«En una situación en la que las consecuencias de la decisiones erróneas son tan terribles, en la que un mínimo de irracionalidad puede poner en movimiento un tren entero de acontecimientos traumáticos, no creo que podamos darnos por satisfechos sabiendo simplemente que la “la mayor parte de la gente se comporta racionalmente la mayor parte de las veces”.»
Charles E. Osgood (1916-1991)
I
Venezuela vive un permanente malestar. Sufriendo un mal estar en las colas por una ración de alimentos, aquejándose de sus dolencias físicas que no puede mitigar con las medicinas que no encuentra. Sintiendo náuseas al destapar las bolsas repletas de basura, buscando algo que comer o ponerse. Despidiendo a sus seres queridos en terminales, aeropuertos y fronteras. Viendo sí, el contador dolartoday por fin se detiene o comienza a descontar su cifra astronómica. Viviendo un ciclo inflacionario desequilibrado. Esperando a que vuelvan a los anaqueles los productos de producción nacional para que se pare la importación. Pero, también siendo testigo de la muerte de compatriotas por inanición y de mártires encerrados en lúgubres ergástulas a lo largo y ancho de la patria de Simón Bolívar.
Su decadencia no le es soportable más, y frente a otras calamidades –que sería larga la lista nombrarlas aquí–, está su penúltima molestia padecida: haber sida sacrificada por la dirigencia política de la MUD luego que interpretaran los roles de Pilatos y Judas.
II
Sólo dos batallas ha ganado la Venezuela republicana y democrática en estos dieciocho años de confrontación política, contra un régimen que se saltó las líneas invocadas en el Preámbulo de la Constitución (1999): recordamos el Referéndum para la Reforma Constitucional de 2007 y las Elecciones Parlamentarias de 2015. Dos victorias que no fueron bien administradas y, a las que no se les dedicó una debida reflexión por parte de los responsables elegidos para que nos representaran y, legislaran y controlaran la cosa pública.
Así pues, como se careció de algunas competencias –esto, como un libre ejercicio de destrezas e inteligencia–; y pese a que la nación, tiene dieciocho años de atropellos y atraso a cuestas, los nuevos diputados no llegaron con la convicción y la unidad pregonada a plantearle al país cuál era la gran estrategia requerida, y acto seguido, se durmieron en los laureles.
Por ello, el día de la instalación de la Asamblea Nacional (05 de enero de 2016), lo que se vio fue un protocolo de celebración y toma de cargos. El grave hecho ocurrido un mes antes, con el nombramiento de los Magistrados del TSJ y la anulación de los diputados indígenas, no llamó a la conciencia y a la acción de los 112 diputados opositores; de llevar aquel día de gloria democrática, una voz de protesta y condena sobre el abuso de poder consumado. Los hechos que vinieron después, son parte del historial que ha sido bien documentado y conocido por todos.
III
El estratega chino Sun Tzu dijo: “La victoria es el principal objetivo de la guerra. Si se pospone demasiado, las armas se embotan y la moral decae…”. Y este axioma se aplica igualmente, en los campos pacíficos de la política y de la actividad empresarial.
Visto esto, y ante la petición que se nos hizo desde la MUD, luego del acontecimiento traumático del pasado 15 de octubre, de seguir transitando más unidos y con una estrategia unificada; resulta conveniente hacerles una respetuosa recomendación: dedicarle una reflexiva lectura al libro De la Dictadura a la Democracia. Un Sistema Conceptual para la Liberación (2011) de Gene Sharp, en especial, el capítulo sexto.
Tcnel (Av) retirado
@asiromantis