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Opinión

Red Agroalimentaria de Venezuela

La Red Agroalimentaria de Venezuela (RAV) ha hecho público los resultados de su más reciente evaluación sobre la situación socioalimentaria en el Venezuela, de la cual se pueden extraer algunos resultados resaltantes que se exponen a continuación:

  1. La crisis socioeconómica en las poblaciones vinculadas a la agricultura se repotencia en el 2023
    • El pesimismo en cuanto a la situación 2023 se dispara.
    • Las condiciones del empleo siguen desmejorando.
    • La actividad comercial detiene su recuperación.
    • La crisis de los servicios se acentúa (electricidad, agua, gas, telefonía fija y transporte desmejoran).
    • Aumenta el desabastecimiento de combustible.
    • En lo transcurrido de 2023 la protesta social ha aumentado.
  2. Cambios en el consumo general y tipo de gasto
    • El consumo ha disminuido en la mayoría de las poblaciones tomadas en consideración, siendo esta disminución variable en magnitud a lo largo de la geografía nacional.
    • El tipo de gasto que más ha disminuido es Alimentos (-21%), seguido de Vestido y Calzado (-19%) y Gastos del Hogar (-18%). Los que menos ha disminuido son Comunicaciones (-7%), Bebidas y Tabaco y Educación (-4%).
    • Los rubros alimenticios con mayor disminución de consumo son: carnes, lácteos, productos avícolas, grasas, azúcares y derivados del trigo, mientras que granos y derivados del maíz son los menos afectados.
    • En cuanto a frutas, el plátano y el cambur destacan marcadamente como los más consumidos, seguidos de lejos por lechosa, mango y aguacate, cerrando la lista y con consumos notablemente más bajos, patilla, melón, naranja y piña.
    • Al considerar las hortalizas cebolla y tomate son las más demandadas, seguidas por ajo, pimentón y zanahoria, mientras que, y muy distanciadas, lechuga, calabacín, repollo, berenjena y pepino cierran la lista de consumo del rubro.
  3. Precios de los alimentos
    • Los precios promedio de 10 alimentos varía según las regiones, aunque no significativamente, sin guardar relación con las condiciones económicas que tradicionalmente se les asignan.
    • De los 6 alimentos vegetales considerados, el más costoso es el aceite y los más económicos el arroz y las harinas precocidas de maíz.
    • En cuanto a los 4 de origen animal, la carne molida de res es el más costoso mientras que el pollo resultó el más barato.
    • Los alimentos con mayor variación de precios entre regiones resultaron el pollo y las caraotas, mientras que los más estables nacionalmente fueron el arroz y el azúcar.
    • En cuanto a marcas comerciales de los alimentos se observan diferencias dependiendo del tipo considerado, observándose el predominio de algunas marcas tradicionales, a pesar de sus precios relativamente más altos, aunque empiezan a “insurgir” otras, con base en costos más bajos para el consumidor.
    • El precio de la canasta de 10 alimentos venia disminuyendo levemente, pero en abril se incrementó en un 23%, destacando el aumento en el pollo, los huevos y el arroz.
    • La caída de precios se observó en las pastas de trigo, las caraotas y la leche en polvo.
    • Al ver las regiones, los precios subieron solo en los Altos Llanos Centrales, Guayana Delta y Lara-Falcón-Yaracuy.
    • La variación de los precios en dólares en los 4 meses de este año muestra una disminución de -8,2% y entre marzo y abril -2,5%. Las diferencias entre regiones son muy significativas: desde aumentos de 64% en Guayana Delta, hasta disminuciones de - 35% en Barinas Llanos Bajos.
    • Los precios consultados por Internet tienden a ser mayores que los observados en puntos de venta presenciales. El incremento de precios tiende a disminuir y en algunos casos se ha estabilizado.
  4. Otros aspectos también desmejoran
    • El deterioro de las escuelas es muy notorio.
    • Los comedores u otras formas de alimentación en las escuelas también empeoran significativamente.
    • Los centros de salud han sufrido un fuerte deterioro y el abastecimiento de medicinas no ha mejorado.
    • La emigración continua mientras que el retorno de los que han salido ha disminuido.
    • Los “bonos” del gobierno siguen llegando mensualmente, con montos mayores en bolívares, pero con menor capacidad adquisitiva.
    • La frecuencia de entrega de las cajas Clap se ha ido distanciando.

Para ampliación de lo aquí reseñado se anexan archivos originales relacionados.

 3 min


Acceso a la Justicia

La corrupción vuelve a ser tema de debate en Venezuela. Desde que el pasado 17 de marzo las autoridades lanzaran su última operación contra las tramas que se han instalado en Petróleos de Venezuela (PDVSA), la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), el Poder Judicial y otros organismos públicos, este flagelo ha vuelto a copar la atención. No obstante, también ha expuesto una realidad: en el país se castiga con más dureza salir a protestar o ejercer el derecho a la libertad de expresión que atentar contra los dineros públicos.

Así lo revela una simple comparación entre las sanciones previstas en la Ley contra la Corrupción y las contenidas en la cuestionada Ley Constitucional contra el Odio, por la Convivencia Pacífica y la Tolerancia, dictada por la extinta Asamblea Nacional Constituyente (ANC) de 2017.

Los treinta y tres delitos que prevé el primer instrumento, el cual fue reformado en 2022 por la Asamblea Nacional (AN), castigan con un promedio de poco más de tres años de cárcel cualquier acción dirigida a afectar el patrimonio público. Este tipo de sanciones ni siquiera implicarían el paso del condenado por una prisión, salvo muy contadas excepciones.

La promesa de soborno a funcionario público es la conducta que la Ley contra la Corrupción castiga con más dureza. En su artículo 90 se establece lo siguiente:

«quien por sí o por persona interpuesta prometa, ofrezca u otorgue a un funcionario público de otro Estado, directa o indirectamente, por parte de sus nacionales, personas que tengan residencia habitual en su territorio y empresas domiciliadas en él, cualquier objeto de valor pecuniario u otros beneficios, como dádivas, favores, promesas, ventajas a cambio de que dicha funcionaria o funcionario realice u omita cualquier acto, en el ejercicio de sus funciones públicas, relacionado con una transacción de naturaleza económica, comercial o de cualquier otra índole, será penada o penado con prisión de seis (6) a doce (12) años».

Los delitos de apropiación de fondos (artículo 59) y de incremento injustificado del patrimonio (artículo 80) son castigados con penas de entre 3 y 10 años; mientras que el de distracción de fondos públicos (artículo 81) se penaliza con 2 a 10 años de prisión.

En contraposición, la Ley contra el Odio castiga con penas de entre 10 y 20 años de cárcel a

«quien públicamente o mediante cualquier medio apto para su difusión pública fomente, promueva o incite al odio, la discriminación o la violencia contra una persona o conjunto de personas, en razón de su pertenencia real o presunta a determinado grupo social, étnico, religioso, político, de orientación sexual, de identidad de género, de expresión de género o cualquier otro motivo discriminatorio».

Esta norma, cuestionada por instancias internacionales, se les ha aplicado en el último lustro a decenas de personas que han ejercido su derecho constitucional a la libertad de expresión y han emitido opiniones por las redes sociales fundamentalmente. Hasta 2021, la organización Espacio Público había contabilizado que 60 venezolanos habían sido detenidos y se le habían abierto procesos penales al amparo de este instrumento.

Caso emblemático es el de los exbomberos del estado Mérida, Ricardo Prieto y Carlos Varón, quienes en 2018 fueron aprehendidos y se les abrió un proceso por instigación al odio tras difundir un video en el que se paseaban sobre un burro. Casi cinco años después, los exfuncionarios continúan presentándose ante un tribunal, porque tienen la libertad restringida.

Protestar se paga caro

Como si lo anterior no fuera suficiente, no se puede ignorar que a cientos de venezolanos más se les han abierto procesos por conspiración o por asociación para delinquir. ¿La razón? Atreverse a salir a las calles a reclamar sus derechos políticos o exigir reivindicaciones salariales o mejoras en los deficientes servicios públicos.

El Ministerio Público (MP) no ha dudado en aplicarles el artículo 132 del Código Penal a manifestantes, algunos tan jóvenes como estudiantes universitarios. Dicha norma señala que «cualquiera que, dentro o fuera del territorio nacional, conspire para destruir la forma política republicana que se ha dado la nación será castigado con presidio de ocho a dieciséis años».

Cuando no se ha recurrido al delito de conspiración, se ha apelado al de asociación para delinquir, previsto en el artículo 37 de la Ley Orgánica contra la Delincuencia Organizada y el Financiamiento del Terrorismo y que se castiga con hasta 10 años de prisión.

El hecho de que los delitos relacionados con la corrupción estén castigados con menor severidad contradice el espíritu y letra de la Constitución de 1999. La carta magna deja en claro que las faltas contra el erario son muy graves y por ello, en el artículo 271 señala expresamente: «No prescribirán las acciones judiciales dirigidas a sancionar los delitos contra los derechos humanos, o contra el patrimonio público o el tráfico de estupefacientes».

El mandato constitucional buscaba servir de disuasivo para los corruptos. No obstante, no ha sido acompañado por el resto del marco jurídico.

La levedad de la legislación contra la corrupción explicaría por qué el fiscal general impuesto por la ANC, Tarek William Saab, ha anunciado que los exfuncionarios procesados por las últimas tramas desmanteladas en PDVSA, en la CVG y en el Poder Judicial se les aplicará el delito de traición a la patria, el cual se castiga hasta con 30 años de prisión.

Y a ti venezolano, ¿cómo te afecta?

Lo descrito anteriormente parece revelar que la lucha contra la corrupción no ha sido, por lo menos hasta ahora, una prioridad del oficialismo, a pesar de que fue una de las grandes banderas con las que llegó el fallecido Hugo Chávez al poder en 1998. «Entre un principio y un amigo, me quedó con el principio», llegó a decir en varias ocasiones para asegurar que no le temblaría el pulso a la hora de perseguir a cualquier corrupto, sin importar que fuera cercano a él.

El que el marco legal no castigue con mayor severidad las faltas contra la cosa pública, junto a la inefectividad del MP, la Contraloría General de la República y los tribunales, parecen contribuir a que este tipo de acciones continúen repitiéndose sin cesar.

3 de mayo 2023

https://accesoalajusticia.org/ley-venezuela-castiga-mayor-dureza-critica...

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Elmas Topcu

En menos de una semana, el 14 de mayo, se elegirá a un nuevo Parlamento y presidente en Turquía. Después de 20 años, el actual presidente, Recep Tayyip Erdogan, no es el claro favorito. Según las encuestas, sería Kemal Kilicdaroglu.

¿Cómo es el sistema político turco?

Desde su fundación en 1923, la República Turca fue una democracia parlamentaria, hasta que Erdogan con su Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) y su socio ultraconservador, MHP, lograron la mayoría para introducir el sistema presidencial en las elecciones de 2018. Desde entonces, Erdogan es el jefe de Estado del país, y el cargo de primer ministro ya no existe.

Los ciudadanos eligen al presidente directamente por cinco años y este tiene amplios poderes. Puede nombrar y destituir a ministros y altos funcionarios, y también dirige el gabinete de su Gobierno. Los ministros pueden nombrar a su vez a gobernadores y representantes estatales en provincias y distritos, de modo que el presidente puede ejercer su influencia hasta el gobierno local.

El jefe de Estado también tiene el poder de emitir decretos presidenciales y nombrar muchos cargos en el poder judicial, las finanzas y la educación. Pero también recibe información del servicio de inteligencia y de la poderosa autoridad religiosa Diyanet.

Hay cuatro candidatos a la presidencia, incluyendo a Erdogan. Kemal Kilicdaroglu (Partido Republicano del Pueblo (CHP) va incluso por delante en las encuestas y los otros dos candidatos oscilan entre el 2 y el 6 por ciento.

¿Qué relevancia tiene el Parlamento?

Durante su mandato, Erdogan adaptó el aparato estatal a su medida y amplió su poder. Y aunque con el sistema presidencial aumentó el número de diputados de 550 a 600, ha convertido al Parlamento turco en un ente sin relevancia. Ha bloqueado todos los proyectos de la oposición en el Parlamento, ha impulsado su agenda política y ha bloqueado las demandas de la oposición.

Catorce partidos están en el Parlamento, muchos de los cuales pudieron superar la barrera del siete por ciento a través de alianzas electorales.

¿Qué alianzas hay?

Tres alianzas electorales juegan un papel decisivo en las elecciones parlamentarias. A la Alianza Popular de Erdogan pertencen, entre otros, dos partidos ultraconservadores. Hay también varias comunidades musulmanas ortodoxas, que apoyan abiertamente a Erdogan, porque disfrutan de numerosos privilegios.

Su contricante con más posibilidades cuenta con una alianza de seis partidos de diversos signos políticos. Kilicdaroglu recibe el apoyo, entre otros, del partido kurdo-socialista Alianza Trabajo y Libertad, cuyo exjefe, Selahattin Dermitas, envía desde la cárcel y con sus abogados mensajes a la opinión pública en contra de Erdogan.

¿Cuántos votantes hay en el país?

Según cifras oficiales, más de 64,1 millones de personas tienen derecho a votar en las elecciones del 14 de mayo. De estos, más de 3,4 millones viven en el extranjero. Después de Estambul, Ankara e Izmir, el extranjero ocupa el cuarto lugar más importante por número de votantes. En el extranjero, la votación comenzó el 27 de abril.

En las elecciones de 2018, la participación en Turquía superó el 86 %, mientras que en el extranjero rondaba el 50 %.

Los medios apoyan casi al unísono al gobierno actual. Según la oposición, este ha estado presente en 3.600 minutos de emisión en las últimas cuatro semanas; la oposición sólo ha tenido 42 minutos, y con cobertura negativa.

8 de mayo 2023

DW

https://www.dw.com/es/elecciones-en-turquía-mucho-más-que-un-posible-cambio-de-gobierno/a-65553888?maca=spa-newsletter_sp_Titulares-2358-xml-newsletter&r=17270542111132194&lid=2541194&pm_ln=201017

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Eddie A. Ramírez S.

Nunca hemos simpatizado con la definición de que la política es el “arte de lo posible y no de lo deseable”. Preferimos, hacer posible lo deseable. Sin embargo, no puede ser un dogma. Las enseñanzas del Arte de la guerra, de El Príncipe y de la realpolitik no pueden descartarse. Los principios y valores sí hay que defenderlos a capa y espada, pero ante un régimen dictatorial que se aferra al poder, a veces hay otros puntos en los que bajo protesta hay que tragar grueso y buscar mecanismos para neutralizar o al menos disminuir los efectos perjudiciales. Tal es el caso de la elección primaria del 22 de octubre, así como de la presidencial en el 2024.

En el caso de la primaria en el exterior, lo deseable es que puedan votar los jóvenes que por su edad y por haber emigrado, no se inscribieron en el Registro Electoral en Venezuela, y en el exterior hay muchos países en los que no hay Consulado. Tienen derecho a votar y el CNE no debería impedir que se inscriban por internet. La Comisión Nacional de Primaria (CNP) podría construir un registro propio; sin embargo, decidió no hacerlo para evitar impugnaciones. A regañadientes, aceptemos lo dispuesto por la CNP. También, esta decidió que el voto sea presencial, manual, solo en 21 países y en unas pocas ciudades. Preferimos que hubiese sido por internet y en todas las partes en que resida un venezolano con derecho a sufragar. Sin duda, estas disposiciones limitarán el número de compatriotas que voten. Es una lástima, porque uno de los beneficios de la primaria es que quien salga electo tenga un gran respaldo y que el volumen de votantes sirva de presión al régimen para que acepte condiciones de transparencia, que abra el registro electoral en el exterior vía internet y posibilite la votación por este medio.

Como las condiciones son adversas para lograr lo que deseamos y tenemos derecho, la manera de superarlas parcialmente es acudir masivamente a la convocatoria de la CNP. Requerirá vencer la reticencia a votar por candidatos que a muchos no terminan de convencer, pero entendamos que cualquiera de ellos es mejor que Maduro. Además, si queremos contribuir a la reconstrucción de la democracia, debemos hacer un pequeño esfuerzo desplazándonos a los sitios de votación seleccionados.

La primaria en Venezuela también requerirá el desplazamiento a los centros seleccionados. No es necesario que sea con la participación del CNE, ni con máquinas y captahuellas. Esto está demostrado muchos países. Sin embargo, esperemos la decisión de la CNP y no cometamos el error de abstenernos. Se ha dicho que los miembros de la CNP están sujetos a presiones de algunos de los partidos políticos que los designaron. Probablemente sea cierto, pero no hay motivo para dudar de que son ciudadanos honorables que tienen la buena intención de tomar las mejores decisiones en el marco de las restricciones existentes.

La elección presidencial es otra lucha que debemos dar. Como hemos escrito, la dirigencia opositora no logró ponerse de acuerdo para seleccionar un candidato de prestigio que tuviese aceptación. Escogió la vía tortuosa de la primaria, válida en otras circunstancias, pero no en las actuales. Ahora toca vencer muchos obstáculos. Debemos hacer lo que esté en nuestras manos para vencerlos.

En la reciente reunión del 25 de abril en Bogotá, 18 países aprobaron: “La necesidad de establecer un cronograma electoral que permita la celebración de elecciones libres, transparentes y con plenas garantías para todos los actores venezolanos. En este sentido, se mencionó la importancia de tener en cuenta las recomendaciones de la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea de 2021”. Desde luego, esta importante declaración no garantiza que el régimen la cumpla. Con toda seguridad intentará burlarla. La primaria es un primer paso de esa confrontación en defensa de nuestros derechos. No le pongamos más peros de los que tiene.

Como (había) en botica:

Chávez y Maduro no solo destruyeron y endeudaron a Venezuela, sino que por las expropiaciones de Crystallex, Conoco-Phillips y de muchas otras empresas, además de la emisión de bonos de la deuda con garantía de Citgo, esta empresa está en gran riesgo de perderse. Hasta ahora, se ha mantenido por la defensa emprendida por los exprocuradores ad hoc José Ignacio Hernández y Enrique Sánchez Falcón, del expresidente ad hoc de Pdvsa Luis Pacheco y de Horacio Medina, y de Carlos Jordá, contando con un grupo de abogados. Siempre se ha intentado un acuerdo con los acreedores, pero estos han preferido esperar decisiones judiciales. Por lo pronto lograron que un juez suspendiera temporalmente el embargo.

Felicitaciones a la Académica Gioconda Cunto de San Blas, Premio Alma Mater 2023, otorgado por la UCV. También, al Dr. Ramón Duque Corredor por el premio de la UCAB Valores Democráticos “Francisco José Virtuoso 2023”, así mismo otorgado a Alfredo Infante , Roberto Patiño y a la Universidad de los Andes. Igualmente felicitamos a los académicos Nelson Hernández y Diego González por el premio Carlos Lee, otorgado por el Centro de Orientación de Energía (Coener).

Lamentamos los fallecimientos de Marielba Nava Arreaga y de Freddy de Jesús Mayor, compañeros de Gente del Petróleo y de Unapetrol, también los de los compatriotas atropellados exprofeso en Texas.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

9 de mayo 2023

 4 min


Benjamín Tripier

La GL 42, si bien en su estructura se refiere a los bonos de Pdvsa, la realidad es que, por un lado se refiere al bono Pdvsa 2020, que es el que tiene la garantía de Citgo, y por otro, le da un mensaje contundente al gobierno del chavismo, reiterando que no los reconocen, ni a ellos, ni a la Asamblea Nacional del 2020, pues ambos caen en el mismo paquete que ellos consideran ilegítimo, pues no reconocen los resultados de esas dos elecciones.

La realidad es que la Cumbre de Bogotá sirvió para poner en blanco y negro la distancia que hay entre los gobiernos de EE UU y Venezuela, pues, ya desde antes de convocarla, los corrillos en Washington hablaban de la molestia que los americanos tenían con las reacciones, comentarios y declaraciones, todas explícitas, de los tres declarantes principales, Nicolás Maduro, Jorge Rodríguez y Diosdado Cabello, siempre maltratando y agrediéndolos.

Mientras que, por el lado del gobierno de EE UU, las pocas declaraciones, arrancadas a presión por los medios, siempre eran esquivas en palabras y en pronunciamientos. Ellos siempre mantuvieron la posición de que querían ver resultados electorales primero, y recién luego, si ellos juzgaban que eran genuinos y transparentes, podían avanzar en flexibilización de sanciones.

Hace unos años, en una conversación, los americanos comentaron que colocar sanciones era expedito y entraban en vigencia inmediatamente. Mientras que levantarlas, podía tomar mucho tiempo, y hasta llegar a que alguna de ellas fuera casi permanente, y hubiera que andar aclarando cada vez que se cayera en la situación. Y, desde que se impusieron a Venezuela, hasta ahora, ninguna ha sido levantada.

Lo que sí ha ocurrido, y sigue ocurriendo, es la liberación de licencias, especiales y generales, para ciertos casos específicos porque de una manera o de otra responden a necesidades o situaciones concretas evaluadas en detalle y profundidad. Las GL41 y GL42, son una prueba del tiempo que toman y el detalle al que llegan… y los períodos cortos de duración que habilitan.

De todos modos, cada vez que corre un rumor de que se levantó esto o aquello, invito a los interesados a ingresar en la página web de la OFAC, y comprobarlo: todo debe estar reflejado ahí… y si no está es porque no existe.

Mientras sigan jugando todos, americanos y UE incluidos, al juego fantasioso de elecciones y cambio de poder en Venezuela, y no aterricen en el tema concreto que es el de la creación de condiciones objetivas que favorezcan una transición, todo será como una obra de teatro con una coreografía en la cual los diferentes actores se mueven en el escenario, tratando de no tocarse mucho, cambiando de posiciones y de situación, pero al final de la obra, siempre, hasta ahora, Maduro está en el poder y los opositores, con el actor principal que corresponda a cada caso, oponiéndose… más o menos… poco o nada.

Tanto los países que participaron en la cumbre como cualquier ciudadano común aquí, internamente en Venezuela, asume que el chavismo no entregará el poder. Y que cuando se fantaseó sobre el tema en el 2019, no fue relacionado con que lo entregue, sino con quitárselo… pero eso tampoco les funcionó.

Por lo que, la seguidilla que se viene con reuniones en Bogotá, y la expectativa de regresar a México, podrá contar con todas las opiniones favorables del mundo, pero mientras los americanos sigan considerando a Venezuela bajo gobierno chavista una “amenaza inusual y extraordinaria”, será difícil que algo más pase.

Desde que comenzó el esfuerzo revolucionario de enemistarse con EE UU a principios del siglo, fue destruyendo todos los puentes y las estructuras que los comunicaban; lo hicieron los dos, uno de cada lado. Lo cierto es que un altísimo porcentaje de nuestros ingresos petroleros dependían de EE UU en el año 2.000, y hoy, 23 años después, ocurre lo mismo: con los ingresos de Chevron el país se mueve, y sin ellos, se paraliza.

Por eso, la frase “tanto nadar para morir en la orilla” se refiere al esfuerzo gigantesco, aún a costa de la vida y el bienestar de millones de venezolanos y de destrucción de la infraestructura del país, para alejarse y pelearse con ellos, y finalmente quedar solos y aislados, dependiendo mucho más que antes de los americanos.

La gran diferencia es que ellos nos consideran un enemigo… y así nos tratan. No a los ciudadanos que son acogidos y bien recibidos, sino al gobierno y sus funcionarios que están afectados por sanciones y órdenes de captura que van desde los 5 millones de dólares, hasta los 15 millones de dólares por información que lleve a la captura de alguno de los de las listas que ellos manejan.

Otro mensaje que viene encriptado en la GL42, está dirigido a la oposición representada por la Asamblea Nacional del 2015, que es la única que ellos reconocen. Y en esa GL le asignan roles especiales que será difícil que puedan llevar a cabo. Porque ellos, los americanos, diseñaron el interinato para contar con una figura ejecutiva que pudiera gerenciar situaciones, que es algo que un órgano como esa AN está impedido de hacer… por su propia esencia, que es ser un ente legislativo, y no ejecutivo.

Por lo que puede leerse más como un gesto político que uno que vaya a tener efectos reales. Aunque hay que estar claros que, si el objetivo de EE UU es proteger Citgo, lo van a hacer buscando algún camino… que tal vez termine dejando por fuera a los venezolanos.

No hay que perder de vista que, entre los egos, la soberbia, y la incompetencia de la clase política de los dos lados, están las explicaciones de cómo es que llegamos a esta triste situación.

Político

Lo más relevante de la semana sigue siendo el tema de la corrupción confesada por el gobierno, esta vez por algunas nuevas detenciones, y por la gaceta de la Ley de Extinción de Dominio. La nueva perspectiva que estos eventos le están dando al tema de la corrupción administrativa, pone presión en el descenso dramático del perfil de ostentación que era casi una marca, que mostraba el éxito del sujeto.

Viajes, barcos, aviones, camionetas, escoltas, casas, nivel de vida y consumo, que, no más de tres años atrás, en muchos casos, eran imposibles de imaginar en esa persona. Posiblemente era un funcionario con un nivel aceptable de vida, quien, de la noche a la mañana comenzó a vivir de otra forma… lo que sí está claro, es que, para ese perfil de gente, que de lo poco pasó a lo muchísimo, el dinero no se puede ocultar. Eso es válido para parientes, amigos y relacionados de ese funcionario.

Estamos entrando en una etapa de bajo perfil y eso se va a notar. Hasta en la baja de asistencia a restaurantes y tiendas caras, algunos de los cuales, habían sido diseñados específicamente para ese público… algunos de ellos, van a tener que cerrar.

La Ley de Extinción de Dominio es un instrumento que, cuando entre en vigencia, se convertirá en una herramienta de redistribución… una capa de funcionarios será reemplazada por otra nueva que, si aprendieron algo, descubrirán nuevas maneras de hacer las cosas, y se cuidarán más. Difícilmente se suspenda la corrupción, porque en realidad, no ha habido ningún movimiento para evitar que siga ocurriendo.

Lo policial y el castigo y persecución de lo que ya pasó, demostró que no funciona en nuestra región. Porque muchos de los trajes naranjas saldrán de su detención habiendo conservado una parte importante de su patrimonio mal habido, y solo verán afectada, transitoriamente su reputación… que como decía alguien que conozco, “con el dinero que tengo, me compraré una reputación nueva”.

Cuando se vea que las instituciones de control funcionan, las auditorías internas, la separación entre el ministro y el presidente de la empresa de adscripción, las firmas cruzadas, las licitaciones públicas y abiertas, y en general evitar la discrecionalidad en la disposición de activos y bienes del Estado, así como de toma de decisiones para comprar o no comprar.

Todo lo anterior está relacionado con el gobierno, pues es el que, desde hace 23 años, maneja la economía del país.

Desde el lado de la oposición, con la salida de Juan Guaidó, del interinato primero y del país después, se acabaron los referentes formales. Hoy solo quedan dirigentes diciendo esto o aquello, pero no haciendo nada concreto como se había afianzado en la época del interinato.

La fantasía de las primarias pronto llegará a su llegadero y allí comprobaremos si sirvió para algo… porque es cierto que para la oposición, el CNE no es confiable, y ese argumento también debería ser válido para las elecciones presidenciales. No puede ser malo para las primarias, que no son vinculantes, y bueno para la verdadera elección. En fin… esa falta de coherencia mezclada con “los egos, la soberbia, y la incompetencia de la clase política” nos tienen como estamos, y como, casi seguro, seguiremos estando.

Social

Es posible que la reducción de la pobreza por la reactivación del año pasado se retrotraiga a anteriores niveles más bajos, porque la caída en la actividad de este primer trimestre que pasó, y lo que estamos viendo en este segundo trimestre que está transcurriendo, está liberando puestos de trabajo, formales e informales, porque los beneficiarios del boom en lo comercial transaccional de última milla que experimentamos, se está desvaneciendo.

Porque tenemos que estar claros en que las variaciones sobre más o menos pobres, en general tienen un perfil estadístico referencial, pero no llevan alivio a 81% de los pobres por ingreso, ni a aquellos que se van a dormir sin haber comido durante el día.

En cuanto a los ajustes de bonos y cesta ticket, no debemos perder de vista que solo cubren a una parte de la población que es la que tiene un empleo, una jubilación o una pensión. También es cierto que una gran masa de pobreza es alcanzada por los programas sociales del Sistema Patria, y aún así, hay una franja importante que queda por fuera.

Sería buenísimo contar con información dura como para poder plantear estrategias… pero no la hay, y a este paso no la habrá por mucho tiempo… eso es por diseño. Por lo que si, desde el sector privado se quisiera desarrollar un programa masivo de RSE, habría que armar números a partir de cada empresa o unidad de producción, levantando información desde sus zonas de influencia.

Y en cuanto al financiamiento, en el mundo hay fondos sociales suficientes, sin sanciones, como para que los organismos gremiales empresarios puedan trabajar sobre eso.

Lo anterior, debería ser tarea del Estado, como en cualquier país. Pero no somos cualquier país, y el Estado ya no puede asumir ese rol sin contar con ayuda. De hecho, con la emigración y la diáspora, estamos traspasando nuestras responsabilidades como Estado, a otros estados para que, por caridad, les presten a nuestros compatriotas, los servicios sociales –alimentos, salud, educación- que aquí no podemos prestarles.

Económico

La solución que encontró el gobierno para transferir poder de compra a los trabajadores, jubilados y pensionados, fue la de los bonos indexados que tienen un nivel de compromiso diferente al del salario. No solo por la exigibilidad, sino por todo el engranaje de acumulaciones y prestaciones que se derivan de allí.

Asociados a esta decisión están los contratos colectivos de las empresas básicas que son leoninos y no ajustados a la producción o a la productividad. Son los vestigios de una Venezuela que se extingue, pero sin darse cuenta. En algún momento habrá que cambiar en profundidad las leyes laborales y ponerlas en la perspectiva de que la gente tiene que ganarse lo que cobra; versus la “beca vitalicia” de cobrar así no se trabaje.

Entonces hay que entender como positiva esa solución de pago, alineándola a las restricciones de encaje y crédito, con una alimentación “por goteo” de las mesas de cambio. También hay que reconocer como un logro el cierre de la brecha entre el dólar oficial y el paralelo, permitiendo una cierta tranquilidad en el mercado.

Claro que se trata de un mercado tranquilo que se está achicando mas todos los días, arrastrado por el mismo driver de actividad, que fue el comercio, y ahora, al retrotraerse, nos cambia la dirección y se lleva el impulso y la inercia que se deriva, pero esta vez hacia atrás, y hacia abajo.

La manera de frenar la caída es entender el nuevo perfil del mercado y del consumidor; hay que lograr eficiencias tanto en la cadena de suministros como en la escala de operación, y en la aproximación al bolsillo del consumidor pobre, colocando a su alcance los productos en tamaños y presentaciones que ayuden a que pueda alinear su consumo con su flujo de ingresos, sin que tenga necesidad de tener que financiar envases grandes en vez de poder comprar lo que necesita para ese día.

Esta es una nueva Venezuela que tenemos que aprender a conocer y a entender. Mientras tanto, seguiremos enfrentando los desajustes y desbalances de un modelo político económico que ya perdió vigencia y pertinencia. Esto así no puede continuar, esto tiene que cambiar.

Internacional

Nuevamente China… Ya hacía tiempo que había salido del radar informativo de la propaganda del gobierno, que le supo sacar partido a la relación, hasta recibir 60 mil millones de dólares de préstamos pagaderos en petróleo (cuyo saldo pendiente hoy es de aproximadamente 12 mil millones de dólares) y un sinnúmero de proyectos que no llegaron a nada; también quedó Sinovensa en la Faja con una producción de 90.000 bdp.

Si bien nunca se fue del todo, se mantuvo por la cobranza, y tal vez esa sea ahora la razón principal de su reaparición.

Justo cuando EE UU arrecia su campaña para sacar a China de la región, China se atrinchera donde sabe que EE UU no puede alcanzarla… aquí, donde los americanos no pueden entrar porque fueron expulsados. En esta división del mundo en bloques, China y Rusia son enemigos de EE UU, y curiosamente amigos de Venezuela. Rusia no tanto por nacionalizar los fondos de Pdvsa, y China… bueno…aún hay que ver hasta dónde llegan.

Porque, así como Venezuela tendrá que tomar posición en este nuevo agrupamiento de buenos y malos, China también tendrá que hacerlo. Pero primero tiene que terminar de cobrar, y luego vemos.

Recomendación

  • Al gobierno: que comience formalmente un proyecto de modificación y cambio de las leyes laborales para que reconozcan las nuevas realidades que llegaron para quedarse. Flexibilizar el mercado y permitir las negociaciones directas entre trabajadores y patronos. Y que el tema sindical sea optativo de cada trabajador. Hoy en día, aquí en Venezuela, un trabajador es capaz de defenderse a sí mismo, mucho mejor que lo que podría hacerlo un sindicato. Para el primero el interés está puesto en su propio trabajo, y para el segundo, el interés es la permanencia del sindicato.
  • A la dirigencia opositora: que comience a trabajar en un plan B con la UE para asegurar que el sistema de votación que se use, tenga el consenso de todos. Ya no se trata de auditorías, sino de credibilidad y confianza, y eso hoy se ha perdido. Por lo que seguro, si no se presenta ese plan B, la abstención será la más grande, y el chavismo ganará por default.
  • A la dirigencia empresarial: que diseñe un proyecto de levantamiento de información nacional sobre pobreza, a partir de las zonas de influencia de las miles de unidades de producción que hay en el país. Y que consiga el financiamiento tanto desde las ONG como de organismos multilaterales. No olviden que los empresarios no están sancionados.

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Paulina Gamus

Desde tiempos inmemoriales, comenzando por las Tablas de la Ley con los 10 Mandamientos entregadas por el Altísimo a Moisés en el Monte Sinaí, las leyes tienen por objeto ordenar la vida en sociedad. Nuestro Andrés Bello, quien entre sus muchos talentos poseía el de respetable jurista, definió la ley como una declaración de la voluntad soberana que, manifestada en la forma prescrita por la Constitución, manda, prohíbe o permite. Para Bello, lo decisivo para calificar un acto de ley es la forma en que se gesta y no la naturaleza de la disposición en él contenida.

No sé si en la historia legislativa existieron otras leyes dirigidas al odio, segregación racial, expoliación y exterminio de determinados grupos humanos como fueron las Leyes de Nuremberg promulgadas en 1935 por el régimen nazi de Adolf Hitler y las leyes raciales fascistas en la Italia de Benito Mussolini, a partir de 1938. En ambos casos, el grupo humano contra el que fueron dirigidas fue la «raza judía», considerada inferior y perniciosa. Aunque se extendieron a otros grupos considerados igualmente «subhumanos» como los gitanos, los homosexuales y los discapacitados, especialmente enfermos mentales.

La primera ley cuyo objetivo expreso era cobrar venganza fue la Ley del Talión. Conocida popularmente como ojo por ojo y diente por diente, esta ley fue incluida en el Código de Hammurabi, dictado por ese rey de Babilonia unos 16 siglos antes de nuestra era. Pero la venganza legal nada tenía que ver con política, era la reparación al agredido causando el mismo sufrimiento al agresor.

En el llamado trienio adeco (27 de noviembre de 1945) se creó el Jurado de Responsabilidad Civil y Administrativa para juzgar el enriquecimiento ilícito durante los gobiernos anteriores, desde el de Cipriano Castro hasta el de Medina y castigar el peculado. Bajo tales acusaciones fueron expulsados del país los expresidentes Eleazar López Contreras e Isaías Medina Angarita y varios importantes exfuncionarios, como el exministro Arturo Uslar Pietri. La comisión no siempre actuó con equidad y se basó más en el propósito de retaliación política que en la justicia.

Quienes promulgan y se jactan de leyes vengativas suelen ser gobernantes con aspiraciones de eternidad en los cargos. Ignoran que en muchas ocasiones tales leyes tienen efectos bumerán. Veamos una ley venezolana de esta naturaleza promulgada hace apenas unos días: el 28 de abril de 2023: la Ley Orgánica de Extinción de Dominio.

Al jactarse de los prodigios de esa ley aprobada entre gallos y medianoche, Nicolás Maduro dijo: La calidad del debate que han dado ha permitido que tengamos esta novísima ley, poderosa ley, la ley orgánica de extinción de dominio que nos permite de manera acelerada castigar y quitarle el dominio de propiedades mal habidas a las mafias Gracias por esta ley, que en esta fase de la batalla que estamos dando por la moral y la ética, tremenda batalla intensa que vamos a radicalizar, viene a ser la primera ley para golpear durísimo a las mafias corruptas que han pretendido posicionarse en la vida política, nacional y en el escenario del Estado.

Como resultado de esta ley, añadió Maduro, se inició el operativo «caiga quien caiga» y, de paso, mencionó el conjunto de bienes recuperados. Pero no llegamos a saber quiénes cayeron; es decir, a quiénes pertenecían, su ubicación ni su valor. Los bienes incautados: seis edificios, 38 apartamentos de lujo, 28 casas mansión, 16 oficinas, cuatro grandes terrenos, siete empresas, una posada, un club, 13 complejos empresariales, cuatro fundos, 361 vehículos de alta gama, 52 camiones nuevos, nueve motos, nueve autobuses, 23 maquinarias pesadas, 19 aeronaves y siete embarcaciones.

Con respecto a casos y mafias del narcotráfico, apuntó que el dominio extinguido fue: 71 mansiones, un apartamento de lujo, cuatro terrenos, un complejo empresarial con galpones, 62 vehículos de alta gama, tres camiones, 26 maquinarias pesadas, 17 aeronaves, 10 embarcaciones, entre otros, en lo que va de año.

Y como la guinda de la torta, acotó: Sobre los casos de corrupción dentro del chavismo, hay un total de 1.007 bienes incautados hasta este momento. Aseguró que están detrás de recursos monetarios, sobre los cuales no tienen aún cifras concretas.

Según la alocución presidencial, esas propiedades (incautadas o confiscadas) serán distribuidas a los distintos niveles de Gobierno y formarán parte de proyectos para uso de la población venezolana.

Me asalta la curiosidad: ¿A cuáles niveles del gobierno les van a adjudicar las 71 mansiones? ¿Y a cuáles los 423 vehículos de alta gama? ¿Y las embarcaciones —es decir yates— y los aviones y los fundos, edificios, etcétera? ¿Servirá algo de lo expropiado para incrementar las pensiones de los jubilados, los salarios de los maestros, enfermeros, profesores universitarios y demás empleados públicos?

Quedan abiertas las interrogantes. Y es como un fresquito que le entra a uno saber que la ley del «caiga quien caiga» es, por ahora, una cuestion entre bandos o bandas chavistas, es igual.

Twitter: @Paugamus

Paulina Gamus es abogada, parlamentaria de la democracia.

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Fernando Mires

Hay momentos históricos que son resultado de procesos desencadenantes en donde las grandes personalidades no juegan ningún papel decisivo. Así sucedió en la Primera Guerra Mundial. Hay otros, en donde las llamadas condiciones objetivas son articuladas con la aparición de una personalidad dominante, como sucedió durante la Alemania de Hitler (y en cierto modo durante la URSS de Stalin). Hay, por último, otros en donde hechos dramáticos de la historia, como la guerra de invasión a Ucrania, no habrían sido posibles sin la aparición de una personalidad dominante. Por eso, esa guerra —cuyas consecuencias son todavía imprevisibles— ya es conocida como «la guerra de Putin». Sobre esos temas he escrito el presente artículo.

1. Desde que los humanos comenzaron a narrar sobre «lo pasado» nació la historia. Y aparte de las tradiciones orales que hoy ya casi no existen, la historia es historia escrita: historiografía. Pero no todo el pasado es histórico o digno de ser historiografiado. El mirlo azul que dividió la noche para comenzar el día con su vuelo fue muy bello, pero no creo que pase a la historia, ni siquiera a la personal, pues pronto lo olvidaré.

¿Cuál objeto del pasado es el de la historia? Ni los antiguos griegos, que fueron quienes primero comenzaron a historiografiar, pudieron ponerse de acuerdo.

Homero, quien pese a no ser historiador —era más bien lo que hoy llamamos un escritor de ciencia-ficción— nos escribe una historia en dos libros (la Iliada y la Odisea) cuyos capítulos transcurren entre la predestinación de los dioses y la libertad del ser. Más tarde, Heródoto —a quien algunos nombran el padre de la historiografía— se liberó de la tutela de los dioses, pero no del concepto de predeterminación, pues asumió en gran parte como historia la tradición oral (no había otra).

No es, por cierto, la de Heródoto una historia mitológica como fue la de Homero, pero la tradición, sobre todo la popular, está impregnada por mitos prehistóricos. Distinto fue el caso de su seguidor, Tucídides. Para el autor de Las guerras del Peloponeso la dignidad histórica era obtenida por los hechos cuando estos poseían una connotación trágica —puede que Tucídides hubiera sido aquí influido por las tragedias griegas– y como no hay nada más trágico que la muerte (o el morir), el objeto histórico elegido por el historiador fue la guerra.

Sin duda Tucídides influyó muchísimo a la historiografía romana, sobre todo en su predilección por historiar los grandes acontecimientos. La diferencia con Tucídides es que la línea romana formada por historiadores de la talla de Polibio, Plutarco, Flavio Josefo (judío romano a quien interesó un hombre descalzo llamado Jesús) pusieron énfasis en ensalzar a la grandeza de la Roma imperial, representada en las hazañas del emperador en favor de sus súbditos. Desde esos momentos los romanos nos legaron el problema que ha caracterizado a casi toda la historiografía moderna: ¿qué debe ser más importante para el historiador, los hechos o sus promotores?

Cuando Pascal dijo: «Si Cleopatra hubiese tenido la nariz más corta toda la faz de la tierra habría cambiado», puede que no haya bromeado. De hecho estaba planteando dos temas muy serios: el papel del ser humano en la historia y la contingencia del acontecer. Si Cleopatra hubiese sido más chata o más narigona, es decir más fea, no solo Dino de Laurentis no habría producido su portentosa película ni Liz Taylor y Richard Burton se habrían enamorado. Peor aún: las relaciones entre Egipto y Roma habrían sido menos armoniosas y hasta es posible que la decadencia de un imperio desangrado en guerras hubiese comenzado durante el gobierno de Julio César. Vista así, la historia no seguiría el mandato de una razón dialéctica como imaginó Hegel, ni una determinación condicionada por el desarrollo de las fuerzas productivas, según Marx. La historia en tonalidad romana no sería más que una sucesión de «accidencias» (Aristóteles), determinadas por esos seres tan azarosos que somos los humanos.

Estas divagaciones, aparentemente ociosas, surgen de preguntas nada ociosas que se hacen los historiadores al escribir sobre capítulos cruciales del pasado reciente. Una de las más quemantes es: ¿fue el nazismo obra de un genio maligno llamado Hitler o un hecho que, de una manera u otra, estaba destinado a suceder? O dicho así: ¿fue el nazismo una consecuencia de Hitler o Hitler una consecuencia del nazismo? Por supuesto, una pregunta imposible de responder. Pero, como suele ocurrir, aquí la pregunta es más importante que la respuesta.

Han ocurrido grandes catástrofes históricas sin la presencia de un genio maligno o benigno, entre otros, nada menos que una guerra mundial, la primera, la de 1914. En todo el transcurso de esa absurda guerra no nos es posible encontrar ninguna personalidad determinante. Todo comenzó cuando el serbio-bosnio Gavrilo Princip, sin recibir ordenes de nadie, disparó contra el príncipe austriaco Luis Ferdinand y su esposa (junio de 1914), provocando una reacción en cadena de naciones que se declaraban la guerra solo por cumplir antiguos tratados bilaterales, dejando detrás de sí millones de muertos en los campos de batalla. Pues bien, esa guerra declarada por imbéciles no tuvo a ningún personaje como principal actor. Tanto el presidente Poincaré de Francia, el zar Nicolás, el rey alemán Wilhelm II, eran personas pulsilámines, sin grandes ideas ni ambiciones. 1914 fue una sangrienta comedia que después se repetiría como sangrienta tragedia, cuando Hitler, rompiendo todos los tratados, decidió hacerse de los Sudetes (1938) e invadir Polonia (1939).

La Primera Guerra Mundial resultó de un escalamiento incontrolable. La segunda, en cambio, sucedió de acuerdo a decisiones de líderes político-militares como Hitler, Mussolini, de Gaulle, Churchill. ¿Qué nos demuestra esta diferencia? Algo simple: puede ser perfectamente posible que existan grandes acontecimientos históricos sin mediación de grandes actores, pero también hay otros en donde las decisiones de los actores son determinantes.

2. Repitamos entonces la pregunta: ¿fue Hitler la causa del nazismo o el nazismo la causa de Hitler?

La mayoría de los historiadores coinciden en una opinión: pocos acontecimientos históricos han ocurrido como consecuencia del entrelazamiento de factores objetivos y subjetivos de un modo tan claro como fue el ascenso del nazismo y la Segunda Guerra Mundial. Hitler —sobre esto también hay consenso— apareció sobre un terreno abonado para la siembra del mal. La Alemania de los 30 no podía sobreponerse de la gran crisis mundial, la desocupación laboral y la inflación competían entre sí, aterrorizando a sectores sociales intermedios. Hambre, pauperización y, por si fuera poco, incompetencia administrativa, era la tónica de cada día. A la ruina económica sucedió la ruina moral. A quienes no gusta la aridez de los libros de historia sugiero leer la conmovedora novela de Erich Kästner, Fabian. La historia de un moralista. Ahí podrá verse cómo la honestidad y la decencia se convirtieron en rara mercancía durante la república de Weimar. Las élites intelectuales no paraban de hablar de la patria humillada (Tratado de Versalles) culpándose entre sí. Y por si fuera poco, aparecía la amenaza del imperio soviético, no ficticia, muy real.

Stalin repetía incansablemente que el próximo país comunista iba a ser Alemania. Socialistas contra comunistas y ambos contra los fascistas se apaleaban en las calles. En ese ambiente enloquecido comenzaba el ascenso de Hitler, señalando a los dos enemigos de su nación, uno interno y otro externo: la Unión Soviética y los capitalistas usureros, quienes pasaron a ser en su retorcida retórica una raza-clase: los judíos. En fin, las condiciones objetivas y las subjetivas se daban la mano para que Hitler llegara pacíficamente al poder con el cometido de «salvar a la patria» en contra de enemigos reales e imaginarios. Por eso, y por nada más, Hitler fue amado por su pueblo.

El fascismo fue populista, pero no todo populismo es fascista, escribió acertadamente Ernesto Laclau. En el caso de Hitler, se dieron todos los ingredientes del fenómeno populista: comunión del pueblo con el líder, interpelación irracional a las masas, sobrepaso de las instituciones del Estado, entre otros. Esa es la diferencia fundamental entre un líder como Adolf Hitler con quien ya muchos consideran su sucesor del siglo XXI, el ruso Vladimir Putin.

3. Hitler era populista, Putin no lo es. Esto último es fundamental para entender los peligros que estamos presenciando en estos días.

Recapitulando: mientras los sucesos que llevaron a la Primera Guerra Mundial no tuvieron hechores sobresalientes, los que llevaron a la segunda resultaron de la articulación entre realidad objetiva y subjetiva, representada esta última por Hitler y el grupo de orates que formaban su comando central (Goebbels, Himmler, Göring y otros). En los acontecimientos que hoy nos tienen al borde de una tercera guerra mundial también hay un hombre-centro como ayer fue Hitler. Pero se trata de uno que se antepone a todas las condiciones objetivas, un ser que ha transformado a su propia subjetividad en objetividad. Putin no es en términos exactos el Hitler del siglo XXl, es algo más: es Putin. A esa singularidad del fenómeno hay que prestar atención.

Que Alemania pre-Hitler estaba amenazada por Stalin era una verdad. Que la Rusia de preguerra estaba amenazada desde el exterior y desde Ucrania fue una mentira de Putin. Naturalmente, los putinistas de distintos colores argumentan que fue el avance de la OTAN la razón que «obligó» a Putin a invadir a Ucrania. La historia, sin embargo, nos relata otras cosas: la OTAN fue ampliada en la misma proporción en que Europa crecía después de la liberación de nuevas naciones del yugo soviético. Pero nunca la OTAN avanzó hacia territorio ruso. Tampoco intervino después que Putin anexara Chechenia y parte de Georgia y, cuando en el 2014 Putin anexó a Crimea, la OTAN miró hacia otro lado.

Putin jamás hizo un reclamo formal por la ampliación de la OTAN. Ni en vísperas de la invasión a Ucrania puso Putin como condición el fin de la ampliación de la OTAN. La ampliación de la OTAN como razón de la invasión a Ucrania carece de todo basamento histórico.

Que la situación económica y social que llevó a Hitler al poder era catastrófica es innegable. Pero nada parecido ocurría en la Rusia de la preinvasión. La economía, gracias a los grandes niveles alcanzados en la exportación de gas y petróleo hacia Europa, marchaba sobre rieles. Nunca la ciudadanía rusa se había sentido mejor que antes de la guerra a Ucrania, aceptando el contrato tácito de no meterse en política a cambio de un relativo bien pasar. Más aún: pese a un par de leves sanciones formales, las relaciones diplomáticas de Rusia con Europa transcurrían de un modo extraordinariamente amistoso. Los contratos comerciales se multiplicaban y, aparte de pequeños grupos de nacional-eslavistas que giraban alrededor de Alexander Dogin, las élites culturales rusas se sentían integradas a Europa. ¿Por qué Putin entonces inició una guerra en contra de Ucrania?

En la guerra a Ucrania no encontramos ni un escalamiento como el que llevó a la Primera Guerra Mundial ni tampoco una economía destrozada ni a una masa militarista y fanática como fue la del nazismo. Al fin, por más vuelta que demos al problema, no podemos sino llegar a una conclusión: la invasión y la guerra a Ucrania fueron el producto de la mente de Putin. Pocas veces, quizás nunca antes, las condiciones subjetivas han logrado imponerse en la historia con tanta fuerza sobre las objetivas.

La guerra de Putin a Ucrania y por ende a Occidente, no estaba programada en ninguna razón de la historia, en ninguna lógica militar, en ningún plan económico. Esa ha sido, es y será denominada «la guerra de Putin». La de un hombre dominado por nociones premodernas, un reaparecido déspota del siglo XVII, un comunista vuelto fanático religioso, un fantasma del viejo pasado enquistado en las inmediateces de la Europa posmoderna; en fin, un «imperialista posimperial», para decirlo con las palabras del historiador Timothy Garton Ash.

Probablemente los gobernantes europeos se dejaron engañar intencionalmente por Putin. Puede haber sucedido también que no hicieron ningún esfuerzo para entender su irracionalidad, o si se prefiere, su otra racionalidad. Putin es un devoto de la antigua Rusia zarista y, por lo mismo, un antipolítico radical. Sus valores son arcaicos: culto a la patria, a la religión, a la violencia. Piensa como un emperador medieval e imagina que la riqueza de las naciones está basada en su extensión territorial. Como en los tiempos de Maquiavelo, cultiva el asesinato político por envenenamiento y, últimamente, por desfenestración. Su odio a Occidente es un odio a la modernidad, no a la de la técnica —que como a Hitler, lo obsesiona— sino a la del libre pensamiento. Por eso ama al rusista Stalin y odia al europeizado Lenin. Y por eso mismo desprecia a la Europa de hoy, a su multiculturalidad, a su multisexualidad, a las instituciones que limitan el poder.

El poder de Putin es ilimitado, indivisible, incompartible. Probablemente imagina que él es Rusia y Rusia es él. Por lo tanto, los ucranianos, al desear ser europeos, son seres que han traicionado a los «lazos de sangre» (Putin dixit) que los ataban con Rusia, como escribiera en su confuso ensayo del 2021. La destrucción de ciudades ucranianas, asesinatos de niños y seres indefensos, no son equivocaciones en sus objetivos de guerra. Son el objetivo.

4. Cuando llegue el momento de historiar la guerra que comienza en Ucrania, puede que el concepto de historia cultivado por los griegos y por los romanos —centrado en los grandes acontecimientos y en los grandes hombres— no nos sirva demasiado. Putin está muy lejos de ser un gran hombre. Es, por el contrario, un ser pequeño (en eso sí se parece a Hitler) aunque situado sobre un poder inmenso. Las filosofías de la historia, ya sea en sus versiones hegelianas, positivistas, marxistas, centradas en la lógica interna de los procesos, tampoco nos serán muy útiles para analizar el poder unipersonal del Estado putinista, en algunos puntos tan cercano al hitleriano y al staliniano, pero también, en otros, muy distinto.

Quizás la persona que más se parece a Putin existe en la historia de la literatura universal y no en la historia de los grandes acontecimientos hstóricos: sí, me refiero al rey Macbeth.

Llegado al poder asesinando (miles de chechenios lo supieron), atizando intrigas palaciegas y deshaciéndose de potenciales enemigos, Putin, como Macbeth, ha alcanzado la cima del poder absoluto, rodeado de aduladores, entre ellos el miserable Medvédev. La diferencia es que Putin no es el Macbeth escocés de Shakespeare, sino uno internacional, rodeado por los dictadores de la era global. Pero, al igual que el Macbeth originario, solo puede ejercer el poder desde su propia soledad. Lo que no sabían Macbeth ni Putin es que el poder absoluto no fue hecho para los humanos y que, los que han llegado a alcanzarlo, al no encontrar a nadie ni nada que los sostenga, terminan por hundirse en el abismo de su propio vacío.

«El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente», fue una famosa frase de lord Acton. Modernizando las palabras del aristocrático historiador inglés y mirando desde lejos a Putin, podríamos decir hoy: «el poder enloquece, y el poder absoluto enloquece absolutamente».

Twitter: @FernandoMiresOl

Fernando Mires es (Prof. Dr.), Historiador y Cientista Político, Escritor, con incursiones en literatura, filosofía y fútbol. Fundador de la revista POLIS.

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