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El gigantismo del enano

Opinión
Artículos de opinión
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Tiempo de lectura: 3 min.

El gobierno es un ente suficientemente bien informado, él está enterado perfectamente sobre la situación nacional y lo que la gente siente y piensa, por ello sabe del inmenso rechazó que su gestión tiene, que en muchos casos se transforma en aborrecimiento y repulsión. La sala situacional informa al régimen que su techo electoral oscila entre el 15 y 20% en el mejor de los casos. En ese porcentaje están quienes extrañamente creen en el modelo y quienes ceden ante amenazas, coacción y son constreñidos, siempre controlados con mecanismos deplorables y también se suman los llamados "enchufados" que les interesa solo su ego sin contemplar para nada el Bien Común y el quehacer colectivo. Sintiéndose pues en la dificultad o imposibilidad de crecer por vías ortodoxas (así lo informa la matriz de opinión), sin calor popular y sin respaldo, optaron por afectar negativamente la alternativa (divide y vencerás), fracturar, dividir, confundir y penetrar la mente con mecanismos psicológicamente bien estudiados, de la oposición. En ese proceso de afección a la vista y hasta ahora parece han sido eficaces.

Me alarmo cuando escucho gente de oposición, tanto los más enterados como los menos, creyendo y siendo transmisores de las consejas del gobierno: Nos descalificamos entre nosotros dando por buenas opiniones salidas del macabro laboratorio gubernamental, afirmamos que el voto no solamente es controlable si no que es susceptible de cambio, creemos que al gobierno no es posible sustituirlo en comicios democráticos y en el peor de los casos encontramos a quienes sostienen que este régimen no es derrotable por nosotros y necesitamos la intervención extranjera para quitárnoslo de encima. Todo ello son elaboraciones del laboratorio multidisciplinario y de variadas nacionalidades que trabaja las 24 horas de todos los días para maltratar nuestra estima y perder entusiasmo, para dividirnos.

El régimen pretende ser gigante en un país de enanos, así lo piensan y por ello luchan, con toda la carga ofensiva que ello conlleva a nuestro pueblo. El gigantismo del enano, el que desea estar arriba sin crecer él y su trabajo es hacer enanos a los demás.

He sostenido reiteradamente que el voto no es controlable, menos cambiable, por muy comprometidos que estén con el régimen la mayoría de los rectores del CNE. Si estamos presente en la totalidad del acto de votación, desde su inicio hasta su conclusión definitiva no es posible que nos acuñen votos indebidos. Por ello nuestros representantes en ese acto deben ser gente probada, de mucha convicción y entrega, con el convencimiento que en su representación se está jugando el destino de la Patria, el de su familia y el suyo propio.

Recordemos que quienes manejan el gobierno lo entienden como un fin. Lo han alcanzado y nunca piensan dejarlo y para ello se valen de cualquier medio. Como por las buenas no es posible recurren a las peores atrocidades. Estamos en presencia de gente de muy poco o ningún escrúpulo y como de la obscuridad no se sale con más obscuridad, debemos enfrentarla con luz y mientras mayor sea la luz más rápido se extinguen las tinieblas. No debemos descender al fango enchiquerado donde quiere el gobierno plantear la lucha. Ante la precaria o ausencia ética de régimen debemos combatir con principios y valores, por eso somos diferentes. Si nos ponemos de acuerdo, la oposición, la montaña de votos que sacaremos no podrá ser desconocida por ninguna instancia ni por nadie.

Ante la funesta pretensión del régimen de empequeñecernos, debemos inflar cuanto más nuestro espíritu y voluntad. Llegó la hora de apostar el resto, de entregarnos completo a la lucha por el cambio, negarnos, ser indiferentes o privilegiar causas subalternas sería estar de espalda a la historia y a la Patria, las generaciones venideras jamás lo perdonarían.

Además de nuestras incomprensibles diferencias creo que las consejas del gobierno han surtido efecto en la mente de algunos. A ellos debemos llegarle para sacarlos de su obnubilación y convencerlos que con UNIDAD Y ORGANIZACIÓN le daremos a la Patria un presente y destino mejor.

UNIDAD Y ORGANIZACIÓN para salir de este gobierno y UNIDAD Y ORGANIZACIÓN para la ardua pero apasionante tarea de la recuperación y reconstrucción nacional. Tenemos el insoslayable deber de entregarle a nuestros hijos y nietos una Venezuela distinta donde puedan desenvolverse en libertad, justicia, progreso, convivencia y ciudadanía.