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Opinión

Humberto García Larralde

La semana pasada, El Nacional publicó un interesante artículo de Moisés Naím titulado, “Dictadores sin salida”. El autor comenta ahí la dificultad que presenta, en comparación con el pasado, deshacerse hoy de crueles dictadores. Antes, cuando se les ponía muy fea su permanencia en el poder, solían optar por un exilio dorado, frecuentemente en un país del primer mundo, con los dineros robados. Cita varios ejemplos. Pero, con los avances en el derecho internacional y/o de los países democráticos por imputar a estos dictadores por sus violaciones de derechos humanos, rapacerías y demás delitos, se les ha ido cerrando tal salida. El costo de abandonar el poder –la posibilidad de pasar el resto de su vida en una cárcel, por ejemplo—hace que se aferren a él como sea, cometiendo los crímenes más atroces, de ser necesarios. Aunque no lo cita, Nicolás Maduro es un claro ejemplo. Más allá de los errores que haya podido cometer el liderazgo opositor, su resiliencia frente a las sanciones y para capear las numerosas protestas en su contra, apelando, sin empacho, a la represión más desmedida, pone de manifiesto que desalojarlo con las fórmulas tradicionales de lucha democrática se ha hecho bastante cuesta arriba. De ahí la inclinación de algunos hacia una especie de modus vivendi con el régimen, en espera de que –al contrario de lo que reitero Cabello—“por las buenas” se logren introducir los cambios políticos.

Entre las razones que explican la disposición de Maduro a pisotear el ordenamiento constitucional para permanecer en el poder, destaca, en primer lugar, los intereses en torno a la expoliación de las riquezas del país y de los ingresos de los venezolanos, base de la alianza entre los que lo sostienen. Se asienta, como tanto se ha repetido, en el desmantelamiento del ordenamiento constitucional, en particular de la autonomía y el equilibrio de poderes (incluyendo medios de comunicación críticos e independientes), en la ausencia de transparencia y de rendición de cuentas sobre su gestión al frente de las dependencias públicas y, en general, en el desconocimiento extendido de los derechos ciudadanos. Los cómplices fundamentales de esta alianza estratégica contra los venezolanos han sido los componentes de la cúpula militar que traicionaron sus juramentos y sus deberes para con la patria, para enriquecerse groseramente al amparo de la destrucción del Estado de derecho. Pero las complicidades claves van más allá.

Como también ha analizado Naím en su libro, La revancha de los poderosos, Maduro no se encuentra solo en este empeño. La idea de que un dictador que transgrede los derechos humanos se aísla de la comunidad internacional y sufre el oprobio de hombres y mujeres de bien, es muy relativo. En plena guerra fría, EE.UU. amparaba a dictaduras en distintas partes del mundo para mantener a raya la amenaza comunista. La URSS hacía lo propio con regímenes de fuerza de su agrado. Desaparecida esa confrontación, emergen ahora gobiernos en distintos países en alianza heterogénea por desmontar las reglas de juego del orden internacional hegemonizado por las democracias liberales: Estados Unidos, Europa y Japón. En argumentos de la analista, Anne Applebaum (El ocaso de la democracia), conforman una especie de cofradía que adopta comportamientos similares, aprenden los unos de los otros y se prestan ayuda para superar reveses. En su arco de complicidades entran también bandas criminales, de narcotráfico y/o terroristas, igualmente enfrentadas al “imperialismo”. Frente al orden liberal, se forja una alianza antiliberal, formada por autocracias de variado signo, desde las teocracias primitivas como la de Irán, hasta las dinastías comunistas de Corea del Norte y de Cuba, pasando por dictaduras militares como las de Maduro y Ortega en América Latina, y sus similares en Asia y África. Su intención es armar un orden internacional alterno, en el cual caben acciones de fuerza si contribuyen a inclinar la correlación de fuerzas a su favor. Vladimir Putin es la cabeza más visible y agresiva de esta pandilla, como muestra su asalto cruel a Ucrania, pero quien tiene el poder para capitalizar esta alianza a su favor parece ser la China de Xi Jinping. No en balde Maduro y Padrino asumen las patrañas inventadas por Putin para justificar su bárbara e inhumana agresión a su vecino, aún ante el riesgo, cada vez más probable, de que salga derrotado. Pero, como dicen en criollo, son caimanes del mismo pozo.

Pero más allá de esta alianza entre mafias nacionales e internacionales, existe un tercer elemento que le da una inusual capacidad de resistencia a una dictadura que, en todos los ámbitos –económico, social, cultural, ambiental y apoyo político—, ha fracasado estruendosamente. Es la edificación de una falsa realidad con base en la retórica neofascista con que Chávez conquistó el poder, aderezada por slogans y mitos forjados al calor de revoluciones comunistas o de otro signo, que les sirve hoy como refugio inexpugnable a toda crítica. En el pasado, se creía que la lucha ideológica tenía como fin ganar adeptos para una causa, herramienta utilísima para conquistar el favoritismo de las masas. Sin duda que el populismo extremo de Chávez y los suyos cumplió inicialmente con estos propósitos, anteponiendo pueblo contra la “oligarquía” y hacerle creer a algunos militares –a los peores—que eran legítimos herederos del Libertador (¡!), para proceder, así, a destruir el Estado de derecho. Pero, luego de un desastre tan completo como el urdido por Maduro y sus cómplices sobre la nación, la inmensa mayoría de los venezolanos han dejado de creer en estas imposturas “revolucionarias”. Pero su ausencia de credibilidad en absoluto les molesta a quienes actualmente detentan el poder.

Lo importante ahora del discurso “revolucionario” es mantener la cohesión interna de sus partidarios. Con contraposiciones simbólicas han construido una realidad alterna que alimenta fanatismos totalmente refractarios a la racionalidad empírica para abordar los problemas del país. Su criterio de verdad no es la que, por haber salido airosa en su contrastación con la realidad, ofrece un piso sólido para avanzar en respuestas efectivas, que tengan sentido. No. La verdad es, para la cofradía de complicidades dedicadas a expoliar al país, todo lo que le sirve para fortalecer el poder dictatorial. Siempre hay enemigos al acecho, dispuestos a acabar con la “revolución”. De ahí que no viene al caso que ésta haya fracasado tan visiblemente: eso es obre de esos enemigos. ¡Hay que tener fe! De subsistir, ¡algún día podrán saborearse las mieles de la gloria! La secta, cebada con base a discursos maniqueos que alimentan el odio contra todo aquel que protesta y pide cambios, hace de semillero de bandas fascistas tan útiles para atemorizar a la población y evitar que las protestas pasen a mayores. Y, no se cofundan, es éste “El Pueblo” en beneficio del cual los jerarcas consagran sus atropellos. ¡La inmensa mayoría de venezolanos o son agentes del imperio o son unos ignorantes que se han dejado engañar por el mal!

Lo sorprendente es que, aún siendo minoritarios, todavía cerca de un 20 o un 25% de venezolanos continúen vulnerables a tales supercherías. Una manifestación de fe que, no obstante, debe alimentarse continuamente ofreciendo migajas del expolio a sus fieles y abrumándolos con un bombardeo de clichés y excusas que les echen la culpa a otros de sus infortunios. Además de la censura y persecución de los medios independientes, críticos, no se proporcionan datos sobre el desempeño económico, la gestión fiscal, los contratos o negocios celebrados con entes no públicos, nacionales o extranjeros. En fin, a la sombra de la ignorancia aumentan las posibilidades de mantenerse en el poder.

Los más cínicos y oprobiosos son los que están arriba, los que comandan esta involución al pasado. Si no fuera tan trágico, daría risa leer a cualquiera de ellos hablando de la defensa del pueblo, de los “logros”, ahora en peligro por la acechanza enemiga, de la “revolución”. En el fondo, es dudoso que crean, en verdad, sus propias sandeces. Pero están obligados a abrazarlas, pues son las “verdades” que absuelven la represión, la tortura, la violación descarada de los derechos consagrados en la Constitución y la realización de toda suerte de negocios sucios a cuenta de la “guerra económica” del imperio contra la “revolución”. No hay blindaje más efectivo que el que se construye aquel que se refugia en sus propios embustes. Al final, constituyen la única “verdad” que les es admisible. Y esta propensión a caerse a embuste la comparten con los estados forajidos y las bandas criminales con las que están aliadas. En particular, lava la conciencia de aquellos militares sin los cuales la tragedia chavo-madurista no hubiera podido materializarse. De ahí su terrible resiliencia para evadir compromisos que puedan poner en riesgo su dominio. Lo peor es que encuentran eco en la proliferación de “posverdades” con las que movimientos populistas de toda laya han aprendido a justificar sus atropellos en distintas partes del mundo. ¡Es esa la medida del desafío a enfrentar por las fuerzas democráticas en Venezuela!

Economista, profesor (j), Universidad Central de Venezuela, humgarl@gmail.com

 7 min


Tim Schauenberg

La altamar constituye el 60 por ciento de la superficie oceánica y es existencial para la vida en el planeta. Ahora se ha resuelto protegerla, tras largas negociaciones.

Las Naciones Unidas adoptaron el lunes (19.06.23)un acuerdo "crucial" para proteger amplias zonas de ecosistemas marinos vitales. Los ecologistas celebran el acuerdo porque podría frenar la pérdida de biodiversidad marina y fomentar el desarrollo sostenible.

"El Tratado de Altamares esencial para la protección de los océanos", declaró a DW Rebecca Hubbard, directora de la Alianza de Altamar. La alianza está formada por más de 50 organizaciones no gubernamentales que trabajan para reforzar la gobernanza sostenible de los océanos. Pero el acuerdo no solo contempla la fauna marina. "También es crucial para la protección del clima y los medios de subsistencia de miles de millones de personas en todo el mundo", añade Hubbard.

Apenas en abril y mayo de este año, los científicos informaron de las temperaturas globales más altas de la superficie del mar desde que comenzaron los registros en 1850. Los océanos absorben el 90 por ciento del calor generado por la emisión de gases de efecto invernadero, que sigue calentando el planeta. Los océanos son "el mayor aliado del mundo en la lucha contra el cambio climático" y producen el 50 por ciento del oxígeno de la Tierra.

Aún quedan muchas cuestiones por resolver

Para entrar en vigor, el tratado vinculante debe ser firmado y ratificado por al menos 60 Estados. Pero la adopción por sí sola supone un importante punto de inflexión para la protección de la altamar y de toda la vida marina. Se espera que el tratado contribuya a la conservación y el uso sostenible de los recursos marinos, protegiendo al mismo tiempo los derechos e intereses de todos los países implicados.

En lo que respecta a la conservación de la naturaleza, grandes zonas del océano siguen siendo una especie de "tierra de nadie": la pesca, la navegación, el turismo y la protección marina están regulados por unas 20 organizaciones de todo el mundo. Sin embargo, estas normas solo se aplican hasta unas 200 millas náuticas de las costas. A partir de ahí, ninguna ley nacional tiene validez y los Estados carecen de medios de acción.

Aunque la altamar cubre más de la mitad de la superficie terrestre y el 61 por ciento de todos los océanos, solo el 1 por ciento de las aguas internacionales están protegidas.

Posibilidad de nuevas zonas protegidas en altamar

El acuerdo crea un marco jurídico que permite el establecimiento de zonas marinas protegidas. Sin embargo, aún quedan muchas cuestiones por resolver, por ejemplo dónde y cuándo se establecerán esas zonas protegidas y cómo se protegerán exactamente las regiones marinas remotas alejadas de las costas. "En cuanto los Estados hayan aprobado el tratado, podrá empezar el trabajo", dice Rebecca Hubbard. Pero esto tiene que ocurrir cuanto antes para detener la extinción de especies en el mar.

El objetivo es que el tratado de protección de la altamar sea ratificado por los países antes de la Conferencia de la ONU sobre el Derecho del Mar, en junio de 2025. Esto sería muy rápido, pero según Hubbart es posible y necesario.

Cómo proteger los ecosistemas marinos de inmediato

La UNESCO calcula que cerca de la mitad de la vida marina podría estar amenazada de extinción a finales de siglo si no cambia nada fundamental. Esto no significa necesariamente dejar de utilizar el océano, sino utilizarlo de una forma que, en el mejor de los casos, no lo dañe, o solo lo imprescindible para que al menos pueda recuperarse por sí solo.

En la actualidad, alrededor del 80 por ciento de las aguas residuales del mundo siguen vertiéndose al mar sin filtrar, y en los países más pobres esta cifra alcanza el 95 por ciento. Estas aguas residuales contaminan y destruyen las masas de agua y las regiones costeras. Si se establecen sistemas sostenibles de aguas residuales, especialmente en los países en desarrollo, no solo se protege el ecosistema marino, sino que también se contribuye a mejorar el suministro de agua potable en muchos lugares.

20 de junio 2023

DW

https://www.dw.com/es/la-onu-logra-un-acuerdo-histórico-para-proteger-la-altamar/a-65978147?maca=spa-newsletter_sp_Titulares-2358-xml-newsletter&r=17270582161132109&lid=2581609&pm_ln=207088

 3 min


Edgar Benarroch

TAMBIÉN RENUNCIARON AL CONSEJO NACIONAL ELECTORAL, LOS DOS RECTORES NO INCONDICIONALES DEL RÉGIMEN

Primero renunciaron a su condición de rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE), los tres principales y suplentes incondicionales de régimen, seguro por precisas instrucciones de éste. Dias después lo hizo Roberto Picón y ahora también lo hace Enrique Márquez, estos dos últimos, como se sabe, no incondicionales del régimen.

Creo que Picón y Márquez se sintieron presionados por el régimen y particularmente por la mayoría de la Asamblea Nacional (AN) afecta a lo que tenemos que decidieron después de la renuncia de los primeros tres rectores incondicionales, nombrar un nuevo CNE, todos sus integrantes, llevándose en los cachos a quienes no habían renunciado, cuando lo constitucional, lógico y procedente es exclusivamente llenar las vacantes ocurridas, pero no destituir por vía de hecho a quienes se mantenían en el organismo. Para esa destitución es necesario estar incursos en las causales establecidas en la ley, por ello, no pueden interrumpir el periodo de siete años por el que fueron seleccionados, pero recordemos que la arbitrariedad es denominador común de este régimen totalitario.

Imagino que los dos rectores no incondicionales renunciaron para no enfrentar la decisión de la AN, que a todas luces es inconstitucional y arbitraria. El enfrentamiento a las decisiones de la AN debe ser por ante el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) y ellos, como todos, saben que allí no se le gana una al régimen, son incondicionales rodilla en tierra y no les importa violentar la Constitución y faltar al juramento de administrar justicia de acuerdo siempre con la verdad y la razón. Sin embargo yo no hubiese renunciado y esperar la destitución inconstitucional para luego apelar ante el TSJ a sabiendas que perderé la apelación o la declararan sin lugar, no importa, pero así se suma un punto más al ya nutrido prontuario abierto a este régimen en nuestro país y en el exterior.

Por otro lado, esperemos un nuevo CNE más duro, intransigente y arbitrario que no le importará violar la Constitución siempre y cuando ello colabore con el mantenimiento de este régimen en el poder.

Una mención a la designación de la señora Cilia Flores como integrante de la Comisión preliminar que elegirá a los miembros de la sociedad civil de la comisión de postulaciones electorales. Esa designación origina un serio conflicto de intereses por lo que es, al menos, imprudente ya que se trata de la esposa del Presidente de la República, a menos que el mensaje sea que Maduro no será nuevamente candidato.

Pues bien, en la estrategia del régimen de crear el mayor desánimo posible en la población, tengamos presente que el nuevo CNE será mucho más intransigente que los demás, será “rodilla en tierra” y “patria socialista o muerte”, capaz de todo por permanecer en el poder, más cuando saben que entre el 80 y 85 % de la población quiere que se vayan para siempre.

Patria, socialismo o muerte se acabó y creo que para siempre. Ahora cantamos nosotros país, democracia y vida. Nuestra lucha tendrá reposo cuando conquistemos la libertad, la justicia, la prosperidad y el bienestar de todos, especialmente el de los más pobres y vulnerables.

22 de junio 2023

EL AGRICULTOR

Ponen preso a un agricultor que trabaja en Mérida, con amenaza de ser expulsado del país, pues parece se trata de un extranjero, por destruir su propia cosecha. Imagino que el agricultor se vio agobiado por no encontrar gasolina y la producción con riesgo de dañarse y en medio de un momento amargo resolvió tirar su cosecha al río y además, al parecer, se la ofrecían comprar por debajo de sus costos. Esto es consecuencia de la triste y penosa realidad que afrontamos y los trabajadores del campo están totalmente desamparados por este régimen totalitario, no tienen financiamiento ni asistencia técnica, no les importa la gente que con miles de esfuerzos produce. Por ello el trabajador de la tierra no tiene ningún incentivo para continuar en su labor y de esa manera el campo se va quedando cada vez más solo sin que nadie lo trabaje, solo los bandoleros las invaden para sus saraos, con la venia del régimen.

Pero contrasta bruscamente el caso de este humilde trabajador, con el de altos funcionarios y dirigentes del PSUV que se han embolsado centenares y miles de millones de dólares y siguen en las calles campantes. El caso último de PDVSA donde se robaron más de 30 mil millones de dólares, que algunos estiman pasa de 70 mil, el que era presidente cuando ocurrió el robo, no se sabe dónde está, pero seguro goza de buena salud. Persiguen a los humildes y protegen a los ladrones de alta gama. Esta bochornosa y asquerosa injusticia nos puede llevar a una situación donde la gente piense hacerse justicia por propia mano y ello sería desastroso y de consecuencias impredecibles que lamentaríamos por siempre.

Cuando la reina de los poderes, la administración de justicia, opera de manera parcial e interesada, se crea un ambiente propicio para cualquier cosa y esa cualquier cosa generalmente es muy lamentable.

La Paz no solamente es ausencia de guerra, también es el imperio de la justicia que es la verdad. Salir de este régimen totalitario es trabajar por La Paz.

21 de junio 2023

PARA VER EL AZUL CELESTE HAY QUE ESTAR EN EL AZUL MARINO

“Para ver el azul celeste hay que estar en el azul marino”, creo es de la amplia cosecha de Andrés Eloy Blanco, uno de los poetas populares más grandes de nuestra historia. En México, existe y es de uso corriente, “El que quiere azul celeste, que le cueste”, que se corresponde en cierto modo con lo afirmado por el poeta cumanés. Lo cierto es que para ver el cielo hay que estar en la tierra.

Debemos ver siempre hacia el cielo, ello nos transporta y observamos los designios de Dios Padre Eterno y una dimensión inexpugnable donde todo es, así lo creemos, paz, amor y felicidad. Cuando tenemos inmensa fe así lo sentimos y disfrutamos. Debemos entonces estar en la tierra y ver hacia el cielo, no estamos en la tierra en exclusivo e íntegramente, porque careceríamos de espíritu y alma, pero tampoco pretender estar en el cielo en una actitud meramente contemplativa porque nos apartamos y despegamos de la realidad terrestre, que es nuestra realidad y que por mandato divino nos corresponde estar y convivir.

Son dos dimensiones, el cielo y la tierra, en la primera desearíamos llegar y en la segunda nos desenvolvemos. Una vez alguien preguntó ¿Dónde está el infierno? y la respuesta fue, acá en la tierra.

Vivir en una permanente contemplación viendo hacia el cielo y añorando estar allí, nos separa de donde ciertamente estamos, vivimos, nos relacionamos y dejaremos nuestro organismo. El cielo se ve mejor cuando tenemos los pies bien puestos en la tierra. Hay quienes dicen que nos tocó fatalmente vivir en la tierra, esta afirmación puede encontrar explicación en las profundidades de la fe y la creencia religiosa. Pero fatal o no, nacimos aquí, nos desarrollamos aquí y aquí morirá nuestro cuerpo material con la esperanza que nuestra alma se eleve a la dimensión divina y sea recibida por el Supremo Creador, en ese momento conoceremos la dimensión divina y veremos a Dios que será alcanzar la gloria.

Amar a Dios es aspirar estar en su reino, comportarnos de acuerdo a sus enseñanzas y cumplir nuestro deber cristiano. El cielo nos lo ganamos o no de acuerdo a nuestro comportamiento en la tierra, si queremos estar allá, sabemos lo que debemos hacer, nuestra conciencia Cristiana nos marca la pauta.

20 de junio 2023

POR ESTAS CALLES

“Por estas calles” es una telenovela producida por Radio Caracas Televisión y creada por Ibsen Martínez, que tuvo una popularidad muy alta y cuyo primer episodio fue en junio de 1992 y se mantuvo los siguientes dos años. Trata de un mundo donde el dinero lo puede todo, donde la ley y el orden están en entredicho y en juego, donde la gente honesta debe luchar con mucha fuerza para sostener sus sueños y lograr una sociedad justa y mejor donde todos vivan con bienestar y felicidad.

Esta telenovela, que cumplió 31 años de su creación, tiene entre sus personajes a un señor que llamado “El hombre de la etiqueta” que luego de aprovechar su posición de policía científico, confronta a los delincuentes que se salvan de la cárcel por triquiñuelas de abogados y jueces. A todos estos delincuentes los persigue y asesina y les deja una etiqueta que coloca en uno de sus pulgares, que contiene “Soy irrecuperable” y así hace justicia por su propia mano ante la injusticia y deshonestidad oficial.

Dios quiera jamás vivamos una situación similar, porque sería catastrófico. Pero las circunstancias y realidad objetivas y vividas empujan mucho y debemos evitar a todo evento, por muy duro que sea, la justicia por propia mano.

Donde hay justicia plena, no existe la de propia mano, ella nace con la injusticia y cuando se agota por completo la capacidad de aguante y no se encuentran caminos para lograr bienestar, porque están cerrados. Este régimen se mueve en la injusticia y la reparte a todos, hace a los culpables inocentes y a los inocentes culpables. El intentar sacar de la contienda electoral a María Corina, que encabeza todas las encuestas (como lo hizo el dictador de Nicaragua Daniel Ortega que inhabilitó y encarceló a quienes osaron discutirle la presidencia), es una barbaridad política y humana por decir lo menos y un irrespeto flagrante a la convivencia, al respeto y a la civilidad.

El régimen no debe templar tanto la cuerda porque se puede romper y cuando ello ocurra vendrá una situación incontrolable de consecuencias generalmente insalvables y fatales que lamentaríamos siempre.

El régimen debe tener prudencia y tolerancia en lo que hace, porque puede provocar una hecatombe popular que se llevará todo por delante todo lo que encuentre, primero a ellos. Guerra avisada no debe matar a soldados.

19 de junio 2023

 7 min


Eddie A. Ramírez S.

La vida está llena de situaciones agridulces. Si no fuese así, sería muy aburrida. Las dificultades se deben a que no tenemos control sobre algunos hechos o no sabemos manejarlos, por lo que a veces tiene más de agria, que de dulce. La política no es la excepción, con la importante diferencia de que la dirigencia dispone de más información para incidir sobre lo que es conveniente para la mayoría. La misma tiene la responsabilidad de elaborar una salsa agridulce que satisfaga el paladar de los ciudadanos. Aunque entre gustos y sabores hay toda una gama, la percepción es que hasta ahora la receta no ha llenado las expectativas, pero es necesario reconocer que los comensales también hemos fallado al elegir a los chefs o pretendemos tener demasiada injerencia en la cocina. Veamos algunos puntos sobre la receta llamada Primaria.

  1. En las dos últimas décadas se ha exacerbado la tendencia a dividir a la dirigencia y a los opinadores entre cobardes y valientes, colaboracionistas y patriotas. Esta clasificación absurda nos ha desunido y dificultado salir del régimen. El creernos dueños de la verdad y el apasionamiento dificulta analizar los hechos con cierta objetividad. La Primaria fue un escenario para evidenciar lo dicho, escenario en el que los mirones no son de palo, sino que, con atrevimiento, intervienen en las redes sociales para intentar cambiar el guion, y los actores improvisan imprudentemente.
  2. Tanto dirigentes, como ciudadanos de a pie, han realizado descalificaciones generalmente injustas. A veces, se hacen frontalmente, aunque sin citar nombres, algo así como un riego con manguera. Otras, por debajo de cuerda. En todo caso, poco constructivas.
  3. Se regó la voz de que los integrantes del G3, es decir los partidos Primero Justicia, Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo, se oponían disimuladamente a la Primaria, porque sus candidatos se veían con baja probabilidad de ganar. A veces, también se incluía en este grupo a Voluntad Popular. Por otra parte, era evidente que María Corina, Delsa, Andrés Velásquez, César Pérez Vivas y Roberto Henríquez eran partidarios de la Primaria. La dirigencia falló al no discutir públicamente los pros y los contras. El resto de los ciudadanos se inclinó por la Primaria, método más democrático y lógico en condiciones normales. El punto a debatir era sobre el mejor para enfrentar al perverso régimen de Maduro. Ante el hecho cumplido, no vale la pena discutirlo.
  4. -La polémica sobre si debiera ser con participación del Consejo Nacional Electoral (CNE) controlado por Maduro o sin este organismo fue poco constructiva. Había pros y contras. Los opuestos a que se inmiscuyera al CNE predicaron que se quería entregar todo el proceso a este organismo, mientras que el otro grupo solo pretendía solicitarle cierto apoyo. Este apoyo se consideraba importante, entre otras cosas, para poder votar en los centros educativos, tener ciertas medidas de protección a los votantes y a las cajas con las papeletas y menor costo. Desde luego, también había temor de sabotaje por parte del CNE y de la confidencialidad del votante para impedir represalias del régimen. En fin, como se dice popularmente, ya es clavo pasado, pero dejó ronchas por acusaciones de colaboracionismo y de que el régimen era el que elegiría a nuestro candidato.
  5. Maduro resultó ser el árbitro al obligar a renunciar a sus rectores en el CNE y, al parecer, intentar que renuncien o destituir ilegalmente a los dos rectores, Picón y Márquez, que no obedecen sus órdenes. Con esta acción evitó más división en la oposición. Evidentemente lo hizo maquiavélicamente por estimar que, sin el apoyo del CNE, la oposición fracasará en organizar la Primaria.
  6. A pesar de los sinsabores, la Primaria ya tuvo un primer efecto positivo al movilizar candidatos, aceitar las maquinarias, grandes o pequeñas de los partidos, y que se vaya perfilando la correlación de fuerzas, tal y como ha expresado el distinguido y apreciado Gustavo Tarre Briceño.
  7. A estas alturas, las encuestas indican una clara ventaja de María Corina. Como sabemos, es una fotografía de hoy. ¿Qué harán algunos de los otros candidatos? ¿Se unirán para intentar contrarrestar su avance o lo harán para apoyarla? El olfato político, el tiempo y encuestas más cercanas a la fecha de la elección podrían inclinar la balanza en una u otra dirección. Lo conveniente es que quien resulte electo en la Primaria obtenga un elevado respaldo. Por lo pronto, pareciera positivo que todos sigan compitiendo, pero sin que sus equipos de campaña descalifiquen a los rivales.
  8. Los sinsabores causados por este proceso no debieran impedir que todos colaboremos en tener una Primaria exitosa, con más respeto entre los contendientes, buena asistencia a las urnas y resultados inobjetables.
  9. Desde luego, esta actividad autogestionada por los partidos democráticos y por la sociedad civil requiere gran apoyo a la Comisión Nacional de Primaria y a los candidatos que valientemente recorren nuestra geografía. Por el bien de la democracia, tenemos que trabajar para lograr un triunfo rotundo. No será fácil.
  10. El régimen está apostando a que fracase, pondrá obstáculos y, eventualmente, podrá llegar a utilizar al Tribunal Supremo de Justicia para declarar ilegal la elección o a inhabilitar a quien se perfile como ganador de la presidencial. Si eso sucede, el pueblo, la Fuerza Armada y la comunidad internacional tendrán que activarse. Independientemente de lo que haga Maduro, el resultado será más dulce que agrio.

Como (había) en botica:

El doctor Román Duque Corredor aseveró que “Constitucional y legalmente no existe ausencia absoluta de Rectores del CNE, sino de tres de los cinco que renunciaron. Luego no procede la designación del Comité de Postulaciones, sino su selección de la lista de elegibles de la anterior designación”.

Felicitaciones a la doctora Ana María Font, premio 2023 de L´Oreal-Unesco en Física, nacida en Anaco, graduada en la Simón Bolívar.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

20 de junio 2023

 4 min


Benjamín Tripier

Hemos escuchado tanto sobre el gas en los últimos años, que terminamos distorsionando las expectativas y asociándolo al negocio petrolero. Pero claro, era razonable que así fuera porque se trataba de lo que se llama “gas asociado”, y se lo percibía como un insumo para reinyectar en los pozos, y, algunas veces, a los excedentes, o bien se los quemaba, “mechurrios”, o bien se llevaban al consumo interno, con grados bajos de transformación.

Nunca fue visto como un negocio en sí mismo, excepto para aquellas pocas empresas que se ocupaban de ese negocio secundario. Porque el negocio primario, era el petróleo, que era donde estaban “los reales”.

Bueno… con la caída dramática del negocio petrolero en Venezuela, tuvimos –tenemos- la oportunidad de revisar el negocio de la energía, como un todo. Y cuando ya sabemos que será muy difícil remontar la cuesta del primer millón de bpd de petróleo, que pudiera demorar años en ser alcanzada, entonces solo nos queda mirar a nuestros depósitos de gas no asociado… gas que no tiene nada que ver… y entiéndase “no tiene nada que ver” con el petróleo. Son negocios distintos y como tal deben ser tratados.

Y si en paralelo consideramos a las sanciones como una restricción estructural de negocios para Venezuela, entonces, el diseño de este nuevo negocio –porque para nosotros se trata de un nuevo negocio del que no sabemos mucho- que tiene su propio marco jurídico, debería desarrollarse sin relación institucional con Pdvsa, que es una empresa sancionada, y ser volcada, casi íntegramente, al sector privado, que no está sancionado.

Habría que hacer algunos ajustes a las leyes vinculadas al negocio del gas, basándose en la Ley Antibloqueo, para ya clarificar que el vínculo del negocio con el estado, será solo a través de un programa de concesiones que les permita a las empresas privadas negociar, nacional e internacionalmente, sus propios contratos, desarrollar sus propias inversiones, y asegurarse de que el estado reciba como ingreso el resultado del contrato de concesión, además de los impuestos que pudieran surgir del ciclo del negocio.

Hay que hacerse a la idea de que el mercado internacional nos está mandando un mensaje muy claro: el gas venezolano puede ser una buena oportunidad si lo trabajamos con criterio de negocio, sujeto a las restricciones existentes y evitando darle un sesgo ideológico.

Sin la necesidad de crear ninguna empresa estatal, y solo manejando un cuerpo contractual para las concesiones, ya se podría comenzar a operar, tomando como base la oportunidad de Trinidad y Tobago, que son los que ya hicieron la inversión dura, y hoy tienen capacidad excedentaria de procesamiento.

Político

Bueno, con lo de las sorpresivas renuncias de los directores del CNE, cinco años antes de que se venzan los mandatos, podemos dar por comenzada la campaña presidencial del 2024… o antes si es que el gobierno así lo decide.

Ya sabíamos que se trataría de una secuencia de sorpresa en sorpresa, no porque cualquier cosa que hiciera el gobierno fuera una novedad (porque en estos años ya las aplicaron todas) sino por la oportunidad y la intensidad. En cualquier análisis de escenarios, estoy seguro que este evento ya debió haber estado contemplado… y si no lo hicieron, pues el tema estratégico y el análisis de riesgo, no están bien manejados por la oposición.

Pero más allá de que hay que reconocer que la Comisión de Primarias no estaba diseñada para anticipar este tipo de eventos, sí se puede decir que es el único ente institucional al que todos los partidos y candidatos de oposición están mirando. Y tal vez, solo tal vez, esa podría ser la perfecta excusa para avanzar sobre los espacios vacíos que están allí, y que nadie los cubre.

Las encuestas son contundentes, y ponen a María Corina Machado liderando por varios cuerpos las opciones de la oposición. Entonces… qué hacen los otros candidatos que tienen, en forma sostenida, hasta seis veces menos oportunidades, presentándose a la primaria. ¿Es que creen que perdiendo por mucho en las encuestas podrían ganar en las primarias?

Es posible que sí, pero no serían representativos de la voluntad de las bases, las cuales son consultadas una y otra vez, por actores de aquí y de allá, y que todos coinciden en que es ella el referente. Pero está pasando el mismo fenómeno que con Juan Guaidó: la gran masa de aspirantes sin chance, lo atacaron durante cuatro años, hasta que lograron desbaratar el armado institucional paralelo que se había construido alineado con la comunidad internacional.

Ahora, con María Corina está pasando algo similar; en vez de hacer un acuerdo nacional para apoyarla, pues apelan a subterfugios para imponerse, aun a sabiendas que no tienen representatividad… y, hoy en día, ni siquiera tienen maquinaria.

Con o sin primarias, los opositores de base, los que tienen que elegir cuál es la vía más rápida para producir cambios y comenzar a vivir mejor, ya tienen su decisión tomada en cuanto a quién no votar. La decisión que tienen pendiente de tomar, es si saldrán a votar o si se abstendrán.

Porque a la luz de los acontecimientos y del desastre que estamos viviendo en todos los ámbitos, educación, salud, alimentación, trabajo, energía, economía y aislamiento internacional, el voto, hoy, tiene un significado diferente al de hace un par de años cuando las cosas no estaban tan mal como ahora.

Tal vez hoy, abstenerse, ya no sea una opción, y la gente debería salir masivamente a votar por el/ la candidata en la que ellos crean, más allá de a qué partido representen. Hoy los partidos no representan… es una elección de personas, y de voluntad manifiesta de cambio.

Convivencia es permanencia, y esa… esa ya no es una opción sostenible.

Social

La clase media venezolana, soporte histórico del proceso evolutivo de país, es la principal afectada por la crisis. Porque esa clase media es la que sirvió como pívot para el recambio inter generacional positivo, que fue convirtiendo a inmigrantes iletrados, en padres de profesionales y en abuelos de empresarios. Bueno… eso ya no está más… porque el bisnieto ya se fue del país, y no regresará.

Al romperse ese ciclo, que arrasó con el bono demográfico, nos encaminamos al estancamiento social, una de cuyas consecuencias críticas es la caída del consumo; por la baja capacidad financiera, por un lado, y por el cambio de perfil del consumidor.

Ayer escuchaba a unas personas de la ONU recalcar en la necesidad de que hubiera más jóvenes en el tema de los emprendimientos. Pero es que quedan pocos jóvenes, y, hay que ser realistas. El nuevo perfil del consumidor, es pobre, por una parte, y muy mayor para estar en estos menesteres.

Pero si las personas mayores no salen a trabajar, de qué van a vivir, por un lado, y quién va a hacer ese trabajo, si los que deberían hacerlos se fueron.

De los escombros que quedaron debe salir la reconstrucción, y eso estará en manos de una mezcla de los pocos jóvenes (por debajo de 40 años de edad) y de las muchas personas mayores. “Esto es lo que hay”, y tenemos que sacarle el máximo provecho a lo que sí tenemos, versus lo que quisiéramos tener.

Para evolucionar, lo mejor es tener la información suficiente para tomar decisiones. Información lo más dura y realista posible. El tiempo de la fantasía se terminó… ha llegado el tiempo de la realidad.

Económico

No hemos logrado salir del estancamiento en el que entramos a finales del año pasado. Y el rumbo es no positivo, porque está impulsado por expectativas negativas; nadie cree que las cosas mejorarán; entonces, lo más probable es que no lo hagan.

Lo anterior significa que el primer trabajo al que debería dedicarse el gobierno es a generar decisiones concretas que sirvan de amarre para cambiar esas expectativas. Porque a niveles de dueños de empresas y de gerentes, ya no se compran discursos, sino solo decisiones concretas… pocos son los que creen en anuncios en el aire.

¿Y cuáles serían esas decisiones? Pues seguramente las relacionadas con la rebaja de impuestos, la legalización del dólar para que pueda transarse libremente en el sistema financiero, la unificación del mercado cambiario, el análisis de las cadenas de valor, de forma tal de evitar la competencia desleal de las importaciones. Porque si se grava al productor y se libera al importador, el resultado es una distorsión del sistema de precios, y el cierre de empresas productoras.

El otro tema es la cantidad de empresas y servicios en manos del Estado que le inducen ineficiencia a la economía, y le impiden alcanzar equilibrios reales, no distorsionados. Los servicios públicos en manos del estado, tales como la electricidad, el agua y las telecomunicaciones, si continúan de la misma forma, y sin cambios, impedirán la salida del estancamiento; el cual, si bien fue originado en una caída en el consumo, es a su vez la consecuencia de los desequilibrios que se están profundizando.

Sigue haciendo falta una visión de conjunto con criterio de mercado para lograr que cada una de las variables involucradas, alcance sus propios equilibrios, y, a partir de allí que se busque el equilibrio del sistema económico en su conjunto.

Debido al aislamiento que tiene nuestra economía, y a la ausencia de variables externas, todo el esfuerzo está fronteras adentro. No debería ser tan complicado ordenar un conjunto limitado de factores, los cuales, a su vez, tienen valores tan pequeños, que no deberían significar un riesgo.

Porque el valor que sigue creciendo mientras la economía se achica, es el de la deuda externa, la cual, por el momento, está fuera de discusión… no hay dinero para pagarla, ni lo habrá en mucho tiempo; y cuando eso ocurra, los valores de recuperación serán tan bajos que costará volver a recurrir a los mercados internacionales de deuda.

Internacional

La OTAN se ha convertido en un nuevo país, con especialización militar, que cruza transversalmente diferentes regiones del mundo. Funciona como el Vaticano en el sentido de que sus componentes no son ciudadanos de ese país, y como Esparta en el sentido de ser una sociedad 100% militar.

Una vez que se puso en marcha la maquinaria Industrial-militar mencionada por primera vez por Eisenhower, ya no tiene forma de retroceder; y el conjunto de políticas económicas y sociales, serán retroalimentadas y alineadas con ese propósito, que es ir a la guerra… e ir lo antes posible.

Porque en esa industria, los inventarios solo rotan con las bajas infligidas en el campo de batalla; y como recién está comenzando el ciclo de producción, por el momento, alimentar a Ucrania y actualizar el parque de armamento y equipos, de los diferentes países, es suficiente. Pero cuando el sistema esté en plena producción, pues la conflictividad deberá ampliarse para hacer rotar los inventarios.

Y si bien los actores principales directamente involucrados son pocos, el resto de los países también tendrán un rol asignado, al cual no podrán negarse. Porque desde que Suiza, convertida en paradigma universal de la neutralidad, se alineó en contra de Rusia, la posibilidad de la neutralidad está vedada. Ya sea que a cada país le guste o no la idea, tendrá que alinearse por voluntad propia, o será alineado por las circunstancias.

Recomendación

  • Al gobierno: que encare el negocio del gas no asociado, de una manera diferente a la que se está manejando el petróleo y el gas asociado. Hay una gran oportunidad, la cual se perderá si no producimos cambios de fondo, adaptados a nuestra realidad; y a lo que está pasando en el resto del mundo.
  • A la dirigencia opositora: que con las señales que se comenzaron a recibir en lo electoral, habría que prepararse para llegar con un candidato que no necesariamente sea el resultado de acuerdos de cúpulas, sino de las preferencias de las bases. Ya las encuestan están dando señales, las cuales, más vale, que sean confirmadas por las primarias… porque si no es así…
  • A la dirigencia empresarial: que promueva el acceso al Mercado de Valores como una opción real de apoyo a las pymes, cualquiera sea el tamaño que tengan. La manera no inflacionaria de tener acceso al financiamiento es vía el mercado de capitales, porque se administra asociado a la oferta de bienes y servicios impulsada por ese financiamiento. Las novedades como el factoring, directamente asociado a elementos concretos del capital de trabajo, pueden convertirse en una solución para destrabar el estancamiento.

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Gregorio Salazar

Aunque la semana pasada cerramos este espacio recalcando la convicción de que en manipulación de electoral desde el oficialismo «toda sorpresa es posible» y que en ese cometido «no habrá escrúpulos», no imaginábamos que la confirmación de esos asertos llegaría con tanta prontitud.

El «desencadenante» vino a mitad del miércoles 15 con la «renuncia» de los tres rectores promovidos por el oficialismo, decisión hecha pública de manera indirecta al ser incluida en el orden del día que la Asamblea Nacional discutiría, como en efecto lo hizo de manera volandera, el día siguiente.

Más se tardó un tartamudeante Francisco Ameliach en fustigar el supuesto tétrico pasado electoral del período democrático que en referirse a la situación del presente. Eso sí, quedó claro que los dos rectores no chavistas también tendrán que salir del organismo aunque no hayan manifestado su interés en renunciar. Están siendo sacados prácticamente a empellones.

El jueves en la mañana los rectores principales y suplentes formalizaron su renuncia con un breve escrito leído por el presidente del CNE, Pedro Calzadilla, ante los reporteros y las cámaras de televisión, lo cual no significa que se tratara de una rueda de prensa, visto que los renunciantes se eyectaron de sus asientos sin dar tiempo a que los periodistas hicieran una sola pregunta. Ninguna explicación convincente, ninguna razón de fondo.

Resultó una nueva demostración del viciado modelo con el que se informa a la nación desde el sector público: tiempo ilimitado para la propaganda delirante y el demagógico pajero intranscendente y una estítica descarga a la hora de tratar asuntos de verdadero interés público. ¿Cuántas interrogantes de peso se quedaron sin respuesta?

Si bien se ha dicho que entre la dirigencia política opositora este giro en la conformación del CNE figuraba como muy probable, no es menos cierto que para el grueso de la población la remoción de los rectores electorales cayó de manera inesperada, sorpresiva y no precisamente con beneplácito.

No puede ser de otra manera, puesto que lo que se visualiza es un CNE con mayor control del sector oficialista y sus aliados, con cuatro cargos, y un solo representante de la Plataforma Unitaria, que ha venido exigiendo al CNE un apoyo más decidido a las primarias del 22 de octubre.

Las primarias han recibido un torpedo en la línea de flotación y será ahora un proceso mucho más difícil de instrumentar. Si la mayoría oficialista del CNE no dio respuestas a las solicitudes de apoyo a la Comisión Nacional de Primarias, mucho menos las darán los nuevos integrantes del órgano electoral, que aún no se conocen ni se sabe cuánto tiempo se tomará la AN para escogerlos. Pero, eso sí, serán más dóciles.

Si en definitiva el rector Roberto Picón quedara fuera del CNE, la oposición perdería su mejor técnico electoral, sin desconocer la idoneidad con la que se ha desempeñado Enrique Márquez. Y a no dudarlo habrá quien plantee, como nuevo dilema, que no se deben postular candidatos opositores al nuevo CNE.

No hay que olvidar que fue gracias a esos rectores, tan poco valorados por sectores radicales, que el país conoció en el 2021 de la victoria opositora en la gobernación del simbólico estado Barinas, cuna del padre de La Destrucción. Hoy se dice que, precisamente, fue el hecho de que Pedro Calzadilla y los otros dos rectores oficialistas no procedieran a la proclamación írrita de Argenis Chávez –algo equivalente al robo de la gobernación de Bolívar a Andrés Velásquez—lo que selló su suerte en esos cargos.

El nuevo CNE, obviamente, no va a ser un organismo equilibrado ni va a generar mayor confianza entre los venezolanos. Vendrá precisamente a lo contrario, si es que esa desconfianza puede ser mayor. Tampoco vendrá a facilitar las primarias que probablemente se terminarán realizando sin su participación.

A pesar de ello, demasiado brutales y temerarias tendrán que ser las nuevas jugarretas del régimen para impedir que el voto soberano de los venezolanos, ejercido de manera unitaria en el 2024, lo defenestre del Ejecutivo, iniciando con ello un proceso de relegitimación de todos los poderes: la reinstitucionalización que ansiamos todos. Las trapacerías de hoy delatan los crecientes temores en lo que les deparará el mañana si la población se decide como un solo hombre a poner fin a este presente de ruina y corrupción.

Gregorio Salazar es periodista. Exsecretario general del SNTP.

https://talcualdigital.com/cne-renuncias-a-empellones-por-gregorio-salazar/

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Fernando Mires

La democracia como forma de gobierno, pero más: como forma de la política, ha sido y es expansiva y conflictiva. Al haber surgido desde y en contra de ordenes no democráticos, es vista por estos como amenaza. Así ha sido al menos desde su renacimiento premoderno y moderno. Reaparecida tímidamente en la Carta Magna de los ingleses, consagrada constitucionalmente en la revolución norteamericana, expandida militarmente a través de Francia, ese espíritu político nacido bajos las luces de Atenas, ha continuado su línea ascendente, no de un modo vertical, sino zigzagueante. Eso significa que ha habido periodos de auge y otros de repliegue, e incluso de retroceso democrático.

Y bien, aquí aventuraremos la tesis de que en estos momentos nos encontramos en uno de repliegue y, tal vez, de retroceso. Mirando desde una perspectiva macrohistórica, este repliegue y/o retroceso no nos sorprendería si tomamos en cuenta que la línea que lleva hacia la democratización de las naciones ha atravesado dos periodos consecutivos de muy alto ascenso. Uno, después de la derrota de la Alemania nazi, en 1945. El otro, después del derrumbe del imperio soviético, en 1989-1990.

La razón democrática

Para evitar confusiones, debemos precisar que es lo que entendemos cuando hablamos de naciones democráticas.

Como hemos insinuado en otros textos, nos referimos a dos niveles. Uno formal, a saber, la democracia como forma de gobierno y otro más amplio e informal, a saber, la democracia como modo de vida. La forma de gobierno hace alusión a la institucionalización de un sistema de libertades y derechos consagrados por la tradición, por la cultura y por una constitución que rige para todos los habitantes de una nación quienes conforman una ciudadanía, concepto político que postcede al concepto demográfico de población.

La democracia como modo de vida, en cambio, supone un cuestionamiento a todo lo que dentro de una democracia no es democrático, o está dejando de serlo. Para decirlo a modo de ejemplo, las democracias decimonónicas integraban estructuras antidemocráticas en contradicción con la constitución nacional (la esclavitud en los Estados Unidos, por ejemplo). Las de hoy, no tanto. ¿Qué es lo que nos dice el ejemplo? Algo muy simple: la democracia no es un orden establecido sino uno en permanente formación, un orden no estático sino en movimiento. Eso significa que la democratización no termina nunca de ser dentro de una democracia. La democracia es su autoreproducción, o en las palabras que en su tiempo puso de moda Niklas Luhmann, es autopoiética. Lo que era democrático ayer, puede que mañana no lo sea.

La constatación relativa a que sin democratización no puede haber democracia ha llevado a decir a muchos que la única y auténtica democracia es la democracia liberal. De eso no estamos muy convencidos. La razón es la siguiente: El liberalismo es una ideología, y la democracia es un campo de recreación de ideas e ideologías, pero en sí misma, no puede ser regida por una ideología, por muy democrática que sea. De lo que sí estamos seguros, y en eso hay cierto consenso, es que la democracia, para que exista, debe ser constitucional e institucional.

El gobierno del pueblo, esto es, la democracia en sentido literal, solo puede existir en un marco determinado por leyes e instituciones. Visto así, toda democracia es delegativa. Las experiencias históricas parecen confirmar esta afirmación. En cada país donde ha sido intentada una democracia directa o de base (consejos, soviets, juntas) han aparecido feroces autocracias.

La amenaza autocrática

Ahora bien, la democracia, la que conocemos, a la que algunos llaman liberal y otros simplemente constitucional e institucional, se encuentra en estos momentos cuestionada desde fuera y desde dentro de las naciones democráticas. En los términos popularizados por Hungtinton nos encontraríamos frente al avance de una muy alta ola antidemocrática. Todo indica que la historia del siglo veintiuno será signada por esa contradicción mundial, vale decir, por un choque no civilizatorio, ni siquiera cultural, entre movimientos democráticos y movimientos antidemocráticos.

El punto fijo de esa contradicción se ha vuelto evidente con la invasión de la Rusia de Putin a la Ucrania de Zelenski. Por eso, entre quienes hemos condenado sin cesar a la agresión rusa, prima la opinión de que, si bien tuvo lugar en Ucrania, fue una agresión a todo el orden democrático mundial.

Putin, efectivamente, pasó por encima de todos los acuerdos de postguerra, tanto geográficos, militares, políticos. El mismo dejó muy claras sus intenciones, pocos días después de la invasión. En los juegos olímpicos de Beijing, Putin y su colega Xi Jinping, dieron a conocer públicamente una comunicación según la cual ambos permanecen unidos en el seguimiento de una estrategia común: nada menos que la de organizar un nuevo orden mundial.

Un orden que no solo puede ser entendido como económico (los órdenes económicos no se imponen, simplemente aparecen) sino un nuevo orden político, opuesto al occidental, o más directamente, al democrático. Si es que hubo desacuerdo entre ambos megadictadores, ese no está en los fines, sino en los medios.

China, siguiendo sus intereses geoestratégicos, ha manifestado su oposición al empleo de armas nucleares; y con razón: a China interesa la sobrevivencia económica de Occidente aunque solo sea para seguir copiando sus invenciones científicas y tecnológicas, base al fin de su crecimiento global. Y a los comunistas chinos interesa la dominación, no la destrucción del planeta. De ahí que la amistad estratégica de China con Rusia juega ante los ojos de los gobernantes occidentales un papel irónicamente regulador. Hecho que ha llevado a algunos de ellos, Macron y Lula entre varios, a hacerse ilusiones sobre el rol pacificador que podría jugar Xi frente a Putin durante la guerra de Ucrania. Pero se engañan. Xi está tan interesado como Putin en disminuir los principios de la democracia occidental, hoy hegemónicos a nivel mundial.

Para nadie es un misterio que la Carta de las Naciones Unidas es vista desde Beijing como una imposición de la cultura occidental a naciones que provienen de otras tradiciones. Para China, mucho más importante que una democracia mundial, es cementar el principio de la autodeterminación, esto es, que los gobernantes de cada nación puedan cometer los crímenes que decidan, sin exponerse al dictado de injerencias externas. De acuerdo a la visión china, las Naciones Unidas deberían limitarse a ser un simple organismo de consulta. Aunque parezca paradoja, China – dícese comunista – es partidaria de un neoliberalismo geopolítico que permite actuar con impunidad a todos los poderes autocráticos de la tierra.

Desde la perspectiva china, la constante apelación a los derechos humanos en países democráticos es parte de un discurso imperialista destinado a someter culturas milenarias a los patrones culturales occidentales. Recordemos, para poner un ejemplo, que en su última visita a Alemania, el ministro del exterior chino, Wang Yi, sorprendió a la prensa con esta frase: «ustedes tienen a Kant y Hegel, pero nosotros tenemos a Confucio y Lao Tze».

Quería decir que hay que aceptar las diferencias culturales entre las naciones, algo que nadie en Occidente ha puesto en discusión. La ministra alemana Baerbock, sorprendida por su colega chino, se limitó a mostrar su mejor sonrisa. Si ella no conociera la diplomacia, la respuesta obvia habría sido: «lo que nos separa de ustedes no es la filosofía sino dos formas de gobierno, uno que ha sido elegido por un partido y otro que ha sido elegido por la ciudadanía a través del sufragio universal». O también: «uno que no acepta la universalidad de los derechos humanos y otro que piensa que los humanos tenemos derechos por el solo hecho de ser humanos, independientemente de tradiciones, religiones y culturas”.

El histórico abrazo dictatorial de los juegos olímpicos de Beijing, y la declaración conjunta a favor de un nuevo orden mundial, fue confesión bipartita, de que la ocupación rusa de Ucrania es para Putin y Xi, solo una pieza en la avanzada política y militar de las antidemocracias, en aras de la creación de un nuevo orden político mundial bajo hegemonía chino-rusa. En otras palabras, la guerra de invasión no es solo contra Ucrania, ni siquiera contra los EE UU, sino contra el occidente democrático.

Sin especular demasiado, podríamos deducir que la dirigencia política de China ya estaba informada de la invasión a Ucrania antes de que fuera puesta en acción ese fatídico 24-F-22. Justamente por esas razones, los gobernantes más lúcidos del mundo occidental entienden perfectamente por qué es necesario que Rusia no solo no gane, sino, además, pierda totalmente la guerra.

Los tres segmentos de la barbarie antioccidental

Lo cierto es que después de los Juegos Olímpicos, la tarea emprendida por los dos presidentes antidemocráticos, ha sido la de formar un bloque mundial alternativo al bloque occidental, uno en condiciones de disputar a EE UU y Europa, no solo la hegemonía económica, también la política y la militar. De hecho, deben haber comprobado que en el mundo hay una gran cantidad de naciones dispersas, abiertamente opuestas a los EE UU. La mayoría de esas naciones están gobernadas por dictaduras y autocracias. Seguramente por eso, Xi Jinping decidió modificar el discurso mundialista de Mao Zedong, de quién él intenta presentarse como su sucesor histórico.

De acuerdo a la división maoísta, el mundo estaba dividido entre naciones dominantes (incluía a la URSS) y naciones subalternas («aldeas que rodean a las grandes ciudades», en su metafórica expresión). China, según Mao, estaba destinada a convertirse en la nación vanguardia de la revolución anticolonialista y antimperialista mundial. Para Jinping, la división es otra: el mundo, según su óptica, está dividido en dos bloques: las naciones occidentales conducidas por Estados Unidos y Europa y las naciones antioccidentales, conducidas por China. Que esta sea la misma división que hizo Biden, entre democracias y autocracias, evita mencionarlo Xi. Como todos los dictadores, Xi y Putin piensan que el colmo de la democracia es la que ellos representan en sus respectivos países.

China y Rusia, o mejor, Rusia bajo dirección de China, intentan perfilarse como naciones directrices de la contrarrevolución anti- occidental –léase antidemocrática– de nuestro tiempo. Para facilitar la explicación de esta tesis, parece ser conveniente dividir provisoriamente el bloque de apoyo antioccidental, en tres grandes segmentos.

  1. Las potencias económicas y militares de segundo rango, sobre todo Corea del Norte, Irán, Siria
  2. Las naciones no-occidentales pero tampoco (todavía) antioccidentales, como son India, Sudáfrica, Arabia Saudita, y Brasil
  3. Las naciones pobres gobernadas por regímenes autocráticos o simplemente por democracias precarias, como son gran parte de las naciones africanas y una parte fluctuante de las latinoamericanas.

El primer segmento es el núcleo duro sobre el que reposa el eje chino-ruso. Se trata de naciones dominadas por gobiernos que han hecho del antioccidentalismo una profesión de fe, una doctrina e incluso, en el caso de Irán, una guerra santa.

Fue Putin, antes de Xi, quien descubrió la posibilidad de agrupar a las naciones islámicas en una orientación antioccidental.

Eso sucedió el año 2013, cuando aprovechando el trauma norteamericano que dejó la intervención en Irak, y nada menos que en nombre de la guerra en contra del terrorismo internacional, desató una guerra a muerte en contra de las organizaciones para-democráticas surgidas en Siria durante la llamada «primavera árabe». Esa estrategia denominada «de tierra arrasada» sería puesta después en práctica en la invasión a Ucrania.

La guerra en Siria fue una invasión colonialista de Rusia a Siria, llevada a cabo ante la complacencia de los gobiernos occidentales. Como resultado Siria pasó a convertirse en un condominio colonial ruso. Años después, China, mediante la aplicación geopolítica de su poder económico, se encargaría de mediar entre Siria y el resto de las naciones de la región, reintegrando a la dictadura de al-Assad en la Liga Árabe. El hecho de que al-Assad fuera recibido con los brazos abiertos por el príncipe Mohammed bin Salman de Arabia Saudita hay que ponerlo en la cuenta positiva de la política internacional china.

Las naciones islámicas, incluyendo a Turquía, hasta hace poco trenzadas en guerras hegemónicas (la más cruenta, la de Yemen, será negociada con Arabia Saudita e Irán con patrocinio chino) están siendo convencidas por China de la necesidad de posponer sus sangrientas diferencias y unirse bajo el amparo de un mismo techo. De más está decir, ese techo es China.

En fin, tanto para Putin como para Xi, ha llegado la hora de formar en el mundo islámico una especie de comunidad religiosa-militar, radicalmente antioccidental, bajo la protección económica de China y militar de Rusia.

Los EE UU ya han perdido su hegemonía política sobre Arabia Saudita, y probablemente por sobre todos los potentados petroleros de la región. Una muestra más de que Occidente sufrirá esta y otras pérdidas en el curso de la confrontación en contra del eje chino-ruso. Putin por su lado podría cumplir una parte de su utopía, la de arrebatar a Occidente el espacio clientelístico que había ejercido la URSS sobre el despótico “socialismo árabe” (Irak, Yemen, Libia, Sudan y Egipto) pero esta vez, bajo conducción de China y de Rusia.

Con respecto al segundo segmento, formado por ese grupo anodino configurado por las naciones mal llamadas emergentes, Xi Jinping aprovecha la irreversible dependencia económica y financiera en que han caído algunas naciones con China, para ordenarlas políticamente bajo su batuta. La idea de un Club de la Paz, formada por potencias emergentes bajo dirección china, destinada aparentemente a servir de mediación entre Occidente y Rusia en la guerra a Ucrania, no persigue otro propósito que sustraer a “países intermedios” de la órbita política occidental. Primero, económicamente. Segundo, es el paso actual, diplomáticamente.

El intento de maquillar políticamente a gobiernos como el de Maduro, llevado a cabo por Lula en la cumbre de Brasilia, hay que entenderlo como parte de un proyecto de unificación geopolítica de connotaciones continentales, en el marco que da lugar a la formación de un nuevo orden político bipolar. Que después de Brasilia, Maduro apareciera en Arabia Saudita abogando por un nuevo orden mundial, muestra el nivel de organización alcanzado por el bloque autocrático en formación. La estrategia, evidentemente, es ampliar la zona de influencia de China en América Latina, más allá de las tres naciones antidemocráticas (Cuba, Nicaragua y Venezuela) en un tercer segmento, formado por las naciones más pobres, que son también las que poseen las estructuras políticas más precarias. Frente a ese segmento, Xi Jinping se nos vuelve «tercermundista» e, incluso, maoísta.

El caso de una pobrísima Honduras, rompiendo ridículamente con Taiwan (que no es una nación jurídica constituida) puede parecer muy tropical, pero en cierto modo revelador de una predisposición antinorteamericana, cultivada durante años por las elites de la región.

En el contexto sudamericano resulta útil observar el caso de Brasil, nación que pertenece al segundo y al tercer segmento a la vez. Desde mucho antes del segundo gobierno de Lula, Brasil depende más de la economía china que de la norteamericana y, en general, de la occidental. El rol conferido por Jinping a Lula parece ser el de agrupar a la mayoría de los gobiernos latinoamericanos, en la órbita de los “países neutrales”. La fuerte predisposición ideológica antinorteamericana de la que hacen gala (no solo) las izquierdas latinoamericanas, puede facilitar esa misión. El galeanismo como ideología, ha sobrevivido a Galeano. Asumir el rol de víctimas, tiene como efecto adicional, absolver a las clases políticas latinoamericanas de todas las barbaridades que han cometido y seguirán cometiendo.

Pero esta historia no ha terminado

En breve, el Occidente político, desde la invasión a Ucrania, se encuentra amenazado. Esto no significa caer en predicciones catastrofistas, al estilo de las de Spengler, Toymbee y Huntington. Significa simplemente aceptar que estamos frente al aparecimiento de un nuevo orden político antidemocrático y mundial, y que en el curso de su conformación, Occidente deberá pasar a la defensiva.

Hay momentos ofensivos y hay momentos defensivos. Vivimos una historia cuyo final no puede predecirse. No existen leyes universales que prefijen el futuro. Puede ser que la imaginación occidental no esté agotada. Occidente sigue siendo el punto de partida de diferentes transformaciones a nivel mundial. La revolución democrática iniciada una vez en Estados Unidos y Europa, continúa su marcha. Pero no solo las relaciones sociales siguen democratizándose, también las que dicen relación con la corporeidad y la intimidad. Las brechas que separaban a los sexos, y a las formas del ser sexual (géneros), están siendo cerradas.

En los espacios científicos y tecnológicos, artísticos y culturales, Occidente sigue siendo vanguardia. A todo esto agrega una revolución energética cuyas consecuencias a nivel mundial todavía no son predecibles. Las innovaciones en la energía eólica y solar, por nombrar solo a dos rubros, tendrán impactos en naciones que apostaron todo su crecimiento a una economía basada en la explotación de la energía fósil. Muchas de esas naciones son regidas hoy por gobiernos autocráticos.

Cierto es que existe un fuerte resentimiento antioccidental -muchas veces entendible – incluso dentro del propio Occidente. Pero también es cierto que la mayoría de los jóvenes en los países antidemocráticos quieren ser, o llegar a ser, occidentales, y no solo en los ámbitos del consumo catarro, como imaginan los gobiernos autoritarios. Occidente es mucho más que McDonald. Así lo han comprendido algunas dictaduras.

Cada mujer que lucha por el derecho a no usar un velo es una enemiga occidental en el Irán de los ayatolas. Cada gay apaleado en las calles de Moscú, es un enemigo occidental en la Rusia de Putin. Cada estudiante o intelectual disidente enviado a prisión, es un enemigo occidental en la China de Jinping.

Y quizás hay algo aún más importante. Mientras en los países antioccidentales existe un enemigo llamado Occidente, en ese no-lugar virtual llamado Occidente, no existe ningún enemigo llamado Oriente. En los países occidentales, Oriente no es más que una noción geográfica, nunca una unidad geopolítica o cultural. Para los gobiernos antidemocráticos, en cambio, Occidente es un enemigo político y militar al que hay que derrotar y someter. Pero fuera de eso no los une nada más. Si desaparece el odio antioccidental, volverán a ser enemigos entre sí.

Occidente, en fin, no está en guerra en contra de ningún Oriente. Más allá de ser una noción geográfica, Oriente no existe como unidad política. Mucho menos como un modo de vida. Y al fin y al cabo, nadie puede ser derrotado por un enemigo que no existe. Hasta para ser antioccidentales, los enemigos de «la sociedad abierta» (Popper), necesitan de Occidente.

Twitter: @FernandoMiresOl

Fernando Mires es (Prof. Dr.), Historiador y Cientista Político, Escritor, con incursiones en literatura, filosofía y fútbol. Fundador de la revista POLIS.

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