Pasar al contenido principal

Opinión

Para el día después, que será el primer día de un nuevo período democrático para Venezuela, se debe tener un plan de acción para recuperar los sectores productivos del país. Uno de ellos es la agricultura, donde hay que considerar muchos aspectos, y en esta oportunidad trataremos el tema de la educación para la producción agrícola.

Educación para la producción agrícola

La agricultura es una actividad complicada, muy compleja, en la cual intervienen muchos factores de diversa naturaleza y, para que sea exitosa, todos esos factores deben coincidir favorablemente.

Muchas personas creen que la agricultura es muy simple y solo basta tirar las semillas al campo y luego ir a recolectar la cosecha y venderla, sin embargo, está rodeada de enemigos que hay que saber manejar para lograr buenos resultados de la gestión agrícola. Entre esos enemigos tenemos insectos, hongos, bacterias, virus, malezas, aves, excesos de lluvia, escasez de lluvia, vientos huracanados, cambios bruscos de condiciones climáticas especialmente en zonas templadas, exceso de oferta en el mercado que baje los precios de los productos cosechados a niveles antieconómicos, malas políticas agrícolas, incendios forestales, inundaciones por desborde de ríos y quebradas, obstrucción de la vialidad agrícola por efectos del clima y por falta de mantenimiento, escasez de maquinaria agrícola, escasez de insumos agrícolas en los momentos más oportunos, desconocimiento de las condiciones de los sistemas suelo-clima, y otros factores que afectan la producción.

Teniendo claro que la producción agrícola es un proceso bastante complejo, que depende de muchos factores y es necesario aplicar conocimientos derivados de diversas ciencias como física, química, matemáticas, biología, ciencias económicas, geología, bioquímica, etc., los cuales se concentran en la Agronomía; es lógico tener presente que las personas que de una u otra manera apoyan a los productores del campo y en cierto modo ellos también, tienen que cultivar estos conocimientos. Quiere decir, que esas personas tienen que instruirse en las instituciones que existen para tal fin, las cuales van desde las escuelas prácticas de agricultura hasta las universidades.

En Venezuela se le ha dado mucha importancia a la educación agrícola desde la década de 1930, cuando comienzan a fundarse instituciones con este propósito. Se puede decir que la historia de la educación agrícola formal en el país comienza a principios de esa década con la fundación de la Escuela de Prácticos Agropecuarios, que a partir del 5/12/1936 se denomina Escuela Práctica de Agricultura y Centro de Demostración del estado Aragua. Siempre ha permanecido en la Hacienda La Providencia ubicada entre las poblaciones de Turmero y Maracay, otorgando a sus egresados el título de Perito Agropecuario. Posteriormente se fundaron otras escuelas de este tipo, siendo quizás las más importantes las ubicadas en Agua Blanca, estado Portuguesa, y en Maturín, estado Monagas.

Ese mismo sector del estado Aragua, entre Turmero y Maracay, por su riqueza en suelos y aguas fue también el lugar escogido para fundar, en 1938, la primera Escuela Normal Rural del país, específicamente en El Mácaro y, para recibir, en 1947, la Escuela de Demostradoras del Hogar Campesino, que inicialmente se fundó en Caracas en 1939 como Escuela de Agentes de Demostración del Hogar. La Escuela Normal Rural se funda para la formación de los maestros que atenderían, principalmente, la inmensa población rural que existía en Venezuela para la época; mientras que las egresadas de la Escuela de Demostradoras del Hogar Campesino, fungirían como extensionistas para ayudar a mejorar los hogares y las familias campesinas.

A nivel privado, tomemos el ejemplo de la Escuela Agronómica Salesiana, que desde hace muchos años existió en la ciudad de Valencia y otorga títulos de Peritos Agropecuarios. Esta escuela es de gran tradición y ha formado destacados profesionales, pero debido al crecimiento de la ciudad tuvo que ser trasladada a otra área del país. De esta manera, se muda cerca de la ciudad de Barinas, en una extensa zona donde ha continuado su actividad docente, liberando profesionales para contribuir con la agricultura venezolana.

En el año 1937 se crean la Facultad de Agronomía y la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Central de Venezuela, que se inician en Caracas pero al breve tiempo se mudan a Maracay. Posteriormente se crean otras facultades de veterinaria en algunas universidades, y otras facultades de agronomía en Maracaibo en La Universidad del Zulia, en Jusepín en la Universidad de Oriente, en San Cristóbal en la Universidad del Táchira, en Barquisimeto en la Universidad Lisandro Alvarado, en Coro en la Universidad Francisco de Miranda, en Barinas y Portuguesa en la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Ezequiel Zamora. También se comienzan a crear Institutos Tecnológicos Universitarios en diversas regiones del país, en la mayoría de los cuales se incluye la educación para la producción agrícola.

Quiere decir que muy temprano en el siglo XX, a la educación agrícola se le comenzó a dar la importancia que requería un país en franco crecimiento, con necesidad de alimentar a una población que se incrementaba aceleradamente. Las escuelas prácticas y técnicas incluyen mucha actividad práctica, de campo, en parcelas experimentales y en fincas de productores aledañas a las escuelas. Las universidades tampoco son ajenas a las actividades de campo, pero además, se imparten profundos conocimientos de las diversas ciencias que participan en la conformación de las Ciencias Agronómicas. Hoy en día, estas universidades también ofrecen cursos de posgrado, a nivel de maestrías, doctorados y diplomados en las diversas áreas de la Agronomía.

Los posgrados han fortalecido la actividad de investigación en las diversas facultades de agronomía, lo cual ha sido de gran ayuda, ya que la investigación es uno de los pilares sobre los que se erigen estas instituciones de educación superior. Los otros pilares los constituyen la docencia y la extensión agrícola, siendo esta última lo que une a la universidad con la realidad que se vive en nuestros campos agrícolas.

El INIA tiene la Escuela Socialista de Agricultura Tropical (ESAT) que ofrece cursos de doctorado, maestría, diplomados, cursos de ampliación, talleres, etc., en el área agrícola. Éste parece ser otro misterio del régimen, y no conozco ninguno de sus logros importantes hasta los momentos.

La educación agrícola en Venezuela se ha estado deteriorando progresivamente y con el actual régimen ha llegado a niveles inesperados, ya que los gobernantes del socialismo del siglo XXI le tienen aversión a todo lo que trata sobre educación, instrucción o academia. Al igual que todas las actividades educativas, la educación en el área agrícola ha ido desmejorando por varias razones. Una de las de mayor peso ha sido el abandono del apoyo material oficial que es indispensable cuando se imparte una educación gratuita. Esto ha afectado la calidad de la infraestructura y las dotaciones de material de apoyo como son sillas, pupitres, escritorios, papelería, bibliotecas, laboratorios, equipos audiovisuales, computadoras, artículos deportivos y otros. También esa falta de apoyo económico oficial ha afectado el insuficiente salario de los docentes, que además, permanentemente se deteriora por la inflación, motivando, especialmente a nivel universitario, el éxodo de profesores e investigadores hacia otras áreas o, peor aún, hacia otros países.

Además de la falta de recursos, que deben ser parcialmente suministrados por el gobierno, ha ocurrido un saqueo de algunas instituciones. Es el caso de algunas estaciones, campos experimentales y campos de producción comercial que ayudan al ingreso de recursos para las instituciones correspondientes, que han sido invadidas y sus bienes repartidos o deteriorados. Hay información sobre las invasiones y en algunos casos confiscaciones de estaciones experimentales de las facultades de Agronomía y Veterinaria de la U.C.V. y de otras universidades, de las instalaciones de edificios y campos experimentales y de trabajo del Colegio del Mundo Unido y de la amenaza sobre la Escuela Agronómica Salesiana de Barinas.

Por supuesto, todos los afectados han realizado los reclamos correspondientes ante las autoridades respectivas y, como todo con este régimen, no han tenido respuesta y en muchos casos ni siquiera han sido atendidos. Estas propiedades tienen que ser devueltas a las diversas instituciones para que continúen cumpliendo sus funciones docentes y de investigación, tan necesarias en el área agrícola.

Los presupuestos solicitados anualmente al gobierno nacional por las escuelas que intervienen en la educación agrícola venezolana deben ser aceptados y cubiertos una vez que se evalúe su contenido, para asegurar el funcionamiento cabal de esas instituciones. Los sueldos y salarios del personal que labora en estas organizaciones tiene que revisarse y ajustarse con la frecuencia que dicte el movimiento económico del país, para evitar la renuncia de esas personas en la búsqueda de mejores oportunidades y para promover el retorno del personal que se ha marchado, el cual tiene una sólida formación académica, para mantener la excelencia de la educación que allí se imparte.

Otra razón de mucho peso en la pérdida de calidad en la educación agrícola es referida a los contenidos programáticos. Así como esto afecta a los infantes, que al comenzar su vida escolar le están cambiando la historia o se la tergiversan, en la educación agrícola han tratado de eliminar el pensamiento universal, crítico, analítico. He tenido experiencias de este tipo en seminarios, talleres, conferencias y otras actividades divulgativas, en los cuales por ejemplo, nombrar las palabras plaguicida químico o fertilizante químico es una ofensa a la naturaleza, y de esto han logrado convencer a muchos jóvenes egresados de las escuelas donde se imparte educación agrícola.

En la actualidad los fertilizantes químicos, al igual que los plaguicidas, se pueden considerar indispensables en una agricultura que reclama producir alimentos para una población mundial que crece vertiginosamente todos los días, en unos suelos que cada vez son más pobres y con mayores problemas de malezas, plagas y enfermedades. Por lo tanto, en los recintos donde se imparte educación agrícola, es fundamental tratar a profundidad estos temas, destacando cómo utilizar estos insumos, fertilizantes y plaguicidas químicos entre otros, de la manera más eficiente posible, para minimizar su posible efecto adverso sobre el ambiente.

Es urgente revisar todos los contenidos programáticos, a todos los niveles, para orientarlos hacia las necesidades de una agricultura actual, moderna, ya que las limitaciones son muchas y pueden ir mucho más allá de estos insumos. Se debe incrementar la actividad docente en áreas como la biotecnología, y se deben abrir nuevas áreas de estudio, en aspectos que están llegando al manejo de los campos cultivados, como por ejemplo, la robótica.

Todas las organizaciones dedicadas a la educación y la investigación agrícola en Venezuela, y su personal, deben recuperar su tradicional categoría, su prestigio, para que realmente sean de importancia en el desarrollo agrícola nacional, tan necesario ante tanta escasez de alimentos y tanta pobreza que ha retornado a la vida campesina del país.

Diciembre de 2018.

pedroraulsolorzano@yahoo.com

www.pedroraulsolorzanoperaza.blogspot.com

 8 min


Alberto Hernández

Crónicas del Olvido

1.-

Volvemos al pasado. Volvemos a las charreteras. Volvemos al héroe que luego se convierte en personaje de su propio espejo. Volvemos a los libertadores traducidos en caudillos, tiranuelos, dictadores y engreídos por sus acciones olvidadas por muchos de sus contemporáneos, y que gracias a “historiadores” y echadores de cuentos se han convertido en estatuas, en el imaginario de la estupidez.

Volvemos al mismo sitio. Al mismo látigo. El cuento de nunca acabar en América Latina, en la tan ­­­abordada América mestiza. En el tan cacareado paraíso terrenal donde el poder anida en la cabeza de quepis, gorras y sombreros, cachuchas y paraguas sostenidas por espalderos, tan criminales como quienes usan los dedos para colgarse las medallas de guerras de ficción.

“Novelas del dictador/ Dictadores de novela”, del escritor colombiano Conrado Zuluaga, publicado por Carlos Valencia Editores, Bogotá, Colombia, 1977, primera edición, y reimpresa en 1979, recoge ese pasado remoto, reciente y cercano para quienes aún tienen memoria y no la usan para apoyar los nuevos crímenes.

La obra de Zuluaga despeja en el índice este contenido: “El dictador como figura literaria central”, “La figura del dictador y su tipicidad”, “La ficción literaria y la realidad” y “América Latina no tiene memoria”.

Para desarrollar su labor investigativa, el autor neogranadino se basa en aquellas novelas cuya médula es la narrativa del dictador a través de, más que todo, “El otoño del patriarca”, de Gabriel García Márquez, pero sin dejar de tocar otras páginas de autores como Alejo Carpentier y su “El recurso del método”; “Yo, el Supremo”, de Augusto Roa Bastos” y, por supuesto, la larga lista de piezas narrativas que nacieron en otras latitudes, así como algunos que siendo de este patio han merecido menos atención.

Menciona con justicia a “Fiebre” y “La muerte de Honorio”, de Miguel Otero Silva, que relatan la experiencia del país durante los regímenes de Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez. Arturo Uslar Pietri aparece en escena con “Oficio de difuntos”.

La investigación de Zuluaga comienza con esta máxima:

“Así como se habla de la novela de caballería –y esto no la convierte en género aparte- hoy también podemos hacerlo de la novela del dictador”.

Determina apreciar los títulos que los tiranos, caudillos o dictadores usaban como rótulo de su accionar: Supremo, Benemérito, Patriarca, Tirano o Dictador, que Carlos Fuentes usa con acierto, pero que el colombiano desacredita al afirmar que se trata de “un voluminoso catálogo de lugares comunes”. Como el autor de este libro se refiere a Fuentes con tanto estornudo, cabría preguntar: ¿de qué manera calificarlos o nombrarlos cuando ellos mismos se bautizaron con esos sustantivos y adjetivos?

A pesar del sesgo ideológico de este autor (cuestión que más adelante aclararemos), es bueno decir que abunda en datos que ayudan a desentrañar el carácter violento, militarista, populista y totalitario de algunas de estas entidades políticas, así como de algunas de las novelas, que Zuluaga considera como dictadoras, para aludir a sus autores, al ahondar en algunas “fallas” de las novelas que estudia, sobre todo en la de García Márquez, Roa Bastos, Carpentier, etc.

No deja de tener razón en algunos casos, como es el del cubano, quien escribió acerca de las dictaduras militares de “derecha”, pero se refociló, vivió, engordó y “diplomáticó” con la de su jefe Fidel Castro. Cuestión que no toca Zuluaga por su inclinación hacia ese mundo que, en aquellos tiempos, era una fascinación para muchos intelectuales y artistas. Conrado Zuluaga no toca ni el pétalo de una rosa este aspecto.

Pero por un momento dejemos de lado este asunto.

2.-

El autor toma el ejemplo también del venezolano Pedro María Morantes, “Pío Gil”, quien escribió “El Cabito”, una pieza sobre los desafueros de Cipriano Castro.

Del otro lado del Atlántico, en la España de 1926, Ramón del Valle-Inclán trazó el dibujo de “Tirano Banderas / Novela de Tierra Caliente”. En ese tomo dejó plasmada la ruta de quienes durante ese siglo se hicieron del poder vestidos como militares sin escuela, militares de academia, cursis y renegados, guerrilleros, vengadores, utopistas y falsificadores.

Pero se va un poco más atrás y menciona a Joseph Conrad, autor de la novela “Nostromo”, dada a conocer en 1904, una mezcla de situaciones ubicada en la República de Costaguana, una ficción que se ancla en la realidad de nuestras repúblicas bananeras, cañicultoras, tabaqueras, jineteras, roneras, mineras o petroleras. Allí se ven todas las dictaduras de diversos cuños: “La corrupción reina en todas las instituciones y el soborno es un instrumento cotidiano para el manejo de los asuntos públicos”.

Es decir, la realidad de antes y la realidad de hoy.

Las dictaduras de Cipriano Castro, Porfirio Díaz y Manuel Estrada Cabrera abren el abanico. Seguidas de los añadidos criminales de Gerardo Machado, Fulgencio Batista, González Videla, Maximiliano Hernández Martínez, Jorge Ubico, Tiburcio Carías Andino, Adolfo Díaz, Emiliano Chamorro, Juan Sacasa, los Somoza, Higinio Moriñigo, Sánchez Cerro, Odría, Juan Vicente Gómez, Pérez Jiménez, Rojas Pinilla, los Duvalier, Trujillo, etc.

México, Guatemala, El Salvador, Perú, Nicaragua, Venezuela, Haití, Cuba, Chile, Colombia, entre otros países, han sido portadores de estos fetiches que gobernaron con mano de hierro y mantuvieron esas nacionales sumidas en la miseria y la corrupción.

Por supuesto, el autor no menciona a Fidel Castro, quien es una suerte de duende libertador. La dictadura cubana –con 60 años de muertes y opresión- sigue siendo, para algunos, el centro de la justicia social. Una dictadura que ya tiene sus novelas escritas tanto por cubanos como por otros autores no antillanos.

El autor tampoco se pasea por la revolución mexicana donde abundaron los cristeros, locos y caudillos regionales alzados en armas y bigotudos, atajados por santidades y demonios que siguen apareciendo en estos días del siglo XXI.

3.-

La lista es larga. La lista que no aparece en el este libro porque se cerró en 1977. Pero dejó huecos por su gusto ideológico. Más adelante, aparecen otras obras de autores que tocaron el tema, como Rufino Blanco Fombona con “La mitra en la mano”, en 1927, y “La bella y la fiera”, en 1931. José Rafael Pocaterra con “Memorias de un venezolano de la decadencia” (¿novela, memorias, historia? en 1936), Gerardo Gallegos con “El puño del amo” (1939). “Mi compadre”, del colombiano Fernando González. Títulos de Manuel Bedoya: “La garra roja” y “El tirano Bebevidas”, contra los dictadores peruanos Sánchez Cerro y Oscar R. Benavides. En 1946 sale al público “¡Ecce Pericles!”, de Rafael Arévalo Martínez, un estudio crítico sobre Estrada Cabrera. En 1930, “El señor Presidente”, de Miguel Ángel Asturias, autor centroamericano que se hizo del Premio Nobel.

Una curiosidad: Manuel Estrada Cabrera le rendía culto a Minerva. En esa fiesta participaba Rubén Darío, quien también fue enamorado o fascinado por un dictador.

Y así sigue la interminable lista de críticos y aduladores a tiranos y sátrapas.

Si bien Rubén Darío se colgó de las amígdalas de Estrada Cabrera y Alejo Carpentier de su amo Fidel Castro, hoy, cuando van 60 años de ruina y dolor en la isla caribeña, aparecieron, hace casi dos décadas, los tumores que nos enferman y matan: las dictaduras militares y civiles electoralistas, populistas y socialistas de Hugo Chávez, Evo Morales, la ya repetitiva de Daniel Ortega. La siempre mencionada de Noriega en Panamá tuvo apoyo de Cuba, así como ha apoyado la isla todos los regímenes de ladrones y criminales de América Latina. África, Europa del Este y Asia.

4.-

Desvelados los egos beneméritos, los supremos, los patriarcas y sus otoños, nos llegan los populistas apellidados los eternos, los galácticos, dibujados santidades que aparecen en forma de pajaritos. Las dictaduras, con sus bustos, estatuas, guilindajos y consignas justicieras, terminan en emblemas de la cursilería, el caradurismo y una literatura lastimosa y lamentable. Pero peor, en cementerios y cavernas y “tumbas” de torturas donde sicarios criollos y extranjeros se valen de su poder para aplicar los más criminales dolores contra la disidencia. Y de nuevo, el destierro.

El éxodo de hoy desnuda la indolencia de quienes no baja de un avión, negocian y trafican con la miseria de un país petrolero, que en estos tiempos es imagen de miseria, vergüenza, hambre y muerte.

Los intelectuales seguidores de estos tumores actuales guardan silencio. Los que activan la dilatación del verano, los oficiantes de una poética anclada en el conuco y la rochela folklórica, los abracadabristas, los pequeños y envejecidos árboles, todos ellos, fabrican una nueva pesadilla individual: no escriben, sus novelas dejaron de existir porque la dictadura les prohibió la rebeldía. Una revolución iletrada, como la mayoría, los revuelca en la desmemoria y el desprecio del resto de la ciudadanía.

Aquellas novelas del dictador nos brindan al menos el reconocimiento de que existieron. Los dictadores de novela dejaron de serlo. Cambiaron de tema. Unos se murieron, pero aún por allí anda Vargas Llosa, quien en su madurez escribió “La fiesta del chivo”.

Los de este momento escriben las novelas del desastroso “socialismo del siglo XXI”, un parapeto que merece que sus personajes sean estudiados bajo la carpa de un circo.

La historia continúa.

 7 min


Con voz propia

Suficientes consideramos las razones para confiar en Michelle Bachelet, Alta Comisionada de Derechos Humanos de Naciones Unidas, cuya anhelada visita ha prometido para cuando crea conveniente. Dice que estudiará condiciones y fechas óptimas para poder reunirse con régimen y oposición. En este diciembre se conmemoran 70 años de la aprobación por la Asamblea General de la Institución ONU los invocados derechos.

Fundamentados méritos abrigan esperanzas en esta médica pediatra, primera mujer que alcanzó la presidencia de Chile (2006-2010, con segundo mandato en 2014-2018). También fue la primera mujer de América Latina, en ejercer como Ministro de Defensa, cargo en el cual impulsó los planes de modernización de las Fuerzas Armadas; e introdujo medidas para la igualdad de géneros en las fuerzas de seguridad y reformó el servicio militar obligatorio.

No era ajena al mundo militar, pues del mismo formó parte su padre, General de Brigada de la Fuerza Aérea Alberto Arturo Miguel Bachelet Martínez. Porque se negó a unirse al golpe militar que encabezó el dictador Augusto Pinochet el 11 de septiembre 1973 para derrocar al Gobierno de Salvador Allende, fue apresado y sometido a brutales torturas por compañeros de armas, por cierto, el coronel Ramón Cáceres Jorquera, quien dirigió esas torturas por las cuales murió el General Bachelet el 12 de marzo 1974. Cónyuge e hijos también fueron víctimas de la bestial tiranía.

"La política entró a mi vida destrozando lo que más amaba. Porque fui víctima del odio, he consagrado mi vida a revertir su garra y convertirlo en comprensión, tolerancia y, por qué no decirlo, en amor"- sostiene Michelle.

En su nuevo rol entregó respaldo a iniciativa impulsada por Chile y cancillerías de Paraguay, Canadá, Argentina, Perú y Colombia, al presentar a la Corte Penal Internacional, que investigue violaciones a DDHH en Venezuela.

Declara “necesidad de diálogo. "Seguiremos estando siempre disponibles para colaborar con cualquier esfuerzo razonable y eficaz que nos permita evitar la polarización”.

En carta a padres de jóvenes caídos durante protestas de 2017, manifestó comprender el dolor de los familiares se encontraban ejerciendo sus DDHH con el fin de buscar un mejor futuro para Venezuela.

“Lo que yo puedo garantizar es que yo tengo un cargo con un mandato muy claro. Vaya o no vaya a Venezuela, el trabajo de monitoreo y reporte se va a hacer de todas maneras”, dijo al aceptar, la invitación de Maduro. “Preocupada por malnutrición y migración y enfermedades que se pueden prevenir, le “solicitó que ingresen investigadores.

Demostración de confianza la dio el reciente 6 de este mes, cuando se reunió al preso político Lorent Saleh, de Derechos Humanos de la ONU, quien le presentó denuncias sobre las violaciones de DDHH.

Con orgullo los venezolanos evidenciamos históricamente ser pioneros de los derechos que hoy el castrense y castro comunista régimen viola.

Previo a la Declaración Universal de los DDHH por la Asamblea General de la ONU el 10 de diciembre de 1948, aquí se instauraron los derechos del hombre en sociedad. La Constitución Federal para los Estados de Venezuela el 21 de diciembre de 1811, vale decir la primera del mundo de habla hispana consagró en 40 artículos “estos derechos (que) son la libertad, la igualdad, la propiedad y la seguridad (Art.152). Consuetudinarios se hicieron en las siguientes 26 Cartas Magnas. La vigente Bolivariana de la República, consagra en 116 artículos los fundamentales derechos, los más violados el mundo. De 1960 a 1963, el demócrata ex Presidente Rómulo Gallegos ejerció como Presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA.

Al MARGEN.

La navidad la padecemos. Generalizamos el término porque contados son quienes la disfrutan, aún entre los enchufados. Ej. La registradora de Aeronáutica Civil increpada en lujoso centro de Montreal, mientras realizaba compras navideñas.

jordanalberto18@yahoo.

 2 min


Rossana Franco Zambrano/Analitica.com

De las 576 empresas estatales que han sido identificadas en el inventario realizado durante 2018 por la ONG TRANSPARENCIA Venezuela, al menos 441 fueron creadas o adquiridas durante las gestiones de los presidentes Hugo Chávez y Nicolás Maduro, por vía de expropiaciones, confiscaciones, nacionalizaciones y re-estatizaciones.

La mayoría de ellas, están dirigidas por uniformados tanto en nóminas de empleados como en cargos directivos. Sin embargo, para septiembre de 2018, de las 576 empresas estatales monitoreadas por la ONG, sólo se pudo comprobar el funcionamiento de 512 y, en 342 de ellas, no se logró identificar el presidente, los directores ni la junta Directiva de las mismas.

En la segunda fase de la investigación TRANSPARENCIA Venezuela analizó 576 Empresas Propiedad del Estado EPE, y se estudiaron especialmente 160 de cuatro sectores que impactan la calidad de vida de los venezolanos: agroalimentario, hidrocarburos, minería y metalurgia y servicios públicos. El resultado arrojó que 74,4% tiene denuncias públicas por corrupción o malas prácticas.

La falta de mantenimiento de las instalaciones, la destrucción de los equipos gerenciales, la preponderancia de la ideología y la lealtad al modelo político, la opacidad, el aumento del gasto corriente, así como la ausencia de inversión y de un sistema de control independiente, son prácticas comunes en las Empresas del Estado (EPE) que han causado la destrucción de la competitividad y la caída de la producción de las empresas en Venezuela.

¿Qué es la Cleptocracia?

Según TRANSPARENCIA Venezuela, la Cleptocracia se refiere al sistema de gobierno que en lugar de buscar el bien común, está centrado en el enriquecimiento de sus propios dirigentes con recursos públicos. Es aceptado también como el establecimiento y desarrollo de poder basado en el robo de recursos públicos, institucionalizando la corrupción y sus derivados como el nepotismo, el clientelismo político y el peculado.

El modelo cleptocrático que se ha potenciado con las leyes habilitantes desde 1999 -2000 y 2000 -2006, decretos de estado de emergencia económicas y leyes de emergencia, ha encontrado los mecanismos legales para facilitar las compras sin procesos licitatorios para cometer así numerosos actos de corrupción de los que se han beneficiado funcionarios públicos, intermediarios y empresas proveedoras.

Durante el gobierno del ex presidente Hugo Chávez, se dictaron tres leyes habilitantes que otorgaron al Presidente poderes extraordinarios. En el marco de dichas leyes, declaró la emergencia del sector eléctrico, lo que permitió a CORPOELEC, PDVSA y al Ministerio del Poder Popular para la Energía Eléctrica MPPEE, realizar adquisiciones de generación, mediante contratación directa sin pasar por ningún tipo de controles.

En el decreto de emergencia eléctrica, aprobado por el presidente Chávez en 2010, se le permitió a CORPOELEC, PDVSA y al Ministerio de Energía Eléctrica adquirir equipamiento sin licitaciones. La investigación determinó que entre 1999 y 2014 se destinaron US$ 37.691 millones para 40 proyectos de compra de equipos y construcción de instalaciones, se descubrió un sobreprecio de US$ 23.033 millones.

Éstos actos, obedecen a comportamientos criminales colectivos, con estrategias que se realizan de forma sistemática. Es un modelo en el cual hay complicidad de personas del alto gobierno y se organiza de manera coordinada para enriquecerse y utilizar los dineros públicos, apropiados ilícitamente, para mantenerse en el poder. En Venezuela se ha venido conformando un sistema con rasgos cleptocráticos y características particulares. Las empresas propiedad de Estado no escapan a esa manera de manejar los recursos y el patrimonio público.

La mayoría de las empresas del Estado, tienen conflictos laborales relacionados con incumplimiento de la contratación colectiva, violación de derechos laborales y sindicales, bajos salarios, carencias de insumos para el funcionamiento de las empresas y problemas de seguridad industrial. Estos conflictos laborales se han presentado con mayor frecuencia en PDVSA, CORPOELEC, Empresas básicas de Guayana, Metro de Caracas y CANTV.

Muchas otras empresas manejadas por el Estado y que hoy funcionan a media máquina, permanecen quebradas y cerradas. Uno de los motivos se debe a que el gobierno del presidente Nicolás Maduro y miembros de la FANB, han estado encargados del manejo del sistema de control de cambio y la asignación de las divisas preferenciales, de la importación de alimentos y otros insumos.

¿Qué pasó con Lácteos Los Andes?

Está adscrita al Ministerio del Poder Popular para la Alimentación como Lácteos Los Andes C.A. Fue registrada el 17 de diciembre de 1984 para dedicarse a la pasteurización de leche, fabricación de queso y otros derivados lácteos, así como jugos naturales, bebidas y alimentos. Pero no es sino en 2008, cuando se expropia a la antigua empresa PARMALAT y se instala Lácteos Los Andes, ésta “fue comprada” a la PARMALAT en marzo de 2008 a través de PDVSA por 201 millones de dólares.

El grupo empresarial de Lácteos Los Andes estaba integrado por 45 sociedades comerciales entre las que destacaban dos plantas procesadoras de leche cruda y productoras de derivados lácteos, néctares y jugos, una planta de quesos y mantequilla, una comercializadora de leche cruda, tres centros principales de distribución y dos mini holding de transporte y servicios. Tenía registradas las marcas comerciales Los Andes, Frutel, Ella, Bio y Cebú. Apenas un año después de la estatización de Lácteos Los Andes, los trabajadores iniciaron reclamos por presuntas limitaciones a la participación en la gestión y al ejercicio de contraloría social.

El 19 de octubre de 2018, los medios de comunicación reseñaban el quiebre de la empresa Lácteos Los Andes del municipio Machiques de Perijá en el Estado Zulia después de conocer que “(…) no está procesando ni un litro de leche”, según la denuncia formal de Víctor Ballesteros, quien se identificó como luchador social, y como luego corroboraron los medios de comunicación.

Hasta 2015, la empresa producía leche de larga duración, formula infantil, leche descremada, mantequilla y leche condensada. Sin embargo, la industria que fue reconocida por procesar más de 1.400.000 litros se presenta en quiebre.

Ballesteros declaró a la prensa en 2018, que luego de que la empresa fuera expropiada por el gobierno de Hugo Chávez, “(…) su situación actual es de precariedad y de absoluta quiebra, (…) una planta que está diseñada para pulverizar la materia prima hoy día no está procesando ni un litro de leche, además de denunciar “(…) un grave deterioro en la maquinaria de la planta” debido a las deudas con los productores zulianos a quienes “(…) duraban hasta dos meses sin pagarles a los ganaderos y por ello, dejaron de entregar la materia prima”.

El resto de las sedes de Lácteos Los Andes, se mantienen operando con pocos recursos que registran la merma de su producción de alimentos en un 76%. De allí que muchos de los productos hayan desaparecido de los anaqueles de los supermercados en Venezuela. Los perfiles de las redes sociales de la empresa no registran ningún tipo de información relacionada con la empresa, sólo se avocan a la promoción de propaganda del Estado.

“Exprópiese”

La empresa norteamericana Cargill Inc., fundada por Willian Cargill en 1865, llegó a Venezuela en el año 1986 alimentando a todas las localidades en las cuales se encuentran las plantas y sucursales de la empresa que no sólo se dedican a satisfacer las necesidades de sus clientes a través de sus actividades comerciales y productivas, sino que además funcionaba como instrumento para organizar y canalizar las donaciones que Cargill hacia varios sectores del país como el agroindustrial y pecuario, consumo masivo, macro industrias, franquicias y panaderías en toda la nación, generando además numerosas fuentes de empleos.

A través de la medida publicada en la Gaceta Oficial 39128 del 2 de marzo de 2009, se ordenó a todas las empresas agroindustriales producir 80% de arroz regulado, de lo contrario, serían sancionadas como lo establece la Ley para la Defensa de las Personas en el acceso a los Bienes y Servicios. Con esta excusa, el gobierno nacional expropió la planta de Cargill procesadora de Arroz Parboiled ubicada en Píritu estado Portuguesa porque “(…) violaba lo dispuesto de procesar 80% de arroz blanco de mesa al precio regulado”, resultando amenazado principalmente el sector productivo venezolano.

Muchos rubros en el sector de alimentos desaparecieron de los abastos y supermercados

  • Aceites: El Rey, Vatel, Deleite, La Española y la manteca Los Tres Cochinitos
  • Harinas: Blancaflor
  • Pastas: Milani y Ronco
  • Salsas: Ronco
  • Néctares: Tropimax
  • Productos para mascotas: Dogui, Gati, Robustin y Perrovita

Para el 4 de marzo de 2009, el presidente Hugo Chávez exigió una investigación judicial contra la empresa porque presuntamente acaparaba arroz y fabricaba el tipo parboiled que se vendía a un precio superior. Luego de un año de la expropiación, la afirmación del ministro de Comercio siguió vigente, y la empresa en manos del Gobierno no procesó más ni un gramo de arroz regulado

En 2018, en lugar de elevarse la capacidad de producción de arroz en el país, éste se reportó en una reducción de 50%, incluso el procesamiento de la variedad parboiled también ha caído en más de 66%. De 2.400 toneladas de arroz empacado vaporizado que distribuía la empresa al mercado nacional, para marzo de 2009, en 2010 a manos del socialismo, apenas llegaba a 800 toneladas.

En 2010, la empresa Cargill Inc, publicó a la opinión pública los resultados de la expropiación: “(…)el producto, con la marca Arroz del Alba Parbolizado, llega a los supermercados PDVAL y Bicentenario a 4,40 bolívares el kilo, 20,2% más caro que el regulado que se vende en 3,66 bolívares. En letreros puestos en los supermercados del Gobierno se indica que el arroz parboiled socialista es más barato que “el capitalista”, que cuesta entre 5,60 y 8,30 bolívares el kilo”.

El Ejecutivo admite que “(…) los costos de producción de esta variedad son elevados y sobrepasan los 3,54 bolívares por kilo. En el sector privado las procesadoras de arroz dejaron de colocar en el mercado el parboiled, por las restricciones impuestas. Sólo una empresa saca una pequeña cantidad que no alcanza 5% de su producción.”

Café Fama de América

Hasta 1998 Venezuela Café Fama de América no solo cumplía con la demanda al 100% del consumo interno, sino que exportaba un excedente equivalente a 450 mil quintales o 13 millones 800 mil kilos de granos listos para ser molidos. Para 2015, solo se cosechaba 22,5% de la necesidad del mercado nacional, representado en 450 mil quintales, de dos millones que se requerían.

El problema comienza en noviembre de 2009, cuando el entonces presidente Hugo Chávez decidió firmar un decreto en donde se contemplaba la expropiación de las procesadoras de café que estaban intervenidas desde agosto de 2008 por supuestos incumplimientos de las leyes venezolanas, que representaban 80% de la producción del rubro.

Se estableció la nacionalización total de Fama de América, incluyendo sus plantas en Caracas y en los estados de Carabobo y Táchira. Lo mismo pasó con El Peñón y Café Madrid, ahora son producidas como Café Venezuela. Todos los bienes inmuebles pasaron a manos del Gobierno, así como los centros de distribución, almacenes, puestos de compra, maquinaria, equipos industriales y de oficina.

Dioleglis Páez,directora de café y cacao de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios FEDEAGRO, aseguró recientemente ante lo ocurrido durante todos estos años con las empresas, “El Gobierno nos ha tenido como esclavos”.

Agropatria por Agroisleña

Agroisleña era dirigida por Enrique Fraga Afonso. Fue fundada en 1958 por inmigrantes españoles y se convirtió en la llamada “4ta República” en la empresa líder en productos agrícolas en Venezuela porque contaba con 60 sucursales en todo el país.

Fue acusada de abusar de “su posición dominante” en el mercado el 4 de octubre de 2010 por el presidente Hugo Chávez, allí comenzó su expropiación. En mayo de 2015, la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios FEDEAGRO, denunció que AGROPATRIA “ejercía una posición de monopolio en el mercado de suministro de suplementos agrícolas al abastecer cerca del 95% del mercado, más del doble que la participación de AGROISLEÑA al momento de ser expropiada. Además, de que AGROPATRIA contaba con privilegios a la hora de acceder a divisas para la importación de materiales agrícolas, en detrimento del disminuido sector privado.

Cuando AGROISLEÑA, fue expropiada estaba en capacidad de responder aproximadamente a 70 % del mercado nacional. Ya en octubre de 2016, AGROPATRIA no respondía ni al 40 % de la demanda en el país por lo que existía un desabastecimiento de 95 % de las semillas de hortalizas.

AGROISLEÑA tenía 59 tiendas en áreas agrícolas, realizaba más de 800 mil operaciones comerciales por año, atendía una cartera de clientes que superaba los 207 mil ganaderos y agricultores y empleaba a más de 2.250 trabajadores directos antes de su expropiación. En 2016 AGROPATRIA no lograba ni cubrir 40 % de la demanda de insumos en el país, con aproximadamente 7.000 empleados, llenó una burocracia oficial sin dar respuestas precisas.

AGROPATRIA recibió 750.000.000 de dólares en auxilios financieros y ya en octubre de 2016 estaba quebrada, según relató el ingeniero agrónomo Werner Gutiérrez, decano de la Facultad de Agronomía de La Universidad del Zulia LUZ. El experto agrícola expresó que, a seis años del acto que más marcó la destrucción de la agricultura venezolana, la expropiación de Agroisleña, el aparato productivo nacional estaba estancado.

Para Werner Gutiérrez, el consorcio AGROISLEÑA con 52 años en Venezuela, estaba constituido por 10 empresas que distribuían semillas, agroquímicos, maquinarias, repuestos agrícolas. Ofrecía asesoría técnica con un personal especializado en cada rubro, en cada área y con permanente presencia en el campo, tenían insumos, equipo técnico y no le cobraban al productor. Al momento de su expropiación, satisfacía los ciclos de siembra, y a principio de año los agricultores ya tenían las semillas y fertilizantes para comenzar la siembra en marzo y abril.

Pero “(…) a raíz de la expropiación, como empresa estatal no puede tener el ritmo de distribución, por un manejo ineficiente que no presta atención en distribución de insumos ni asesoría técnica y hoy todo el equipo está desmantelado”, lamentó Gutiérrez.

El agrónomo citó un trabajo hecho por la Facultad de Agronomía de la Universidad del Zulia en la Cuenca del Lago de Maracaibo, donde 80 % de los productores afirmó que para 2017, no recibieron asesoría técnica del uso de agroquímicos. Recordó que los técnicos con los que contaba AGROISLEÑA eran los de más alto nivel que existían en Venezuela y que a partir de esta ausencia es que se ha producido la caída en la producción nacional.

Ahora no llegan las semillas a tiempo, ni agroquímicos. En caso de los rubros arroz y maíz existe alto desabastecimiento de semillas y herbicidas, mientras que 95 % de las semillas de hortalizas que llegan al país son importadas, por eso este año se sembró apenas 25 % de la superficie de hortalizas. AGROPATRIA ha creado un mercado negro, de “bachaqueo” de productos agrícolas y los productores que les tienen que pagar 10 y 12 veces más, por ello, también los productores han dejado de sembrar.

Para la ONG, TRANSPARENCIA Venezuela “(…) Las acciones contra la propiedad privada se intensificaron en los llamados gobiernos revolucionarios y el aparato productivo interno no pudo acompasar el ritmo de las importaciones. Los casos emblemáticos de AGROPATRIA, AgroFANB, Pedro Camejo, Arroz del Alba, Pescalba Y Cuspalca, ponen en evidencia el perfil que caracteriza las empresas del Estado: militarización, ineficiencia, cleptocracia y deterioro de las infraestructuras en Venezuela.

Expropiaciones acabaron con las empresas privadas

Para la ONG, TRANSPARENCIA Venezuela “(…) Las acciones contra la propiedad privada se intensificaron en los llamados gobiernos revolucionarios y el aparato productivo interno no pudo acompasar el ritmo de las importaciones. Los casos emblemáticos de AGROPATRIA, AgroFANB, Pedro Camejo, Arroz del Alba, Pescalba Y Cuspalca, ponen en evidencia el perfil que caracteriza las empresas del Estado: militarización, ineficiencia, cleptocracia y deterioro de las infraestructuras en Venezuela

Fama de América, productora de café, fue expropiada en 2009. En 2016 trabajaron a 10% de su capacidad por falta de materia prima y hoy en 2018, rara vez el producto se consigue en el mercado. En 2010 el tsunami de expropiaciones también arrasó con las cadenas de supermercados CADA y ÉXITO, que fueron reemplazadas por la Red de Abastos Bicentenario. Jorge Lastra, directivo del sindicato de RABSA, afirmó que cuando esos supermercados eran privados los anaqueles siempre estaban llenos y ofrecían varias marcas. Pero después, cuando pasaron a manos del Estado, comenzaron a escasear los productos y ahora, en 2018, si se consiguen hay que comprarlos a precios exorbitantes.

“Abastos Bicentenario se pudrió”, expresó Maduro en febrero de 2016 y ordenó una reestructuración de la red. Tras la medida, más de 10.000 trabajadores fueron despedidos. Las liquidaciones a los empleados han continuado en las sucursales que cierran para convertirse en los llamados programas de alimentos CLAP. Paparoni: Importación de CLAP atenta contra el aparato productivo nacional

El aparato productivo está en grave riesgo de quiebra por la forma en cómo el jefe de Estado, Nicolás Maduro, está implementando las medidas que no generan, sino una gran incertidumbre en el país.

Carlos Larrazábal, Fedecámaras

Fuentes: TRANSPARENCIA VENEZUELA/ http://Crisis venezolana está estrechamente relacionada con la corrupción y el mal desempeño de las 576 Empresas Propiedad del Estado

 13 min


Rafael S. Mujica Cantillo

A propósito del artículo: La oportunidad de votar no es un regalo de Santiago Clavijo A. (http://digaloahidigital.com/articulo/la-oportunidad-de-votar-no-es-un-re...) sea oportuna la ocasión para presentar algunas observaciones a dicho artículo, ante el planteamiento respecto al “convencimiento de que mientras exista la posibilidad de asumir opiniones a través del voto, no hacerlo es ceder un derecho y dejar de cumplir con una obligación, lo que en definitiva representa una renuncia a una de las condiciones que nos hace ciudadanos". Es preciso asumir que tal planteamiento necesariamente ha de estar enmarcado en un orden político democrático, ante el cual evidentemente, tal planteamiento no amerita discusión alguna, pero siendo el caso que nos ocupa en la Venezuela actual, un orden político no democrático, el cual, es asumido por muchos ciudadanos como una tiranía, indiscutiblemente el criterio de valoración ha de ser otro, y no precisamente uno que se corresponde con un orden político inexistente en el presente, el cual evidentemente echa por tierra el argumento presentado en el artículo antes citado, en tal sentido resulta muy valioso retomar las precisiones que en su momento presentara el insigne pensador político recientemente fallecido Teodoro Petkoff en su editorial en Tal Cual. En el cual magistralmente nos brinda una excelente lección de alta política, lamentablemente desconocida o peor aún ignorada ex profeso, aun por muy connotados teodoristas, supuestos seguidores del ideario político del catire del Batey. http://talcualdigital.com/index.php/2007/09/18/votar-o-no-votar-por-teod...

En tal sentido tenemos los siguientes aportes de dicho editorial, los cuales deberían permitirnos aclarar el panorama acerca de la crucial decisión, respecto a votar o no votar:

“Votar o no votar no es una decisión existencial, como la del famoso dilema hamletiano. No es una cuestión de principios ni de dogmas.”

“Es, lisa y llanamente, una postura táctica, una decisión que depende de la coyuntura política concreta que se esté atravesando. Nuestra historia y la de otros está cargada de ejemplos al respecto.”

“La conclusión se cae por su propio peso: se vota o no se vota dependiendo de las condiciones concretas en que deba tomarse la decisión. No es cosa de principios sino de eficiencia política.”

“De modo que para decidir qué hacer, lo sensato es asomarse a ambas opciones desprejuiciadamente, sin posturas dogmáticas y examinar realistamente las condiciones en que se actúa, sin confundir los propios deseos con la realidad. No se trata de una cuestión moral o ética sino de táctica política. Para decidir habría que responderse una pregunta sencilla:

¿Cuál es nuestra situación concreta?”

Por otra parte, y no menos importante, es revisar la idea respecto a que: “lo que en definitiva representa una renuncia a una de las condiciones que nos hace ciudadanos”. Decimos que es importante revisar la antes citada idea, dado que no es precisamente el acudir al acto de votación lo que se constituye en una de las condiciones que nos hace ciudadanos, (a no ser que se pretenda asumir que el hombre tiene como condición vital ser un: “Homo lure suffragii”, lo cual no cobra vida en el mundo real, a no ser parte de una interpretación idealista, desde una perspectiva propia del fundamentalismo democrático, lo cual en medio de una tiranía, obviamente esta denegado, -nos referimos a elecciones limpias, transparentes, confiables, legales, legitimas) ya que lo que realmente se presenta es todo lo contrario, dado que es sólo la condición de ciudadanos la que nos permite tener plenos derechos políticos, entre ellos, el relativo al acto de acudir a votar (Condición de Ciudadanía, Art. 39 C.R.B.V.). Con lo anterior, se quiere dejar en claro que la condición de ciudadanía rebasa cualquier posibilidad de acudir a un acto de votación, y no que la condición de votante rebase la condición de Ciudadanía.

En tal sentido, debemos refutar por reduccionista la afirmación antes citada, toda vez que la misma, se presta para que se pueda considerar que quien no participe en “tal proceso electoral”, se encuentra en una minusvalía de su condición de ciudadanía, por el hecho de no avalar con su participación tal proceso, sin tomar en consideración la gran convicción ciudadana implícita en tal decisión, ya que es evidente que el acto de decidir no participar en un carnavalillo electoral tutelado por la tiranía, exige una gran convicción ciudadana, o es que acaso asumir una forma de lucha que no complace al régimen no supone una actitud ciudadana, la cual no puede ser mal despachada con la idea de una supuesta confrontación entre participacionistas y abstencionistas por más que ambos sectores se encuentre enmarcados en el ámbito del pensamiento democrático.

También nos llama poderosamente la atención por psicologista y no precisamente racional-dialéctica (por aquello de: “sentimos la necesidad”), la idea acerca de que: “Cada vez que se aproxima un proceso electoral sentimos la necesidad de expresar nuestro convencimiento de que mientras exista la posibilidad de asumir opiniones a través del voto no hacerlo es ceder un derecho y dejar de cumplir con una obligación”, respecto a este planteamiento y siguiendo nuevamente a Teodoro, debemos señalar que en este caso no se debe incurrir, -a decir del antes referido pensador político- en: “confundir los propios deseos con la realidad.”, sobre todo, porque lo único que asegura, confundir los deseos con la realidad, es la construcción de idealismos, idealismos los cuales si algo nos garantizan cabalmente ello es: el diseño de propuestas destinadas irremediablemente al fracaso precisamente por idealistas.

Adicionalmente tenemos, la idea que presentas, respecto a que: “Valga la oportunidad para señalar de paso, que compartimos la idea de que en una futura e indispensable reforma se incluya la necesidad de que la elección del presidente de la República requiera recibir la mitad más uno de los votos válidos emitidos y que dentro de dichos votos se incluya la opción del voto en blanco como la expresión de la voluntad del elector de no respaldar ninguna de las opciones que se le presentan.” –Inclusive ante tales correcciones debemos agregar que somos de la idea de que la figura del Vice Presidente debe ir a consulta electoral tal como sucede en países vecinos-, con lo cual se lograría en el caso del Presidente y porque no dada la situación de que el Vicepresidente deba asumir la conducción política de los destinos del país, que bajo dicha modalidad se logre resolver el dificultoso asunto de la construcción de confianza, reconocimiento, apoyo, aceptación o técnicamente expresado como construcción de Legitimidad de origen a partir de los resultados que se obtengan de dicho proceso electoral.

Ante todo lo anterior, se hace necesario precisar que la corrección que en tal sentido amerita nuestro sistema electoral, pasa por considerar el diseño de la posibilidad de una segunda “vuelta electoral” el cual aparte de ser el mecanismo más idóneo para lograr la construcción de gobernabilidad democrática, lo cual necesario es destacar que ello, era harto conocido al momento en que se presentaron las propuestas de nuestra actual legislación electoral, (sólo que inconfesables intereses de determinados grupos políticos, impidieron su diseño y su respectiva puesta en vigencia). Realizamos este planteamiento dado que tal como, se presenta la idea anterior (sin efectuarse la aclaratoria, respecto a un diseño de segunda vuelta electoral) se corre el riesgo de que la misma, sea interpretada como una condición para una primera y única convocatoria a elecciones, lo cual con toda seguridad pudiese conducirnos a un interminable callejón sin salida de interminables procesos electorales en la búsqueda de la tan anhelada mitad más uno de los votos válidos emitidos, tal como antes se mencionara, lo cual con toda seguridad nos conduciría a situaciones de impredecibles consecuencias, lo cual obviamente nadie puede llegar a desear.

05/12/2018

rafamujica@yahoo.es

 6 min


El Camino equivocado de la división de las fuerzas opositoras

Con la elección de Concejales, reapareció la discusión entre opositores sobre si se participa o no electoralmente con el actual cne, claramente parcializado. A comienzos de año, con motivo del simulacro de elección presidencial escribimos un artículo de opinión donde catalogamos esa discusión como: “un falso dilema” (ver: “Votar o abstenerse, un falso dilema”: http://www.digaloahidigital.com/articulo/votar-o-abstenerse-un-falso-dilema). Este debate ha renacido, con descalificaciones de parte y parte, acalorada en ocasiones, muy degradante en otras.

En este momento, con las mesas de votación instaladas, los resultados se pueden visualizar: la participación exigua, con el régimen haciendo mutis y sin ninguna consecuencia por tanta soledad en los centros asistenciales, con malos resultados para el mundo opositor, tanto para los que impulsaron la ruta de la votación como para quienes la rechazaron, porque nada cambiará. Ambos culparán a los otros por tan magros resultados.

En nuestro criterio, ambos caminos, votar o abstenerse, tal como lo han planteado los sectores de la oposición enfrentados, han demostrado ser ineficaces para la salida de la dictadura. Las dos rutas son en realidad una sola: es el camino equivocado de LA DIVISIÓN de las fuerzas opositoras”. Por un lado, unos participan como si fuera un proceso electoral normal, en medio de una masiva desmotivación de los electores, sin denunciar el ventajismo y el uso de los recursos públicos por parte del oficialismo y, lo más importante, sin lograr montar una estructura electoral que, más allá de contar los votos, tenga el claro propósito de documentar y demostrar el abuso y los intentos de fraude. El otro grupo, hasta ahora, simplemente llama a no votar, anuncia que el régimen está a punto de caer, en lo que tienen demasiado tiempo, aparentando tener fuerza, sin parecer cierto. En ambos casos no vemos un plan de lucha, porque ninguna actividad en paralelo las acompaña.

Ambos grupos impulsan sus hojas de ruta en medio del desinterés y el inmovilismo de los ciudadanos por el acto electoral, y en medio de un estado anímico de una parte de la población conocido como: “la desesperanza aprendida”, ideada y construida deliberadamente por el régimen, pero reforzada por las contradicciones, enfrentamientos y descalificaciones entre opositores, que al contrario de señalar el camino para generar el cambio, lo han llenado de tinieblas por la confrontación estéril que tiene como fondo la aspiración de ser los paladines del cambio. Esos errores explican, parcialmente, la poca aceptación de los partidos y de los líderes políticos contrarios al régimen, todos ellos con alto rechazo en las encuestas, su poca convocatoria, así como la permanencia del régimen en Miraflores, en medio de un gran rechazo nacional.

Hay otro camino que es el de la UNIDAD, muy diferente, que debería tener tres características:

1) Jugar en varios tableros, lo que significa que participa en cuantos escenarios aparecen, o que la misma alternativa democrática genera, para demostrar y denunciar ante el país y el mundo, el carácter antidemocrático, empobrecedor, corrupto, autoritario, militarista y violento del régimen. En esos espacios enfrenta al autoritarismo a través de la lucha no violenta cuando comete las violaciones y abusos y atropellos que les son propios, poniéndolos siempre en evidencia.

2) Ser democrática, organizada, tolerante e inclusiva, por lo que discute cara a cara con los otros factores democráticos (políticos, sociales, económicos, etc.), en particular con quienes piensan en rutas diferentes, y llega a acuerdos sobre la hoja de ruta, con estrategias y acciones a seguir. Por lo anterior, crea una estructura organizativa horizontal, equilibrada, paritaria, sin hegemonías, sin coaccionar, ni descalificar, porque entiende que hay muchas maneras de ver y abordar los problemas y, además, se sabe que ninguna es fácil ni infalible. También participan todos los que se oponen a la tiranía, incluyendo a los viejos y nuevos factores políticos, ”electoralistas” y “votacionistas”, “capitalistas” y “socialistas”, apoyaron o no a Chávez en el pasado, entre otros.

3) Se vincula con el liderazgo social, en torno a las ingentes necesidades y problemas sentidos por la población, por lo que moviliza al pueblo, esa palabra tan manoseada y ultrajada por el régimen, demandando la solución de los problemas, hasta llevar a las autoridades a las cuerdas. En esta ruta unitaria saldremos más rápido de este cataclismo.

Estas características solo las cumplen con mayor efectividad todos los factores de la oposición unida, porque todos los partidos y líderes tienen seguidores, que los tienen, y el país los necesita a todos, para poder producir el cambio, para salir de este oprobio. En este caso, “el todo es más que la suma de las partes”. Luego vendrá la depuración de los que deben estar en el averno, si fuera el caso.

Las claves para salir del régimen

Los factores democráticos han errado en el camino trillado hasta ahora, el de la división, y que para salir del oprobio que toma decisiones en nuestro país se debe avanzar por la ruta de la UNIDAD, incluyendo por igual a quieren salir del régimen. Además, hay que recordar que nuestros mandamases no tienen escrúpulos, pero si tiene la intención de permanecer eternamente en el poder, por lo que es menester saber que no hay camino fácil, que todos están preñados de trampas y dificultades, por lo que se deben extremar medidas para garantizar que las decisiones que se tomen en la lucha contra el régimen cumplan sus objetivos.

Revisaremos los últimos cuatro (04) procesos electorales, para ver si podemos extraer algunas lecciones de ella: son las elecciones para la Asamblea Nacional, gobernadores, el simulacro de elección presidencial y los recientes comicios para escoger las autoridades estudiantiles de la Federación de Centros Universitarios, FCU, de la Universidad de Carabobo. De ellos revisaremos si fueron unidos, si hubo el padrón electoral completo y, muy importante, si podían documentar si se pretendía realizar un fraude.

En el caso de la elección de los hoy Diputados a la Asamblea Nacional en diciembre del 2.015, todos los dirigentes de los partidos políticos, y de las organizaciones de la sociedad civil, se sumaron a la campaña y votación por los candidatos unitarios de los diferentes circuitos, con la excepción en 3 de ellos, donde fuimos divididos. El padrón electoral estuvo presente en la gran mayoría de los centros de votación, aunque no tenemos elementos para saber si estaban o no capacitados para impedir, documentar y demostrar cualquier intento de fraude. Los resultados fueron extraordinariamente buenos, sacamos la mayoría calificada, aunque la ventaja pudo ser mayor, porque en los tres circuitos donde fuimos divididos, perdimos. En resumen, fuimos unidos, y no sabemos si capacitados para demostrar el fraude.

Si el liderazgo opositor no supo enfrentar la violación de la Constitución con los Diputados indígenas es harina de otro costal, como también es otro problema muy diferente la batalla campal, tras bastidores, para ser presidentes, que es el origen del presente desastre opositor.

En la elección de gobernadores del año 2.017, fuimos claramente divididos, unos llamando a votar, y otros a la abstención. De esa elección, sabemos que el padrón electoral no estuvo presente en un alto porcentaje de mesas de votación, no se documentaron suficientemente las irregularidades, tanto que muchas de las denuncias no se pudieron procesar. Los resultados, contradiciendo lo que señalaban las encuestas, fueron catastróficos, perdiendo la mayoría de los aspirantes de la alternativa democrática, cuando las encuestas señalaban que habría un triunfo contundente. En resumen, fuimos divididos y no se estructuró un padrón electoral para demostrar cualquier intento de fraude.

Hubo una excepción, Andrés Velázquez en el Estado Bolívar, quien demostró el fraude en Bolívar con las actas en la mano. Cumplió su propósito. Lo que seguía en la lucha contra la dictadura, era convertir el fraude en el cual participaron las autoridades electorales en una denuncia y protesta nacional continua, de todos los partidos, de TODO el liderazgo opositor en todo el país. Pero no, unos y otros dejaron solo al “indio” Velásquez. ¿Por qué dejaron pasar esa extraordinaria oportunidad de demostrar nuevamente la sumisión y la parcialidad del ente electoral, en momentos que la comunidad internacional tenía los ojos sobre nuestro país? Lo cierto, es que ese hecho convertiría a Velásquez en presidenciable. Esas son esas las pequeñeces que no nos permiten salir de esta dictadura.

Lo que hemos llamado el simulacro de elección presidencial, de mayo de 2.018, fuimos más divididos, enfrentados, unos asistiendo como si fuera un proceso electoral normal, con una estructura de testigos poco capacitada para demostrar la trampa o un fraude, que sería un objetivo principalísimo cuando se va a comicios en condiciones de desequilibrio y con un árbitro totalmente parcializado, como en el caso venezolano: Al final, el único candidato opositor usó los argumentos que previamente se habían señalado para no participar, que hubo fraude. Quienes no acudieron a votar, se quedaron en sus casas, sin mayor actividad que cuestionar a los opositores que sí acudieron a las urnas. En resumen, divididos y sin capacidad para demostrar un fraude.

En la elección para escoger la directiva de la Federación de Centros de Universitarios, FCU, de la Universidad de Carabobo, UC, lograron la UNIDAD en torno del bachiller Marlon Díaz, concertando más de 25 grupos políticos universitarios adversarios a la autocracia, excepto en el núcleo La Morita, en Aragua. Por lo que señalan los mismos estudiantes, tuvieron testigos en todas las mesas de votación, tanto que el Presidente electo, aseveró: “… nosotros tenemos todas y cada una de las actas de las mesa escrutadas ese día que nos garantizan a nosotros la FCU e incluso las actas de nosotros están firmadas por los testigos del oficialismo”. Los resultados electorales fueron muy favorables a la unidad opositora, sacando una abrumadora mayoría cercana al 80 % de los votos. Que Lacava y Maduro pretendan imponer a la fuerza como presidenta electa a quien fuera derrotada es harina de otro costal, pero hasta este momento, la iniciativa la tienen los estudiantes electos por la base estudiantil.

En conclusión, en condiciones adversas se puede ir a votar, pero con miras a documentar y demostrar el ventajismo y el fraude, pero siempre unidos.

 7 min


Michael von der Schulenburg

Los Estados-nación deben seguir siendo los pilares para construir un orden mundial estable. La gente parece temer la pérdida de su identidad en asociaciones estatales mayores, y de ahí que se sienta más segura en naciones más pequeñas. Esto explicaría por qué en nuestro mundo globalizado el número de Estados nacionales sigue creciendo, por qué tras la Guerra Fría se desintegraron tantos países y por qué vemos un incremento de los movimientos separatistas, incluso en Europa. La paz y la estabilidad no se conseguirán sin Estados, sino con ellos.

El ministro de Relaciones Exteriores alemán, Heiko Maas, declaró recientemente que «el nacionalismo es la madre de todos los problemas políticos». Esta declaración debe entenderse en el contexto de la agitada historia alemana. Sin embargo, en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Alemania puede enfrentar un desafío totalmente diferente: de qué modo rescatar a los Estados nacionales. De hecho, el futuro de los Estados nacionales se ha convertido en una cuestión central en nuestros tiempos. En un mundo de comunicación instantánea, de organizaciones supranacionales, de empresas transnacionales y flujos de capital transfronterizos, de elites internacionales, de viajes globales y migración en masa, de misiles balísticos y exploración espacial, ¿es todavía deseable –o incluso posible– organizar a las sociedades humanas en áreas geográficas limitadas por fronteras?

Para resumirlo en una palabra: sí. De hecho, los Estados nacionales pueden haberse vuelto más importantes, no a pesar de, sino a causa de la globalización. Cualquier otra cosa conduciría al caos.

El argumento más convincente a favor de los Estados nacionales es el creciente número de los que fracasan. Crean en el orden global «agujeros negros» de lugares ingobernables que afectan la supervivencia y el bienestar de decenas de millones de personas y tienden a desestabilizar regiones enteras. Virtualmente todos los conflictos armados del mundo se producen hoy dentro de Estados nacionales fallidos. Se han convertido en un problema de seguridad global.

De los 178 países relevados en el Índice de Estados Frágiles de 2018, solo 56 fueron considerados estables, mientras que 122 (68%) se incluyeron en listas de varios niveles de fragilidad e inestabilidad; 32 países (18%) se categorizaron como en estado de alerta, en alerta elevada y en alerta muy elevada. Los problemas de estos países no son causados por presiones externas sino casi exclusivamente por conflictos internos, la mayoría de profunda raigambre histórica. Como resultado, los gobiernos pierden el control sobre sectores del país y sus poblaciones, ya sea de manera física –en forma de áreas vedadas– o social –como ausencia de servicios públicos–.

El vacío que esto crea es ocupado por actores beligerantes no estatales, en su mayoría armados, y nunca por alguna forma de gobernanza global. Estos actores no estatales van desde organizaciones extremistas islamistas hasta diversos movimientos ideológicos, étnicos, religiosos o separatistas. Incluyen a caudillos militares, milicias, grupos paramilitares e incluso pandillas juveniles, estructuras de clanes y grupos rebeldes. Se superponen a organizaciones delictivas y de crimen transnacional, traficantes de drogas y redes corruptas dentro de los gobiernos. Los propósitos de estos actores no estatales son diversos. Algunos quieren derrocar a un gobierno, otros controlar áreas de un país; otros solo quieren espacio para sus negocios ilegales.

Lo que tienen en común es que desafían el monopolio estatal del uso de la fuerza, provocan violencia, crean inestabilidad e impiden el desarrollo, además de asesinar a gente inocente. En 2016, bastante más de medio millón de personas murieron en forma violenta en todo el mundo. Solo 18% de esas muertes violentas fueron resultado de conflictos armados internos; 72% fueron homicidios intencionales emparentados con delitos, guerras entre bandas o disturbios raciales. Esto indica una gran pérdida de autoridad por parte del Estado.

El crecimiento de la población, el calentamiento global y el atraso económico pueden acelerar la violencia entre comunidades y contribuir aún más al fracaso de los Estados nacionales. Para evitar esto, debemos abandonar los sueños de un gobierno global que reemplace a los Estados nacionales y, en cambio, encontrar un nuevo equilibrio entre estos últimos y el gobierno global. De hecho, un gobierno global eficaz necesitará Estados nacionales fuertes.

Los Estados nacionales cambian a través del tiempo

La mayoría de los analistas políticos occidentales desprecian a los Estados nacionales porque los consideran responsables de guerras, colonialismo y chauvinismo. Tienen razón. Sin embargo, lo irónico es que estos Estados nacionales «nacionalistas» ya no existen. Desaparecieron con el fin de la Segunda Guerra Mundial. La Carta de las Naciones Unidas de 1945 fue su acta de defunción. Cuando los Estados miembros de las Naciones Unidas acordaron que «en sus relaciones internacionales, se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado», pusieron fin al militarismo en el que se basaban los Estados nacionales nacionalistas. Y cuando los Estados miembros de las Naciones Unidas reafirmaron «la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas», pusieron fin a la «superioridad racial» como justificación para ejercer supremacía sobre otros países y pueblos.

Con el inicio de la Guerra Fría, las actitudes hacia los Estados nacionales se volvieron ambivalentes. Los triunfadores de la Segunda Guerra Mundial –la Unión Soviética y Estados Unidos– ahora promovían ideologías contrapuestas que deseaban aplicar a escala global. Las políticas nacionalistas independientes ya no eran posibles. En verdad, ambas ideologías creían que sus sistemas políticos y económicos, en última instancia, volverían obsoletos los Estados nacionales. Esto, por supuesto, no ocurrió. La mayoría de los países que en la actualidad son Estados miembros de las Naciones Unidas experimentaron a los Estados nacionales nacionalistas tan solo como potencias coloniales y estuvieron mayormente en los márgenes de los enfrentamientos Este-Oeste.

Los Estados nacionales modernos rara vez son étnicamente homogéneos y su supervivencia depende de la integración entre comunidades y no de pretensiones de superioridad étnica. Se los juzga cada vez más por la seguridad, la justicia, los empleos y los servicios sociales que proveen antes que por la fuerza de su ejército. Esto no solo vale para los países democráticos. Algunos de los mayores éxitos en términos de desarrollo económico y erradicación de la pobreza se dieron bajo regímenes autoritarios, como los de Corea del Sur, Singapur, Taiwán, Chile y, por supuesto, China. Ni siquiera lo que se conoce como Estados rebeldes son una excepción en este aspecto.

Como resultado, prácticamente ya no hay guerras entre Estados nacionales. También han declinado las alianzas militares. Muchas disposiciones de seguridad son parte de acuerdos de cooperación regionales, como la Unión Africana, la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (ECOWAS, por sus siglas en inglés), la Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur (ZOPACAS), la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC, por sus siglas en inglés) y, por ahora, incluso la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS). Ya no están dirigidas contra un enemigo externo, sino que buscan el apoyo mutuo en el mantenimiento de la seguridad regional. La excepción es la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Integrar las dos caras de los Estados nacionales

Con el colapso del comunismo, se asumió que la democracia liberal sería la respuesta al debilitamiento de los Estados nacionales. Sin embargo, esto casi nunca funcionó. La razón por la cual ningún sistema político se adapta a todos los Estados nacionales reside en el carácter dual: no solo son un «Estado» sino también una «nación». Esto es lo que los hace únicos.

El «Estado» es la cara tangible de un país: el gobierno, la institución nacional, el Poder Judicial, el Parlamento, las fuerzas de seguridad, los sistemas legales. La «nación» es la cara más esquiva: las identidades nacionales, la solidaridad nacional, los valores comunes, el sentimiento de pertenencia. El aspecto de nación le da al Estado su legitimidad, mientras que el de Estado le da a una nación su forma. Para que un Estado nacional sea estable y pacífico, ambos aspectos deben estar en armonía. Virtualmente todos los conflictos armados internos de la actualidad pueden remontarse a años de mal gobierno que conducen a la división de lealtades nacionales, y viceversa.

El aspecto de nación domina. Si no se responde a la pregunta de si la gente o las comunidades quieren vivir juntas y, si es así, de qué manera, es imposible construir instituciones estatales sustentables. La gente parece temer la pérdida de su identidad en asociaciones estatales mayores, y de ahí que se sienta más segura en naciones más pequeñas. Esto explicaría por qué en nuestro mundo globalizado el número de Estados nacionales sigue creciendo, por qué tras la Guerra Fría se desintegraron tantos países y por qué vemos un incremento de los movimientos separatistas, incluso en Europa. También explicaría por qué la mayoría de los Estados nacionales son acosados por movimientos separatistas y por problemas con la integración europea. Europa todavía carece de identidad común y solidaridad suficientes para construir instituciones «estatales» creíbles que podrían convertirse en un «supra-Estado nacional».

En particular, los sectores más pobres de la población ven los Estados nacionales como una salvaguarda de los beneficios sociales, de la atención de la salud a un costo accesible, de los sistemas de educación y justicia y como una protección frente a las desgracias y el impacto negativo de la globalización. Esto explicaría por qué los Estados nacionales gozan de tanto apoyo popular en todo el mundo. De acuerdo con la Encuesta Mundial de Valores, un promedio de más de 80% de los ciudadanos están orgullosos o bastante orgullosos de su país, incluso en países como Zimbabue, que son relativamente nuevos y en los que el Estado es en buena medida disfuncional.

Aceptar diversos sistemas políticos

Debido a su carácter dual, es probable que los Estados nacionales adopten sistemas políticos que estén enraizados en sus experiencias históricas, sistemas de valores locales, creencias religiosas y organizaciones sociales preexistentes. Esta es una mala noticia para quienes al final de la Guerra Fría tenían esperanzas de que la democracia liberal se convirtiese en el sistema político global unificador. Desde 2005, la democracia liberal está en declive a escala global y no se vislumbra que el «fin de la Historia» anunciado por Francis Fukuyama llegue en el corto plazo.

Las intervenciones occidentales pueden haber contribuido a esta situación. Afganistán, en medio de negociaciones con Estados Unidos por la paz, puede terminar con los talibanes en el gobierno. En Libia, las elecciones presidenciales podrían llevar a Saif Qaddafi al poder y en Siria, es probable que Bashar al-Ásad se mantenga en la Presidencia. Pese a los miles de millones en ayuda extranjera, difícilmente podría decirse que Iraq es una democracia liberal en funcionamiento. Quizás tengamos que apoyar soluciones políticas que no nos gustan en otros lugares problemáticos del mundo, entre ellos Somalia, Yemen, Congo, Sudán del Sur, Mali, la República Centroafricana, Venezuela e incluso Ucrania.

Debemos aceptar que los Estados nacionales adoptan sistemas políticos diferentes y, por nuestro propio bien, dejar de percibir el mundo como dividido entre regímenes democráticos y autoritarios, entre países buenos y malos. El panorama político mundial es mucho más complejo y Occidente ya no tiene poder para cambiar esto.

Irónicamente, es posible que sea el gran número de Estados nacionales lo que absorba puntos de vista y enfoques políticos divergentes en todo el mundo y lo que impida que estos se transformen en conflictos abiertos. La diversidad política de los Estados nacionales aporta así un factor crucial de estabilidad global. El gobierno global sin Estados nacionales no podría lograr lo mismo.

Fortalecer las Naciones Unidas

En esto consiste la ventaja comparativa de las Naciones Unidas, un sistema de gobierno global construido sobre la base de Estados nacionales y que ha desarrollado un marco normativo e institucional en torno del cual pueden agruparse Estados miembros con diferentes sistemas políticos. Esta es la debilidad de las Naciones Unidas, pero también su fortaleza. Con base en su Carta Orgánica, existen ahora numerosas convenciones y acuerdos internacionales a los que se ha sometido la mayoría de los gobiernos del mundo. Dos conjuntos de normas son de particular importancia para construir la cooperación entre Estados nacionales con diferentes sistemas políticos:

- sus tratados e instrumentos de derechos humanos definen las relaciones entre un Estado y los ciudadanos de cualquier país miembro, independientemente del sistema político que este tenga. Incluyen los derechos políticos y civiles, los derechos económicos, culturales y sociales y los derechos de las minorías, las mujeres, los niños, los migrantes y las personas con discapacidades;

- la Agenda de Desarrollo Sostenible de 2030 provee un marco para que todos los Estados miembros trabajen en forma conjunta en los temas apremiantes que enfrenta nuestro planeta: de la erradicación de la pobreza a la seguridad alimentaria, de la educación a los servicios de salud, de la seguridad del agua a la energía, y del cambio climático a la justicia económica y social.

El mundo no será un lugar perfecto, pero si construimos sobre la base de lo que une a los Estados miembros y nos enfocamos menos en lo que los separa, podríamos convertirlo en un lugar mejor. En oposición a lo que piensan quienes diseñan políticas en la actualidad, las Naciones Unidas todavía ofrecen el mejor –y quizás el único– foro para esto.

Diciembre 2018

Traducción: María Alejandra Cucchi

Fuente: https://www.ips-journal.eu/regions/global/article/...

 10 min