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La necesidad los unió

Opinión
Artículos de opinión
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Tiempo de lectura: 4 min.

La Segunda Guerra Mundial se inicia con la invasión de Adolf Hitler a Polonia en 1939 y concluye con la caída del Reich en 1945. Gracias a Dios ese fue el desenlace, de no haber sido así, hubiésemos presenciado otro holocausto, ya mundial y también los sobrevivientes estuvieran la esvástica tatuada en la frente. Hitler fue el anticristo del siglo pasado, otros se le aproximaron, pero ninguno lo igualó.

Más de 100 millones de militares fueron movilizados con equipos, naves, aeronaves y armas de las más sofisticadas y de alto poder destructivo.

Fue una guerra total (mundial como su nombre lo indica). Todos los países del planeta se vieron involucrados, unos más que otros, tantos que a la caída del Reich solo nueve se mantenían neutrales, entre ellos España, Suecia, Suiza, Dinamarca y Portugal. El mundo se dividió en dos bloques: Los Aliados, inicialmente formado por Francia, Reino Unido y Polonia, más adelante se sumarían los Estados Unidos de América y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. El otro bloque fue La Fuerza del Eje, con Alemania e Italia en una alianza que llamaron Pacto de Acero.

Esta ha sido la mayor confrontación bélica que registra la historia, se estima en más de 70 millones las víctima humanas, que para 1944 era el 2.5 % de la población mundial, se alteraron las relaciones políticas, sociales, económicas y culturales del mundo, se afectó gravemente el ecosistema y la destrucción de edificaciones fue masiva, todas reducidas a escombros. Concluida la guerra se creó la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con el propósito fundamental de evitar futuros conflictos y cuando se presentaren tratar de resolverlos civilizadamente.

Los aliados se reunían con frecuencia para acordar estrategias y tácticas conjuntas y enfrentar al enemigo común: Hitler, que constituía una criminal amenaza no sólo para Europa sino también para la humanidad y en particular para los intereses de ellos. En febrero de 1945 - a punto de concluir la guerra - se reúnen en Yalta Roosevelt, Churchill y Stalin para llegar a acuerdos finales y hablar de la Europa de postguerra. Estos señores, connotados e indiscutibles líderes mundiales sin ninguna duda no sólo disímiles en política, cultura, ideales y estrategias sino verdaderamente enfrentados, resuelven dialogar y llegar a acuerdos para concluir la lucha con éxito ante el adversario común. La necesidad crea órganos y acuerdos en quienes sienten la urgencia de superarla, por el Bien Común o por razones e intereses menos elevados, que creo fue lo que privó en los aliados sin desconocer la dosis por el bien general que defendieron.

Al concluir la guerra, muy lamentable y cuestionablemente surgieron en los vencedores los apetitos expansionistas y de dominio y así se repartieron tierras, ciudades y pueblos enteros como botín de guerra, atrincherándose cada quien en sus nuevas posesiones. Hasta noviembre de 1989 se levantó el funesto muro de Berlín que dividió la capital alemana en oriental y occidental. La primera bajo dominio ruso y la segunda de Estados Unidos. Afortunadamente la sensatez se impuso y del muro lo que queda es un muy mal e ingrato recuerdo. Ahora Berlín es una sola donde todos sus habitantes se confunden y hacen vida social comunitaria.

También concluida la guerra se establecen dos trincheras, una capitalista, liderada por los Estados Unidos y Europa occidental y la comunista por la Unión Soviética y Europa del este. Ambas trincheras con inmenso poder bélico y pretensiones expansionistas y de dominio, ambas trincheras de vocación imperialista. Se inicia entonces la llamada "Guerra Fría" que gracias a Dios nunca se calentó, aunque estuvo a punto.

En 1948 por iniciativa de los Estados Unidos bajo la presidencia de Harry Truman se crea el plan "European Recovery Program" (Plan de Recuperación de Europa), mejor conocido como "Plan Marshall", para ayudar económicamente a países de Europa afectados por los estragos de la guerra. El plan invirtió más de 13.000 millones de dólares desde su creación y hasta 1952. La intención fue reconstruir zonas destruidas, eliminar trámites comerciales y restablecer y modernizar el parque industrial. La URSS se negó a participar en el programa y bloqueó la colaboración a países de Europa del este, por ello fue todo dirigido al occidente europeo.

Esta iniciativa de los "yankees" lleva el apellido del entonces Secretario de Estado George Marshall que fue su pionero, pensador y creador y que tocó el tema por primera vez en la Universidad de Harvard en 1947.

Este relato que se hizo extenso, aunque en gruesas pinceladas y guardando las diferencias es con el propósito de reflexionar sobre nuestro país. Si los tres grandes líderes del mundo en su época, enfrentados fuertemente entre sí fueron capas de dialogar y llegar a acuerdos ante el enemigo común, ¿Por qué nosotros no?

La historia es una fuente inagotable de enseñanzas y lecciones y en ella nos percatamos de la piedra para no volver a tropezarla, además encontramos soluciones a los problemas por muy altos que estos sean.

El gobierno que tenemos ha provocado un estado de necesidad desastroso y generalizado que nos constriñe a todos y amenaza con profundizarse. La única, responsable, efectiva y práctica vía para superar este drama es la UNIÓN de todos frente al enemigo común. Debemos postergar nuestras diferencias para luchar con éxito contra quienes han sumido al país en esta profunda crisis, aunque después regresemos a nuestra diversidad que debe ser una vez que la nación esté en vías de desarrollo o al menos estabilizada y por supuesto nunca pretender repartirnos el país que es de todos. Sé que el concierto de las naciones del mundo está dispuesto a ayudarnos una vez salgamos de este régimen y seguramente mañana respiraremos aire puro, viviremos en paz, justicia y progreso y tendremos razones para soñar.