La alternativa válida, civilizada y democrática frente a este estado de cosas que soportamos es la oposición, llámese Frente Amplio, MUD, ONG u otras agrupaciones. También existen quienes piensan que la solución no es en democracia, hasta ahora no han indicado cuál es el camino.
Comprendo que los pueblos en estado de necesidad extrema no se detienen en el examen del remedio, lo que les importa en quitarse la enfermedad. Ante quienes estimulan salidas heterodoxas debemos estar atentos pues podemos llegar a empeorar la situación -que es posible- y caer en un estado de oscurantismo tal que acabe con los resquicios de democracia y libertad que nos queda.
Soy un convencido por principios y formación que debemos buscar la salida en democracia. El pueblo organizado y multitudinario en la calle puede ejercer la presión necesaria para que el gobierno rectifique y busquemos la solución sin hechos insuperables que lamentar. El derecho a la protesta ciudadana está establecido en nuestra constitución y en la ley y estamos en la hora de hacerlo valer.
Ahora bien, para mantenernos como alternativa válida es necesario revisarnos en conjunto e individualmente. Si queremos que el conjunto mejore debemos empezar por mejorar nosotros. Si queremos cambio debemos cambiar si no, nos cambiaran. Cada uno de nosotros debe buscar tiempo para hablar con su consciencia, hacernos un examen introspectivo para darle respuesta si lo estamos haciendo bien.
No creo incurrir en infidelidad con estos señalamientos, considero de dominio público que el país nos percibe desunidos, a veces incoherentes y desacertados. El pueblo nos quiere UNIDOS, coherentes y equipados, quiere sentir que los intereses del país están verdaderamente en primer orden por encima de pretensiones sectoriales o individuales.
Nos exige que actuemos coordinadamente en el cumplimiento de nuestro deber de oposición (de alternativa válida) y dominemos el fantasma del protagonismo y las iniciativas personales que generalmente en nada contribuyen a la cohesión y a la unanimidad en medio de nuestras naturales diferencias. Es necesario no caer en el "gigantismo del enano" que es caerle a palos a los demás para crecer nosotros. Pensemos y actuemos más bien en mejorar cada uno.
Tenemos que hacer el esfuerzo necesario para superar nuestras debilidades e imperfecciones para darle paso a las virtudes y manera patriótica de concebir el país.
La circunstancia que el país nacional no nos vea adecuadamente es perfectamente superable y debemos hacerlo cuanto antes. Lo peor que puede ocurrir es que dejemos de ser alternativa válida, en ese momento pudiéramos estar a pasos de la resignación o abriendo caminos no democráticos para la salida de este régimen.
Tenemos el ineludible deber de revisarnos para que el país con confianza y emoción coloque sus esperanzas en nosotros y evitemos desenlaces no apropiados de los que en corto tiempo nos arrepentiríamos. Lo exige el país y la familia venezolana que está en niveles insoportables de sufrimiento.
Estoy convencido que si nos revisamos y cambiamos cada uno de nosotros, cambiará también el conjunto. Por el cambio debemos cambiar.
He señalado de manera muy gruesa como interpreto la percepción que la ciudadanía tiene de la oposición y de nosotros personalmente, es factible, ya lo creo, estar equivocado, pero de lo que sí estoy seguro es que "algo ocurre".
En la trinchera de la oposición hay suficiente talento e inteligencia, hay personas con mucho tiempo dedicado a la política y mucha sangre nueva que enriquece nuestra dinámica. Lo que falta es que superemos las diferencias que nos separan y abracemos el interés del país que es lo que nos une.
Sugiero un taller, cuanto antes, donde participen todos los que deben hacerlo (sectores e individualidades) para determinar con exactitud "ese algo" y corregirlo para verdaderamente ser la voz del país nacional.
No solamente somos nosotros que desde la oposición solicitamos la salida cuanto antes de este régimen, es la Patria que lo exige.
Espero no herir susceptibilidades con estas notas, repito puedo estar equivocado en mi apreciación , las hago con el propósito de colocar en la mesa de discusión este tema que estimo vital. Algunas veces la rutina nos coloca límites que inconscientemente opera en nosotros y no permite captar el conjunto en su totalidad. No debemos permitir que un árbol nos impida ver la inmensidad del bosque.