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Carlos Raúl Hernández

Profetas armados, desarmados e ingenuos

Carlos Raúl Hernández

A la salida de su breve carcelazo Hugo Chávez no parecía representar nada. Previo al golpe militar del 4F, el Congreso de la República, -donde un partido del orden dirigía la oposición-, era un infierno de desestabilización y denuncias irresponsables que no llegaban a término. Luego ese mismo Congreso votará por defenestrar sin delito al Presidente constitucional, un gran triunfo moral para el movimiento golpista que convierte a Chávez en ídolo popular. Sin armas, aplastado militarmente, en pocos años se recupera, gana las elecciones y desarticula todo lo que lo rodeaba. Su habilidad excepcional desarmó pieza a pieza un poder construido en 40 años. Pudo seducir, engañar, dividir, presionar y atemorizar a quienes debían oponérsele y actuó según las enseñanzas fundamentales de Maquiavelo: dividir al adversario y ganar la mayor cantidad de aliados posibles, por lealtad o miedo.

Hizo todo porque fragmentó los grupos de poder, puso una parte a favor suyo, incorporó empresarios, periodistas, intelectuales y quebrantó la lealtad de los factores del sistema. Desde el gobierno destruyó el Congreso, hizo una constituyente, refundó el Estado, desmanteló las instituciones, las Fuerzas Armadas, los partidos y casi acabó con la oposición; y su herencia amenaza hoy hasta la sobrevivencia de Venezuela. Además, marcó con su impronta y concepción política a nuevas generaciones de dirigentes y muchos lo imitan consciente o inconscientemente. Se disfrazan de bandera y hablan con “la bicha” en la mano como él. Cultivan una oratoria zumbona e igualada como la suya. Hablan de constituyentes y “salidas”, “el país no aguanta más” etc. Pero él gozaba de una gran ventaja: una tremenda astucia política y un comando grande liga, que puso la puerilidad radical y la ingenuidad bajo control.

Mantener el cauce
Pararon sistemáticamente en seco a los desgaritados radicales que querían precipitar dinámicas -o frenarlas en otros casos-, y los dejaron a un lado. Sin tanques ni batallones y después de recibir una derrota militar en 1992, el arma que usó fue la inteligencia, la astucia estratégica que permite a un profeta desarmado salido de la cárcel como golpista solitario y en ruinas, convertirse en profeta armado. Sepultado el comunismo en sus tumbas de Cuba y Corea del Norte, un hijo póstumo aparece en el país más moderno de Latinoamérica. Maquiavelo en 1498 tenía 29 años. Había conseguido su primer trabajo como secretario de la Cancillería de Florencia, y sus oficinas estaban en el palacio Vecchio. Exactamente al frente, en Plaza de la Signoría, comenzó a predicar el monje dominico Jerónimo Savonarola su feroz mensaje.

El joven Maquiavelo se interesaba mucho por la personalidad carismática, poseída, del monje, que amenazaba con el infierno a los acomodados de la ciudad. Savonarola producía una mezcla de terror y seducción. Insultaba, amenazaba y la reacción de sus feligreses era de sumisión absoluta, felices de que su ídolo los tomara en cuenta, aunque fuera para humillarlos. Esto intriga y admira a un cerebro tan gélido y un observador tan profundo de la naturaleza humana como Maquiavelo. Savonarola dice actuar en nombre de Jesucristo, a quien designa Tirano de Florencia y como al Mesías no le interesaba el cargo, el monje lo ejerce de buen grado. Botticcelli y Miguel Ángel, -pérdida incalculable del patrimonio cultural de la Humanidad- entre otros artistas, lanzaron sus obras en la hoguera de las vanidades de la plaza, donde las mujeres dejaban sus sedas y perfumes.

Fuenteovejuna piquete al revés
En esa fulgurante pero breve carrera, el monje se atravesó en el camino de un león hambriento, César Borgia, -no un idiota como él- y terminó ahorcado y en la hoguera. Años después Maquiavelo llamó al monje el profeta desarmado y entendió que Borgia era el profeta armado y que solo él podía acabar con la anarquía que devoraba Italia y le impedía ser un Estado nacional integrado. Como hoy por fortuna no es la regla dirimir a cañonazos, el profeta armado es el que tiene tres factores juntos: partido, gente y sobre todo inteligencia política. Y el desarmado es simplemente el que se derrama en emoción precoz. Estudiar la trayectoria de Chávez es una tarea pendiente de los dirigentes democráticos venezolanos para entender cómo avanzó en una cadena de éxitos, pero para usarla esta vez con fines positivos. La oposición vio nacer 2016 con las condiciones a su favor.

Un triunfo refulgente gracias a la estrategia gradualista, una vez que la epilepsia radical lucía derrotada. Aun así, ésta impone la política durante el año, provoca una catástrofe peor que peor y luego se presenta como alternativa. ¿Cómo pueden producirse incidencias tan absurdas? ¿Por qué una dirección política fracasa en medio de la descomposición general de su adversario aun cuando su estrategia proclamada era exitosa? Que el radicalismo haga estropicios no es noticia, pero si lo es que saque del rumbo comprobado al colectivo. La Unidad atraviesa y atravesará zozobras, pero deberá recuperar el camino y enfrentar el cuchillo de la división. El error es de todos en general y eso hace indiscernibles responsabilidades personales. Pero tenemos una versión heterodoxa de Fuenteovejuna en la que, ante la pregunta del comendador, se acusan todos a una.

@CarlosRaulHer

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Abuela indígena resiste al abuelo español

Carlos Raúl Hernández

Hace tiempo secuestraron la estatua de Colón del Paseo de su nombre en Caracas. Ya tendrá en el futuro un mejor monumento. Los mentecatos que lo hicieron dejaron su credencial de tales y hubieran querido arrestarlo, patearlo, arrojarle orine, pero como no pueden, se desquitan con vecinos que salen a manifestar. No merece maltratos el Almirante que realizó la más grande hazaña de la Humanidad, por encima de Alejandro, Aníbal, Julio César, Carlo Magno, Genghis Kahn: descubrir, conquistar y colonizar el Nuevo Mundo e incorporarlo a la Historia y la civilización. En Buenos Aires atontada por la mefítica atmósfera anticultural del kirchnerismo, degradaron a Colón de la Casa Rosada para arrumarlo en una caja en la Costanera Norte, donde espera justicia. Doble farsa porque los argentinos son los latinoamericanos que más presumen de apellidos europeos. La izquierda planetaria tuvo hace varias décadas un grave retroceso intelectual y cultural al siglo XVIII.

Con la aparición de los hippies, el regreso “a la naturaleza”, la increpación de la sociedad moderna, el ancentralismo, lo deseable, lo programáticamente revolucionario pasa a ser el subdesarrollo, el atraso, el primitivismo, la negación de Occidente. Por eso ridiculeces tales como el día de la resistencia indígena –si las abuelas se hubieran resistido a los abuelos, no estaríamos aquí– y los no descubiertos, enemigos personales de Don Cristóbal. Luego vinieron las bandas criminales Sendero Luminoso y Tupac Amarú disfrazadas de indigenistas, y más tarde la revolución bolivariana. La fuente manaba de los Jemeres Rojos de Cambodia, que ajusticiaban a quien usara lentes, hablara lenguas extranjeras, no tuviera cayos en las manos, o supiera leer, y sentenciaban corrupto al que vivía en ciudades. El documento fundacional del Foro de Sao Paulo es testimonio perfecto del anacronismo intelectual y político, apología del atraso, manifiesto reaccionario, culto al pasado.

La cultura para la pobreza
Como el grueso de los inventos del zurdismo trasnochado, cuando salen de los laboratorios académicos se convierten en desgracias para la gente de carne y hueso. Al principio lucía como ingenuidad de profesores descolgados algo que llamaban promoción cultural, un dislate para el que cualquier fabricación de papagallos, gofio, trompos, gurrufíos o perinolas artesanales, era preferible a Mozart. Erguían las creaciones del pueblo contra un músico capitalista escuchado por burgueses, y las maravillas del cine y la televisión eran instrumentos para alienar al pueblo y someterlo. Pero estas vaciedades se hacen crímenes cuando llegan al poder y se proponen perpetuar la vida ancestral de las comunidades indígenas en estado de naturaleza. Eso puede sonar bien desde un pupitre, pero en términos prácticos, es simplemente preservar una precaria existencia basada en el conuco, el analfabetismo, la pobreza atroz, la carencia de medicinas, viviendas, agua corriente, cloacas y electricidad.

Es lo que sufren en su versión más dantesca nuestras comunidades indígenas, que solo se superan por los efectos de la sociedad moderna. Son víctimas del adefesio intelectual que los fuerza a mendigar en las ciudades para poder subsistir con sus sutes. La democracia venezolana enfrentó y resolvió la problemática de esas comunidades y creó un ejemplo para cualquier pensamiento avanzado en el mundo: más allá, por encima de cualquier especificidad étnica, color de piel o lengua que hable, lo que hay es personas, seres humanos, ciudadanos. En gran parte de Latinoamérica –México, Centroamérica, Perú, Bolivia, Ecuador– no hubo democracias como el Pacto de Punto Fijo, las etnias originales se mantuvieron, según el desideratum de antropólogos anacrónicos, en ghettos, bolsones demográficos aislados, fuera de los procesos de integración y modernización

Mendigos de la revolución
Allí los indígenas afirmaron sus modos de vida y producción de miseria, pesca, caza, recolección y conuco. En Venezuela la democracia masificó para toda la población, incluidos, por supuesto ellos, los cuatro niveles educativos, servicios públicos, posibilidad de ascenso social. De allí que los pueblos en estado natural, con guayucos y churuatas, muertos de abandono, se redujeron a apenas 2% de la población. ¿Y qué se hicieron los demás? Son ingenieros, abogados, políticos, médicos, empresarios, comerciantes, trabajadores, maestros. Esa es la verdadera antropología al servicio de la gente y cuando vuelva la democracia, habrá que hacer un descomunal esfuerzo para repoblar de escuelas, liceos y universidades los estados donde hoy mueren de mengua las poblaciones indígenas como consecuencia de pensamientos fracasados, inservibles, malignos.

Muchos años atrás quien suscribe estaba en una reunión política en Pto. Ayacucho y un expositor dijo más o menos lo siguiente: “…por mi nombre y apellido sabrán que soy indígena. Y también soy ingeniero petrolero e hice un Ph. D. en Estados Unidos. Trabajo en Pdvsa y vivo en Anzoátegui, donde compré con mi trabajo una casa en la que hay aire acondicionado y piscina para mis hijos, uno de ellos, el mayor, estudiante de medicina. Eso que yo tengo es lo que aspiro para todos los indígenas de Venezuela y no me importan las teorías que quieren condenarnos a vivir siempre igual con la excusa de mantener mi cultura ancestral”.
@CarlosRaulHer

Fuente: http://www.eluniversal.com/noticias/opinion/abuela-indigena-resiste-abue...

Tormenta de sangre

Carlos Raúl Hernández

Crece la preocupación de que Venezuela pase los peajes para llegar al Estado fallido, consecuencia de que el hampa logró grados de desarrollo organizacional que ya quisieran muchas empresas o el gobierno, y que los siete grandes núcleos generadores de violencia conquistaron la soberanía sobre parte del territorio nacional: las megabandas, el Frente Bolivariano de Liberación, los colectivos, los sindicatos negros, el narco, los pranes y la guerrilla colombiana, todos con dominio territorial de zonas en las que el poder del Estado venezolano no existe y debe recuperarse. Estados fallidos son los que cruzan la frontera de la desintegración. Sus élites las componen grupos aturdidos, torpes, incompetentes, demasiado primarios para entender la necesidad de tener objetivos nacionales por encima del odio, e incapaces de dar sustento a la gobernabilidad y la estabilidad.
“El mayor peligro para la permanencia de las naciones es la estupidez”, dijo una vez Vaclav Havel y por eso la desintegración es el remate de revoluciones que cumplen su ciclo inevitable, el hundimiento, y cuyos dirigentes prefieren, como Sansón, derrumbarlo todo antes que asumir su equivocación y rectificar. Pero Venezuela tiene tiempo y posibilidades para restaurarse. Según importantes think-tank de los noventa, Colombia prácticamente era ya un Estado fallido antes del triunfo de Álvaro Uribe, -más de la mitad de su territorio lo controlaba la guerrilla- y una novela de Vargas Llosa, La historia de Maita, comienza cuando los guerrilleros están a 50 km rumbo a la toma de Bogotá. De México decían lo mismo importantísimos grupos de analistas, pero el presidente Calderón, como Uribe, volteó la tortilla. En cambio Peña Nieto cedió al chantaje de la izquierda obradorista y las ONGs izquierdosas, detuvo la guerra contra los carteles y el peligro reverdeció.

El horror en las calles
Con el galáctico podía intuirse que llegaría primero el caos que el comunismo, y él y su legado desmantelaron el Estado, sustituido hoy por grupos que siembran el desorden. Quedan medianamente en pie unas cuantas instituciones, entre ellas las universidades, grupos privados, la Iglesia, sectores de algunas policías y de la FF.AA. Ahora liquidan la Asamblea Nacional porque la entropía, la destrucción propia de quienes no saben crear nada, se tragó lo demás. La pervivencia de la FF.AA. se convierte, en ese contexto, en objetivo esencial para los que luchan por frenar en seco las tendencias a que el país se disuelva y por volver a tener un Estado civilizado. El ímpetu del caos, el Leviatán bíblico, la suma de todos los miedos, es la prospectiva alianza entre los diversos grupos armados e irregulares que podrían poner en jaque a los militares, aunque parece que ya los tienen.
El país llegó a los más atroces niveles de violencia hamponil, e importa tecnologías aplicadas por los carteles mexicanos y colombianos y hasta del Estado Islámico. En Aragua, Caracas, Lara y Miranda muestran ahora cadáveres mutilados o colgados de pasarelas peatonales, testimonio de la autoridad de las bandas. En Guatire aparecieron ocho cuerpos decapitados, en Los Flores de Catia el de una hermosa mujer también decapitada y su cabeza frente a la comisaría de San Mateo, con un papel en la boca que la acusaba de soplona de la policía. Pero Fuenteovejuna también se las trae y en Santa Teresa encontraron restos de dos violadores con el tórax abierto, la cabeza dentro de él, y cerca una cartulina que explicaba por qué el castigo. Este año el promedio de muertes violentas es de 113 diarias, 4.5 por hora y 2015 cerró con 28.000 víctimas. La infernal violencia se concentra en esos siete focos de poder.

Visa para ir a El Valle
Entre las características de los Estados ingobernables que comienzan a ser fallidos, está precisamente la aparición de zonas bajo control de los irregulares en los que las autoridades legítimas carecen de competencia. Un nuevo poder de facto. Con datos del gobierno venezolano (ONA), se trafican 200 toneladas anuales de droga, independientemente del cierre de la frontera colombiana. Y en Caracas la extraterritorialidad de las bandas se extiende por la Cota 905, El Cementerio, Valle-Coche. Partes de Guárico y Aragua son “zonas liberadas” por la delincuencia y no bastó con la liquidación de El Picure y Lucifer para resolver el problema, porque la organización quedó intacta. Es imperativo para la conducción del país, enfrentar una posible coalición desestabilizadora entre estos siete factores malignos.
Y para ello tendrá que producirse una alianza entre quienes evidencien la voluntad de levantar el país e iniciar la reconstrucción. Pareciera que la violencia, la crisis económica, la tragedia social y la descomposición de las instituciones políticas nos recuerdan a cada rato la necesidad de establecer un diálogo entre el gobierno, la oposición y los militares para hacerle frente a los peligros para la nacionalidad que aparecen en el horizonte. Lucifer se dio el lujo de decretar toque de queda en los barrios de El Cementerio, pero se adelantó. Si no se produce una reacción a fondo con el apoyo del país encabezado por sus fuerzas políticas y sociales, en el futuro podríamos ser una nueva Beirut con bandas de delincuentes y guerrillas en sus propias zonas de exclusión, a las que no se podrá entrar sin permiso de los pranes.
@CarlosRaulHer

http://www.eluniversal.com/noticias/opinion/tormenta-sangre_621263 /09 de octubre de 2016 05:02 AM

Alicia Machado contra los vampiros

Carlos Raúl Hernández

Cuando un gángster hábil, sin escrúpulos y con coraje confronta las instituciones dispuesto a asaltarlas, la columna vertebral y las piernas del liderazgo tiemblan y con demasiada frecuencia ceden. Ocurrió en muchas partes desde la Rusia de Kerensky -derrocado por Lenin sin disparar un tiro-, hasta Evo Morales, pasando por Hitler que recibió la Cancillería de Von Hindenburg, encarnación de la aristocracia junker. En esos episodios hay elementos comunes: la antipolítica que multiplica los resentimientos, injustificados o no, de parte de “las masas”, y la alevosía de grupos de las clases medias, -siempre decisivas en esos lances-, que añoran un hombre fuerte que desaparezca los odiados partidos políticos y sus “privilegios”. Las elites traicionan y le sobreseen a la Bestia Apocalíptica sus ruindades, crímenes, amenazas, la complacen en los tribunales y van a besarle la cola para ganar su clemencia. Hoy es Donald Trump.

Tales grupos quieren acomodarse al cambio, tal como lo vivimos no hace mucho. Hasta ese momento democráticos, transgreden por sentirse más identificados con la Bestia en lenguaradas de fuego que con los políticos convencionales, administradores aburridos de las instituciones. Es un espectáculo ver las patanerías Trump, conocer su vida marrullera, su historia de triquiñuelas, y como degrada a “los políticos”, precisamente él, que emerge de lodazales financieros. Pero lo reta una dura y ojalá no la traicionen como ocurrió aquí. Nadie comprendió mejor la postración frente al hombre fuerte que el filósofo letonio-británico Isaiah Berlin en su tratado El sentido de la realidad, que debían leerse todos los aspirantes a líderes. Berlin apenas escribió de corrido dos libros, uno sobre el Romanticismo y otro sobre Marx.
El tarado intemporal
Su extensa bibliografía existe porque nos hicieron el favor de grabar sus clases y publicarlas. Su pensamiento es excepcional, porque además de ser un académico erudito, era un hombre de acción, nada menos que espía británico en la Unión Soviética de Stalin. No era un hablador de p… ¿Estamos a un paso o dos de que la maldición del hombre fuerte se concrete en EEUU? ¿Habrá medido la sociedad norteamericana el problema planetario de un eventual triunfo de Trump? Está cabeza a cabeza con Hillary, dato que alarma porque evidencia un arquetipo de apoyante medio que podría llamarse el tarado intemporal universal, cuyas críticas a Hillary son redomadamente insólitas. Como Orlando, el personaje de Virginia Woolf, es el mismo tarado que se ilusionó con Getulio Vargas, con Sandino, con Perón, con Fidel, con Allende, con Velasco, con el comandante, con Podemos, para luego llorar arrepentido lágrimas inútiles. Ahora su esperanza con Trump.

Para el intemporal Hillary miente -los emails-, es inexpresiva, “aburrida” por su condición burocrática, por política. Poco confiable porque mantuvo el autocontrol y no lloró desconsolada ante los medios cuando su marido divertía a Mónica Lewinsky. Muchos hubieran querido verla despechada y desgarrar su amargura en televisión. En el debate presidencial del lunes 26 de julio (2016) Trump exhibe la falsedad compulsiva que lo embarga al atacar al gobierno de Bill Clinton con argumentos de los 80 y 90, hoy denegados por la Historia, al mejor Presidente de EEUU durante el siglo XX, que superó al insuperable Ronald Reagan. Impulsó la revolución informática y se fomentó 20 millones de empleos, con lo que la desocupación que se arrastraba desde Carter desapareció.
Llena eres de gracia
Para ello tuvo que enfrentarse al nacionalismo económico antiglobalización de derecha e izquierda y abrir la economía a la competencia, obturada desde el populismo de Roosevelt. Demostró que una sociedad sana y de crecimiento estable en el tiempo solo es posible con la apertura y la competencia. Hasta en Venezuela ya eso se entendió, pero este magnate que se hizo con quiebras ficticias y el apoyo del gobierno, miente y hace bullying. Hillary responde y unge a la maravillosa Alicia Machado –otra dura, a la que sus compatriotas ridiculizaban– como imagen de la campaña, y apoya la democracia venezolana frontalmente. Una self-made-woman hispana, que venía en transporte colectivo desde Maracay a Caracas para los entrenamientos del Miss Venezuela, que superó obstáculos, zancadillas –entre ellas las del propio copetón–, crisis personales, y al final conquista su destino, un gran emblema para exhibirlo a los norteamericanos y al mundo.

Sobrevivió a Trump, a un marido de conducta “miserable” y a un doble cáncer de mama. Es de gran importancia por la situación de Venezuela en lucha agónica de muchos años para frenar un régimen marxista, y en este momento para que no ruede por el desbarrancadero de los Estados fallidos. Nuestra querida y admirada Alicia, bella y voluntariosa, extraordinaria, es modelo en diversos sentidos de la palabra. Hoy es el emblema de los latinos en la primera nación del mundo, y cercana a la potencial primera mujer Presidente de EEUU. Símbolo de la feminidad, la belleza y la sangre mestiza, protagonista en un momento en que en el Norte se juega una carta peligrosa. Alicia se enfrenta a la maldición del hombre fuerte, que aparece hasta en las mejores familias. Ahora es mejor no burlarse mucho de ella.
@CarlosRaulHer

http://www.eluniversal.com/noticias/opinion/alicia-machado-contra-los-va...

02 de octubre de 2016 05:02 AM

¡Ahora o nunca, por ahora!

Carlos Raúl Hernández

Si fuera cierto que gobierno y oposición se reúnen, habría que alegrarse porque es el primer paso. Pero no deberían asumirlo de manera vergonzante, como quien peca, sino defenderlo con claridad. Todas las actividades de los mortales tienen momentos sublimes y grises, y así es la política, “bestial y humana”, como la definió un pensador italiano. Los presos que salían de la Seguridad Nacional el 23 de enero de 1958; Yeltsin montado encima de una tanqueta en Moscú, o Violeta Chamorro en su triunfo, son episodios gloriosos en los que todos reclaman haber participado. Pero asuntos incómodos también existen en la política, la familia, las parejas, las iglesias, los negocios y en cualquier otra cosa. Líderes son aquellos que asumen magnas empresas y las explican, y nunca dejan ver costuras, debilidades.

No permiten chantajes de las musarañas del camino. “Actúa como si cada una de tus acciones fuera a convertirse en ley general de la Humanidad”, escribió Kant. Es éticamente correcto hablar con el adversario. En cambio los políticos ligeros trasudan resentimiento, pasiones menudas, minucias políticas de barbería. Si estás en desacuerdo con lo que hacen otros, se agradece que endereces la torcida realidad, trueques el deber ser en estado práctico y no que te conviertas en simple némesis, detractor, negación esperada, previsible, crónica, ni te ocupes solo de arrojar pelos a la leche. Si no estás de acuerdo con A, construye B y no vivas invadido por la amargura en el sordo rencor al que tiene más éxito, el estómago contraído y el rictus marcado en rostro. El 6-D todo el mundo triunfó, incluso los que han pasado la vida llamando a no votar (o que dificultaron ese triunfo).

¡Patria o heridas leves!
Hoy vuelven a morder la mano una vez que las papas se ponen duras. Se cae en el vicio de invocar con estridencia to be or not to be, traducido es este caso como ahora o nunca, alternativa demasiado grave para ruletearla y manosearla. Cuando Fidel Castro dijo patria o muerte al abordar la desvencijada barcaza Abuela para invadir Cuba, lo hizo en serio y al atracar en las playas de oriente, el ejército de Batista liquidó a 80 de los 92 invasores. Por desgracia ahora o nunca se repitió tanto en estos dieciocho años bolivarianos, que dio origen a un híbrido, a un ornitorrinco verbal: ahora o nunca, por ahora. Y si hablamos del RR, más allá de los ácidos digestivos que perturban la racionalidad, lo real es que existen dos opciones para este año, no una: que haya o que no haya. Dice que si no es este año no sirve para nada. Eso es un error político que asocian a una trastada: si no hay este año, es porque “nos vendieron”.
El dilema existencial, voy jugando a Rosalinda, la apuesta estocástica, ahora o nunca, tienen de malo que la gente lo cree y si pierde, tiende a expandir una marea de frustración entre los que compraron boletos solo de ida a la victoria. Reverdece el abstencionismo, se pone camisa limpia el bocón radical, recomienza el asalto anti Unidad. Y la joya de la corona, la guerrilla off-shore arroja su barcucho a las redes. Es una relación parasitaria: no hacen nada, cuando lo intentan es un desastre, pero sobreviven gracias a los granos de maíz que caen de la carreta de la Unidad. Saben perfectamente bien que la oposición apostó mucho en la jugada RR -aunque algunos no la creen viable- y que el desenlace no tiene que ver con ninguna fabulesca transacción para la que nadie está autorizado ni posee poder. No se puede transar lo que no se tiene y la Unidad hasta ahora no ha nombrado plenipotenciarios.

Un parpadeo
¿Qué se puede ofrecer a cambio de la libertad de los presos políticos sin que estos estén de acuerdo? Pero hay una inquina premeditada de calumnias contra los que estarían “negociando la entrega del revocatorio” para arrojar sospechas. Se trata de maniobras editoriales, inventar falsos “misterios” para desacreditar. Lo cierto es que si no hay RR no se acabará el mundo, se mantendrá la lucha, y ese es el mensaje que debe trasmitirse. Pero la posibilidad de elecciones en un futuro próximo, obliga a precaverse de mordiscos en el zapato de la Unidad, y también de tormentas mayores: si los restos del PSUV ya no son peligro electoral, surgirán intensas pulsiones a la ruptura, a que los partidos desarrollen su instinto democrático natural de buscar el poder. En 1958 Venezuela vivió una situación parecida.

Luego de la caída de la dictadura, entra en suspenso el Pacto de Nueva York acordado entre Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba y Rafael Caldera contra Pérez Jiménez, y los partidos concurren con sus propios candidatos a las elecciones. Betancourt gana la candidatura de Acción Democrática por un voto frente a la terna independiente en la que figuraban Rafael Pizani, Francisco De Venanzi y un tercero. Pero tuvo claro que su organización sola no garantizaba la gobernabilidad y posteriormente firma con Copei y URD el Pacto de Punto Fijo, coalición que le permite derrotar veintidós intentos militares, la subversión armada del MIR y el PCV y dos divisiones de AD. Los líderes tuvieron la claridad suficiente para hacer lo que reclamaba el momento y eso permitió 40 años de democracia modelo para el mundo, un vertiginoso camino de modernización y evitar las dictaduras militares que poblaron el continente. Bienvenidos el diálogo si hubiera nacido y el RR si nace.
@CarlosRaulHer