La abstención es renunciar a hacer algo. En la ciencia política es el acto, por el cual un votante calificado para ejercer su derecho en una consulta electoral decide no hacerlo, ya sea en elecciones generales, regionales o municipales, o también en la ocasión cuando se le consulta sobre una materia de trascendencia nacional, regional o local.
En las pasadas elecciones del 20 de mayo de este año hubo estados como Táchira, Mérida y Zulia donde la abstención se registró hasta en un 73%. Por su parte los estados con menos abstención fueron Yaracuy, Cojedes y Delta Amacuro que alcanzó un promedio de 38%. Esta ha sido la abstención más alta que registra nuestra historia en comicios presidenciales.
Entiendo que en buena parte la abstención se produjo por el llamado formulado por distintas organizaciones políticas, pero también por desmotivación del elector, bien porque los candidatos no eran de su agrado o porque cree que su voto es susceptible de ser manipulado.
Las veces que hemos asistido a consultas electorales en UNIDAD Y ORGANIZADOS, con presencia en la totalidad de los centros de votación y en particular en las mesas hemos obtenido contundentes victorias. Ganamos la consulta que el Presidente Chávez sometió a consideración del país en torno a la reforma constitucional que presentó, hemos ganado las principales gobernaciones: Zulia, Carabobo, Miranda, Táchira, Mérida,Lara entre otras, la Alcaldía Mayor de Caracas e importantes Alcaldías del país. Lamentablemente en nuestro estado Aragua hemos estado muy cerca pero todavía no ha sido posible. La última gran victoria la obtuvimos no solamente ganando la mayoría de los integrantes de la Asamblea Nacional, si no que el pueblo soberanamente le concedió a la oposición dos tercios de sus miembros, que es la más alta mayoría calificada que contiene la Constitución. Sabemos también que donde hemos ganado, el gobierno coloca acabalas paralelas, como también convocó a la ilegítima y espuria, por tal inexistente Asamblea Nacional Constituyente con el único propósito de anular las competencias y facultades de la Asamblea Nacional.
Para desgracia del país el poder y la fuerza los detenta el régimen y en función de ello hace cumplir sus deseos legítimos o no. No respeta la Constitución ni la ley, simplemente con el dominio incondicional de los integrantes del Poder Público nacional hace cumplir sus decisiones. Solo dos poderes no controlan: La Asamblea Nacional y lo que es sagrado EL PODER CIUDADANO.
Queda claro que cuando hemos asistido en UNIDAD Y ORGANIZADOS con presencia en la totalidad del desarrollo del acto electoral hemos logrado importantísimas victorias. El gobierno lo sabe y por ello desde su macabro laboratorio se estudian y resuelven tácticas para evitar que nos unamos y organicemos como movimiento amplio de oposición.
La prédica de que el gobierno sabe por quién se vota y que el CNE está en capacidad para cambiar tu voluntad expresada en la urna electoral, son mentiras del tamaño de una inmensa montaña, simplemente lo propagan, a veces lamentablemente nos hacemos eco de ello, para desganarnos, desestimularnos y desentusiasmarnos. Por supuesto a quien le llega esta conseja y la cree, ninguna gana tendrá de ir a votar, pero repito tengamos en cuenta que ello es parte de la estrategia del gobierno en la que no podemos caer, como tampoco pensar que asistiendo al acto de votación estamos legitimando algo o a alguien. Solamente estamos expresando nuestra voluntad que es nuestro derecho y aunque en la vigente Constitución eliminaron el "deber" de votar y lo dejaron solo como un derecho, creo que sigue siendo un DEBER, si no previsto como tal en nuestra Carta Magna si debe estar en nuestra consciencia y en nuestra alma y ahora como nunca ese deber es con la Patria y con la historia.
Al final preguntémonos ¿Qué ha ganado el país y pensando en nosotros, qué ha ganado la oposición con la abstención? Creo que nada, al contrario y para lamentar hemos facilitado increíblemente las cosas al gobierno, hemos dejado que ellos solos se desenvuelvan en el campo ante el cruce de nuestros brazos. Ello es menos explicable cuando todos los sondeos de opinión señalan que más del 80% del país quiere cambiar este gobierno. Solo falta UNIÓN, ORGANIZACIÓN Y DISPOSICIÓN. En esta situación tan excesivamente dramática no es renunciable el derecho de votar. Si todos lo hacemos, la montaña de votos será tan gigantesca que no habrá organismo alguno capas de desconocer, además de estar enviando un mensaje bien claro a la estructura que sostiene este régimen para que no titubee a la hora de hacer cumplir lo que debe por derecho y justicia hacer cumplir.