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Opinión

Javier Marías

Entre sus muchos viajes y mis largas ausencias, hace tiempo que no veo a Pérez-Reverte, así que a finales de octubre hablamos por teléfono un poco con nuestros respectivos “pre-móviles”, dos antiguallas que no hacen fotos ni graban ni tienen Internet ni nada. El suyo es muy turbio, nos oíamos fatal y no nos dio tiempo más que a cruzar unas frases. Eran las fechas en que se iba a consumar la entronización de un tercer Trump en el mundo, un cabestro brasileño llamado Bolsonaro (el segundo ha sido Salvini en Italia, aunque hay que reconocer que de allí salió en realidad el ídolo y modelo de Trump, Berlusconi, que hoy, por comparación con sus émulos, parece un tipo sutil y respetuoso).

En fin, en vista de la deriva actual, Arturo me dijo: “Esto no hay quien lo aguante. Es hora de irse”, a lo que yo le contesté: “¿Adónde? Ya no hay a donde ir. Los que padecimos el franquismo teníamos muchas opciones, si las cosas se ponían muy crudas y debíamos imitar un día a los de generaciones anteriores: Francia, Inglaterra, Italia, México… Mira cómo están ahora esos países”. Y él me corrigió: “No, me refería a morirse. A gente como nosotros nos va tocando salir, sin ver más deterioro”. Mi reacción fue espontánea y algo cómica, supongo: “No, no lo veo conveniente ahora. Nos despediríamos con la sensación de dejarlo todo manga por hombro, hecho un desastre. No que nuestra presencia pueda mejorar nada, pero es triste dejar un mundo más desagradable e idiota del que nos encontramos, y eso que nacimos bajo una dictadura odiosa. Pero la gente normal era menos estúpida y más cordial y educada”.

No sé si se cortó la comunicación o si aplazamos el pequeño debate sobre cuándo nos convenía largarnos. Yo, después, le di vueltas por mi cuenta, y, claro está, hablo sólo por mí (lo mismo, cuando se publique esto, Pérez-Reverte se ha perdido en el mar con su barco, y siempre me quedaría la duda de si lo habría hecho a propósito; no lo creo, pero toco madera por si acaso). Mi argumento esbozado era este: es molesto abandonar el mundo cuando lo vemos convulso, irracional e idiotizado; hay que esperar a que se enderece un poco (siempre según nuestro subjetivo criterio), a que vuelvan el sentido del humor, la racionalidad y la tolerancia, a que la gente no esté tan enajenada como para votar a brutos ineptos que irán en contra de sus propios votantes suicidas. Hay que esperar a que las masas no sean tan manipulables ni se dejen engañar por autoritarios sin escrúpulos como Orbán, Erdogan, Putin, Maduro, Ortega, Le Pen, Duterte, Al Sisi, Salvini, Puigdemont, Torra. Ahora bien, pongamos que de aquí a un tiempo los ánimos se serenan y la perspicacia aumenta, la verdad vuelve a contar y la gente se hace menos fanática, fantasiosa y tribal de lo que lo es hoy en día. Que el mundo recobra cierta compostura, por decirlo anticuadamente. Al fin y al cabo, la historia se ha regido siempre por ciclos. ¿Convendría entonces marcharse? ¿Lo haríamos con más tranquilidad, con la sensación de que la casa está en orden? Quizá nos parecería también mal momento: ahora que estamos mejor, qué lástima no aprovechar este tiempo, no disfrutarlo.

Los vivos nos decimos a veces, al pensar en seres queridos que ya murieron: “Menos mal que se ahorraron esto, que no lo vieron. Es un consuelo que a este hecho luctuoso no asistieran, o a esta situación tan grave, o a los errores y tropelías de sus próximos”. Pero también nos decimos: “Qué pena que no vieran nacer o crecer a este niño, les habría alegrado la vida; o que no presenciaran el éxito de su mujer o su marido o sus hijos, y tuvieran la incertidumbre eterna de qué iba a ser de ellos”. Y en todo caso los consideramos ingenuos, porque no alcanzaron a saber lo que sí hemos sabido los supervivientes. Esto es, porque inevitablemente creyeron que el mundo se quedaría fijo en el que abandonaron, y eso nunca sucede. Tal vez lo peor de morirse es no enterarse de cómo continúa la historia, como si al nacer se nos entregara una novela inacabada. La novela de la vida prosigue siempre, por lo que estamos condenados a ignorar cómo termina. Hay quienes piensan que termina con nuestro término, distinto para cada individuo. Nos consta que no es así, sin embargo. Que todo sigue, sólo que sin nosotros, y que nuestro final no significa el de nada ni el de nadie más. Me pregunto si la única manera de ver “conveniente” la propia despedida, o de estar conforme, es llegar al máximo desinterés, o al máximo desagrado, o hastío, por el mundo en que vivimos. Acaso es lo que expresó Pérez-Reverte en nuestra entrecortada charla: “Esto está inaguantable. Mejor llevarse un buen recuerdo; o, si no bueno, aceptable. Puesto que hemos visto mejores tiempos, no da tanta pena desertar de uno imbecilizado y despreciable”. Y no obstante, como he contado otras veces, a mí me aqueja la dolencia de los fantasmas (de los literarios, esa gran y fecunda estirpe): son seres que se resisten a perderlo todo de vista; que no sólo se preocupan por quienes dejaron atrás y su suerte, sino que tratan de influir desde su bruma, de favorecer a sus amigos y perjudicar a sus enemigos; o a los que, según su opinión que ya no cuenta, hacen más llevadero el mundo o lo envilecen. 

17 de noviembre de 2018

El País

https://elpais.com/elpais/2018/11/13/eps/1542108137_498728.html

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El comentario de la semana

Aragua en Red consecuente con la que ha sido su posición desde su constitución como plataforma de encuentro de diversas organizaciones políticas no partidistas de la sociedad civil (2011), ha decidido participar en el Congreso Venezuela Libre en su expresión local, tratando de contribuir al logro de la UNIDAD indispensable para el comienzo del transitar de regreso a la institucionalidad democrática perdida, pérdida esta que comenzó hace mucho mas de los 20 años del régimen actual, pero que durante el mismo ha alcanzado proporciones que fueron inimaginables para la mayoría de los venezolanos.

Con esta participación deseamos abonar al encuentro de las diversas posiciones que hoy hacen frente al régimen, algunas notoriamente ausentes en este evento, reconociéndolas a todas en sus particularidades, resaltando la importancia de la diversidad como factor indispensable de la democracia, pero a la vez enfatizando la necesidad imperiosa de definir claramente cuál es ese país que todos decimos querer y que para nosotros va mucho más allá de sustituir un gobierno por otro para que todo siga siendo como siempre.

Queremos dejar claro que creemos indispensable el cambio del régimen lo más inmediatamente posible, utilizando para ello todos los recursos constitucionales a nuestro alcance, sin exclusión a priori de ninguno, rescatando el valor del ejercicio de la política y del papel fundamental que en ella juegan los partidos, pero reclamando con no menos contundencia que la responsabilidad no les es exclusiva y que al final, la gente convenientemente informada y verdaderamente consultada es a la que le toca decidir su futuro.

En consecuencia y como ya hemos dicho en otras oportunidades, nuestra intención tiene dos líneas claramente definidas, la primera, el aporte de estas ideas para la discusión y la segunda, sembrar entre los aragüeños la costumbre de “saber para dónde vamos” y ello supone la participación ciudadana y el respeto a los planes, una vez asumidos por todos, que a mediano y largo plazo desarrollen integralmente al estado.

Estos planes, amparados en un marco de respeto irrestricto a los principios de libertad y justicia inherentes a la democracia, deben tener como objetivo fundamental el desarrollo sustentable de la sociedad aragüeña, desarrollo éste orientado por criterios de equidad social, respeto al ambiente que nos acoge y garantías para la inversión económica pública y privada.

Su ejecución debe adelantarse mediante la descentralización, proceso que había venido manifestándose en Venezuela con pasos de avance tímidos y graduales, que creíamos irreversible dentro del sistema democrático, pero que hoy se encuentra, no solo detenido, sino abiertamente amenazado, más allá de lo legal y conceptual, por la desconfianza y el temor de los gobiernos a las expresiones locales, tanto en su capacidad de contribuir a la definición de un futuro nacional común, como para tomar aquellas decisiones que afectan directamente a sus comunidades.

La descentralización obliga a preparar estructuras, planes, programas, presupuestos y sobre todo mentalidades, para el momento en el que se tenga que asumir a plenitud las responsabilidades de ejecución que derivarán de su definitiva instauración.

Esta descentralización para poder ser efectiva y eficiente demanda:

  • Fortalecimiento de las capacidades humanas existentes
  • La construcción de un acuerdo mínimo para impulsar la legislación que permitirá que la descentralización llegue al país y a Aragua para quedarse y profundizarse.
  • Ampliación del espacio de actuación de la sociedad organizada, creando un impulso permanente para una mejor y mayor participación del ciudadano.
  • Incorporación de nuevos actores a la toma de decisiones.
  • Establecer redes de vinculación social de manera de garantizar el rápido flujo de la información y su oportuna incorporación a la toma decisiones.

La visión compartida de una situación futura deseable, en este caso la de Aragua, sin perder de vista lo que queremos para el país como un todo, requiere procesos de discusión y consulta, los cuales nunca se pueden considerar definitivos, ya que las realidades van cambiando, al igual que lo hacen las expectativas de la gente.

Aragua en Red tiene el compromiso de contribuir a la construcción de dicha visión y persiguiendo ese propósito hoy postulamos nuevamente y de una manera muy apretada la siguiente:

Visión del Estado Aragua que queremos. De TODOS y para TODOS

(Lo deseable)

Un estado desarrollado por y para los ciudadanos, gestionado mediante el ejercicio transparente de la política, dotado de unos poderes públicos descentralizados e independientes, en el que están garantizadas la seguridad jurídica, personal y social integral, con una fuerza armada democrática no deliberante y unos medios de comunicación al servicio de la comunidad,

(Lo requerido)

para el logro del cual es indispensable una educación gratuita y de la más alta calidad, un sistema de salud integrado y centrado en la prevención, garantías para el desenvolvimiento físico y creativo de la gente, un ambiente natural utilizado racionalmente y oportunidades para la generación, adaptación y adopción de conocimientos,

(Lo que lo sostiene)

sustentado por actividades productivas cónsonas con las posibilidades y potencialidades existentes en las diferentes regiones que conforman la geografía de Aragua.

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La universidad tiene una larga historia en el campo educativo y el desarrollo de las naciones, sus orígenes se remontan hasta el siglo XII, en la Europa medieval. En Bolonia (Italia, 1808) se funda oficialmente la que se considera la primera universidad propiamente dicha. Desde Europa se extendieron estos centros de altos estudios al resto del mundo.

Las universidades de la actualidad han evolucionado mucho desde sus orígenes, no solo se dedican a la docencia, a enseñar; también son centros de investigación para crear nuevos conocimientos y de difusión de sus logros; estas son las tres bases institucionales de la función social de la universidad.

La docencia es la función que se relaciona directamente con la enseñanza, con la transmisión de conocimientos; imprescindible para la obtención de un título profesional. Se nutre del conocimiento universal. La libertad de cátedra es fundamental para el ejercicio de la docencia universitaria; es el derecho que se le otorga a las universidades de diseñar los objetivos y contenidos de sus materias o asignaturas sin imposiciones externas.

La investigación en la universidad se basa en la capacidad de producir conocimientos sobre temas sociales, económicos, científicos, etc. En la actualidad no se concibe la universidad sin investigación. Los trabajos de investigación y las publicaciones que generan en revistas especializadas, se emplean como mecanismos de ascenso en el escalafón universitario; así como para trabajos de grado y tesis de postgrado.

La extensión universitaria, apoyándose en la docencia e investigación, ejecuta proyectos que relacionan a la universidad con el entorno en que se desenvuelven sus actividades, para promocionar la cultural en la población y ayudar a dar orientación y soluciones respecto a los problemas que afronta la comunidad.

Como consecuencia de sus atribuciones, se considera como función social directa y muy específica de la universidad, la de formar profesionales altamente calificados; por lo cual educa a sus estudiantes para desarrollar la capacidad analítica y el pensamiento crítico, para que sean capaces de entender e interpretar su medio, es decir, su entorno social, económico y político, para ejercer como profesionales idóneos.

Un sistema educativo de excelencia, con un sector universitario de calidad, destaca entre los factores que han tenido gran influencia en el desarrollo evolutivo y prosperidad de las naciones. La universidad constituye una alternativa para promover el mejoramiento del nivel socioeconómico del individuo en la sociedad. Es un instrumento para impulsar el bienestar del ser humano mediante el conocimiento y el fortalecimiento de principios y valores. A nivel individual, una carrera universitaria incrementa notablemente las oportunidades de empleos de calidad, por lo que representa una inversión a futuro.

Es necesario aquí hacer referencia a la importancia de la autonomía en las universidades públicas; éste es un principio jurídico de independencia que se remonta a las antiguas universidades europeas. En Venezuela, el artículo 109 de la Constitución Nacional consagra la vigencia de la autonomía universitaria. Ésta permite a profesores, estudiantes y egresados conformar un cogobierno, para establecer sus propias normas de funcionamiento, en lo administrativo y financiero, así como para el cumplimiento de sus funciones de docencia, investigación y extensión. Sin intervención directa del Estado ni injerencias externas; como los intereses político partidistas o de grupos ideológicos y de poder, que podrían tergiversar los fines y funciones de la universidad. Sin embargo, las universidades llamadas experimentales no gozan legalmente de este beneficio, lo cual las hace particularmente vulnerables a presiones y manejos indebidos por parte del gobierno nacional, sea éste cual fuere, como de hecho ha sucedido.

Resulta inadmisible comprometer la responsabilidad social a la que está destinada la universidad, cuando se pretende utilizarla anteponiendo los intereses de grupos de presión económica o de ideologías políticas, para la politización y manipulación de la enseñanza, con la intención de ponerla al servicio de intereses mezquinos. En la universidad debe privar la libertad de cátedra y la autonomía universitaria, sin desviaciones a favor de posiciones políticas o económicas.

Profesor UCV

felipeedmundo@gmail.com

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Alberto Hernández

Crónicas del Olvido

El derrumbe de la conciencia ciudadana, la depresión causada por algún desastre en el corazón de una democracia, son motivos para que los pueblos aborten su tranquilidad y le abran las puertas a la violencia. Muchos han sido los ensayos escritos acerca de asuntos donde los extremismos logran encontrarse en la misma trinchera.

George Steiner llegó a preguntarse sobre esa tragedia llamada nazismo y que Gelman cita desde su dolor argentino: “¿Por qué las tradiciones humanistas y los modelos de conducta (se refería a Europa) resultaron una barrera tan frágil contra la bestialidad política? En realidad, ¿eran una barrera? ¿O es más realista percibir en la cultura humanística expresas solicitaciones de gobiernos autoritarios y crueldad”. Sin querer rozar las comparaciones, la vista es clara cuando hablamos de esta América Latina sumida en los desencuentros, más cuando se trata de deslaves anímicos fundados en la venganza. Nuestro continente no ha logrado despojarse de dos fijaciones: 1) la cuenta por cobrar a Europa, que aún libera adrenalina en alguna sociopatía degenerativa, y 2) la factura que Estados Unidos no ha logrado arreglar con su patio trasero. Es decir, mientras Europa dejó la semilla de una herencia, Estados Unidos recoge los frutos de las riquezas que los españoles o portugueses no supieron mantener para ellos. Estos dos frentes conforman la permanente angustia histórica que hoy, en esta Venezuela dislocada por el pasado, verifica la redención nunca bien vista por la lógica de cierta sociología. Somos un problema: la catástrofe siempre está a punto de tocar a nuestra puerta.

II

La pregunta de Steiner entra en la “bestialidad política” que asoma a cada vuelta de reloj en nuestros fundados miedos. Al parecer, a la hora de cometerse abusos, los pueblos son de la misma nacionalidad. El rasero del horror nos coloca al lado de las mentes más perversas. La irracionalidad toma cuerpo en medio del almuerzo. Responder a estos aquelarres es tarea difícil. Para el poder no existe la dificultad en el adobo de justificaciones. Somos historia, hueso y músculo de los antojos de quienes se consideran salvadores de sociedades que aspiran a resarcirse del pasado. Con ese sólo deseo, hacen de una nación una catarsis: la catástrofe como retórica sienta su reino en la conciencia colectiva.

¿Cuántas preguntas son necesarias para olvidar, por ejemplo, la tragedia de Chile o las muchas matanzas que han quedado marcadas en la memoria de un continente cuya independencia sigue siendo una pesadilla? Mientras sigamos instalados en esta premisa, seremos esclavos de nosotros mismos, del atavismo más radical. Del sufragio de la desesperanza.

En esta América que sigue siendo sueño de pertenencia, la imagen de la catástrofe es un fenómeno cultural. En nuestros genes habita cómodamente. Si dejamos que esta “costumbre” siga arraigándose sin control, seremos terreno fértil para que los profetas y carismáticos escriban otra historia. La historia del dolor.

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Luis Ugalde

Necesitamos concentrarnos en dos o tres razones que expresen el sentir profundo de los venezolanos, unirnos y movilizarnos para producir la salida del régimen dictatorial e impedir su continuidad con otro período presidencial ilegítimo. Movilizados con la esperanza activa de vida libre, justa y democrática en Venezuela. El cambio no vendrá ni de la pasividad ni de grupos y grupitos de pequeños intereses que acentúan sus diferencias del resto y –para regocijo del gobierno– impiden una unidad superior indispensable para salvar a esta Venezuela que se nos muere. Proponemos tres razones que se refuerzan y constituyen una unidad superior.

1- No a la dictadura que fabrica miseria.

No importa de dónde venga cada uno, sino a dónde quiere ir; lo fundamental es la indignación y capacidad de reconocer que es totalmente inaceptable la actual hiperinflación, el envilecimiento del salario, la ruina de la producción y productividad, el colapso de los servicios públicos, de salud, agua, gas, electricidad, transporte, seguridad, educación… Carestía y hambre sin comida, enfermedad sin medicamentos y colapso político sin voluntad de corregirlo. Políticas gubernamentales que han convertido a Venezuela en una nación de muerte, de la que han huido 3 millones de compatriotas. Cambiar estas políticas es el clamor sordo de la inmensa mayoría sin distingos políticos. Unidos contra la fábrica de miseria nacional.

2- No a la violación de la Constitución.

La gran mayoría de los venezolanos rechaza la sistemática violación de la Constitución y ahora la decisión tiránica no solo de violarla sino de cambiarla por una antidemocrática –al modo de todos los regímenes comunistas en el poder– que lo legitime y le permita perpetuarse eliminando toda oposición y alternancia legal.

3- No a la ilegítima prolongación de la tiranía el 10 de enero de 2019.

El período para el que fue elegido Maduro termina para esa fecha. El régimen inventó una votación tramposa para eliminar la elección constitucional de fines de 2018 para el nuevo período presidencial (2019-25); para lograrlo impuso una asamblea nacional constituyente por encima de todos los poderes constitucionales y anuló la Asamblea Nacional legítimamente elegida. Por eso la mayoría del pueblo venezolano se negó a esa falsa elección de mayo, trampa que también fue repudiada por los países democráticos del mundo.

4- Sí a la movilización integral para la salida y elección democrática.

Ahora tenemos el gran reto de convertir esas tres negaciones en una movilización nacional múltiple y que la resistencia nacional e internacional se dé la mano en lo fundamental, sin dividirse ni distraerse en diferencias secundarias.

El régimen venezolano-cubano está decidido a no cambiar el modelo aferrado a políticas económicas que producen la actual agonía creciente; para ello utiliza la Fuerza Armada y la represión. Los venezolanos sabemos que cada día que pase la situación empeorará, porque la tiranía está empeñada en negar la enfermedad e imponer como medicina lo que es su causa.

No hacen falta ni siquiera encuestas para saber que la inmensa mayoría de los venezolanos sufre y está desesperada por salir de este infierno. Solo falta un poco de humildad en los dirigentes políticos y sociales para decir juntos un No rotundo a la prolongación de la dictadura y trazar una ruta clara y fácil de entender para el cambio de modelo, la defensa de la Constitución y la no prolongación el 10 de enero. En positivo defendemos las medidas básicas de cambio socioeconómico (freno radical a la hiperinflación, refuerzo del poder adquisitivo salarial, reducción y refinanciamiento de la inmensa deuda externa, fomento de la producción nacional con garantías jurídicas y fuerte inversión privada, privatización de las empresas estatizadas cuya ruina desangra al país, junto con el rescate y saneamiento de las instituciones y servicios públicos, hoy destruidos por la ineptitud y la corrupción).

Sabemos que este cambio lo tenemos que hacer los venezolanos con un espíritu de unión, de reconciliación y de reconstrucción propios de un renacer nacional, como ocurre después de guerras o de inmensas catástrofes. En esa negociación y transformación del país juegan un importante papel quienes creyeron en el “proceso” y hoy reconocen honestamente el desastre que ha producido, y ahora tienen voluntad de cambio. Pero nada de esto se puede hacer sin un extraordinario apoyo internacional que no podrá actuar mientras no aprecie una unidad nacional superior con una ruta clara. Desde luego, ese apoyo no lo atraerá la actual dictadura que cínicamente habla de diálogo mientras persigue sistemáticamente a la oposición, ilegaliza los partidos y persigue a sus líderes con cárcel y exilio. El apoyo externo, la calle movilizada y la sociedad organizada y sus partidos deben unirse en este “tres en uno”.

Ciertamente, la negociación es necesaria, no para prolongar la agonía, sino con presión fuerte para salir del régimen ayudándole a hacer las maletas y para rescatar la vida económico-social, con plena vigencia de la Constitución legítima y un gobierno nuevo de transición con unas elecciones democráticas y constitucionales en 2019.

16 de noviembre de 2018

El Nacional

http://www.el-nacional.com/noticias/columnista/tres-uno_259877

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Con voz propia

Nadie más emblemático que el Hermann Escarrá, ex copeyano devenido en activista del nar-corrupto-régimen castrense-castro-comunista, con un quinquenio de radical oposición que marcará su personalidad. Tal vez resulten piadosos quienes le consideren saltimbanqui, camaleón o mono que baile al son que le toquen, porque igual pudo ser un infiltrado.

“Presidente, amigo, compañero, vine primero a ratificar mi solidaridad con usted y por supuesto mi solidaridad con la revolución bolivariana que está plasmada en sus principios y valores en esta Constitución”- Recuerda el colega periodista Gustavo Azocar, a quien le manifestó solidaridad cuando le encarcelaron. El 8 de diciembre 2008 anunció formalizar acusación ante la Corte Penal Internacional contra Chávez, para lograr la inmediata liberación de los “Presos políticos o presos de antojo”.

En su nueva y acomodaticia postura arremete contra “la derecha fascista (la Oposición) y aboga para que “nuestro presidente (Maduro) puede dirigirse a la Sala Constitucional para anular este instrumento jurídico (la ley de amnistía) aprobada la Asamblea Nacional que pretende destruir un país después de la magnífica obra de Hugo Chávez”.

Aparte de ejercer la defensa de magistrados express del TSJ, “en su flamante condición de asesor de la Dirección Ejecutiva de la Magistratura, el letrado aparece ahora recibiendo un Ford Taurus” -rememora Ernesto Villegas, actual ministro de Cultura- Adicto a lujosos autos, en la red circula su fotografía escogiendo un Mercedez Benz en Miami, donde junto con su cónyuge e hijos posee cuantiosos bienes.

Son propietarios de al menos un condominio y cuatro empresas con licencia para operar en dicha ciudad de Miami, según investigación realizada por El Pitazo. No en vano figura en la lista de sancionados de EEUU.

Queda mucha tela por cortar de quien el 19 de diciembre 2010, declaró a la prensa que “Chávez es un irresponsable y chantajista moral y llamó a las Fuerzas Armadas a que no se pongan de cuclillas ante el régimen autoritario”.

Ahora entra en acción quien en su etapa de cotización consideraba la ley de comunas inconstitucional. Lucrativamente acepta presidir comisión comunal, en la espuria Asamblea Constituyente, cuestionada mundialmente, porque procura desplazar a la Asamblea Nacional, que un controlado TSJ declara en desacato por 82 sentencias.

Lo hace con una abusiva mala interpretación del pleno poder, claramente definido en el Derecho Internacional Público.

El Maduró que nos legó Chávez pregona una Guerra sin fin contra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, tal es promulgada después de su aprobación por el pueblo, mediante referendo promovida como la de mayores garantías para derechos humanos. En contubernio con Diosdado Cabello, en vez de redactar una nueva Constitución, como impone el artículo 347 de la vigente, se limita a la reforma (artículo 342). Objetivo: modificar principios de la promulgada en 1.999 y en general las normas propuestas por Chávez en 2007 y rechazadas en referéndum.

Cierto es que entre los mismos chavistas confesos en actividad oficialista estén confundidos. El escritor Luis Britto García afirma que el proyecto Escarrá no es conocido ni siquiera por “constituyentes de primera magnitud”. “Néstor Francia me confesó que no lo conoce. Maria Alejandra Díaz Marín no ha podido ponerle mano”.

Conscientes parecen estar que la crisis provocada para prolongar la perpetuación en el Poder con la comprobada demostración de incapacidad, que lleva a una inédita hiperinflación que hace de Venezuela un país invivible. In crescendo va la migración, igualmente sin precedentes.

Al margen

A quienes por 30 años se han comunicado por nuestro celular, les informo que esbirros del castrense régimen nos han dejado sin el aparato, que nos obsequió el afecto de un camarada. Nos despojaron de inmediato al recibo de una llamada que identificamos.

jordanalberto18@yahoo.com.

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Edgar Benarroch

El ministro de industria y producción Tareck El Aissami, otrora vicepresidente de la Republica, anunció aproximadamente hace un mes, que el 70% de la producción nacional debe ser entregada al gobierno para su administración. Ello ocurrió casi simultáneamente con lo dicho por la señora Delcy Rodríguez, cuando afirmó que lo de ellos es "venganza". Ahora, en estos días, el Presidente de la Republica decidió que la totalidad de la producción de carne debe ser entregada al régimen quien resolverá sobre su comercialización y destino. El Presidente afirma que la escasez de carne obedece a la llamada "guerra económica", para nada se plantea si ello es consecuencia del modelo errado y fracasado en todas partes del mundo donde se ha pretendido implantar. Todas las industrias, empresas medianas y pequeñas así como también tierras en franca producción (aún quedan) tienen que sujetarse a estas disposiciones íntegramente nocivas a la economía del país.

No sé si lo anunciado por el ministro El Aissami toca toda la producción nacional o si se circunscribe a sectores en particular, lo cierto es que preparemosno a ver sucumbir los sectores afectados. En muy corto tiempo la escasa producción no existirá. El gobierno pagará cuando le de la gana , si es que paga y lo hará con moneda sin ningún valor (el tiempo la pulveriza), llevando a los productores a parar en su oficio. Bajarán la "Santamaría" los pocos que la tienen abierta y por supuesto el colapso nacional se profundizará.

También el Presidente recientemente anunció llevar el déficit fiscal a "cero". Pues estas medidas de control son la negación de ese deseo. Para atender con eficacia el déficit es necesario la implementación de todo un paquete macro y microeconómico muy bien concebido y entre otras medidas están de ante ojito el desmontaje del control de cambio y la supresión de los excesivos e irracionales controles del Estado. Pero bien, nos tienen acostumbrado a tantas contradicciones que ésta es una más.

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