorsión, coacción y matraca. ¿Está dispuesto el Presidente a tomar estas medidas? Personajes del gobierno han dicho que el control de cambio no es una medida económica sino un instrumento político y mediante el control de precios, como su nombre lo indica, mantiene controlados a quienes le interesa controlar.

En tiempos de hiperinflacion como los que vivimos donde los precios y costos varían diariamente, el sostenimiento de esta política de controles lo que hace es agregar serios problemas a la industria, al comercio y al aparato productivo en general. Por ello la pregunta anterior. De adoptarse las medidas correctas, lo felicito porque estaríamos al inicio de la sanidad económica y fiscal de la nación, pero como "por sus obras los conoceréis" tengo suficientes razones para dudar que ello ocurra.

Lo económico produce inmediatas consecuencias en lo social. El desastre que vivimos se explica en un modelo fracasado en todas partes del mundo y quienes lo intentaron hoy están en franca revisión. La llamada China comunista trabaja hoy en un programa que ha llamado "Sociedad modestamente acomodada". No es otra cosa que la economía de mercado en marcha. El 90% de la planta industrial y comercial de China está en manos privada y el gobierno se esfuerza en promover y cuidar y por supuesto los controles del Estado también se dejan sentir con el fin de evitar abusos o descarrilamientos. En Cuba se produce hoy una reforma constitucional que abre espacios a la iniciativa y propiedad privada además de abandonar el término comunista y sustituirlo por el de socialismo, amén de limitar el periodo del mandato presidencial a cinco años, permitiendo reelección inmediata por una sola vez.

Por ello, lo fundamental no son las correcciones puntuales o particulares económicas, fiscales o sociales, lo fundamental es el cambio rotundo del modelo y ello solo se logra con un cambio de gobierno.