¿Cómo reaccionarán Rusia, China, Irán, España, entre otros proveedores que le vendieron a Chávez y Maduro armas, alimentos, ropa, medicinas y todo tipo de baratijas sin pasar por la Asamblea Nacional? ¿Cómo reaccionarán cuando toda esta locura termine? Porque un gobierno serio no reconocerá una deuda que no tiene asidero legal, que no tuvo la votación de debida de los representantes del pueblo.
Los mencionados vendedores de armas, trapos y repuestos de mala calidad, como los elaborados en China, tendrán que quedarse con las ganas de cobrar, porque como dicen por ahí, “la realidad alcanza a todo el mundo” y la realidad del chavo/madurismo encontró su límite.
Lo países chulos, los países cuña, todo ellos, cómplices de lo que nos ocurre también deberán pasar por el estrado.
España le vende armas para controlar manifestaciones. Es decir, el gobierno de España, al lado de los asesores Monedero, Errejón y compañía, son parte de este tinglado criminal. De esa misma manera, Rusia, tan gris como siempre. Tan gris como zarista, tanto como soviética y ahora como repulsivo régimen mafioso de manos de Putin. También la fanática Irán, quien ha introducido elementos terroristas con armas en nuestro país. Vehículos de mala calidad y toda suerte de productos que nunca han sido aprobados por la AN. China, tan cabrona como sus políticas invasivas.
Y por allí anda la arruinada Cuba, quien con dinero venezolano ha revendido y recomprado. La isla chula del Caribe. Y Nicaragua, ese pobre país dirigido por dos delincuentes. Y otros que han vivido a costillas de nuestra economía, hoy totalmente destrozada por las políticas de Chávez y Maduro.
Los negocios de la revolución nos llevaron a la miseria, al hambre, al dolor de ver a nuestros niños morir por falta de medicamentos, así como a todos los pacientes que sufren distintas patologías.
No hay conclusión aún. La justicia tendrá que llegar y atrapar a los delincuentes rojos que acabaron con el país. Todos esos negocios están consignados. De modo que las pruebas están frente a todo el mundo.