El Gobernador del Estado es uno de los altos funcionarios públicos que tenemos relativamente más cerca o así debe ser, de su gestión, en buena medida, depende nuestra calidad de vida. Siempre debemos estar muy atentos a quien o quienes elegimos, pero en esta hora tan crítica que vivimos debemos extremar las exigencias y examinar muy bien las credenciales y condiciones del seleccionado para no equivocarnos, menos para seguir en el foso donde estamos o precipitarnos más. Pedimos hasta la saciedad UNIÓN de la oposición, muy lamentablemente no se logró y desde nosotros se presentaron varios nombres para el mismo cargo, entre ellos para la Gobernación de nuestro Estado.
A todos los respeto, pero resalto el nombre de Luis Carlos Solórzano por conocerlo desde siempre y sentirlo equipado, formado, con valores y con gran capacidad y convicción de servicio, íntegramente moral y dispuesto a entregarse completo al ejercicio y cumplimiento fiel y cabal de la inmensa tarea que Dios mediante le entregaremos.
Nació en Ocumare de la Costa y se desarrolló en nuestro estado del que nunca se ha separado, conoce a fondo nuestra geografía, problemas y soluciones. Su candidatura surge de la sociedad civil aragüeña que después de un intenso estudio y análisis consideró su nombre como el más adecuado. No tiene ataduras partidistas que lo obliguen al cumplimiento de disciplina sectorial y ello le facilita ver al estado en su conjunto, en su totalidad, para llamar a los mejores, eficaces, inteligentes y con vocación de servicio estén donde estén. Él, además de entender que la democracia "es el gobierno DEL, PARA Y POR el pueblo" sabe que debe ser también CON el pueblo y así nos hará participe de las decisiones donde se comprometa el interés de todos.
En noviembre, sino cambia la situación, estamos convocados para seleccionar a nuestro Gobernador y a ese proceso debemos asistir todos quienes queremos cambio. El cambio, en democracia y civilizadamente, se logra votando, sino lo hacemos estaremos colaborando con el régimen porque ellos si lo van a hacer y utilizarán todos los recursos del poder para buscar a las personas y con amenazas, chantajes y extorsiones las llevarán a votar, todavía hay gente que piensa que el régimen puede saber por quién se vota.
Si no se logró la unión por arriba, hay que lograrla desde la base y salir todos a trabajar y votar por el mejor de los candidatos: Luis Carlos Solórzano. Como hemos dicho, es una fresca figura que además de una excelente formación y valores bien colocados, es una persona con una inmensa capacidad y vocación de servicio a la colectividad y al prójimo. Con él tendremos un Gobernador íntegramente entregado al cumplimiento cabal de su responsabilidad y un incansable luchador por alcanzar el Bien Común. Será también una voz firme y recia en la exigencia al poder nacional de lo que a Aragua corresponde y merece y reclamará la atención debida.
Con Luis Carlos Gobernador tendremos una instancia donde recurrir para plantear los problemas comunales y propios en la seguridad que seremos atendidos y si en sus manos está se resolverán los asuntos . Trabajemos y votemos por Luis Carlos en la seguridad que transitamos el mejor camino y estamos entregando las riendas de nuestro Estado a las mejores manos. Luis Carlos es el cambio para las rectificación, para lo bueno y para el progreso y bienestar de todos.
Nunca es tiempo para la improvisación ni para para dar saltos al vacío y diría que tampoco para obedecer órdenes impartidas por acuerdos cocinados en Caracas, debemos responder a nuestra conciencia y ella nos conduce a votar por Luis Carlos Solórzano que es capaz, bien equipado y con una inmensa capacidad para servirle al Estado y a las familias que lo integran. Con él lograremos que Aragua, en medio de esta dramática y critica nacional, sea un remanso donde podamos respirar aire puro y fresco y vivir con tranquilidad, donde la seguridad personal y de bienes esté garantizada y podamos ver soluciones a los ingentes problemas que nos aquejan. Nuestro voto por Luis Carlos es una muestra de amor por nuestro estado y una colaboración para el desarrollo y progreso en paz y con decencia.