Dos policías, en su hora de guardia, conversaban entre si para pasar el tiempo durante su recorrido por las instalaciones del centro penitenciario. Cualquier tema era válido para la desordenada cháchara.
¿Viste el gran escape? preguntó uno de ellos.
-Claro que sí. Tremenda película de los años sesenta. producida y dirigida por John Sturges, con actuación de Steve McQueen, James Garner y Richard Attenborough. El argumento estaba referido a los hechos ocurridos en un campo de prisioneros durante la segunda guerra mundial.
Los alemanes, cansados de los intentos de fugas de los aviadores británicos y estadounidenses, deciden agrupar a los más peligrosos en el campo de prisioneros de guerra de máxima seguridad, Stalag Luft III, con guardianes expertos y del que su comandante, el coronel von Luger , dice que de allí es imposible fugarse.
También, recuerdo la soberbia actuación de Steve Moqueen en su fuga conduciendo una moto cerca de la frontera de Suiza.
De que me estás hablando tú, que película ni que ochocuartos, respondió su compañero. Yo me estoy refiriendo es a la fuga de los 242 presos de Poliaragua.
-¡¡¡Carajo, se piraron 242 de un solo coñazo!!!....ese cuento, no lo sabía y nada más con el número de fugaos supera a la película……¿Y cómo pasó eso?...cuéntamelo todo que tengo toda la noche para escucharte.
Bueno, esto es una vaina increíble. Al centro penitenciario de Alayón, en Maracay, llegó una Orden de Traslado de esos reclusos para llevarlos a la Cárcel de Tocorón y…
-Espérate un momento, disculpa que te interrumpa, ¿De dónde provino esa orden? ¿Quién la firmaba? preguntaba el compañero.
No lo sé. Pero, el protocolo que se sigue en esos casos indica que el Juez que conoce la causa es quien ordena el traslado y notifica a las autoridades del penal para que coordinen con los cuerpos de seguridad policial, militar o guardia nacional para que se proceda en consecuencia.
-Huuuummm, huele a guiso. Me pregunto, en toda esa cadena de autoridad para autorizar el traslado, nadie se dio cuenta o se hicieron los pendejos para certificar la validez de la orden, señaló el compañero de recorrido.
Pero, lo cierto es que la orden llegó y los reclusos muy sonrientes y alegres abordaron los autobuses que los iban a trasladar y ¡¡¡¡nunca llegaron a Tocorón!!!!
-Carajo chico, ¿y qué pasó, pa donde se fueron?
Uno de los chóferes que es mi vecino en el barrio, me comentó que en su unidad, uno de los vigilantes hacia el papel de colector y me indicaba a que concha o refugio de cada preso debía dirigirme para dejar a los pasajeros. Y cuando uno de ellos se bajaba, el resto aplaudían y gritaban …..Otro que se va….
-Coño, hasta colector tenían. Falta que ahora me digas, que también le suministraron refrigerios durante el traslado.
Para que tu veas, los presos, subieron termos y que de café y resultó ser que era whisky 18 años para celebrar su camino a la libertad.
-Mientras tanto, en Tocorón todo estaba en calma……Claro, las autoridades de ese centro no sabían del traslado.
Dime algo, ¿cómo se supo de esta fuga?
-Ah, eso es otro capítulo de esta película. Resulta, que el asunto se descubrió cuando familiares de tres reclusos denunciaron que éstos fueron localizados muertos en la vía pública. A estos familiares les causó extrañeza el hallazgo, porque sus parientes estaban registrados como privados de libertad.
Coño, las autoridades quedaron con el culo al aire. Como le iban a responder a las familias sobre el paradero de los 239 reclusos restantes, tremendo peo en el que estaban metidos.
-No dejes por fuera el establecimiento de responsabilidades de todas aquellas autoridades judiciales, administrativas, militares, guardia nacional y policiales que tuvieron que ver con este caso.
Compañero, dijo el otro de los policías, en esta película la realidad supera la ficción…..El Gran Escape de Hollywood se quedó corto.